12.07.2015 Views

Alejandro Hermosilla - ANFOLCHI

Alejandro Hermosilla - ANFOLCHI

Alejandro Hermosilla - ANFOLCHI

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Tradicionesblanco, como querubines oangelitos, son acomodadosen la parte trasera delcarro, acompañando a laVirgen en su recorrido.Los monaguillos y lasautoridades eclesiásticasvan escoltando laprocesión, y losencuerados se encargande mantener el orden consus sonoras espadas yhuascas, colaborandocon el accionar decarabineros.Una pegajosa einmisericorde lluvia sedejó caer apenas el carrose puso en movimiento, por loespacio y facilitar las evoluciones delque improvisadamente se hubobaile, respirándose ya el ambientede destinar un monaguillo con unde piedad que se desencadenaríaparaguas para que cubriera laa las 15 horas, cuando se iniciaseimagen y la protegiera del agua.la ceremonia, testimonio vivo delLuego del breve paseo por lapatrimonio cultural inmaterial de lalocalidad, la imagen, entre cánticosRegión del Mauleceremoniales, regresa a su altar enEsta comienza con la ordenadael templo para encabezar los bailesllegada del cuerpo de pifaneros,que en su memoria la comunidad leencabezados por el abanderado yofrece, obedeciendo los movimientosel encargado del tambor, luciendoque el abanderado hace para iniciarelegantes camisas celestes conun monocorde baile con pasoscorbata color rosa y una bandapegados al piso con que pifaneros,tricolor terciada sobre el pecho.encuerados e indias, obligan a laVan seguidos por los encuerados,concurrencia a retrocesos y avancesempellejados o compadritos, conque largamente se repiten. A unaespadas de madera con sonajas deorden del abanderado, la multitud,lata y pequeños látigos de madera ysiguiendo las evoluciones de loscuero, y más atrás las indias, con susencuerados que se arrodillan alrostros pintados de negro portandopasar frente a la imagen, gira enuna vara de coligüe adornada contorno a la bandera. Desde el coro, encintas de colores. Con el monocordela parte trasera de la iglesia, la vistaritmo de sus pifilcas ingresanes espectacular y los uniformadosbailando al templo para que en estepifaneros sirven para destacar lascaso, el obispo de la Diócesis deevoluciones del baile que ya duraTalca, Monseñor Horacio Valenzuelamás de media hora. Es el momentoAbarca, oficie la misa que por largasdel descanso del abanderado y suhoras espera la feligresía aledaña alequipo, los feligreses hacen llegar susMataquito.ofrendas a la Virgen mientras se rezaTerminado el oficio religioso, elel rosario.abanderado, el encargado del bomboEs la ocasión para conversar cony los más identificados pifanerosdon Mario Guerrero, el abanderadotoman el anda de la Virgen del Rosarioy guía del grupo desde 2007, quienque ha presidido la ceremonia y lanos cuenta que lo hace comotrasladan a la explanada, dondeexpresión de fe. Confiesa ya 60espera un carro ricamente adornadoaños y comenzó a la edad de 6, ycon rosas que arrastran en procesiónconsidera con inmenso orgullo quepor las calles del pueblo entonandolo hayan distinguido en el cargo, elcantos litúrgicos. Pequeñosmismo que le correspondió ejercerniños, especialmente vestidos de40 , mayo 2013a su padre. Agrega que por doceaños la actividad estuvo suspendidapor decisión eclesiástica, pero queal restaurarse lo hizo con tales bríosy riqueza espiritual que en 2011 laUnesco y el Consejo Nacional de laCultura y las Artes reconoció al Bailede los Negros de Lora como un TesoroHumano Vivo. Mauricio Pineda, unode los pifaneros, nos manifiesta quesu actividad proviene de la fe haciala Virgen depositada por muchosaños en su corazón y que es unafestividad que hoy se celebra sóloen octubre. Antiguamente, dice, erantres jornadas en un año. Durante losquince días previos se entrenan conlos instrumentos que luego guardancelosamente en la iglesia.Una de las indias, sin identificarse,señala que lo ha hecho por 35 añosproducto de su devoción por laVirgen, su traje mapuche con plateríaauténtica demuestra que no es unafestividad pagana, sino de claramanifestación de su religiosidad.Su hijo ya es un encuerado, y supequeña hija una preciosa indiecita,confesándose custodia de la Virgenjunto a los empellejados.A primera vista, es un ceremoniallleno de piedad popular arrastradade tiempos coloniales y aún hoy, alllamado de las ancestrales pifilcas,atrae el interés de mucha juventudque, estudiando o trabajando fuerade la localidad, en esta fecha vuelve asu tierra, y que a pesar de la molestalluvia no abandona la ceremonia.Luego del breve recreo de los músicosy un frugal refrigerio, la actividad seretoma y se vuelve al baile con igualentusiasmo con toda la comunidad,con retrocesos y avances rítmicos porotra media hora sin cesar.Finalmente, el obispo al dar labendición a sus feligreses, acompañaa los encuerados, indias y pifanerosque ordenadamente, siempreretrocediendo sin quitar la vista desu patrona, abandonan el temploy en la explanada, bajo piadososparaguas y siempre al son de laspifilcas, entonan tres singulares piesde cuecas, donde las indias usan susvaras y los encuerados sus sonorasespadas y huascas como festivospañuelos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!