momento –René Marqués, José Luis González, FranciscoMatos Paoli, entre muchos otros y otras– perotambién los extranjeros que para los «occi<strong>de</strong>ntalistas»representaban la negación <strong>de</strong>l nacionalismo y labúsqueda <strong>de</strong> los i<strong>de</strong>ales «universales». Por ejemplo,<strong>las</strong> colaboraciones <strong>de</strong> Lionel Trilling, María Zambranoy Damián Carlos Bayón, y los homenajes que larevista les rin<strong>de</strong> a Juan Ramón Jiménez, Alfonso Reyeso Balzac, pongamos por caso, sirven para probareste punto. La coinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los colaboradoresextranjeros entre Asomante y Orígenes habla<strong>de</strong> principios estéticos e i<strong>de</strong>ológicos compartidos.También Lezama, Vitier y García Marruz aparecenen la publicación puertorriqueña, aunque es notablela ausencia <strong>de</strong> puertorriqueños y dominicanos enOrígenes. Pero la coinci<strong>de</strong>ncia fue particularmentevisible y reveladora en el caso <strong>de</strong> los colaboradoresespañoles y los estaduni<strong>de</strong>nses. La atención que Nilitales prestó a <strong>las</strong> letras estaduni<strong>de</strong>nses es <strong>de</strong> singularrelevancia para enten<strong>de</strong>r los paralelismos con larevista cubana.Hay una clara semejanza entre la admiración <strong>de</strong>Nilita y Rodríguez Feo por la literatura estaduni<strong>de</strong>nse.Esta coinci<strong>de</strong>ncia va más allá <strong>de</strong> la mera presencia<strong>de</strong> los mismos colaboradores norteamericanosen sus respectivas revistas. Los principios queconformaban <strong>las</strong> visiones estéticas <strong>de</strong> los dos editoresquedaron marcados por sus lecturas y contactoscon críticos <strong>de</strong> los Estados Unidos. Dado suseñalado interés en este sentido, no es casual queNilita fuera la autora <strong>de</strong>l primer libro en españolsobre Henry James (Introducción a Henry James,San Juan, Ediciones <strong>de</strong> La Torre, 1956) y que ensu revista se publicaran trabajos <strong>de</strong> y sobre diversosescritores <strong>de</strong> ese país. Por su parte, los gustosy preferencias <strong>de</strong> José Rodríguez Feo eran muy parecidos,si no idénticos. Por ello tradujo y editóen Orígenes un ensayo <strong>de</strong> Henry James sobre Balzacy muy frecuentemente aparecieron en su revistatextos <strong>de</strong> creación literaria <strong>de</strong> autores norteamericanosy estudios sobre esa literatura. Como ocurriócon la editora <strong>de</strong> Asomante, Rodríguez Feo publicóa escritores estaduni<strong>de</strong>nses –el caso <strong>de</strong> WallaceStevens fue el más importante por el impacto quesu relación con Rodríguez Feo tuvo en la propiaobra <strong>de</strong>l estaduni<strong>de</strong>nse– o textos sobre esa literatura.Tanto Rodríguez Feo como Nilita adoptaroncomo mo<strong>de</strong>los a los teóricos <strong>de</strong>l «New Criticism»estaduni<strong>de</strong>nse y quedaron marcados por otros críticosnorteamericanos <strong>de</strong> importancia. Fue particularmenterevelador el impacto <strong>de</strong> F. O. Matthiessenen el caso <strong>de</strong>l editor <strong>de</strong> Orígenes. Por su parte,para la editora <strong>de</strong> Asomante, el angloestaduni<strong>de</strong>nseEric Bentley fue quien cumplió una función paralela.Pero, en ambos casos, hay que notar que niBentley ni Matthiessen –especialmente este último,fundador <strong>de</strong> los llamados «American Studies» consu seminal estudio <strong>de</strong> la generación <strong>de</strong> Emerson yWhitman, intelectual <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncias socialistas, homosexualy víctima <strong>de</strong> la persecución macartista–caben cómodamente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los parámetros <strong>de</strong>l«New Criticism», escuela dominante en ese momentoen los Estados Unidos y que influyó tanto aRodríguez Feo como a Nilita. Esa clara afinidadpor <strong>las</strong> letras y la crítica estaduni<strong>de</strong>nse une a loseditores <strong>de</strong> Orígenes y Asomante, pero está ausente<strong>de</strong> La Poesía Sorprendida.A pesar <strong>de</strong>l reconocimiento internacional <strong>de</strong> Asomantey <strong>de</strong> la admiración <strong>de</strong> la editora por la culturaestaduni<strong>de</strong>nse, en 1970 la Asociación <strong>de</strong> Graduadas<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Puerto Rico, organizaciónque había servido <strong>de</strong> apoyo a Asomante <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sufundación, rompió su relación con esta y trató <strong>de</strong>quedarse con la revista, ya que consi<strong>de</strong>raba queambas, la publicación y su editora, eran «comunistas»,término que se usaba en Puerto Rico, tras la42
