60 PATRICIA DE ARREGUIEl gasto público corriente en educación primaria ha venido <strong>de</strong>creciendosostenidamente en términos reales <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1987, a un ritmo ligeramente mayorque el gasto corriente educativo total 18 . Hacia 1991 era menor en casi dos terciosal gasto ejecutado en 1987; en ese año, cuando la matrícula en el nivel primarioequivalía a 55% <strong>de</strong> la matrícula pública total, el gasto en primaria absorbió 34%<strong>de</strong>l gasto corriente fiscal en educación.En términos <strong>de</strong> gasto unitario, el subsidio estatal a la educación primaria en1991 era <strong>de</strong> unos 62 dólares. Por encima <strong>de</strong> ello, el gasto que efectúan <strong>las</strong> familias-aun restringiendo el universo a aquél<strong>las</strong> que envían a sus hijos a escue<strong>las</strong>públicas- parece ser consi<strong>de</strong>rable: según estimados recientes, la contribuciónfamiliar por alumno 19que asiste a un colegio primario estatal sería equivalentea 188% <strong>de</strong>l subsidio estatal en Lima, 151% en otras ciuda<strong>de</strong>s y 61% en el mediorural (Rodríguez 1993). Aun así, el costo unitario <strong>de</strong> la educación privada resultabastante más elevado: estimados <strong>de</strong> esta última fuente, referidos a 1991, lo sitúanalre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 478 dólares anuales en Lima Metropolitana, 268 en otras zonasurbanas y 86 dólares en el área rural.En cuanto a los docentes, <strong>de</strong> los 138,994 profesores <strong>de</strong>dicados a la educaciónprimaria <strong>de</strong> menores en 1990 2 0 , 90% pertenecía al sector público, y tenían unacarga promedio <strong>de</strong> aproximadamente 28 alumnos. Datos para 1981 indican que,a diferencia <strong>de</strong> los maestros <strong>de</strong> otros niveles educativos, la proporción <strong>de</strong> ellostrabajando en áreas rurales (aproximadamente 40%) era similar a la proporción <strong>de</strong>la población nacional que residía en dichas regiones; la violencia imperante en elcampo <strong>de</strong>be sin duda haber modificado esta relación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces. Por otrolado, como ya se mencionó, cerca <strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> los docentes (47.6%) carecían<strong>de</strong> título pedagógico, <strong>situación</strong> que <strong>de</strong>be haberse agravado tremendamente enlos últimos tiempos con el dramático <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> <strong>las</strong> remuneraciones 21 . Si setoma en cuenta que más <strong>de</strong> un tercio <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> los centros educativos <strong>de</strong>l paísHeikkenen (1991) estiman que en 1988 la repitencia en primaria originó un gasto equivalente a 65millones <strong>de</strong> dólares. <strong>La</strong>s diferencias resultan comprensibles por tratarse <strong>de</strong> un periodo <strong>de</strong> altainflación y <strong>de</strong> retraso cambiario, lo cual dificulta la <strong>de</strong>flatación y conversión <strong>de</strong> <strong>las</strong> cifras.18. El gasto ejecutado total durante 1987 y los años siguientes no refleja sino parcialmente <strong>las</strong>priorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> atención que los planes formales <strong>de</strong>l gobierno aprista asignaban a <strong>las</strong> áreas <strong>de</strong>lTrapecio Andino, a <strong>las</strong> microrregiones, a <strong>las</strong> comunida<strong>de</strong>s campesinas y nativas, a <strong>las</strong> áreasurbano-marginales, etcétera. Pese al intento <strong>de</strong> dar también prioridad a la inversión educativa,como parte <strong>de</strong> su estrategia reactivadora, el nivel <strong>de</strong> 8.6% <strong>de</strong> gasto <strong>de</strong> capital registrado en 1986 nose reeditó, habiendo en promedio girado alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 4% <strong>de</strong>l gasto total educativo (este cálculoexcluye la educación universitaria; ILEE 1993).19. Incluye gastos directos en matrícula, libros, uniformes y otros.20. <strong>La</strong> educación primaria <strong>de</strong> adultos contaba hacia 1990 con no más <strong>de</strong> 100,000 alumnos entodo el país.2<strong>1.</strong> Según un reciente estudio <strong>de</strong> GRADE (Arregui 1993), el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> los niveles <strong>de</strong> ingresoy empleo registrados entre 1986 y 1991 <strong>de</strong> quienes se formaron para ser maestros, es mayor queel <strong>de</strong> todas <strong>las</strong> otras carreras más comunes.
