You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Theresa rió.<br />
—Claro que sí. Dije que t<strong>en</strong>ías ses<strong>en</strong>ta y ocho años,<br />
eras gordo y con un terrible ceceo; pero ya que causabas<br />
tanta lástima, decidí salir a comer contigo. Y ahora me<br />
persigues.<br />
—Oye, eso duele —replicó él. Guardó sil<strong>en</strong>cio—.<br />
Pero sí, estoy p<strong>en</strong>sando <strong>en</strong> ti.<br />
Ella miró las rosas.<br />
—Igual yo —respondió.<br />
Después de colgar, Theresa se s<strong>en</strong>tó <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio<br />
durante un rato y tomó la tarjeta de nuevo. La leyó <strong>una</strong> vez<br />
más y luego la guardó <strong>en</strong> su bolso para que estuviera<br />
segura. Conoci<strong>en</strong>do a sus compañeros de trabajo, alguno<br />
podría leerla cuando ella no se diera cu<strong>en</strong>ta.<br />
Durante la comida, Theresa recapituló lo ocurrido<br />
durante la semana anterior. Se guardó muy poco para sí y<br />
Deanna la escuchó totalm<strong>en</strong>te cautivada.<br />
—Parece que te fue de maravilla —dijo.<br />
—Así es. De verdad fue <strong>una</strong> de las mejores semanas<br />
que he pasado. Sólo que...<br />
—¿Qué?<br />
Nerviosa, trató de organizar sus ideas.<br />
—No estoy segura de que llegue a olvidar a Catherine.<br />
De pronto, Deanna rió.<br />
—¿Qué te causa tanta gracia? —preguntó Theresa<br />
sorpr<strong>en</strong>dida.