Biblioteca - Gredos

tugueses para niños que deberíamos traducir y divul-
gar en España, porque son buenísimos. Si te interesa
saber algo más de ellos dimelo y te pongo en contacto
con Violante). Pero eso no era todo: hubo talleres
prácticos de animación a la lectura (uno de ellos el
restaurante que se inventaron Cristóbal y Angelina,
de la biblioteca de Camas, y hubo un encuentro de
bibliotecarios que hacen el restaurante y después un
Gran Banquete de la lectura). Y lo más arriesgado:
trasladamos el Maratón a diez localidades de la pro-
vincia y el día antes de hacerse aquí hubo diez mini-
maratones (en Alovera, Azuqueca, Brihuega, El
Casar, Humanes, Marchamalo, Molina de Aragón,
Pastrana, Sigüenza y Yunquera: una locura). Todo
salió muy bien, parecía que se movía sólo, que no
había nadie organizándolo, y eso es lo mejor que
puede ocumr con una actividad: que sólo se disfi-ute
con ella, que parezca que ha surgido sola y anda sola.
Así que habrá que seguir en próximos años. Lo
malo es que todas las novedades se hacen costumbre,
de modo que el Maratón se va convirtiendo en una
especie de cebolla cada vez con más capas, y cada
vez necesita más tiempo y más dedicación. Bueno,
paro ya de hablar de este tema. Si quieres ver la pági-
na web con todos los detalles, la dirección es
www.alcama.orglmanitondecuentos.
Termino contándote algo relacionado con el
Maratón, pero también con mi vida política. Es una
historia emocionante, por eso te la cuento. Resulta
que cuando se celebró el Maratón ya se habían pro-
ducido las elecciones municipales. Como sabes, este
año no me habia presentado, asi que pocos días des-
pués (cuando se constituyeran las nuevas corporacio-
nes) iba a dejar de ser concejala, lo cual me daba más
pena de la que había imaginado. En el Maratón siem-
pre damos un período de tiempo a los politicos, y
MARAT6N DE CUENTOS DE GUADAWARA
siempre cuentan cuentos varios concejales, algún
delegado, algún parlamentario y el Alcalde; yo siem-
pre he contado en ese espacio y este año decidí des-
pedirme de la politica con ese acto. Escogi para ello
un poema, en vez de un cuento. Siempre me ha emo-
cionado ftaca, de Kavafis, y sobre todo en momentos
de despedida. Como el tema del Maratón de este año
eran los viajes, me pareció que el poema reunía todos
los requisitos. En los días anteriores me lo aprendí
muy bien, en una versión personal y simplificada que
partia de la versión que hizo Lluis Llach. Y me lo
sabía perfectamente, pero al llegar el momento pudo
más la emoción y fui incapaz de llegar al final.
Bueno, la cosa podría haber quedado así. Sin embar-
go, al día siguiente, después de dormir un poco de
siesta (había pasado toda la noche sin dormir) me
incorporé al Maratón y, unos minutos después, un
estudiante y aprendiz de escritor (el hijo de Carmeli,
para más señas) que era el cuentista que estaba espe-
rando para contar el siguiente cuento, recitó la ver-
sión más bonita y más emocionada que nunca he
oído ni volveré a oír de fiaca.
6 junio 2000
Te mando el programa del Maratón, que está ya al
caer, para que lo vivas un poco desde la distancia. Es
más complejo que otros años, no sé si hacemos bien
en crecer cada vez más.
19 junio 2000
Ayer acabó el Maratón y ha sido muy emocionan-
te para mi, más que otros años. En parte porque he
visto que no soy imprescindible, que ya se ha forma-
do un equipo muy sólido en el que todos saben lo que