Imagen cardiovascular avanzada: RM y TC - Seram
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Monografías SERAM<br />
<strong>Imagen</strong> <strong>cardiovascular</strong> <strong>avanzada</strong>: <strong>RM</strong> y <strong>TC</strong>
Catalogación en Publicación de la Biblioteca Nacional<br />
IMAGEN <strong>cardiovascular</strong> <strong>avanzada</strong>: <strong>RM</strong> y <strong>TC</strong> / coordinadores, Francisco<br />
Tardáguila Montero, Joaquín Ferreirós Domínguez. — Madrid : Médica<br />
Panamericana, [2003]. — (Monografía SERAM)<br />
XII, 130 p. : il. col. ; 28 cm<br />
ISBN 84-7903-896-9<br />
1. Aparato circulatorio—Diagnóstico por imagen. I. Tardáguila Montero,<br />
Francisco. II. Ferreirós Domínguez, Joaquín. III. Serie<br />
616.1-073.75<br />
La medicina es una ciencia en permanente cambio. A medida que las nuevas investigaciones y la experiencia clínica amplían nuestro conocimiento, se requieren<br />
modificaciones en las modalidades terapéuticas y en los tratamientos farmacológicos. Los autores de esta obra han verificado toda la información con fuentes confiables<br />
para asegurarse que ésta sea completa y acorde con los estándares aceptados en el momento de la publicación. Sin embargo, en vista de la posibilidad de un<br />
error humano o cambios en las ciencias médicas, ni los autores, ni la editorial, o cualquier otra persona implicada en la preparación o la publicación de este trabajo,<br />
garantizan que la totalidad de la información aquí contenida sea exacta o completa y no se responsabilizan de errores u omisiones o de los resultados obtenidos<br />
del uso de esta información. Se aconseja a los lectores confirmarla con otras fuentes. Por ejemplo, y en particular, se recomienda a los lectores revisar el prospecto<br />
de cada fármaco que planean administrar para cerciorarse de que la información contenida en este libro sea correcta y que no se hayan producido cambios en las<br />
dosis sugeridas o en las contraindicaciones para su administración. Esta recomendación cobra especial importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso infrecuente.<br />
Los Editores han hecho todos los esfuerzos para localizar a los titulares del copyright del material fuente utilizado por el autor. Si por error u omisión, no se ha<br />
citado algún titular, se subsanará en la próxima reimpresión.<br />
Gracias por comprar el original. Esta monografía es producto del esfuerzo de profesionales como usted, o de sus profesores, si usted es estudiante. Tenga en cuenta<br />
que fotocopiarlo es una falta de respeto hacia ellos y un robo de sus derechos intelectuales.<br />
E DIT O RIAL M E DIC A<br />
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ISBN: 84-7903-896-9<br />
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forma o por ningún medio, ya sean mecánicos, electrónicos, fotocopiadoras, grabaciones o cualquier otro, sin el permiso previo de Editorial Médica Panamericana,<br />
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© 2004, Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM)<br />
© 2004, EDITORIAL MÉDICA PANAMERICANA, S. A.<br />
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Sociedad Española de<br />
Radiología Médica<br />
Monografías SERAM<br />
IMAGEN CARDIOVASCULAR<br />
AVANZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Coordinadores:<br />
Francisco M. Tardáguila Montero<br />
Joaquín Ferreirós Domínguez<br />
E DIT O RIAL M E DIC A<br />
BUENOS AIRES - BOGOTÁ - CARACAS - MADRID -<br />
MÉXICO - SÃO PAULO<br />
www.medicapanamericana.com
Índice de autores<br />
Rosa Bouzas Sierra<br />
Hospital Xeral-Cies. Vigo (Pontevedra)<br />
Pilar Caro Mateo<br />
DADISA. Unidad de Resonancia magnética, Cádiz<br />
Julián Vicente Del Cerro González<br />
Fundación Hospital de Alcorcón (Madrid)<br />
Jaime Fernández Cuadrado<br />
Hospital Universitario La Paz, Madrid<br />
Gabriel C. Fernández Pérez<br />
Hospital POVISA. Vigo (Pontevedra)<br />
Joaquín Ferreirós Domínguez<br />
Hospital Clínico San Carlos, Madrid<br />
Joaquín Gil Romero<br />
Hospital Clínico de Valencia<br />
Jorge Guijarro Rosaleny<br />
Hospital Clínico de Valencia<br />
Ramiro J. Hernández<br />
Hospital Mott Children's. Universidad de Michigan Ann Arbor, EEUU<br />
Elena Lonjedo Vicent<br />
Hospital Universitario Dr. Peset, Valencia<br />
Jesús López Lafuente<br />
Fundación Hospital de Alcorcón (Madrid)<br />
Antonio Luna Alcalá<br />
Clínica Las Nieves, Jaén<br />
Luis Martí-Bonmatí<br />
Hospital Universitario Dr. Peset, Valencia<br />
Vicente Martínez de Vega<br />
Sanatorio Ntra. Sra. Del Rosario, Madrid<br />
Vicente Martínez Sanjuán<br />
Exploraciones Radiológicas Especiales, S.A. (ERESA). Valencia<br />
Ramiro Méndez Fernández<br />
Hospital Clínico San Carlos, Madrid.<br />
Laura Oleaga Zufiría<br />
Hospital de Basurto, Bilbao<br />
Julio Palmero da Cruz<br />
Hospital Clínico de Valencia<br />
Ramón Ribes Bautista<br />
Hospital Reina Sofía, Córdoba<br />
Esther Rodríguez García<br />
Hospital Juan Canalejo, La Coruña<br />
Ildefonso Roldán Torres<br />
Hospital Universitario Dr. Peset, Valencia<br />
Fermín Sáez Garmendia<br />
Hospital de Cruces. Cruces. Baracaldo (Vizcaya)<br />
Rafaela Soler Fernández<br />
Hospital Juan Canalejo, La Coruña<br />
Alberto Sonlleva Ayuso<br />
Exploraciones Radiológicas Especiales, S.A. (ERESA). Valencia<br />
Francisco M. Tardáguila Montero<br />
Hospital POVISA, Vigo (Pontevedra)<br />
Isabel Torres Sánchez<br />
Hospital Universitario La Paz, Madrid<br />
Jose María Vida López<br />
Hospital Reina Sofía, Córdoba
Prólogo<br />
La comisión científica de la Sociedad Española de Radiología (SERAM) ha decidido la elaboración de una<br />
monografía anual sobre diversos aspectos de nuestra especialidad que, a nuestro juicio, pudieran ser de<br />
utilidad para los radiólogos. Es de todos conocido que vivimos en un momento en el que la información<br />
científica es cuantiosa, acaso en exceso, sin embargo actualizaciones globales de algún tema escritas en<br />
español, y dirigidas al ámbito radiológico latinoamericano son escasas. Por ello hemos pensado que sería de<br />
interés general la elaboración de un libro en el cual apareciesen una serie de artículos con una estructura<br />
homogénea, que partiendo de un nivel elemental, apropiado para residentes en período de formación,<br />
consiguiese ser además una puesta al día actualizada que lo haga útil para la generalidad de los<br />
especialistas.<br />
Hemos pensado iniciar este camino con una monografía dedicada a la imagen <strong>cardiovascular</strong> <strong>avanzada</strong>.<br />
Nos parece apropiado este tema porque en él se unen dos aspectos cruciales: primero, es un tema objeto de<br />
profundas transformaciones que afectan al manejo radiológico de un gran número de pacientes.<br />
Segundo, buena parte de los radiólogos no están familiarizados con la patología cardíaca, cuyo diagnóstico<br />
por la imagen ha estado tradicionalmente en manos de los cardiólogos. La aparición de los <strong>TC</strong><br />
multidetectores, capaces de visualizar y diagnosticar las enfermedades de las arterias coronarias,<br />
así como la generalización de las técnicas de perfusión y viabilidad miocárdica en la <strong>RM</strong> hacen inaplazable<br />
la entrada de los radiólogos en el diagnóstico de esta patología, y debemos hacerlo además con un alto nivel<br />
de conocimientos y calidad.<br />
Pese a todo lo dicho, no significa que nuestra vocación sea dedicarnos en exclusiva a temas nuevos<br />
relacionados con la alta tecnología, y como demostración de esto, estamos ya trabajando en la elaboración<br />
de una segunda monografía que tratará sobre «La Radiología que dejamos de lado», haciendo referencia a<br />
ese gran número de exploraciones radiológicas que en muchos hospitales no son informadas, incluyendo<br />
parte de la traumatología con aspectos tan destacados como fracturas, valoración de prótesis, escoliosis<br />
con sus mediciones, radiología dental, ortopantomografía, <strong>TC</strong> dentales o la densitometría ósea.<br />
La Comisión Científica parte del convencimiento absoluto de que no debería existir ninguna exploración de<br />
imagen sin su correspondiente informe radiológico riguroso, para lo cual se requieren conocimientos básicos<br />
sobre estas materias, lo que justifica sobradamente una monografía dedicada a este fin, pudiendo servir<br />
además como libro de consulta sobre estos temas.<br />
Es nuestra vocación servir a la Radiología y a los radiólogos. Y creemos que esto debe ser una labor<br />
colectiva de toda nuestra sociedad, por ello los autores de los artículos serán mayoritariamente miembros de<br />
la misma, quienes trabajarán con dedicación y alto nivel de calidad en los temas sobre los cuales escriban<br />
sus artículos y que se caracterizarán además por su capacidad docente, con acreditada aptitud para<br />
transmitir conocimientos. Sin embargo, no renunciamos a recurrir al concurso de expertos, miembros de
VIII PRÓ LO G O<br />
otras sociedades científicas, muy especialmente de aquellas de habla hispana, otros especialistas<br />
o incluso miembros de otras profesiones (como pudieran ser físicos, ingenieros, etc.), cuando el tema<br />
lo requiera.<br />
La comisión científica de la SERAM es responsable de la elección del tema y de la elaboración del índice<br />
de cada monografía, así como de la selección de los autores de los trabajos. Los directores son responsables<br />
de la coordinación y de la revisión de los artículos antes de su publicación. Además, hay detrás de cada<br />
uno de estos ejemplares el trabajo de muchas personas sin las cuales no sería posible su elaboración,<br />
y muy especialmente el personal de la secretaría de la SERAM, a quienes quiero manifestar mi<br />
reconocimiento y gratitud por su profesionalidad y paciencia.<br />
Por último, el hecho de que una sociedad científica con recursos económicos limitados decida utilizarlos<br />
para financiar un trabajo como éste define mejor que cualquier discurso los objetivos que ésta persigue.<br />
Por todo ello y por tomar la decisión de respaldar esta aventura quiero dar las gracias a la junta directiva<br />
de la SERAM y expreso desde aquí mi confianza en que este libro demuestre que no se han equivocado.<br />
Francisco M. Tardáguila Montero<br />
Presidente de la comisión científica de la SERAM
Introducción<br />
La función más importante de una sociedad científica como la SERAM es la de promover el conocimiento en<br />
el colectivo de profesionales que se agrupa a través de la formación continuada. Uno de los instrumentos<br />
más importantes, para conseguir este objetivo, es la promoción de materiales que faciliten el acceso a una<br />
información científica de forma integrada, rigurosa y actualizada.<br />
Nuestra Sociedad tiene delegada en su Comisión Científica, presidida por el doctor Francisco M. Tardáguila,<br />
la responsabilidad de garantizar el máximo rigor en la selección de autores, producción de materiales y<br />
acreditación de actividades relacionadas con la formación de sus miembros; manteniendo un criterio de<br />
equilibrio entre las distintas áreas de conocimiento de nuestra especialidad y con una especial sensibilidad<br />
para incidir en los temas emergentes y en las nuevas disciplinas que debemos incorporar en nuestra práctica<br />
profesional.<br />
La Junta Directiva de la SERAM ha decidido apoyar la iniciativa de su Comisión Científica para la publicación<br />
de estas Monografías con periodicidad anual. También nos planteamos como objetivo abrir la participación<br />
en su elaboración a profesionales de otras Sociedades, especialmente las integradas en el Colegio<br />
Interamericano de Radiología, y a otras disciplinas además de la Radiología.<br />
Los miembros de la SERAM tenemos que reconocer y agradecer la contribución de los autores de esta<br />
monografía y de las que la seguirán, por el esfuerzo y nivel científico de sus aportaciones que les prestigian a<br />
ellos y a nuestra Sociedad.<br />
Personalmente quiero agradecer por su trabajo y generosidad a todos los miembros de la Comisión Científica<br />
y a la doctora Laura Oleaga, Vicepresidenta de la SERAM, por su especial dedicación a este proyecto.<br />
Lluís Donoso Bach<br />
Presidente de la SERAM
Índice<br />
Prólogo ................................................................................................................................ VII<br />
Francisco M. Tardáguila Montero<br />
Introducción ....................................................................................................................... IX<br />
Lluís Donoso Bach<br />
Capítulo 1. Corazón: lo que el radiólogo debe conocer................................................................... 1<br />
Laura Olega Zufiría<br />
Capítulo 2. Estudio cardíaco con <strong>RM</strong>: morfología y función............................................................ 11<br />
Esther Rodríguez García y Rafaela Soler Fernández<br />
Capítulo 3. Características y aplicaciones clínicas de la <strong>RM</strong> en el estudio de las miocardiopatías . 27<br />
Rafaela Soler Fernández y Esther Rodríguez García<br />
Capítulo 4. Viabilidad miocárdica........................................................................................................ 39<br />
Luis Martí-Bonmatí e Ildefonso Roldán Torres<br />
Capítulo 5. Estrés miocárdico .............................................................................................................. 47<br />
Alberto Sonlleva Ayuso y Vicente Martínez Sanjuán<br />
Capítulo 6. Cardiopatías congénitas. <strong>RM</strong> ........................................................................................... 57<br />
Fermín Sáez Garmendia y Ramiro J. Hernández<br />
Capítulo 7. Patología coronaria ........................................................................................................... 69<br />
Vicente Martínez de Vega<br />
Capítulo 8. Fisiopatología de la placa de ateroma............................................................................ 75<br />
Gabriel C. Fernández Pérez<br />
Capítulo 9. Tumores y otras masas cardíacas.................................................................................... 79<br />
Antonio Luna Alcalá, Ramón Ribes Bautista y Pilar Caro Mateo<br />
Capítulo 10. Enfermedad pericárdica ................................................................................................... 87<br />
Ramón Ribes Bautista, Antonio Luna Alcalá, Pilar Caro Mateo y José María Vida López<br />
Capítulo 11. Síndrome aórtico agudo................................................................................................... 93<br />
Francisco M. Tardáguila Montero<br />
Capítulo 12. Tromboembolismo pulmonar: angiografía pulmonar con <strong>TC</strong> helicoidal y A<strong>RM</strong> 3D<br />
con contraste...................................................................................................................... 101<br />
Jaime Fernández Cuadrado y M. Isabel Torres Sánchez<br />
Capítulo 13. Angio-<strong>RM</strong> y angio-<strong>TC</strong> de miembros inferiores.............................................................. 107<br />
Julio Palmero da Cruz, Joaquín Gil Romero, Jorge Guijarro Rosaleny y Elena Lonjedo Vicent
XII ÍN DIC E<br />
Capítulo 14. Angio-<strong>RM</strong> y angio-<strong>TC</strong> de las arterias renales ................................................................ 113<br />
Ramiro Méndez Fernández y Joaquín Ferreirós Domínguez<br />
Capítulo 15. Angio-<strong>TC</strong> y angio-<strong>RM</strong> de las arterias viscerales............................................................ 119<br />
Rosa Bouzas Sierra<br />
Capítulo 16. Troncos supraaórticos (Eco, <strong>TC</strong>, <strong>RM</strong>)............................................................................. 125<br />
Julián Vicente del Cerro González y Jesús López Lafuente<br />
Preguntas de la monografía.................................................................................................................. 131<br />
Índice analítico........................................................................................................................................ 147
1<br />
Corazón:<br />
lo que el radiólogo debe conocer<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Las enfermedades <strong>cardiovascular</strong>es, hipertensión, enfermedad<br />
coronaria, malformaciones congénitas cardíacas, miocardiopatías,<br />
infartos cerebrales y enfermedad vascular periférica, constituyen<br />
la primera causa de morbilidad y mortalidad en los países<br />
desarrollados. En España se producen al año unas 40.000 muertes<br />
por cardiopatía isquémica 1 .<br />
El desarrollo de nuevos métodos de imagen no invasivos para<br />
el diagnóstico y monitorización de las enfermedades <strong>cardiovascular</strong>es<br />
ha supuesto una gran revolución en la últimas dos décadas.<br />
Estas técnicas han ido progresivamente reemplazando al cateterismo<br />
y a la angiografía.<br />
El avance que se ha conseguido ha modificado de forma sustancial<br />
el algoritmo diagnóstico en todo tipo de enfermedades <strong>cardiovascular</strong>es,<br />
tanto congénitas como adquiridas2 .<br />
Dentro de los procedimientos no invasivos de que disponemos<br />
actualmente se incluyen la ecografía, la tomografía computarizada<br />
(<strong>TC</strong>), la resonancia magnética (<strong>RM</strong>), la gammagrafía (Talio-<br />
201, Tc-99 [sestamibi]), la tomografía con fotones (SPECT) y por<br />
emisión de positrones (PET) 2 .<br />
Tradicionalmente el estudio de la patología cardíaca se basaba<br />
en la demostración de alteraciones morfológicas mediante la realización<br />
de una Rx de tórax, angiografía o cateterismo. La introducción<br />
de otros métodos de imagen, como la ecocardiografía<br />
(transtorácica, transesofágica) o la medicina nuclear, permitió obtener<br />
no solamente datos morfológicos sino también cuantificarlos,<br />
pudiendo así determinar la función cardíaca. Esta información cuantitativa<br />
tiene una gran importancia pues permite determinar de una<br />
forma objetiva los efectos del tratamiento médico o quirúrgico3, 4 .<br />
Los radiólogos nos hemos mantenido al margen del diagnóstico<br />
de las enfermedades <strong>cardiovascular</strong>es, debido a que tanto el<br />
cateterismo como la ecocardiografía han estado a cargo de los servicios<br />
de cardiología.<br />
Los equipos actuales de <strong>TC</strong> y <strong>RM</strong>, gracias al gran desarrollo técnico<br />
que han alcanzado, permiten también realizar análisis cuantitativos<br />
de la función cardíaca, lo que ha contribuido actualmente al<br />
mayor interés de los radiólogos en este campo.<br />
Si no queremos perder la oportunidad de participar en este área,<br />
es necesario alcanzar un alto nivel de competencia que nos permita<br />
conseguir reconocimiento dentro de la comunidad médica. Para<br />
Laura Oleaga Zufiría<br />
poder ser competitivos es necesario un conocimiento profundo tanto<br />
de la patología que afecta a este tipo de pacientes como de los diferentes<br />
métodos de diagnóstico de que disponemos para su estudio.<br />
MÉTODOS DE IM AGEN<br />
El diagnóstico de la mayoría de las enfermedades <strong>cardiovascular</strong>es<br />
se realiza actualmente mediante métodos de imagen no<br />
invasivos. Disponemos de una gran cantidad de procedimientos<br />
que pueden ser empleados para el diagnóstico de este tipo de patología.<br />
Cada técnica tiene sus aplicaciones así como sus ventajas e<br />
inconvenientes y es necesario conocerlas para poder aplicarlas de<br />
una forma racional 2 .<br />
Dentro de las técnicas no invasivas de que disponemos en los<br />
servicios de radiología se incluyen: la Rx de tórax, la <strong>TC</strong> y la <strong>RM</strong>.<br />
1. Rx tórax<br />
La Rx de tórax sigue siendo un elemento básico y debe ser el<br />
primer estudio a realizar en un paciente con sospecha de enfermedad<br />
<strong>cardiovascular</strong>. En primer lugar porque se trata de un procedimiento<br />
rápido, seguro y barato.<br />
Permite excluir otro tipo de patología que puede ser la causante<br />
de los síntomas del paciente y puede estar provocando una sintomatología<br />
similar.<br />
En una Rx de tórax podemos analizar el tamaño y morfología<br />
de las cámaras cardíacas y los grandes vasos, así como su posición.<br />
También nos permite demostrar calcificaciones cardíacas, en las<br />
arterias coronarias o en el pericardio, que pueden ayudarnos en el<br />
diagnóstico.<br />
Finalmente es un método excelente para evaluar la hemodinámica<br />
pulmonar, tanto los signos de edema pulmonar como de fallo<br />
cardíaco, permitiendo detectarlos antes incluso de que aparezcan<br />
los síntomas físicos 2 .<br />
2. Tomografía computarizada<br />
La <strong>TC</strong>, fundamentalmente tras la aparición de los equipos helicoidales<br />
con múltiples detectores, y la <strong>TC</strong> con haz de electrones<br />
han supuesto una revolución en el diagnóstico de las enfermeda-
2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
des <strong>cardiovascular</strong>es. Se ha conseguido reducir de forma considerable<br />
el tiempo de adquisición y reconstrucción de las imágenes,<br />
mejorando la resolución temporal de los estudios; por otro lado,<br />
se ha avanzado en la obtención de imágenes con una mayor resolución<br />
espacial 2 .<br />
Actualmente la adquisición de las imágenes es tan rápida que<br />
se pueden obtener estudios en tiempo real del corazón, lo que<br />
unido a la utilización de espesores de corte finos permite realizar<br />
reconstrucciones en todos los planos anatómicos cardíacos, así<br />
como reconstrucciones en tres dimensiones (3D).<br />
Las aplicaciones fundamentales de la <strong>TC</strong> incluyen el estudio de<br />
la aorta, tanto en la evaluación de los aneurismas, las disecciones y<br />
las arterias coronarias. Puede también utilizarse para demostrar<br />
aneurismas ventriculares, enfermedad pericárdica, permeabilidad<br />
de las prótesis en arterias coronarias y actualmente se está empleando<br />
también para el diagnóstico de los infartos con estudios de perfusión<br />
del miocardio 3 . Presenta una gran efectividad en la evaluación<br />
de calcificaciones tanto en las válvulas como en las arterias<br />
coronarias o en el pericardio.<br />
3. Resonancia magnética<br />
Los equipos de <strong>RM</strong> han mejorado de forma sustancial en la última<br />
década, lo que ha contribuido a ampliar su espectro de aplicaciones<br />
en las enfermedades <strong>cardiovascular</strong>es.<br />
Una de las principales limitaciones de la <strong>RM</strong> para su aplicación<br />
en el estudio del corazón es el movimiento cardíaco. Actualmente<br />
esta limitación ha sido superada gracias al diseño y desarrollo de<br />
nuevas bobinas y secuencias que proporcionan imágenes con una<br />
gran resolución y contraste en un período de tiempo muy corto.<br />
Estas nuevas secuencias se han diseñado para obtener imágenes<br />
sincronizadas con el movimiento cardíaco. Al mismo tiempo,<br />
debido a que su tiempo de adquisición es corto se pueden realizar<br />
los estudios en apnea, reduciéndose así no solamente los artefactos<br />
provocados por el movimiento cardíaco sino también aquellos<br />
ocasionados por el movimiento respiratorio.<br />
La <strong>RM</strong> ya no se emplea solamente para el estudio morfológico<br />
del corazón sino que se ha convertido en uno de los principales<br />
instrumentos para el estudio de la fisiopatología cardíaca 4 .<br />
Las aplicaciones actuales de la <strong>RM</strong> incluyen la evaluación de las<br />
malformaciones congénitas, estudio de la aorta, cuantificación de<br />
flujo, cuantificación y estudio de la función miocárdica, estudios de<br />
perfusión en el diagnóstico de los infartos, viabilidad miocárdica y<br />
estudio de las arterias coronarias 2, 3, 4 .<br />
4. Planos de imagen<br />
Debido a la situación del corazón dentro la cavidad torácica, el<br />
eje del corazón tiene una disposición oblicua con respecto al eje<br />
del cuerpo, por lo que al evaluar las cámaras cardíacas los estudios<br />
se planifican en relación al eje del corazón, no en relación al eje del<br />
cuerpo. La terminología que se emplea para denominar los planos<br />
anatómicos del corazón se ha venido utilizando de forma rutinaria<br />
en los estudios de ecografía y debemos familiarizarnos con ella 5 . El<br />
plano de dos cámaras o eje largo es paralelo al septo interventricular;<br />
el plano de cuatro cámaras es coronal con respecto al eje<br />
del corazón y perpendicular al plano sagital o de dos cámaras, y el<br />
plano de eje corto es perpendicular a los dos anteriores, es decir,<br />
perpendicular al septo interventricular (Fig. 1.1).<br />
EVALUACIÓN DEL SISTEM A<br />
CA RDIOVASCULA R<br />
El principal objetivo de los métodos de imagen, en la evaluación<br />
del sistema <strong>cardiovascular</strong>, es determinar la función cardíaca.<br />
Es necesario proporcionar imágenes estáticas morfológicas<br />
de calidad adecuada del corazón y obtener datos sobre la función<br />
cardíaca.<br />
Para realizar un seguimiento adecuado de estos pacientes, es<br />
importante conocer qué datos sobre morfología, tamaño, diámetros<br />
o función necesitan saber el clínico o el cirujano para poder realizar<br />
una correcta planificación del tratamiento médico o quirúrgico.<br />
1. Ventrículos<br />
AO<br />
AD<br />
AP<br />
VD<br />
AI<br />
Eje corto<br />
C uatro cámaras<br />
Dos cámaras<br />
(eje largo)<br />
Figura 1.1. Representación de los planos de imagen siguiendo el eje<br />
del corazón: eje largo (dos cámaras): paralelo al septo interventricular;<br />
cuatro cámaras: plano oblicuo a lo largo del eje longitudinal del<br />
corazón; eje corto: perpendicular al septo interventricular y paralelo<br />
al plano valvular.<br />
La función del corazón es suministrar oxígeno y nutrientes a las<br />
células y eliminar dióxido de carbono. La sangre desaturada es recogida<br />
por la vena cava superior, la vena cava inferior y el seno coronario,<br />
pasa a las cavidades derechas del corazón y es bombeada a<br />
la circulación pulmonar. Las cavidades izquierdas del corazón reciben<br />
la sangre oxigenada a través de las venas pulmonares y bombean<br />
esta sangre a través de la aorta a la circulación sistémica 6 .<br />
El ventrículo derecho soporta presiones bajas, de 25 mmHg,<br />
y el ventrículo izquierdo sin embargo soporta presiones más altas,<br />
de 125 mmHg. Esta diferencia de presiones hace que la pared del<br />
ventrículo derecho sea más delgada (2-3 mm) que la pared del ventrículo<br />
izquierdo (7-12 mm) (Tabla 1.1).<br />
La capacidad de llenado y expulsión de sangre de los ventrículos<br />
viene determinada por la fuerza prellenado y postllenado y por<br />
la contractilidad.<br />
VI
TABLA 1.1<br />
Valores normales de medidas cardíacas<br />
Ventrículo izquierdo:<br />
Fracción de eyección 50-70%<br />
Grosor pared septal anterior 0,7-1,2 cm<br />
Grosor pared posterolateral 0,7-1,2 cm<br />
Ventrículo derecho:<br />
Eje mayor 6,5-9,5 cm<br />
Eje menor 2,2-2,4 cm<br />
Grosor pared 0,2-0,3 cm<br />
Aurícula izquierda:<br />
Diámetro 1,9-4 cm<br />
Pericardio:<br />
Grosor 0,3-0,4 cm<br />
La fuerza prellenado es la fuerza que distiende el miocardio<br />
antes de su contracción. Cuanto mayor es el volumen de sangre<br />
en el ventrículo más distendido está el miocardio y mayor es la presión<br />
al final de la diástole 7, 8, 9 .<br />
La fuerza postllenado es la resistencia contra la cual el ventrículo<br />
se contrae. Viene determinada por la impedancia de la aorta y la<br />
arteria pulmonar, la resistencia arterial, la resistencia vascular periférica,<br />
la presión final diastólica, la masa sanguínea y la viscosidad de<br />
la sangre. La fuerza postllenado aumenta en la hipertensión y disminuye<br />
en los casos de insuficiencia aórtica o mitral 7, 8, 9 .<br />
La contractilidad es la fuerza de contracción de las fibras del<br />
miocardio.<br />
Ventrículo izquierdo<br />
La determinación de la función ventricular izquierda es un componente<br />
esencial de la evaluación de todo paciente con enfermedad<br />
cardíaca. Es necesaria una valoración tanto cualitativa como<br />
cuantitativa del ventrículo izquierdo.<br />
La ecografía es el método de elección para el estudio de la función<br />
cardíaca, pero tiene sus limitaciones en pacientes con una mala<br />
ventana acústica 8 .<br />
a b<br />
C O RAZÓ N : LO Q UE EL RADIÓ LO G O DEBE C O N O C ER 3<br />
Actualmente tanto la <strong>TC</strong> como la <strong>RM</strong> pueden aportar datos<br />
sobre la función cardíaca. Los estudios sobre función cardíaca se<br />
han centrado más en la <strong>RM</strong> y los avances que se están produciendo<br />
en este campo hacen pensar que la demanda de estudios cardíacos<br />
en el futuro va a aumentar de forma considerable 7, 8, 9 .<br />
Los datos de función cardíaca que vamos a evaluar en el ventrículo<br />
izquierdo son los siguientes:<br />
1. Volumen ventricular.<br />
2. Fracción de eyección.<br />
3. Masa miocárdica.<br />
4. Contractilidad del miocardio.<br />
Volumen ventricular. El volumen del ventrículo izquierdo y<br />
su fracción de eyección constituyen unos índices diagnósticos y pronósticos<br />
muy importantes 7, 8, 9, 10 .<br />
Para medir el volumen ventricular es necesario obtener los datos<br />
en al menos dos fases del ciclo cardíaco, al final de la sístole y al final<br />
de la diástole. Se debe medir en imágenes obtenidas siguiendo los<br />
ejes cardíacos, bien utilizando el plano de dos cámaras (eje largo)<br />
o el plano de eje corto, contorneando el borde del endocardio y<br />
el epicardio en la fase telesistólica y telediastólica del ciclo cardíaco<br />
(Fig. 1.2 a y b).<br />
Fracción de eyección. La medición que la mayoría de los cardiólogos<br />
requieren para valorar la función sistólica global del ventrículo<br />
izquierdo es la fracción de eyección. Constituye el principal<br />
factor predictivo de repetición de un nuevo episodio y de muerte en<br />
pacientes con enfermedad coronaria 7, 8, 11 .<br />
Representa el porcentaje o fracción de volumen diastólico del<br />
ventrículo izquierdo que es bombeado en la sístole, los valores normales<br />
varían entre el 50 y el 70% (Tabla 1.1).<br />
Se calcula midiendo el volumen telesistólico y telediastólico y<br />
calculando la diferencia mediante la siguiente fórmula:<br />
Fracción de eyección = volumen telediastólico -<br />
- volumen telesistólico/volumen telediastólico<br />
Masa cardíaca. La masa cardíaca tiene una gran importancia<br />
clínica, diagnóstica y para evaluar la eficacia del tratamiento.<br />
Figura 1.2. <strong>RM</strong> eco de gradiente eje largo (dos cámaras). Volumen ventricular: a) Medida del volumen del ventrículo izquierdo en fase telesistólica.<br />
b) Medida del volumen del ventrículo izquierdo en fase telediastólica.
4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Para medir la masa cardíaca se emplea el plano de eje corto,<br />
diversos estudios han demostrado que éste es el más apropiado<br />
para medirla. La medición puede realizarse en la fase telediastólica<br />
del ciclo cardíaco o telesistólica 7, 8, 9, 10 . El cálculo se realiza determinando<br />
el área epicárdica y endocárdica, que se calcula contorneando<br />
el epicardio y el endocardio, la diferencia corresponde al<br />
miocardio (Fig. 1.3).<br />
Contractilidad. Otro dato a valorar sobre función cardíaca es el<br />
movimiento de la pared ventricular y el espesor de la misma 7, 8, 9, 10 .<br />
El movimiento debe ser valorado en los tres ejes del corazón (dos<br />
cámaras, cuatro cámaras, eje corto). La medida del espesor de la<br />
pared se realiza en fase telediastólica (Fig. 1.4) (espesor de la pared<br />
del ventrículo izquierdo 9 mm).<br />
O tros conceptos que debemos conocer en relación al ventrículo<br />
izquierdo son los de perfusión y viabilidad del miocardio.<br />
Perfusión. La perfusión miocárdica indica la cantidad de sangre<br />
que llega e irriga el miocardio. En los pacientes con enfermedad isquémica<br />
hay una disminución del flujo debido a diferentes grados de estenosis<br />
de las arterias coronarias, lo que provoca una disminución del<br />
aporte de oxígeno al miocardio. Inicialmente esa hipoperfusión ocurre<br />
en el área subendocárdica y luego se extiende a medida que el<br />
flujo disminuye a todo el espesor de la pared del miocardio 12 .<br />
Existen diferentes técnicas para evaluar la perfusión del miocardio,<br />
entre otras: PET, SPECT, ecografía con contraste, <strong>TC</strong> y <strong>RM</strong>.<br />
Desde el punto de vista clínico es la PET el método que proporciona<br />
los datos más precisos en cuanto a cuantificación de la perfusión.<br />
Recientemente la <strong>RM</strong> se está convirtiendo en un claro competidor<br />
en este campo. Diversos trabajos han publicado la<br />
sensibilidad y especificidad comparativa entre las diferentes técnicas<br />
en la evaluación de las alteraciones de perfusión, la sensibilidad<br />
de la SPECT varía entre un 79-96% con una especificidad entre<br />
53-76%, la PET presenta una sensibilidad del 82-97% con una<br />
especificidad entre 82-100% y la <strong>RM</strong>, una sensibilidad entre 60-<br />
90% con especificidad entre 60-100% 10, 12, 13 .<br />
Debido a la gran cantidad de métodos que se han empleado en<br />
el estudio de la perfusión cardíaca y las diferencias en cuanto a nomenclatura,<br />
que han utilizado cada uno de ellos, no existen datos consis-<br />
Figura 1.3. <strong>RM</strong> eco de gradiente eje corto. Masa cardíaca. Representación<br />
del cálculo de la masa cardíaca trazando el contorno epicárdico<br />
y el contorno endocárdico, la diferencia corresponde al miocardio.<br />
tentes que puedan comparar unas técnicas con otras. De ahí que<br />
para homogeneizar este lenguaje, las diferentes sociedades científicas<br />
implicadas en el manejo de estos pacientes y técnicas, en un intento<br />
de que la nomenclatura que se utilice sea siempre la misma y haya<br />
una consistencia entre los datos que se obtengan, han creado una<br />
división del miocardio en segmentos, atribuyendo a cada uno de ellos<br />
un número y nombre basándose en su localización anatómica y permitiendo<br />
unir esta nomenclatura a la distribución topográfica de las<br />
arterias coronarias. Es muy importante familiarizarse con este lenguaje<br />
para utilizarlo en los informes radiológicos como método de<br />
comunicación con los clínicos 5 .<br />
En este esquema de segmentos el ventrículo izquierdo se divide<br />
en tres secciones iguales perpendiculares al eje largo del corazón:<br />
una basal, que pasa por el anillo de la válvula mitral; otra en<br />
la parte central de la cavidad cardíaca, en la región de los músculos<br />
papilares; y otra apical, distal a los músculos papilares. A su vez<br />
estas tres secciones las vamos a dividir en segmentos de forma circunferencial,<br />
aplicando un número a cada uno de ellos. Cada segmento<br />
esta irrigado por una de las tres ramas de las arterias coronarias<br />
y a cada uno se le asigna la rama que le corresponde (Fig.<br />
1.5). Este esquema es una forma gráfica y sencilla de determinar<br />
qué segmentos del miocardio están afectados y qué arterias son<br />
las implicadas. Además de utilizar este gráfico de segmentación<br />
cardíaca para valorar los defectos de perfusión, lo vamos a usar<br />
para evaluar la contractilidad cardíaca con el objetivo de determinar<br />
lo segmentos disquinéticos 5 .<br />
Viabilidad. El término viable cuando se refiere al miocardio<br />
significa tejido que presenta una alteración de su función (aquinesia<br />
o disquinesia) pero que es susceptible de recuperarse. La detección<br />
de la viabilidad miocárdica en pacientes con enfermedad isquémica<br />
cardíaca es de gran trascendencia, desde el punto de vista<br />
clínico, para la planificación del tratamiento. Esto es debido a que<br />
la revascularización de un tejido miocárdico con una alteración de<br />
su función, pero viable, puede mejorar la función del ventrículo<br />
izquierdo y con ello la supervivencia de los pacientes 14, 15, 16, 17 .<br />
Una alteración de la función del miocardio puede estar producida<br />
por una disminución aguda, subaguda o crónica de la per-<br />
Figura 1.4. <strong>RM</strong> eco de gradiente eje corto. Espesor del miocardio.<br />
Medida del grosor del miocardio en fase telediastólica en la pared septal<br />
y en la pared libre.
14<br />
13<br />
15<br />
16<br />
8<br />
9<br />
fusión del mismo. Los términos que se utilizan para describir la disfunción<br />
del miocardio son los de miocardio aturdido y miocardio<br />
hibernado. Ambos términos indican una alteración de la función<br />
pero que puede recuperarse, bien de forma espontánea (miocardio<br />
aturdido) bien tras la revascularización (miocardio hibernado).<br />
El miocardio aturdido se produce en casos de infarto agudo,<br />
en los que hay una revascularización espontánea del tejido afectado<br />
pero persiste la alteración de la contractilidad; el miocardio<br />
hibernado ocurre en situaciones de reducción crónica de la perfusión.<br />
En estos casos hay una alteración tanto de la perfusión como<br />
de la función miocárdica.<br />
Es importante diferenciar el tejido viable del tejido infartado,<br />
primero porque este dato cambia el pronóstico y segundo porque<br />
también modifica el tratamiento. La función del miocardio de esas<br />
áreas viables puede recuperarse empleando técnicas de revascularización,<br />
como la angioplastia, prótesis endoluminales o derivaciones.<br />
Mediante la utilización de diferentes métodos de imagen, como<br />
la PET, la gammagrafía, la ecografía de stress y la <strong>RM</strong>, vamos a poder<br />
determinar las áreas del miocardio que son susceptibles de recuperarse,<br />
si se realiza una terapia de revascularización adecuada, y<br />
diferenciarlas de las zonas de miocardio que están necrosadas<br />
y que no van a recuperarse aunque se revascularicen. Esto permite<br />
una mejor planificación y selección de los pacientes que van a<br />
ser sometidos a este tipo de procedimientos 14, 15 .<br />
La <strong>RM</strong> está adquiriendo actualmente mayor protagonismo en<br />
este terreno porque la resolución espacial de los estudios de <strong>RM</strong><br />
está mejorando de forma sustancial y este tipo de estudios son técnicamente<br />
muy sencillos de realizar e interpretar y no requieren<br />
mucho tiempo de exploración 16, 17 .<br />
7<br />
10<br />
EJE CORTO<br />
Apical Medial Basal<br />
12<br />
11<br />
2<br />
3<br />
AC I AC D AC<br />
4<br />
1<br />
C O RAZÓ N : LO Q UE EL RADIÓ LO G O DEBE C O N O C ER 5<br />
Ventrículo derecho<br />
5<br />
6<br />
EJE LARGO<br />
1. Basal anterior 8. Medial anteroseptal 15. Apical inferior<br />
2. Basal anteroseptal 9. Medial inferoseptal 16. Apical lateral<br />
3. Basal inferoseptal 10. Medial inferior 17. Apex<br />
4. Basal inferior 11. Medial inferolateral ACD: arteria coronaria derecha<br />
5. Basal inferolateral 12. Medial anterolateral ACI: arteria coronaria izquierda descendente<br />
6. Basal anterolateral 13. Apical anterior AC: arteria circunfleja izquierda<br />
7. Medial anterior 14. Apical septal<br />
Figura 1.5. Representación gráfica de los segmentos cardíacos y su irrigación.<br />
El ventrículo derecho bombea sangre desaturada al lecho vascular<br />
pulmonar que tiene una baja resistencia. La circulación pulmonar<br />
constituye un sistema de corto recorrido y de baja presión,<br />
25 mmHg. El ventrículo derecho bombea la misma cantidad de sangre<br />
que el ventrículo izquierdo pero a una presión menor, de ahí<br />
que el espesor de su pared sea menor (2-3 mm) que el de la pared<br />
del ventrículo izquierdo 18 .<br />
La anatomía del ventrículo derecho es compleja y en realidad<br />
no está localizado a la derecha sino que es anterior y está situado<br />
en la línea media. La cavidad del ventrículo se divide en dos porciones:<br />
el tracto de entrada del ventrículo y el tracto de salida. El<br />
tracto de entrada está formado por la válvula tricúspide, las cuerdas<br />
tendinosas, los músculos papilares y las trabéculas del miocardio<br />
que rodean a la válvula tricúspide. El tracto de salida del ventrículo<br />
derecho es el área por la que sale la sangre desde el ventrículo<br />
hacia la válvula pulmonar y está rodeado por el infundíbulo ventricular,<br />
que es la porción muscular del ventrículo derecho que separa<br />
la válvula pulmonar de la válvula tricúspide 18 .<br />
Debido a su localización, variaciones en su morfología, secundarias<br />
a alteraciones de su función, pueden no provocar cambios<br />
en el contorno de la silueta cardíaca en las radiografías de tórax.<br />
Podremos observar aumentos de tamaño del ventrículo derecho<br />
en defectos interventriculares con comunicación izquierda-derecha<br />
o en casos de insuficiencia tricuspídea.<br />
La angiografía permite evaluar de una forma directa la estructura<br />
interna de la cavidad ventricular y hacer una estimación en dos<br />
planos del volumen ventricular y del movimiento de la pared, pero<br />
se trata de una técnica invasiva.<br />
17
6 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
El examen ecocardiográfico del ventrículo derecho tiene muchas<br />
limitaciones, debido precisamente a su localización y a su compleja<br />
anatomía, siendo difícil calcular el volumen ventricular o la fracción<br />
de eyección 8 .<br />
Hasta la aparición de la <strong>RM</strong> el estudio de las lesiones del ventrículo<br />
derecho estaba relegado a la evaluación de pacientes con<br />
cardiopatías congénitas. La capacidad de la <strong>RM</strong> para la visualización<br />
de las cámaras cardíacas y su función está haciendo que cada vez<br />
se evalúe más la función ventricular derecha. Actualmente se están<br />
obteniendo datos de función, semejantes a los que se obtienen del<br />
ventrículo izquierdo, que podrán aportar en un futuro información<br />
diagnóstica y pronóstica sobre patología de las cavidades derechas<br />
y la repercusión en ellas de las enfermedades pulmonares. Hasta<br />
ahora no se ha incorporado a los exámenes de rutina el cálculo del<br />
volumen del ventrículo derecho y las mediciones que se hacen<br />
generalmente, tanto en ecografía como en <strong>RM</strong>, son medidas bidimensionales<br />
(Tabla 1.1), tomadas sobre una proyección de cuatro<br />
cámaras en fase telediastólica en la que se mide la distancia desde<br />
el anillo del ventrículo (que corresponde al plano valvular) hasta la<br />
punta, este es el eje largo o longitudinal del ventrículo. El eje corto<br />
o transverso del ventrículo se mide en la parte central de la cavidad<br />
(Fig. 1.6).<br />
El estudio de la patología del ventrículo derecho requiere la evaluación<br />
del tamaño y espesor de la pared del ventrículo y de las<br />
anomalías <strong>cardiovascular</strong>es asociadas que pueden se las causantes<br />
de la disfunción ventricular. La disfunción del ventrículo derecho<br />
puede estar causada por afectación del ventrículo izquierdo o por<br />
enfermedad pulmonar, o ser debida a una afectación primaria miocárdica.<br />
Si hay un aumento de la fuerza prellenado del ventrículo,<br />
éste se dilata; y si hay un aumento de la fuerza postllenado, éste se<br />
hipertrofia 8, 18 .<br />
La causa más frecuente de fallo cardíaco derecho es el fallo cardíaco<br />
izquierdo crónico, incluyendo la arterioesclerosis coronaria,<br />
la isquemia cardíaca, la estenosis e insuficiencia mitral, la hiperten-<br />
AD<br />
VD<br />
AI<br />
Figura 1.6. Representación esquemática del cálculo del volumen del<br />
ventrículo derecho, midiendo los diámetros máximo longitudinal y<br />
transversal. AI: aurícula izquierda, AD: aurícula derecha, VI: ventrículo<br />
izquierdo, VD: ventrículo derecho.<br />
VI<br />
sión crónica y la estenosis aórtica. En todas estas enfermedades,<br />
con la excepción de la estenosis mitral, se produce un aumento<br />
de la presión diastólica del ventrículo izquierdo, que hace que la<br />
presión en la aurícula izquierda aumente y como consecuencia se<br />
produzca un aumento de la presión pulmonar. Cuando hay un<br />
aumento de la presión pulmonar la respuesta del ventrículo derecho<br />
es bombear a mayor presión, dando lugar a una hipertrofia<br />
ventricular.<br />
Los pacientes con enfermedades pulmonares también presentan<br />
un aumento de la presión pulmonar, y este aumento de la resistencia<br />
pulmonar conduce también a una hipertrofia del ventrículo<br />
derecho.<br />
El infarto del ventrículo derecho en ausencia de infarto del ventrículo<br />
izquierdo es muy raro. Se encuentra en asociación al infarto<br />
del ventrículo izquierdo en una cuarta parte de los casos de infarto<br />
de pared inferior y solamente la mitad de ellos presentarán<br />
alteración de la función del ventrículo derecho.<br />
La miocardiopatía hipertrófica puede afectar al ventrículo derecho<br />
pero es raro que tenga repercusión clínica.<br />
La displasia arritmogénica del ventrículo derecho es una cardiomiopatía<br />
de etiología desconocida, que se caracteriza por una<br />
taquicardia ventricular cuyo origen asienta en el ventrículo derecho.<br />
Su pared aparece adelgazada con disquinesia o acinesia e infiltración<br />
grasa. Actualmente la <strong>RM</strong> es la técnica de elección en el<br />
diagnóstico de esta enfermedad. Debido al gran contraste que proporciona<br />
entre los tejidos, es capaz de caracterizar las áreas de infiltración<br />
grasa de la pared ventricular, que son tan características de<br />
esta enfermedad, junto con las alteraciones de la motilidad 18 .<br />
2. Aurículas<br />
La sangre es continuamente recogida en las aurículas. Durante<br />
la sístole, cuando las válvulas atrioventriculares están cerradas, las<br />
aurículas tienen una función de reservorio y durante el llenado ventricular<br />
actúan como conductoras de la sangre, únicamente durante<br />
la contracción auricular tienen una función, propiamente dicha,<br />
favorecedora del llenado ventricular. Debido a que no hay válvulas<br />
en las venas pulmonares puede haber un llenado retrógado de<br />
las mismas durante la contracción de las aurículas. La aurícula derecha<br />
recibe la sangre de la cava superior e inferior y la aurícula izquierda<br />
recibe la sangre de las cuatro venas pulmonares.<br />
Al igual que con el ventrículo derecho, es difícil medir el volumen<br />
de las aurículas 8 . La medición de la aurícula izquierda se realiza<br />
al final de la sístole, cuando la cavidad tiene su mayor volumen<br />
(Tabla 1.1). Se utiliza el plano de dos cámaras o cuatro cámaras para<br />
tal fin y se calcula midiendo los diámetros de los ejes mayor y menor<br />
(Fig. 1.7). En cuanto a la aurícula derecha, la cuantificación de su<br />
volumen o función hasta ahora ha suscitado poco interés.<br />
Es la ecografía el método de diagnóstico que se emplea en el<br />
estudio de las aurículas.<br />
3. Válvulas cardíacas<br />
La función de las válvulas cardíacas es dirigir el flujo sanguíneo.<br />
Las cuatro válvulas cardíacas incluyen dos válvulas semilunares (aórtica<br />
y pulmonar) y dos atrioventriculares (tricúspide y mitral).<br />
La estructura de las válvulas atrioventriculares y las semilunares<br />
es muy diferente pero ambas deben resistir altos gradientes de presión<br />
cuando están cerradas y permitir un alto flujo con gradientes<br />
de presión bajos cuando se abren.
AD<br />
VD<br />
AI<br />
Figura 1.7. Representación esquemática del cálculo del volumen de<br />
la aurícula izquierda. AI: aurícula izquierda, AD: aurícula derecha, VI:<br />
ventrículo izquierdo, VD: ventrículo derecho.<br />
Las válvulas cardíacas normales permiten un flujo unidireccional,<br />
durante la diástole la sangre circula desde las aurículas a los ventrículos<br />
a través de las válvulas mitral y tricúspide 19, 20 .<br />
La válvula mitral se localiza en el lado izquierdo, comunicando<br />
la aurícula y el ventrículo izquierdos. Tiene dos valvas, una anterior<br />
y otra posterior de menor tamaño, cada una de las cuales está formada<br />
por una lámina de tejido conectivo, el cual está firmemente<br />
unido al anillo valvular.<br />
La válvula tricúspide se sitúa en el lado derecho y tiene tres valvas:<br />
anterior, posterior y septal.<br />
El borde libre de la válvula mitral y el de la tricúspide se unen<br />
por medio de las cuerdas tendinosas a los músculos papilares, que<br />
son las prolongaciones de la pared muscular de los ventrículos. La<br />
contracción de los músculos papilares durante la sístole previene<br />
el prolapso de las válvulas hacia las aurículas cuando la presión<br />
aumenta en los ventrículos 6 .<br />
Durante la sístole, la sangre es expulsada desde los ventrículos,<br />
a través de las válvulas aórtica y pulmonar, hasta la aorta y la arteria<br />
pulmonar respectivamente. Ambas válvulas son válvulas tricúspides.<br />
La válvula aórtica contiene tres senos, llamados senos de<br />
Valsalva: el seno anterior, desde el que sale la arteria coronaria<br />
derecha; el seno posterior izquierdo, desde el que sale la arteria<br />
coronaria izquierda; y el seno no coronario, que es el más inferior<br />
(Fig. 1.8).<br />
La afectación de las válvulas cardíacas puede ser congénita o<br />
adquirida. La incidencia de enfermedad valvular cardíaca es relativamente<br />
baja, si se compara con la incidencia de la cardiopatía isquémica,<br />
pero aun así provoca una morbilidad y mortalidad considerables<br />
21 .<br />
La estenosis de la válvula aórtica puede localizarse en la propia<br />
válvula, por encima de ella o por debajo. La causa más frecuente<br />
en adultos de estenosis localizada en la propia válvula aórtica es la<br />
degeneración de una válvula morfológicamente normal, seguida de<br />
la degeneración de válvulas bicúspides y de la enfermedad reumá-<br />
VI<br />
C O RAZÓ N : LO Q UE EL RADIÓ LO G O DEBE C O N O C ER 7<br />
tica. Las estenosis supra o subvalvulares son generalmente congénitas,<br />
aunque las subvalvulares pueden verse en casos de miocardiopatías<br />
hipertróficas. Los hallazgos en imagen incluyen la presencia<br />
de una hipertrofia del ventrículo izquierdo junto con una dilatación<br />
posestenótica de la aorta ascendente.<br />
Las insuficiencias de la válvula aórtica pueden estar ocasionadas<br />
por enfermedad de la propia válvula o por dilatación de la raíz de<br />
la aorta. La causa más frecuente es la degeneración idiopática de la<br />
válvula. En adultos jóvenes la causa más frecuente es el síndrome<br />
de Marfan, que provoca una dilatación de la raíz de la aorta e insuficiencia<br />
valvular. Otras causas que pueden provocar insuficiencia<br />
de la válvula aórtica son las endocarditis, aneurismas, válvula bicúspide,<br />
sífilis, trauma, enfermedad reumática, espondilitis anquilopoyética<br />
y disección. Los estudios de imagen van a demostrar una dilatación<br />
del ventrículo izquierdo.<br />
La estenosis de la válvula mitral es en general secundaria a enfermedad<br />
reumática. Los hallazgos más frecuentes son la dilatación de<br />
la aurícula izquierda y de la orejuela junto con dilatación e hipertrofia<br />
del ventrículo derecho.<br />
La insuficiencia mitral suele estar provocada por diferentes procesos,<br />
entre los que se pueden incluir el infarto, enfermedades del<br />
colágeno, fiebre reumática o endocarditis. Esta insuficiencia valvular<br />
va a provocar una dilatación del ventrículo izquierdo.<br />
La estenosis de la válvula tricúspide se asocia a la enfermedad<br />
reumática. Otras causas incluyen la atresia congénita y el síndrome<br />
carcinoide. La insuficiencia de la válvula tricúspide es debida generalmente<br />
a la dilatación del ventrículo izquierdo.<br />
La estenosis de la válvula pulmonar suele ser congénita y la insuficiencia<br />
se debe en general a dilatación del anillo valvular por hipertensión<br />
o endocarditis 19 .<br />
Figura 1.8. <strong>RM</strong> eco de gradiente axial. Corte axial realizado pasando<br />
por el plano valvular en el que se identifica la anatomía de la válvula<br />
aórtica cerrada con sus tres senos: scd (seno coronario derecho),<br />
del que sale la arteria coronaria derecha y el cual tiene una localización<br />
más anterior; sci (seno coronario izquierdo), del que sale la arteria<br />
coronaria izquierda y tiene una posición posterior; y snc (seno no<br />
coronario) es el más inferior.