DINÁMICA DE LA TRANSFORMACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO 61son unidocentes -principalmente <strong>las</strong> escue<strong>las</strong> primarias situadas en el medio rural-,la falta <strong>de</strong> formación <strong>de</strong> los maestros resulta un factor más preocupante aun.2.3 Educación secundariaEn 1991 se matricularon 1 '921,220 estudiantes en el nivel secundario, cifra quecasi triplica la registrada veinte años atrás y que correspon<strong>de</strong> a 25% <strong>de</strong> la matrículatotal <strong>de</strong>l sistema educativo 22 . Pese a que en los dos últimos años la tasa <strong>de</strong>crecimiento <strong>de</strong> la matrícula pública en este nivel ha sido negativa, 85% <strong>de</strong> losestudiantes continuaban siendo atendidos en colegios <strong>de</strong>l Estado.Del grupo <strong>de</strong> edad normativo, 12 a 16 años <strong>de</strong> edad, 88% estaba asistiendoa la escuela en 1990; muchos <strong>de</strong> ellos, sin embargo, estaban matriculados enalgún grado <strong>de</strong> primaria, <strong>de</strong>bido a un ingreso tardío, a <strong>de</strong>serciones temporaleso a la repetición <strong>de</strong> uno o varios grados. <strong>La</strong> matricula en secundaria <strong>de</strong> menores(1 '697,943 en 1990) no llega a más <strong>de</strong> 68% <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> edad normativo, peroincluía a muchos estudiantes <strong>de</strong> mayor edad 23 ; por lo tanto, el porcentaje <strong>de</strong> losadolescentes <strong>de</strong> doce a dieciséis años que estaban matriculados en secundaria<strong>de</strong>be ser aun menor. No ha sido posible, con <strong>las</strong> cifras disponibles, calcular quéporcentaje <strong>de</strong> los que terminan la primaria se matriculan efectivamente en elprimer año <strong>de</strong> secundaria 24 .Como ocurría en el caso <strong>de</strong>l nivel primario, la repetición <strong>de</strong>l primer año <strong>de</strong>estudios es muy alta (26.3% según los más recientes estimados disponibles),como también lo es la <strong>de</strong>serción (6.4%). En promedio para todo el nivel, la tasa<strong>de</strong> repetición es 22% y la <strong>de</strong>serción 5% (Ministerio <strong>de</strong> Educación 1993) 2 5 . Decada mil alumnos que empiezan los estudios, 342 se gradúan en el plazo normal<strong>de</strong> cinco años, y otro tanto lo hacen en los siguientes dos años; con mayor<strong>de</strong>mora, el estimado final <strong>de</strong> graduados llega a 744. Estos 744 graduadospermanecen un promedio <strong>de</strong> 5.8 años en la secundaria (en lugar <strong>de</strong> los cinconecesarios), aunque la cohorte inicial" consume" 6.9 años-alumno por cada uno<strong>de</strong> ellos. Esto significa un "sobregasto" <strong>de</strong> aproximadamente veinte millones <strong>de</strong>dólares anuales (Ministerio <strong>de</strong> Educación 1993) 2 6 .22. <strong>La</strong> matrícula en 1992 llegó a 1'930,157 personas.23. Cálculos para 1986 muestran que 20% <strong>de</strong> los matriculados en la secundaria <strong>de</strong> menoressuperaban la edad normativa. Por <strong>de</strong>partamentos, ese porcentaje variaba en un rango <strong>de</strong> 8 a 37%(Ministerio <strong>de</strong> Educación 1993: tabla 4.5).24. Hasta ahora, sólo la educación primaria ha sido obligatoria.25. Los indicadores <strong>de</strong> eficiencia interna sólo se refieren a la educación <strong>de</strong> menores, que abarcaun 88% <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> la matrícula en ese nivel.26. Miranda y Pacheco (ILEE 1993) estiman una "pérdida" anual equivalente a quince millones<strong>de</strong> dólares anuales, con un periodo <strong>de</strong> referencia más reciente que el utilizado por el Ministerio parasus cálculos.