Excodra XXV: La estética

tuvo ante el Imperio romano. Las crónicas no hablan de su inteligencia, ni de
su capacidad como estadista, sino de su belleza. Elizabeth Báthory torturaba
de las formas más crueles hasta causarles la muerte a jóvenes vírgenes para,
luego, bañarse en su sangre o beberla sólo por conservar su hermosura porque
la belleza le confería poder.
Piensen en la horda de políticos que nos asolan ahora: No se les exige que
sean legos en leyes, ni en política, el área en la que van a desarrollar su vida
profesional, ni siquiera que sepan idiomas o tengan una carrera. Se les exige
que tengan una estética concreta, acorde con los tiempos que corren y al
puesto que van a desempeñar como representantes de la ciudadanía.
¿Recuerdan la chaqueta de pana de Felipe González, sustituida
inmediatamente por otras de alta costura cuando llegó a Moncloa? ¿Tienen
registrado el color de la chaqueta de Trinidad Jiménez, la que fuese candidata
a la alcaldía de Madrid por el PSOE? ¿Reconocen la coleta de Pablo Iglesias?
Estética, estética, estética...
El mundo no se mueve por ideas (la política es estética), ni por capacidad de
lucha (los deportes son estética), ni por baremos de calidad (todo aquello que
consumimos es estética), ni por la reivindicación del individuo frente al
colectivo (las tribus urbanas, estética).
Este es un mundo en el que, si ustedes responden con sumisión a las
imposiciones estéticas, tendrán más posibilidades de triunfar.
No se crean modernos, ni exclusivos, no crean que el marketing es algo del
siglo XXI. Esto, es algo que ya vimos en el Antiguo Egipto y así ha funcionado
siempre el ser humano, desde la antigüedad hasta la actualidad, pasando por
los regímenes totalitarios de ayer, de hoy, y de mañana.
CM