8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Actualmente el diagnóstico de las valvulopatías cardíacas se realiza<br />
mediante ecografía. La ecografía, fundamentalmente la ecografía<br />
con Doppler color, permite valorar el grado de estenosis y de<br />
reflujo, así como los gradientes y mapas de flujo. El volumen ventricular,<br />
la fracción de eyección y la contractilidad cardíaca pueden<br />
ser también evaluados mediante esta técnica 22 .<br />
La <strong>RM</strong> no se emplea como método de diagnóstico inicial de las<br />
valvulopatías, la ecografía sigue siendo el método de elección, sin<br />
embargo la <strong>RM</strong> está adquiriendo cada vez mayor protagonismo en<br />
este terreno 19 . Los estudios de <strong>RM</strong> proporcionan información cualitativa<br />
y cuantitativa sobre el grado de estenosis o insuficiencia valvular.<br />
Mediante <strong>RM</strong> se puede evaluar y medir los picos de velocidad<br />
y el flujo, así como la función ventricular, que representa un<br />
factor crítico a la hora de determinar en que momento se debe<br />
realizar la intervención quirúrgica 20 .<br />
Una de las limitaciones de la <strong>RM</strong> es su dificultad para detectar<br />
calcificaciones, más aún cuando en el estudio valvular las calcificaciones<br />
pueden ser difíciles de diferenciar de las alteraciones de señal<br />
ocasionadas por los chorros de flujo, que pasan a través de la válvula<br />
insuficiente o estenótica. En este sentido la <strong>TC</strong> es más efectiva<br />
para demostrar calcificaciones valvulares.<br />
La ecografía es superior a la <strong>RM</strong> debido a su mayor resolución<br />
espacial y temporal. Además es más manejable y permite una mayor<br />
flexibilidad para conseguir la angulación óptima a la hora de medir<br />
la velocidad pico. Una de las limitaciones de la ecografía es la ventana<br />
acústica, que en algunos pacientes no es adecuada; en estos<br />
casos la ecografía transesofágica puede solventar este inconveniente,<br />
pero se trata de un procedimiento invasivo.<br />
La <strong>RM</strong> es más fiable para la medición de otros datos, como la<br />
fracción de eyección, volúmenes cardíacos y masa ventricular.<br />
4. Aorta<br />
La patología de la aorta es la principal responsable de la alta<br />
mortalidad de los pacientes con enfermedad <strong>cardiovascular</strong>. Los<br />
principales procesos patológicos que vamos a encontrar en la aorta<br />
son disecciones y aneurismas. Otro tipo de procesos que afectan<br />
a la aorta son las infecciones, tumores y patología congénita.<br />
La patología aórtica aguda es una situación clínica crítica cuyo<br />
pronóstico depende de un diagnóstico certero y rápido, así como<br />
de la instauración temprana de su tratamiento 23, 24 .<br />
Actualmente se pueden emplear tanto la ecografía transesofágica<br />
como la <strong>TC</strong> y la <strong>RM</strong> para el diagnóstico y seguimiento de los<br />
aneurismas y las disecciones aórticas. La fiabilidad es similar, aunque<br />
hay algunos trabajos que demuestran la mayor fiabilidad de la<br />
ecografía transesofágica frente a la <strong>TC</strong> y la <strong>RM</strong>, pero se trata de una<br />
técnica invasiva 4, 25, 26 .<br />
La sensibilidad y especificidad de la ecografía transtorácica varían<br />
entre el 77-80% y el 93-96% respectivamente, mientras que la<br />
ecografía transesofágica presenta una sensibilidad de un 99%, y una<br />
especificidad del 89%, un valor predictivo positivo del 97% y un<br />
valor predictivo negativo del 93%.<br />
En cuanto a la <strong>TC</strong>, la sensibilidad es de un 95% con una especificidad<br />
que oscila entre el 87-100%.<br />
La <strong>RM</strong> es altamente sensible y específica en el diagnóstico de<br />
las disecciones de aorta, algunos estudios indican que la sensibilidad<br />
y especificidad están cercanas al 100% 4, 24, 26, 27 .<br />
La utilización de uno u otro método depende de la disponibilidad<br />
de los equipos ante una situación urgente, de las condi-<br />
ciones del paciente y de la experiencia de los profesionales implicados.<br />
Ante una sospecha de disección es esencial confirmar el diagnóstico<br />
mediante algún método de imagen. En la mayoría de<br />
los centros se emplea la <strong>TC</strong> como método de diagnóstico inicial.<br />
Se realizó un registro internacional para valorar cuál era el método<br />
de diagnóstico inicial ante una disección de aorta y se vio<br />
que en un 33% de los casos se empleó la ecografía transesofágica,<br />
en un 61% la <strong>TC</strong>, en un 2% la <strong>RM</strong> y en un 4% la angiografía<br />
4, 22 .<br />
Las disecciones de aorta se van a dividir en dos grupos siguiendo<br />
la clasificación de Stanford, que los divide en tipo A si afecta a la<br />
aorta ascendente y tipo B si ésta no se encuentra afectada 4, 23, 24, 28 .<br />
Ante una disección de aorta es importante localizar el lugar de<br />
origen de ésta, pues el objetivo de cualquier procedimiento terapéutico<br />
es ocluirlo. Es necesario también determinar la extensión<br />
y el lugar en el que termina la disección, valorar su extensión hacia<br />
los troncos supraaórticos, la aorta abdominal y las arterias ilíacas<br />
(Tabla 1.2).<br />
Debemos saber diferenciar la luz falsa de la luz verdadera, en<br />
general la luz verdadera es de menor tamaño que la falsa y se expande<br />
en la sístole, se localiza en el borde interno de la aorta y es raro<br />
que se trombose (Tabla 1.3). Para planificar el tratamiento no solamente<br />
es necesario conocer la extensión de la disección, sino saber<br />
qué arterias están afectadas y si salen de la luz verdadera o de la<br />
falsa. Todos estos datos deben de estar reflejados en los informes<br />
radiológicos.<br />
En los aneurismas de aorta es necesario determinar una serie<br />
de medidas del diámetro de la aorta en diferentes puntos, datos<br />
que son imprescindibles para el cirujano a la hora de planificar el<br />
tratamiento, tanto la necesidad de tratamiento quirúrgico o no,<br />
como el tipo de cirugía y su seguimiento (Fig. 1.9). Estos diámetros<br />
se miden en una imagen parasagital en la que se demuestre la salida<br />
de la aorta del ventrículo izquierdo y los podemos obtener tanto<br />
mediante ecografía, <strong>TC</strong> o <strong>RM</strong>. Es muy importante proporcionar<br />
estos datos en todos los informes radiológicos y que todos obtengamos<br />
los diámetros aórticos de la misma manera para que éstos<br />
TABLA 1.2<br />
Datos a valorar por imagen en pacientes<br />
con disección de aorta<br />
1. Si existe o no afectación de la aorta ascendente<br />
2. Lugar de origen de la disección<br />
3. Extensión de la disección<br />
4. Si existe o no hematoma intamural<br />
5. Trombosis o no de la luz falsa<br />
6. Afectación de troncos supra aórticos<br />
7. Afectación de vasos viscerales (tronco celíaco, arteria mesentérica<br />
superior, arterias renales, arterias ilíacas)<br />
8. Afectación de arterias coronarias<br />
9. Derrame pericárdico<br />
10. Insuficiencia valvular<br />
TABLA 1.3<br />
Diferenciación de la luz falsa de la verdadera<br />
en los aneurismas de aorta<br />
Luz verdadera Luz falsa<br />
Verdadera < falsa Falsa > verdadera<br />
Expansión en sístole Compresión en sístole<br />
Borde interno aorta Borde externo aorta<br />
Trombosis rara Trombosis frecuente
puedan ser reproducidos, y así poder realizar un seguimiento adecuado<br />
de estos pacientes.<br />
El diámetro máximo de la aorta ascendente varía entre 3 y<br />
3,5 cm, diámetros superiores ya indican un cierto grado de dilatación<br />
que debe seguir una vigilancia y monitorización estrecha<br />
mediante cualquier método no invasivo. Un diámetro entre 5 y<br />
6 cm es indicación de cirugía. En pacientes con válvulas aórticas<br />
bicúspides se recomienda la colocación de prótesis cuando el diámetro<br />
de la aorta se encuentra entre 4 y 5 cm 4, 21, 23 , de ahí que<br />
ante un paciente con sospecha de aneurisma de la aorta ascendente<br />
se deba estudiar también la morfología y la función de la<br />
válvula aórtica, para descartar que pueda tratarse de una válvula<br />
bicúspide 29, 30 .<br />
TBO<br />
CCI<br />
4<br />
3<br />
5<br />
2<br />
6<br />
ASI<br />
1<br />
1. Anillo valvular<br />
2. Senos valvulares<br />
3. Unión sinotubular<br />
4. Máximo diámetro aorta ascendente<br />
5. Diámetro anterior a la salida de los troncos supraaórticos<br />
6. Diámetro posterior a la salida del tronco braquiocefálico derecho<br />
7. Diámetro de aorta descendente<br />
TBC: tronco arterial braquiocefálico derecho<br />
CCI: arteria carótida común izquierda<br />
ASI: arteria subclavia izquierda<br />
VI: ventrículo izquierdo<br />
AI: aurícula izquierda<br />
Figura 1.9. Representación esquemática del lugar de medición de<br />
los diámetros de la aorta torácica<br />
AI<br />
VI<br />
7<br />
C O RAZÓ N : LO Q UE EL RADIÓ LO G O DEBE C O N O C ER 9<br />
5. Arterias pulmonares<br />
La patología de las arterias pulmonares puede ser congénita<br />
o adquirida. La patología congénita que vamos a encontrar en las<br />
arterias pulmonares son estenosis supravalvulares, que en general<br />
se estudian por ecografía aunque ésta tiene sus limitaciones a<br />
la hora de valorar estenosis en el origen de la arteria pulmonar o<br />
estenosis distales, siendo difícil de demostrar la arteria pulmonar<br />
izquierda 31 .<br />
Tanto la <strong>TC</strong> como la <strong>RM</strong> cada vez se están utilizando más para<br />
el estudio de las anomalías congénitas pulmonares. La <strong>RM</strong> puede<br />
evaluar con gran precisión el tamaño de las arterias pulmonares,<br />
además se pueden hacer medidas de flujo.<br />
La patología adquirida más frecuente de las arterias pulmonares<br />
es la trombosis, que se evalúa en general por <strong>TC</strong> pero también<br />
puede demostrarse por <strong>RM</strong>.<br />
6. Venas pulmonares<br />
Las venas pulmonares pueden estar afectadas por patología<br />
tanto congénita como adquirida. Las estenosis de las venas pulmonares<br />
pueden presentarse como una entidad aislada o easociada<br />
a otras lesiones congénitas. Podemos encontrar estenosis adquiridas<br />
de las venas pulmonares secundarias a tratamiento percutáneo<br />
de ablación en casos de fibrilación auricular.<br />
El estudio de las venas pulmonares se realiza por ecografía transtorácica,<br />
que en general solamente valora las venas pulmonares<br />
superiores derecha e izquierda; la ecografía transesofágica permite<br />
estudiar las cuatro venas pulmonares 31 .<br />
Actualmente tanto la <strong>TC</strong> como la <strong>RM</strong> permiten valorar tanto las<br />
estenosis congénitas como adquiridas de una forma no invasiva.<br />
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INTRODUCCIÓN<br />
El diagnóstico de las enfermedades cardíacas, congénitas y adquiridas<br />
se ha basado tradicionalmente en la presentación clínica<br />
y en la identificación de cambios morfológicos. El desarrollo de técnicas<br />
de imagen cardíaca, como el cateterismo, la medicina nuclear<br />
y la ecocardiografía, ha permitido, además de identificar los cambios<br />
morfológicos, cuantificar las alteraciones morfológicas y la función<br />
cardíaca global y regional. Esta información cuantitativa tiene<br />
un valor muy significativo porque proporciona la base para establecer<br />
la severidad de las alteraciones y estratificar el riesgo y pronóstico<br />
de las enfermedades y porque permite realizar una valoración<br />
objetiva del tratamiento médico o quirúrgico.<br />
La <strong>RM</strong> es una técnica de imagen que permite analizar la morfología<br />
del corazón, de los grandes vasos y de las estructuras mediastínicas<br />
adyacentes, y analizar y cuantificar la función cardíaca global<br />
y regional de forma inocua, objetiva y reproducible.<br />
En este capítulo revisamos algunos de los conocimientos necesarios<br />
para realizar e interpretar los estudios de <strong>RM</strong> cardíaca que<br />
incluyen los aspectos técnicos básicos para la realización del estudio,<br />
los planos de adquisición de las secuencias, el análisis de la anatomía<br />
cardíaca y el análisis de la función cardíaca.<br />
ASPECTOS TÉCNICOS B ÁSI-<br />
COS PA RA<br />
LA REALIZ ACIÓN<br />
DE LOS ESTUDIOS<br />
Antenas o bobinas<br />
2<br />
Estudio cardíaco con <strong>RM</strong>:<br />
morfología y función<br />
Esther Rodríguez García y Rafaela Soler Fernández<br />
Los estudios de <strong>RM</strong> cardíaca pueden realizarse con la antena<br />
estándar del imán o con antenas de superficie. La antena del<br />
imán proporciona una señal más homogénea y con menos artefactos<br />
respiratorios que si se usan antenas de superficie, pero su<br />
resolución espacial será mucho menor; por eso, aunque los primeros<br />
estudios de <strong>RM</strong> cardíaca se realizaban con esta antena, en<br />
la actualidad su uso en estudios cardíacos es muy limitado.<br />
La utilización de antenas de superficie para realizar los estudios<br />
cardíacos mejora la relación señal/ruido y la resolución espacial de<br />
la imagen. En los estudios cardíacos de pacientes adultos se utilizan<br />
preferentemente las antenas acopladas en fase (phase array) de<br />
corazón o de cuerpo; si no se dispone de estas antenas se puede<br />
utilizar una receptora circular, que colocada en la zona precordial<br />
permite mejorar la resolución espacial, aunque con las limitaciones<br />
del campo de visión derivadas del tamaño de esta antena (habitualmente<br />
250 mm). Cuando se realizan estudios pediátricos la<br />
antena dependerá del tamaño del niño: siempre que sea posible<br />
colocar al niño en el interior de la antena de cuello se utilizará esa<br />
antena, en niños mayores de ese tamaño se utilizarán las antenas<br />
phase array.<br />
Movimiento cardíaco y respiratorio<br />
El corazón está moviéndose permanentemente, debido al movimiento<br />
del ciclo cardíaco y del ciclo respiratorio. Para obtener imágenes<br />
cardíacas nítidas es necesario realizar los estudios de <strong>RM</strong> con<br />
sistemas que permitan minimizar o eliminar el efecto de estos movimientos<br />
fisiológicos.<br />
La sincronización entre el electrocardiograma (ECG) y la secuencia<br />
de <strong>RM</strong> provocará el efecto de «parar» el corazón, lo que nos<br />
permitirá obtener imágenes nítidas en el instante del ciclo cardíaco<br />
que nos interese según la patología que se esté estudiando.<br />
Para sincronizar el corazón con la secuencia es necesario obtener<br />
una buena señal del ECG a través de unos electrodos que colocaremos<br />
en el tórax. En ocasiones la sincronización con el EC G<br />
puede ser imposible por las interferencias que se generan entre los<br />
procesos físicos <strong>cardiovascular</strong>es, el campo magnético y los gradientes.<br />
En estos casos se puede sincronizar el latido cardíaco a través<br />
de un sensor periférico de pulso, que colocado en un dedo<br />
registrará la sístole y diástole y que, aunque nunca es tan preciso<br />
como la sincronización ECG, puede permitir realizar un estudio<br />
con calidad diagnóstica.<br />
Para contrarrestar el efecto del movimiento respiratorio existen<br />
dos posibilidades: realizar los estudios en apnea o realizarlos<br />
con sincronización respiratoria. Lo más frecuente en la actualidad<br />
es realizar los estudios en apnea; todas las secuencias en apnea<br />
deberán obtenerse en la misma fase del ciclo respiratorio, inspiración<br />
o espiración, si bien en nuestra experiencia la espiración es
1 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
más reproducible y siempre hacemos los estudios en esa fase respiratoria.<br />
Las secuencias que por su duración no son posibles<br />
hacer en apnea se harán con sincronización respiratoria, en estas<br />
secuencias la señal de <strong>RM</strong> sólo se obtendrá en determinada fase<br />
del ciclo respiratorio y como consecuencia disminuirán los artefactos<br />
respiratorios pero se prolongará el tiempo de adquisición<br />
de la secuencia.<br />
Secuencias<br />
Los dos grupos de secuencias básicas habitualmente utilizadas<br />
en la <strong>RM</strong> cardíaca son las secuencias espín-eco o de «sangre negra»<br />
y las secuencias eco de gradiente o de «sangre blanca». Desde la<br />
descripción de la aplicación de estos tipos secuencias a la <strong>RM</strong> cardíaca,<br />
se han ido produciendo sucesivos desarrollos técnicos que<br />
han permitido obtener la información de forma más rápida y con<br />
mayor resolución temporal y espacial. Como ocurre con otras áreas<br />
de la <strong>RM</strong>, secuencias similares reciben diferentes nombres, muchos<br />
de ellos acrónimos acuñados por las diferentes casas comerciales<br />
(Tabla 2.1), que aparentemente hacen más compleja, de lo que es<br />
en la práctica, la programación y el diseño de los protocolos de<br />
estudio.<br />
Las secuencias espín-eco convencionales, turbo o fast espíneco,<br />
o con doble pulso de inversión generan imágenes de «sangre<br />
negra» (Fig. 2.1 a), debido al efecto del tiempo de tránsito de la<br />
sangre en movimiento por el plano de corte. Las secuencias espíneco<br />
potenciadas en T1 (SE-T1) se utilizan fundamentalmente para<br />
obtener información anatómica y, junto con las imágenes espín-eco<br />
potenciadas en densidad protónica (SE-DP) y T2 (SE-T2), son útiles<br />
para la caracterización tisular de las estructuras cardíacas y de<br />
las masas. En estas secuencias pueden aparecer señales intra<strong>cardiovascular</strong>es<br />
que corresponden a artefactos por flujo lento o turbulento<br />
y que pueden limitar la interpretación del estudio. Existen<br />
algunos recursos que pueden utilizarse para disminuir estos artefactos<br />
intra<strong>cardiovascular</strong>es por flujo lento, consisten en aplicar bandas<br />
de presaturación por encima y por debajo del área anatómica<br />
que se va a estudiar, disminuir el grosor de corte, utilizar pulsos de<br />
presaturación o aplicar doble pulso de inversión 1 .<br />
Las secuencias eco de gradiente convencionales y sus múltiples<br />
variantes generan imágenes de «sangre brillante» aprovechando el<br />
realce de la señal de la sangre en movimiento, que contrasta con<br />
la pérdida de señal por saturación de los tejidos estacionarios (Fig.<br />
2.1 b). En estas secuencias la hiperseñal intra<strong>cardiovascular</strong> será<br />
mayor si la dirección del flujo es perpendicular al plano en que se<br />
está obteniendo la secuencia, pero además hay algunos recursos<br />
técnicos que pueden utilizarse para aumentar el efecto de «sangre<br />
brillante», como la disminución del grosor de corte, el ajuste de la<br />
relación entre el tiempo de repetición (TR) y el ángulo de inclinación<br />
(TR corto entre 30 y 60 ms y ángulo intermedio, entre 30 y<br />
60º) y el uso de técnicas de compensación de flujo.<br />
La característica fundamental de las secuencias eco de gradiente<br />
es su elevada resolución temporal, que permite adquirir una imagen<br />
a intervalos de 20-40 ms durante el ciclo cardíaco en casi todos<br />
los equipos actuales. De esta manera se puede adquirir en una<br />
apnea un conjunto de imágenes de múltiples fases del ciclo cardíaco<br />
en uno o más cortes que podremos ver en modo cine-<strong>RM</strong> 2 .<br />
Recientemente se han desarrollado secuencias muy rápidas, capaces<br />
en pocos milisegundos de obtener imágenes en tiempo real de<br />
«sangre brillante» sin la necesidad de sincronismo cardíaco 3, 4 . Estas<br />
secuencias eco de gradiente se utilizan fundamentalmente para analizar<br />
y cuantificar la función cardíaca global y regional, el flujo intravascular<br />
y la motilidad valvular.<br />
Otras secuencias eco de gradiente de gran aplicación en los<br />
estudios cardíacos son las secuencias cine-<strong>RM</strong> con codificación de<br />
la velocidad, las secuencias de perfusión del miocardio, los marcajes<br />
del miocardio y la angiografía tridimensional con inyección intravenosa<br />
de quelatos de gadolinio.<br />
Las secuencias eco de gradiente con codificación de la velocidad<br />
se basan en que los protones que se mueven a lo largo de un campo<br />
magnético cambian la dirección de la fase de forma proporcional a<br />
la velocidad y a la intensidad del gradiente y producen una señal hiperintensa<br />
o hipointensa según la dirección del flujo. Con esta técnica<br />
se puede obtener información separada de la magnitud de la señal<br />
y de la fase (Fig. 2.2). Mediante sistemas matemáticos de postprocesado<br />
se extrae la información de las imágenes de fase y se obtienen<br />
curvas de velocidad/tiempo o de flujo/tiempo que se utilizan<br />
para cuantificar la velocidad del flujo y los gradientes de presión en<br />
los vasos o en los conductos de derivaciones quirúrgicas 5 . Para<br />
cuantificar el flujo con esta técnica es necesario que el plano de<br />
imagen sea perpendicular o paralelo al vaso o a la estructura que<br />
se está estudiando, seleccionar la codificación del flujo en la dirección<br />
del flujo sanguíneo y ajustar la velocidad codificada a la velocidad<br />
de la sangre en la zona que se está estudiando. Antes de realizar<br />
el postprocesado de los datos es necesario revisar las imágenes<br />
para detectar posibles artefactos, ya que si la velocidad seleccionada<br />
es menor que la velocidad pico en el vaso de interés, se produce<br />
un artefacto habitualmente denominado envolvimiento o<br />
aliasing. Este artefacto de envolvimiento se puede reconocer en<br />
las imágenes de fase como una intensidad de señal inversa a la<br />
esperada. Si se detecta envolvimiento en las imágenes de fase,<br />
debe repetirse la secuencia añadiendo a la velocidad codificada un<br />
TABLA 2.1<br />
Acrónimos de algunas de las secuencias o técnicas utilizadas en estudios de <strong>RM</strong><br />
por diferentes pautas comerciales<br />
Philips G eneral Electric Siemens Picker<br />
Espín eco SE SE SE SE<br />
SE TSE SEF TSE FA ME<br />
Sigle Shot TSE HASTE<br />
Eco de gradiente FFE GRASS FISP FAST-II<br />
EG TFE SPGR FLASH T1-FAST<br />
SSFP PSIF CE-FAST<br />
Balanced FFE Fiesta True FISP<br />
Bandas de presaturación REST SAT PreSAT PreSAT<br />
Supresión espectral de la grasa SPIR C HEMSTAT FATSAT FATSAT
a b<br />
10% de la velocidad pico más alta detectada o una media estándar<br />
de 30 cm/s 6 .<br />
Para calcular las curvas de velocidad/tiempo o de flujo/tiempo<br />
se necesita un programa de postprocesado que permite dibujar un<br />
contorno (ROI) dentro del vaso de interés y copiarlo automáticamente<br />
desde las imágenes de magnitud a las imágenes de fase. La<br />
forma y posición del ROI debe revisarse y adaptarse en cada imagen<br />
para que permanezca siempre dentro del vaso que se está<br />
estudiando, ya que la posición de las estructuras <strong>cardiovascular</strong>es<br />
cambia en las diversas fases del ciclo cardíaco. Además, para evitar<br />
valores de velocidad arbitrarios procedentes de los tejidos adyacentes<br />
y para que los resultados sean más precisos, el ROI dibujado<br />
dentro del vaso debe ser pequeño 7 .<br />
Un inconveniente común a todas las técnicas de imagen es la<br />
falta de medidas estándar en la cuantificación del flujo sanguíneo en<br />
vivo. Aunque los resultados de la cuantificación de la velocidad en<br />
grandes vasos utilizando secuencias cine-<strong>RM</strong> con codificación de la<br />
velocidad son inferiores a los obtenidos con Eco Doppler 8 , se ha<br />
descrito que la Eco Doppler tiende a sobrestimar en un 25% las<br />
velocidades medias en los grandes vasos al asumir una velocidad<br />
constante en todo el área del vaso 9 .<br />
El principio de las medidas cuantitativas de contraste de fase no<br />
se limita a la cuantificación del flujo sanguíneo sino que puede apli-<br />
ESTUDIO C ARDÍAC O C O N <strong>RM</strong>: MO RFO LO G ÍA Y FUN C IÓ N 1 3<br />
Figura 2.1. Imágenes espín-eco axial («sangre negra») (a) y eco de gradiente cuatro cámaras («sangre blanca»). La sangre en movimiento dentro<br />
de las cámaras cardíacas y de la aorta se ve como un vacío de señal en la imagen espín-eco y es hiperintensa en la imagen eco de gradiente.<br />
a b<br />
Figura 2.2. (a, b). Secuencia eco de gradiente con codificación de la velocidad. La imagen de magnitud (a) es una imagen de «sangre brillante»<br />
que se utiliza para la identificación anatómica. En la imagen de fase (b), la señal hiperintensa o hipointensa indica que el flujo se acerca<br />
o se aleja del plano de adquisición de la secuencia.<br />
carse a cualquier movimiento. Se han realizado estudios aislados<br />
de cine-<strong>RM</strong> con contraste de fase para analizar el movimiento del<br />
miocardio con resultados prometedores 10, 11 .<br />
Las técnicas de perfusión de primer paso (Fig. 2.3) utilizan<br />
secuencias eco de gradiente ultrarrápidas con alta resolución temporal<br />
y máxima relación señal/ruido que aprovechan la llegada del<br />
bolo de contraste intravenoso para analizar la perfusión del miocardio<br />
en reposo o tras estrés farmacológico 12 . El análisis de la perfusión<br />
puede realizarse cualitativamente o cuantitativamente mediante<br />
programas de postprocesado 13 . La utilización de estas secuencias<br />
no se ha generalizado en la práctica clínica porque todavía no existe<br />
consenso sobre cuáles son los mejores protocolos que se deben<br />
utilizar ni cuáles son las dosis de contraste o las pautas de inyección<br />
óptimas, y por el aún escaso desarrollo y difusión de los programas<br />
de análisis de las imágenes.<br />
Las imágenes de miocardio negro se obtienen con secuencias<br />
eco de gradiente a las que se le aplica un pulso de inversión previo<br />
que anula la señal normal del miocardio; de este modo el miocardio<br />
normal hipointenso contrasta con las áreas hiperintensas de<br />
realce tardío por trastorno del «lavado» del contraste (Fig. 2.4). Las<br />
imágenes de perfusión tardía, combinadas con las imágenes de perfusión<br />
de primer paso, pueden utilizarse para analizar la viabilidad<br />
del miocardio tras un infarto agudo 14 .
1 4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Figura 2.3. <strong>Imagen</strong> de máximo realce del miocardio en plano eje corto<br />
obtenida tras la inyección iv en bolo de contraste de gadolinio utilizando<br />
una secuencia eco de gradiente ultrarrápida durante una apnea.<br />
Figura 2.4. <strong>Imagen</strong> eco de gradiente T1 con pulso de inversión previo<br />
para anular el miocardio en plano eje corto. Hiperintensidad transmural<br />
en el territorio de la arteria descendente anterior izquierda (puntas<br />
de flecha) en un paciente con infarto agudo de miocardio.<br />
La técnica de marcaje del miocardio consiste en aplicar pulsos<br />
de presaturación que se proyectan sobre el miocardio como líneas<br />
o rejillas negras (Fig. 2.5) y sirven para analizar subjetivamente y<br />
cuantificar objetivamente, mediante técnicas de postprocesado, el<br />
movimiento complejo de rotación, traslación y deformación del<br />
corazón durante cada ciclo cardíaco 15, 16 .<br />
La angiografía por <strong>RM</strong> tridimensional (angio-<strong>RM</strong> 3D) con inyección<br />
intravenosa de quelatos de gadolinio es una secuencia eco de<br />
gradiente rápida, que adquiere imágenes volumétricas sincronizadas<br />
con la inyección intravenosa de contraste, con elevada resolución<br />
y campos de visión amplios durante una apnea, sin necesidad<br />
de sincronización electrocardiográfica 17 . El postprocesado de las<br />
Figura 2.5. <strong>Imagen</strong> en plano eje corto obtenida aplicando pulsos<br />
de presaturación que se proyectan sobre el miocardio en forma<br />
de rejilla.<br />
imágenes adquiridas permite la visualización angiográfica de las imágenes<br />
en cualquier plano del espacio. La angio-<strong>RM</strong> 3D post-contraste<br />
es útil para valorar la luz y el contorno de los vasos (Fig. 2.6 a),<br />
la anatomía vascular compleja en las cardiopatías congénitas, la relación<br />
con vasos pequeños y el calibre y permeabilidad de las derivaciones<br />
postquirúrgicas (Fig. 2.6 b y c).<br />
PLANOS DE ESTUDIO<br />
La <strong>RM</strong> cardíaca es capaz de obtener imágenes del corazón en<br />
cualquier plano del espacio. Los dos grupos de planos habitualmente<br />
utilizados para planificar un estudio cardíaco son los planos<br />
ortogonales y los planos intrínsecos. La selección de los planos<br />
del estudio depende de la sospecha clínica.<br />
Planos ortogonales<br />
Los planos ortogonales se orientan sobre los ejes anatómicos<br />
de la caja torácica (axial, coronal y sagital) y son útiles para establecer<br />
las relaciones anatómicas del corazón con el resto de las estructuras<br />
torácicas, analizar la relación de las cámaras cardíacas y los<br />
vasos mediastínicos en las cardiopatías congénitas, estudiar la patología<br />
del pericardio y para la caracterización y extensión de las masas<br />
cardíacas primarias y extracardíacas.<br />
El plano axial se programa sobre un plano coronal y uno sagital<br />
y debe incluir desde la base del corazón hasta el diafragma; es<br />
un plano muy útil para analizar la morfología y las relaciones de las<br />
cámaras cardíacas y el pericardio. El plano coronal se programa<br />
sobre un plano axial y uno sagital; en este plano se analiza mejor el<br />
tracto de salida del ventrículo izquierdo, la aurícula izquierda y las<br />
venas y arterias pulmonares. El plano sagital se programa sobre un<br />
plano axial y uno coronal; es un plano útil para estudiar las conexiones<br />
entre los ventrículos y los grandes vasos, y el tracto de salida<br />
del ventrículo derecho. Los planos sagitales oblicuos se utilizan
a b c<br />
para definir la anatomía de la aorta torácica y se obtienen programando<br />
sobre una imagen axial un plano que se extienda desde la<br />
aorta torácica ascendente a la descendente (Fig. 2.7).<br />
Planos intrínsecos<br />
Los planos intrínsecos se programan teniendo en cuenta la dirección<br />
de las estructuras cardíacas. Son de elección para cuantificar el<br />
grosor del miocardio, las dimensiones de las cámaras cardíacas, la función<br />
cardíaca global y regional y para el estudio de las valvulopatías.<br />
Para facilitar la comunicación entre las diferentes técnicas de<br />
imagen cardíaca y unificar criterios, la Sociedad Americana de Cardiología<br />
ha publicado recientemente unas guías de recomendación<br />
sobre la nomenclatura de los planos cardíacos intrínsecos, número,<br />
localización y nomenclatura de los segmentos del miocardio,<br />
asignando cada segmento al territorio específico de las arterias coronarias<br />
18 .<br />
Se denomina eje largo del ventrículo izquierdo al plano que se<br />
extiende desde la punta hasta la base del ventrículo, éste puede ser<br />
horizontal o vertical según sea perpendicular o paralelo al septo<br />
interventricular.<br />
a b<br />
ESTUDIO C ARDÍAC O C O N <strong>RM</strong>: MO RFO LO G ÍA Y FUN C IÓ N 1 5<br />
Figura 2.6. (a-c). Angio-<strong>RM</strong> 3D con inyección iv de gadolinio. a) <strong>Imagen</strong> angiográfica de un<br />
paciente con drenaje anómalo de las venas pulmonares del lóbulo superior izquierdo en el tronco<br />
venoso braquiocefálico (flecha). b) Reconstrucción MIP coronal de un paciente con hipolasia<br />
de una arteria pulmonar interlobar (flechas). c) La imagen de superficie sombreada del mismo<br />
paciente demuestra la permeabilidad de la fístula quirúrgica (operación de Glenn) entre la vena<br />
cava superior y la arteria pulmonar derecha.<br />
El eje largo horizontal del ventrículo izquierdo, también llamado<br />
tres cámaras, se obtiene angulando sobre una imagen coronal<br />
un plano desde la punta del ventrículo izquierdo hasta el punto<br />
medio de la válvula aórtica (Fig. 2.8 a). En el eje largo horizontal<br />
puede analizarse la aurícula izquierda, la válvula mitral, el tracto de<br />
entrada del ventrículo izquierdo, las paredes septal, lateral y apical<br />
del ventrículo izquierdo, el tracto de salida del ventrículo izquierdo<br />
y la válvula y la raíz aórticas (Fig. 2.8 b).<br />
El plano eje largo vertical puede adquirirse en dos direcciones,<br />
según se pretenda analizar el ventrículo izquierdo con su tracto de<br />
entrada (dos cámaras aurícula izquierda-ventrículo izquierdo) o el<br />
ventrículo izquierdo con su tracto de salida (eje largo vertical-tracto<br />
de salida del ventrículo izquierdo). El plano dos cámaras aurícula<br />
izquierda-ventrículo izquierdo se programa angulando sobre un<br />
eje largo horizontal un plano coronal que pase por la punta del ventrículo<br />
izquierdo y por el punto medio de la válvula mitral (Fig. 2.9 a).<br />
En este plano puede analizarse la aurícula izquierda, la válvula mitral<br />
y la pared superior e inferior del ventrículo izquierdo (Fig. 2.9 b).<br />
De forma similar, se puede obtener un plano dos cámaras aurícula<br />
derecha (aurícula derecha-ventrículo derecho), angulando sobre<br />
una imagen axial un plano coronal que pase por la punta del ven-<br />
Figura 2.7. (a, b).<br />
Angulación sobre<br />
una imagen axial<br />
(a) para obtener un<br />
plano sagital oblicuo<br />
anterior izquierdo<br />
de la aorta torácica<br />
(b).
1 6 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a b<br />
Figura 2.8. (a, b). Angulación simple sobre una imagen coronal (a) para obtener un eje largo horizontal del ventrículo izquierdo (b).<br />
a b<br />
Figura 2.9. (a, b). Angulación simple sobre una imagen en eje largo horizontal (a) para obtener un plano eje largo vertical o tracto de entrada<br />
del ventrículo izquierdo (dos cámaras aurícula izquierda-ventrículo izquierdo).<br />
trículo derecho y por el punto medio de la válvula tricúspide. El<br />
plano eje largo vertical o tracto de salida del ventrículo izquierdo<br />
se obtiene angulando sobre un eje largo horizontal un plano coronal<br />
que pase por el punto medio de la válvula aórtica (Fig. 2.10 a).<br />
En este plano se puede analizar el ventrículo izquierdo, la válvula<br />
aórtica y la aorta ascendente (Fig. 2.10 b).<br />
El plano eje corto muestra el ventrículo izquierdo de frente,<br />
perpendicular a su eje largo (Fig. 2.11 a). Para obtener el plano eje<br />
corto del ventrículo izquierdo es necesario realizar una doble angulación.<br />
Se puede programar sobre un plano axial y un plano coronal,<br />
de modo que el eje corto será estrictamente perpendicular al<br />
septo interventricular y perpendicular al eje largo del ventrículo<br />
izquierdo o se puede programar sobre un cuatro cámaras y un eje<br />
largo vertical de forma que sobre el cuatro cámaras será perpendicular<br />
al septo (y el corte superior pasará por la zona atrio-ventricular)<br />
y sobre el eje largo vertical será perpendicular al eje mayor<br />
del ventrículo izquierdo. Los cortes de la secuencia eje corto incluirán<br />
desde la base hasta la punta del ventrículo (Fig. 2.11b y c). El<br />
plano eje corto es el más utilizado para cuantificar la función cardíaca.<br />
El plano cuatro cámaras permite, como su nombre indica, analizar<br />
ambas aurículas, ambos ventrículos y las válvulas mitral y tricúspide<br />
(Fig. 2.12 a). El método habitualmente utilizado para obtener<br />
una imagen en cuatro cámaras consiste en angular sobre un eje<br />
largo vertical dos cámaras aurícula izquierda-ventrículo izquierdo<br />
un plano que pase desde la punta del ventrículo izquierdo hasta el<br />
punto medio de la válvula mitral; posteriormente se desplaza este<br />
plano hasta la base de implantación de la valva posterior de la mitral<br />
y se inclina sobre un eje corto, de manera que pase por el músculo<br />
papilar posterior del ventrículo izquierdo y la punta del ventrículo<br />
derecho (Fig. 2.12 b y c).<br />
ANÁLISIS DE LA<br />
MORFOLOGÍ A CA RDÍ ACA<br />
El valor de la <strong>RM</strong> para el análisis de la morfología <strong>cardiovascular</strong><br />
ha sido ampliamente reconocido. Las estructuras cardíacas<br />
que pueden identificarse en la mayoría de los equipos de <strong>RM</strong> disponibles<br />
para uso clínico son las aurículas, los ventrículos, el peri-
a b<br />
cardio, el origen de las arterias coronarias y, en ocasiones, las válvulas<br />
cardíacas normales.<br />
La aurícula derecha se identifica fácilmente por su característico<br />
apéndice triangular ancho. Este apéndice u orejuela posee una<br />
conexión amplia con la cámara principal y contiene un puente<br />
muscular prominente, denominado crista terminalis, que se extiende<br />
a lo largo de la parte posterior de la aurícula derecha entre el<br />
orificio de la vena cava superior e inferior. La crista terminalis marca<br />
la división embriológica entre la parte de la aurícula derecha que<br />
deriva del seno venoso y la parte que deriva de la aurícula embrio-<br />
ESTUDIO C ARDÍAC O C O N <strong>RM</strong>: MO RFO LO G ÍA Y FUN C IÓ N 1 7<br />
Figura 2.10. (a, b). Angulación simple sobre una imagen coronal (a) para obtener un plano eje largo vertical o tracto de salida del ventrículo<br />
izquierdo (b).<br />
a b c<br />
Figura 2.11. (a-c). Plano eje corto (a) obtenido por medio de una doble angulación perpendicular al septo interventricular sobre un plano axial<br />
(b) y un plano coronal (c).<br />
a b c<br />
Figura 2.12. (a-c). Plano cuatro cámaras (a) programado con una doble angulación sobre un eje largo vertical dos cámaras aurícula izquierda-ventrículo<br />
izquierdo (b) y un eje corto (c).<br />
lógica. En las imágenes de <strong>RM</strong> en planos axial o cuatro cámaras la<br />
crista terminalis puede simular un nódulo o pseudomasa de tamaño<br />
variable localizado en la parte posterior de la pared auricular<br />
(Fig. 2.13) 19 . El septo interauricular constituye la pared posterior de<br />
la aurícula derecha y se ve en <strong>RM</strong> como una línea delgada que separa<br />
las dos aurículas, sin embargo, en la zona del agujero oval el septo<br />
interauricular es muy fino y puede incluso no verse con los equipos<br />
actuales de <strong>RM</strong>. Las venas cavas superior e inferior y su conexión<br />
con la aurícula derecha se ven bien con <strong>RM</strong> en cualquier plano.<br />
La vena cava inferior desemboca en la aurícula derecha a través de
1 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Figura 2.13. <strong>Imagen</strong> SE-T1 axial. Prominencia de la crista terminalis<br />
en la pared posterior de la aurícula derecha (punta de flecha).<br />
la válvula de Eustaquio, que carece de importancia funcional en el<br />
adulto y con frecuencia está multiperforada formando un «encaje»<br />
o red de Chiari. El seno coronario desemboca en la aurícula derecha<br />
a través de la válvula de Tebesio o válvula del seno coronario;<br />
ambas válvulas pueden identificarse en ocasiones en las imágenes<br />
axiales de <strong>RM</strong> y diferenciarse de trombos o tumores 19, 20 .<br />
La aurícula izquierda forma gran parte de la superficie dorsal y<br />
basal del corazón, es más pequeña que la derecha y tiene una pared<br />
más gruesa. El apéndice de la aurícula izquierda (orejuela izquierda)<br />
se ve en <strong>RM</strong> en planos axiales o cuatro cámaras como una<br />
estructura tubular larga que posee una conexión estrecha con la<br />
cámara principal y tiene una superficie interna rugosa formada por<br />
los músculos pectíneos. Los planos eje largo horizontal (Fig. 2.8 b),<br />
eje largo vertical (Fig. 2.10 b) y cuatro cámaras (Fig. 2.12 a) son útiles<br />
para analizar la aurícula izquierda.<br />
El ventrículo derecho constituye la mayor parte de la superficie<br />
anterior del corazón y posee unas estructuras trabeculadas muy prominentes<br />
que van desde la porción apical del septo interventricular<br />
hasta la pared libre anterior. Las dos estructuras más importantes<br />
que ayudan a identificar el ventrículo derecho son la banda moderadora<br />
y el tracto de salida o infundíbulo. La banda moderadora es<br />
una de las estructuras trabeculadas más gruesa, se localiza en la parte<br />
central o apical del ventrículo y atraviesa la cavidad ventricular desde<br />
la base del músculo papilar anterior hasta el septo interventricular.<br />
El infundíbulo o tracto de salida del ventrículo derecho está poco<br />
trabeculado y separa la válvula tricúspide de la válvula pulmonar. Los<br />
planos cuatro cámaras (Fig. 2.12 a) y el eje largo vertical dos cámaras<br />
aurícula derecha-ventrículo derecho (Fig. 2.10 b) son útiles para<br />
analizar la válvula tricúspide, el tracto de salida y la pared libre del<br />
ventrículo derecho. En el plano sagital puede analizarse el tracto de<br />
salida del ventrículo derecho y la válvula pulmonar.<br />
El ventrículo izquierdo tiene forma de elipse de base truncada<br />
constituida por el plano valvular mitral y aórtico. La luz del ventrículo<br />
izquierdo tiene unas trabéculas más finas que las del ventrículo<br />
derecho y dos músculos papilares, anterior y posterior, en<br />
los que se insertan las cuerdas tendinosas de las dos hojas de la válvula<br />
mitral, la cúspide anterior (de mayor tamaño) y la cúspide posterior.<br />
El septo interventricular está formado por una pequeña parte<br />
superior membranosa muy fina, situada inmediatamente por debajo<br />
de las cúspides derecha y posterior de la válvula aórtica y por<br />
una parte inferior de tejido muscular. Los mejores planos para analizar<br />
el ventrículo izquierdo son el eje largo horizontal, el eje largo<br />
vertical y el eje corto (Figs. 2.9 b, 2.10 b, 2.11a).<br />
Figura 2.14. La imagen axial SE-T1 muestra el receso pericárdico<br />
superior adyacente a la aorta torácica ascendente (puntas de flecha).<br />
El pericardio es una membrana formada por una banda serosa<br />
visceral y una banda fibrosa parietal que envuelve al corazón y<br />
a los grandes vasos. El pericardio fibroso normal se identifica en<br />
<strong>RM</strong> como una línea fina hipointensa rodeada por la grasa mediastínica<br />
y epicárdica. El pericardio normalmente se extiende por encima<br />
de la aorta ascendente, formando el receso pericárdico superior<br />
(Fig. 2.14), que en ocasiones, cuando se llena de líquido, puede<br />
simular una disección de aorta.<br />
ANÁLISIS DE LA FUNCIÓN<br />
CA RDÍ ACA<br />
El análisis de la función cardíaca es imprescindible para el manejo<br />
correcto de las enfermedades <strong>cardiovascular</strong>es. Conocer<br />
el tamaño y el volumen de las cámaras cardíacas, la función<br />
global y regional, la masa del miocardio, si el flujo sanguíneo y la<br />
perfusión del miocardio son normales y si existe evidencia de alguna<br />
lesión es necesario para el diagnóstico, el pronóstico y el seguimiento<br />
de las enfermedades cardíacas. La <strong>RM</strong> es capaz de responder<br />
en un solo estudio a todas estas cuestiones mediante la<br />
combinación de una serie de secuencias dinámicas en diferentes<br />
planos.<br />
Para realizar una valoración funcional del corazón es necesario<br />
reconocer la fase del ciclo cardíaco que estamos observando y definir<br />
la fase diastólica y sistólica del ciclo cardíaco. La imagen diastólica<br />
es la obtenida inmediatamente antes del cierre de las válvulas<br />
aurículo-ventriculares, que corresponde al momento de máximo<br />
volumen ventricular y que en las secuencias cine-<strong>RM</strong> suele corresponder<br />
a la primera imagen de la serie si la sincronización ECG es<br />
correcta. La imagen telesistólica es la inmediatamente anterior a la<br />
apertura de la válvula mitral en la que la luz del ventrículo es más<br />
pequeña.<br />
Tamaño de las cavidades<br />
El tamaño de las cámaras es uno de los parámetros utilizados<br />
para el análisis por imagen del corazón y la cuantificación de muchas<br />
situaciones patológicas.<br />
Con <strong>RM</strong> se pueden medir los tres diámetros de cada cámara,<br />
sin embargo, en la práctica clínica lo más útil es realizar las medi-
das del mismo modo que en la ecografía. Suele medirse el diámetro<br />
antero-posterior mayor de las cámaras en diástole y en<br />
sístole utilizando una secuencia cine-<strong>RM</strong>. La aurícula derecha se<br />
debe medir en el plano axial o cuatro cámaras desde el tercio<br />
medio del septo interauricular hasta el tercio medio de la pared<br />
libre (Fig. 2.15). El ventrículo derecho se mide desde el septo<br />
interventricular hasta la región subvalvular de la pared libre, en el<br />
plano axial o en el plano cuatro cámaras (Fig. 2.16). La aurícula<br />
izquierda debe medirse desde el septo interauricular hasta la pared<br />
posterior (Fig. 2.15). Del ventrículo izquierdo se mide el diámetro<br />
antero-posterior (Fig. 2.16), que es igual al cráneo-caudal si<br />
la morfología del ventrículo izquierdo es normal, y el eje largo del<br />
ventrículo izquierdo desde el plano valvular mitral hasta el ápex<br />
(Fig. 2.17).<br />
La correlación entre las medidas obtenidas con <strong>RM</strong> y las obtenidas<br />
con ecocardiografía de las cámaras cardíacas es excelente,<br />
siempre que se midan de la misma forma y utilizando los mismos<br />
puntos de referencia 21, 22 .<br />
Figura 2.15. Cine-<strong>RM</strong> cuatro cámaras. Diámetro antero-posterior<br />
mayor de la aurícula derecha e izquierda en diástole auricular.<br />
Figura 2.16. Cine-<strong>RM</strong> cuatro cámaras. Diámetro antero-posterior<br />
de los ventrículos derecho e izquierdo en diástole.<br />
ESTUDIO C ARDÍAC O C O N <strong>RM</strong>: MO RFO LO G ÍA Y FUN C IÓ N 1 9<br />
Figura 2.17. Cine-<strong>RM</strong> dos cámaras aurícula izquierda-ventrículo<br />
izquierdo. Eje largo del ventrículo izquierdo.<br />
Grosor del miocardio<br />
La <strong>RM</strong> es la técnica de imagen que permite medir con mayor<br />
exactitud y objetividad el grosor del miocardio en todos los segmentos.<br />
Estudios comparativos entre ecocardiografía y <strong>RM</strong> han<br />
demostrado que la ecocardiografía, incluso en pacientes con buena<br />
ventana acústica, tiene limitaciones para analizar la pared anterior,<br />
inferior y el ápex del ventrículo izquierdo 23 . Esta limitación de la<br />
ecocardiografía tiene especial importancia en aquellos casos en los<br />
que la afectación del miocardio es focal o segmentaria, en donde<br />
las medidas de los segmentos basales pueden no ser representativas<br />
del conjunto del miocardio.<br />
La secuencia de elección para medir el grosor del miocardio es<br />
la cine-<strong>RM</strong> en plano eje corto del ventrículo izquierdo para los segmentos<br />
basales y apicales y en plano eje largo horizontal o eje largo<br />
vertical del ventrículo izquierdo para el ápex puro. El grosor del<br />
miocardio se debe medir en fase diastólica y sistólica en planos<br />
estrictamente perpendiculares a la pared del miocardio que se está<br />
analizando.<br />
El grosor del miocardio en diástole, medido por <strong>RM</strong> en sujetos<br />
adultos normales, oscila entre 10 y 12 mm en el ventrículo<br />
izquierdo y es menor de 6 mm en el ventrículo derecho 24 .<br />
Masa del miocardio<br />
La cuantificación de la masa miocárdica es un parámetro muy<br />
importante del estado morfológico y funcional del corazón. La hipertrofia<br />
miocárdica puede producirse como expresión de algunas<br />
enfermedades miocárdicas o como mecanismo cardíaco de adaptación<br />
al aumento de las resistencias o de las sobrecargas de volumen<br />
y la masa del ventrículo izquierdo es uno de los determinantes<br />
de la distensibilidad del ventrículo, de modo que un incremento<br />
en la masa ventricular implica con frecuencia disfunción diastólica.<br />
La determinación de la masa miocárdica, en consecuencia, es importante<br />
en diversas situaciones clínicas, fundamentalmente en miocardiopatías,<br />
hipertensión arterial y enfermedad valvular.<br />
La ecocardiografía, la ventriculografía y la gammagrafía isotópica<br />
suelen medir la masa miocárdica en la práctica clínica mediante<br />
una serie de fórmulas matemáticas que parten de la hipótesis de<br />
que el ventrículo izquierdo tiene una forma elíptica de base trun-
2 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
cada, cuya pared es de un grosor homogéneo. Estos métodos son<br />
indirectos e inexactos, fundamentalmente cuando se estudian pacientes<br />
con patología que deforma el ventrículo izquierdo o que altera<br />
el grosor del miocardio de forma heterogénea y tampoco permiten<br />
cuantificar la masa miocárdica del ventrículo derecho, cuya forma<br />
no se adapta a ninguna figura geométrica. La <strong>RM</strong> permite medir la<br />
masa miocárdica con los mismos métodos indirectos que la ecocardiografía,<br />
pero además permite cuantificar de forma directa y<br />
reproducible la masa miocárdica de ambos ventrículos.<br />
Para medir la masa miocárdica con el método indirecto se selecciona<br />
una imagen basal diastólica de la secuencia cine-<strong>RM</strong> en plano<br />
eje corto del ventrículo izquierdo y se mide el grosor del tabique<br />
interventricular (TIV) y de la pared posterior (PPVI) y el diámetro<br />
del ventrículo izquierdo desde el septo interventricular hasta la pared<br />
libre (D DVI), de acuerdo con las guías de recomendación de la<br />
Sociedad Americana de Ecocardiografía 25 . A partir de estas medidas<br />
se calcula la masa por el denominado método de Penn 26 , que<br />
aplica la fórmula: masa del ventrículo izquierdo (g) = 1,04 x [(TIV<br />
+ D DVI + PPVI) 3 – D DVI 3 ] - 13,6 o mediante la fórmula: masa<br />
del ventrículo izquierdo (g) = 0,80 x [(TIV + D DVI + PPVI) 3 –<br />
DDVI 3 ] + 0,6 27 .<br />
Para calcular la masa del ventrículo izquierdo por el método<br />
directo en <strong>RM</strong> es necesario obtener una secuencia multicorte-multifase<br />
en eje corto que incluya todo el ventrículo. En las imágenes<br />
de esta secuencia se delimita el borde endocárdico y epicárdico del<br />
miocardio desde la base hasta el ápex de ventrículo izquierdo. La<br />
delineación de los bordes puede realizarse de forma libre, dibujando<br />
manualmente, o semiautomática. Aunque es controvertido,<br />
suelen utilizarse las imágenes telediastólicas para delinear los bordes<br />
del miocardio. Una vez delineados los bordes se aplicará la<br />
regla de Simpson, que consiste en multiplicar la suma de las áreas<br />
del miocardio de cada sección por el grosor y el intervalo de corte,<br />
con lo que se obtiene el volumen del miocardio. La masa miocárdica<br />
es el volumen del miocardio multiplicado por una constante:<br />
la densidad específica del miocardio (1,05 g/cm 3 ) (Fig. 2.18). Aunque<br />
todavía no existe un consenso claro, la mayoría de los autores<br />
incluyen los músculos papilares y la trabeculación del endocardio<br />
en el cálculo de la masa y los excluyen del cálculo del volumen.<br />
Los estudios llevados a cabo utilizando secuencias convencionales<br />
eco de gradiente en modo cine-<strong>RM</strong> y aplicando el método<br />
directo han demostrado excelentes resultados 28, 29 con unas diferencias<br />
intra e interobservador menores que las obtenidas con ecocardiografía<br />
30 . En la actualidad, se considera a la <strong>RM</strong> como la técnica<br />
de referencia para el cálculo de la masa miocárdica 31 .<br />
La cuantificación de la masa del ventrículo derecho por ecocardiografía<br />
es muy limitada debido a que su posición retroesternal<br />
limita la visión ecográfica de la pared libre y a que la anatomía<br />
compleja del ventrículo derecho dificulta la aplicación de los métodos<br />
indirectos. La <strong>RM</strong> es la única técnica que puede medir con precisión<br />
y fiabilidad la masa del ventrículo derecho aplicando el método<br />
directo 32, 33 ; esta medición se realiza de forma similar al cálculo<br />
de la masa del ventrículo izquierdo, en diástole y plano eje corto,<br />
incluyendo la trabeculación del endocardio 34 .<br />
Los valores normales de la masa obtenidos aplicando el método<br />
directo en secuencias cine-<strong>RM</strong> convencionales oscilan entre 92,3<br />
y 190,4 g (media: 146 ± 23,1 g) en el ventrículo izquierdo 24, 35 y<br />
entre 23,3 y 26 g en el ventrículo derecho 36, 37 . Los valores de la<br />
masa del ventrículo izquierdo obtenidos utilizando las secuencias<br />
recientemente descritas, capaces en pocos milisegundos de obtener<br />
imágenes en tiempo real sin la necesidad de sincronismo cardíaco,<br />
son ligeramente inferiores a los descritos con las secuencias<br />
Figura 2.18.<br />
Cálculo de la masa<br />
del ventrículo<br />
izquierdo por el<br />
método tridimensional<br />
directo.<br />
Masa del ventrículo<br />
izquierdo<br />
(g) = 1,05 x<br />
(área 1 + área 2<br />
+ ….. área x) x<br />
grosor de corte x<br />
intervalo de corte.<br />
convencionales 4 .<br />
Aunque las diferencias<br />
entre los<br />
valores de la<br />
masa del ventrículo<br />
izquierdo<br />
obtenidos con las<br />
secuencias convencionales<br />
y las<br />
nuevas secuencias<br />
son estadísticamentesignificativos<br />
38 , probablemente<br />
sea necesario,<br />
desde el<br />
punto de vista<br />
práctico, definir el<br />
rango de valores<br />
normales para cada<br />
secuencia y tener<br />
en cuenta las<br />
diferencias cuando<br />
se comparan<br />
estudios realizados con diferentes técnicas, ya que es muy difícil<br />
que se puedan actualizar los equipos disponibles con la misma rapidez<br />
que se desarrollan las nuevas secuencias.<br />
Volúmenes ventriculares y función cardíaca<br />
global<br />
La cuantificación de los volúmenes diastólico y sistólico, volumen<br />
latido, fracción de eyección y el gasto cardíaco son índices<br />
importantes de la función cardíaca global. Conocer estos parámetros<br />
tiene una importancia fundamental para establecer un diagnóstico,<br />
y de ellos deriva en múltiples patologías cardíacas el pronóstico,<br />
las decisiones terapéuticas y la valoración del riesgo<br />
preoperatorio 39 .<br />
La función cardíaca global del ventrículo izquierdo puede cuantificarse<br />
por métodos indirectos, que no ofrecen ninguna ventaja<br />
sobre la ecocardiografía o por métodos tridimensionales directos,<br />
más precisos. El método área-longitud biplano es el método indirecto<br />
habitualmente utilizado en ecocardiografía y ventriculografía,<br />
se basa en la hipótesis de que el ventrículo izquierdo se parece<br />
a una forma geométrica elipsoide. Para calcular el volumen del<br />
ventrículo izquierdo por este método, es necesario seleccionar la<br />
imagen telediastólica y telesistólica de una secuencia cine-<strong>RM</strong> en
plano eje largo horizontal o plano oblicuo anterior derecho (similar<br />
a la de la ventriculografía), dibujar el borde endocárdico del ventrículo<br />
izquierdo en ambas fases del ciclo cardíaco y trazar el eje<br />
largo del ventrículo. Aplicando la fórmula y volumen del ventrículo<br />
izquierdo (ml) = 0,85 x [(área ventrículo izquierdo) 2 /eje largo<br />
ventrículo izquierdo], se obtiene el volumen telediastólico, telesistólico<br />
y latido y la fracción de eyección. Aunque se ha demostrado<br />
una correlación excelente en la cuantificación de los volúmenes<br />
y la fracción de eyección obtenidos mediante <strong>RM</strong> aplicando<br />
el método área-longitud y los valores obtenidos con ventriculografía<br />
y ecocardiografía 40, 41 , este método comparte con ambas técnicas<br />
las desventajas de asumir una forma geométrica del ventrículo.<br />
Es un método de cálculo fácil, rápido y preciso para<br />
cuantificar la función cardíaca global cuando el ventrículo conserva<br />
su forma geométrica normal, pero no debe utilizarse para calcular<br />
los volúmenes y la fracción de eyección en pacientes con patologías<br />
que deforman el ventrículo 42 .<br />
La mayor ventaja de la <strong>RM</strong>, sobre otras técnicas de imagen convencionales,<br />
es su capacidad de obtener imágenes tridimensionales.<br />
La cuantificación de la función cardíaca global puede obtenerse<br />
en <strong>RM</strong> por el método directo o tridimensional sin asumir una<br />
forma geométrica del ventrículo.<br />
Para calcular los volúmenes y la fracción de eyección del ventrículo<br />
izquierdo aplicando el método directo, es necesario obtener<br />
una secuencia cine-<strong>RM</strong> multicorte en plano eje corto y dibujar,<br />
de forma libre o semiautomática, el borde endocárdico del<br />
miocardio en fase telediastólica y telesistólica, excluyendo los músculos<br />
papilares y la trabeculación del endocardio. El volumen telediastólico<br />
y el telesistólico del ventrículo izquierdo se calculan aplicando<br />
la regla de Simpson (volumen = suma de las áreas dibujadas,<br />
multiplicada por el grosor y por el intervalo de corte). A partir de<br />
los volúmenes se obtiene el volumen latido, la fracción de eyección<br />
y el gasto cardíaco. La precisión y reproducibilidad de la <strong>RM</strong><br />
para cuantificar la función global del ventrículo izquierdo, aplicando<br />
el método tridimensional en ventrículos geométricamente normales<br />
o deformados, ha sido ampliamente demostrada 42 .<br />
La función del ventrículo derecho se ha estudiado tradicionalmente<br />
de forma cualitativa, por la ausencia de un modelo geométrico<br />
estándar que se ajuste a su compleja anatomía. Además,<br />
la posición retroesternal del ventrículo derecho, dificulta su análisis<br />
por ecocardiografía. La <strong>RM</strong> es la única técnica capaz de cuantificar<br />
con precisión y fiabilidad la función del ventrículo derecho por<br />
Parámetro<br />
ESTUDIO C ARDÍAC O C O N <strong>RM</strong>: MO RFO LO G ÍA Y FUN C IÓ N 2 1<br />
el método directo aplicando la regla de Simpson 34 . El cálculo de<br />
los volúmenes y la fracción de eyección del ventrículo derecho<br />
aplicando el método directo se realiza de forma similar al cálculo<br />
en el ventrículo izquierdo utilizando una secuencia cine-<strong>RM</strong> multicorte.<br />
El plano axial suele utilizarse para el cálculo de los volúmenes<br />
y de la fracción de eyección porque es más fácil identificar<br />
el plano valvular de la tricúspide y separar la aurícula derecha del<br />
ventrículo 34 . Sin embargo, se ha demostrado que el plano eje corto<br />
es más preciso para el cálculo de la masa del ventrículo derecho,<br />
porque la mayor parte de la pared inferior del ventrículo no puede<br />
analizarse por el efecto del volumen parcial en el plano axial 37, 43 .<br />
La precisión y reproducibilidad de la <strong>RM</strong> en la cuantificación de los<br />
volúmenes del ventrículo derecho utilizando secuencias convencionales<br />
cine-<strong>RM</strong> son buenas 44 , aunque la variabilidad intra e interobservador<br />
es mayor que en el ventrículo izquierdo porque la<br />
compleja trabeculación del endocardio dificulta su delimitación 43 .<br />
Los valores y la reproducibilidad de los volúmenes de ambos ventrículos,<br />
utilizando las nuevas secuencias cine-<strong>RM</strong> en tiempo real,<br />
son ligeramente mayores a los descritos con las secuencias convencionales<br />
38, 45 .<br />
La cuantificación de los volúmenes de las aurículas puede obtenerse<br />
de forma similar a la descrita para los ventrículos 46 .<br />
La tabla 2.2 muestra los valores de la masa del miocardio y de<br />
la función de ambos ventrículos obtenidos por <strong>RM</strong> en adultos normales,<br />
utilizando secuencias cine-<strong>RM</strong> convencionales 24 .<br />
Las secuencias cine-<strong>RM</strong> con codificación de la velocidad, en las<br />
que se separa la información de magnitud de la señal de la de fase,<br />
sirven para analizar la dirección y la velocidad del flujo sanguíneo.<br />
Utilizando estas secuencias puede obtenerse el volumen latido y el<br />
gasto cardíaco del ventrículo izquierdo y del ventrículo derecho,<br />
midiendo respectivamente el volumen en la aorta ascendente y en<br />
la arteria pulmonar principal en un plano perpendicular al vaso 5 . El<br />
volumen latido del ventrículo izquierdo es igual a la medida del volumen<br />
en la aorta ascendente en un ciclo cardíaco completo. De<br />
forma similar, el volumen latido del ventrículo derecho es igual al<br />
valor del volumen en la arteria pulmonar principal durante el ciclo<br />
cardíaco. El gasto cardíaco de ambos ventrículos se obtiene fácilmente<br />
multiplicando el volumen latido por la frecuencia cardíaca.<br />
Los valores del volumen latido y del gasto cardíaco obtenidos<br />
mediante secuencias cine-<strong>RM</strong> con codificación de la velocidad son<br />
similares a los obtenidos aplicando el método tridimensional en<br />
secuencias cine-<strong>RM</strong> convencionales 47 .<br />
TABLA 2.2<br />
Valores de la masa del miocardio, volúmenes y fracción de eyección de ambos ventrículos<br />
en adultos normales 24<br />
Hombres Mujeres<br />
Media ± DS Rango Media ± DS Rango<br />
VTD VI (ml) 136 ± 30 77 - 195 96 ± 23 52 - 141<br />
VTD VD (ml) 157 ± 35 88 - 227 106 ± 24 58 - 154<br />
VTS VI (ml) 45 ± 14 19 - 72 32 ± 9 13 - 51<br />
VTS VD (ml) 63 ± 20 23 - 103 40 ± 14 12 - 68<br />
M asa VI (g) 178 ± 31 118 - 238 125 ± 26 75 - 175<br />
MPL VD (g) 50 ± 10 30 - 70 40 ± 8 24 - 55<br />
FE VI (%) 67 ± 5 56 - 78 67 ± 5 56 - 78<br />
FE VD (%) 60 ± 7 47 - 74 63 ± 8 47 - 80<br />
VL VI (ml) 92 ± 21 51 - 133 65 ± 16 33 - 97<br />
VL VD (ml) 95 ± 22 52 - 138 66 ± 16 35 - 98<br />
G C (l / min) 5,8 ± 3,0 2,82 - 8,82 4,3 ± 0,9 2,65 - 5,98<br />
DS = Desviación estándar, VI = Ventrículo izquierdo, VD = Ventrículo derecho, VTD = Volumen telediastólico, VTS = Volumen telesistólico, VL = volumen latido; MPL = M asa<br />
de la pared libre, FE = Fracción de eyección, G C = G asto cardíaco.
