Excodra XXV: La estética

Entre la derivación y la parodia
Si vas por la calle y te cansas de la gente fea hay una explicación: La realidad
es fea. Si con cerrar los ojos no basta, siempre podemos recurrir al falso
realismo de la televisión para aliviarnos de la fealdad real­real o reírnos de
ella.
El falso realismo es un concepto del filósofo Theodor Adorno, quien sostiene
que todo programa de televisión se reviste de él para crear una estructuras
que influyan en la psicología del espectador. Hay dos tipos de programa, como
hay dos tipos de arte: el pretencioso, que realmente se cree su propia realidad
ficticia, y el banal, que solo pretende entretener y llegar al mayor número de
audiencia posible.
Decíamos que la calle, la vida, la realidad está llena de fealdad. La estética
posmoderna sólo se puede entender desde la mezcla y el eclecticismo: el objet
trouvé, la basura fotografiada, el cubismo, la performance... Adorno dice que
el arte postvanguardista se caracteriza por una pluralidad de estilos y
tendencias sobre los que la teoría estética no puede hacer nada, porque no
puede ofrecer una norma estética básica. Así, la televisión se vale también de
la mezcla, la disolución, la simplificación y la derivación para proporcionar su
peculiar entretenimiento.
Es posible que la producción de programas como España Directo diera tanto
éxito por su eclecticismo y su carácter de falso realismo, así como la de Gran
Hermano o Máster Chef. De este modo, el productor audiovisual se propone
exprimir este producto exitoso y emitir Andalucía Directo, Extremadura
Directo, Españoles por el mundo, Leoneses por el mundo, Murcianos por el
mundo, Callejeros, Callejeros viajeros, en el caso del derivado de España