Revolución Cubana, para c<strong>las</strong>ificar a los intelectualesque no apoyaban el proyecto <strong>de</strong> los «occi<strong>de</strong>ntalistas»ni el estatus colonial <strong>de</strong> la Isla. Nilita perdióen los tribunales el caso legal contra sus opositoras,encabezadas por una exsenadora <strong>de</strong>l Partido PopularDemocrático, Juana Rodríguez Mundo, quien,con sus aliadas, publicó un número <strong>de</strong> Asomanteque nada tenía que ver por su falta <strong>de</strong> calidad estéticay perspectivas críticas con la revista <strong>de</strong> Nilita.Los colaboradores boricuas y extranjeros queapoyaron a la fundadora boicotearon el fracasadoproyecto <strong>de</strong> Rodríguez Mundo y organizaron unacampaña internacional en su apoyo, encabezada porautores como Ángel Rama, Stephen Gilman y JoséLuis Cano, entre muchísimos otros intelectuales <strong>de</strong>reconocimiento internacional. Tras la pérdida <strong>de</strong> los<strong>de</strong>rechos al nombre <strong>de</strong> su revista, Nilita creó unanueva publicación que llamó muy a propósito SinNombre y que, para ella al menos, era la vieja Asomanterediviva.Este somero recuento <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> <strong>las</strong> trespublicaciones antillanas hace ya evi<strong>de</strong>ntes los paralelismosy <strong>las</strong> diferencias entre el<strong>las</strong>. Un cotejo <strong>de</strong>sus páginas así los confirman. Hay nombres antillanos,cubanos en específico –Lezama, Vitier y GarcíaMarruz–, que aparecieron como colaboradoresen <strong>las</strong> tres. Asomante se anunciaba en Orígenesy la revista cubana era comentada en la dominicana.Las tres compartían amigos y autores españoles:Jiménez, Salinas, Guillén. Cernuda y Aleixandreno publicaron en La Poesía Sorprendida perosí en Orígenes y Asomante. La ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> losliberales españoles fue evadir la publicación dominicana,que siempre se vio como sospechosa <strong>de</strong>posiciones políticas <strong>de</strong>rechistas por el mero hecho<strong>de</strong> editarse en un país bajo el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un dictadorque seguía fielmente <strong>las</strong> líneas <strong>de</strong> política internacionaldictadas por los Estados Unidos. Por ellomismo son más reveladoras en el caso dominicano<strong>las</strong> traducciones <strong>de</strong> otros escritores europeos que laausencia <strong>de</strong> los colaboradores españoles que aparecenfrecuentemente en <strong>las</strong> otras dos revistas. Estastraducciones apuntan a i<strong>de</strong>as estéticas compartidasentre <strong>las</strong> tres revistas. En todas aparecieron ensayoso poemas <strong>de</strong> Paul Valéry, T. S. Eliot y StephenSpen<strong>de</strong>r, por ejemplo. Pero, sobre todo, la semejanzamayor entre <strong>las</strong> tres está en la comunión <strong>de</strong>ciertos principios estéticos. Todas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus circunstanciasnacionales, buscaban eso que llaman«lo universal». El lema <strong>de</strong> La Poesía Sorprendida–«Poesía con el Hombre Universal»– así lo <strong>de</strong>clarabaabiertamente. La vuelta a los «orígenes» y el«asomarse» al mundo <strong>de</strong> <strong>las</strong> otras dos revistas sonvariantes <strong>de</strong> semejante preocupación y <strong>de</strong>l mismoprincipio.Pero esa preocupación compartida revela tambiéndiferencias <strong>de</strong> matices que, creo, son productos<strong>de</strong> <strong>las</strong> circunstancias nacionales que conformabancada revista. La Poesía Sorprendida se producíaen un país dominado por una dictadura represiva,una <strong>de</strong> <strong>las</strong> más violentas y grotescas <strong>de</strong> toda la AméricaLatina. La revista se consi<strong>de</strong>raba abiertamenteen contra <strong>de</strong> la publicación oficial <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong>Cultura <strong>de</strong>l trujillato, Cua<strong>de</strong>rnos Dominicanos<strong>de</strong> Cultura. En uno <strong>de</strong> los números <strong>de</strong> La PoesíaSorprendida se ataca fieramente a Pedro RenéContín Aybar y a Héctor Incháustegui Cabral, lospoetas que dirigían esa otra publicación oficial. Eranorma <strong>de</strong> La Poesía Sorprendida no editar obra <strong>de</strong>nadie que publicara en Cua<strong>de</strong>rnos. Y aunque en elnúmero que le <strong>de</strong>dican al centenario <strong>de</strong> la creación<strong>de</strong> la República Dominicana «La Poesía Sorprendida[...] saluda a su actual Primer Mandatario, S. E.Doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, y a su Gobierno»,saludo obligatorio para sobrevivir, en muchasocasiones encontramos reproches crípticos al43
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