2 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Función cardíaca regional<br />
La función cardíaca regional puede analizarse de forma cualitativa<br />
o cuantitativa. La contracción del miocardio puede analizarse<br />
en situación de reposo o de estrés. El estrés suele ser farmacológico,<br />
utilizando dobutamina en dosis bajas para detectar áreas de<br />
miocardio viable o en dosis altas para detectar áreas de miocardio<br />
isquémico 48 , aunque hay algunos trabajos sobre la realización de<br />
estrés con esfuerzo físico mediante dispositivos mecánicos acoplados<br />
a la mesa de resonancia.<br />
El análisis cualitativo de la contracción del miocardio se realiza de<br />
forma similar a la ecocardiografía mediante secuencias cine-<strong>RM</strong> en<br />
los planos eje corto, eje largo vertical y eje largo horizontal, pero sin<br />
limitaciones de ventana y, por tanto, sin limitaciones para analizar cualquier<br />
segmento de miocardio. La identificación y denominación de<br />
cada segmento de miocardio del ventrículo izquierdo se debe realizar<br />
siguiendo el acuerdo de las guías de la Sociedad Americana de<br />
Cardiología, recientemente publicadas, que incluye 17 segmentos<br />
en los planos eje corto, eje largo horizontal y eje largo vertical 18 .<br />
La <strong>RM</strong> permite cuantificar la función cardíaca regional mediante<br />
el cálculo del engrosamiento miocárdico absoluto y del índice de<br />
engrosamiento sistólico y, de forma más precisa, utilizando las técnicas<br />
de marcaje del miocardio. Para obtener el valor absoluto del<br />
engrosamiento del miocardio y el índice de engrosamiento sistólico,<br />
es necesario medir el grosor del miocardio en diástole y en sístole<br />
utilizando una secuencia cine-<strong>RM</strong> en plano eje corto. El engrosamiento<br />
del miocardio en valores absolutos (mm) es la diferencia entre<br />
el grosor sistólico y diastólico. El índice de engrosamiento del miocardio<br />
(%) se calcula aplicando la fórmula [grosor sistólico (mm) –<br />
grosor diastólico (mm)/grosor diastólico] x 100.<br />
El acortamiento fisiológico que se produce en el ventrículo izquierdo<br />
a lo largo de su eje longitudinal durante la sístole puede provocar<br />
que la imagen obtenida en un plano en diástole no corresponda<br />
exactamente al mismo plano en la sístole. Esta limitación de la<br />
valoración de la motilidad miocárdica a lo largo del ciclo cardíaco es<br />
común a cualquier técnica de sección como son la ecocardiografía<br />
y la <strong>RM</strong>. Para eludir esta limitación se ha desarrollado una técnica de<br />
<strong>RM</strong> que permite la cuantificación tridimensional de la motilidad miocárdica<br />
y que ha supuesto un avance muy significativo en el estudio<br />
no invasivo de la contractilidad del miocardio. Esta técnica consiste<br />
en realizar un marcaje del miocardio, aplicando pulsos de presaturación<br />
que se proyectan sobre el miocardio como líneas o rejillas<br />
negras 15, 16 . Utilizando técnicas de postprocesado pueden cuantificarse<br />
con precisión desplazamientos de las líneas o de la rejilla inferiores<br />
a 0,1 mm 48 y conocerse con exactitud la posición de cada<br />
segmento del miocardio en cualquier plano del espacio durante las<br />
diversas fases del ciclo en reposo y tras estrés farmacológico 49 .<br />
Estudios aislados han demostrado que las secuencias de cine-<br />
<strong>RM</strong> con codificación de la velocidad pueden utilizarse para cuantificar<br />
el movimiento del miocardio en un eje perpendicular al plano<br />
durante el ciclo cardíaco 10, 11, 49 . Aunque se han obtenido resultados<br />
prometedores, las principales limitaciones de esta técnica son<br />
la baja resolución temporal y espacial, los artefactos de movimiento<br />
del flujo y que en cada adquisición sólo es posible analizar el<br />
movimiento del miocardio en un eje perpendicular al plano de la<br />
imagen que se está estudiando 10 .<br />
Función valvular<br />
En el estudio de las enfermedades valvulares las técnicas de imagen<br />
se utilizan para definir la morfología de las válvulas, cuantificar<br />
la severidad de las estenosis e insuficiencias y analizar las consecuencias<br />
sobre la función cardíaca global.<br />
Las válvulas normales son estructuras muy finas, difíciles de identificar<br />
y analizar con precisión en secuencias convencionales de <strong>RM</strong>.<br />
Sin embargo, tanto las secuencias cine-<strong>RM</strong> como las imágenes de<br />
«sangre negra» pueden demostrar la anatomía valvular, detectar<br />
anomalías morfológicas, como válvulas aórticas bicúspides (Fig. 2.19)<br />
o engrosamientos de las valvas, definir el tipo de disfunción valvular<br />
y sus consecuencias sobre la función cardíaca 50 . Por eso, aunque<br />
la ecocardiografía es la técnica de elección para el análisis de la<br />
morfología y función valvular, la <strong>RM</strong> puede ser útil en casos de limitación<br />
de la ecocardiografía, fundamentalmente en el estudio de<br />
confirmación de abscesos perivalvulares difíciles de definir por ecocardiografía<br />
y para establecer su tamaño y relación con las cámaras<br />
cardíacas y los grandes vasos.<br />
Las secuencias cine-<strong>RM</strong> en planos perpendiculares a las válvulas<br />
son útiles para el análisis cualitativo de las insuficiencias y estenosis<br />
valvulares, así como para la cuantificación del orificio valvular<br />
y las alteraciones secundarias de la función cardíaca. La valoración<br />
cuantitativa de la severidad de las estenosis e insuficiencias valvulares<br />
puede realizarse de forma objetiva y reproducible con secuencias<br />
cine-<strong>RM</strong> con codificación de la velocidad 50 .<br />
La clave para identificar la existencia de valvulopatía en las secuencias<br />
cine-<strong>RM</strong> es la detección de un vacío de señal debido a las turbulencias<br />
de flujo. En las estenosis valvulares el vacío de señal se<br />
verá como un chorro hipointenso en la cámara cardíaca o arteria<br />
distal a la estenosis durante la sístole (Fig. 2.20), mientras que en<br />
las insuficiencias valvulares el vacío de señal se dirigirá retrógradamente<br />
a la cámara proximal a la válvula insuficiente durante la diástole<br />
(Fig. 2.21).<br />
La severidad de las valvulopatías puede establecerse por métodos<br />
semicuantitativos o cuantitativos. La insuficiencia valvular se<br />
puede cuantificar en cine-<strong>RM</strong> según el tamaño del vacío de señal<br />
en la cámara receptora o calculando la fracción de regurgitación a<br />
partir de los volúmenes ventriculares 51, 52 . La cuantificación de la<br />
insuficiencia según el tamaño del vacío de señal (midiendo el área<br />
y la longitud mayor del vacío de señal o la relación de éste con el<br />
tamaño de la cámara receptora) es muy limitada porque sólo permite<br />
una valoración semicuantitativa y porque tanto la visibilidad<br />
Figura 2.19. La cine-<strong>RM</strong> en plano perpendicular a la válvula aórtica<br />
muestra la morfología de una válvula bicúspide (flechas) y el orificio<br />
valvular (asterisco) en un paciente con coartación de aorta.
Figura 2.20. Insuficiencia valvular aórtica. La imagen cine-<strong>RM</strong> coronal<br />
en diástole demuestra un chorro hipointenso proximal al plano valvular<br />
aórtico (flechas) en un paciente con dilatación del anillo valvular<br />
y aneurisma de la aorta ascendente.<br />
como el tamaño del vacío de señal dependen de variables técnicas<br />
como el tiempo de eco y el plano de imagen que se ha seleccionado<br />
52 .<br />
La severidad de las insuficiencias valvulares puede cuantificarse<br />
calculando la fracción de regurgitación a partir de los volúmenes<br />
latido de ambos ventrículos. Estos volúmenes pueden calcularse,<br />
como se indicó previamente, mediante el método de Simpson<br />
sobre una secuencia cine-<strong>RM</strong> en eje corto o mediante secuencias<br />
cine-<strong>RM</strong> con codificación de la velocidad 6 . El principal inconveniente<br />
de este método es que no es válido en pacientes con más de una<br />
válvula insuficiente 50 .<br />
La severidad de las estenosis valvulares se cuantifica en <strong>RM</strong>, por<br />
medio del gradiente de presión transvalvular, que se obtiene a partir<br />
de las medidas de la velocidad pico y de la velocidad media a través<br />
de la válvula en secuencias cine-<strong>RM</strong> con codificación de la velocidad.<br />
El gradiente de presión transvalvular se calcula de la misma<br />
forma que en ecocardiografía, aplicando la ecuación de Bernoulli<br />
modificada [gradiente de presión transvalvular [mmHg = 4 x (velocidad<br />
pico 2 )] 50 .<br />
Otro método que habitualmente se utiliza en ecocardiografía<br />
para la cuantificación de las valvulopatías aórticas es el cálculo del<br />
área valvular efectiva. Utilizando secuencias cine-<strong>RM</strong> con codificación<br />
de la velocidad, en plano eje largo del ventrículo izquierdo,<br />
se puede cuantificar el área valvular efectiva aplicando la misma<br />
ecuación que habitualmente se utiliza en la ecocardiografía y la<br />
ventriculografía. Aunque se ha obtenido una buena correlación<br />
entre las medidas obtenidas aplicando este método en <strong>RM</strong> y las<br />
medidas obtenidas por ventriculografía, la utilidad de este método<br />
en la cuantificación de las valvulopatías no ha sido suficientemente<br />
demostrada 53 .<br />
CONCLUSIÓN<br />
La <strong>RM</strong> cardíaca es una técnica no invasiva, objetiva y reproducible<br />
capaz de analizar la morfología y la función cardíaca en<br />
una sola exploración. Igual que ocurre con otras técnicas de imagen,<br />
es muy importante tener unos protocolos de estudio claros<br />
y estar familiarizado con la anatomía normal. Si se poseen estos<br />
conocimientos, la <strong>RM</strong> cardíaca puede convertirse en la técnica más<br />
ESTUDIO C ARDÍAC O C O N <strong>RM</strong>: MO RFO LO G ÍA Y FUN C IÓ N 2 3<br />
Figura 2.21. Estenosis valvular aórtica. La imagen cine-<strong>RM</strong> coronal<br />
en sístole muestra un chorro hipointenso distal al plano valvular aórtico<br />
(flechas).<br />
efectiva para el estudio de pacientes con enfermedades <strong>cardiovascular</strong>es.<br />
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3<br />
Características y aplicaciones clínicas de la<br />
<strong>RM</strong> en el estudio de las miocardiopatías<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Rafaela Soler Fernández y Esther Rodríguez García<br />
Las miocardiopatías constituyen un conjunto de procesos patológicos<br />
cuyo denominador común es la disfunción del tejido<br />
muscular cardíaco originado por causas que le afectan directamente.<br />
Su clasificación según la Organización Mundial de la Salud (OMS)<br />
se realiza dependiendo de las alteraciones fisiopatológicas que se<br />
producen en miocardiopatía hipertrófica, arritmogénica, dilatada y<br />
restrictiva, y cuando es posible según su etiopatogenia. Se denominan<br />
miocardiopatías primarias aquellas en las que no es posible<br />
definir la etiología y llamamos secundarias o específicas a aquellas<br />
en las que se puede definir la etiopatogenia, e incluyen la miocardiopatía<br />
isquémica, hipertensiva y todo un conjunto de formas<br />
secundarias a una variedad de agentes y causas1 .<br />
Uno de los objetivos más importantes en la valoración de las<br />
miocardiopatías es identificar, de forma inocua, los hallazgos normales<br />
y patológicos de la estructura y la función del miocardio para<br />
poder reconocer su etiología, establecer la severidad y realizar un<br />
seguimiento del tratamiento.<br />
La ecocardiografía es la técnica de imagen más utilizada en la<br />
práctica clínica para el diagnóstico y seguimiento de las miocardiopatías;<br />
sin embargo, la ecocardiografía tiene limitaciones derivadas<br />
de la ventana acústica, de los campos de visión pequeños, problemas<br />
de subjetividad y relativa baja reproducibilidad.<br />
La <strong>RM</strong> es reconocida en la actualidad como la técnica más precisa<br />
para definir la distribución de la hipertrofia del miocardio y monitorizar<br />
la regresión de la masa del ventrículo izquierdo en respuesta<br />
al tratamiento 2, 3 . Además es el método más preciso y reproducible<br />
para cuantificar los volúmenes ventriculares, lo que la convierte<br />
en una técnica atractiva para monitorizar el tratamiento médico<br />
o quirúrgico de la miocardiopatía dilatada (MC D) 4, 5 . Las técnicas<br />
de imagen convencionales como la ecocardiografía, la ventriculografía<br />
y la gammagrafía isotópica son habitualmente normales o<br />
muestran hallazgos inespecíficos en los pacientes con sospecha de<br />
miocardiopatía arritmogénica (MCA) 6 . La <strong>RM</strong> aporta información<br />
muy útil en el estudio de la MCA, porque puede mostrar los hallazgos<br />
morfológicos y funcionales característicos de esta entidad y diferenciarla<br />
de otras causas de arritmias de origen en el ventrículo<br />
derecho 6-8 . Es, además, la técnica más precisa para demostrar el<br />
engrosamiento focal o difuso del pericardio, característico de la peri-<br />
carditis constrictiva (PC) y establecer el diagnóstico diferencial con<br />
la miocardiopatía restrictiva (MCR) 9 .<br />
En la actualidad, el papel del radiólogo en el diagnóstico y manejo<br />
de las miocardiopatías ha cambiado debido, sobre todo, a los<br />
avances técnicos en la <strong>RM</strong> que se han producido en la última década,<br />
lo que ha conllevado una mayor demanda de esta exploración.<br />
En este capítulo revisamos la etiopatogenia, los hallazgos clínicos y<br />
las características y aplicaciones de la <strong>RM</strong> cardíaca en el diagnóstico<br />
y seguimiento de las miocardiopatías.<br />
MIOCA RDIOPATÍ A HIPER -<br />
TRÓFICA<br />
a miocardiopatía hipertrófica (MCH) es una enfermedad car-<br />
L díaca caracterizada por hipertrofia del miocardio (Fig. 3.1), en<br />
ausencia de enfermedad cardíaca o extracardíaca capaz de producirla1<br />
. Los hallazgos microscópicos son característicos, con hipertrofia<br />
de las fibras miocárdicas, desorganización de los haces musculares,<br />
fibrosis intersticial y reducción del calibre de las arterias coronarias<br />
intramiocárdicas por engrosamiento de su pared (Fig. 3.2) 10 .<br />
La prevalencia de esta patología es baja, de 0,02 a 0,2% de la<br />
población. Los pacientes pueden estar asintomáticos o presentarse<br />
con dolor torácico, fatiga, angina, síntomas congestivos, síncope,<br />
infarto o muerte súbita10, 11 . Alrededor del 50% de los casos se<br />
transmite genéticamente, en forma autosómica dominante con<br />
Figura 3.1. MCH.<br />
La sección en eje<br />
corto del tercio medio<br />
de los ventrículos<br />
muestra un marcado<br />
engrosamiento del<br />
septo interventricular<br />
(asterisco) y, en menor<br />
grado, de las paredes<br />
libre e inferior<br />
del ventrículo izquierdo<br />
y de la pared libre<br />
del ventrículo derecho.
2 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a b<br />
Figura 3.2. MCH. El estudio microscópico (hematoxilina-eosina) demuestra hipertrofia de las células miocárdicas con marcada desorganización<br />
celular, prominencia de los núcleos, fibrosis intersticial (a) y disminución de la luz de las arterias coronarias intramurales por engrosamiento<br />
de su pared (asterisco) (b).<br />
penetrancia variable, y en el resto de los casos se debe probablemente<br />
a mutaciones espontáneas 10 .<br />
La ecocardiografía es la técnica de imagen inicial en el estudio<br />
de la MCH. Sin embargo, algunas variantes que afectan al ápex o<br />
a la pared posterolateral del ventrículo izquierdo o a la pared libre<br />
del ventrículo derecho son difíciles de detectar con esta técnica<br />
debido a su localización. La <strong>RM</strong> cardíaca no sólo es capaz de analizar<br />
todos los segmentos del miocardio con la misma precisión y<br />
diagnosticar esas formas de hipertrofia, sino que además permite<br />
analizar y cuantificar de forma objetiva y reproducible el resto de<br />
los hallazgos morfológicos y funcionales que caracterizan a esta<br />
enfermedad (Tabla 3.1).<br />
Aunque algunas formas de MCH pueden cursar sin hipertrofia<br />
del miocardio, la detección y la cuantificación del grosor del miocardio<br />
es el hallazgo morfológico más importante para su diagnóstico<br />
y seguimiento tras el tratamiento. Estudios realizados con ecocardiografía<br />
han demostrado que la localización de la hipertrofia es<br />
muy variable, afectando con mayor frecuencia al septo y a la pared<br />
lateral, seguida de la hipertrofia basal septal, la hipertrofia concéntrica,<br />
la hipertrofia de la pared lateral y la hipertrofia apical 12 . El uso<br />
más frecuente de la <strong>RM</strong> en la última década en pacientes con sospecha<br />
de MCH ha demostrado que la afectación de los segmen-<br />
TABLA 3.1<br />
Criterios morfológicos y funcionales de la MCH en <strong>RM</strong><br />
tos apicales (Fig. 3.3) o de la pared libre del ventrículo derecho es<br />
más frecuente de lo que anteriormente se había descrito 3, 13 . Para<br />
definir la localización y severidad de la hipertrofia debe adquirirse<br />
una secuencia cine-<strong>RM</strong> en planos eje corto desde la base hasta el<br />
ápex y en eje largo horizontal del ventrículo izquierdo.<br />
La cuantificación precisa de la masa miocárdica en pacientes con<br />
MCH se utiliza como parámetro independiente para definir la severidad<br />
de la enfermedad, porque refleja de forma directa el grosor<br />
del miocardio y de forma indirecta su distensibilidad 12 . En la actualidad,<br />
la <strong>RM</strong> es reconocida como la técnica de referencia para cuantificar<br />
la masa del miocardio, aplicando el método tridimensional<br />
sin la necesidad de asumir una forma geométrica, lo que es especialmente<br />
importante en pacientes con MC H, cuyos ventrículos<br />
suelen tener una notable distorsión de su morfología 2, 14 .<br />
El volumen sistólico, el gasto cardíaco y el volumen latido suelen<br />
estar conservados hasta los estadios finales 15 . En hipertrofias<br />
severas, la contracción del miocardio puede llegar a obliterar casi<br />
por completo la cavidad ventricular, disminuyendo a cifras muy bajas<br />
el volumen sistólico (Fig. 3.4). En esos casos es necesario una cuidadosa<br />
delimitación del contorno endocárdico para no infravalorar<br />
el volumen sistólico.<br />
Información diagnóstica Secuencia Plano Parámetros obtenidos<br />
Distribución de la hipertrofia Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC Grosor del miocardio<br />
Cine-<strong>RM</strong> un corte ELH<br />
Cine-<strong>RM</strong> un corte ELV<br />
Severidad de la hipertrofia Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC M asa miocárdica<br />
Aumento diámetros AI Cine-<strong>RM</strong> un corte ELH Diámetros de cavidades<br />
Insuficiencia mitral Cine-<strong>RM</strong> un corte ELH ó ELV Chorro hipointenso VI-AI<br />
Cine-<strong>RM</strong> con CV PV Curvas velocidad / tiempo<br />
O bstrucción del TSVI Cine-<strong>RM</strong> un corte ELH Chorro hipointenso TSVI<br />
Cine-<strong>RM</strong> con CV PTSVI Curvas velocidad / tiempo<br />
Disfunción diastólica Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC VTD, VTS, FE, G C, VL<br />
(↑ tiempo llenado precoz VI VTD normal ó ↓, FE ↑)<br />
Alteración función regional Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC Trastornos motilidad<br />
Cine-<strong>RM</strong> con MM EC Deformación miocardio<br />
C aracteriz ación tisular SE-T1, SE-T2, G d Axial Intensidad de señal miocardio<br />
EC = eje corto, ELH = eje largo horizontal, ELV = eje largo vertical, AI = aurícula izquierda, VI = ventrículo izquierdo, AI = aurícula izquierda, PV = perpendicular a la válvula,<br />
CV = codificación de la velocidad, PTSVI = perpendicular al tracto de salida del VI, TSVI = tracto de salida del VI, VTD = volumen telediastólico, VTS = volumen telesistólico,<br />
FE = fracción de eyección, G C = gasto cardíaco, VL = volumen latido, MM = marcaje del miocardio, G d = gadolinio.
La distensibilidad del miocardio suele estar disminuida en un<br />
alto porcentaje de casos, debido a la desorganización de los haces<br />
musculares, independientemente de la existencia de obstrucción o<br />
de la extensión y la distribución de la hipertrofia 10 . Utilizando secuencias<br />
cine-<strong>RM</strong>, se puede cuantificar la disfunción diastólica del ventrículo<br />
izquierdo que se caracteriza por una prolongación de la fase<br />
de llenado precoz del ventrículo izquierdo y, en ocasiones, también<br />
del ventrículo derecho. A pesar de la disminución de la fase<br />
de llenado precoz, el volumen diastólico del ventrículo izquierdo<br />
suele ser normal o encontrarse disminuido 16 .<br />
Además de definir la localización y la severidad de la hipertrofia<br />
y de cuantificar la función cardíaca global, la <strong>RM</strong> se utiliza para<br />
cuantificar las alteraciones de la función cardíaca regional. Utilizando<br />
secuencias cine-<strong>RM</strong> en plano eje corto del ventrículo izquierdo<br />
puede calcularse el engrosamiento miocárdico absoluto y el índice<br />
C ARAC TERÍSTIC AS Y APLIC AC IO N ES C LÍN IC AS DE LA <strong>RM</strong> EN EL ESTUDIO DE LAS MIO C ARDIO PATÍAS 2 9<br />
a b<br />
Figura 3.3. MCHl. Imágenes cine-<strong>RM</strong> en planos eje largo horizontal<br />
(a) y vertical (b) del ventículo izquierdo en fase diastólica. Engrosamiento<br />
simétrico del miocardio localizado en el ápex del ventrículo izquierdo<br />
(flechas).<br />
a b<br />
Figura 3.4. MCH difusa simétrica. Las imágenes cine-<strong>RM</strong> en plano eje corto muestran un engrosamiento simétrico del miocardio del ventrículo<br />
izquierdo en diástole (a) con disminución muy marcada de la cavidad ventricular durante la sístole (b).<br />
de engrosamiento sistólico. En pacientes con MCH, existe una disminución<br />
del engrosamiento del miocardio durante la sístole atribuida<br />
a focos de fibrosis, variaciones en la proporción y extensión<br />
del flujo sanguíneo coronario, isquemia miocárdica, alteraciones en<br />
las proteínas contráctiles, aumento de la proporción de tejido conectivo<br />
y alteraciones estructurales en la dirección de las fibras miocárdicas<br />
15, 17 . La disminución del engrosamiento sistólico es inversamente<br />
proporcional al grosor del miocardio 17 . Las secuencias<br />
cine-<strong>RM</strong> con marcaje del miocardio pueden utilizarse para demostrar<br />
y cuantificar de forma precisa las alteraciones de la contracción<br />
regional del miocardio hipertrófico (Fig. 3.5) 18 , aunque su utilidad<br />
desde el punto de vista práctico todavía no se ha demostrado.<br />
La obstrucción dinámica del tracto de salida del ventrículo izquierdo<br />
(TSVI) es uno de los hallazgos fisiopatológicos más importantes<br />
de la MCH, por ser uno de los factores determinantes de la forma
3 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Figura 3.5. MCH con hipomotilidad del septo interventricular. La<br />
imagen cine-<strong>RM</strong> en fase sistólica con marcaje del miocardio demuestra<br />
una menor deformación de la rejilla hipointensa proyectada sobre<br />
el septo interventricular respecto a los segmentos de la pared libre del<br />
ventrículo izquierdo.<br />
de presentación clínica y porque su manejo terapéutico difiere del<br />
de la MC H no obstructiva. En la actualidad se cree que el movimiento<br />
sistólico anterior de la válvula mitral, al contactar con el septo<br />
interventricular, es el principal responsable de la obstrucción dinámica<br />
del TSVI 10 . La distorsión de las valvas mitrales con el crecimiento<br />
de la valva anterior puede producir además insuficiencia<br />
mitral. Las secuencias cine-<strong>RM</strong> en plano eje largo horizontal del ventrículo<br />
izquierdo son útiles para demostrar el chorro turbulento<br />
durante la sístole, característico de la obstrucción dinámica del TSVI<br />
(Fig. 3.6), el movimiento sistólico anterior de la válvula mitral y la<br />
turbulencia en la aurícula izquierda por la insuficiencia mitral. Las<br />
secuencias cine-<strong>RM</strong> con codificación de la velocidad se utilizan para<br />
cuantificar el gradiente a través del tracto de salida en las MCH obs-<br />
Figura 3.6. MCH difusa de predominio septal con obstrucción del<br />
tracto de salida del ventrículo izquierdo. La imagen sistólica de una<br />
secuencia cine-<strong>RM</strong> en plano eje largo horizontal del ventrículo izquierdo<br />
demuestra un chorro hipointenso (flechas) en el tracto de salida<br />
de éste por turbulencias del flujo.<br />
tructivas y el volumen y la fracción de regurgitación de la insuficiencia<br />
mitral. Además, la <strong>RM</strong> puede utilizarse para monitorizar y cuantificar<br />
la reducción del gradiente a través de TSVI, la remodelación<br />
septal tras la miectomía o la ablación septal con alcohol en las MCH<br />
obstructivas 19 .<br />
La isquemia es un hallazgo frecuente e importante en pacientes<br />
con MCH por ser uno de los factores responsables de la muerte<br />
súbita. Su origen es multifactorial, pudiendo deberse al engrosamiento<br />
y estrechamiento de las coronarias intramurales, a la mayor<br />
demanda de oxígeno o al aumento de la presión diastólica del ventrículo<br />
izquierdo con isquemia subendocárdica resultante 10 . La utilización<br />
de contrastes paramagnéticos como el gadolinio se está utilizando<br />
cada vez con más frecuencia en los estudios de la <strong>RM</strong> cardíaca<br />
para valorar la perfusión del miocardio, fundamentalmente en pacientes<br />
con cardiopatía isquémica. Estudios recientes que utilizan técnicas<br />
de perfusión de primer paso tras administración de gadolinio han<br />
demostrado que la severidad de la isquemia miocárdica se correlaciona<br />
con el grado de hipertrofia 20 .<br />
El diagnóstico diferencial de la MCH debe hacerse con otras causas<br />
de engrosamiento difuso o focal del miocardio. Aunque el engrosamiento<br />
difuso del miocardio que se produce en la amiloidosis cardíaca<br />
puede simular una MCH, el depósito intersticial de amiloide se<br />
presenta con más frecuencia en forma de una MCR, con dilatación<br />
de las aurículas y engrosamiento de las válvulas aurículoventriculares<br />
21 . Algunos tumores, como los fibromas cardíacos, pueden manifestarse<br />
con un engrosamiento focal isointenso del miocardio y simular<br />
una MCH. La utilización de secuencias tras la administración de<br />
gadolinio ayuda a diferenciar las formas focales de MCH (Fig. 3.7) de<br />
otras causas tumorales de engrosamiento focal del miocardio.<br />
MIOCA RDIOPATÍ A<br />
A RRITMOGÉNICA<br />
La MCA también conocida como displasia arritmogénica del<br />
ventrículo derecho (DAVD), es una enfermedad miocárdica<br />
de origen desconocido caracterizada por el reemplazamiento progresivo<br />
del miocardio por tejido adiposo o fibroadiposo (Fig. 3.8).<br />
La afectación se produce preferentemente en el ápex del ventrículo<br />
derecho, tracto de salida de ventrículo derecho y pared subtricuspídea<br />
(triángulo de la displasia), pero puede afectar a cualquier zona<br />
de ambos ventrículos e incluso puede haber casos con afectación<br />
exclusiva del ventrículo izquierdo1, 22 . Se ha descrito una incidencia<br />
familiar en 30-70% de los casos con una herencia autosómica dominante<br />
de penetración y expresión variables6 . Afecta con mayor frecuencia<br />
a jóvenes, manifestándose por palpitaciones, síncope o<br />
muerte súbita que aparecen característicamente en relación con el<br />
ejercicio 6, 23 .<br />
El diagnóstico definitivo de MCA se basa en la demostración<br />
histológica de la sustitución transmural del miocardio del ventrículo<br />
derecho por tejido fibroadiposo. Debido a la dificultad de la mayoría<br />
de las técnicas de imagen para analizar la estructura y función<br />
del ventrículo derecho, las múltiples potenciales etiologías de las<br />
arritmias de origen en el ventrículo derecho, la afectación segmentaria<br />
y las dificultades en la interpretación de las biopsias endomiocárdicas<br />
del ventrículo derecho, el diagnóstico de la MCA es<br />
difícil. El grupo de expertos que estudia las enfermedades miocárdicas<br />
de las Sociedades Europea e Internacional de Cardiología ha<br />
estandarizado una serie de criterios diagnósticos de la MCA que se<br />
basan en la demostración de disfunción global y/o regional y alte-
C ARAC TERÍSTIC AS Y APLIC AC IO N ES C LÍN IC AS DE LA <strong>RM</strong> EN EL ESTUDIO DE LAS MIO C ARDIO PATÍAS 3 1<br />
a b<br />
Figura 3.7. MCH focal simulando una masa. (a). La imagen axial SEEPI-T1 muestra un engrosamiento focal del septo interventricular (flechas)<br />
simulando una masa (b). El realce (flechas) similar al resto del miocardio en la imagen obtenida tras la administración de gadolinio descarta<br />
la presencia de un tumor.<br />
Figura 3.8. MCA.<br />
El estudio macroscópico<br />
demuestra<br />
depósito graso (asterisco)<br />
y atrofia<br />
(flechas) del miocardio<br />
de la pared<br />
libre del ventrículo<br />
derecho.<br />
TABLA 3.2<br />
Criterios para el diagnóstico de MCA<br />
raciones estructurales del ventrículo derecho detectadas mediante<br />
ecocardiografía, angiografía, <strong>RM</strong> o isótopos radiactivos, en la existencia<br />
de sustitución fibroadiposa del miocardio en la biopsia endomiocárdica,<br />
de anomalías de la repolarización, en la despolarización<br />
o conducción en el electrocardiograma, en la presencia de arritmias<br />
de origen en el ventrículo derecho o en la existencia de antecedentes<br />
familiares de la enfermedad 24 . Según esta guía son necesarios<br />
dos criterios mayores, un criterio mayor y uno menor, o<br />
cuatro criterios menores para el diagnóstico de MCA (Tabla 3.2).<br />
A pesar de la estandarización en el diagnóstico, las formas leves o<br />
los estadios iniciales de la enfermedad pueden pasar desapercibidos<br />
y las formas <strong>avanzada</strong>s pueden ser difíciles de diferenciar clínicamente<br />
de la MCD.<br />
Los hallazgos típicos de MCA en <strong>RM</strong> han sido descritos por<br />
muchos autores 6-8, 25 y se resumen en la tabla 3.3.<br />
Para analizar la morfología del ventrículo derecho y detectar las<br />
alteraciones estructurales del miocardio, características de la MCA,<br />
deben adquirirse secuencias SE-T1 en plano axial desde la bifurcación<br />
de las arterias pulmonares hasta el diafragma. Aunque algunos<br />
autores sugieren que el estudio en decúbito prono mejora la visua-<br />
Factor Criterios mayores Criterios menores<br />
Disfunción global y / o regional y alteraciones<br />
estructurales<br />
C aracteriz ación tisular<br />
Alteraciones en la repolariz ación<br />
Alteraciones en la conducción<br />
Arritmias<br />
Historia familiar<br />
Dilatación severa y disminución de la fracción<br />
de eyección del VD<br />
Aneurismas localiz ados del VD<br />
Dilatación segmentaria severa del VD<br />
Sustitución fibroadiposa del miocardio del VD<br />
(biopsia endomiocárdica)<br />
O ndas Epsilon o complejos Q RS prolongados<br />
(>110 ms) en V 1-V 3<br />
Historia familiar confirmada por necropsia o<br />
cirugía<br />
VD = ventrículo derecho, TV = taquicardia ventricular, BRI = bloqueo de rama izquierda, EV = extrasístoles ventriculares 24 .<br />
Dilatación moderada y difusa del VD o disminución<br />
de la fracción de eyección<br />
Dilatación moderada y segmentaria del VD<br />
Hipocinesia regional del VD<br />
O ndas T negativas (V 2-V 3)<br />
Potenciales tardíos<br />
EV con BRI<br />
EV frecuentes<br />
Historia familiar de muerte súbita sospechosa<br />
de M A<br />
Historia familiar (diagnóstico clínico en base a<br />
estos criterios)
3 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
lización de la pared libre del ventrículo derecho 8 , en nuestra experiencia,<br />
esta posición no mejora significativamente las imágenes y a<br />
muchos pacientes les resulta más incómodo que el decúbito supino.<br />
La identificación de áreas hiperintensas focales o difusas en las<br />
secuencias SE-T1 es considerada por muchos autores la clave diagnóstica<br />
de la MCA (Fig. 3.9). Sin embargo, se ha demostrado que<br />
pueden existir pequeñas áreas de infiltración grasa del miocardio<br />
del ventrículo derecho en sujetos normales 26 y además, según los<br />
criterios estandarizados de las Sociedades Europea e Internacional<br />
de Cardiología, la sustitución fibroadiposa del miocardio, demostrada<br />
incluso por biopsia endomiocárdica, no es suficiente por sí<br />
sola para el diagnóstico 24 .<br />
El adelgazamiento del miocardio por sustitución fibroadiposa,<br />
la dilatación severa del ventrículo derecho (Fig. 3.10) o de su tracto<br />
de salida, los abombamientos acinéticos o discinéticos de la<br />
pared libre o del tracto de salida del ventrículo derecho durante<br />
la diástole (Fig. 3.11) y la disminución de la función sistólica global<br />
son otros de los criterios mayores que pueden analizarse en<br />
secuencias cine-<strong>RM</strong> en plano axial, desde la bifurcación pulmonar<br />
hasta el diafragma, y en el plano dos cámaras del ventrículo<br />
derecho.<br />
Una de las mayores ventajas de la <strong>RM</strong>, sobre otras técnicas de<br />
imagen convencionales, es su capacidad de cuantificar la función del<br />
ventrículo derecho aplicando el método tridimensional sin las limitaciones<br />
del campo de visión de otras técnicas. Estudios de <strong>RM</strong> realizados<br />
a pacientes con MCA han demostrado que, además de la<br />
disminución de la función sistólica global del ventrículo derecho y<br />
de las alteraciones focales o difusas de la contractilidad, puede exis-<br />
TABLA 3.3<br />
Hallazgos morfológicos y funcionales de la MCA en <strong>RM</strong><br />
Información diagnóstica Secuencia Plano Parámetros obtenidos<br />
Infiltración fibroadiposa miocardio SE-T1 Axial Áreas hiperintensas<br />
Adelga z amiento miocardio VD Cine-<strong>RM</strong> multicorte Axial o 4 C Grosos del miocardio<br />
Aumento diámetros VD y AI Cine-<strong>RM</strong> multicorte Axial o 4 C Diámetros de cavidades<br />
Dilatación TSVD Cine-<strong>RM</strong> multicorte Axial o 4 C Diámetros TSVD<br />
Saculaciones discinéticas y aneurismas del VD y TSVD Cine-<strong>RM</strong> multicorte Axial o 4 C Trastornos motilidad<br />
Cine-<strong>RM</strong> un corte 4 C, sagital Deformación miocardio<br />
Cine-<strong>RM</strong> con MM 4 C, sagital<br />
Disminución función sistólica VD (↑ VTD, ↓ FE) Cine-<strong>RM</strong> multicorte Axial VTD, VTS, FE, G C, VL<br />
VD = ventrículo derecho, AI = aurícula izquierda, 4 C = cuatro cámaras, TSVD = tracto de salida del VD, M M = marcaje del miocardio, VTD = volumen telediastólico,<br />
VTS = volumen telesistólico, FE = fracción de eyección, G C = gasto cardíaco, VL = volumen latido.<br />
Figura 3.9. MCA. <strong>Imagen</strong> basal SE-T1 en plano axial. Áreas hiperintensas<br />
focales en el miocardio de la pared libre del ventrículo derecho<br />
y en el ápex del ventrículo izquierdo por infiltración grasa (flechas).<br />
Figura 3.10. Miocardiopatía arritmogénica. La imagen axial ci<br />
ne-<strong>RM</strong> en diástole muestra dilatación del ventrículo derecho y pequeños<br />
abombamientos de la pared libre (flechas).<br />
Figura 3.11. MCA. <strong>Imagen</strong> axial cine-<strong>RM</strong> en fase sistólica. Múltiples<br />
saculaciones discinéticas de la pared libre del ventrículo derecho<br />
(flechas).<br />
tir una disminución en la función diastólica global del ventrículo derecho<br />
en las fases iniciales de la enfermedad 27 .<br />
Aunque la <strong>RM</strong> puede aportar criterios morfológicos y funcionales<br />
importantes para el diagnóstico o la exclusión de la MCA, es<br />
importante no olvidar que los hallazgos detectados en <strong>RM</strong> por sí
solos no son suficientes para el diagnóstico o exclusión de esta entidad.<br />
El diagnóstico de MCA debe establecerse en base a los criterios<br />
estandarizados propuestos por las Sociedades Europea e Internacional<br />
de Cardiología 24 .<br />
El diagnóstico diferencial de la MCA incluye otras causas de<br />
arritmias de origen en el ventrículo derecho (taquicardia de origen<br />
en el tracto de salida del ventrículo derecho y síndrome de<br />
Brugada), la anomalía de Uhl y la MC D. Aunque algunos autores<br />
creen que las taquicardias de origen en el tracto de salida del ventrículo<br />
derecho son idiopáticas 28 , otros sugieren que pueden originarse<br />
de alteraciones en el miocardio del ventrículo derecho, ya<br />
que han demostrado, en estudios de <strong>RM</strong>, adelgazamientos focales<br />
de la pared libre del ventrículo derecho, disminución focal del<br />
engrosamiento sistólico y trastornos de la motilidad localizados en<br />
la porción inferior del tracto de salida del ventrículo derecho 29 . La<br />
similitud de los hallazgos detectados en pacientes con taquicardias<br />
de origen en el tracto de salida del ventrículo derecho y pacientes<br />
con MCA sugiere que ambas entidades pueden estar relacionadas.<br />
El síndrome de Brugada es una enfermedad hereditaria que<br />
puede presentarse clínicamente y con hallazgos electrocardiográficos<br />
similares a la MCA. El diagnóstico diferencial entre ambas entidades<br />
puede establecerse fácilmente mediante <strong>RM</strong> al demostrar<br />
la estructura normal del corazón, característica del síndrome de<br />
Brugada 28 . La anomalía de Uhl es una cardiopatía congénita rara,<br />
caracterizada por ausencia casi completa del miocardio del ventrículo<br />
derecho y dilatación severa de su cavidad. La demostración<br />
de sustitución fibroadiposa del miocardio en <strong>RM</strong> es la clave diagnóstica<br />
para diferenciar a la MCA de la anomalía de Uhl 30 . El diagnóstico<br />
diferencial entre la forma <strong>avanzada</strong> de MCA y la MCD idiopática<br />
puede ser difícil.<br />
MIOCA RDIOPATÍ A<br />
DILATA DA<br />
La OMS define a la MCD como la enfermedad del miocardio<br />
más frecuente, caracterizada por dilatación progresiva del ventrículo<br />
izquierdo o de ambos ventrículos (Fig. 3.12), disminución<br />
de la capacidad contráctil, hipertrofia inadecuada del miocardio y<br />
aumento de la masa miocárdica en ausencia de enfermedad cardíaca<br />
o sistémica capaz de producirla1 . La mayoría de los casos son<br />
de causa desconocida (MC D primaria o idiopática) y el resto se<br />
relacionan con factores genéticos, metabólicos, isquémicos, inmunológicos,<br />
víricos o tóxicos 31 , que, aunque comparten el mismo<br />
C ARAC TERÍSTIC AS Y APLIC AC IO N ES C LÍN IC AS DE LA <strong>RM</strong> EN EL ESTUDIO DE LAS MIO C ARDIO PATÍAS 3 3<br />
TABLA 3.4<br />
Criterios morfológicos y funcionales de la MCD en <strong>RM</strong><br />
Figura 3.12. Pieza macroscópica. Aspecto globuloso característico<br />
de la MCD por dilatación de las cuatro cámaras.<br />
mecanismo fisiopatológico, se agrupan según la definición de la<br />
OMS como MCD secundarias.<br />
Histológicamente, la MCD se caracteriza por fibrosis intersticial<br />
progresiva y disminución del número de miocitos con capacidad<br />
contráctil. La forma clínica de presentación más frecuente es la insuficiencia<br />
cardíaca, como expresión de una afectación global de la<br />
función del ventrículo izquierdo 31, 32 .<br />
En la práctica clínica, la ecocardiografía suele proporcionar todos<br />
los datos necesarios para el diagnóstico y seguimiento de la MCD.<br />
La <strong>RM</strong> suele utilizarse en aquellos casos en los que la ecocardiografía<br />
es limitada, para analizar los cambios morfológicos y cuantificar<br />
las alteraciones funcionales características de esta enfermedad<br />
(Tabla 3.4). En la actualidad, la <strong>RM</strong> es considerada la técnica más<br />
precisa para monitorizar el seguimiento del tratamiento médico o<br />
quirúrgico de la MC D, por su precisión y reproducibilidad para<br />
cuantificar el tamaño y la función ventricular 4, 5 .<br />
Aunque las secuencias espín-eco son las que se utilizan habitualmente<br />
para analizar la morfología del corazón y de los grandes<br />
Información diagnóstica Secuencia Plano Parámetros obtenidos<br />
Grosor pared VI normal o disminuida Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC Grosor del miocardio<br />
Aumento masa miocardio Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC M asa miocárdica<br />
Aumento diámetros ventriculares Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC Diámetros de cavidades<br />
Cine-<strong>RM</strong> un corte 4 C<br />
Insuficiencia mitral Cine-<strong>RM</strong> un corte 4 C Chorro hipointenso VI-AI<br />
Cine-<strong>RM</strong> con CV PV Curvas, velocidad / tiempo<br />
Disminución función sistólica (↑ VTD y VTS, ↓ FE) Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC VTD, VTS, FE, G C, VL<br />
Alteración funcional regional Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC Trastornos motilidad<br />
Cine-<strong>RM</strong> con MM EC Deformación miocardio<br />
C aracteriz ación tisular SE-T1, SE-T2 Axial Intensidad de señal miocardio<br />
EC = eje corto, 4 C = cuatro cámaras, VI = ventrículo izquierdo, VD = ventrículo derecho, AI = aurícula izquierda, AD = aurícula derecha, PV = perpendicular a la válvula,<br />
C V = codificación de la velocidad, VTD = volumen telediastólico, VTS = volumen telesistólico, FE = fracción de eyección, G C = gasto cardíaco, VL = volumen latido,<br />
MM = marcaje del miocardio.
