MESA 013

| la sala |
Ju li á n Qu i n t e ro Al d a n a
La Invitación y su Protocolo II
“Tres cosas son importantes en la vida de una persona: la primera
ser amable, la segunda ser amable y la tercera ser amable.”
Henry James
En el artículo anterior tratábamos aspectos
del “Protocolo Ordinario” para un uso doméstico,
con algunos trucos y recomendaciones
que nos permiten disfrutar con nuestros
invitados de manera agradable en torno
a una mesa: cómo disponer el salón, cómo
sentar a nuestros invitados o cuáles son las
elaboraciones más apropiadas para nuestra
celebración.
En este nuevo acercamiento quiero plantear
aspectos organizativos que tendremos que
tener en cuenta, tales como si nos decidimos
por una comida de pie o sentados, el tipo
de servicio más adecuado, el uso correcto
de los cubiertos y el empleo del móvil en la
mesa…
Para determinar qué propuesta elegir entre
de pie o sentados, lo más importante a tener
en cuenta es el espacio del que disponemos
y el número de invitados previsto, además
del tamaño de las mesas y el número de sillas.
Asimismo, tendremos que considerar si
la celebración tiene carácter formal o, por
el contrario, pretendemos un ambiente más
distendido.
Los invitados ocuparán un puesto fijo si se
opta por la opción en la que permanecen
sentados. En este caso, los invitados solo interactúan
con los comensales más próximos,
los situados a ambos lados y frente a ellos.
Es la más elegida para la celebración de almuerzos
y cenas. Por otro lado, si se escoge
que se mantengan de pie, los invitados se
pueden mover por toda la estancia sin tener
un sitio fijo a lo largo de toda la celebración,
con lo cual pueden interactuar con un número
mayor de invitados. Es frecuente que se
formen pequeños grupos, por sexo, por afinidad
laboral o por otros aspectos, y es aquí
donde el anfitrión debe ejercer de maestro de
ceremonias para favorecer la interacción y
evitar que queden invitados al margen de los
grupos. Para esta última opción, de manera