Excodra XXV: La estética
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anónimos que han dejado huella en su paso por la televisión. Lo efímero que<br />
contiene algo “eterno”, en su caso, se convierte en el tótem y, a pesar de su<br />
éxito, continúa manteniendo su ideología y su idioma original.<br />
Como hemos dicho, todo los que programas acaban siendo mainstream,<br />
aunque en su momento nacieran como contraculturales o puramente<br />
posmodernos. Por eso, en este caso podemos negar la tesis de Baudrillard al<br />
decir que la parodia no es superior a otro tipo de expresión cultural, porque a<br />
través de la crítica, aunque se nos siga inoculando una serie de estructuras<br />
sociales, somos capaces de canalizar nuestra propia frustración y reírnos de<br />
nuestra propia estupidez.<br />
Aunque la meta siempre es superar a la expresión cultural anterior, lo difícil es<br />
mantener su carácter político una vez que el sistema lo ha integrado a través<br />
de la moda y de los medios de comunicación. A través de programas como<br />
APM no sólo se reproducen debates estéticos o ideológicos, sino que se<br />
prodiga una autorreflexión, cuanto menos, sana, que pretende examinar la<br />
representación de la vida pública y privada en el medio televisivo y que<br />
consigue, como decía Bürger, desenmascarar y reconocer simultáneamente los<br />
parámetros institucionales que se nos escapan, normalmente, a todos los<br />
espectadores.<br />
SRG