3 4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
vasos, las secuencias cine-<strong>RM</strong> permiten simultáneamente demostrar<br />
y cuantificar las alteraciones morfológicas y funcionales características<br />
de la MCD.<br />
El aumento de la masa del ventrículo izquierdo junto con el<br />
aumento de los volúmenes diastólico y sistólico, la disminución de<br />
la fracción de eyección y las alteraciones de la motilidad del miocardio<br />
son los hallazgos funcionales típicos de la MCD 4, 33 . Su cuantificación,<br />
mediante secuencias cine-<strong>RM</strong> en plano eje corto del<br />
ventrículo izquierdo, se utiliza para definir la severidad y monitorizar<br />
la respuesta al tratamiento 4, 16 . La adquisición de estas secuencias<br />
en el plano cuatro cámaras es útil para demostrar el agrandamiento<br />
de las cámaras cardíacas (Fig. 3.13) y la insuficiencia mitral<br />
secundaria a la dilatación del ventrículo izquierdo. Las secuencias<br />
cine-<strong>RM</strong> con marcaje del miocardio permiten cuantificar objetivamente<br />
los trastornos de la motilidad miocárdica; además, son considerados<br />
como un parámetro muy sensible para predecir la disfunción<br />
sistólica característica de los pacientes con MC D 34 .<br />
Utilizando estas secuencias se ha demostrado una marcada reducción<br />
del acortamiento de las fibras del miocardio y una disminución<br />
en el engrosamiento normal del miocardio desde la base hasta<br />
el ápex 35 .<br />
La diferenciación entre las formas de MCD idiopáticas y secundarias<br />
es importante, porque algunas de estas últimas pueden ser<br />
potencialmente reversibles. El papel de la biopsia endomiocárdica<br />
en la valoración de la etiología de la MC D es controvertido<br />
porque la información que se obtiene es baja. En la actualidad,<br />
existe consenso en que la biopsia endomiocárdica no debe realizarse<br />
sistemáticamente en la MC D y que únicamente podría<br />
tener sentido en pacientes en los que exista sospecha de alguna<br />
enfermedad sistémica que pueda afectar al miocardio, como la<br />
hemocromatosis, la amiloidosis o la sarcoidosis 36 . En algunos casos,<br />
estas enfermedades pueden ser diagnosticadas por la afectación<br />
de otros órganos; en otros, como la hemocromatosis, la demostración<br />
de una disminución de la intensidad de señal focal o difusa<br />
del miocardio en las secuencias espín-eco y eco de gradiente<br />
(Fig. 3.14) es suficiente para confirmar el diagnóstico 37 . La <strong>RM</strong><br />
puede además contribuir al diagnóstico diferencial entre las formas<br />
de MC D isquémica y no isquémica. En la mayoría de los<br />
Figura 3.13. MCD. La imagen cine-<strong>RM</strong> diastólica en plano cuatro<br />
cámaras muestra dilatación de ambos ventrículos (asteriscos) en un<br />
paciente con MCD y ausencia de compactación del miocardio del<br />
ventrículo izquierdo (flechas).<br />
Figura 3.14. Hemocromatosis con MCD. <strong>Imagen</strong> SE-T1 coronal.<br />
Dilatación del ventrículo izquierdo e hiposeñal difusa del miocardio<br />
(flechas) y del parénquima hepático (asterisco) por sobrecarga de hierro.<br />
casos de MC D no isquémicas, el grosor del miocardio y la dilatación<br />
de la cavidad ventricular es uniforme, mientras que en la<br />
dilatación secundaria a isquemia suelen verse adelgazamientos<br />
segmentarios del miocardio que en ocasiones pueden ser aneurismáticos<br />
(Fig. 3.15) 38 .<br />
Figura 3.15. Aneurisma del ventrículo izquierdo por miocardiopatía<br />
isquémica. <strong>Imagen</strong> cine-<strong>RM</strong> diastólica en plano eje largo vertical del<br />
ventrículo izquierdo. Dilatación focal (flecha) de la pared apical anterior<br />
del ventrículo izquierdo con transición progresiva entre el miocardio<br />
normal y el aneurisma (puntas de flecha).
MIOCA RDIOPATÍ A<br />
RESTRICTIVA<br />
La miocardiopatía restrictiva (MCR) se define como una enfermedad<br />
del miocardio que produce disfunción diastólica secundaria<br />
a un aumento de la rigidez ventricular, con disminución del volumen<br />
diastólico de uno o ambos ventrículos, función sistólica conservada<br />
y ausencia de dilatación o hipertrofia ventricular1 . Es la forma menos<br />
frecuente dentro del grupo fisiopatológico de miocardiopatías, pudiendo<br />
ser idiopática o secundaria a diversas enfermedades sistémicas<br />
que cursan con infiltración miocárdica, como amiloidosis, sarcoidosis,<br />
fibrosis endomiocárdica o endocarditis de Löffler (síndrome hipereosinofílico).<br />
A diferencia de la miocardiopatía dilatada y especialmente<br />
de la hipertrófica, rara vez tiene carácter familiar39 .<br />
La mayoría de los pacientes se diagnostican cuando la enfermedad<br />
está muy <strong>avanzada</strong> y tanto la sintomatología como los hallazgos<br />
hemodinámicos son similares a los de la pericarditis constrictiva<br />
(PC). Diferenciar entre ambas entidades es crucial para su manejo,<br />
porque mientras que el tratamiento de la MCR suele ser médico<br />
y con escasos resultados, la PC tiene un tratamiento quirúrgico que<br />
es efectivo.<br />
Ambas entidades se caracterizan por una disminución de la distensibilidad<br />
ventricular con un aumento secundario de las presiones<br />
C ARAC TERÍSTIC AS Y APLIC AC IO N ES C LÍN IC AS DE LA <strong>RM</strong> EN EL ESTUDIO DE LAS MIO C ARDIO PATÍAS 3 5<br />
a b<br />
de llenado tanto del lado derecho como del izquierdo del corazón,<br />
con la consiguiente congestión venosa pulmonar y sistémica. La restricción<br />
del llenado ventricular se traduce morfológicamente en un<br />
aumento del diámetro de las aurículas y del calibre de la vena cava y<br />
suprahepáticas, con un tamaño normal de las cavidades ventriculares<br />
y un grosor normal del miocardio y del pericardio 39, 40 . La demostración<br />
de un engrosamiento focal o difuso del pericardio es el criterio<br />
clave que permite diferenciar a la PC de la MCR (Fig. 3.16).<br />
La ecocardiografía es la técnica habitualmente utilizada en la<br />
práctica clínica para la valoración inicial de las características morfológicas<br />
y funcionales de los pacientes con sospecha de MCR 40 .<br />
Sin embargo, el diagnóstico diferencial con la PC no siempre es<br />
posible porque en la ecocardiografía, es difícil analizar con precisión<br />
el grosor del pericardio y caracterizar su engrosamiento 41 .<br />
La <strong>RM</strong> es capaz de analizar en un solo estudio las características<br />
morfológicas y funcionales de la MCR (Tabla 3.5) y establecer<br />
el diagnóstico diferencial con la PC. Las secuencias cine-<strong>RM</strong> se utilizan<br />
para analizar el tamaño de las cavidades y el grosor del miocardio.<br />
Deben adquirirse en plano eje corto, para cuantificar el<br />
tamaño del ventrículo izquierdo y el grosor del miocardio y en plano<br />
cuatro cámaras para analizar la dilatación de las aurículas. Utilizando<br />
secuencias cine-<strong>RM</strong> con codificación de la velocidad y midiendo<br />
el volumen diastólico a través de las válvulas mitral y tricúspide<br />
puede cuantificarse y monitorizarse la restricción del llenado ven-<br />
Figura 3.16. Pericarditis constrictiva. Las imágenes axiales SE-T1 (a) y cine-<strong>RM</strong> en diástole (b) muestran engrosamiento difuso del pericardio<br />
adyacente a ambos ventrículos (flechas) y dilatación de la aurícula derecha (asterisco).<br />
TABLA 3.5<br />
Criterios morfológicos y funcionales de la MCR en <strong>RM</strong><br />
Información diagnóstica Secuencia Plano Parámetros obtenidos<br />
Grosor miocardio normal Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC Grosor miocardio<br />
M asa miocardio normal Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC M asa miocardio<br />
Aumento diámetros AI y AD Cine-<strong>RM</strong> multicorte Axial Diámetros de cavidades<br />
Cine-<strong>RM</strong> un corte 4 C<br />
Insuficiencia mitral y tricúspide Cine-<strong>RM</strong> un corte 4 C Chorro hipointenso VI-AI, VD-AD<br />
Cine-<strong>RM</strong> con CV PV Curvas, velocidad / tiempo<br />
Disminución función diastólica Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC VTD, VTS, FE, G C, VL<br />
Alteración funcional regional Cine-<strong>RM</strong> multicorte EC Trastornos motilidad<br />
Cine-<strong>RM</strong> con MM EC Deformación miocardio<br />
C aracteriz ación tisular SE-T1, SE-T2, G d Axial Intensidad de señal miocardio<br />
EC = eje corto, 4 C = cuatro cámaras, VI = ventrículo izquierdo, VD = ventrículo derecho, AI = aurícula izquierda, AD = aurícula derecha, PV = perpendicular a la válvula,<br />
C V = codificación de la velocidad, VTD = volumen telediastólico, VTS = volumen telesistólico, FE = fracción de eyección, G C = gasto cardíaco, VL = volumen latido,<br />
MM = marcaje del miocardio, G d = gadolinio.
3 6 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Figura 3.17. Pericarditis constrictiva. <strong>Imagen</strong> axial SE-T1. Engrosamiento<br />
focal del pericardio (flechas), dilatación de ambas aurículas y<br />
aumento de señal en aurícula derecha (asterisco) por flujo lento secundario<br />
a aumento de las resistencias al llenado ventricular.<br />
tricular 42 . Además, ambas secuencias son útiles para analizar la insuficiencia<br />
mitral o tricúspide habitualmente asociadas.<br />
La demostración de un engrosamiento focal o difuso del pericardio<br />
(mayor de 4 mm) permite establecer el diagnóstico de la PC<br />
(Fig. 3.16 y 3.17) y diferenciarla de la MCR con una precisión del<br />
93% 9 . Aunque el engrosamiento del pericardio es el criterio clave<br />
para el diagnóstico de la PC, debe utilizarse en el contexto clínico<br />
adecuado, porque el pericardio puede estar engrosado tras una<br />
cirugía cardíaca o en la pericarditis urémica sin que exista una repercusión<br />
funcional constrictiva 43 . El pericardio se analiza mejor en las<br />
secuencias SE-T1, que deben incluir desde la bifurcación pulmonar<br />
hasta la desembocadura de las venas suprahepáticas en la vena cava<br />
inferior. En esta secuencia, el flujo lento en el interior de las aurículas<br />
puede simular trombos (Fig. 3.17). En casos dudosos, la correlación<br />
con las imágenes de cine-<strong>RM</strong> permite diferenciar entre ambas<br />
posibilidades.<br />
Algunas miocardiopatías específicas, como la amiloidosis, sarcoidosis<br />
o la enfermedad endomiocárdica, pueden manifestarse con<br />
una restricción del llenado ventricular y compartir el mismo aspecto<br />
morfológico y funcional de la MCR idiopática. En algunos casos,<br />
la <strong>RM</strong> puede aportar datos útiles para su diagnóstico diferencial y<br />
en otros sirve como guía para planificar la biopsia endomiocárdica.<br />
La amiloidosis cardíaca es una causa frecuente de MCR secundaria<br />
caracterizada por el depósito intersticial de amiloide en la pared<br />
de las cámaras cardíacas y en las válvulas aurículoventriculares. Aunque<br />
suele ser indistinguible de la MCR idiopática, en algunos casos<br />
el miocardio infiltrado por amiloide es de señal hipointensa en<br />
secuencias SE-T1 y T2 21 .<br />
La afectación cardíaca de la sarcoidosis puede tener características<br />
restrictivas o congestivas y, aunque el diagnóstico clínico y por<br />
técnicas de imagen es difícil, afecta al 20-30% de los casos según<br />
se ha constatado en series necrópsicas 44 . Los granulomas sarcoideos<br />
se manifiestan en <strong>RM</strong> como áreas focales hiperintensas en<br />
secuencias SE-T2, que se realzan tras la administración de gadolinio<br />
45 . Aunque estos hallazgos son inespecíficos, porque pueden<br />
verse en otras miocardiopatías inflamatorias, pueden ser útiles para<br />
planificar la biopsia endomiocárdica y para monitorizar la respuesta<br />
al tratamiento 46 .<br />
La enfermedad endomiocárdica, también conocida como MCR<br />
obliterativa, incluye a la endocarditis de Löffler y a la fibrosis endomiocárdica<br />
(enfermedad de Davis). Ambas entidades se caracterizan<br />
por un engrosamiento fibroso del endocardio, que de manera<br />
ocasional se extiende al miocardio, localizado habitualmente en<br />
el ápex y en la región subvalvular de uno o ambos ventrículos. En<br />
fases tardías, el miocardio es reemplazado por fibrosis y es frecuente<br />
la aparición de trombos apicales 39 . Son raras en nuestro medio y<br />
se diferencian porque la endocarditis de Löffler tiene predilección<br />
por climas templados y se asocia con eosinofília, mientras que la<br />
fibrosis endomiocárdica es más frecuente en climas tropicales y no<br />
se asocia con eosinofília. Aunque la fibrosis endomiocárdica comparte<br />
los hallazgos funcionales de la MCR idiopática, la <strong>RM</strong> es útil<br />
para diferenciar la obliteración característica del ápex ventricular por<br />
trombos y tejido fibroso de una tumoración apical 47 , diferenciarla<br />
de otras causas de restricción ventricular y monitorizar la respuesta<br />
al tratamiento 48 .<br />
CONCLUSIÓN<br />
La <strong>RM</strong> cardíaca es una técnica inocua capaz de diagnosticar y<br />
diferenciar las miocardiopatías en un solo estudio. Puede<br />
demostrar diferencias morfológicas y funcionales en los distintos<br />
tipos de miocardiopatías, lo que ayuda a aumentar la seguridad diagnóstica,<br />
adoptar las decisiones terapéuticas y a monitorizar los efectos<br />
del tratamiento. Además, en algunos casos, aporta información<br />
útil para diferenciar los distintos tipos de miocardiopatías específicas.<br />
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Agradecimiento: A la doctora M Cuesta, del Servicio de Anatomía<br />
Patológica del Hospital Juan Canalejo de la Coruña.
INTRODUCCIÓN<br />
4<br />
Viabilidad miocárdica<br />
Luis Martí-Bonmatí e Ildefonso Roldán Torres<br />
A<br />
pesar de los avances en el tratamiento médico y la mejora<br />
de las técnicas de revascularización miocárdica, el pronóstico<br />
de pacientes con miocardiopatía isquémica con afectación<br />
coronaria extensa y disminución de la función ventricular izquierda<br />
continúa siendo malo. Valorar la viabilidad miocárdica tiene una<br />
gran importancia tanto en los pacientes con infarto agudo como<br />
en aquellos con disfunción ventricular izquierda severa (fracción<br />
de eyección inferior al 35%) 1-4 , dado que la recuperación de la<br />
disfunción ventricular puede predecirse por la presencia de miocardio<br />
viable.<br />
La disfunción ventricular izquierda severa es per se un poderoso<br />
predictor de evolución adversa, asociándose con una tasa de<br />
supervivencia a los cinco años en torno al 60% 5 . La supervivencia<br />
empeora conforme disminuye la fracción de eyección, se extiende<br />
la enfermedad coronaria y aumenta la edad. Estudios observacionales<br />
tras revascularización sugieren que los pacientes con mayores<br />
áreas de miocardio viable tienen una mayor tasa de supervivencia<br />
perioperatoria, mayor recuperación de la función ventricular izquierda,<br />
menos síntomas de insuficiencia cardíaca y mayor tolerancia al<br />
esfuerzo. Es decir, a mayor viabilidad mejores resultados6 . De aquí<br />
la gran importancia clínica de la cuantificación de la viabilidad miocárdica<br />
residual1-3, 7 .<br />
CONCEPTOS GENERALES<br />
A<br />
unque las primeras observaciones sobre los efectos de la<br />
disminución del flujo sanguíneo en la contractilidad miocárdica<br />
se llevaron a cabo ya en 1935, sólo en las últimas décadas se<br />
han conocido las consecuencias funcionales, estructurales y bioquímicas<br />
de la isquemia miocárdica. Se han descrito síndromes<br />
isquémicos como el de la conmoción o aturdimiento miocárdico,<br />
la hibernación, el precondicionamiento isquémico y la microcirculación<br />
coronaria. Junto a ellos nace el concepto de miocardio viable,<br />
que hace referencia a un miocardio desdiferenciado pero vivo,<br />
con alteraciones estructurales y funcionales que pueden normalizarse<br />
tras la revascularización.<br />
Mientras en algunos pacientes la disfunción severa del ventrículo<br />
izquierdo es el resultado de un infarto de miocardio con<br />
presencia de necrosis y formación de tejido cicatricial, con o sin<br />
remodelado ventricular; en otros es debida a grandes áreas de<br />
miocardio disfuncionante pero viable, representado por miocardio<br />
aturdido y/o hibernado que podría ser reversible mediante<br />
revascularización. Desde el punto de vista conceptual 8,9 , la conmoción<br />
miocárdica hace referencia a una disfunción postisquémica por<br />
afectación de la contractilidad con un flujo sanguíneo ya normalizado;<br />
mientras que el miocardio hibernado representa un estado<br />
concomitante de reducción en la contractilidad y la perfusión. La<br />
hibernación miocárdica se define como el estado de disfunción<br />
regional o global persistente del ventrículo izquierdo debido a una<br />
disminución prolongada del flujo sanguíneo coronario, que puede<br />
volver parcial o completamente a la normalidad si mejora el flujo<br />
tras la revascularización. La hibernación representa una adaptación<br />
de la contractilidad al descenso en el aporte energético, suficiente<br />
para sostener viables a los miocitos pero insuficiente para mantener<br />
la contracción sistólica 3 .<br />
La mejoría de la supervivencia tras la revascularización ocurre<br />
en subgrupos de pacientes que presentan arteriopatía coronaria<br />
multivaso y disfunción ventricular izquierda 10 . Este beneficio no se<br />
sabe si es el resultado de la mejoría de la disfunción ventricular<br />
izquierda presente en reposo, de la reducción de la isquemia y del<br />
infarto subsiguiente o de ambos. Se estima que del 25 al 40% de<br />
los pacientes con disfunción ventricular izquierda isquémica pueden<br />
mostrar una mejoría de la fracción de eyección ventricular<br />
izquierda tras la revascularización. La mejoría de la disfunción sistólica<br />
del ventrículo izquierdo es importante debido a que su fracción<br />
de eyección es uno de los determinantes principales de la<br />
supervivencia en pacientes con cardiopatía isquémica.<br />
La revascularización coronaria puede mejorar los síntomas de<br />
insuficiencia cardíaca y disminuir la mortalidad anual frente al tratamiento<br />
médico (del 16 al 3,2%). Sin embargo, no existe beneficio<br />
aparente para la revascularización respecto al tratamiento médico<br />
en ausencia de viabilidad 6 . Dada la elevada mortalidad perioperatoria<br />
(5-37%) en este grupo de pacientes, la cirugía debe contrastarse<br />
con prudencia, seleccionando cuidadosamente aquellos pacientes<br />
que obtendrían un mayor beneficio de la revascularización. Es<br />
primordial la identificación precisa de los pacientes con disfunción<br />
ventricular izquierda potencialmente reversible para recomendar<br />
la revascularización.
4 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
La disponibilidad de un método diagnóstico incruento y seguro<br />
que distinga el miocardio viable de aquel que ha sido irreversiblemente<br />
dañado, es decir, el hecho de que se diferencie la disfunción<br />
severa del ventrículo izquierdo originada por hipoperfusión<br />
crónica de aquella secundaria a pérdida de miocitos y fibrosis es<br />
muy importante en la toma de decisiones clínicas, ya que permitiría<br />
identificar a los pacientes con enfermedad coronaria y disfunción<br />
del ventrículo izquierdo en reposo que se beneficiarían de una<br />
estrategia de revascularización, estableciendo además un factor pronóstico<br />
1, 7 .<br />
M A RCA DORES Y TÉCNICAS<br />
DI AGNÓSTICAS<br />
DE MIOCA RDIO VI A BLE<br />
A<br />
unque las anormalidades en la contracción no se relacionan<br />
con la viabilidad, ya que tanto el miocardio viable como el<br />
necrótico pueden ser disfuncionales, el estándar clínico de viabilidad<br />
es la mejoría de la motilidad parietal global o regional tras la<br />
revascularización miocárdica. Muchos factores afectan al grado de<br />
mejoría de la función ventricular izquierda tras la revascularización.<br />
Entre éstos se pueden destacar la presencia y grado de aturdimiento<br />
y/o de hibernación, la anatomía coronaria, el hecho de que la revascularización<br />
sea completa o no, el infarto perioperatorio, la permeabilidad<br />
de los injertos, la reestenosis tras la angioplastia percutánea,<br />
el tamaño ventricular izquierdo, la posible existencia de una miocardiopatía<br />
primaria y la fiabilidad de los métodos empleados para<br />
detectar la mejora.<br />
Para poder comprender el fundamento de las diferentes técnicas<br />
en el estudio de la viabilidad miocárdica es conveniente recordar<br />
que la glucosa, el lactato y los ácidos grasos libres son los primeros<br />
sustratos productores de energía miocárdica en situación<br />
basal de reposo. En ayunas, los ácidos grasos son la principal fuente<br />
de energía, aportan aproximadamente el 60% de los requerimientos<br />
del metabolismo oxidativo; mientras que en el estado posprandial<br />
la glucosa es el principal sustrato para la producción de<br />
energía, la cual aporta aproximadamente el 68% de los requerimientos.<br />
En situaciones de isquemia se producen una serie de alteraciones<br />
en el metabolismo miocárdico, con pérdida del potencial<br />
oxidativo y una mayor utilización de glucosa. Las células podrían<br />
utilizar la vía de la glucólisis anaeróbica (efecto Pasteur), manteniendo<br />
la viabilidad del miocito a expensas de una menor eficiencia<br />
en la utilización del sustrato. La energía obtenida por esta vía<br />
puede ser suficiente para mantener el gradiente electroquímico a<br />
través de la membrana celular, pero insuficiente para sostener la<br />
actividad mecánica del miocito.<br />
Se han desarrollado técnicas precisas que tratan de valorar la<br />
necrosis y predecir mejor la recuperación funcional del ventrículo<br />
izquierdo tras la revascularización coronaria. En la evaluación de<br />
estas técnicas se considera a una región disfuncionante como viable<br />
sólo si la función mejora tras la revascularización. La principal<br />
fuerza de estos métodos de imagen corresponde a su precisión<br />
global para distinguir el miocardio hibernado del irreversiblemente<br />
dañado mediante la observación de diferentes aspectos del<br />
músculo cardíaco: perfusión miocárdica, actividad metabólica celular,<br />
integridad de la membrana celular y reserva contráctil.<br />
La valoración de la integridad de membrana y perfusión miocárdica<br />
mediante los estudios isotópicos con radiotrazadores, como<br />
el 201talio o los compuestos tecneciados ( 99mTc sestamibi, 99mTc tetro-<br />
fosmin), se realiza utilizando una gammacámara con SPECT sincronizada<br />
con el ECG. La viabilidad se asocia a una extracción de<br />
los trazadores igual o superior al 50%. Las desventajas de la SPECT<br />
incluyen su limitada resolución espacial y la incapacidad para diferenciar<br />
entre viabilidad subendocárdica y transmural.<br />
La valoración de la reserva contráctil celular puede analizarse<br />
mediante ecocardiografía con infusión de dobutamina o de milrinona.<br />
El engrosamiento sistólico en los segmentos acinéticos indica<br />
su viabilidad. Los problemas de esta técnica son la incompleta<br />
visualización de segmentos miocárdicos en un 15-20% de pacientes,<br />
la valoración visual subjetiva del engrosamiento de la pared y<br />
la observación de que algunos segmentos severamente isquémicos<br />
presentan falsos negativos con la estimulación inotrópica. Recientemente<br />
se han incorporado otras técnicas ecocardiográficas de vialidad,<br />
como el estudio de perfusión con contraste, el Doppler tisular<br />
y el análisis de la función diastólica del ventrículo izquierdo.<br />
La PET permite la evaluación simultánea de la perfusión miocárdica,<br />
con 13 N-amonio como trazador del flujo, y del metabolismo<br />
celular, por la captación miocárdica de 18 F-desoxiglucosa.<br />
Un patrón de falta de correspondencia en el que se muestra captación<br />
de 18 F-desoxiglucosa en áreas con flujo disminuido indica<br />
viabilidad. Sin embargo, las limitaciones de la PET son su incapacidad<br />
para valorar la extensión transmural en profundidad y su<br />
alto coste.<br />
La <strong>TC</strong> de alta velocidad de adquisición y sincronismo cardíaco,<br />
representada clásicamente por el tomógrafo de haz de electrones<br />
y recientemente por los equipos multicanales-multidetectores, permite<br />
evaluar la calcificación miocárdica, la luz de los vasos coronarios,<br />
la perfusión miocárdica y algunos determinantes funcionales<br />
con una alta eficacia 3 . Sin embargo, esta técnica utiliza radiaciones<br />
ionizantes y medios de contrastes iodados, es poco sensible en la<br />
detección de necrosis-fibrosis y necesitaría para ser más reproducible<br />
de unos tiempos de adquisición todavía menores, del orden<br />
de 25 ms 11 .<br />
RESONANCI A M AGNÉTICA<br />
Esta técnica permite estudiar múltiples aspectos de la viabilidad<br />
cardíaca, como las variaciones en el espesor de la pared miocárdica<br />
y su contracción, la perfusión miocárdica y el lavado del contraste,<br />
la reserva funcional y la integridad metabólica mediante la<br />
espectroscopia 12, 13 .<br />
La <strong>RM</strong> es la técnica que mejor visualiza la localización, el tamaño<br />
y la extensión de la cicatriz miocárdica, con una excelente resolución<br />
espacial14 . El uso de secuencias sincronizadas con el corazón<br />
y la respiración, junto a una alta resolución temporal y la utilización<br />
de un medio de contraste de distribución extravascular, identifica<br />
las alteraciones funcionales y los infartos como regiones con depresión<br />
en la contractilidad, hipoperfundidas y/o tardíamente hiperintensas<br />
tras el contraste. Esta aplicación de la <strong>RM</strong> es una de las de<br />
mayor impacto clínico de la técnica.<br />
Método<br />
Tanto las imágenes de contractilidad como las tardías se obtienen<br />
al menos en los tres planos principales del corazón: dos cámaras,<br />
eje corto y cuatro cámaras 13, 15 (Figs. 4.1-4.4). Las imágenes<br />
dinámicas de perfusión suelen obtenerse en el eje corto, ya que<br />
en este plano se observa mejor el ventrículo izquierdo. El empleo
de técnicas de aceleración en la adquisición ha tenido una gran<br />
repercusión en la calidad de las imágenes y los estudios. La imagen<br />
en paralelo (principales acrónimos: SENSE, IPAT, ASSET) permite<br />
obtener mayores coberturas espaciales y fases del ciclo cardíaco, a<br />
la par que permite reducir el tamaño del voxel y reducir el tiempo<br />
de adquisición 13 . El relleno segmentado del espacio k ha permitido<br />
también mejorar considerablemente la resolución.<br />
En un estudio de <strong>RM</strong> hay que tener en cuenta que el paciente<br />
debe estar en una posición cómoda dada la duración global, el sincronismo<br />
respiratorio debe hacerse en espiración, debe ajustarse<br />
el sincronismo en cada secuencia a la frecuencia cardíaca real, debe<br />
minimizarse el movimiento respiratorio ajustando los retrasos en<br />
la adquisición sincronizada, deben evitarse los artefactos de solapamiento<br />
al programar la geometría, debe aumentarse la resolución<br />
espacial y disminuir la temporal (bobinas de superficie, imágenes<br />
en paralelo y técnicas de aceleración en el relleno del espacio<br />
k) y deben estudiarse el mayor número posible de fases en un<br />
ciclo cardíaco 15 .<br />
Las principales características técnicas en nuestro centro se detallan<br />
en la tabla 4.1. La contracción ventricular se analiza con estudios<br />
dinámicos multicorte-multifase obtenidos con sincronismo respiratorio<br />
y cardíaco, visualizados en modo cine. La técnica que más<br />
ha influido en el avance de esta parcela es la eco de gradiente potenciada<br />
en T2 con sensibilización al flujo en las tres direcciones del<br />
espacio (2D-FR-EGR, fully refocused EGR; principales acrónimos:<br />
B-FFE, FISP, True-FISP, FIESTA) (Figs. 4.1 a y b). Esta secuencia presenta<br />
un excelente contraste de los límites endocárdicos y epicárdicos,<br />
con una alta resolución espacial y temporal. Su robustez frente<br />
a los artefactos de movimiento la hace muy fiable y reproducible<br />
en los estudios cardíacos. También pueden emplearse secuencias<br />
con enrejillado (tagging) para estimar más objetivamente las alteraciones<br />
en la contracción.<br />
De forma complementaria pueden utilizarse otras técnicas<br />
potenciadas en T2 con secuencias RARE, y especialmente la secuencia<br />
RARE-STIR con un prepulso adicional de anulación de la sangre,<br />
para visualizar el área de edema mural asociado al infarto 3 .<br />
La <strong>RM</strong> permite analizar la perfusión miocárdica utilizando el primer<br />
paso de un medio de contraste administrado en bolo, mediante<br />
el análisis de las propiedades del tránsito en cada región del miocardio.<br />
Los estudios de perfusión se realizan con una secuencia<br />
dinámica potenciada en T1, minimizando los artefactos de despla-<br />
VIABILIDAD MIO C ÁRDIC A 4 1<br />
zamiento químico mientras el paciente respira muy suavemente<br />
(Figs. 4.1 c y d y 4.3 a). Se obtienen tras la inyección de un medio<br />
de contraste extracelular cuyo primer paso por la circulación es<br />
principalmente intravascular. Los quelatos de gadolinio empleados<br />
realzan el miocardio normal durante su fase en el compartimiento<br />
intravascular. Se emplean dosis altas de 0,4 ml/kg de peso a una<br />
velocidad de 5-6 ml/s, simultaneando el inicio de la inyección y el<br />
de la adquisición para asegurar unas primeras imágenes basales sin<br />
contraste. Las imágenes se adquieren al final de la diástole (máximo<br />
retraso en la sincronización, trigger delay) para permitir la máxima<br />
captación coronaria del miocardio. Aunque debería adquirirse<br />
toda la cobertura ventricular sobre su eje largo, es frecuente<br />
tener que ajustar el número de cortes a la resolución temporal<br />
requerida. En nuestro equipo (Intera 1.5 Philips Medical Systems)<br />
se ha priorizado la resolución temporal (30 dinámicos repetidos<br />
cada tres segundos) frente a la espacial (paquete dinámico de tres<br />
cortes).<br />
Los estudios para valorar las captaciones tardías se realizan con<br />
secuencias que presentan una alta resolución temporal y espacial,<br />
junto a una baja señal miocárdica. Pueden utilizarse las secuencias<br />
2D-FR-EGR balanceadas (Figs. 4.1 e y f y 4.4 c), con lo que se obtienen<br />
imágenes en los tres planos principales antes y después del contraste.<br />
Sin embargo, estas secuencias tienen una menor sensibilidad<br />
a la captación que las EG potenciadas en T1 con preparación tisular<br />
mediante un prepulso de inversión (principales acrónimos: Turbo-<br />
FFE, Turbo Flash, Fast GRE, Fast SPGR) (Fig. 4.4) 4, 12, 16 . El tiempo<br />
de inversión se ajusta para minimizar la señal miocárdica (usualmente<br />
entre 200-400 ms), mientras que el TE se acorta para minimizar el<br />
tiempo de adquisición y maximizar la potenciación en T1 (Figs. 4.2,<br />
4.3 b, c y d, 4.4). La potenciación T1 se requiere para aumentar la<br />
sensibilidad al efecto paramagnético del gadolinio y minimizar la<br />
hiperseñal del edema tisular asociado a las áreas alteradas pero no<br />
necesariamente infartadas.<br />
Debido al lavado miocárdico rápido, el tejido normal no retiene<br />
gadolinio pasados cinco minutos de su administración 3, 17 . En<br />
nuestra experiencia, una vez pasados los cinco minutos tras el inicio<br />
de la inyección ya se pueden obtener imágenes con un contraste<br />
suficiente entre el infarto y el miocardio viable 12 , aunque algunos<br />
autores las adquieren a los 15-30 minutos postcontraste para<br />
asegurar la delimitación del área no viable por el acúmulo de gadolinio<br />
en el espacio extracelular 2 . Parece, no obstante, constatado<br />
TABLA 4.1<br />
Protocolo de viabilidad miocárdica. Secuencias utilizadas en un equipo Philips Intera de 1,5 Tesla con gradientes de 30 mT / m<br />
Contractilidad Perfusión Tardío Tardío<br />
2D-FR-EGR 2D-Turbo-EGR 3D-Turbo-EGR-T1 2D-Turbo-FR-EGR<br />
Bobina cardíaca de 5 elementos cardíaca de 5 elementos cardíaca de 5 elementos cardíaca de 5 elementos<br />
acoplados acoplados acoplados acoplados<br />
F O V 400 470 380 400<br />
M atriz 192 x 256 256 x 256 256 x 256 192 x 256<br />
Espesor 9 mm 10 mm 5 mm 7 mm<br />
Número de cortes 6 3-5 16 9<br />
Factor <strong>Imagen</strong> Paralelo 2 no 2 2<br />
Secuencia EGR fully refocused (balanced) TurboEGR single-shot 3D-TurboEGR multi-shot TurboEGR fully refocused<br />
(balanced) single-shot<br />
TR / TE / ángulo 2,8 / 1,4 / 60° 2,9 / 1,4 / 60° 3,9 / 1,2 / 15° 3,3 / 1,6 / 50°<br />
TI no 400 200 280<br />
Imágenes por fase VC G máximo (11-15) 1 1 1<br />
Sincronismo cardíaco VC G , 550 ms retraso VC G , 470 ms VC G , 550 ms retraso VC G , 550 ms retraso<br />
Apnea sí, espiratoria no sí, espiratoria sí, espiratoria<br />
NSA 1 1 1 1<br />
Duración promedio 11 s 90s 16 s 7 s
4 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a b<br />
d<br />
que no existen diferencias apreciables en el área del infarto en las<br />
imágenes obtenidas entre los 5 y los 30 minutos tras la inyección<br />
(Fig. 4.4 a y b) 14, 16, 18 .<br />
Aunque todavía falta por desarrollar todo el potencial, la espectroscopia<br />
tendrá un papel primordial en el análisis metabólico mio-<br />
e f<br />
Figura 4.1. Paciente con infarto postero-infero-lateral. En el estudio de contractilidad (2D-FR-EGR, eje corto) se observa una ausencia de<br />
engrosamiento miocárdico en telesístole (a) respecto a la misma área en telediástole (b). La fracción de eyección calculada fue del 25%. En<br />
los estudios de perfusión (2D-Turbo-EGR) se observa una ausencia de captación en los segmentos aquinéticos (c), que permanecen con la misma<br />
hipointensidad que en la imagen inicial con el Gd únicamente en la cavidad ventricular (d). En las imágenes tardías (2D-FR-EGR); e) eje corto;<br />
f) cuatro cámaras se evidencia el hiperrealce transmural del infarto.<br />
Figura 4.2. Corte de cuatro cámaras tardío (3D-Turbo-EGR-T1)<br />
donde se aprecia un infarto subendocárdico que afecta al ápex y segmento<br />
medio del septo.<br />
cárdico. La 1 H-E<strong>RM</strong> (espectroscopia de hidrógeno) analiza la disminución<br />
de la concentración relativa de creatina fosforilada en el infarto<br />
con una mayor sensibilidad y eficacia global que la 31 P-E<strong>RM</strong> (espectroscopia<br />
de fósforo) en el análisis de fosfatos energéticos 11, 19 . Ambas<br />
técnicas pueden utilizar volúmenes únicos, aunque su mayor eficacia<br />
vendrá de la mano de las imágenes paramétricas moleculares<br />
adquiridas con sincronismo cardíaco 2 .<br />
Análisis<br />
c<br />
El adelgazamiento mural en diástole se asocia al infarto crónico<br />
transmural y puede analizarse con las secuencias 2D-FR-EGR (Fig.<br />
4.1 b) o con aquellas potenciadas en T1 con la señal de la sangre<br />
minimizada (como con la secuencia 2D-SE-EPI potenciada en T1).<br />
Las mediciones del espesor de la pared ventricular parecen ser más<br />
precisas con <strong>RM</strong> que con ecocardiografía. Deben considerarse anormales<br />
los espesores telediastólicos inferiores a 5,5 mm 7 . Este signo<br />
tardío no aparece hasta que pasan seis semanas del infarto 3 .<br />
Los infartos recientes se observan hiperintensos en las secuencias<br />
potenciadas en T2, siendo esta alteración mayor que el área<br />
no viable 20 . Los infartos crónicos pueden ser tanto hipo como isointensos<br />
en estas secuencias, dada la menor cantidad de agua presente<br />
en el tejido cicatricial (Figs. 4.1 a y b) 3 .<br />
La contractilidad se analiza visualizando en modo cine la secuencia<br />
2D-FR-EGR. Esta técnica es rápida de adquirir y permite visualizar<br />
alteraciones morfológicas y de contractilidad. Dado su contraste<br />
T2/T1, permite también analizar las hiperintensidades de<br />
señal del edema tisular precoz asociado a la necrosis miocárdica.<br />
La secuencia 2D-FR-EGR permite además cuantificar la fracción de
a b c d<br />
eyección del ventrículo izquierdo con una alta precisión 21 . La presencia<br />
de hemorragia en el infarto se visualiza por señales heterogéneas<br />
y áreas hipointensas por susceptibilidad magnética. Puede<br />
utilizarse el aumento en la contractilidad tras estímulo (como tras<br />
dobutamina) para identificar el miocardio viable frente al necrótico-cicatricial<br />
que no responde.<br />
La reducción de la perfusión miocárdica es un indicador sensible<br />
de isquemia, ya que el flujo sanguíneo miocárdico está directamente<br />
relacionado con el aporte de oxígeno. Su capacidad para<br />
detectar la isquemia miocárdica es superior a la de la coronariografía<br />
debido a que valora la relevancia funcional más que la apariencia<br />
morfológica de la estenosis. Además, el análisis de la perfusión permite<br />
estimar la presencia de flujo por colaterales. La perfusión de<br />
los segmentos se analiza con la observación del primer paso de Gd<br />
a través de los capilares. El contraste en la perfusión refleja la densidad<br />
de capilares regionales efectivos y funcionantes, y se relaciona<br />
con estenosis significativas de las arterias coronarias 21 y con el<br />
área del infarto 20 . Con la hipoperfusión se alarga el tiempo hasta la<br />
captación máxima, disminuyendo también el grado de captación 12 .<br />
En las imágenes fuente se constatan áreas hipointensas, originadas<br />
en la región subendocárdica, con una extensión transmural variable<br />
(Figs. 4.1 d y 4.3 a). Esta reducción del flujo sanguíneo debe integrarse<br />
como información adicional al hallazgo del realce tardío 1, 2, 21 .<br />
El área de hipercaptación miocárdica en las adquisiciones tardías<br />
se corresponde con las áreas infartadas, tanto recientes como subagudas<br />
y crónicas 4, 18 , aunque también pueden existir pequeñas zonas<br />
de realce tardío periinfarto asociadas sólo con el edema 2, 20 e, incluso,<br />
se han llegado a describir áreas hiperintensas recuperadas tras la<br />
revascularización 12 . En la captación tardía el medio de contraste extravascular<br />
extracelular se acumula por diversos mecanismos: alteraciones<br />
en la permeabilidad capilar, pérdida de la integridad de la mem-<br />
brana miocitaria, aumento del espacio extracelular, fijación a áreas de<br />
fibrosis y lavado lento del contraste 2, 22, 23 . La <strong>RM</strong> es la mejor técnica<br />
para detectar los infartos subendocárdicos con afectación transmural<br />
inferior al 50% (Fig. 4.2) 24 . Esta captación tardía, reflejo bastante<br />
fiel del área de infarto establecido, constituye la indicación clínica más<br />
aceptada de la <strong>RM</strong>.<br />
Para que la relación entre el área de hipercaptación y la del infarto<br />
sea precisa se necesitan imágenes con la mayor resolución espacial<br />
posible, idealmente isométricas. La afectación en los estudios de<br />
perfusión y tardíos se define, de mayor a menor recuperación funcional,<br />
como subendocárdica, transmural y homogénea o transmural<br />
de predominio marginal 1, 3, 14, 24 . Las áreas hipointensas en el interior<br />
de las cicatrices representan obstrucción microvascular 2, 22, 25 y<br />
son un signo de peor pronóstico (Fig. 4.3 b).<br />
La profundidad del hiperrealce mantenido y progresivo predice la<br />
recuperación de la función después de la revascularización. Así, la contractilidad<br />
aumentó en el 78% de las regiones sin hiperrealce, mientras<br />
que en las regiones con hiperrealce mayor del 75% de la pared<br />
aumentó sólo en el 1,7% 26 . De este modo se puede predecir la recuperación<br />
funcional sobre la base del porcentaje de pared con hiperseñal<br />
tardía. Si ésta no existe, prácticamente todos los segmentos acinéticos<br />
mejoran en función, mientras que si hay más de un 50%, la<br />
probabilidad de mejora funcional es muy baja ( = 7%) 26, 27 .<br />
CRÍTICAS A LOS ESTUDIOS<br />
DE VI A BILIDA D<br />
A unque<br />
VIABILIDAD MIO C ÁRDIC A 4 3<br />
Figura 4.3. Estudio de perfusión donde se observa el área hipoperfundida que afecta al territorio de la cara anterior (2D-Turbo-EGR; a) eje<br />
corto). En los estudios tardíos (3D-Turbo-EGR-T1; b) eje corto; c) cuatro cámaras; d) dos cámaras) se constata el hiperrealce transmural en<br />
septo y cara anterior con un coágulo en ápex. Nótese el área hipointensa en el interior de la cicatriz por obstrucción microvascular (b).<br />
a b c<br />
Figura 4.4. Estudio tardío cuatro cámaras donde se observa un área de miocardio no viable en el ápex del ventrículo izquierdo. Esta área se<br />
evidencia con un tamaño similar a los cinco minutos (a, 3D-Turbo-EGR-T1) y a los diez minutos (b, 3D-Turbo-EGR-T1), mientras que su tamaño<br />
se infraestima con la secuencia 2D-FR-EGR (c).<br />
la <strong>RM</strong> es una técnica muy fiable, todas las pruebas existentes<br />
de viabilidad presentan un número de «segmentos via-
4 4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
bles según el test» cuya función no mejora tras la revascularización.<br />
Son varias las explicaciones posibles para estos falsos resultados.<br />
Muy pocos estudios evalúan la permeabilidad del vaso o del<br />
injerto mediante angiografía coronaria. Por tanto, no se puede excluir<br />
la revascularización incompleta, reestenosis, reoclusión ni la progresión<br />
de la enfermedad. Los segmentos viables localizados en<br />
estos territorios pueden no recuperar su función con un miocardio<br />
viable.<br />
El momento idóneo para valorar la recuperación de la función<br />
es de gran importancia. La valoración postoperatoria muy temprana<br />
de la función puede estar mediatizada por la presencia de aturdimiento<br />
postquirúrgico, cuya duración se ha descrito de hasta siete<br />
días tras la cirugía coronaria. Puede producirse una recuperación<br />
retrasada de hasta doce a catorce meses después de la revascularización<br />
28 , aunque la mayoría de estos pacientes ya exhiben una<br />
recuperación funcional a los tres meses de la revascularización. El<br />
miocardio severamente lesionado por hibernación prolongada<br />
puede necesitar un tiempo mayor para recuperar su función tras<br />
la restauración de una perfusión adecuada.<br />
También puede haberse producido isquemia y/o necrosis antes,<br />
durante o tras la revascularización, lo que puede haber impedido<br />
la mejoría de la función en los segmentos viables. Además, es plausible<br />
que la presencia de un remodelado severo con dilatación ventricular<br />
antes de la revascularización no permita la recuperación de<br />
la función tras la misma, aunque exista tejido viable. Se ha comprobado<br />
que los pacientes en los que se recupera la función tras la<br />
revascularización tienen volúmenes telesistólicos y telediastólicos<br />
significativamente menores.<br />
En presencia de una angina severa la supervivencia tras la revascularización<br />
puede deberse al aumento del flujo de sangre hacia áreas<br />
miocárdicas, ni aturdidas ni hibernadas pero irrigadas por coronarias<br />
severamente estenóticas. Tales regiones pueden mostrar isquemia<br />
inducida por el estrés antes de la revascularización sin anormalidad<br />
de la función en reposo. Bajo estas circunstancias, la<br />
revascularización de este miocardio puede prevenir subsiguientes<br />
episodios isquémicos fatales y contribuir a optimizar el resultado<br />
clínico sin mejorar la función del ventrículo en reposo.<br />
La mayoría de las técnicas se muestran menos precisas en los<br />
segmentos hipoquinéticos, ya que suelen representar una mezcla<br />
de tejido epicárdico viable normal y necrosis subendocárdica y, aunque<br />
son realmente viables, la totalidad de ellos no recuperan la función<br />
tras la revascularización debido a que la disfunción se relaciona<br />
con la presencia de necrosis subendocárdica. Esta observación<br />
enfatiza que los términos viabilidad y recuperación de la función no<br />
son intercambiables.<br />
La pronta revascularización de un miocardio viable, dentro de<br />
las primeras seis semanas posteriores al diagnóstico, contribuye a<br />
obtener mejores resultados respecto al incremento de la fracción<br />
de eyección del ventrículo izquierdo. La hibernación miocárdica<br />
representa una adaptación incompleta a la isquemia, por lo que el<br />
precario balance entre perfusión y viabilidad no puede mantenerse<br />
indefinidamente ya que la necrosis miocárdica ocurrirá finalmente<br />
si el flujo sanguíneo no se restaura.<br />
CONCLUSIÓN<br />
En la enfermedad coronaria arterioesclerótica el disbalance entre<br />
demanda tisular y acceso al oxígeno resultará en isquemia miocárdica.<br />
El pronóstico a largo plazo de los pacientes con miocardiopatía<br />
isquémica es muy variable. Entre los factores más imbri-<br />
cados se encuentran la extensión del infarto, el éxito en las técnicas<br />
de revascularización, la función ventricular, la extensión de la<br />
lesión coronaria y la edad del paciente. La disfunción ventricular<br />
izquierda crónica se relaciona con la extensión de la fibrosis y de la<br />
hibernación miocárdica, por lo que la identificación de estos factores<br />
es de suma importancia. El miocardio con alteraciones en la<br />
contracción e hipoperfundido pero viable es el que se beneficiará<br />
de los procedimientos de revascularización.<br />
Aunque todavía se necesitan imágenes de una mayor resolución<br />
espacial y temporal, así como clarificar el uso de la espectroscopía<br />
miocárdica y el impacto de los nuevos medios de contraste<br />
intravasculares, la <strong>RM</strong> es un método excelente y reproducible para<br />
evaluar la perfusión y el hiperrealce tardío en regiones miocárdicas<br />
disfuncionantes, indicativo de ausencia de viabilidad representada<br />
por necrosis y fibrosis.<br />
En un futuro próximo la <strong>RM</strong> permitirá evaluar con precisión<br />
la localización y grado de la estenosis coronaria, su impacto en el<br />
miocardio (contractilidad, perfusión y viabilidad), el metabolismo<br />
parietal (espectroscopia e imagen molecular) y las complicaciones<br />
de la isquemia (remodelación de cavidades e insuficiencia valvular).<br />
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INTRODUCCIÓN<br />
5<br />
Estrés miocárdico<br />
Alberto Sonlleva Ayuso y Vicente Martínez Sanjuán<br />
La cardiopatía isquémica constituye en el momento actual la<br />
principal causa de morbimortalidad en los países desarrollados,<br />
por lo que conlleva un elevado coste socioeconómico. De<br />
ello se deduce la importancia que tiene el desarrollo de métodos<br />
de diagnóstico fiables que permitan la detección precoz de la enfermedad<br />
coronaria y, así, la prevención de sus consecuencias. Aunque<br />
el patrón de referencia para su diagnóstico sigue siendo la angiografía<br />
convencional, ésta es una técnica invasiva que a pesar de que<br />
permite la visualización de lesiones en las arterias epicárdicas no<br />
demuestra la repercusión sobre la perfusión miocárdica ni tampoco<br />
detecta alteraciones en la microcirculación.<br />
La secuencia de eventos que ocurren durante la isquemia miocárdica,<br />
la denominada «cascada isquémica», se inicia con una reducción<br />
del flujo coronario. Esto produce alteraciones del metabolismo<br />
miocárdico, que se traducen en una alteración de la relajación<br />
diastólica ventricular, seguida de una disfunción de la contractilidad<br />
ventricular sistólica. Finalmente, si se mantiene la isquemia, aparecen<br />
las alteraciones electrocardiográficas que suelen preceder al<br />
dolor torácico.<br />
La ergometría es la técnica diagnóstica más empleada, pero existen<br />
circunstancias que limitan su uso como por ejemplo la incapacidad<br />
funcional del paciente o las alteraciones electrocardiográficas<br />
preexistentes, entre las que se encuentran los síndromes de preexcitación,<br />
los bloqueos de rama y los crecimientos ventriculares.<br />
En la actualidad se dispone de técnicas de imagen no invasivas<br />
que permiten el diagnóstico de la enfermedad coronaria. Así, la cardiología<br />
nuclear detecta las alteraciones secundarias en la perfusión<br />
miocárdica, mientras que la ecocardiografía valora las disfunciones<br />
que esta patología produce en la contractilidad ventricular. La <strong>RM</strong>,<br />
por otro lado, ofrece la gran ventaja de la capacidad de evaluación<br />
de ambos tipos de alteraciones. Por último, queda por establecer<br />
la utilidad clínica de otras técnicas que tratan de visualizar directamente<br />
las arterias coronarias de forma no invasiva, como la angiografía<br />
por <strong>RM</strong> o por <strong>TC</strong>.<br />
De entre la técnicas de imagen, la ecocardiografía es la más utilizada<br />
en la práctica clínica. Aunque se ha sugerido su utilización en<br />
la evaluación de la perfusión miocárdica mediante el empleo de<br />
agentes de contraste con microburbujas de gas, éstos requieren de<br />
una inyección intracoronaria para su óptima visualización, lo que<br />
limita su empleo. La ecocardiografía de estrés valora los cambios<br />
de la contractilidad miocárdica en relación con el reposo, pero<br />
tiene limitaciones como la mala ventana ultrasónica que pueden<br />
presentar hasta un 10% de los pacientes, sobre todo aquellos con<br />
enfermedad pulmonar, obesidad o cirugía torácica previa; circunstancias<br />
que, por otro lado, suelen asociarse con una mayor prevalencia<br />
de coronariopatía. Esta limitación persiste a pesar del empleo<br />
del segundo harmónico o de la utilización de agentes de contraste<br />
intravasculares para delimitar los bordes endocárdicos 1, 2 . Por<br />
otra parte, algunas alteraciones preexistentes de la contractilidad,<br />
como el movimiento anómalo del septo interventricular secundario<br />
al bloqueo de rama izquierda, dificultan la detección de disfunciones<br />
contráctiles en dicha localización. Por último, cabe señalar<br />
que estos estudios requieren un importante período de<br />
aprendizaje para su correcta interpretación.<br />
Los estudios de perfusión con isótopos se pueden realizar con<br />
la <strong>TC</strong> de emisión de fotón único y con la tomografía de emisión de<br />
positrones; a las que habitualmente nos referimos mediante los<br />
acrónimos ingleses SPECT y PET, respectivamente. Estas pruebas<br />
valoran la captación y redistribución del radiofármaco. Entre sus<br />
limitaciones se encuentran su baja resolución espacial, que dificulta<br />
la detección de los defectos de perfusión leves y subendocárdicos,<br />
y el empleo de elementos radioactivos, que cuestiona su uso<br />
en los estudios de seguimiento. Además, la SPECT puede presentar<br />
artefactos de atenuación por interposición de estructuras, como<br />
la mama o el diafragma, o por obesidad. Sin embargo, la PET aunque<br />
no presenta estas últimas limitaciones y permite la cuantificación<br />
de la perfusión, lo que supone una mayor exactitud diagnóstica,<br />
sigue siendo una técnica cara y aún no disponible en la mayoría<br />
de los centros 3, 4 .<br />
La <strong>RM</strong>, mejorada con los recientes avances en gradientes,<br />
secuencias y técnicas de adquisición en paralelo, posee una alta<br />
resolución temporal, lo que junto con el empleo de contraste, permite<br />
el estudio de la perfusión miocárdica tanto en reposo como<br />
después del estrés. Su alta resolución espacial posibilita la detección<br />
de defectos de perfusión leves o subendocárdicos. Este hecho,<br />
junto a que no emplea radiaciones ionizantes y a la ausencia de<br />
artefactos de atenuación, le confiere ciertas ventajas con respecto<br />
a las técnicas de medicina nuclear. Por otro lado, con la <strong>RM</strong> es posible<br />
estudiar también la contractilidad en reposo y tras el estrés con<br />
una exacta delimitación de los bordes endocárdicos y sin los pro-
4 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
blemas de la ventana ultrasónica, lo que supone claras ventajas con<br />
respecto a la ecocardiografía 5 .<br />
ESTUDIOS DE PERFUSIÓN<br />
La isquemia miocárdica es el resultado de un disbalance entre<br />
el aporte de oxígeno y las demandas miocárdicas del mismo.<br />
En los casos en los que exista una estenosis coronaria que origine<br />
una disminución de aporte de oxígeno al miocardio, se produce<br />
una vasodilatación del lecho vascular subendocárdico distal a la estenosis,<br />
para proporcionar un flujo normal en reposo. En situaciones<br />
de estrés se produce una dilatación de los vasos subepicárdicos y<br />
de los subendocárdicos, excepto de los que ya lo estaban basalmente<br />
y que, por lo tanto, habían agotado su reserva vasodilatadora.<br />
Este aspecto conlleva un fenómeno de robo de flujo y desencadena<br />
el proceso isquémico.<br />
Fármacos vasodilatadores<br />
Los dos fármacos vasodilatadores empleados en los estudios de<br />
estrés son el dipiridamol y la adenosina. Ambos producen una vasodilatación<br />
coronaria mediada por el aumento de la concentración<br />
extracelular de adenosina, la cual activa los receptores α2, sobre<br />
todo en las arteriolas coronarias y en los pequeños vasos de resistencia.<br />
Esto produce una disminución de la resistencia vascular coronaria<br />
y un incremento del flujo coronario de hasta cuatro o cinco<br />
veces el nivel basal. Mediante este mecanismo, inducen la aparición<br />
de isquemia por el fenómeno de robo en aquellos pacientes con<br />
estenosis hemodinámicamente significativa (Fig. 5.1). Por otra parte,<br />
estos fármacos tienen cierto efecto adicional sobre la resistencia sistémica,<br />
lo que conlleva un incremento reflejo de la frecuencia cardíaca<br />
que puede contribuir también a la isquemia miocárdica 6 .<br />
Flujo<br />
coronario<br />
Estenosis<br />
Percusión en<br />
reposo<br />
Miocardio<br />
Percusión de<br />
estrés<br />
Figura 5.1. Efecto del agente vasodilatador sobre la estenosis coronaria.<br />
En reposo la perfusión es normal y ambos segmentos miocárdicos<br />
muestran un realce postcontraste similar. Después de la infusión<br />
de un fármaco vasodilatador, el segmento irrigado por la arteria<br />
con estenosis aparece como un área hipointensa con captación de<br />
contraste nula o disminuida.<br />
Ambos fármacos se administran por vía intravenosa. La adenosina<br />
tiene la ventaja frente al dipiridamol de su corta vida media,<br />
que llega a ser menor de 10 segundos, por lo que los efectos secundarios,<br />
aunque frecuentes, son breves. Entre los efectos secundarios<br />
más comunes se encuentran la aparición de disnea, dolor torácico,<br />
cefalea, náuseas y rubor facial; menos frecuentes, pero<br />
potencialmente más graves, son el broncoespasmo, la hipotensión<br />
y las bradiarritmias. Todos ellos son reversibles con aminofilina intravenosa,<br />
que es el antídoto específico. Es recomendable disponer<br />
también de nitroglicerina para el tratamiento de la isquemia prolongada,<br />
de atropina y adrenalina para el tratamiento de las bradiarritmias<br />
sintomáticas y de expansores del plasma para casos de<br />
hipotensión severa 7 .<br />
El uso de estos fármacos está contraindicado en pacientes con<br />
hipotensión, infarto reciente, angina inestable, hiperreactividad bronquial,<br />
disfunción sinusal y bloqueo aurículoventricular avanzado.<br />
El dipiridamol se administra con un régimen de infusión de<br />
0,56 mg/kg en cuatro minutos, alcanzando su efecto máximo a los<br />
dos minutos de finalizada la infusión. Si no se produce angina ni<br />
aumento de la frecuencia cardíaca se pueden administrar de forma<br />
adicional 0,28 mg/kg en dos minutos. La adenosina se infunde a<br />
una dosis de 0,84 mg/kg peso en seis minutos, alcanzando su efecto<br />
máximo a los dos-tres minutos. Por tanto, los estudios de perfusión<br />
comenzarán a los dos minutos de la administración del fármaco<br />
8, 9 .<br />
Es necesario evitar el consumo de café, té y chocolate las 24<br />
horas previas, ya que antagonizan el efecto de los vasodilatadores.<br />
Además, en la medida de lo posible, se deben retirar los betabloqueantes<br />
y los calcioantagonistas con efecto cronotrópico negativo<br />
entre 48 y 24 horas antes de la realización de la prueba.<br />
Agentes de contraste<br />
Hoy en día en la práctica clínica se utilizan los quelatos de gadolinio.<br />
Se trata de agentes de contraste extracelulares, relativamente<br />
inocuos, que se difunden rápidamente desde los capilares hacia<br />
el intersticio miocárdico y acortan la relajación longitudinal tisular.<br />
Por tanto, en las secuencias de perfusión, potenciadas en T1, las<br />
zonas hipoperfundidas se verán en los primeros minutos como<br />
áreas de intensidad disminuida, a diferencia del miocardio normoperfundido<br />
que se verá hiperintenso. Se recomienda utilizar la dosis<br />
más baja con la que se puedan demostrar diferencias en la perfusión,<br />
mantener una relación lineal de la concentración con el índice<br />
de relajación longitudinal y para que no produzca una disminución<br />
de la señal debida al efecto de saturación 10 .<br />
Secuencias de perfusión<br />
Las primeras secuencias que permitieron la realización de estudios<br />
cardíacos fiables en apnea, y las más utilizadas en la actualidad,<br />
son las de eco de gradiente de pulso rápido con ángulo de basculación<br />
pequeño, conocidas como FLASH, SPGR o FFE-T1. Para disminuir<br />
sus tiempos de exploración en mayor medida, se pueden<br />
realizar con adquisición segmentada del espacio k 11, 12 .<br />
Combinando la obtención de ecos de estas secuencias con las<br />
de imagen de eco plano, se han desarrollado secuencias híbridas,<br />
potencialmente utilizables en estos estudios. Estas secuencias poseen<br />
la gran velocidad de adquisición de datos de las técnicas de eco plano,<br />
pero con reducción de los artefactos propios de las mismas 13 .
