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Liahona 1995 Agosto - LiahonaSud

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por Sharon Ruckero son grandes jugadores de basquetbol, pero sonresueltos, pensé, mientras miraba al cuadro contrariocorrer de un lado al otro de la cancha.Eran más jóvenes, más bajos y tenían menos experienciaque los jugadores de nuestro equipo, pero seguíanesforzándose a pesar de que era evidente que no teníanposibilidades de ganar.Randy, un muchacho de pelo claro, jugaba como si nosupiera el resultado de los tantos anotados. A pesar deque muy pocas veces estuvo en posesión de la pelota,corría de un lado al otro de la cancha, como si todo elpartido dependiera de él.Cuando sus compañeros le pasaban la pelota, la llevabaconsigo dando cuatro pasos, luego se paraba, lahacía rebotar contra el suelo y se la pasaba a otro jugador.Sin embargo, los arbitros no sancionaban la jugada,y nadie protestaba. Randy, que era discapacitado mental,jugaba lo mejor que podía.Cuando faltaban algunos segundos para terminar elpartido, agarró la pelota y sus compañeros le gritaronque la lanzara al cesto. Con la lengua de fuera de tantoconcentrarse, tiró y erró. Uno de nuestros jugadoresatajó la pelota, vaciló un momento y luego se la volvióa pasar a Randy."Tira la pelota", le gritó, mientras ambos equiposunían sus gritos de aliento al suyo.La pelota se elevó, pegó en el aro y rebotó haciafuera. Nuevamente se la dieron, y de nuevo erró el tiro.Se había terminado el tiempo del partido, pero el timbreno sonó y los arbitros se quedaron en medio de la cancha.Todos ie gritaban a Randy que intentara nuevamente,y esa vez tiró la pelota, que hizo un arco en elaire y pasó por la red del cesto; había anotado los dosúltimos tantos del partido.Los espectadores gritaron entusiasmados y ios miembrosde ambos equipos rodearon a Randy para felicitarlo.Él saltaba una y otra vez como si hubiera ganado el partidoy yo me di cuenta de que, en realidad, lo había hecho.De la misma forma, tambiénganaron los jugadores que intervinieronen ese partido; todos secomportaron como verdaderosdeportistas: fueron justos y generosos.Esa noche, nadie regresó ala casa sintiéndose enojado nidesilusionado. No hubo jactanciasni burlas. No hubo perdedores,sólo ganadores. •bibliotecasud.blogspot.com

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