DOSSIER <strong>46</strong>El sepulcro de la velillaImagen superior: Vista aérea <strong>del</strong> sepulcro tras laexcavación.Foto: Julio <strong>del</strong> OlmoImagen inferior: Aspecto de la sepulturadurante una de las campañas.Más que una visión global <strong>del</strong>fenómeno megalítico en tierrascastellanas, lo que aquí presentamoses una panorámica de los descubrimientosarqueológicos en el sepulcro detradición dolménica de La Velilla, en Osorno(Palencia), de una antigüedad de másde 5.000 años, y su significado en el marco<strong>del</strong> megalitismo de la Submeseta Norte. Setrata de una tumba excepcional por su propialocalización, ya que en la cuenca media<strong>del</strong> Duero este tipo de construcciones nose prodigan. Pero también otra serie de circunstancias(su peculiar técnica constructiva,ciertos rasgos <strong>del</strong> ritual funerario, lariqueza de sus elementos de ajuar) hacende La Velilla un yacimiento singular y unreferente ineludible en la investigaciónsobre el Neolítico en tierras castellano-leonesas.El megalitismo en laSubmeseta NorteDurante un momento de la Prehistoriareciente, que coincide en líneas generalescon los milenios V y IV a.C., numerosaspoblaciones europeas de la fachada atlántica,<strong>del</strong> entorno báltico y de las riberas <strong>del</strong>Mediterráneo, que ya conocían la agriculturay la ganadería pero aún no el metal,adoptaron un mismo mo<strong>del</strong>o de tumba, eldolmen. Se trata de manifestaciones arquitectónicasconstruidas con grandes bloquesde piedra y diseñadas para albergarsucesivos enterramientos a modo de osarioscolectivos. Estas estructuras aparecencubiertas por un montículo de piedrasy tierra, el túmulo, que actúa no solo comodefensa <strong>del</strong> esqueleto dolménico sino, tambiény sobre todo, como un elemento señalizadory monumentalizador de la sepultura.Por esta razón, el megalitismo es consideradocomo el primer fenómeno mo<strong>del</strong>ador <strong>del</strong>paisaje pues si, hasta entonces, era el serhumano el que se adaptaba al medio, a partirde ese momento, el paisaje va a ser transformadopor el hombre.En el espacio de Castilla y León el megalitismose distribuye de manera desigual,concentrándose el mayor número de yacimientosen las provincias de Burgos y Salamanca.Tal vez no puede hablarse, pues,de una alta densidad de dólmenes pero esnotable el polimorfismo de sus estructuras,ya que junto a los sepulcros megalíticoscanónicos conviven otras tumbas afines,igualmente colectivas y diacrónicas perono estrictamente dolménicas. En este grupopodríamos incluir a los redondiles de lacuenca media <strong>del</strong> Duero, las tumbas calerosorianas <strong>del</strong> valle de Ambrona e, incluso, aciertos enterramientos bajo túmulo simpleque albergan osarios colectivos simultáneos.Un dolmen o sepulcro megalíticoes, ante todo, una «casa de muertos», unpanteón con cámara funeraria, en la que,durante un tiempo presumiblemente largo,se van depositando, sin tomar tierra, loscuerpos de los miembros fallecidos de unacomunidad hasta crear una tumba de acumulación.Es por ello que, a pesar de queesas variantes meseteñas no cumplan conel requisito de estar construidas con enormesbloques pétreos, los arqueólogos lasincluyen en el fenómeno megalítico reservándolas,con calculada ambigüedad, lostérminos, «paramegalítico» o «paradolménico».Gracias a las series cronológicas proporcionadaspor las tumbas vallisoletanas deEl Miradero y Los Zumacales, de los dólmenes<strong>del</strong> norte de la provincia de Burgos y <strong>del</strong>soriano valle de Ambrona puede afirmarseque la implantación <strong>del</strong> megalitismo en laSubmeseta Norte se produjo en la segundamitad <strong>del</strong> V milenio a.C. (Delibes 2010). Porestas mismas fechas se documentan tambiénlos sepulcros dolménicos vascos y riojanos,al noreste de nuestro territorio, y losmás antiguos sepulcros de corredor de laBeira portuguesa. Todo ello hace suponerque el territorio de la Submeseta Norte y<strong>del</strong> occidente pirenaico estuvo unificado encuanto a ritos fúnebres por el megalitismoa principios <strong>del</strong> IV milenio a C.52 PATRIMONIO <strong>46</strong>
el sepulcro de la velilla DOSSIER <strong>46</strong>Plano general <strong>del</strong> yacimiento (imagen superior)y alzado y planta de la sepultura (imágenesinferiores).El sepulcro de La Velilla(Osorno, Palencia)El sepulcro de La Velilla, junto con los vallisoletanosde Los Zumacales, en Simancas,y El Miradero, en Villanueva de los Caballeros,constituye una de las pocas construccionesmegalíticas conocidas en el sectorsedimentario de la cuenca <strong>del</strong> Duero. Seencuentra en Osorno, localidad ubicada enel límite nororiental de la Tierra de Campospalentina, y sus coordenadas geográficas,según la hoja 198 <strong>del</strong> mapa a escala 1:50.000<strong>del</strong> Servicio Geográfico <strong>del</strong> Ejército, son: 42º23’ 105’’ de latitud N-S y 4º 24’ 72’’ de longitudE-O. El yacimiento se sitúa al oeste <strong>del</strong>casco urbano, en el pago de La Velilla, y aél se accede por la carretera local que uneOsorno con Abia de las Torres. El sepulcroestá instalado sobre un cerro emergente enla cuarta terraza de la margen derecha <strong>del</strong>Valdavia, a apenas 500 metros <strong>del</strong> río, lo quele convierte en una perfecta atalaya des<strong>del</strong>a que se controla todo el valle.Las intervenciones arqueológicas en elyacimiento, dirigidas por la que esto suscribe,se sucedieron a lo largo de cinco campañasprogramadas durante los meses de septiembrede los años 1987, 1988, 1989, 1990 y1993. Las excavaciones, sufragadas por laConsejería de Cultura de la Junta de Castillay León, permitieron documentar un singularsepulcro de inhumación colectiva, detradición dolménica, datado en la segundamitad <strong>del</strong> IV milenio cal a.C. Por debajo <strong>del</strong>a tumba se localizó, además, un excepcionalespacio de habitación previo, repetidamentevisitado por los agricultores neolíticosantes de que se erigiera la tumba monumental,cuya cronología se remonta al VImilenio cal a.C.Estas circunstancias hacen de La Velillaun enclave de enorme valor histórico y patrimonial,como lo demuestra el hecho de queen 1994 fuera declarado «Bien de Interés Cultural»(BIC) con categoría de «Zona arqueológica»,por la Junta de Castilla y León (BOCYL<strong>del</strong> 2 de febrero de 1994). Con ello, y con surestauración un año después, de acuerdocon un proyecto redactado por el arquitectoIgnacio Represa Bermejo, la administraciónautonómica vino a reconocer la importanciade este yacimiento arqueológico.PATRIMONIO <strong>46</strong> 53