Recientemente se ha propuesto la aplicación de secuencias de<br />
precesión libre en el estado estacionario, que tienen nombres comerciales<br />
tales como FIESTA, TrueFISP o balanced FFE 14 . Todas ellas tienen<br />
la resolución temporal suficiente para el estudio dinámico de la<br />
perfusión del primer paso del contraste en el miocardio.<br />
Para valorar adecuadamente el realce tisular por el contraste, es<br />
necesario anular la señal del miocardio. Para ello se emplean distintos<br />
esquemas de preparación de la magnetización para potenciaciones<br />
en tiempo de inversión (T1) que incluyen, entre otros, los de<br />
inversión-recuperación, recuperación de saturación o saturación parcial.<br />
Con éstos, además, se pretende evitar las alteraciones en la intensidad<br />
de la señal condicionadas por las variaciones interindividuales<br />
de las constantes T1 miocárdicas y las motivadas por la posible existencia<br />
de arritmias. Actualmente, se recomiendan las secuencias de<br />
recuperación de la saturación, ya que en las de inversión-recuperación<br />
el TI limita el número de fases a adquirir si no es en detrimento<br />
de las relaciones contraste a ruido y señal a ruido 15 .<br />
Protocolo de estudio<br />
El estudio requiere una monitorización tanto electrocardiográfica<br />
y oximétrica continua como de la presión arterial, mediante dispositivos<br />
compatibles con el entorno de resonancia 16 .<br />
Asimismo, debe disponerse de un equipo completo de reanimación<br />
cardiopulmonar, con toma de oxígeno, desfibrilador y todo<br />
el material y medicación necesarios para la atención de las posibles<br />
eventualidades durante la prueba.<br />
BASAL<br />
MEDIO<br />
APEX<br />
VD VI<br />
2<br />
1<br />
5<br />
VD VI<br />
7<br />
6<br />
10<br />
11<br />
9<br />
12<br />
13<br />
4<br />
8<br />
3<br />
VI<br />
Una vez que se logra una adecuada señal electrocardiográfica, se<br />
obtienen planos anatómicos axiales, a partir de los cuales mediante<br />
planos oblicuos y dobles oblicuos se consiguen imágenes en el eje<br />
corto cardíaco. Con las secuencias actuales es posible la obtención de<br />
varios planos en el eje corto, recomendando la adquisición en localizaciones<br />
basal, media y apical, ya que la extensión del defecto de perfusión<br />
se correlaciona con la severidad de la enfermedad coronaria 17 .<br />
Las imágenes se sincronizan con el electrocardiograma en la<br />
diástole con el fin de minimizar los artefactos provocados por el<br />
movimiento cardíaco y para que su obtención se efectúe en el<br />
momento en que la perfusión miocárdica es máxima.<br />
La secuencia de perfusión se adquiere dos minutos después de<br />
haber finalizado la administración del fármaco vasodilatador, ya que<br />
es el momento en el cual se alcanza su efecto máximo. El gadolinio<br />
se administra por vía intravenosa a una dosis de 0,1-<br />
0,05 mmol/kg, seguido de 20 ml de suero salino, con un ritmo de<br />
infusión de 5 ml/s. Cada plano en el eje corto se repite un número<br />
suficiente de veces para cubrir el primer paso de contraste por<br />
el miocardio. Si se ha empleado el dipiridamol como vasodilatador,<br />
se recomienda la administración de aminofilina intravenosa a todos<br />
los pacientes una vez completado el estudio, por su prolongada<br />
vida media de aproximadamente 10 horas.<br />
Análisis de resultados<br />
ESTRÉS MIO C ÁRDIC O 4 9<br />
Es importante no sólo la detección de un déficit de perfusión<br />
en un territorio miocárdico, sino además la determinación de su<br />
ADA CD CX<br />
VD<br />
3<br />
5<br />
VI<br />
VI<br />
10<br />
8<br />
2 7 12<br />
Figura 5.2. División en 13 segmentos miocárdicos y su relación con las arterias que los irrigan. ADA: descendente anterior, CX: circunfleja,<br />
CD: coronaria derecha.1: Septo anterior basal. 2: Anterior basal. 6: Septo anterior medio. 7: Anterior medio. 11: Septo apical. 12: Anterior apical.3:<br />
lateral basal. 8: lateral medio. 5: septo inferior basal. 4: posterior basal.10: septo inferior medio. 9: posterior medio.13: posterior apical.<br />
AO<br />
1<br />
4<br />
4<br />
VI<br />
9<br />
VD<br />
9<br />
6<br />
11<br />
12<br />
13<br />
11<br />
13<br />
4 CV<br />
2 CV<br />
3 CV
5 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
relación con la arteria que lo irriga. Así, se valora la extensión de la<br />
enfermedad coronaria y la identificación de la arteria o arterias responsables<br />
de la isquemia. Con fines prácticos y para la sistematización<br />
del estudio, se ha sugerido la división del ventrículo izquierdo<br />
en 16 segmentos basándose en la propuesta de la Sociedad Americana<br />
de Ecocardiografía. Aunque se pueden utilizar otras clasificaciones<br />
más sencillas, el número empleado debe mantener una<br />
correcta relación entre los segmentos ventriculares y la anatomía<br />
coronaria (Fig. 5.2) 18 .<br />
En general se asume que los segmentos anteriores y septales<br />
anteriores dependen de la descendente anterior; los laterales, de<br />
la circunfleja; y los posteriores y septales inferiores, de la coronaria<br />
derecha (Fig. 5.3).<br />
El análisis de la perfusión se puede realizar bien de forma cualitativa,<br />
mediante la detección visual subjetiva de los defectos de<br />
perfusión miocárdica, o bien de forma semicuantitativa mediante<br />
el empleo de curvas de intensidad de señal respecto al tiempo.<br />
Dichas curvas se obtienen mediante la selección de unas regiones<br />
de interés en los diferentes segmentos miocárdicos en que dividimos<br />
cada plano basal, medio y apical. Se valora, por un lado, el<br />
tiempo en que se alcanza la máxima intensidad de señal y, por<br />
otro, el pico máximo alcanzado en cada segmento. Las regiones<br />
con defecto de perfusión mostrarán un retraso de señal y un pico<br />
máximo menor que las regiones con perfusión normal (Figs. 5.4<br />
y 5.5) 19, 20 .<br />
La resolución espacial conseguida con la <strong>RM</strong> permite estimar las<br />
diferencias transmurales y detectar los defectos de perfusión subendocárdicos<br />
que ocurren en casos de isquemia menos severa 21 .<br />
Se debe tener en cuenta que dicho análisis puede verse alterado<br />
por las inhomogeneidades de señal producidas por las antenas<br />
de superficie, por la forma de administración del bolo de inyección,<br />
por los artefactos de flujo valvulares, así como por los<br />
movimientos cardíacos o respiratorios debidos a una mala sincronización<br />
electrocardiográfica o a una incorrecta realización de la<br />
apnea.<br />
La cinética de los medios de contraste está determinada por<br />
factores fisiológicos tisulares y de flujo, así como por propiedades<br />
biofísicas del agente. Los agentes de contrastes extracelulares salen<br />
rápidamente del lecho vascular y difunden en el espacio extracelular<br />
del miocardio; así, las gráficas temporales de la intensidad de<br />
señal reflejan una combinación de perfusión y difusión, estando<br />
ambas influenciadas por las características del lecho vascular miocárdico.<br />
Este hecho dificulta la determinación absoluta de la perfusión<br />
miocárdica. El componente precoz de estas curvas está influenciado,<br />
principalmente, por la perfusión y, en menor medida, por la<br />
difusión; sin embargo, dicha relación se invierte posteriormente de<br />
Descendente anterior<br />
Diagonal<br />
Descendente anterior<br />
Marginal Tronco común<br />
Diagonal<br />
manera progresiva. Por todo ello y para minimizar el componente<br />
de difusión, se recomienda realizar un ajuste lineal de la pendiente<br />
inicial ascendente de la curva, empleándolo como el parámetro<br />
más importante para la cuantificación de la perfusión.<br />
Las secuencias de adquisición empleadas en la actualidad amplían<br />
el rango en el que la relación entre la intensidad de señal, el índice<br />
de relajación longitudinal y la concentración del medio de contraste<br />
es de tipo lineal, lo que permite una mejor estimación de la<br />
perfusión 22 .<br />
Se ha propuesto crear un índice de reserva de perfusión que<br />
mida la perfusión en estrés respecto al reposo. Basándose en este<br />
índice se pretendería obtener un posible valor umbral en el cual o<br />
por debajo del mismo se pudieran identificar con seguridad segmentos<br />
isquémicos 23 .<br />
El desarrollo de nuevos agentes de contraste intravasculares,<br />
que permanecen en el interior del vaso y no se difunden al espacio<br />
extracelular, haría innecesario el estudio durante el primer paso<br />
del contraste y podría mejorar el análisis semicuantitativo y cuantitativo<br />
de la cinética de la perfusión miocárdica. No obstante, sus<br />
aplicaciones se encuentran en fase de investigación 24 .<br />
ESTUDIOS<br />
DE CONTRACTILIDA D<br />
Otra forma de inducir isquemia miocárdica es provocando un<br />
incremento del consumo de oxígeno, mediante el ejercicio<br />
o con el uso de fármacos con efecto inotrópico positivo. En el<br />
caso de que exista una estenosis coronaria significativa se produce<br />
un disbalance entre el aporte de oxígeno limitado por la estenosis<br />
y la demanda de oxígeno miocárdica incrementada, lo que<br />
se traduce en alteraciones contráctiles en los segmentos dependientes<br />
de la arteria coronaria enferma.<br />
Fármacos<br />
A nivel práctico los estudios de contractilidad mediante <strong>RM</strong><br />
se realizan con fármacos, y más concretamente con dobutamina.<br />
Se trata de una amina sintética que actúa principalmente sobre<br />
los receptores β1-adrenérgicos, por lo que tiene un efecto inotrópico,<br />
cronotrópico y dromotrópico positivo. También estimula<br />
los receptores α y β2 del sistema <strong>cardiovascular</strong>, lo que condiciona<br />
alteraciones variables de la presión arterial 25 .<br />
La dobutamina posee un metabolismo hepático y su vida media<br />
es de aproximadamente dos minutos. Se administra en infusión<br />
a b c d<br />
Tronco común<br />
Marginal C or. derecha C or. derecha<br />
Figura 5.3. Coronariografía con <strong>TC</strong> multicorte. Se señala el recorrido de las coronarias principales. Se destaca el ventrículo izquierdo en color<br />
más oscuro. La descendente anterior y sus ramas irrigan la cara anterior y el septo anterior del ventrículo izquierdo (a, b). La circunfleja, la cara<br />
lateral. La coronaria derecha perfunde el ventrículo derecho, la cara posterior del ventrículo izquierdo y el septo inferior (c, d).
a<br />
Mean 66,0 28,4 8,6<br />
66,0<br />
34,5<br />
3,0 2 41 80 119 158 197<br />
continua intravenosa con una dosis inicial habitual de 10 µg/kg/min,<br />
que se va aumentando en 10 µg/kg/min cada dos-tres minutos hasta<br />
alcanzar una dosis total de 40 µg/kg/min. Si con la dosis máxima no<br />
se alcanza el 85% de la frecuencia máxima teórica y la prueba continúa<br />
siendo negativa, se administra 1 mg de atropina intravenosa<br />
sin interrumpir la infusión de dobutamina 26, 27 .<br />
a b<br />
b c<br />
Image N o.<br />
Figura 5.5. Coronariografia del paciente que muestra lesión significativa en el segmento proximal<br />
de la coronaria derecha (a), que irriga los segmentos hipoperfundidos, y otras lesiones no<br />
significativas en la misma coronaria derecha y la descendente anterior (b).<br />
d<br />
Los efectos secundarios son infrecuentes, leves y transitorios y<br />
pueden consistir en cuadros de hipertensión, hipotensión, arritmias<br />
ventriculares o supraventriculares. Estos efectos son potencialmente<br />
reversibles con betabloqueantes, aunque se recomienda también<br />
disponer de nitroglicerina para el tratamiento de la isquemia prolongada,<br />
de nifedipino para el tratamiento de las crisis hipertensivas<br />
y de expansores del plasma por si se desencadena hipotensión<br />
severa 28 .<br />
No obstante, su uso está contraindicado en pacientes con miocardiopatía<br />
hipertrófica obstructiva, hipertensión grave, angina inestable<br />
o infarto reciente.<br />
Se recomienda interrumpir la infusión del fármaco si se detecta<br />
la aparición de alteraciones contráctiles, angor progresivo o severo,<br />
hipertensión severa (presión arterial diastólica �120 mmHg o<br />
presión arterial sistólica � 220 mmHg), hipotensión (presión sistólica<br />
� 90 mmHg) o si se produce taquicardia ventricular o extrasístoles<br />
ventriculares con frecuencia creciente.<br />
Se aconseja retirar los betabloqueantes y antagonistas del calcio<br />
24 horas antes del estudio, en el caso de que constituyan parte<br />
del tratamiento habitual del paciente, debido<br />
a su efecto cronotrópico negativo 29 .<br />
Por último, hay que señalar que los fármacos<br />
vasodilatadores como el dipiridamol<br />
y la adenosina también se han utilizado para<br />
valorar las alteraciones de la contractilidad<br />
miocárdica. Estos fármacos actúan, a diferencia<br />
de la dobutamina, provocando una<br />
disminución del aporte de oxígeno al miocardio<br />
mediante redistribución del flujo coronario.<br />
Aunque la taquicardia refleja que se<br />
produce al disminuir la presión arterial sistémica,<br />
también contribuye a la aparición<br />
de isquemia.<br />
Secuencias<br />
ESTRÉS MIO C ÁRDIC O 5 1<br />
Figura 5.4. (a-c) Perfusión de estrés con dipiridamol. Secuencia Turbo-<br />
FLASH en los planos basal, medio y apical del eje corto. Se demuestra<br />
hipoperfusión en los segmentos septales inferiores y en la pared posterior.<br />
d) Curva de intensidad de señal vs tiempo. Se observa una disminución<br />
del valor de intensidad de señal máximo y un retraso en alcanzarlo en las<br />
áreas con defecto de perfusión.<br />
Últimamente se han venido utilizando<br />
secuencias rápidas eco de gradiente con
5 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
incoherencia en la magnetización transversal, conocidas con acrónimos<br />
comerciales tales como FLASH, SPGR o FFE, entre otros.<br />
La aplicación, en estas secuencias, de la adquisición segmentada del<br />
espacio k permite obtener imágenes sincronizadas con el latido cardíaco<br />
en una pausa de apnea.<br />
El contraste entre la sangre intraventricular y el miocardio en<br />
estas secuencias se basa en el refuerzo relacionado con el flujo.<br />
Esta propiedad origina, sin embargo, sus principales limitaciones.<br />
La sangre intracavitaria adyacente a las paredes ventriculares posee<br />
un flujo más lento, por lo que puede saturarse y dificultar de esta<br />
manera su delimitación con el endocardio. Además, restringe el<br />
incremento potencial de la velocidad de adquisición con los avances<br />
de los gradientes, ya que la utilización de tiempos de repetición<br />
muy cortos condicionaría un menor tiempo de aflujo y determinaría<br />
la saturación de la intensidad de señal de la sangre y, por<br />
tanto, la disminución o la pérdida del contraste entre la sangre y<br />
las paredes cardíacas.<br />
Últimamente se han perfeccionado las secuencias eco de gradiente<br />
de precesión en el estado estacionario (trueFisp, FIESTA,<br />
balanced FFE). Estas secuencias producen imágenes dependientes<br />
de la relación T2/T1. La relación mucho mayor de la sangre respecto<br />
al miocardio, la relativa independencia del flujo de estas<br />
secuencias y sus tiempos de adquisición muy cortos conllevan que<br />
el contraste entre la sangre y el miocardio de las imágenes resultantes<br />
sea elevado. Todo ello condiciona una mejora de las imágenes<br />
morfológicas, del estudio del movimiento mural y de la detección<br />
y gradación de sus alteraciones 30 .<br />
Aunque son secuencias muy sensibles a las inhomogeneidades<br />
del campo magnético, los posibles artefactos son fácilmente detectables<br />
y corregibles y, habitualmente, no suelen ocurrir en el campo<br />
de interés.<br />
Recientemente, aplicando tiempos de repetición y tiempos<br />
de eco muy cortos en estas últimas secuencias, se han obtenido<br />
imágenes en tiempo real. Éste es un método prometedor<br />
que posibilita una amplia cobertura anatómica mediante la adquisición<br />
de múltiples planos, sin necesidad de sincronismo cardíaco.<br />
Por tanto, se optimizaría la realización de estudios en pacientes<br />
con arritmias o en aquellos poco colaboradores. No obstante,<br />
esto se consigue en detrimento de una menor resolución espacial<br />
y cierta pérdida de contraste entre la sangre y el miocardio,<br />
por lo que su aplicación clínica todavía se considera en desarrollo<br />
31 .<br />
Protocolo de estudio<br />
Se requiere un equipamiento similar a<br />
los estudios de perfusión. Se adquieren las<br />
imágenes con las secuencias descritas previamente<br />
en, al menos, los planos basal,<br />
medio y apical en el eje corto; pudiendo<br />
planificarlas, además, en los ejes largos cardíacos.<br />
Se obtienen en reposo y en cada<br />
uno de los estadios de administración farmacológica<br />
y se visualizan en modo cine. El<br />
estudio en reposo nos aporta información<br />
acerca de la contractilidad basal y de la función<br />
sistólica del ventrículo izquierdo. Es<br />
conveniente adquirir los mismos planos en<br />
la fase de recuperación tras finalizar la administración<br />
del fármaco.<br />
Análisis de resultados<br />
La interpretación de los resultados puede hacerse de forma<br />
cualitativa, semicuantitativa o cuantitativa. Para la sistematización<br />
del análisis se recomienda utilizar las mismas divisiones segmentarias<br />
del ventrículo izquierdo que hemos visto en el apartado de<br />
perfusión, en el que ya se ha señalado la correspondencia entre<br />
cada segmento y la arteria que lo irriga. Los segmentos se clasifican<br />
en hipocinéticos si su motilidad está deprimida, acinéticos si<br />
está ausente o discinéticos si presentan un movimiento sistólico<br />
paradójico.<br />
La prueba se considera positiva cuando se detectan alteraciones<br />
en la motilidad de la pared ventricular que no existían en el examen<br />
basal o cuando éstas eran de menor grado, exceptuando aquellos<br />
segmentos acinéticos que se hacen discinéticos ya que este<br />
proceso es la respuesta habitual de los segmentos necróticos 26 .<br />
Cabe mencionar que existen zonas disfuncionantes aunque sin<br />
afectación necrótica y, por tanto, viables. Así, se denomina «miocardio<br />
aturdido» a aquella región que presenta un movimiento disfuncional<br />
transitorio después de la reperfusión espontánea o terapéutica<br />
como consecuencia del insulto isquémico, antes de que<br />
recupere una contractilidad normal.<br />
El «miocardio hibernado» es una zona de miocardio disfuncional<br />
con metabolismo reducido como mecanismo de autoprotección,<br />
pero puede recuperar la función contráctil normal después<br />
de una reperfusión efectiva 32 .<br />
La estimación cualitativa consiste en la valoración subjetiva de<br />
la movilidad de los segmentos miocárdicos comparando las imágenes<br />
obtenidas en reposo con las de estrés. La exactitud del análisis<br />
dependerá de la experiencia del examinador (Fig.5.6).<br />
Se ha propuesto obtener un índice de motilidad ventricular concediendo<br />
a cada segmento una puntuación según sea su movilidad,<br />
en reposo y bajo estrés, y dividiendo la suma de las mismas por el<br />
número de segmentos. El índice resultante es independiente de la<br />
clasificación segmentaria empleada e integra la extensión y severidad<br />
de la isquemia.<br />
En los estudios de contractilidad bajo estrés mediante <strong>RM</strong> se<br />
puede precisar tanto el grosor miocárdico diastólico como su<br />
engrosamiento sistólico. El grosor miocárdico es un buen indicador<br />
de la viabilidad debido a la pérdida de sustancia y de volumen<br />
de flujo vascular en las zonas infartadas. Por otra parte, el engrosamiento<br />
durante la sístole es una buena medida de la función<br />
cardíaca regional, dado que el miocardio dañado se contrae de<br />
forma anómala.<br />
a b<br />
Figura 5.6. Secuencia cine trueFisp en el eje de 4 cavidades (a) y en plano medio del eje corto<br />
(b) que pone de manifiesto una acinesia septal.
a b<br />
d e<br />
La dobutamina presenta como ventaja, frente a otros agentes<br />
farmacológicos, su forma de administración. Se ha propuesto que<br />
las zonas de miocardio hibernado muestran una reserva contráctil<br />
con estimulación de bajas dosis de dobutamina, mientras que estas<br />
mismas zonas se muestran disfuncionales con dosis más altas 33, 34 .<br />
El análisis semicuantitativo se basa en la delineación informatizada<br />
de los contornos endocárdicos y epicárdicos en una serie de<br />
planos sucesivos en el eje corto, desde la base hasta el ápex, que<br />
engloba todas las fases del ciclo cardíaco o sólo la fase telediastólica<br />
y telesistólica de cada plano. A partir de estas mediciones es posible<br />
la estimación de parámetros e índices importantes para el diagnóstico<br />
de la repercusión funcional de la isquemia, así como la actitud<br />
terapéutica y el pronóstico del paciente (Fig.5.7).<br />
Los volúmenes ventriculares se pueden calcular trazando los<br />
bordes endocárdicos, mediante el sumatorio de los productos del<br />
área de la cavidad, por el grosor de cada plano de imagen más el<br />
intervalo entre ellos. Este cálculo se conoce como la regla de Simpson.<br />
Deduciendo los volúmenes telesístolicos y telediastólicos, se<br />
puede determinar de manera sencilla tanto el volumen de eyección<br />
como la fracción de eyección. Aplicando la misma regla, pero<br />
considerando el área de la pared ventricular, mediante el trazo de<br />
los bordes endocárdicos y epicárdicos, y multiplicando el resultado<br />
por la densidad del miocardio (1,05 g/ml) obtendremos la masa<br />
ventricular 35, 36 .<br />
La determinación de los volúmenes ventriculares y de la fracción<br />
de eyección se puede realizar en los ejes largos de dos y cuatro<br />
cavidades por el método de área-longitud, pero es un procedimiento<br />
inexacto ya que emplea presunciones geométricas; además<br />
existen mayores problemas de volumen parcial, fundamentalmente<br />
en el ápex.<br />
No obstante, todos estos parámetros se ofrecen de forma automática<br />
en muchos de los programas de análisis de datos disponibles<br />
para las estaciones de trabajo, después del dibujo de los contornos.<br />
El análisis visual puede verse facilitado, al igual que para los<br />
estudios de perfusión, mediante la utilización de mapas paramétricos<br />
de representación de valores, como los denominados «ojos de<br />
buey», entre otros 37 (Fig.5.8).<br />
Por último, el análisis cuantitativo se realiza mediante técnicas<br />
de marcado miocárdico.<br />
Marcado miocárdico<br />
ESTRÉS MIO C ÁRDIC O 5 3<br />
Figura 5.7. Planos en eje corto con detección semiautomática de los bordes endocárdicos y epicárdicos, así como la división en cinco segmentos<br />
miocárdicos para valoración de contractilidad y estimación de parámetros funcionales. Se detecta hipocinesia de los segmentos septales<br />
y posteriores.<br />
-6,79<br />
2,28<br />
11,35<br />
20,42<br />
29,49<br />
38,56<br />
47,62<br />
56,69<br />
65,76<br />
74,83<br />
83,90<br />
N o válido<br />
4<br />
c<br />
f<br />
5<br />
Porcentaje de engrosamiento ED a ES<br />
Apex<br />
Figura 5.8. Mapa paramétrico del porcentaje de engrosamiento<br />
miocárdico del mismo paciente que el de la figura 5.7 que confirma<br />
la hipocinesia de los segmentos septales y posteriores (Argus ® Siemens).<br />
El estudio de la contractilidad miocárdica debe considerar que<br />
el corazón realiza un movimiento complejo de translación, rotación,<br />
torsión y deformación intrínseca con variaciones regionales y<br />
además debe tener en cuenta que está influido por el movimiento<br />
de las estructuras adyacentes.<br />
El miocardio se marca, en los estudios de <strong>RM</strong>, aplicando una<br />
combinación de pulsos de radiofrecuencia en uno o más planos<br />
3<br />
1<br />
2
5 4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a b<br />
Figura 5.9. Mismo paciente que el de las figuras 5.4 y 5.5. Secuencia cine trueFisp con marcado<br />
miocárdico en el eje de cuatro cavidades (a) y en el plano medio del eje corto (b) que demuestra<br />
la ausencia de deformación sistólica de las zonas marcadas del septo interventricular.<br />
perpendiculares al plano de imagen, antes de la aplicación de secuencias<br />
de imagen convencionales. Así, se consigue la saturación de la<br />
señal en los planos de marcado, que aparecen como un diseño en<br />
bandas paralelas o mediante una rejilla hipointensa sobre las imágenes<br />
morfológicas. El movimiento tisular se refleja por la deformación<br />
y el desplazamiento de las bandas de saturación a lo largo<br />
del ciclo cardíaco 38 .<br />
Al basarse en este principio, este fenómeno es temporal ya que<br />
los protones saturados vuelven gradualmente a sus niveles habituales<br />
de energía y las diferencias entre el tejido marcado y el no<br />
marcado pueden disminuir o, incluso, desaparecer en las fases tardías<br />
de adquisición. Dicha pérdida está influida por parámetros de<br />
relajación T1 del miocardio y por los parámetros de imagen utilizados,<br />
por lo que puede ser corregida (Fig. 5.9).<br />
Esta técnica no sólo favorece el análisis cualitativo del movimiento<br />
ventricular, sino que sirve incluso de base para el desarrollo<br />
de programas informáticos que permiten registrar el desplazamiento<br />
de las zonas marcadas o de los puntos de intersección de<br />
las mismas. Esto posibilita la valoración cuantitativa del desplazamiento<br />
miocárdico a lo largo del ciclo cardíaco, de forma bidimensional,<br />
o aplicando planos de marcado ortogonales, de modo<br />
tridimensional. Este hecho permitiría evaluar la función miocárdica<br />
regional en los tres ejes del espacio: el movimiento circunferencial<br />
y longitudinal en los ejes tangenciales a la pared ventricular y el movimiento<br />
radial en el eje perpendicular a la pared 39, 40 .<br />
No obstante, en la actualidad, el manejo de estas imágenes es<br />
bastante complejo, por lo que su implantación en la práctica diaria<br />
queda pendiente de aplicaciones en fase de desarrollo.<br />
CONCLUSIÓN<br />
Los estudios de <strong>RM</strong> cardíaca de perfusión y contractilidad bajo<br />
estrés farmacológico permiten la detección y la valoración de<br />
la isquemia miocárdica de manera fiable. Su realización requiere de<br />
un conocimiento tanto de las secuencias y las aplicaciones apropiadas<br />
en cada caso como de la indicación y los efectos de los distintos<br />
fármacos disponibles. A efectos prácticos se prefieren los estudios<br />
de perfusión por la mayor comodidad de manejo de los<br />
fármacos empleados, excepto en los casos en que su administración<br />
esté contraindicada.<br />
El desarrollo de nuevas técnicas y métodos<br />
de procesamiento de datos podría<br />
mejorar la comprensión de las repercusiones<br />
clínicas y terapéuticas del tejido isquémico,<br />
facilitar el análisis de los resultados<br />
obtenidos y, por tanto, favorecer su realización<br />
en la práctica clínica diaria.<br />
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6<br />
Cardiopatías congénitas. <strong>RM</strong><br />
INTRODUCCIÓN<br />
Fermín Sáez Garmendia y Ramiro J. Hernández<br />
Las cardiopatías congénitas tienen una incidencia aproximada<br />
de siete-ocho casos por cada 1.000 nacidos vivos. Para un 20-<br />
40% de éstos constituye un problema médico grave. En niños por<br />
debajo de un año de edad, la mortalidad por esta causa es de aproximadamente<br />
un caso por cada 1.000 nacidos vivos. La distribución<br />
por sexos es globalmente similar, aunque la CIA es más frecuente<br />
en niñas, mientras que la coartación y la transposición de<br />
grandes vasos es más frecuente en niños.<br />
La etiología es desconocida en el 80% de los casos. En el 20%<br />
restante se relaciona con aberraciones cromosómicas (5%), síndromes<br />
polimalformativos (3-15%) y agentes teratogénicos externos<br />
(2%).<br />
En los últimos 10 años, la <strong>RM</strong> se ha constituido en un método<br />
de imagen muy importante para su evaluación1-6 . La <strong>RM</strong> tiene varias<br />
ventajas sobre otros métodos de imagen, como es la posibilidad<br />
de mostrar un amplio campo de visión (puede incluir todo el tórax),<br />
obtener imágenes en múltiples planos del espacio, es fácilmente<br />
reproducible y poco dependiente del observador, y todo ello sin<br />
radiación ionizante.<br />
En un primer momento, se utilizaron casi únicamente secuencias<br />
de eco del espín. Posteriormente se han incorporado otras<br />
secuencias (eco de gradiente, contraste de fase con mapa de velocidad,<br />
angio-<strong>RM</strong> post-gadolinio 3D, marcaje del bolo sanguíneo<br />
–bolus tagging–, etc.) 5, 7 , que permiten estudiar no sólo la morfología,<br />
sino también la función cardíaca 8 . Estos avances han hecho<br />
que la <strong>RM</strong> sea en la actualidad un método de amplia utilización en<br />
cardiopatías congénitas, aunque en la mayoría de los hospitales sigue<br />
siendo un método de segunda elección, tras la ecografía.<br />
El principal inconveniente de la <strong>RM</strong> es que requiere sedación<br />
o anestesia en la mayoría de los niños por debajo de los seis años<br />
de edad. En niños sin importante compromiso cardiorrespiratorio<br />
se puede utilizar hidrato de cloral a una dosis de entre 50-100 mg/kg<br />
por vía oral. Siempre debe emplearse un pulsioxímetro y un electrocardiograma<br />
especialmente diseñados para su uso en <strong>RM</strong>. En<br />
casos de claro compromiso cardiorrespiratorio la presencia de un<br />
anestesista es casi siempre necesaria.<br />
Es importante utilizar antenas de superficie para optimizar la<br />
señal y el ruido.<br />
Las contraindicaciones para la <strong>RM</strong> <strong>cardiovascular</strong> son las mismas<br />
que para la <strong>RM</strong> en general (marcapasos, implantes cocleares,<br />
esquirlas metálicas intraoculares, etcétera).<br />
Las imágenes deben obtenerse en sincronismo con el ciclo cardíaco,<br />
lo que se consigue con el electrocardiograma o vectocardiograma.<br />
La única secuencia que no necesita de este sincronismo<br />
es la angio-<strong>RM</strong> postgadolinio 3D.<br />
Se obtiene un topograma localizador en planos axial y coronal,<br />
para seguir con una serie axial. A partir de esta serie axial, dependiendo<br />
de cual sea el problema clínico, se realizarán las secuencias<br />
más adecuadas para obtener la información deseada.<br />
TÉCNICAS DE ESTUDIO<br />
Las secuencias concretas se han descrito en detalle en el capítulo<br />
2, por lo que únicamente cabe enumerar las diferentes secuencias:<br />
morfológicas con sangre negra3, 9 eco del espín o turboeco del<br />
espín, con o sin doble inversión-recuperación; secuencias funcionales<br />
modo cine, de sangre blanca, en diferentes planos10-12 ; secuencias<br />
de cuantificación de flujo12a, 13-15 para valorar flujos y gradientes;<br />
angio-<strong>RM</strong> postgadolinio 3D7, 16 , que, como única secuencia, es la más<br />
rentable y no necesita sincronismo cardíaco.<br />
Las indicaciones específicas de estas secuencias se han descrito<br />
ya en el capítulo 2.<br />
A PLICACIÓN CLÍNICA<br />
La <strong>RM</strong> está especialmente indicada en aquellas áreas en las que<br />
la ecografía tiene más limitaciones, como son las estructuras<br />
supracardíacas, en especial la aorta torácica, las arterias pulmonares,<br />
las venas sistémicas y pulmonares, en casos de cardiopatías<br />
complejas y para el seguimiento postoperatorio. También puede<br />
evaluar la permeabilidad y cuantificar el flujo de shunts, estenosis e<br />
insuficiencias valvulares.<br />
Las principales indicaciones de la <strong>RM</strong> en la actualidad son:<br />
1. Evaluación de la morfología y calibre de las arterias pulmonares.<br />
2. Evaluación de las anomalías de la aorta torácica y troncos<br />
supraaórticos.
5 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
3. Anatomía cardíaca por segmentos.<br />
4. Evaluación de la función cardíaca.<br />
5. Evaluación de cardiopatías complejas.<br />
6. Evaluación de anomalías venosas sistémicas y pulmonares.<br />
7. Seguimiento postquirúrgico.<br />
1. Arterias pulmonares<br />
Es muy importante identificar la anatomía de las arterias pulmonares,<br />
especialmente en lesiones con obstrucción del tracto de<br />
salida del ventrículo derecho. En estos pacientes, los segmentos<br />
hiliares de las arterias pulmonares siempre están presentes, pero<br />
puede haber grados variables de desarrollo de las arterias pulmonares<br />
centrales. Esta discrepancia ocurre porque el tronco de la<br />
arteria pulmonar, las ramas centrales, izquierda y derecha, y las<br />
ramas intraparenquimatosas tienen cada una de ellas diferentes orígenes<br />
embriológicos. El tronco principal se origina de la septación<br />
del truncus arteriosus, lo que da lugar a la formación de la aorta y<br />
la arteria pulmonar; las arterias pulmonares derecha e izquierda se<br />
originan de los sextos arcos ventrales aórticos; las ramas intraparenquimatosas<br />
se originan del pulmón primitivo. Precozmente en<br />
el desarrollo embriológico el pulmón está irrigado por el plexo<br />
esplácnico adyacente. Posteriormente, estas conexiones involucionan<br />
a medida que se desarrollan las anastomosis entre las arterias<br />
pulmonares centrales y las ramas intraparenquimatosas. Sin<br />
embargo, las conexiones primitivas pueden persistir cuando hay<br />
hipodesarrollo de las arterias pulmonares centrales (como, por<br />
ejemplo, en la atresia pulmonar con septo abierto) o en caso de<br />
otras anomalías congénitas asociadas con un aporte arterial sistémico<br />
a los pulmones (como en el secuestro pulmonar) 17 .<br />
Es indispensable disponer de información precisa sobre la presencia,<br />
calibre y confluencia de las arterias pulmonares centrales<br />
para planear qué tipo de cirugía realizar en cada caso: paliativa o<br />
definitiva. Esta información es crucial en la decisión de aplicar cirugía<br />
correctora definitiva de entrada o bien un shunt paliativo para<br />
promover el crecimiento de las arterias pulmonares centrales y proceder<br />
después a una cirugía definitiva. Por consiguiente, la <strong>RM</strong> también<br />
es importante para evaluar el crecimiento de las arterias pul-<br />
a b<br />
Figura 6.1. Paciente con atresia pulmonar.<br />
Angio-<strong>RM</strong> postgadolinio 3D Axial (a) y coronal<br />
(b). Se objetivan pequeñas arterias pulmonares<br />
centrales (flechas). Ambas ramas son confluentes<br />
(cabeza de flecha). La ecografía y la<br />
<strong>RM</strong> con series de eco del espín no permitieron<br />
su visualización. La imagen coronal muestra<br />
grandes vasos de suplencia sistémico-pulmonares<br />
a ambos lados de la aorta torácica.<br />
monares después de shunts paliativos, así como para detectar el<br />
desarrollo de estenosis postquirúrgicas.<br />
Con secuencias de eco del espín, se requieren cortes finos (3-<br />
5 mm) en proyección axial para demostrar el tronco principal y las<br />
arterias pulmonares centrales derecha e izquierda. Una serie coronal<br />
puede ayudar a la hora de identificar vasos colaterales aortopulmonares,<br />
hallazgo frecuente en pacientes con obstrucción al<br />
tracto de salida de ventrículo derecho. En imágenes de eco del<br />
espín es crucial no confundir el receso pericárdico periaórtico, los<br />
bronquios centrales o las venas pulmonares con arterias pulmonares<br />
centrales confluentes. Las secuencias de angio-<strong>RM</strong> postgadolinio<br />
3D son definitivas para evitar esta posible confusión y permiten<br />
visualizar las arterias pulmonares centrales de muy pequeño<br />
tamaño (Fig. 6.1), difícilmente identificables en otras secuencias de<br />
<strong>RM</strong> e, incluso, con cineangiografía convencional.<br />
Varios estudios han comparado la <strong>RM</strong> con la cineangiografía y<br />
la ecocardiografía y han confirmado la utilidad de la <strong>RM</strong>. La <strong>RM</strong> ha<br />
demostrado que puede identificar la región subvalvular del tracto<br />
de salida del ventrículo derecho, la arteria pulmonar principal y las<br />
porciones centrales de las arterias pulmonares derecha e izquierda<br />
tan bien o mejor que la cineangiografía convencional 18 . La cineangiografía<br />
tiene dificultades para cateterizar las arterias pulmonares<br />
en pacientes con obstrucción al tracto de salida del ventrículo<br />
derecho y, en ocasiones, no identifica con claridad pequeñas arterias<br />
pulmonares centrales.<br />
Hipertensión arterial pulmonar. En pacientes con cardiopatías<br />
izquierda-derecha es muy importante evaluar la presión arterial<br />
y la resistencia pulmonar. La decisión quirúrgica depende en<br />
gran parte de ello. Hallazgos sugestivos de hipertensión pulmonar<br />
son la dilatación e hipertrofia ventricular derecha, septo recto o<br />
convexo hacia la izquierda, dilatación de la arteria pulmonar y disminución<br />
o ausencia del vacío de señal de la comunicación interventricular<br />
en secuencias modo cine de eco de gradiente. Las<br />
secuencias de cuantificación de flujo pueden ofrecer también una<br />
aproximación a la cifra de presión en arterias pulmonares, estimando<br />
el gradiente a través de la válvula tricúspide y a través de la<br />
comunicación interventricular 19, 20 .<br />
Arteria pulmonar izquierda aberrante. En pacientes con<br />
arteria pulmonar izquierda aberrante (pulmonary<br />
artery sling), la arteria pulmonar<br />
izquierda se origina de la arteria pulmonar<br />
derecha y pasa entre la tráquea y el esófago<br />
para irrigar el pulmón izquierdo. Estos<br />
pacientes tienen estridor u otros síntomas<br />
respiratorios, causados por la compresión<br />
traqueal que se produce por la arteria pulmonar<br />
izquierda aberrante o por otras<br />
anomalías asociadas de la vía aérea. La <strong>RM</strong><br />
(Fig. 6.2) es mejor que la cineangiografía<br />
para visualizar la relación del vaso aberrante<br />
con la vía aérea, así como para valorar el<br />
calibre de la misma, habitualmente muy disminuido<br />
21 .<br />
2. Aorta y troncos<br />
supraaórticos<br />
Coartación de la aorta. En su inmensa<br />
mayoría se asientan en aorta torácica
a b c<br />
(existen también coartaciones de aorta abdominal), como estenosis<br />
congénita localizada en la zona del ductus arterioso, inmediatamente<br />
distal a la arteria subclavia izquierda, en la zona de unión del<br />
arco aórtico con la aorta descendente (istmo aórtico). Puede haber<br />
hipoplasia o no del resto del arco aórtico 22 . Normalmente se puede<br />
llegar al diagnóstico con el examen físico, radiografía de tórax y ecocardiografía;<br />
sin embargo, en muchas ocasiones la efectividad de la<br />
ecografía se ve limitada por la falta de una adecuada ventana acústica.<br />
La <strong>RM</strong> (Fig. 6.3), con secuencias eco del espín y angio-<strong>RM</strong> postgadolinio<br />
3D, ha sustituido en la mayoría de los centros a la aortografía<br />
en la valoración prequirúrgica de la coartación, ya que<br />
permite evaluar la localización y grado de estenosis, la presencia y<br />
longitud de hipoplasia del arco aórtico, el calibre de la dilatación<br />
postestenótica, la hipertrofia del ventrículo izquierdo y la magnitud<br />
de la circulación colateral, midiendo la diferencia entre el flujo inmediatamente<br />
distal a la coartación y el flujo en aorta torácica descendente<br />
a nivel diafragmático: en sujetos normales se observa una<br />
disminución del 7%; mientras que en coartaciones moderadasseveras<br />
se objetivan aumentos de flujo del 80% 23 . En la mayoría<br />
de los casos, la ecografía y la <strong>RM</strong> son suficientes para planear la<br />
mejor opción terapéutica.<br />
Aunque la aorta ascendente, el arco y la aorta descendente no<br />
están en el mismo plano sagital, la <strong>RM</strong> puede visualizar en muchos<br />
casos toda la aorta torácica en un plano oblicuo sagital. En algunos<br />
pacientes, con marcado desenrollamiento aórtico, esto no puede<br />
conseguirse en un solo plano con secuencias de eco del espín, lo<br />
que puede dar lugar a sobrevalorar el grado de coartación. Sin<br />
embargo, con imágenes eco de gradiente modo cine o, aún mejor,<br />
con angio-<strong>RM</strong> postgadolinio 3D y reconstrucciones MIP (Fig. 6.3)<br />
siempre se puede visualizar toda la aorta torácica.<br />
En imágenes modo cine eco de gradiente, se puede ver un chorro<br />
de vacío de señal inmediatamente distal a la coartación y con<br />
C ARDIO PATÍAS C O N G ÉN ITAS. <strong>RM</strong> 5 9<br />
Figura 6.2. Paciente con arteria pulmonar<br />
izquierda aberrante. Esofagograma (a), <strong>RM</strong><br />
axial eco del espín y angio-<strong>RM</strong> (b), <strong>RM</strong> sagital<br />
(c). Se observa una gran impronta esofágica<br />
anterior (cabezas de flecha). Es la única<br />
anomalía vascular que ocasiona una impronta<br />
anterior. La tráquea (flechas) muestra un calibre<br />
muy disminuido. La arteria pulmonar<br />
izquierda (PI) se origina de la pulmonar derecha<br />
(PD).<br />
secuencias de cuantificación de flujo (con codificación de la velocidad),<br />
se puede calcular el gradiente a través de la estenosis.<br />
La <strong>RM</strong> es superior a la ecografía para demostrar toda la información<br />
necesaria para la cirugía. Asimismo, es el mejor método<br />
para la evaluación de posibles complicaciones o secuelas postquirúrgicas<br />
inmediatas (hematoma perianastomótico, pseudoaneurisma<br />
micótico) o tardías (recoartación, pseudoaneurisma) 24-26 . Las<br />
coartaciones intervenidas con plastias de Dacron son las que presentan<br />
un índice más alto de formación de pseudoaneurismas tardíos<br />
(Fig. 6.3 c).<br />
Pseudocoartación de aorta. En esta situación, la aorta está<br />
relativamente ectásica y elongada, observándose un arco aórtico<br />
muy alto, con una ventana aorto-pulmonar muy grande. La elongación<br />
aórtica hace que se produzcan angulaciones muy marcadas<br />
en algunas zonas, que pueden simular una coartación, pero sin que<br />
exista clara estenosis ni alteraciones hemodinámicas significativas.<br />
Estenosis supravalvular aórtica. Es una estenosis congénita<br />
de la aorta, localizada por encima del origen de las arterias coronarias.<br />
Habitualmente se encuadra dentro del síndrome de Williams,<br />
que cursa con hipercalcemia, cara peculiar (de duende), retraso mental,<br />
etc. La <strong>RM</strong> muestra la diferencia de calibre entre los senos de Valsalva<br />
(dilatados) y la zona estenótica inmediatamente por encima.<br />
Interrupción del arco aórtico. No existe continuidad entre<br />
la aorta ascendente y la descendente. A veces es difícil distinguir<br />
entre interrupción y coartación severa. La más frecuente de las interrupciones<br />
(52%) es la que se localiza entre la arteria subclavia<br />
izquierda y la carótida común izquierda. La anomalía puede verse<br />
con imágenes de eco del espín, en plano oblicuo sagital, en las que<br />
no se objetiva luz vascular en la zona de la interrupción. Sin embargo,<br />
la angio-<strong>RM</strong> postgadolinio 3D (Fig. 6.4) se considera superior<br />
para su diagnóstico.
