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Problemas prácticos del consentimiento informado

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se <strong>del</strong>ibera, para así elegir aquel curso de acción que nos acerque más a la consecución<strong>del</strong> fin propuesto. La <strong>del</strong>iberación ha sido clásicamente el procedimientoaxiomático de la clínica, y también debe ser el de la ética, aunquehabiendo asumido los postulados de la Modernidad, como lo es el <strong>del</strong> respetoa las decisiones de los que están afectados por ellas.El quid <strong>del</strong> procedimiento <strong>del</strong>iberativo es poder llegar a articular correctamentefines y medios, pues “siendo las cosas lo que son y el hombre lo que es,conviene buscar en todo, no lo mejor absolutamente, sino lo mejor posibledadas las circunstancias” 32 . Pero como dice Pierre Aubenque, quien espereencontrar en el Libro III de la “Ética a Nicómaco” alguna aclaración sobre lamanera efectiva de hacer esto, es decir, que espere encontrar ahí una psicologíade la <strong>del</strong>iberación, va hacia la frustración, pues Aristóteles dedica la mayorparte <strong>del</strong> tiempo a dilucidar el objeto de la <strong>del</strong>iberación –sobre qué se <strong>del</strong>iberayel sujeto de la <strong>del</strong>iberación –quien <strong>del</strong>ibera correctamente-, pero no su procedimiento–cómo se <strong>del</strong>ibera-. Y lo que dice Aristóteles es que la <strong>del</strong>iberación esuna indagación sobre las cosas que no son necesarias, esto es, las que puedenhacerse de una o varias maneras, y que <strong>del</strong>ibera bien el hombre prudente. Ytambién dice –como nos recuerda de nuevo Pierre Aubenque, que “la <strong>del</strong>iberaciónconsigo mismo que no es sino la forma interiorizada de la <strong>del</strong>iberaciónen común, tal y como se practicaba, si no en la Asamblea <strong>del</strong> pueblo, al menosen el Consejo de los hombres de experiencia”, esto es, “prudentes”, de la democraciaateniense. Lo que no quiere decir que Aristóteles hurte al pueblo llano laposibilidad de participar en discursos prácticos <strong>del</strong>iberativos, pues para juzgarlas cosas sencillas que afectan a la colectividad no hace falta ser erudito, sinoque basta con ser “cultivado”.En resumen, entiendo que los mo<strong>del</strong>os interpretativo y <strong>del</strong>iberativo queplantean Emanuel y Emanuel satisfacen correctamente el procedimiento <strong>del</strong>iberativoe incorporan adecuadamente las exigencias morales respecto al <strong>consentimiento</strong><strong>informado</strong> que plantea el giro antropológico de la Modernidad.Pero sí que creo que el procedimiento <strong>del</strong>iberativo pone sobre la mesa unproblema que a mi modo de ver todavía está pendiente de resolver. En el mo<strong>del</strong>o<strong>del</strong>iberativo aristotélico, la <strong>del</strong>iberación versa sobre el modo de ajustar losmedios a los fines, es decir, la indagación versa sobre los medios, porque losfines están claros, vienen dados. El problema de la <strong>del</strong>iberación en ética médi-32 Aubenque P. La prudencia en Aristóteles. Barcelona: Crítica, 1999. pp. 123 y ss.42EL CONSENTIMIENTO INFORMADO: ABRIENDO NUEVAS BRECHAS

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