6 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a b c<br />
Figura 6.3. Pacientes con coartación aórtica sin intervenir (a, b) e intervenida (c). <strong>RM</strong> eco del espín sagital (a) muestra coartación severa (flecha)<br />
con marcada hipoplasia del arco aórtico. Angio-<strong>RM</strong> postgadolinio sagital en otro paciente (b) con coartación severa (flecha) de localización<br />
preductal, con ductus abierto (d), responsable de la mayor parte del flujo que llega a la aorta descendente. Paciente con coartación de<br />
aorta operada hace dos años con plastia de Dacron (c). Angio-<strong>RM</strong> postgadolinio 3D. Se observa un gran pseudoaneurisma (flechas) en la zona<br />
de la coartación intervenida.<br />
Anillos vasculares. La <strong>RM</strong> está considerada actualmente como<br />
la técnica de elección para identificar las anomalías del arco aórtico,<br />
aunque el esofagograma sigue siendo el método de despistaje<br />
preferido para niños con sospecha de anillos vasculares. Las anomalías<br />
del arco aórtico siempre tienen un trayecto retroesofágico, por<br />
lo que en el esofagograma se pueden ver como improntas esofágicas<br />
posteriores. Sólo la arteria pulmonar izquierda aberrante (pulmonary<br />
artery sling) cursa por delante del esófago y puede producir<br />
por tanto una impronta esofágica anterior (Fig. 6.2 a).<br />
El doble arco aórtico (Fig. 6.5) y el arco aórtico derecho con<br />
arteria subclavia izquierda aberrante son las anomalías que suelen<br />
a b<br />
Figura 6.4. Paciente con interrupción del arco aórtico. Imágenes coronales de angio-<strong>RM</strong> postgadolinio<br />
3D. No se objetiva cayado aórtico, por encontrarse interrumpido. Únicamente se<br />
observa aorta ascendente (a). De la arteria pulmonar (P) se origina la arteria subclavia izquierda<br />
(flecha).<br />
ser sintomáticas con mayor frecuencia. El resto de anillos aórticos<br />
rara vez dan síntomas.<br />
Los planos axiales y coronales son los más útiles para ver la<br />
anomalía en las secuencias eco del espín. Muestran la relación del<br />
vaso anómalo con el esófago y la tráquea y el calibre de esta última,<br />
que en algunos casos está comprometido. La angio-<strong>RM</strong> postgadolinio<br />
3D con reconstrucciones MIP permite ver la anomalía en<br />
una sola imagen.<br />
En pacientes con doble arco aórtico (Fig. 6.5), el arco derecho<br />
es generalmente dominante y está en una posición más alta que el<br />
izquierdo. Los dos arcos se vuelven a unir posteriormente formando<br />
un anillo completo que rodea la tráquea<br />
y el esófago.<br />
En casos de arco aórtico derecho con<br />
arteria subclavia izquierda aberrante o arco<br />
aórtico izquierdo con arteria subclavia derecha<br />
aberrante, existen cuatro troncos<br />
supraaórticos con origen diferenciado. El<br />
último tronco es la arteria subclavia aberrante,<br />
que cursa posterior al esófago. En<br />
estos casos el anillo vascular se completa<br />
anteriormente con el ligamento arterioso,<br />
que no es visible en <strong>RM</strong>. El ligamento arterioso<br />
puede estar a la derecha o a la izquierda,<br />
aunque se encuentra más frecuentemente<br />
en el lado izquierdo. El vestigio de la<br />
raíz aórtica dorsal izquierda puede presentarse<br />
como un divertículo (Kommerell) en<br />
el origen de la arteria subclavia izquierda<br />
aberrante. El ligamento arterioso cursa<br />
desde la arteria pulmonar hasta el diver-
a b c<br />
Figura 6.5. Paciente con doble arco aórtico.<br />
Imágenes eco del espín axial (a) y coronales (b,<br />
c). Se observa doble arco aórtico completo<br />
(cabezas de flecha) con arco derecho dominante,<br />
como es habitual.<br />
tículo. En el caso de la arteria subclavia derecha aberrante la existencia<br />
de divertículo es muy rara (si existe, es un vestigio de la raíz<br />
aórtica dorsal derecha).<br />
Aneurismas y disecciones aórticos. Los aneurismas y disecciones<br />
aórticos son raros en niños con cardiopatías congénitas. Casi<br />
siempre están asociados con enfermedades subyacentes 2, 27 , como<br />
síndromes de Turner, Marfan, Ehlers-Danlos y Noonan; válvula<br />
aórtica bicúspide, arteritis de Takayasu, endocarditis bacteriana, coartación<br />
aórtica o cirugía previa. La <strong>RM</strong>, sobre todo con imágenes<br />
axiales, oblicuas sagitales y coronales, muestra el calibre del aneurisma,<br />
la extensión de la disección (despegamiento de la íntima) y<br />
el flujo o presencia de trombo en las luces verdadera y falsa. La<br />
reconstrucción MIP de la angio-<strong>RM</strong> postgadolinio 3D puede enmascarar<br />
la disección (el despegamiento intimal queda borrado por el<br />
brillo del realce intravascular), por lo que siempre deben examinarse<br />
con atención las imágenes fuente.<br />
3. Anatomía y patología cardíaca<br />
por segmentos<br />
Los segmentos cardíacos (las aurículas, los ventrículos y las grandes<br />
arterias) son la base del denominado análisis secuencial por seg-<br />
a b c<br />
C ARDIO PATÍAS C O N G ÉN ITAS. <strong>RM</strong> 6 1<br />
mentos de las cardiopatías congénitas. En primer lugar, debe definirse<br />
la disposición de las aurículas: el llamado situs auricular. Después,<br />
la morfología y localización de los ventrículos y las conexiones<br />
ventrículo-arteriales. Finalmente, se analizan las uniones entre<br />
los segmentos.<br />
1. En el situs solitus (normal), la aurícula derecha se encuentra<br />
a la derecha, los bronquios principales derecho e izquierdo<br />
están en su sitio, el estómago y el bazo a la izquierda, y la<br />
cava inferior y la mayor parte del hígado en la derecha.<br />
Determinadas características anatómicas permiten identificar<br />
la morfología derecha o izquierda de las estructuras pares:<br />
la orejuela derecha es de forma triangular, con ancha base,<br />
mientras que la orejuela izquierda es digitiforme y tiene una<br />
base estrecha (Fig. 6.6). Además, el situs auricular se puede<br />
deducir de la anatomía bronquial, con la que está estrechamente<br />
relacionado. El bronquio principal derecho es relativamente<br />
corto (ya que enseguida se origina el bronquio del<br />
lóbulo superior), comparado con el izquierdo. La relación<br />
entre los bronquios principales y las arterias pulmonares centrales<br />
también es característica: la arteria pulmonar derecha<br />
cursa por delante del bronquio principal derecho, mientras<br />
que la arteria pulmonar izquierda pasa por encima de su bron-<br />
Figura 6.6. Pacientes con situs solitus. Típica configuración de orejuela derecha (OD), con ancha base (a). La orejuela izda (OI) presenta una<br />
morfología digitiforme, con base estrecha (b). En imagen (c) se observa la relación normal de las arterias pulmonares con los bronquios principales<br />
(B). La arteria pulmonar derecha (PD) cursa por delante de su bronquio correspondiente, mientras que la arteria pulmonar izquierda (PI)<br />
pasa por encima del bronquio homolateral.
6 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a b c<br />
Figura 6.7. Pacientes con situs inversus. <strong>Imagen</strong> coronal (a) en la que se observa dextrocardia, el estómago (E) a la derecha y el hígado (H)<br />
a la izquierda. <strong>Imagen</strong> coronal (b) con arco aórtico (A) a la derecha. La arteria pulmonar derecha (P) pasa por encima de su bronquio correspondiente.<br />
Anatomía bronquial en espejo: del bronquio principal izquierdo se originan los bronquios del lóbulo superior y medio (flechas). <strong>Imagen</strong><br />
axial (c) en la que se observa estómago (E), bazo y aorta (A) a la derecha y vena cava inferior (C) e hígado a la izquierda.<br />
2. quio correspondiente (Fig. 6.6 c). El situs inverso es una imagen<br />
en espejo del situs solitus (Fig. 6.7), mientras que en el<br />
situs ambiguo o heterotaxia visceral (asplenia, que cursa con<br />
isomerismo derecho [ambos bronquios principales de morfología<br />
derecha] o polisplenia, con isomerismo izquierdo<br />
[ambos bronquios principales de morfología izquierda]) hay<br />
una mezcla de ambos. Asplenia se asocia frecuentemente con<br />
retorno venoso anómalo pulmonar y sistémico, canal aurículo-ventricular,<br />
transposición de grandes vasos, atresia o estenosis<br />
pulmonar severa y ventrículo único. Polisplenia se relaciona<br />
con ausencia de la porción hepática de la cava inferior<br />
y continuidad por la ácigos, vena cava superior bilateral, retorno<br />
venoso anómalo pulmonar, comunicación interauricular,<br />
estenosis pulmonar y ventrículo derecho de doble salida.<br />
2. El siguiente paso es identificar la disposición ventricular. Normalmente<br />
hay dos ventrículos, con morfología diferenciada.<br />
Ocasionalmente sólo hay un ventrículo, sin unas características<br />
definidas (tipo indeterminado).<br />
2. La principal característica que define al ventrículo derecho es<br />
la falta de continuidad directa de las válvulas tricúspide y semilunar<br />
(pulmonar o aórtica), que se encuentran separadas por<br />
un infundíbulo muscular. Otros datos que apoyan una morfología<br />
derecha son: la existencia de trabeculaciones en el<br />
septo apical; la presencia de la banda moderadora en su ápex;<br />
el anillo tricuspídeo, que está más cerca del ápex cardíaco<br />
que del anillo mitral; y que el ven-<br />
trículo derecho conecta generalmente<br />
con el vaso más anterior, ya<br />
sea éste la aorta o la arteria pulmonar.<br />
Por el contrario, el ventrículo<br />
izquierdo es de paredes lisas y en él<br />
existe continuidad directa de la válvula<br />
mitral con la semilunar (aórtica<br />
o pulmonar) debido a la ausencia de<br />
un infundíbulo muscular (Fig. 6.8). En<br />
un asa ventricular derecha (D loop),<br />
situación normal, el tracto de entrada<br />
(inflow) del ventrículo derecho<br />
morfológico está a la derecha del<br />
ventrículo izquierdo morfológico;<br />
mientras que en un asa ventricular<br />
a b<br />
izquierda (L loop), el tracto de entrada del ventrículo derecho<br />
morfológico está a la izquierda del ventrículo izquierdo<br />
morfológico.<br />
3. Por último, es necesario identificar las conexiones ventrículo-arteriales<br />
y la relación entre los grandes vasos:<br />
3. Normalmente la aorta es posterior y se sitúa a la derecha<br />
de la arteria pulmonar (D normal) (Fig. 6.8 a); en D (dextro)<br />
transposición, la aorta es anterior y se encuentra a la<br />
derecha de la arteria pulmonar; y en L (levo) transposición,<br />
la aorta es anterior y se mantiene a la izquierda de la arteria<br />
pulmonar. La descripción como D o L de la relación entre<br />
la aorta y la arteria pulmonar no debe confundirse con la D<br />
o L (asa ventricular) de la relación entre los dos ventrículos.<br />
Por ejemplo, una transposición no corregida de los grandes<br />
vasos en un paciente con situs solitus se denominará como<br />
solitus/D asa ventricular/D transposición (es decir, las aurículas<br />
están en situación normal, los ventrículos también –concordancia<br />
aurículo-ventricular–, la aorta está a la derecha de<br />
la pulmonar, pero en situación anterior, saliendo por tanto<br />
del ventrículo derecho: discordancia ventrículo arterial).<br />
3. En cardiopatías complejas se puede seguir la regla de R. Van<br />
Praagh: el ventrículo derecho y la aorta están situados en el<br />
mismo lado en el 95% de los corazones normales y patológicos.<br />
Un asa ventricular derecha cursa con la aorta a la<br />
derecha de la arteria pulmonar y a la inversa 28 .<br />
Figura 6.8. Continuidad normal de válvulas mitral y aórtica (cabezas de flecha). Los grandes<br />
vasos están en relación normal con la aorta (A) situada por detrás y a la derecha de la pulmonar<br />
(P).
Transposición de grandes vasos. El término transposición<br />
completa de los grandes vasos se suele utilizar como sinónimo de<br />
D-transposición, en la que existe situs solitus, concordancia aurículo-ventricular,<br />
pero discordancia ventrículo-arterial, con la aorta<br />
anterior a la pulmonar y saliendo del ventrículo derecho morfológico.<br />
La pulmonar sale del ventrículo izquierdo y existe continuidad<br />
entre las válvulas pulmonar y mitral, mientras que la tricúspide y la<br />
aórtica están separadas por un infundíbulo. El ventrículo derecho<br />
es la cámara sistémica, con alta presión, lo que puede verse en <strong>RM</strong>,<br />
en el plano sagital como impronta o desplazamiento posterior (hacia<br />
el ventrículo izquierdo) del septo interventricular 29 .<br />
Otra forma más rara de transposición es la L transposición, con<br />
la aorta anterior a la arteria pulmonar, pero a la izquierda. Puede<br />
verse como hecho aislado o como parte de una transposición congénitamente<br />
corregida, en la que existe discordancia aurículo-ventricular<br />
(asa o loop ventricular L, con la aurícula derecha conectando<br />
con el ventrículo izquierdo y viceversa) y ventrículo-arterial (la<br />
aorta conecta con el ventrículo derecho morfológico y la pulmonar<br />
con el izquierdo).<br />
Las anomalías asociadas más frecuentes son comunicación interventricular,<br />
obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo<br />
(por estenosis pulmonar y/o hipertrofia septal, entre otras<br />
causas), persistencia del ductus, ventrículo único (Fig. 6.13) y anomalías<br />
de las coronarias.<br />
4. Evaluación de la función cardíaca<br />
El procedimiento de obtención del volumen ventricular, fracción<br />
de eyección 30 , volúmenes diastólico y sistólico finales, volumen<br />
por latido y la masa miocárdica se describen en el capítulo 2.<br />
Los valores normales de masa y función ventriculares (derecho<br />
e izquierdo) son aproximadamente los mismos en niños que en<br />
adultos, cuando se calculan en relación con el área de la superficie<br />
corporal, peso o altura 31 . A continuación se reseñan los valores<br />
pediátricos normales31 , en función del área de la superficie corporal:<br />
volumen diastólico final del ventrículo izquierdo: 67 ± 9 ml/m2 ,<br />
y del ventrículo derecho: 70 ± 11 ml/m2 ; volumen por latido del<br />
ventrículo izquierdo: 44 ± 7 ml/m2 , y del derecho: 43 ± 7 ml/m2 ;<br />
volumen sistólico final del ventrículo izquierdo: 23 ml/m2 , y del<br />
derecho: 27 ml/m2 ; fracción de eyección del ventrículo izquierdo:<br />
65,6%, y del derecho: 61,4%; masa total del ventrículo izquierdo:<br />
81 ± 13 g/m2 ; masa de pared libre del ventrículo<br />
derecho: 26 ± 3 g/m2 .<br />
5. Evaluación de cardiopatías<br />
congénitas complejas<br />
Tetralogía de Fallot. Los cuatro componentes<br />
de la tetralogía pueden evaluarse<br />
con <strong>RM</strong>: estenosis-obstrucción del tracto<br />
de salida del ventrículo derecho<br />
(infundíbulo), hipertrofia del ventrículo derecho,<br />
aorta a caballo entre ambos ventrículos<br />
y comunicación interventricular. Existe<br />
continuidad directa entre las válvulas mitral<br />
y aórtica, lo que permite su diferenciación<br />
con otra entidad: el ventrículo derecho de<br />
doble salida, en el que hay discontinuidad<br />
entre las válvulas aurículoventriculares (mitral<br />
C ARDIO PATÍAS C O N G ÉN ITAS. <strong>RM</strong> 6 3<br />
y tricúspide) y ambas válvulas semilunares (aórtica y pulmonar). En<br />
general con la ecografía se puede hacer el diagnóstico de estas<br />
anomalías, pero la <strong>RM</strong> es claramente superior para identificar si existen<br />
arterias pulmonares centrales confluentes (Fig. 6.9) y su calibre<br />
(crucial para decidir el tipo de intervención), así como para evaluar<br />
la presencia e importancia de vasos colaterales sistémico-pulmonares.<br />
Atresia pulmonar. En este caso existe interrupción completa<br />
entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar, con el consiguiente<br />
hipodesarrollo del infundíbulo y de la arteria pulmonar y<br />
sus ramas. Generalmente cursa con comunicación interventricular<br />
(septo abierto). En <strong>RM</strong> se observa una banda de intensidad de señal<br />
intermedia o alta (dependiendo de su contenido en grasa), interrumpiendo<br />
la continuidad del infundíbulo de salida de ventrículo<br />
derecho con la arteria pulmonar. Al igual que en el Fallot, el principal<br />
papel de la <strong>RM</strong> reside en identificar si hay arterias pulmonares<br />
confluentes (Fig. 6.1) y valorar la localización e importancia de los<br />
vasos colaterales sistémico-pulmonares, que deben ser ligados en<br />
la cirugía 32 . Estos vasos colaterales se distinguen de las arterias pulmonares<br />
por su trayecto, que es posterior a los bronquios principales,<br />
al contrario que las arterias pulmonares, que se sitúan por<br />
delante 33 .<br />
Ventrículo derecho de doble salida. La aorta y la arteria pulmonar<br />
se originan del ventrículo derecho morfológico (Fig. 6.10).<br />
La única salida del ventrículo izquierdo es la comunicación interventricular.<br />
Ambas válvulas aurículo-ventriculares están separadas<br />
de las semilunares por un infundíbulo, sin continuidad directa entre<br />
ambas. Se asocia con comunicación interventricular, que puede<br />
estar en localización subaórtica, subpulmonar (complejo Taussig-<br />
Bing) o abarcando ambos vasos, información que resulta fundamental<br />
para la cirugía correctora y que la <strong>RM</strong> puede aportar 29, 34 .<br />
En la mayoría de los casos la comunicación interventricular está<br />
debajo de la crista supraventricularis, en localización subaórtica.<br />
Truncus arterioso. Es una anomalía rara, en la que un solo<br />
vaso se encuentra a la salida de ambos ventrículos y de él se originan<br />
las arterias sistémicas, las pulmonares y las coronarias. Se produce<br />
por fallo en la septación del truncus embrionario. Se acompaña<br />
siempre de una comunicación interventricular y a menudo<br />
(en el 25-30% de los casos) el arco aórtico es derecho. En el 10-<br />
15% de los casos existe insuficiencia y/o estenosis de la válvula truncal.<br />
Puede cursar con anomalías de las arterias coronarias.<br />
a b<br />
Figura 6.9. Paciente con tetralogía de Fallot. Arterias pulmonares no confluentes. Imágenes<br />
eco del espín axial (a) y angio-<strong>RM</strong> postgadolinio coronal (b), en las que se observa un vaso anormal<br />
(flecha) saliendo del lado izquierdo de la aorta (A). Este vaso es la arteria pulmonar izquierda,<br />
no confluente con la arteria pulmonar derecha (PD). La ecocardiografía no fue capaz de<br />
visualizar la anatomía arterial pulmonar.
6 4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a<br />
d<br />
Existen cuatro<br />
tipos: tipo I, en el<br />
que una arteria pulmonar<br />
muy corta<br />
se origina del truncus<br />
único, e inmediatamente<br />
da lugar a las dos arterias pulmonares centrales; tipo<br />
II, en el que no existe arteria pulmonar principal y ambas arterias<br />
pulmonares, derecha e izquierda, se originan directamente de<br />
la cara posterior del truncus; tipo III, en el que sólo una de las<br />
ramas se origina del truncus (Fig. 6.11) y la otra sale del ductus<br />
arterioso persistente o de una colateral sistémica, rama de la aorta;<br />
tipo IV, que es una combinación del tipo I con interrupción<br />
del arco aórtico, en el que la aorta descendente se irriga por el<br />
ductus.<br />
La fenestración o ventana aórtico-pulmonar (Fig. 6.12) es<br />
una forma parcial de truncus arterioso en la que existe comunicación<br />
entre la aorta y la pulmonar en la zona inmediatamente por<br />
encima de las válvulas semilunares.<br />
Ventrículo único. Consiste en una sola cámara ventricular que<br />
recibe sangre de una o dos válvulas aurículo-ventriculares. En el<br />
caso de una única válvula aurículo-ventricular, se suele asociar con<br />
anomalías esplénicas. No se incluyen en esta anomalía las atresias<br />
tricúspide o mitral. Casi siempre se acom-<br />
paña de transposición de grandes vasos, bien<br />
L-malposición o D-malposición. Son frecuentes<br />
otras anomalías asociadas, como<br />
estenosis pulmonar (valvular o subvalvular),<br />
estenosis subaórtica, retorno venoso anómalo<br />
parcial o total y coartación aórtica.<br />
En más del 80% de los casos el ventrículo<br />
único es el ventrículo izquierdo morfológico,<br />
conectado con una cámara rudimentaria<br />
anterior (tracto de salida de<br />
ventrículo derecho) por el foramen bulboventricular<br />
(Fig. 6.13). En este caso, también<br />
se le denomina ventrículo izquierdo de<br />
doble entrada. Como casi siempre se acompaña<br />
de transposición de grandes vasos, la<br />
aorta sale de la cámara rudimentaria anterior,<br />
que puede estar a la derecha (D-malposición)<br />
o a la izquierda (L-malposición).<br />
b c<br />
Figura 6.10. Ventrículo derecho de doble salida. Imágenes eco del espín axiales (a, b) y coronales<br />
(c, d), en las que se observa que la aorta (A) y la pulmonar (P) salen del ventrículo derecho.<br />
Las válvulas mitral y tricuspídea están separadas de las válvulas semilunares (aórtica y pulmonar)<br />
por un infundíbulo. Existen dos comunicaciones interventriculares: una en el tracto de<br />
entrada (flecha) y otra en el tracto de salida (cabeza de flecha).<br />
En las raras ocasiones en las que los grandes vasos están en relación<br />
normal, la cámara rudimentaria comunica con la arteria pulmonar.<br />
Es mucho más raro que el ventrículo único sea de morfología<br />
derecha (también llamado ventrículo derecho de doble entrada) o<br />
indeterminada.<br />
Síndrome del ventrículo izquierdo hipoplásico. Es un grupo<br />
de anomalías caracterizadas por hipodesarrollo de las cámaras<br />
izquierdas, atresia o estenosis de los orificios aórtico y/o mitral, e<br />
a b<br />
Figura 6.11. Truncus<br />
arterioso tipo III.<br />
Sólo existe un tronco<br />
arterial (T), del que se<br />
origina una sola arteria<br />
pulmonar (flecha).<br />
La arteria pulmonar<br />
izquierda se originaba<br />
en este caso de la<br />
aorta descendente.<br />
Figura 6.12. Ventana o fenestración aórticopulmonar. Imágenes eco del espín coronal (a) y<br />
angio-<strong>RM</strong> postgadolinio 3D axial (b). Se observa amplia comunicación entre la aorta ascendente<br />
(A) y la pulmonar (P).
hipoplasia de la aorta. El ventrículo derecho<br />
es hipertrófico, ya que funciona como cámara<br />
sistémica y pulmonar, el retorno venoso<br />
pasa a través del foramen oval y la circulación<br />
sistémica recibe la sangre por el ductus<br />
persistente. La intervención quirúrgica<br />
(Norwood) en estos casos se realiza en tres<br />
etapas.<br />
Anomalía de Ebstein. Se caracteriza<br />
por un desplazamiento inferior de la válvula<br />
tricúspide hacia el ventrículo derecho, lo<br />
que provoca que la parte proximal del ventrículo<br />
derecho (la comprendida entre el<br />
orificio aurículo-ventricular y la inserción de<br />
las valvas) funcione como parte de la aurícula<br />
derecha (atrialización del ventrículo derecho),<br />
por lo que sólo queda un pequeño<br />
ventrículo derecho funcional. Siempre existe<br />
insuficiencia tricuspídea. El grado de afectación<br />
de la función ventricular depende de<br />
la magnitud de la insuficiencia valvular y de<br />
la porción del ventrículo derecho atrializada,<br />
datos que la <strong>RM</strong> puede aportar de forma<br />
fiable, aunque generalmente con la ecografía<br />
es suficiente.<br />
6. Anomalías venosas<br />
sistémicas y pulmonares<br />
La <strong>RM</strong> es muy buen método para evaluar<br />
las anomalías de drenaje venoso sistémico<br />
y pulmonar 35,35a . Por otra parte, la ecografía<br />
y la angiografía tienen importantes<br />
limitaciones para evaluar estas anomalías.<br />
Secuencias de eco del espín son generalmente<br />
suficientes para mostrar una doble<br />
vena cava superior, así como una interrupción<br />
de la cava inferior con continuación por la ácigos. Sin embargo,<br />
los retornos venosos pulmonares anómalos suelen requerir<br />
para su diagnóstico secuencias de eco de gradiente y, aún mejor,<br />
angio-<strong>RM</strong> postgadolinio 3D (Fig. 6.14). Tanto los retornos venosos<br />
parciales como los totales pueden visualizarse con nitidez con<br />
estas secuencias.<br />
Los retornos venosos anómalos pueden desembocar, directamente<br />
(los parciales) o a través de un colector venoso común (los<br />
totales), en tres diferentes niveles:<br />
— Por encima del corazón: en la vena vertical izquierda (vena<br />
cava superior izquierda persistente), que a su vez drena en<br />
la cava superior. Es la forma más frecuente de drenaje venoso<br />
anómalo total (80-90%). El drenaje anómalo parcial más<br />
frecuente es el de las venas pulmonares derechas del lóbulo<br />
superior y medio, desembocando en la cava superior.<br />
— En el corazón: en el seno coronario u otra zona de la aurícula<br />
derecha (Fig. 6.14).<br />
— Por debajo del diafragma: en una vena vertical que atraviesa<br />
el diafragma y drena en la vena porta y/o cava inferior.<br />
Incluye el síndrome de la cimitarra.<br />
Siempre existe comunicación interau-ricular y puede haber otras<br />
anomalías asociadas.<br />
a b<br />
Figura 6.13. Ventrículo único, con transposición de grandes vasos. Imágenes eco del espín<br />
axial (a) y coronal (b). Se observa ventrículo único (VU) y pequeña cámara rudimentaria (CR)<br />
anterior, de la que sale la aorta (A). La arteria pulmonar (P) sale del ventrículo único. Se denomina<br />
foramen bulbo-ventricular a la comunicación entre el ventrículo único y la cámara rudimentaria.<br />
a b<br />
Figura 6.14. Drenaje venoso anómalo parcial.<br />
Angio-<strong>RM</strong> axial (a) y coronal (b) en las que<br />
se observan venas pulmonares derechas (VP y<br />
flecha blanca) desembocando, las superiores<br />
en aurícula izquierda (AI) y el resto en aurícula<br />
derecha (AD). Implantación de la parte posterior<br />
del septo auricular (flecha negra) a la<br />
izquierda de las venas pulmonares, lo que condiciona<br />
que éstas drenen a la aurícula derecha.<br />
C ARDIO PATÍAS C O N G ÉN ITAS. <strong>RM</strong> 6 5<br />
7. Evaluación postquirúrgica de niños<br />
y adultos con cardiopatías congénitas<br />
La <strong>RM</strong> puede proporcionar información muy valiosa en el seguimiento<br />
de cardiopatías intervenidas, tanto en niños como en adultos<br />
(en los que la ecografía no dispone de una buena ventana acústica).<br />
Aunque en muchos casos las imágenes de eco del espín<br />
pueden ser suficientes para visualizar las anomalías, sin embargo se<br />
puede necesitar la práctica de angio-<strong>RM</strong> y/o cuantificación de flujo<br />
para llegar al diagnóstico.<br />
Además de las aplicaciones ya reseñadas para el seguimiento<br />
postquirúrgico de las anomalías aórticas y pulmonares, la <strong>RM</strong> es<br />
muy buen método para las siguientes situaciones:<br />
— Valorar la permeabilidad y detección de complicaciones en<br />
shunts sistémico-pulmonares paliativos y otro tipo de conductos<br />
(Fig. 6.15).<br />
— Valoración de pacientes postcirugía correctora de tetralogía<br />
de Fallot. Las complicaciones o secuelas que se pueden<br />
encontrar son estenosis o dilatación aneurismática del tracto<br />
de salida reconstruido del ventrículo derecho; estenosis<br />
u obstrucción de algún conducto; in-suficiencia valvular pulmonar<br />
e insuficiencia ventricular derecha. Todo ello puede ser<br />
evaluado con <strong>RM</strong> 36, 37 .
6 6 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a<br />
d<br />
— Evaluación de<br />
la intervención<br />
de Fontan<br />
(realizada<br />
en una variedad<br />
de cardiopatíascongénitas<br />
carac-<br />
— terizadas por la presencia de un único ventrículo funcional,<br />
como la atresia tricuspídea, ventrículo único, ventrículo<br />
izquierdo hipoplásico, etc.) que consiste en una conexión<br />
de las venas sistémicas con las arterias pulmonares, eludiendo<br />
el ventrículo derecho. Puede añadirse a lo anterior<br />
una conexión intracardíaca entre el ventrículo y la aorta. La<br />
<strong>RM</strong> puede detectar obstrucción o estenosis de estas conexiones<br />
quirúrgicas, así como valorar la dinámica del flujo 38<br />
y la función del ventrículo 39 . En series eco del espín se ha<br />
visto que, en adultos, un diámetro de la conexión cavo-pulmonar<br />
menor a 15 mm se relaciona con un gradiente significativo.<br />
Por encima de 20 mm se considera óptimo 40 .<br />
— Evaluación de conexiones y parches intracardíacos. Antes<br />
de que se impusiera la intervención de Jatene, la transposición<br />
de grandes vasos se intervenía usando parches y conexiones<br />
intraauriculares para redirigir el retorno venoso sistémico,<br />
a través del ventrículo izquierdo, hacia la arteria<br />
pulmonar y el retorno venoso pulmonar, a través del ventrículo<br />
derecho, hacia la aorta (intervenciones de Mustard<br />
y Senning). La <strong>RM</strong> puede identificar obstrucción de las conexiones<br />
y fugas postquirúrgicas, especialmente con angio-<br />
<strong>RM</strong> postgadolinio 3D y cuantificación de flujo 2, 42, 43 .<br />
— La intervención de Jatene o arterial switch (intercambio de<br />
posición de la aorta y la arteria pulmonar en casos de transposición<br />
de grandes vasos) se realiza precozmente antes<br />
de que se produzca la caída fisiológica de la resistencia vascu-<br />
b c<br />
Figura 6.15. Imágenes de angio-<strong>RM</strong> postgadolinio 3D de dos pacientes diferentes postcirugía:<br />
conducto (C) de arteria pulmonar a ambas pulmonares (a, b) y transposición de grandes<br />
vasos con intervención de Jatene, o intercambio aterial (c, d). En el plano axial (a) el conducto<br />
parece normal, sin estenosis significativa; sin embargo, en el plano sagital (b) se aprecia un área<br />
de estenosis en la vertiente superior del conducto (flecha), que requirió cirugía. En el paciente<br />
con transposición intervenida (Jatene) (c, d), la arteria pulmonar (P) y sus ramas derecha e<br />
izquierda (PD y PI) rodean la aorta por delante (A). Se observa estenosis significativa en la rama<br />
izquierda (flecha).<br />
lar pulmonar, para mantener la capacidad de bombeo del<br />
ventrículo izquierdo bajo presión sistémica, preparándolo<br />
por tanto para su papel como cámara sistémica. Al desplazar<br />
anteriormente el tronco de la arteria pulmonar, las arterias<br />
pulmonares derecha e izquierda se encuentran estiradas<br />
alrededor de la aorta ascendente, por lo que se pueden<br />
producir estenosis difusas o focales de alguna de estas ramas<br />
(Fig. 6.15 c, d), así como obstrucción del tracto de salida<br />
del ventrículo derecho, estenosis supravalvular (aórtica o<br />
pulmonar), dilatación de la raíz aórtica y compresión bronquial)<br />
43 . La <strong>RM</strong> ha demostrado su superioridad sobre la ecografía<br />
para visualizar estas alteraciones 44 .<br />
CONCLUSIÓN Y FUTURO<br />
DE LA CA RDIO- <strong>RM</strong><br />
a <strong>RM</strong> es ya una técnica sólidamente establecida para la eva-<br />
L luación de la patología pediátrica <strong>cardiovascular</strong>. Programas de<br />
cálculo automático de función cardíaca y cuantificación de flujo facilitarán<br />
la obtención rutinaria de importantes datos funcionales. A<br />
medida que se vayan introduciendo y difundiendo los últimos avances<br />
en secuencias cada vez más rápidas que permitan imágenes en<br />
tiempo real sin necesidad de electrocardiograma ni respiración mantenida45,<br />
46 , su aportación será aún más definitiva.<br />
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INTRODUCCIÓN<br />
A ctualmente<br />
en España las enfermedades del aparato cardiocirculatorio<br />
constituyen la primera causa de muerte. En 1998,<br />
último año en el que hay datos publicados, estas causas provocaron<br />
131.710 muertes, lo que supone el 37% de todas las defunciones.<br />
Dentro del grupo de enfermedades <strong>cardiovascular</strong>es, la<br />
enfermedad isquémica del corazón es la que ocasiona el mayor<br />
número de muertes (30%). El método diagnóstico de elección para<br />
estudiar las arterias coronarias es la angiografía coronaria, que además<br />
permite realizar tratamientos intervensionistas como angioplastia<br />
con balón o colocación de stent para dilatar las arterias. En<br />
España durante el año 2000 se realizaron 1.825 coronariografías<br />
diagnósticas por cada millón de habitantes 1 . Aunque es un procedimiento<br />
bastante seguro, con un mínimo riesgo, los inconvenientes<br />
para el paciente, así como su impacto económico, son el motivo<br />
de que se busquen métodos diagnósticos alternativos no invasivos<br />
para visualizar y analizar el árbol vascular coronario. Dos técnicas<br />
de imagen están demostrando utilidad diag-<br />
nóstica y apuntan un gran potencial futuro<br />
en este campo: la <strong>TC</strong> con multidetectores<br />
y la <strong>RM</strong>.<br />
Las arterias coronarias, así denominadas<br />
porque rodean al corazón como una «corona»<br />
en la unión auriculoventricular, son las<br />
encargadas de la vascularización del corazón.<br />
Generalmente son dos arterias, una<br />
derecha y una izquierda.<br />
La arteria coronaria izquierda se origina<br />
en el seno de Valsalva izquierdo de la aorta<br />
ascendente, discurre por la depresión existente<br />
entre el tronco pulmonar y la orejuela<br />
izquierda y alcanza el surco interventricular<br />
anterior donde se divide en dos ramas, la<br />
arteria circunfleja (que se dirige hacia la<br />
izquierda por el surco coronario y termina<br />
a nivel del surco interventricular posterior)<br />
y la arteria descendente anterior (que camina<br />
por el surco interventricular anterior hasta<br />
el vértice del corazón). La arteria circunfleja<br />
da ramas auriculares y ventriculares, sien-<br />
7<br />
Patología coronaria<br />
Vicente Martínez de Vega<br />
do la más importante la arteria marginal que irriga la pared lateral<br />
libre del ventrículo izquierdo. La arteria descendente anterior da<br />
ramas septales anteriores y diagonales que vascularizan la porción<br />
anterior del septo interventricular y la pared anterolateral del ventrículo<br />
izquierdo.<br />
La arteria coronaria derecha nace del seno de Valsava derecho,<br />
discurre entre el tronco pulmonar y la orejuela derecha y alcanza<br />
el surco interventricular posterior para agotarse antes de llegar al<br />
vértice cardíaco. Da ramas auriculares, ventriculares derechas y<br />
septales posteriores (Fig. 7.1).<br />
<strong>TC</strong> MULTIDETECTOR<br />
DE A RTERI AS CORONA RI AS<br />
La reciente introducción de los nuevos equipos de <strong>TC</strong> con tiempo<br />
de rotación del Gantry muy corto (0,5 segundos) y posibilidad<br />
de adquirir varios cortes simultáneamente (<strong>TC</strong> multicorte,<br />
a b<br />
Figura 7.1. Esquema de las arterias coronarias. Vistas anterior (a) y posterior (b).<br />
1. Coronaria izquierda. 2. Descendente anterior. 3. Circunfleja. 4. Ramas auriculares izquierdas.<br />
5. Ramas ventriculares izquierdas. 6. Marginal. 7. Septales anteriores. 8. Diagonales.<br />
9. Coronaria derecha. 10. Ramas auriculares derechas. 11. Ramas ventriculares derechas.<br />
12. Septales posteriores. 13. Interventricular posterior.
7 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
<strong>TC</strong> multidetector o <strong>TC</strong> multicanal) ha abierto nuevos horizontes<br />
en el diagnóstico por imagen no invasiva del corazón 2-4 . La capacidad<br />
de realizar 8, 16 ó 32 cortes por segundo, con colimación de<br />
corte de 0,5-1 mm, permite estudiar el corazón en el período de<br />
una apnea, proporcionando imágenes de alta resolución espacial 5 .<br />
Además de alta resolución temporal y espacial, la <strong>TC</strong> cardíaca<br />
necesita como condición imprescindible adquirir las imágenes de<br />
forma sincronizada con el ritmo cardíaco. Existen dos técnicas de<br />
adquisición de imagen sincronizada con el electrocardiograma: prospectiva<br />
y retrospectiva. Con la sincronización prospectiva las imágenes<br />
se obtienen de forma secuencial en una fase determinada del<br />
ciclo cardíaco, habitualmente en la fase final de la diástole. Con la<br />
técnica retrospectiva se realiza una adquisición helicoidal continua<br />
durante todas las fases del ciclo cardíaco. Los datos pueden ser seleccionados<br />
para reconstruir imágenes de una fase determinada del<br />
ciclo cardíaco, especificada temporalmente con respecto a la onda<br />
R del ECG. De la adquisición helicoidal es posible reconstruir imágenes<br />
3D en diferentes fases del ciclo cardíaco, produciendo un<br />
estudio «multifase» que cubre todo el ciclo cardíaco. Desde el punto<br />
de vista práctico es recomendable reconstruir imágenes en diferentes<br />
fases y evaluar separadamente cada arteria, ya que en determinadas<br />
ocasiones cada uno de los vasos coronarios se ve mejor<br />
en fases diferentes con menos artefactos de movimiento 6-7 .<br />
Se conoce que el ritmo cardíaco durante la adquisición de la<br />
imagen es un factor crítico que influye de manera importante en la<br />
calidad de la imagen 7-9 . Es deseable conseguir ritmos cardíacos en<br />
torno a 60 latidos/minuto para minimizar los artefactos por movimiento,<br />
por lo que se recomienda administrar un β−bloqueante en<br />
pacientes con ritmo cardíaco superior a 60 latidos/minuto. Se pueden<br />
administrar 50 mg de atenolol por vía oral entre una o dos<br />
horas antes del estudio, excluyendo a los pacientes con enfermedad<br />
pulmonar obstructiva.<br />
La presencia de arritmia es un serio inconveniente y habitualmente<br />
un criterio de exclusión para realizar un estudio de arterias<br />
coronarias con <strong>TC</strong> multidetector.<br />
Con los equipos multicorte de cuatro canales (8 cortes/segundo)<br />
existe una importante limitación para la obtención de imágenes<br />
diagnósticas de arterias coronarias, que se ve incrementada<br />
de forma notable en pacientes con ritmo cardíaco superior<br />
a 60 latidos/minuto, pues es frecuente la degradación de la imagen<br />
por artefactos de movimiento 7-8 , debido a la baja resolución<br />
temporal del <strong>TC</strong> en la adquisición de la imagen (250 ms). Por<br />
otro lado, el período de apnea para obtener imágenes es de 25<br />
a 40 segundos.<br />
Estos problemas se han solucionado con los equipos de ocho<br />
canales (16 cortes/segundo) y especialmente con los de 16 canales<br />
(32 cortes/segundo) en los que la resolución temporal es muy<br />
alta, del orden de 125 a 65 ms. Este hecho permite realizar estudios<br />
con una colimación de corte inferior a 1 mm y en un tiempo<br />
razonable de apnea de aproximadamente 20 segundos 5 .<br />
Otra de las limitaciones que afectan a la calidad de la imagen<br />
cuando se evalúa estenosis coronaria es la presencia de intensa calcificación<br />
de las arterias.<br />
A PLICACIONES CLÍNICAS<br />
Medición del calcio coronario. Esta técnica fue propuesta<br />
inicialmente por Agatston 10 y mide el área total de placa calcificada<br />
coronaria, calculando los píxeles con una atenuación superior<br />
a 130 U.H. Inicialmente este estudio de medición se realizaba<br />
con equipos de <strong>TC</strong> por haz de electrones (Electrón-Beam Computed<br />
Tomography -EBCT-) 11 . En este tipo de equipos la imagen<br />
cardíaca se obtiene sincronizada con el EC G, con adquisición<br />
secuencial prospectiva durante fase diastólica final, con cortes de<br />
3 mm de grosor. Los <strong>TC</strong> multicanal han demostrado mayor fiabilidad<br />
y repetitividad en el estudio del calcio coronario, debido<br />
a la adquisición helicoidal continua de datos durante todo el ciclo<br />
cardíaco, al menor ruido de la imagen y a la mejora de la resolución<br />
espacial en el eje Z (Fig. 7.2). Esto permite evaluar las placas<br />
calcificadas individualmente en términos de volumen, masa y<br />
densidad, de forma altamente reproducible 12 . La desventaja del<br />
<strong>TC</strong> multicorte con sincronización cardíaca retrospectiva es que<br />
produce mayor dosis de radiación que el EBC T 13 . Hasta el<br />
momento, ningún estudio ha proporcionado suficiente evidencia<br />
clínica acerca de que la medición de calcio coronario propuesta<br />
por Agatson estima el riesgo de futuros ataques cardíacos. En la<br />
actualidad existen varios ensayos clínicos que intentan definir los<br />
efectos de diferentes tratamientos en la calcificación de las arterias<br />
coronarias y determinar su importancia a la hora de predecir<br />
posibles accidentes coronarios futuros.<br />
Exploración de arterias coronarias. Se realiza tras introducir<br />
contraste intravenoso yodado (100-150 cc), utilizando<br />
un inyector. La velocidad de infusión recomendable es de<br />
4-5 cc/segundo y la inyección de suero fisiológico al final (30-<br />
50 cc) permite lavar la vía y compactar el bolo. Este tipo de estudios<br />
fue descrito inicialmente con equipos de cuatro canales<br />
(8 cortes/segundo), aunque en las primeras publicaciones queda<br />
patente la importancia de obtener las imágenes en pacientes con<br />
frecuencia cardíaca baja y ritmo regular 6-7 . En estas publicaciones<br />
el estudio de estenosis coronaria muestra una sensibilidad entre<br />
el 40 y el 91% y una especificidad del 71 al 97% 5 . No obstante,<br />
únicamente en el 39% de los casos resultaba posible evaluar las<br />
tres arterias coronarias.<br />
Con los nuevos equipos de 16 canales (32 cortes/segundo)<br />
el estudio de arterias coronarias se realiza con una colimación de<br />
corte de 0,5-0,75 mm en un período de apnea de 16-20 segundos.<br />
Las reconstrucciones 3D que se obtienen con solapamiento<br />
del 50% producen imágenes de gran calidad 5 . Con estos nuevos<br />
equipos y utilizando β-bloqueantes para mantener el ritmo<br />
cardíaco en torno a 60 latidos/minuto, más del 95% de los estudios<br />
son valorables y la sensibilidad y especificidad para detectar<br />
correctamente estenosis coronaria es superior al 90% 9 .<br />
Las técnicas de tratamiento de imagen utilizadas en el estudio<br />
de los vasos coronarios son la reconstrucción multiplanar, la pro-<br />
a b<br />
Figura 7.2. Estudio de medición de calcio coronario con <strong>TC</strong> de haz<br />
de electrones EBCT (a) y con <strong>TC</strong> multicorte (b). La imagen obtenida<br />
con EBCT tiene más ruido, más efecto de volumen parcial y menos<br />
resolución espacial.
yección de píxeles de máxima intensidad (MIP) (Fig. 7.3), las reconstrucciones<br />
tridimensionales de tipo volume rendering (Fig. 7.4), así<br />
como otras herramientas más específicas que permiten desplegar<br />
y medir las arterias coronarias (Fig. 7.5). Todas estas herramientas<br />
permiten estudiar cada arteria coronaria de forma independiente<br />
o todo el árbol coronario de forma conjunta. Las arterias pueden<br />
ser desplegadas y reconstruidas en cualquier plano del espacio, lo<br />
que constituye una teórica ventaja con respecto a la coronariografía<br />
convencional.<br />
Las principales aplicaciones clínicas iniciales de la angio-<strong>TC</strong> coronaria<br />
son la detección de estenosis de alto grado en segmentos<br />
proximales de arterias coronarias 3-5,9 y el control de permeabilidad<br />
de stents y bypass coronarios 14 . También es útil en el estudio de<br />
anomalías congénitas.<br />
<strong>Imagen</strong> de la placa. Es conocido que sólo un tercio de los<br />
infartos de miocardio proceden de una estenosis significativa de una<br />
arteria coronaria ( > 75%). Las placas no estenóticas causan aproximadamente<br />
el 80% de las muertes por infarto de miocardio.<br />
Aproximadamente el 90% de todos los pacientes con infarto agudo<br />
de miocardio no tienen una estenosis hemodinámicamente significativa.<br />
Lo más frecuente es que la oclusión de la arteria coronaria<br />
se produzca por la ruptura de una placa vulnerable (con alto contenido<br />
lipídico en su interior) con formación posterior de un trombo.<br />
La coronariografía identifica la luz del vaso y la estenosis, pero<br />
no es capaz de caracterizar la composición de la placa. Existen trabajos<br />
preliminares que indican que la <strong>TC</strong> multicorte es capaz de<br />
detectar y evaluar las placas no calcificadas, con alto contenido en<br />
lípidos, basado en medidas de atenuación del <strong>TC</strong> 15 , mostrando<br />
hallazgos similares a los encontrados con ecografía intracoronaria,<br />
que es considerada la técnica de elección en el estudio de la placa<br />
coronaria.<br />
Figura 7.3. Reconstrucción<br />
de un subvolumen<br />
MIP de arteria<br />
coronaria descendente<br />
anterior izquierda.<br />
Placa calcificada no<br />
estenótica (cabeza<br />
de flecha) y placa no<br />
calcificada (flecha)<br />
que produce estenosis<br />
del 50%.<br />
Figura 7.4. Reconstrucción<br />
3D volume<br />
rendering.<br />
PATO LO G ÍA C O RO N ARIA 7 1<br />
ANGIOGRAFÍ A CORONA RI A<br />
POR RESONANCI A<br />
M AGNÉTICA<br />
Durante los últimos años se han desarrollado varias técnicas de<br />
<strong>RM</strong> para estudiar las arterias coronarias. Limitaciones relacionadas<br />
con baja resolución espacial, largos tiempos de apnea y<br />
artefactos de reconstrucción por el movimiento cardíaco han impedido<br />
obtener imágenes diagnósticas de las arterias coronarias de<br />
forma consistente. Por este motivo el papel actual de la <strong>RM</strong> en la<br />
valoración de los vasos coronarios es menor si se compara con la<br />
creciente importancia que está adquiriendo la utilización del <strong>TC</strong><br />
multidetector en este campo.<br />
Los vasos coronarios en sus segmentos proximales son estructuras<br />
relativamente pequeñas (2-5 mm), lo que exige la utilización<br />
de secuencias con alta resolución espacial, aspecto que penaliza el<br />
tiempo de adquisición de las imágenes de <strong>RM</strong>. Además, con tiempos<br />
de adquisición largos, es más fácil que se produzcan artefactos<br />
de movimiento causados por la respiración y por las contracciones<br />
cardíacas. Para obtener imágenes de alta resolución y sin artefactos<br />
es preciso abordar varios aspectos:<br />
— Adquisición de la imagen con sincronización cardíaca: la <strong>RM</strong><br />
cardíaca, incluyendo el estudio de las arterias coronarias,<br />
precisa de la obtención de un buen registro del ECG, con<br />
el fin de adquirir las imágenes en una fase determinada del<br />
ciclo cardíaco, generalmente en diástole en su fase media,<br />
antes de la contracción auricular, momento en el que el<br />
movimiento cardíaco es menor.<br />
— Supresión de los movimientos respiratorios: la obtención de<br />
imágenes con sincronización respiratoria clásica mediante<br />
la colocación de un cinturón en pared torácica o abdominal<br />
que mide el desplazamiento durante las fases respiratorias<br />
no es un método adecuado para obtener imágenes<br />
de alta resolución de las arterias coronarias, pues los desplazamientos<br />
de la pared tóraco-abdominal con respecto<br />
al corazón y estructuras en el interior del abdomen varían<br />
dependiendo de la profundidad de cada inspiración. Existe<br />
una nueva técnica<br />
de sincronización<br />
respiratoria más<br />
fiable que consiste<br />
en el uso de navegadores,<br />
con los<br />
que es posible conocer<br />
el desplazamiento<br />
exacto del<br />
diafragma 16 . La sincronización<br />
con navegadores<br />
puede<br />
realizarse de forma<br />
prospectiva o<br />
Figura 7.5. Arteria<br />
coronaria descendente<br />
anterior izquierda<br />
desplegada para realizar<br />
mediciones automáticas<br />
(«vessel tracking»).
7 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
— retrospectiva. Con las técnicas de sincronización prospectiva<br />
es posible utilizar un eco navegador corrector, que<br />
se obtiene inmediatamente antes de la adquisición de la<br />
imagen, para conocer exactamente la posición del diafragma<br />
en ese momento, lo que incrementa la eficacia de<br />
la adquisición 17 .<br />
Otra forma de suprimir los movimientos respiratorios es adquiriendo<br />
la imagen durante un período de apnea al utilizar secuencias<br />
cortas que pueden ser 2D o 3D.<br />
PRINCIPALES SECUENCI AS<br />
DE ANGIO- <strong>RM</strong> DE A RTERI AS<br />
CORONA RI AS<br />
Diferentes secuencias pueden utilizarse para el estudio de las<br />
arterias coronarias por <strong>RM</strong>. Todas utilizan sincronización<br />
cardíaca, por lo que es prioritario obtener un registro consistente<br />
del EC G.<br />
Las primeras secuencias utilizadas fueron eco de gradiente<br />
2D en apnea. Es una técnica rápida, que se puede hacer en cualquier<br />
equipo18 . Los inconvenientes son los inherentes a la secuencia<br />
2D: no es posible hacer reconstrucciones multiplanares, artefactos<br />
de integración de múltiples imágenes y efectos de volumen<br />
parcial. Esto hace que sea difícil explorar vasos tortuosos.<br />
Posteriormente se han utilizado secuencias 3D eco de gradiente<br />
con segmentación del espacio k y navegadores para suprimir<br />
los movimientos respiratorios 19 . Estas técnicas proporcionan<br />
imágenes de alta resolución temporal y espacial (Fig. 7.6). Su principal<br />
inconveniente es el largo tiempo de adquisición.<br />
Las secuencias 2D o 3D Eco Planar (EPI) con lectura espiral<br />
del espacio k son secuencias muy rápidas que se pueden adquirir<br />
en apnea, sin o con contraste intravenoso. Aunque tienen<br />
menos resolución espacial, su ventaja es la rapidez de adquisición.<br />
Más recientemente se están utilizando secuencias 3D en apnea<br />
tras inyección de contraste paramagnético 20 , con adquisiciones<br />
oblicuas independientes para arteria coronaria derecha e izquierda<br />
(Fig. 7.7). Las limitaciones actuales de estas técnicas son la baja<br />
resolución temporal y la relativa baja resolución espacial.<br />
Figura 7.6. Secuencia<br />
eco de gradiente<br />
3D con segmentación<br />
del espacio K<br />
sobre segmentos proximales<br />
de arterias<br />
coronarias utilizando<br />
navegador para suprimir<br />
los movimientos<br />
respiratorios.<br />
A PLICACIONES CLÍNICAS<br />
Durante los últimos años la <strong>RM</strong> ha demostrado cierta utilidad en<br />
la evaluación de algunas patologías: anomalías congénitas como<br />
arteria coronaria única21 , aneurismas de arterias coronarias, más frecuentes<br />
en niños con enfermedad de Kawasaki22 y permeabilidad de<br />
bypass coronario utilizando secuencias 3D en apnea tras contraste23 .<br />
Sobre la utilidad de la <strong>RM</strong> en la identificación de estenosis de<br />
arterias coronarias, existen numerosas publicaciones con márgenes<br />
muy amplios de sensibilidad y especificidad utilizando diversas<br />
secuencias. No obstante, hasta la fecha, no hay evidencia suficiente<br />
para utilizar la <strong>RM</strong> en la identificación rutinaria de estenosis de<br />
arterias coronarias en pacientes con angina de pecho o en screening<br />
de enfermedad coronaria.<br />
La <strong>RM</strong> es capaz de mostrar la placa arteriosclerótica en arterias<br />
coronarias. La utilización de secuencias de «sangre negra» de alta<br />
resolución en apnea24 o con navegadores25 permite evaluar la presencia<br />
de placa en las arterias coronarias. El objetivo que se persigue<br />
con estas técnicas es poder detectar la placa vulnerable, con<br />
alto contenido lipídico25 .<br />
CONCLUSIÓN<br />
El <strong>TC</strong> multidetector y la <strong>RM</strong> son las técnicas de imagen no invasivas<br />
más prometedoras en el estudio de la enfermedad coronaria.<br />
Son capaces de identificar estenosis arterial y placa calcificada,<br />
visualizar y medir la placa arteriosclerótica y caracterizar su composición.<br />
Todo ello proporciona una información única que permite<br />
predecir el riesgo <strong>cardiovascular</strong>, facilitar futuros estudios de la progresión<br />
de la arteriosclerosis y de su respuesta al tratamiento y finalmente<br />
será posible detectar patología coronaria subclínica.<br />
La rápida evolución tecnológica permite intuir una utilización<br />
amplia de estas técnicas, especialmente del <strong>TC</strong>, como método de<br />
estudio no invasivo de las arterias coronarias.<br />
BIBLIOGRAFÍ A<br />
Figura 7.7. Secuencia<br />
3D tras contraste<br />
sobre arteria coronaria<br />
izquierda.<br />
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8<br />
Fisiopatología de la placa<br />
de ateroma<br />
INTRODUCCIÓN<br />
La arteriosclerosis y sus complicaciones <strong>cardiovascular</strong>es siguen<br />
constituyendo actualmente un problema sanitario de primer<br />
orden. Esta entidad produce una alta morbi-mortalidad en los países<br />
industrializados, no sólo por la asociación con factores de riesgo,<br />
sino también por el envejecimiento de la población que sufren<br />
estos países, constituyendo así una de las mayores causas de muerte.<br />
Lógicamente, y por su repercusión, la enfermedad coronaria<br />
es la localización a la que más medios se han destinado tanto desde<br />
la vertiente del tratamiento como del diagnóstico. Pero la arteriosclerosis<br />
es una enfermedad generalizada, donde varios territorios<br />
estarán afectados o se afectarán en el tiempo. Se ha observado<br />
que la mitad de los pacientes con enfermedad vascular<br />
periférica tienen también enfermedad coronaria. Además la supervivencia<br />
de un enfermo con enfermedad coronaria disminuye<br />
desde un 90 a un 62% cuando existen alteraciones en otro territorio<br />
vascular 1 .<br />
La importancia para el radiólogo radica en el diagnóstico cuando<br />
la enfermedad <strong>cardiovascular</strong> ya ha ocurrido, representando<br />
la angiografía el patrón oro de la imagen. Pero se introducen nuevas<br />
técnicas de imagen que aportan gran información diagnóstica<br />
con la ventaja de ser incruentas. Fundamentalmente la <strong>RM</strong>, la <strong>TC</strong><br />
o la ecografía Doppler-color han experimentado importantes avances<br />
técnicos que permiten no sólo el estudio de la luz del vaso,<br />
sino también de la pared y de las estructuras vecinas. Actualmente<br />
la llegada de nuevos tipos de <strong>TC</strong> con multidetectores pueden realizar<br />
estudios angiográficos coronarios de gran exactitud diagnóstica<br />
2 .<br />
Pero no sólo interesa decir si existe una zona de obstrucción,<br />
de estenosis significativa o no significativa, sino que debemos<br />
acostumbrarnos a observar las alteraciones de la pared arterial<br />
antes de que la enfermedad arteriosclerótica produzca la<br />
sintomatología clínica, y esto significa conocer la placa de ateroma<br />
en sus fases evolutivas. Por tanto, tenemos un papel relevante<br />
en el diagnóstico precoz de la ateromatosis donde la aplicación<br />
de medidas higiénico-dietéticas y de tratamiento<br />
farmacológico retrasen la evolución e, incluso, disminuyan su<br />
formación 3-6 .<br />
Gabriel C. Fernández Pérez<br />
FASES EVOLUTIVAS<br />
DE LA PLACA DE ATEROM A<br />
A<br />
la placa de ateroma hay que entenderla como un proceso activo<br />
y focal, que afecta a la pared del vaso y particularmente a<br />
la íntima. La American Heart Association Commitee on Vascular Lesions<br />
clasifica las placas de ateroma en distintos estadios. Fuster y cols. 7 han<br />
simplificado esta clasificación en distintas fases evolutivas, en relación<br />
con la progresión morfológica y clínica de la placa (Fig. 8.1).<br />
FASE I: hiperplasia intimal<br />
Representa el inicio de la placa de ateroma. Un factor de flujo<br />
o reológico puede dañar el endotelio vascular, especialmente en<br />
los sitios de mayor turbulencia como son las bifurcaciones. La presencia<br />
de factores de riesgo, como la hipercolesterolemia, el tabaco,<br />
la diabetes, agentes infecciosos, etc., también participa en esta<br />
PLACA I-III<br />
FASE 1<br />
Hiperplasia intimal<br />
Placa fibrótica<br />
con calcio y<br />
estenosis de<br />
la luz.<br />
Angor pectoris.<br />
PLACA IV-Va<br />
FASE 2<br />
Formación del núcleo<br />
lipídico<br />
PLACA Vb-Vc PLACA VI<br />
Trombo<br />
FASE 5 FASE 4<br />
PLACA VI<br />
FASE 3<br />
Hiperplasia intimal<br />
Ruptura del<br />
núcleo lipídico<br />
y formación<br />
de trombo sin<br />
oclusión.<br />
Ruptura del núcleo<br />
lipídico y formación<br />
de trombo que<br />
incluye la luz.<br />
S. C ARDIO VASC ULAR<br />
AG UDO : angina<br />
inestable IAM, etc.<br />
Figura 8.1. Clasificación clínica de la placa de ateroma. La franja<br />
superior (fondo claro) indicaría las placas subclínicas, mientras que la<br />
inferior (fondo oscuro) las placas que producirían clínica. Modificado<br />
de Fuster y cols. 7 .
7 6 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
alteración de la pared del vaso. Estos mecanismos producen un<br />
daño endotelial y permitirán la entrada de lipoproteínas (colesterol-LDL)<br />
hacia la pared del vaso. El colesterol-LDL tiene una razón<br />
para entrar en los lugares de mayor turbulencia porque forma parte<br />
de la membrana de la célula muscular lisa. Este hecho provocará<br />
un engrosamiento de la pared, que en un primer momento servirá<br />
de defensa en estas zonas vasculares. Pero cuando entra más<br />
grasa de la necesaria, el colesterol-LDL se oxida actuando como<br />
agente quimiotáctico del monocito, el cual se adhiere fagocitándolo<br />
(Fig. 8.2). El exceso de grasa fagocitada (células espumosas) y<br />
retenida en la pared del vaso producirá cambios macroscópicos<br />
visibles como estrías grasas, que pueden estar ya presentes en jóvenes<br />
e incluso en niños. Se ha observado también como actúan otros<br />
mecanismos de defensa en la zona de daño endotelial, como es la<br />
adhesión de las plaquetas, las cuales liberan un factor que atrae a<br />
las células musculares lisas del interior de la pared trasladándose a<br />
la íntima y formando tejido conectivo, produciendo una hiperplasia<br />
intimal. Glagov 8 observó como el engrosamiento intimal, en<br />
muchos casos, engrosaba la pared pero no reducía la luz del vaso.<br />
Esta respuesta arterial se denomina «remodelamiento positivo» y,<br />
por tanto, estos cambios no pueden ser demostrados en estudios<br />
angiográficos.<br />
FASE II: placa vulnerable<br />
Hasta ahora los macrófagos han actuado como mecanismo de<br />
limpieza de la pared del vaso. Si este mecanismo es sobrepasado<br />
por la entrada de más LDL, los macrófagos, ya excesivamente cargados,<br />
se mueren. Este proceso se denomina apoptosis celular. Su<br />
núcleo disminuye de tamaño, pierden su textura y desaparecen formando<br />
un magma de ésteres de colesterol y restos celulares que<br />
dan lugar a un centro o core lipídico en la pared del vaso (Fig. 8.3).<br />
Este centro lipídico se rodeará por una cápsula fibrosa para impedir<br />
el contacto de este material graso con la luz. El vertido de este<br />
material lipídico en la luz vascular activa los factores de coagulación<br />
e induce el fenómeno trombótico. Por eso la placa se denomina<br />
vulnerable, ya que la ruptura de la cápsula fibrosa desencadenará<br />
una obstrucción trombótica aguda (infarto miocardio, cerebral, obstrucción<br />
arterial periférica, etc.). En esta fase la aplicación de un tra-<br />
1 2<br />
3<br />
LDL LDL<br />
LDL<br />
LDL LDL<br />
Daño endotelial Aumento de la permeabilidad<br />
LDL<br />
LDL LDL<br />
4<br />
Q uimiotaxis del monocito Fagocitosis del LDL (macrófago)<br />
LDL<br />
LDL<br />
LDL<br />
LDL<br />
LDL LDL<br />
Figura 8.2. Esquema fisiopatológico de la formación de la placa de<br />
ateroma.<br />
Figura 8.3. Estudio histológico del núcleo lipídico. Los macrófagos<br />
apoptóticos (cabezas de flechas) muestran núcleos pequeños e irregulares<br />
y al destruirse forman un magma lipídico (asterisco), el núcleo<br />
lipídico.<br />
tamiento apropiado puede reducir el centro lipídico y engrosar la<br />
cápsula fibrosa, disminuyendo así la probabilidad de instauración del<br />
cuadro agudo 9 .<br />
FASE III y IV: ruptura de la placa<br />
Este tipo de placa vulnerable puede romperse hacia la luz del<br />
vaso, desencadenando la activación simultánea de varios factores<br />
de la coagulación y la trombosis vascular aguda. Así el término aterotrombosis<br />
define con exactitud esta fase de la ateromatosis. Este<br />
centro lipídico tiene, por tanto, una importante capacidad trombótica<br />
debida a un alto contenido de factor tisular, que es producido<br />
por el macrófago apoptótico. Pero recordemos que el núcleo<br />
lipídico está rodeado por la cápsula fibrosa. Esta cápsula puede ser<br />
gruesa (menos peligrosa) o fina, pudiendo esta última romperse<br />
fácilmente. La razón por la cual la placa tiende a su ruptura espontánea<br />
es debido a que los macrófagos apoptóticos liberan una enzima<br />
llamada metaloproteinasa, que favorece la lisis de los tejidos circundantes,<br />
en este caso la cápsula fibrosa 10-12 . Yuan Chun estudió<br />
las carótidas de 53 pacientes con accidentes cerebrales isquémicos<br />
y observó como el 75% presentaban placas con cápsula fibrosa<br />
rota o fina, mientras que sólo un 9% tenían placas de ateroma con<br />
cápsula fibrosa gruesa. Valorar estos hallazgos es de extraordinaria<br />
importancia, ya que la presencia de una cápsula fibrosa rota o fina<br />
conlleva un riesgo de accidente cerebrovascular isquémico 23 veces<br />
superior a aquellos pacientes con placas que tienen una cápsula<br />
fibrosa gruesa 13 .<br />
FASE V: placas fibrosas<br />
Representan hasta un 30% de las placas de ateroma. Son placas<br />
duras y las causantes de las estenosis vasculares. Este tipo de<br />
placa es la evolución de las anteriores en la cual la fibrosis se ha<br />
seguido produciendo. Sukhova y cols. 14 han encontrado una menor<br />
proporción de macrófagos en este tipo de placas y, por tanto, un<br />
menor contenido en metaloproteinasas. Por eso son más estables,
a b<br />
tienden menos a la ruptura y llegan en la mayoría de los casos a la<br />
calcificación.<br />
CONSIDERACIONES<br />
RADIOLÓGICAS<br />
En múltiples exploraciones diagnósticas realizadas, los radiólogos<br />
estamos habituados a encontrarnos con placas de ateroma.<br />
Hasta ahora hemos visto que existen distintas fases evolutivas<br />
de las lesiones con implicaciones pronósticas muy diferentes, es<br />
por tanto obligado preguntarse si ante una determinada lesión podemos<br />
identificar aspectos clave como el núcleo lipídico o la cápsula<br />
fibrosa. Para contestar esta pregunta hemos realizado <strong>RM</strong> de aorta<br />
de cadáveres, con los cuales hemos comprobado que al menos in<br />
vitro somos capaces de identificar las distintas capas de la aorta cuando<br />
realizamos cortes finos, así como el engrosamiento intimal<br />
(Fig. 8.4 a-b), y también de hallar el núcleo lipídico y la cápsula fibrosa.<br />
Por tanto, debemos de tratar de trasladar los hallazgos a la imagen<br />
in vivo (Fig. 8.5 a-b).<br />
Las secuencias con doble pulso de<br />
inversión que anulan la señal del flujo no<br />
producirán artefactos en las imágenes de la<br />
pared del vaso. Las secuencias con doble<br />
eco, el primero entre 10-20 ms (DP) y el<br />
segundo entre 40-80 ms (T2), han demostrado<br />
gran utilidad en la caracterización de<br />
la placa vulnerable. El núcleo lipídico, al estar<br />
compuesto de ésteres de colesterol, que<br />
tiene un tiempo T2 corto, y será hipointenso<br />
en T2 e hiperintenso en DP, lo que<br />
permite diferenciar la grasa del calcio que<br />
sería hipointenso tanto en DP como en T2.<br />
La cápsula fibrosa es hiperintensa en T2 con<br />
respecto al núcleo lipídico. Las secuencias<br />
eco de gradiente también ayudan a identificar<br />
la cápsula fibrosa que rodea al núcleo<br />
lipídico. No se ha comprobado la utilidad<br />
de las secuencias en fase y fuera de fase en<br />
la caracterización del núcleo lipídico. Las<br />
placas fibrosas son hiperintensas en todas<br />
FISIO PATO LO G ÍA DE LA PLAC A DE ATERO MA 7 7<br />
Figura 8.4. a) <strong>RM</strong>, imagen potenciada en T2<br />
de una necropsia de una mujer joven. La pared<br />
normal tiene un grosor homogéneo y con señal<br />
intermedia, observado en varios territorios vasculares<br />
(cayado aórtico, troncos supraaórticos, aorta<br />
abdominal y coronarias). b) <strong>RM</strong>, imagen potenciada<br />
en T2 de una pieza de necropsia de la aorta<br />
abdominal mostrando una zona de hiperplasia<br />
intimal con la característica hiperintensidad de<br />
señal. Fíjese como pueden diferenciarse las distintas<br />
capas de la pared y como, en esta fase, el<br />
daño afecta exclusivamente a la íntima.<br />
las secuencias. Los estudios de la literatura han demostrado una<br />
sensibilidad de la técnica del 74% (IC: 50-90%), con una especificidad<br />
de 85% (IC: 62-97%) en la caracterización de las placas<br />
vulnerables. La prueba es altamente reproducible con un índice<br />
de acuerdo interobservador muy bueno (85%), además de ser<br />
una técnica que no irradia, pudiendo repetir y observar la progresión<br />
o regresión de la placa de ateroma tras el tratamiento realizado<br />
15 .<br />
Otro aspecto relevante que puede tener influencia en la caracterización<br />
de la placa vulnerable es el uso de contraste, ya que<br />
los conceptos comentados demuestran que en la pared del vaso<br />
se produce un fenómeno inflamatorio con presencia de macrófagos<br />
que puede ser demostrado con el uso de gadolinio al mostrar<br />
la captación del mismo por el núcleo lipídico (Fig. 8.6 a-b).<br />
También esta captación se ha observado con el uso de otros<br />
contrastes, como el USPIO (ultra small superparamagnetic iron<br />
oxided particles) que es captado por el sistema mononuclearfagocítico<br />
y, por tanto, por los macrófagos de la placa de ateroma,<br />
como demostró Schmitz quien incidentalmente lo observó<br />
en las exploraciones realizadas para estadiar las adenopatías de<br />
pacientes con neoplasias vésico-prostáticas 16 . Este hallazgo refleja<br />
la capacidad de la <strong>RM</strong> para demostrar la actividad de la placa<br />
de ateroma y, en especial, la de los macrófagos contenidos en<br />
ese centro lipídico. Sería, por tanto, un marcador de actividad<br />
de la placa. Este comportamiento abre importantes expectativas<br />
de futuro, al observar como influyen los distintos tratamientos<br />
en la actividad y, por tanto, la progresión o la regresión de la<br />
placa de ateroma.<br />
a b<br />
Figura 8.5. <strong>RM</strong> in vivo, imagen potenciada en T2 de la aorta abdominal. a) Hiperplasia intimal.<br />
Muestra una hiperintensidad de señal de la pared vascular en la zona de la bifurcación.<br />
Note como esta alteración de la señal afecta a la capa más interna de la pared, «la íntima».<br />
b) Placa vulnerable con el centro lipídico de señal hipotensa. La cápsula fibrosa que la rodea es<br />
hiperintensa.
7 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a b<br />
Figura 8.6. Placa de ateroma vulnerable en la arteria carótida. <strong>RM</strong> pre (a) y postcontraste<br />
(b). Se aprecia un aumento de realce del centro lipídico, pudiendo diferenciarse de la cápsula<br />
fibrosa que la rodea (cápsula fibrosa fina).<br />
Actualmente estamos analizando el comportamiento de las placas<br />
de ateroma, estudiándolas mediante <strong>TC</strong> multidetectores. Esta<br />
técnica tiene una alta resolución espacial y además alcanza una alta<br />
calidad en las imágenes de vasos de muy pequeño calibre, como las<br />
arterias coronarias. Estamos investigando la capacidad tisular para<br />
caracterizar la placa de ateroma en las distintas fases. No hemos podido<br />
observar con exactitud el núcleo lipídico, pero sí distinguir muy<br />
bien las placas calcificadas de las no calcificadas (placa blanda), siendo<br />
estas últimas las que producen la mayoría de los episodios trombóticos<br />
agudos. Así en pacientes con infarto de miocardio la obstrucción<br />
vascular se producía en zonas del vaso que no tenían calcio en<br />
la pared, hallazgos similares también los hemos apreciado en otros<br />
vasos como las arterias carótidas causantes de infartos cerebrales (Fig.<br />
8.7). Este método alcanzará una importancia muy relevante en el<br />
estudio de la ateromatosis y, en especial, en el corazón donde la <strong>RM</strong><br />
ha tenido mayores problemas de resolución.<br />
CONCLUSIÓN<br />
La <strong>RM</strong> emerge como el método diagnóstico de elección para<br />
la caracterización de la placa de ateroma en diferentes territorios<br />
vasculares. Además, identifica las placas de alto riesgo que<br />
preceden a la aparición del evento <strong>cardiovascular</strong> agudo, abriendo<br />
importantes expectativas en un tratamiento de prevención antes<br />
de que la enfermedad isquémica ocurra. Las secuencias con doble<br />
pulso de inversión potenciadas en T2 muestran con mayor resolución<br />
la placa, tanto en su morfología como en su composición.<br />
Sin embargo, no está exenta de limitaciones, debido al calibre de<br />
los vasos de pequeño tamaño y a artefactos de movimiento como<br />
ocurre en las coronarias y, especialmente, en sus ramas distales.<br />
Nuevas técnicas diagnósticas como el <strong>TC</strong> multidetectores permitirán<br />
estudiar de forma más exacta las coronarias al permitir un grosor<br />
de corte por debajo de 1 mm y posibilitar la eliminación de los<br />
artefactos de movimiento debidos al latido cardíaco.<br />
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Figura 8.7. <strong>TC</strong> de 16 filas de detectores,<br />
en un paciente con infarto agudo de miocardio.<br />
La ausencia de flujo de la arteria descendente<br />
anterior se produce en una zona<br />
sin calcificación en la pared (flecha). Las calcificaciones<br />
se observan distalmente (cabezas<br />
de flecha).<br />
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INTRODUCCIÓN<br />
A<br />
9<br />
Tumores y otras masas<br />
cardíacas<br />
Antonio Luna Alcalá, Ramón Ribes Bautista y Pilar Caro Mateo<br />
unque la incidencia de tumores cardíacos primarios es muy<br />
baja1 , su frecuencia aumenta si consideramos la afectación<br />
cardíaca metastásica 2 y, sobre todo, si incluimos otras entidades<br />
que pueden simular tumores, como la presencia de trombos intracavitarios3<br />
. Las masas cardíacas no han sido objeto de estudio habitual<br />
de los radiólogos en nuestro medio porque han sido evaluadas<br />
con ecografía directamente por los cardiólogos. Aunque su<br />
evaluación radiológica inicial comienza habitualmente con una radiografía<br />
de tórax, ésta suele ser normal o bien muestra sólo signos<br />
indirectos 4, 5 . La ecografía bidimensional (E2D) es capaz de detectar<br />
y caracterizar la mayor parte de las masas cardíacas, así como<br />
su repercusión funcional, pero no está exenta de limitaciones, entre<br />
las que se encuentran su limitada reproductibilidad, la dificultad en<br />
la evaluación de la extensión extracardíaca y su dependencia en<br />
gran medida de disponer de ventanas acústicas adecuadas. La ecografía<br />
transesofágica (ETE) permite una mejor valoración de la<br />
masas situadas en las estructuras cardíacas posteriores 6 , evalúa con<br />
mayor precisión el grado de infiltración miocárdica 7 y permite la<br />
caracterización de un mayor número de lesiones cuando se realizan<br />
estudios Doppler 8 . La <strong>TC</strong> valora adecuamente la extensión<br />
de las masas cardíacas 9 , y si se utiliza la <strong>TC</strong> de haz de electrones<br />
o con multidetectores se pueden estudiar también sus repercusiones<br />
funcionales, llegando, en el caso del <strong>TC</strong>HE, a modificar el<br />
diagnóstico inicial o aportar información adicional con respecto a<br />
la ETE hasta en el 70% de los casos, especialmente en casos de<br />
tumores malignos10 . La <strong>RM</strong>, por su buena resolución de contraste<br />
y su capacidad multiplanar, se utilizó desde sus inicios en la evaluación<br />
de masas cardíacas 11 . En la actualidad, con las mejoras técnicas,<br />
la <strong>RM</strong> permite un estudio morfológico y funcional en un<br />
mismo análisis, aunque aún persisten su dependencia de un sincronismo<br />
cardíaco adecuado y su tendencia a los artefactos por<br />
movimiento.<br />
El objeto de este capítulo es describir los principales hallazgos<br />
en imagen de los tumores y, en general, de las masas cardíacas,<br />
valorando los aspectos que permiten la diferenciación de los tumores<br />
cardíacos benignos de los malignos, así como los criterios que<br />
nos permitan sospechar de la existencia de masas no tumorales,<br />
teniendo en cuenta además los aspectos clínicos más relevantes de<br />
los hallazgos radiológicos. Dedicaremos, por último, especial atención<br />
al papel de la <strong>RM</strong> en su evaluación.<br />
TUMORES BENIGNOS<br />
Mixoma<br />
Es el tumor cardíaco primario más frecuente y supone del 25<br />
al 50% de todos los tumores cardíacos primarios 3, 12 . La edad media<br />
de presentación es variable, con un discreto predominio en mujeres<br />
12, 13 . Habitualmente es único y tiene una presentación esporádica<br />
14 , sin embargo alrededor del 7% presenta una predisposición<br />
familiar o se asocia al complejo de Carney (asociación de alteraciones<br />
endocrinas, nevus cutáneos múltiples, schawnomas y mixomas<br />
cutáneos o/y cardíacos) 4, 13 . Es un tumor intracavitario adherido<br />
al endocardio por un pedículo. Habitualmente se origina en la<br />
fosa oval o en el septo interauricular, aunque puede originarse potencialmente<br />
en cualquier superficie endocárdica 13 . Alrededor del 75%<br />
de los mixomas se sitúa en la aurícula izquierda, el 20% en la aurícula<br />
derecha y sólo excepcionalmente se origina en los ventrículos 15 .<br />
Clínicamente, la mayor parte de los pacientes presenta al menos<br />
uno de los componentes de la tríada clásica: obstrucción valvular,<br />
embolismo periférico o síndrome constitucional.<br />
Los mixomas de la aurícula izquierda demuestran signos en la<br />
radiografía de tórax de obstrucción mitral, indistinguibles de otras<br />
causas de valvulopatía mitral más comunes, en el 53% de los casos 13 .<br />
La presencia de calcificaciones intratumorales es típica de mixomas<br />
de la aurícula derecha 13, 16 . Ecográficamente, la presencia de un<br />
pedículo estrecho es el hallazgo diferencial más importante, siendo<br />
también habitual su movilidad y capacidad para distenderse 14 . Si<br />
estos hallazgos están presentes en una masa adherida al septo interauricular<br />
son diagnósticos de mixoma 14 , sin embargo existen también<br />
variantes inmóviles y con una base amplia de implantación. Es<br />
en este último subgrupo y en casos de localización atípica donde<br />
se procede a un estudio con <strong>TC</strong> o <strong>RM</strong>, para descartar un tumor<br />
maligno 3 .<br />
En la <strong>TC</strong> aparecen como defectos de replección intrauriculares<br />
hipo o isodensos respecto al miocardio con realce heterogéneo<br />
tras la administración de contraste intravenoso 13, 16 , estando<br />
dilatadas las cámaras de origen hasta en un 38% 13 . La detección<br />
del punto de anclaje con <strong>TC</strong> varía desde el 30 al 100% según las<br />
series 13, 17 , aunque este hecho se evalúa mejor normalmente con<br />
la <strong>RM</strong> (Fig. 9.1) 3, 13 . En la <strong>RM</strong> los mixomas son habitualmente isointensos<br />
al miocardio en secuencias potenciadas en T1 (SE T1) e
8 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a b<br />
Figura 9.1. Mixoma intrauricular en una mujer de 58 años. a) En la secuencia coronal con<br />
doble inversión TSE se objetiva una masa discretamente hiperintensa respecto al miocardio en la<br />
aurícula izquierda (cabeza de flecha blanca). b) En la secuencia cine eco de gradiente cuatro<br />
cámaras, la lesión es marcadamente hipointensa (cabeza de flecha negra), por la presencia de<br />
un artefacto de susceptibilidad magnética, y se demuestra su origen en el septo interauricular.<br />
hiperintensos en secuencias potenciadas en T2 (SE T2), pudiendo<br />
ser hipointensos en SE T2 por la presencia de áreas de hemorragia<br />
3 , o excepcionalmente ser isointensos a la sangre circundante 18 .<br />
Las consecuencias cine-<strong>RM</strong> en eco de gradiente o eco planar (EPI)<br />
se identifican como lesiones nodulares de baja intensidad de señal 19 ,<br />
permitiendo también el estudio la detección del punto de unión al<br />
endocardio así como la evaluación de su motilidad 3 . Tras la administración<br />
de gadolinio la mayor parte de los mixomas presentan<br />
un realce heterogéneo 3, 13, 19 .<br />
Fibroelastoma papilar<br />
En las series quirúrgicas su prevalencia correponde al 10% de<br />
los tumores cardíacos primarios 16 . Es un papiloma avascular revestido<br />
por una capa de células endoteliales 14 . Tiene su origen en las<br />
válvulas cardíacas, sobre todo de las cámaras izquierdas, en más<br />
del 90% de las ocasiones, aunque se han descrito casos adheridos<br />
a cualquier superficie endocárdica 14 o incluso en las venas pulmonares<br />
20 . La mayor parte son asintomáticos.<br />
Se suelen detectar con ecografía, donde aparecen como masas<br />
pequeñas, móviles y pedunculadas adheridas a la superficie valvular.<br />
La presencia de una vibración en la interfase del borde del tumor<br />
con la sangre adyacente es útil en el diagnóstico diferencial con los<br />
trombos 21 . Tanto el <strong>TC</strong> multidetector 22 como la <strong>RM</strong> 23 pueden ayudar<br />
a su detección en casos de estudios ecográficos no concluyentes<br />
o en tumores sin relación con las válvulas 14 . En la <strong>RM</strong> aparecen<br />
como lesiones hipointensas en SE T2 adheridas a las válvulas cardíacas<br />
y las secuencias cine ponen de manifiesto el flujo turbulento<br />
secundario al tumor 16 . El uso de la <strong>RM</strong> para el diagnóstico diferencial<br />
fibroelastoma-trombo paravalvular está limitado, ya que los<br />
estudios postcontraste son difíciles de evaluar 24 .<br />
Lipoma e hipertrofia lipomatosa del septo<br />
interauricular<br />
La prevalencia real del lipoma cardíaco es probablemente más<br />
alta 19 que el número de casos publicados en la literatura. Se trata<br />
de un tumor de tejido adiposo, encapsulado. Su edad de pre-<br />
sentación es muy variable, al igual que su<br />
tamaño. Puede tener su origen en cualquier<br />
capa miocárdica, variando sus repercusiones<br />
clínicas según su localización, aunque<br />
casi siempre es asintomático 14, 25 .<br />
Ecográficamente, se identifica como una<br />
masa bien definida, de ecogenicidad variable<br />
según su localización 14 , y por tanto difícil<br />
de caracterizar. Tanto la <strong>TC</strong> como la <strong>RM</strong><br />
permiten su diagnóstico al presentar las<br />
características típicas de la grasa 14, 16 . Más<br />
allá de su caracterización, la <strong>RM</strong> es muy útil<br />
para demostrar su relación con las arterias<br />
coronarias, para la planificación prequirúrgica<br />
26 .<br />
La hipertrofia lipomatosa del seno interauricular<br />
se define como un depósito graso<br />
en el septo interauricular mayor de 2 cm,<br />
respetando clásicamente la fosa oval 12 . Su<br />
incidencia aumenta con la edad y con la<br />
obesidad, existiendo una lipomatosis<br />
mediastínica asociada en el 50% de las ocasiones<br />
26 . Son lesiones no encapsuladas, que pueden rodear estructuras<br />
adyacentes, pero a las que no infiltran y nunca muestran<br />
extensión intracavitaria 27 . Los hallazgos tanto en el <strong>TC</strong> como en<br />
la <strong>RM</strong> son definitivos (Fig. 9.2) 26 .<br />
Rabdomioma<br />
Se le considera un hamartoma 16 , sobre todo teniendo en cuenta<br />
su asociación con la esclerosis tuberosa, hasta en un 50% de los<br />
Figura 9.2. Hipertrofia lipomatosa del septo interauricular en una<br />
mujer de 63 años. Secuencia axial T1 EPI demuestra un ensanchamiento<br />
del septo interaurícular por una lesión con alta intensidad de<br />
señal (cabezas de flecha), indicando su origen graso. Éste es el aspecto<br />
típico de la hipertrofia lipomatosa, como una lesión grasa no infiltrativa<br />
con morfología en reloj de arena.
casos 16 . Es un tumor intramiocárdico, habitualmente situado en los<br />
ventrículos. Suele ser múltiple y su diámetro es variable 12 . La mayor<br />
parte se diagnostica mediante ecografía en el período prenatal, y<br />
no requiere tratamiento ya que suele regresar espontáneamente<br />
16 . En ocasiones, puede dar lugar a arritmias y a la obstrucción<br />
del tracto de salida del ventrículo izquierdo, siendo necesaria su<br />
extirpación 28 .<br />
Ecográficamente, suele presentarse como una masa hiperecogénica<br />
en el septo o en las paredes ventriculares, pudiendo<br />
alterar el contorno interno o externo cardíaco. Existe una entidad<br />
denominada rabdomiomatosis, donde existen múltiples lesiones<br />
menores a 1 mm que se manifiestan, tanto en la E2D como<br />
en la <strong>RM</strong>, como un engrosamiento miocárdico difuso 16 . Las lesiones<br />
de pequeño tamaño intramiocárdicas probablemente son<br />
mejor individualizadas con la E2D 29 , pero la <strong>RM</strong> y la E2D son<br />
complementarias, ya que ambas son en ocasiones capaces de<br />
detectar lesiones que la otra técnica no visualiza 16 . En <strong>RM</strong> es habitualmente<br />
iso 30 o hiperintensa 11, 31 en SE T1 respecto al miocardio,<br />
y discretamente hiperintensa en SE T2 11 con importante realce<br />
en adquisiciones postcontraste 11, 31 . Las secuencias de «tagging<br />
miocárdico» permiten identificarlos como áreas de miocardio no<br />
contráctil 32 .<br />
Fibroma<br />
Es un tumor congénito, siendo frecuente su diagnóstico en<br />
niños menores de 1 año o en período neonatal 14, 16 . Existe un<br />
aumento de su prevalencia en pacientes con síndrome de Gorlin14<br />
. Se presenta de forma más habitual como una masa única de<br />
márgenes bien definidos o infiltrantes, en el septo interventricular<br />
o en la pared libre del ventrículo izquierdo. Dado que se asocia<br />
a muerte súbita y a arritmias se suele recomendar su resección<br />
quirúrgica 19 .<br />
La radiografía de tórax puede demostrar cardiomegalia y<br />
calcificaciones groseras hasta en un 50% de las ocasiones 16 .<br />
Ecográficamente, es una masa hiperecogénica<br />
que se asienta sobre un miocardio<br />
hipoquinético 14, 16 . La <strong>TC</strong> identifica la presencia<br />
de calcificaciones en el seno de una<br />
masa heterogénea, permitiendo su diferenciación<br />
de los rabdomiomas en neonatos.<br />
En la <strong>RM</strong>, se comporta como una<br />
lesión hipointensa de manera característica<br />
en SE T23, 19 , reflejando tanto su componente<br />
fibroso como las calcificaciones.<br />
En SE T1 son isointensos al miocardio, con<br />
un realce variable en secuencias postcontraste<br />
14 .<br />
Otros tumores benignos<br />
El hemangioma es un tumor infrecuente,<br />
asintomático, que se descubre de<br />
manera incidental 4 . Ecográficamente es<br />
hiperecogénico y heterogéneo. En la <strong>TC</strong><br />
es hipervascular, a veces con calcificaciones<br />
16 . La <strong>RM</strong> es la técnica que probablemente<br />
aporta más datos para su caracteri-<br />
TUMO RES Y O TRAS MASAS C ARDÍAC AS 8 1<br />
zación, ya que permite demostrar la presencia de áreas hiperintensas<br />
en SE T1, representando grasa 16 o flujo lento intratumoral<br />
19 . En SE T2 es hiperintenso, a veces con pequeños focos hipointensos<br />
en relación con fleblolitos o áreas de ausencia de flujo 3 . Tras<br />
la administración de contraste es hipervascular respecto al miocardio,<br />
de manera precoz.<br />
Los paragangliomas se sitúan habitualmente en o alrededor<br />
de la aurícula derecha, al encontrarse allí las células neuroendocrinas<br />
en las que tienen su origen. Su frecuencia es<br />
muy baja 14 , son habitualmente funcionantes 16 y la mayor parte<br />
de estos tumores son benignos, pero pueden presentar incluso<br />
metástasis 33 . Hasta un 20% de los casos presenta asociados<br />
paragangliomas extracardíacos. La mayoría se diagnóstica por<br />
la detección de una excrección elevada de catecolaminas en<br />
orina, y un estudio gammagráfico con I-131 MIBG los sitúa<br />
en el mediastino, siendo necesario un estudio complementario<br />
con <strong>TC</strong> o <strong>RM</strong> para precisar su localización y extensión. En la <strong>TC</strong>,<br />
aparecen como masas heterogéneas de carácter hipervascular<br />
en la aurícula derecha o por delante de la raíz aórtica 16 . En la<br />
<strong>RM</strong>, son lesiones hipointensas en SE T1 e hiperintensas en<br />
SE T2, aunque se han publicado otras presentaciones 3, 14 . Son<br />
lesiones hipervasculares, a veces con áreas centrales de necrosis<br />
33, 34 .<br />
La leiomiomatosis intravenosa es una entidad infrecuente<br />
que se define como la extensión de un tumor de células musculares<br />
lisas con origen en las paredes de un mioma o de un vaso uterino<br />
35 . Habitualmente se desarrolla en mujeres blancas y premenopáusicas.<br />
Suele presentarse como una masa móvil en la aurícula<br />
derecha, con origen en la vena cava inferior. La <strong>RM</strong> es de elección<br />
en su evaluación (Fig. 9.3) 19 .<br />
La presencia de un quiste broncogénico afectando el corazón<br />
es excepcional. Pero la presencia de una masa quística en el<br />
septo interauricular lo hace muy probable (Fig. 9.4). También se<br />
han descrito casos de localización pericárdica. Habitualmente son<br />
a b<br />
Figura 9.3. Leiomiomatosis intravenosa en una mujer de 43 años. a) El coronal doble inversión<br />
TSE demuestra una masa algo heterogénea, pero predominantemente isointensa al miocardio<br />
en el interior de la aurícula derecha. b) En la secuencia axial contraste de fase TEG con<br />
segmentación del espacio K (CF fastcard) se demuestra un ensanchamiento, ocupación y ausencia<br />
de flujo de la vena cava inferior, por una masa (flechas) que se extiende hasta la aurícula<br />
derecha (a). El acceso al corazón a través de la vena cava inferior es posible en casos de tumores<br />
renales, hepáticos y, como en este caso, en la leiomiomatosis intravenosa. (Caso cedido<br />
por el Dr. Jeremy Erasmus. Radiología Torácica. M.D. Anderson Medical Center. Houston.<br />
Texas. Estados Unidos.)
8 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
asintomáticos, aunque pueden dar lugar a arritmias 36 e, incluso, se<br />
ha descrito su rotura 37 .<br />
TUMORES M ALIGNOS<br />
Sarcomas<br />
Figura 9.4. Quiste<br />
broncogénico en un<br />
hombre de 55 años<br />
que presentaba un<br />
bloqueo aurículo ventricular<br />
completo.<br />
Axial T2 TSE que demuestra<br />
una lesión<br />
hiperintensa a nivel<br />
del septo interauricular.<br />
El estudio postcontraste<br />
(no mostrado)<br />
demostró su<br />
naturaleza quística.<br />
Son neoplasias mesenquimales muy infrecuentes, pero a pesar<br />
de ello, son los segundos en frecuencia de los tumores primarios<br />
y los primeros entre los malignos 16 . Cualquier subtipo histológico<br />
puede potencialmente presentarse en el corazón, pero el más frecuente<br />
es el angiosarcoma 38 . Se suelen presentar normalmente en<br />
adultos, excepto el rabdomiosarcoma que se detecta en edades<br />
más tempranas 38 y con clínica cardiopulmonar variable de varios<br />
meses de evolución 16 .<br />
La radiografía de tórax suele demostrar cardiomegalia o incluso<br />
una masa focal, derrame pericárdico o signos de insuficiencia<br />
cardíaca 16 . La ecografía demuestra la presencia de una masa, casi<br />
Subtipo de Frecuencia Datos<br />
sarcoma relativa epidemiológicos<br />
TABLA 9.1<br />
Clasificación de los tumores cardíacos*<br />
C ámara de<br />
origen más<br />
frecuente<br />
Figura 9.5. Angiosarcoma<br />
en una<br />
mujer de 65 años. A<br />
nivel de la pared libre<br />
de la aurícula derecha,<br />
con extensión<br />
intracavitaria y afectación<br />
del ventrículo<br />
ipsilateral, se objetiva<br />
una masa heterogénea<br />
con áreas<br />
hiperintensas en esta<br />
secuencia cine EG 4<br />
cámaras, que representan<br />
áreas de<br />
hemorragia intratumoral, que es un hecho típico del angiosarcoma<br />
cardíaco. (Caso cedido por el Dr. Jeremy Erasmus. Radiología<br />
Torácica. M.D. Anderson Medical Center. Houston. Texas. Estados<br />
Unidos.)<br />
siempre heterogénea, pero no permite determinar su extensión.<br />
La <strong>TC</strong> valora adecuadamente la extensión real del tumor y puede,<br />
además, descartar la existencia de metástasis, así como demostrar<br />
grasa o calcificaciones intratumorales que ayudan a precisar<br />
el subtipo histológico. La <strong>RM</strong> es la técnica de elección para la evaluación<br />
de estos tumores, a partir de la que se demuestra algún<br />
signo de malignidad (Figs. 9.5 y 9.6), como: afectación de más de<br />
una cámara cardíaca, extensión a las arterias o venas pulmonares,<br />
extensión extracardíaca, necrosis intratumoral, base amplia<br />
de implantación miocárdica, derrame pericárdico hemorrágico,<br />
extensión intracavitaria y mural a la vez, heterogeneidad, edema<br />
peritumoral y/o presencia de metástasis 3, 19 . La tabla 9.1 recoge<br />
los hallazgos clínicos en la <strong>RM</strong> que permiten acotar el diagnóstico<br />
diferencial de los principales subtipos.<br />
Hemorragia / Afectación Afectación Halla zgos<br />
calcificación pericárdica valvular típicos <strong>RM</strong><br />
Angiosarcoma 37 Varones de Aurícula Típica / N o Muy frecuente y O casional Áreas hiperintensas<br />
edad media derecha difuso. Puede ser de en T1 (hemorragia)<br />
origen pericárdico Hipervascular<br />
(síndrome de Kaposi)<br />
Sarcoma 24 Variable Aurícula O casional / Puede originarse O casional Puede ser infiltrativo<br />
indiferenciado izquierda N o en el pericardio o como una masa<br />
Rabdomio- 4-7 N iños, leve Igual en todas O casional / O casional, pero Sarcoma que afecta Apariencia<br />
sarcoma predilección las cámaras N o siempre con con más frecuencia pseudoquística o con<br />
masculina afectación miocárdica a las válvulas importante necrosis<br />
O steosarcoma 3-9 Variable Aurícula Inusual / O casional O casional N inguno<br />
izquierda Típica<br />
Leiomio- 8-9 Variable Aurícula Inusual / Muy Tendencia a afectar Tendencia a afectar N inguno<br />
sarcoma izquierda infrecuente la válvula mitral las venas pulmonares<br />
(n = 1)<br />
Fibrosarcoma 5 Variable Aurícula O casional / Puede originarse en O casional Lobulada, con áreas<br />
izquierda N o el pericardio de necrosis<br />
Liposarcoma < 1 Variable Aurícula Común / N o Puede originarse en O casional A veces grasa<br />
izquierda el pericardio macroscópica<br />
(hiperintensa en T1)<br />
* Modificado de Araoz PA, Eklund HE, Welch TJ, Breen JF. «CT and MR imaging of primary cardiac malignancies». Radiographics, 1999; 19(6):1421-1434.
Linfoma<br />
Figura 9.6. Sarcoma<br />
indiferenciado en un<br />
varón de 44 años. La<br />
secuencia cine EG<br />
cuatro cámaras demuestra<br />
una masa<br />
infiltrativa ocupando<br />
la pared de las cámaras<br />
izquierdas, con<br />
extensión intracavitaria<br />
y pericárdica.<br />
Suele ser más frecuente la afectación cardíaca secundaria en<br />
casos de linfoma no Hodgkin sistémico que el infrecuente linfoma<br />
cardíaco primario 38 . Éste es siempre un linfoma de células B, y con<br />
más frecuencia afecta a pacientes inmunocomprometidos 16 . Suelen<br />
presentarse en las cámaras derechas, sobre todo en la aurícula,<br />
asociando derrame pericárdico 3 .<br />
En la radiografía de tórax se puede objetivar cardiomegalia,<br />
derrame pleural o signos de insuficiencia cardíaca derecha 16 . La<br />
morfología de las masas es variable, pudiendo ser tanto polipoideas<br />
como infiltrativas 3 , aunque tanto en la <strong>TC</strong> como en la <strong>RM</strong> la<br />
presencia de derrame o engrosamiento pericárdico puede ser el<br />
único hallazgo 38 . Signos diferenciadores de los sarcomas son la<br />
rara afectación valvular e intracavitaria y la excepcional presencia<br />
de necrosis. En la <strong>RM</strong> suelen ser hipo o isointensos al miocardio<br />
en SE T1 e iso o hiperintensos en SE T2, con variable realce tras<br />
la administración de gadolinio (Fig. 9.7) 3, 19 . Su diagnóstico precoz<br />
ayuda a un mejor pronóstico, al favorecer su respuesta a la<br />
quimioterapia.<br />
Afectación tumoral secundaria cardíaca<br />
Las metástasis cardíacas son hasta 40 veces más frecuentes<br />
que los tumores primarios 3 . La afectación cardíaca se suele producir<br />
por cuatro vías distintas: extensión retrógrada linfática, exten-<br />
Figura 9.7. Linfoma<br />
B tipo Burkitt primario<br />
cardíaco en un<br />
varón de 33 años. A<br />
nivel miocárdico de la<br />
pared libre de la<br />
aurícula derecha se<br />
demuestra una masa<br />
isointensa al miocardio,<br />
bien definida<br />
(asterisco), que oblitera<br />
parcialmente la<br />
luz de dicha aurícula,<br />
en esta secuencia<br />
axial T1 EPI. También se objetiva asociado un importante derrame pericárdico<br />
(cabezas de flecha). La afectación de cámaras derechas y el<br />
derrame pericárdico asociado son signos típicos del linfoma primario cardíaco.<br />
sión hematógena, por contigüidad directa o extensión transvenosa.<br />
La primera es la más frecuente, produciendo pequeños<br />
implantes epicárdicos a través de los vasos linfáticos mediastínicos<br />
39 y dando lugar habitualmente a derrame pericárdico. La vía<br />
hematógena se da en estadios finales de la enfermedad, y se realizan<br />
implantes miocárdicos a través de las coronarias o la vena<br />
cava 40 . Este tipo de extensión es típica del melanoma, aunque es<br />
posible en cualquier tipo de tumor. El carcinoma broncogénico y<br />
otros tumores mediastínicos pueden afectar por contigüidad al<br />
corazón, siendo importante su evaluación para valorar la resecabilidad.<br />
La extensión transvenosa es típica del carcinoma renal a<br />
través de la cava inferior 38 , aunque también puede objetivarse en<br />
casos de carcinoma hepatocelular o broncogénico.<br />
El hallazgo de imagen más frecuente es el derrame pericárdico,<br />
y su presencia en enfermos oncológicos plantea un diagnóstico<br />
diferencial entre pericarditis postradioterapia, pericarditis<br />
por toxicidad farmacológica, pericarditis idiopática y derrame<br />
metastásico 38 . Entre los métodos de imagen, la <strong>TC</strong> y la <strong>RM</strong> son<br />
superiores a la ecografía para valorar las estructuras mediastínicas<br />
y paracardíacas. La <strong>RM</strong> es la mejor técnica para delimitar la<br />
extensión tumoral en el miocardio y para su diferenciación con<br />
los trombos.<br />
M ASAS Y PSEUDOM ASAS<br />
NO TUMORALES<br />
Trombos intracardíacos<br />
TUMO RES Y O TRAS MASAS C ARDÍAC AS 8 3<br />
Los trombos son la causa de masa cardíaca más frecuente, con<br />
afectación principalmente de las cámaras izquierdas 3 . Los auriculares<br />
se asocian a fibrilación o valvulopatía mitral, y los ventriculares a<br />
alteraciones de la motilidad miocárdica, como en la miocardiopatía<br />
dilatada o postinfarto 41 . La mayor parte de las veces se trata de un<br />
hallazgo incidental, aunque su diagnóstico es importante por su asociación<br />
con fenómenos embólicos. La E2D es la técnica de elección<br />
para el diagnóstico de trombos auriculares y la ETE para el de los<br />
situados en el ventrículo izquierdo, en cualquier caso la tasa de falsos<br />
positivos de ambas técnicas es alta 19 .<br />
La <strong>RM</strong> es útil en la detección de trombos de muy pequeño<br />
tamaño 42 y en su caracterización. Sus características de imagen varían<br />
con el tiempo 43 , en la fase aguda son hiperintensos en todas las<br />
secuencias 3 , en estadio subagudo presentan pérdida de señal en<br />
SE T2 42 , y cuando están organizados son hipointensos en SE T1<br />
y SE T2 44 . La presencia de calcificaciones puede darles un aspecto<br />
muy heterogéneo 3 . En casos de trombos inmóviles es necesario<br />
diferenciarlos del flujo lento y de tumores intracavitarios. El uso de<br />
secuencias cine 44 y postcontraste 45 ayudan a establecer el diagnóstico<br />
diferencial (Fig. 9.8).<br />
Pseudomasas:<br />
variantes anatómicas normales<br />
La crista terminalis, la válvula de Eustaquio y la red venosa de<br />
Chiari son estructuras anatómicas normales, que proceden de estructuras<br />
embriológicas con diferentes grados de regresión 46 . Se sitúan<br />
todas en la aurícula derecha, principalmente en su pared posterior,<br />
y aparecen estructuras nodulares de diverso tamaño en la <strong>RM</strong> (Fig.<br />
9.9), aunque difícilmente son confundibles con tumores 47 .
8 4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a b<br />
Figura 9.8. Trombo intraventricular agudo en varón de 63 años con antecedentes de cardiopatía<br />
isquémica. a) La secuencia cine eco de gradiente cuatro cámaras muestra un nódulo<br />
hipointenso en la punta del ventrículo izquierdo (flecha negra) en contraste con la sangre intraventricular<br />
que aparece hiperintensa. Las secuencias cine-<strong>RM</strong> permiten la diferenciación de un<br />
trombo del flujo lento y de los tumores intracardíacos, al ser normalmente las estructuras más<br />
hipointensas en estas secuencias, con la excepción de los trombos frescos que pueden ser hiperintensos.<br />
b) La secuencia axial T1 TSE con saturación grasa postcontraste demuestra que dicho<br />
nódulo es hipocaptante con un discreto realce periférico (flecha blanca). La ausencia de realce<br />
diferencia a los trombos de los tumores intracavitarios, ya que éstos realzan. Una excepción es<br />
la captación que pueden presentar los trombos organizados.<br />
CONCLUSIONES<br />
El estudio de imagen de una masa cardíaca se realiza en primer<br />
lugar y en muchas ocasiones de forma única con ecografía. Sin<br />
embargo, existen indicaciones crecientes para la <strong>TC</strong> y, sobre todo,<br />
para la <strong>RM</strong> en casos donde la ecografía no es definitiva y en la evaluación<br />
de la extensión tumoral en casos de malignidad. Tanto la<br />
<strong>TC</strong>MD como la <strong>RM</strong> permiten analizar la repercusión funcional, la<br />
extensión y características morfológicas de los tumores en un mismo<br />
estudio. La combinación de los datos clínicos, la localización y las<br />
características de imagen de una masa cardíaca permiten una adecuada<br />
caracterización prequirúrgica en muchos casos.<br />
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Figura 9.9. Crista terminalis en un varón<br />
de 43 años. La secuencia cine EG cuatro<br />
cámaras pone de manifiesto un nódulo milimétrico<br />
en la pared posterior de la aurícula<br />
derecha, que corresponde a la crista terminalis<br />
y que no debe confundirse con un tumor<br />
o trombo intracavitario. Esta estructura es<br />
un remanente muscular que separa la porción<br />
de la aurícula derecha derivada de las<br />
venas pulmonares de la derivada de la aurícula<br />
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956.
INTRODUCCIÓN<br />
La ecocardiografía es la técnica de evaluación inicial del pericardio<br />
por su elevada disponibilidad. Sin embargo, el escaso grosor del<br />
pericardio normal; la difícil obtención, en muchas ocasiones, de una<br />
ventana acústica adecuada; la imposibilidad de obtener imágenes de la<br />
totalidad del pericardio en un plano determinado y su baja reproductibilidad<br />
suponen serios inconvenientes 1 . Sin embargo, tanto la <strong>TC</strong><br />
como la <strong>RM</strong> proporcionan excelentes imágenes de la totalidad del pericardio<br />
y no están sometidas a las limitaciones de la ecocardiografía1 .<br />
ANATOMÍ A<br />
10<br />
Enfermedad pericárdica<br />
Ramón Ribes Bautista, Antonio Luna Alcalá, Pilar Caro Mateo<br />
y José María Vida López<br />
El pericardio es un saco serofibroso que rodea el corazón y la<br />
porción proximal de los grandes vasos. Tiene dos capas:<br />
1. Parietal: es gruesa, con abundante tejido fibroso y subdividida<br />
en tres láminas: serosa, fibrosa y epipericardio.<br />
2. Visceral: es muy fina, compuesta por una sola capa de células<br />
en íntimo contacto con la grasa epicárdica.<br />
El espacio pericárdico es un espacio virtual que contiene entre<br />
20 y 60 ml de líquido 2 .<br />
Los límites anatómicos del pericardio son, cranealmente, el tronco<br />
de la arteria pulmonar y las porciones proximales de aorta ascendente<br />
y vena cava superior y, caudalmente, el diafragma rodeando<br />
a la vena cava inferior a su entrada en la aurícula derecha. El pericardio<br />
que rodea los ventrículos es liso y el que envuelve a las aurículas<br />
y los grandes vasos presenta varios recesos. Los recesos pericárdicos<br />
más constantes son:<br />
1. Receso retroaórtico: entre aorta ascendente y aurícula<br />
izquierda.<br />
2. Receso anterior: por delante de la aorta ascendente y la arteria<br />
pulmonar.<br />
3. Receso lateral derecho: rodea a la vena cava superior y a la<br />
arteria pulmonar derecha.<br />
4. Receso lateral izquierdo: envuelve a la arteria pulmonar<br />
izquierda.<br />
5. Receso oblicuo: por detrás de aurícula izquierda y ventrículo<br />
izquierdo.<br />
MÉTODOS DE IM AGEN<br />
PA RA LA EVALUACIÓN<br />
DEL PERICA RDIO<br />
La radiografía de tórax suele detectar los derrames pericárdicos<br />
moderados y grandes. Son clásicos los signos de aumento de<br />
tamaño de la silueta cardíaca con pérdida de sus contornos anatómicos<br />
normales3, 4, 5 .<br />
La ecocardiografía transtorácica es el método más empleado<br />
en la evaluación de pacientes con sospecha de enfermedad pericárdica.<br />
Aunque su utilidad para la detección de derrames pleurales<br />
y de pericarditis constrictiva está fuera de toda duda, el diagnóstico<br />
de engrosamientos pericárdicos y la caracterización del<br />
líquido en los derrames cuenta con importantes limitaciones 3, 4, 5 .<br />
La ecocardiografía transesofágica proporciona información adicional<br />
y es superior a la transtorácica en la evaluación de la aurícula<br />
izquierda, la orejuela izquierda y la vena cava inferior6 . La ecografía<br />
Doppler transmitral y transtricuspídea es muy útil para el diagnóstico<br />
de taponamiento cardíaco y pericarditis constrictiva 3, 4, 5 .<br />
El pericardio puede verse en más del 95% de las <strong>TC</strong> de tórax<br />
de adultos7 ; en los niños se ve con menor frecuencia. Se observa<br />
como una fina línea con densidad de partes blandas de 1 a 2 mm<br />
de grosor separada del miocardio por la grasa epicárdica. La <strong>TC</strong> es<br />
un método seguro para el diagnóstico y la evaluación de engrosamientos<br />
pericárdicos; es el método de elección para el diagnóstico<br />
de calcificaciones pericárdicas 8, 9, 10 y en los pacientes con contraindicaciones<br />
para <strong>RM</strong>11, 6, 12 .<br />
La <strong>TC</strong> de haz de electrones, al proporcionar adquisiciones muy<br />
rápidas, disminuye la borrosidad del pericardio. Pero incluso con<br />
esta técnica se tienen importantes limitaciones cuando se trata de<br />
diferenciar derrames con alto contenido proteináceo y fibrosis pericárdica<br />
10, 13 .<br />
La angiografía con radionúclidos con Tc-99 sestamibi puede<br />
detectar grandes derrames pericárdicos, aunque su resolución espacial<br />
es limitada. La angiografía con radionúclidos puede diferenciar<br />
pericarditis constrictiva de cardiomiopatía restrictiva, basándose en<br />
los distintos patrones de llenado ventricular de ambas entidades 14 .<br />
En <strong>RM</strong>, las imágenes eco del espín potenciadas en T1 muestran<br />
el pericardio como una fina banda de baja intensidad de señal,<br />
situada entre dos áreas de alta intensidad de señal, la grasa epicárdica,<br />
por dentro, y la pericárdica, por fuera. El grosor del pericar-
8 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
dio normal es muy variable y suele ser mayor delante del ventrículo<br />
derecho y alrededor de la superficie inferior y apical del ventrículo<br />
izquierdo. Cuando el pericardio es de grosor normal, se evalúa<br />
mejor en cortes axiales. El espesor, habitualmente entre 1 y 2 mm,<br />
debe ser igual o inferior a 3 mm. En pacientes asintomáticos pueden<br />
observarse engrosamientos pericárdicos, que no requieren<br />
tratamiento 15, 16 .<br />
Las imágenes cine-<strong>RM</strong> eco de gradiente y las imágenes de contraste<br />
de fase son útiles para la evaluación de la afectación hemodinámica<br />
cardíaca secundaria a patología pericárdica.<br />
El pericardio puede afectarse por un gran número de procesos<br />
patológicos que se describen a continuación.<br />
Divertículos pericárdicos<br />
Los divertículos pericárdicos son malformaciones congénitas<br />
extremadamente raras. Son colecciones de líquido abiertas al espacio<br />
pericárdico. Cuando a lo largo del desarrollo se cierran o quedan<br />
comprimidos, dan lugar a quistes pericárdicos 17 .<br />
Quistes pericárdicos<br />
Los quistes pericárdicos son infrecuentes anomalías benignas<br />
del desarrollo embrionario, clínicamente indistinguibles de los divertículos<br />
pericárdicos. Su localización más habitual es el ángulo cardiofrénico<br />
derecho. En ocasiones causan obstrucción del tracto de<br />
salida del ventrículo derecho por compresión extrínseca 18 . Pueden<br />
ser indistinguibles de quistes broncogénicos o quistes tímicos, salvo<br />
por su típica localización cardiofrénica derecha 19 .<br />
Suelen ser uniloculares, de paredes finas, adheridas al pericardio<br />
mediante un pedículo o una amplia base de contacto, y su contenido<br />
suele ser un trasudado. Los quistes pericárdicos pueden calcificarse.<br />
La <strong>TC</strong> aporta información adicional en estos casos1 .<br />
Su aspecto en <strong>RM</strong> es el propio de las lesiones quísticas: paredes<br />
finas, contenido homogéneo hipointenso en T1 e hiperintenso<br />
en T2, en íntimo contacto con el pericardio de los ángulos cardiofrénicos,<br />
en especial con el derecho (Fig. 10.1). En ocasiones,<br />
son ricos en proteínas y por ello su intensidad de señal en T1 es<br />
elevada 19 . Existen casos de quistes hidatídicos intrapericárdicos 20<br />
(Fig. 10.2). En los niños, los quistes pericárdicos pueden ser confundidos<br />
con teratomas21<br />
.<br />
Agenesia del<br />
pericardio<br />
Constituye un amplio<br />
espectro de anomalías,<br />
desde defectos<br />
pericárdicos localizados<br />
a agenesia completa.<br />
Es poco frecuente.<br />
Suelen ser<br />
hallazgos incidentales<br />
en radiografías simples<br />
de pacientes asintomáticos<br />
o su detección<br />
puede orientarse por<br />
un dolor torácico inespecífico<br />
22, 23 .<br />
a b<br />
La agenesia del pericardio izquierdo es la menos infrecuente.<br />
Da lugar a una disposición anómala del corazón, que se desplaza,<br />
ocupando casi exclusivamente el hemitórax izquierdo, y rota, presentando,<br />
en el plano axial, una horizontalización del tabique interventricular,<br />
normalmente oblicuo hacia delante y a la izquierda de<br />
base a ápex; asimismo, el tronco de la arteria pulmonar protruye<br />
hacia el pulmón izquierdo. En estos casos, no se visualiza el hemipericardio<br />
parietal izquierdo; la grasa epicárdica entra en contacto<br />
directo con la pleura mediastínica 24, 25 .<br />
Los defectos parciales del pericardio son casi siempre izquierdos.<br />
A través del defecto se pueden herniar estructuras; la herniación<br />
más común es la de la orejuela izquierda, aunque también se<br />
puede herniar parcialmente el ventrículo izquierdo. Se han descrito<br />
casos de muerte súbita como consecuencia de necrosis cardíaca<br />
secundaria a incarceración miocárdica 26 .<br />
Pericarditis<br />
Figura 10.1. Quiste<br />
pericárdico en un<br />
varón de cinco años.<br />
Adyacente a la pared<br />
posterior de la aurícula<br />
derecha se objetiva<br />
una lesión redondeada,<br />
hipodensa y<br />
bien definida (cabezas<br />
de flecha), a nivel<br />
del ángulo cardiofrénico<br />
derecho posterior,<br />
en esta <strong>TC</strong> sin<br />
contraste.<br />
La inflamación del pericardio puede deberse a múltiples patologías.<br />
Pueden existir pericarditis infecciosas en relación con gran variedad<br />
de gérmenes: virus, bacterias, microbacterias y hongos 3, 4, 5 . Entre<br />
las causas no infecciosas de pericarditis deben destacarse: la pericarditis<br />
urémica, que en pacientes en diálisis se resuelve intensificándose;<br />
el síndrome de Dressler (secundaria a infarto de miocardio);<br />
el síndrome postpericardiotomía; la posterior a traumatismo<br />
Figura 10.2. Quiste hidatídico pericárdico en un varón de 37 años. a) La radiografía anteroposterior de tórax muestra<br />
una alteración del contorno cardíaco en su borde izquierdo de morfología nodular (flecha). b) La <strong>TC</strong> sin contraste<br />
muestra la naturaleza quística de la lesión y su localización pericárdica. (Caso cedido por el Dr. Santiago Rossi. Radiología<br />
Torácica. Centro Dr. Enrique Rossi. Buenos Aires. Argentina.)
Figura 10.3. Pericarditis aguda en una mujer de 67 años con diagnóstico<br />
de artritis reumatoide. La secuencia axial T1 TSE con saturación<br />
grasa demuestra un engrosamiento nodular pericárdico difuso<br />
(cabezas de flecha), con captación importante de ambas capas del<br />
pericardio y derrame pericárdico.<br />
torácico; la pericarditis postradioterapia; la asociada a patología<br />
autoinmune y a las conectivopatías (Fig. 10.3). A menudo no se<br />
identifica el agente responsable, aunque se presume viral; en estos<br />
casos se les denomina pericarditis idiopáticas 3, 4, 5 .<br />
El diagnóstico de pericarditis aguda es clínico y electrocardiográfico,<br />
con el apoyo de marcadores serológicos de inflamación,<br />
con o sin evidencia de infección 1 . Las pericarditis suelen llevar aparejado<br />
derrame pleural. Tanto la ecografía, como la <strong>TC</strong> y la <strong>RM</strong><br />
pueden mostrar derrame y engrosamiento pericárdico. Además la<br />
<strong>RM</strong> puede manifestar hiperintensidad de señal del pericardio en T2<br />
secundaria a inflamación activa, con eventual afectación inflamatoria<br />
de estructuras mediastínicas adyacentes.<br />
Constricción pericárdica<br />
La pericarditis constrictiva es una forma infrecuente de enfermedad<br />
pericárdica que causa disfunción diastólica progresiva de<br />
ambos ventrículos como consecuencia del engrosamiento, fibrosis<br />
y calcificación pericárdica 27, 28 . Se puede afectar el miocardio subyacente<br />
causando atrofia y fibrosis. La etiología puede ser infecciosa<br />
(tuberculosa o vírica), inflamatoria (uremia) o idiopática.<br />
La distinción entre pericarditis constrictiva y miocardiopatía restrictiva<br />
supone a menudo un reto diagnóstico con gran trascendencia<br />
terapéutica, pues el tratamiento de la pericarditis es quirúrgico,<br />
la pericardiotomía, en tanto que el de la miocardiopatía es<br />
médico. Los datos hemodinámicos obtenidos mediante cateterismo<br />
pueden ser idénticos y no son infrecuentes los errores diagnósticos<br />
ecocardiográficos 29 . Tanto la <strong>TC</strong> como la <strong>RM</strong> aportan datos<br />
de gran valor para el diagnóstico diferencial. Cuando las pericardiotomías<br />
no son completas, pueden producirse recurrencias sobre<br />
todo en aquellos casos donde queda pericardio residual en las fositas<br />
auriculoventriculares 1 .<br />
Las hechos más relevantes en los cuales se basa el diagnóstico<br />
de pericarditis constrictivas son:<br />
— Engrosamientos pericárdicos de 0,5 a 2 cm 30, 31, 25 .<br />
— Signos de hipertensión venosa sistémica.<br />
— Aurículas dilatadas con ventrículos pequeños y tubulares.<br />
— Hipertrofia del tabique interventricular.<br />
— Pico de llenado ventricular rápido 1 . La fase precoz del llenado<br />
ventricular no se ve afectada mientras que las fases<br />
tardías se ven alteradas por la constricción extrínseca ocasionada<br />
por el pericardio fibrosado.<br />
— Igualamiento de las presiones diastólicas en las cuatro cámaras<br />
cardíacas.<br />
— Aumento de la presión venosa sistémica con la inspiración<br />
(signo de Kussmaul).<br />
— Ausencia de visualización de la pared ventricular izquierda<br />
secundaria a infiltración por fibrosis pericárdica, signo ominoso<br />
25, 32, 33, 34 .<br />
En la miocardiopatía restrictiva pueden aparecer signos de hipertensión<br />
venosa y dilatación de cavidades cardíacas 30 . Aunque en<br />
ocasiones las miocardiopatías restrictivas cursan con pericardio normal,<br />
no es infrecuente que éste se encuentre engrosado por otras<br />
causas como radioterapia previa, pericarditis, traumatismos, calcificación<br />
o pequeños derrames pericárdicos secundarios a disfunción<br />
ventricular sin repercusión hemodinámica. La existencia de<br />
engrosamientos pericárdicos en casos de miocardiopatías restrictivas<br />
dificulta sobremanera el diagnóstico diferencial con la pericarditis<br />
constrictiva y la biopsia endomiocárdica es, en estos casos, la<br />
que puede determinar el diagnóstico 33 .<br />
Los hallazgos de la pericarditis constrictiva en la <strong>RM</strong> son similares<br />
a los de la <strong>TC</strong> 35 (Fig. 10.4). Un pericardio de grosor igual o superior<br />
a 4 mm se considera anormal en un 93% de los casos 35, 36 ,<br />
siendo éste el criterio diagnóstico clave. La <strong>RM</strong> es superior a la <strong>TC</strong><br />
para delinear el pericardio normal, así como en la diferenciación<br />
precisa entre pericardio engrosado y derrame pericárdico, que por<br />
<strong>TC</strong> pueden ser difícilmente diferenciables. En cambio la <strong>TC</strong> aventaja<br />
a la <strong>RM</strong> en la detección de calcificaciones pericárdicas, no infrecuentes<br />
en el contexto de pericarditis 37 . Aunque las pericarditis<br />
constrictivas suelen ser trastornos crónicos, existen casos de pericarditis<br />
constrictivas transitorias 29 .<br />
Derrames pericárdicos<br />
EN FE<strong>RM</strong>EDAD PERIC ÁRDIC A 8 9<br />
La cantidad de líquido pericárdico normal oscila entre 10 y<br />
50 ml 37 . Cuando la acumulación de líquido pericárdico es lenta,<br />
como en las pericarditis inflamatorias, suele ser bien tolerada y no<br />
ocasiona alteraciones hemodinámicas importantes. Si la acumulación<br />
es rápida (hemopericardio por rotura cardíaca o porción proximal<br />
de grandes vasos), supone la elevación súbita de la presión<br />
intrapericárdica e importantes consecuencias hemodinámicas, tales<br />
como el taponamiento cardíaco.<br />
Aunque la ecografía es el método diagnóstico de elección, tanto<br />
la <strong>TC</strong> como la <strong>RM</strong> son de gran utilidad. En <strong>TC</strong> los trasudados intrapericárdicos<br />
suelen mostrar una atenuación similar a la del agua, en<br />
tanto que en los exudados oscila entre 20 y 60 UH. No es posible<br />
diferenciar los derrames benignos de los malignos en base a su<br />
densidad 25, 7 . Los derrames pericárdicos con alto contenido en proteínas<br />
son difíciles de diferenciar de los engrosamientos pericárdicos<br />
mediante <strong>TC</strong>, en especial si son pequeños ya que su atenua-
9 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a b<br />
Figura 10.4. Pericarditis constrictiva en una mujer de 59 años. Las secuencias cine-<strong>RM</strong> EG cuatro cámaras en telesístole (a) y telediástole<br />
(b) muestran un marcado engrosamiento pericárdico (cabezas de flecha) acompañado de derrame pericárdico. Moderada dilatación auricular<br />
bilateral, hipertrofia del septo interventricular y limitación del ventrículo derecho en telediástole (c). Secuencia axial T2 TSE muestra dilatación<br />
de venas suprahepáticas y el típico patrón en empedrado del parénquima hepático como consecuencia de la insuficiencia cardíaca derecha<br />
secundaria a la constricción pericárdica. Todos estos hallazgos sugieren el diagnóstico de pericarditis constrictiva.<br />
ción es similar a la fibrosis pericárdica; también se pueden confundir<br />
con un pequeño tumor 7 .<br />
La <strong>RM</strong> permite la detección y, en ocasiones, la caracterización<br />
de derrames de pequeño tamaño. Los derrames pequeños tienden<br />
a ser hipointensos en secuencias eco del espín en todas las<br />
secuencias debido a los artefactos de movimiento cardíaco, lo que<br />
impide su caracterización. Los derrames mayores sí se pueden<br />
caracterizar: los derrames quilosos son hiperintensos en T1 con<br />
respecto al miocardio debido a la presencia de lípidos en el quilo,<br />
como también lo son los exudados debido a su alto contenido proteináceo.<br />
Los trasudados, en cambio, son hipointensos en T1 e<br />
hiperintensos en T2 debido a su escasez de proteínas y células.<br />
Es difícil establecer el estadio evolutivo del sangrado intrapericárdico<br />
debido a que la influencia del artefacto de movimiento sobre<br />
la señal obtenida es mayor que la debida a las propiedades de los<br />
derivados hemáticos. Las secuencias eco del espín T2 con sincronismo<br />
cardíaco se artefactan más que las turbo eco de espín (TSE)<br />
por estos movimientos, por lo que son estas últimas las que resultan<br />
de gran utilidad para caracterizar los sangrados intrapericárdicos<br />
38 .<br />
Tumores pericárdicos<br />
Los tumores pericárdicos son infrecuentes y, en su mayor parte,<br />
son secundarios a invasión metastásica. El pericardio puede ser<br />
objeto de afectación paraneoplásica, dando lugar a engrosamiento<br />
pericárdico y signos de constricción sin evidencia de infiltración<br />
metastásica. Entre los tumores primarios pericárdicos descritos en<br />
la literatura destacan mesotelioma 39 , teratoma 11, 40 , sarcoma 40, 41 ,<br />
teratocarcinoma 42 , lipoma, liposarcoma y linfangioma. Angiosarcomas,<br />
liposarcomas y linfomas primarios cardíacos son los tumores<br />
primarios cardíacos que tienden a invadir el pericardio 12 .<br />
El teratoma pericárdico es una neoplasia benigna de células germinales.<br />
El derrame pericárdico es el hallazgo clave para diferenciarlo<br />
del teratoma del mediastino anterior, siendo la localización<br />
mucho más frecuente. Suelen situarse en el lado derecho del pericardio<br />
y típicamente un pedículo lo conecta a los grandes vasos.<br />
Son grandes, con áreas sólidas y quísticas. Se diagnostican en la<br />
infancia por distress respiratorio y/o taponamiento cardíaco 11 . Existe<br />
al menos un caso descrito de teratocarcinoma (Fig.10.5) en un<br />
paciente con SIDA 42 .<br />
c<br />
Figura 10.5. Teratocarcinoma pericárdico en un varón de 22 años.<br />
Masa intrapericárdica con componentes sólidos y predominantemente<br />
de densidad grasa en una <strong>TC</strong> sin contraste intravenoso. (Caso cedido<br />
por el Dr. Jesús García de la Torre. Radiología Torácica. Hospital<br />
Universitario Gregorio Marañón. Madrid.)<br />
El mesotelioma pericárdico representa el 50% de todos los<br />
tumores pericárdicos primarios, aunque sólo supone el 1% de los<br />
mesoteliomas. Tiene múltiples formas de presentación tales como<br />
una masa única, masas múltiples coalescentes o un engrosamiento<br />
pericárdico nodular, o mediante placas que afectan a ambas<br />
hojas39 .<br />
El linfangioma es una neoplasia benigna multiloculada, estando<br />
sus finas paredes tapizadas por células endoteliales; los espacios<br />
quísticos están aislados del sistema linfático 43 . Puede situarse en el<br />
espacio pericárdico. A veces comprime las estructuras vecinas<br />
44, 45<br />
y, en ocasiones, asocia derrame pericárdico quiloso.<br />
Las cuatro vías de acceso de la enfermedad metastásica a corazón<br />
y pericardio son (Fig. 10.6):<br />
1. Diseminación linfática retrógrada a través de un estrecho<br />
desfiladero en la raíz aórtica.
a<br />
d<br />
2. Diseminación hematógena vía arterias coronarias o vena<br />
cava.<br />
3. Extensión directa, típica del carcinoma broncogénico.<br />
4. Extensión transvenosa vía venas cava inferior y superior o<br />
venas pulmonares 44 .<br />
CONCLUSIÓN<br />
La patología pericárdica se estudia inicialmente con ecocardiografía.<br />
La <strong>RM</strong> y la <strong>TC</strong> superan las limitaciones técnicas de la<br />
ecografía y mejoran su capacidad diagnóstica en indicaciones concretas,<br />
tales como la distinción entre pericarditis constrictiva y miocardiopatía<br />
restrictiva y la caracterización de las neoplasias pericárdicas<br />
entre otras.<br />
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Figura 10.6. Vías de afectación metastásica cardíacas y pericárdicas. a) Derrame pericárdico<br />
metastásico en mujer de 57 años con carcinoma de mama. Coronal T1 TEG que demuestra un<br />
llamativo derrame pericárdico sin cardiomegalia. El análisis tras pericardiocentesis dio como resultado<br />
afectación metastásica. La vía de acceso al pericardio más frecuente es forma retrógrada a<br />
través de los vasos linfáticos torácicos. b) Metástasis hematógena miocárdica de carcinoma de<br />
cérvix en mujer de 37 años. La secuencia axial T1 TSE con saturación grasa postgadolinio demuestra<br />
una masa hipercaptante (asterisco) en la pared libre de la aurícula derecha con extensión pericárdica<br />
e intracavitaria. c) Infiltración pericárdica por contigüidad por un carcinoma broncogénico<br />
en un varón de 55 años. La secuencia axial T2 TSE demuestra un lesión paracardíaca izquierda<br />
que corresponde a un carcinoma broncogénico con la afectación pericárdica por contigüidad. d)<br />
Colangiocarcinoma intrahepático con extensión a vena cava inferior y aurícula derecha en mujer<br />
embarazada, de 33 años. La secuencia axial STIR demuestra una gran masa en segmento VII,<br />
con extensión a la cava inferior y, cranealmente, a la aurícula derecha (no mostrado).<br />
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449.
INTRODUCCIÓN<br />
11<br />
Síndrome aórtico agudo<br />
l síndrome aórtico agudo (SAA) se refiere a un grupo de enfer-<br />
Emedades que afectan a la pared de la aorta, presentándose<br />
con un cuadro clínico dominado por el dolor y un riesgo elevado<br />
de muerte. Las enfermedades que se agrupan bajo esta denominación<br />
son básicamente tres: la disección aórtica (DA), el hematoma<br />
intramural (HI) y la úlcera aterosclerótica penetrante (UAP) 1 .<br />
Otras entidades originadas en la aorta pueden presentarse de forma<br />
similar, aunque se ven en un contexto clínico diferente, como son<br />
la ruptura aórtica traumática, los aneurismas micóticos y la ruptura<br />
de un aneurisma preexistente.<br />
Las tres entidades clásicas que forman el SAA afectan a pacientes<br />
habitualmente en la sexta y séptima década y el factor subyacente<br />
más relevante es la presencia de hipertensión arterial (HTA).<br />
La frecuencia de este síndrome es relativamente baja, 2,9/100.000<br />
habitantes/año 2 . Cuando estos pacientes llegan a los servicios de<br />
urgencias, suelen confundirse con otros cuadros dolorosos más<br />
comunes, habiendo sido publicadas cifras de sospecha clínica de<br />
esta patología de tan sólo el 15% 2 . La enfermedad puede afectar<br />
a la aorta ascendente o comenzar en la descendente. La gravedad<br />
es mayor cuando la aorta ascendente está afectada, con una mortalidad<br />
intrahospitalaria de aproximadamente el 32% 3 .<br />
La <strong>TC</strong> y la <strong>RM</strong> han mostrado una sensibilidad y especificidad en<br />
el diagnóstico de estas enfermedades cercanas al 100% 4 . Ambas<br />
técnicas, junto con la ETE, son las de elección para el diagnóstico<br />
del SAA. Esta última suele estar fuera del campo de los radiólogos<br />
y por ello no va a ser tratada aquí. En la actualidad son la <strong>TC</strong> y la<br />
<strong>RM</strong> las técnicas de estudio habitual ante la sospecha clínica de patología<br />
aórtica aguda. Ambas son equiparables y, por tanto, utilizables<br />
ante la sospecha de SAA, sin embargo la mayor rapidez del estudio<br />
de <strong>TC</strong>, en pacientes a menudo en estado crítico, y su mayor<br />
reproducibilidad y disponibilidad hacen que ésta sea la técnica de<br />
elección en la valoración de los pacientes con sospecha de patología<br />
aórtica aguda. La <strong>RM</strong> debe quedar como técnica de segunda<br />
línea, reservada para pacientes hemodinámicamente estables, en<br />
los que exista contraindicación para el uso de los contrastes yodados,<br />
así como para aclarar dudas en el diagnóstico de la enfermedad<br />
o para confirmar aspectos de patología subyacente no diagnosticable<br />
con <strong>TC</strong>, como puede ser la insuficiencia valvular aórtica.<br />
La posibilidad de patología aórtica aguda es una urgencia que pone<br />
al radiólogo en una situación de máxima alerta, porque de él depende:<br />
Francisco M. Tardáguila Montero<br />
— Realizar un diagnóstico correcto que posibilitará una terapéutica<br />
agresiva, frecuentemente una gran cirugía.<br />
— Provocar consecuencias fatales para el paciente si no se diagnostica<br />
la enfermedad (falso negativo).<br />
— Condicionar la indicación incorrecta de una cirugía de elevada<br />
mortalidad si se diagnostica una enfermedad inexistente<br />
(falso positivo).<br />
ASPECTOS TÉCNICOS<br />
La rapidez de los avances tecnológicos hace imposible la descripción<br />
de una técnica estándar en la <strong>TC</strong>, de forma que ésta<br />
depende de la tecnología disponible, helicoidal o multidetector en<br />
cualquiera de sus versiones. El espesor de corte si es posible no<br />
debe superar los 5 mm y la cantidad de contraste variará según las<br />
características de la máquina, utilizándose flujos altos de 3-5 ml/s.<br />
En la <strong>RM</strong> se deben realizar secuencias eco de gradiente 3D tras la<br />
administración de gadolinio. Si las condiciones del paciente lo permiten<br />
se recomienda, además, realizar secuencias de sangre negra<br />
EPI-SE-T1, secuencias eco de gradiente sangre blanca o secuencias<br />
TrueFISP y secuencias HASTE.<br />
Algunos aspectos relevantes de la técnica, tanto para la <strong>TC</strong> como<br />
para la <strong>RM</strong>, son:<br />
1. A la hora de programar el estudio, debemos incluir toda la<br />
aorta, desde la porción mediastínica de los troncos supraaórticos<br />
hasta el final de las ilíacas primitivas (Fig. 11.1). Esto es<br />
así por las siguientes razones:<br />
— En las disecciones, la falsa luz frecuentemente se extiende<br />
a lo largo de toda la aorta y puede verse progresiva<br />
dilatación de la misma, con formación de aneurismas y<br />
ruptura u obstrucción vascular en el punto de reentrada,<br />
frecuentemente en las ilíacas (Fig. 11.1).<br />
— Se ha descrito que en un pequeño porcentaje (5%) de las<br />
disecciones la falsa luz sólo se identifica en el abdomen 5 .<br />
—La presencia de patología en la aorta es frecuentemente<br />
multifocal. Según un estudio, el 29% de los aneurismas se<br />
extendieron desde la aorta torácica a la abdominal y en un<br />
12% de ellos había aneurismas múltiples en la aorta torácica<br />
y abdominal sin continuidad entre ellos 6 .
9 4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
2. Es necesario optimizar el contraste consiguiendo imágenes<br />
con el máximo realce de la aorta (Fig. 11.2), bien mediante<br />
test para el cálculo del tiempo de llegada o con métodos<br />
automáticos, si se dispusiera de ellos (bolus tracking, smart<br />
prep, etcétera).<br />
3. Siempre que sea posible, se deben realizar dos adquisiciones<br />
sucesivas de toda la aorta con contraste, en dos apneas<br />
consecutivas. Esto permitirá visualizar la luz verdadera,<br />
con máximo realce en el primer dinámico, y la luz falsa, habitualmente<br />
con flujo más lento en el segundo (Fig. 11.5), permitiendo<br />
valorar mejor la salida de los troncos arteriales que<br />
puedan partir desde esta luz 7 .<br />
4. Los estudios deben visualizarse en la estación de trabajo con<br />
técnicas de postproceso, MPR, MIP, volume rendering, etc.,<br />
con objeto de identificar con la mayor claridad posible todos<br />
los aspectos importantes de esta enfermedad. Es obligado<br />
visualizar siempre las imágenes fuente, ya que con técnicas<br />
volumétricas puede no verse el «flap» (Fig. 11.6)<br />
LAS ENFE<strong>RM</strong>EDA DES<br />
Disección aórtica (DA)<br />
Es un proceso que comienza con la disrupción de la pared de<br />
la aorta. La ruptura de la íntima provoca la entrada de la sangre en<br />
el interior de la pared del vaso, separando las capas de la media, formándose<br />
así un falso canal limitado externamente por la parte respetada<br />
de la pared aórtica, que comprende la parte externa de la<br />
media, y la adventicia y separado internamente de la luz verdadera<br />
por una pared formada por la íntima y el resto de la media. Esta capa<br />
que separa las dos luces es lo que se conoce en la literatura como<br />
el «flap» intimal, o más correctamente íntimo-medial. La nueva luz<br />
así formada presenta flujo en su interior, gracias a que distalmente<br />
vuelve a perforar el «flap», conectando nuevamente con la luz del<br />
vaso a través de un orificio de reentrada. El diámetro externo de la<br />
luz del vaso frecuentemente permanece normal, por lo que el término<br />
de aneurisma disecante no es apropiado, debiendo ser abandonado<br />
y sustituido por el de disección. Se habla de «disección aórtica<br />
aguda» en aquellos casos en los que el diagnóstico es realizado<br />
durante las dos primeras semanas, tras los primeros síntomas. Después<br />
de este período se denomina «disección aórtica crónica» 7 .<br />
El inicio de la disección tiene lugar en los puntos de mayor estrés<br />
hidráulico, fundamentalmente en la pared lateral derecha de la aorta<br />
ascendente y en el segmento proximal de la aorta torácica descendente<br />
1 .<br />
Comúnmente los hombres se encuentran más afectados que<br />
las mujeres (1,5/1) 2 y su máxima incidencia ocurre en la sexta y<br />
séptima década de la vida, siendo la HTA mal controlada el factor<br />
predisponente más frecuentemente encontrado. Cuando ocurre<br />
en pacientes por debajo de los 40 años, las disecciones suelen asociarse<br />
a otras causas subyacentes, entre las que destacan necrosis<br />
quística de la media, valvulopatía aórtica, coartación e iatrogenia<br />
(cateterismos o cirugía).<br />
El diagnóstico se basa en la demostración del «flap» intimal que<br />
separa la luz verdadera de la falsa. La identificación del punto de<br />
disrupción de la íntima y del comienzo de la doble luz permite clasificarlas<br />
en dos tipos, A y B (clasificación de Stanford), según comiencen<br />
proximales a la salida de la subclavia izquierda o distales a la<br />
misma (Figs. 11.1 y 11.2). Otra clasificación utilizada en algunos<br />
centros es la de De Bakey, la correspondencia entre ambas se expone<br />
en la tabla 11.1. La importancia de clasificarlas correctamente<br />
es grande, ya que las de tipo A, que son la mayoría de las disecciones,<br />
con una frecuencia que varía según las series entre 60-80%<br />
del total 2, 3 , son siempre quirúrgicas; mientras que las del tipo B, en<br />
las que sólo se afecta la aorta descendente, no son necesariamente<br />
indicación de cirugía (Tabla 11.1).<br />
El «flap» se puede disponer realizando un recorrido lineal, siendo<br />
fácil de seguir en todo su trayecto, pero otras veces muestra<br />
algunos hechos atípicos que conviene conocer:<br />
— «Flap» de recorrido espiral que hace cambiar la situación<br />
de una luz con respecto a la otra, según la zona de la aorta.<br />
— Existencia de un «flap» circunferencial por desprendimiento<br />
de toda la íntima.<br />
— Presencia de un «flap» con morfología fusiforme, engrosándose<br />
distalmente por la formación de hematoma en la<br />
íntima desprendida.<br />
— Existencia de tres o más luces falsas (signo del Mercedes-Benz).<br />
— Intususcepción íntimo-intimal.<br />
Una vez demostrado el «flap», y realizado por tanto el diagnóstico,<br />
la responsabilidad del radiólogo no ha concluido, ya que<br />
existen una serie de aspectos, que son importantes para la toma<br />
de decisión del cirujano, sobre los que debemos pronunciarnos<br />
siempre que sea posible. Son los siguientes:<br />
— Comienzo de la disección (tipo A o B).<br />
— Punto de reentrada (Fig. 11.1) (extensión de la disección).<br />
— Identificación de la luz verdadera y de la luz falsa y la relación<br />
de la salida de los troncos vasculares con cada una de<br />
las luces (Fig. 11.8)<br />
— Además en los de tipo A debe especificarse si existe:<br />
— • Afectación de los troncos supraaórticos. Cuáles y hasta<br />
dónde (Fig. 11.6)<br />
— • Posible afectación del ostium de las coronarias (Fig. 11.4)<br />
— • Signos de insuficiencia valvular aórtica (<strong>RM</strong> modo cine).<br />
— • Derrame pericárdico asociado (Fig. 11.3).<br />
Es importante de cara a la planificación de la cirugía o para la reparación<br />
endovascular diferenciar en todo su recorrido la luz verdadera<br />
de la luz falsa. En ocasiones esto se convierte en un problema práctico,<br />
que nos dificulta señalar de qué luz salen cada una de las arterias<br />
viscerales abdominales. Por esta razón debemos conocer las características<br />
típicas de cada luz 8 , que se resumen en la tabla 11.2.<br />
A menudo existen puntos de comunicación entre ambas luces<br />
que son debidos al ostium de salida de las arterias intercostales o lumbares<br />
que han sido rotas por el paso de la sangre por la falsa luz 1 (Figs.<br />
11.7 y 11.8). La reentrada de la luz falsa se puede producir a diferentes<br />
niveles: aorta abdominal, ilíacas u otras ramas aórticas.<br />
Hematoma intramural (HI)<br />
El HI fue descrito por Krukenburg en 1920 9 . Es una hemorragia<br />
localizada en la media de la pared aórtica y puede ser definida<br />
como una disección sin «flap» íntimal ni presencia de flujo en la luz<br />
TABLA 11.1<br />
Correspondencia de las clasificaciones<br />
de Stanford y De Bakey<br />
Lugar de afectación Stanford De Bakey<br />
Solo aorta ascendente A II<br />
Solo aorta descendente B III<br />
Ascendente y descendente A I<br />
Descendente y abdominal B III-B
TABLA 11.2<br />
Criterios para diferenciar la luz verdadera y la luz falsa<br />
Luz verdadera Luz falsa<br />
Menor tamaño Mayor tamaño<br />
Forma redonda Forma de cuarto creciente<br />
Parte interna del cayado y descendente Parte externa del cayado y descendente<br />
Flujo más rápido Flujo más lento y a menudo bidireccional<br />
Interior homogéneo Imágenes en tela de araña (patognomónico)<br />
N o signo pico Signo pico (ángulo agudo «flap»-pared externa)<br />
C alcificación de la pared externa Sin calcio en la pared externa<br />
Trombos muy poco frecuentes Frecuente presencia de trombos<br />
C alcio excéntrico en el «flap» de su lado Calcio excéntrico en el «flap» hacia el otro lado<br />
falsa (Fig. 11.9). La explicación clásica a la formación de los HI es<br />
que se producirían secundariamente a la ruptura espontánea de la<br />
vasa vasorum, esto teóricamente justificaría la ausencia de ruptura<br />
de la íntima, que lo diferenciaría de la DA clásica, puesto que no<br />
existe puerta de entrada para la sangre acumulada en la pared. Sin<br />
embargo, existe evidencia en la literatura de la existencia de pequeñas<br />
rupturas de la íntima en un número apreciable de casos de HI,<br />
aunque no se detectara con los medios de imagen 10, 11 . Exista o no<br />
una pequeña lesión intimal, ésta no es la única condición necesaria<br />
para que la sangre se acumule y se forme un hematoma en la pared<br />
del vaso, sino que además es necesario la ausencia de un orificio<br />
de comunicación (reentrada) desde el hematoma de la pared hacia<br />
la luz del vaso que permita a la sangre acumulada vaciarse. La inexistencia<br />
de reentrada hace imposible la presencia de flujo en su interior.<br />
Existe controversia sobre el mecanismo causal que desencadena<br />
el HI y, al menos, hay en teoría tres posibilidades:<br />
1. Desarrollo de una hemorragia por sangrado espontáneo de<br />
la vasa vasorum dentro de la pared de la aorta.<br />
2. Existencia de una placa de ateroma ulcerada que actuaría<br />
como una vía de entrada de la sangre hacia la media.<br />
3. Que se produzca la trombosis de la falsa luz en una disección<br />
clásica.<br />
La presentación clínica del HI es indistinguible de la disección<br />
clásica, pero existen discrepancias en la literatura sobre si su pronóstico<br />
y tratamiento son los mismos. Se clasifican, al igual que las<br />
disecciones, en tipo A y B y, similarmente, se propone cirugía en<br />
los de tipo A, que son los que presentan mayor índice de complicaciones<br />
y mayor mortalidad 12, 13 .<br />
La evolución espontánea de los HI es variable, habiéndose documentado<br />
las siguientes posibilidades:<br />
1. Resolución del HI con normalización de la luz y la pared aórtica<br />
14 (Fig. 11.9).<br />
2. Evolución a aneurismas saculares o fusiformes 15 .<br />
3. Desarrollo de úlceras que desde la luz verdadera penetran<br />
en la luz falsa como bolsas llenas de sangre 15 .<br />
4. Conversión del hematoma en una disección con «flap» íntimal,<br />
esta eventualidad parece ser más frecuente en los hematomás<br />
de tipo A 13 .<br />
El hallazgo radiológico en <strong>TC</strong>, que permite realizar el diagnóstico,<br />
es la identificación en los estudios sin contraste de un engrosamiento<br />
de la pared, con forma de cuarto creciente, en los cortes<br />
axiales, hiperdenso con respecto a la luz de la aorta y que se<br />
extiende a lo largo del vaso en una longitud variable. Se pueden<br />
observar calcificaciones en la íntima desplazada (Fig. 11.9 b). Tras<br />
la administración del contraste, no se visualiza paso del mismo hacia<br />
SÍN DRO ME AÓ RTIC O AG UDO 9 5<br />
la zona de engrosamiento que permanece<br />
invariable, su pared externa puede mostrar<br />
realce. En <strong>RM</strong> en secuencias T1 sangre negra<br />
puede apreciarse el hematoma hiperintenso<br />
y en los estudios EG sangre blanca o en los<br />
estudios TrueFISP puede verse el hematoma<br />
hipointenso con respecto a la luz, traduciendo<br />
la ausencia de flujo. Tras la administración<br />
de gadolinio no se produce el paso del contraste<br />
a la zona del hematoma. Al igual que<br />
en <strong>TC</strong> la pared externa del hematoma suele<br />
mostrar realce.<br />
Úlcera aterosclerótica penetrante (UAP)<br />
La UAP es descrita por Stansong en el año 1986, como una<br />
entidad clínica diferenciada 16 . Consiste en una lesión aterosclerótica<br />
ulcerada que penetra la lámina elástica y está asociada con formación<br />
de hematoma dentro de la media de la pared aórtica 17 .<br />
Esta lesión se produce en pacientes con arterosclerosis <strong>avanzada</strong><br />
y suele estar limitada a la íntima, siendo asintomática hasta que<br />
la ulceración progresa y se hace más profunda, llegando a traspasar<br />
la lámina elástica y penetrando en la media. Clásicamente esta<br />
lesión asienta en la aorta torácica y lleva aparejada la existencia concomitante<br />
de cierto grado de hematoma en la media. Las posibilidades<br />
evolutivas de estas lesiones son múltiples:<br />
— Por una parte, la pared aórtica debilitada puede romperse<br />
y provocar una ruptura aórtica espontánea, que es una rara<br />
entidad en cuya génesis puede estar frecuentemente una<br />
UAP 17 .<br />
— En otras ocasiones, la pared adelgazada y debilitada por la<br />
UAP puede dilatarse y transformarse en un aneurisma sacular<br />
1, 16, 17 .<br />
— La disrupción de la pared por la UAP puede provocar la<br />
entrada de sangre y formarse una disección clásica, si<br />
encuentra un punto de reentrada a la luz verdadera que<br />
permita el establecimiento de flujo 1, 17 .<br />
— La entrada de sangre en la pared no consigue establecer<br />
una comunicación distal con la luz verdadera, trombosándose<br />
y dando lugar a un HI 1 .<br />
Algunas úlceras pueden aparecer en la evolución espontánea<br />
de un HI, siendo consideradas nuevas disrupciones intimales, presumiblemente<br />
secundarias al debilitamiento de la pared de la íntima<br />
y llamativamente más comunes en aorta ascendente y arco<br />
aórtico, en hematomas tipo A. Esto sugiere que el estrés hidráulico,<br />
mayor en aorta ascendente y arco aórtico que en la descendente,<br />
es un factor determinante a la hora de lesionar nuevamente<br />
la íntima debilitada por el hematoma preexistente 15 .<br />
Radiológicamente se visualizan en <strong>TC</strong> y <strong>RM</strong> como imágenes de<br />
sumación, con forma de cráter, con el mismo grado de opacificación<br />
por el contraste que el resto de la luz, similares semiológicamente<br />
a úlceras o divertículos vistos en otros órganos (por ejemplo<br />
en el tubo digestivo) (Figs. 11.10 y 11.11). Su localización más<br />
habitual es el tercio distal de la aorta torácica (Fig.11.10). Se acompaña<br />
de engrosamiento variable de la pared aórtica adyacente, probablemente<br />
traduciendo el hematoma acompañante, con realce<br />
de su parte externa (Figs. 11.10 y 11.11). La íntima, habitualmente<br />
calcificada, suele estar desplazada hacia el interior de la luz. Las<br />
UAP pueden en ocasiones ser múltiples y afectar incluso a la aorta<br />
abdominal.
9 6 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Figura 11. 2. Disección tipo A en paciente<br />
con S. de Marfan, asentando en una aorta<br />
ascendente con dilatación aneurismática.<br />
Figura 11.3. Disección tipo A con «flap» en<br />
la aorta ascendente (cabeza de flecha) y descendente.<br />
Presencia de derrame pericárdico.<br />
Figura 11.1. Disección tipo B. La falsa luz, con menor<br />
realce que la verdadera, comienza por detrás de la salida<br />
de la subclavia izquierda (cabeza de flecha) y se<br />
extiende a lo largo de toda la aorta. La reentrada en la<br />
ilíaca izquierda está provocando obstrucción de la misma<br />
(flecha).<br />
Figura 11.4. «Flap» intimal en aorta descendente<br />
en una disección tipo B. Obsérvese<br />
la salida normal de las coronarias y la morfología<br />
de los senos valvulares.<br />
a b<br />
Figura 11.5. Disección tipo B (a) primer dinámico y (b) segundo dinámico. Obsérvese el mayor<br />
grado de realce de la luz verdadera en (a) y de la luz falsa en (b).<br />
a b<br />
Figura 11.6. <strong>RM</strong> de disección tipo A. En (a) la imagen MIP no permite<br />
apreciar con claridad el «flap» en el cayado. En (b) la imagen<br />
fuente permite visualizar el «flap» en el arco aórtico, con afectación<br />
de la subclavia izquierda (cabeza de flecha).
a b<br />
Figura 11.7. Disección tipo B. En (a) la falsa luz aparece debilmente realzada. A un nivel inferior<br />
(b) las dos luces tienen similar grado de realce lo cual está en relación con una comunicación<br />
(cabeza de flecha) por ruptura del «flap» intimal.<br />
a<br />
c<br />
Figura 11.9. En (a) y (b) se aprecia un hematoma<br />
intramural que estenosa la luz aórtica.<br />
Nótese en (b) una calcificación de la íntima<br />
desplazada (cabeza de flecha). (c) y (d) nuevo<br />
<strong>TC</strong> dos meses más tarde muestra la resolución<br />
espontánea del hematoma.<br />
b<br />
d<br />
a b<br />
Figura 11.11. a) <strong>RM</strong> sangre negra, mostrando<br />
una gran úlcera penetrante con engrosamiento<br />
de la pared. En (b) se aprecia la úlcera<br />
y el realce externo de la pared.<br />
SÍN DRO ME AÓ RTIC O AG UDO 9 7<br />
Figura 11.8. <strong>RM</strong> mostrando perforación del<br />
«flap» (cabeza de flecha). Apréciese que el<br />
realce de la luz falsa es mayor distalmente.<br />
Figura 11.10. <strong>RM</strong> de úlcera penetrante de<br />
aorta descendente con realce de la pared<br />
externa (flecha), que aparece desplazada de<br />
el cráter por el hematoma acompañante.
9 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Existe mucha controversia al respecto del pronóstico, algunas<br />
opiniones hacen referencia a un pronóstico peor que el de DA clásica<br />
16, 17, 18 , sin embargo existen otros autores que encuentran lesiones<br />
estables en el tiempo o con progresión muy lenta. De hecho,<br />
las UAP son muchas veces hallazgos ocasionales, sin síntomás clínicos,<br />
que prácticamente no varían o lo hacen con extrema lentitud 19 .<br />
La cirugía se propone en aquellas lesiones que cursan con dolor no<br />
controlable, HI en aumento e inestabilidad hemodinámica o en aquellas<br />
en las que se demuestra progresión tras un seguimiento estricto<br />
en el primer mes 17 , reservándose una actitud expectante para las<br />
UAP asintomáticas o aquellas que se asientan en pacientes con riesgos<br />
quirúrgicos graves, que deben someterse a controles sucesivos.<br />
Relación disección-hematoma-úlcera<br />
Realmente las relaciones entre estas tres entidades son evidentes<br />
y hay autores que las agrupan formando parte de la DA,<br />
que incluiría como variantes de la misma el HI, la DA clásica y<br />
la UAP 20, 21, 22 . O tros, sin embargo, las reúnen bajo otros nombres<br />
como el que encabeza este artículo, SAA, que englobaría<br />
estas tres entidades, que pueden ocurrir con un mecanismo<br />
fisiopatológico común o de forma independiente.<br />
Sigue existiendo discusión sobre el hecho de que el daño de la<br />
íntima esté en relación con complicaciones derivadas de la existencia<br />
de una placa de ateroma que se ulcera y pone en marcha<br />
el proceso. Los detractores de esta teoría 23 niegan esta asociación<br />
en base a los hechos siguientes:<br />
1. La aterosclerosis provoca atrofia y fibrosis de la media, y esto<br />
más que provocar la posibilidad de disección, la limitaría.<br />
2. La disección clásica es más común en la aorta ascendente<br />
(tipo A), en donde la ateromatosis es rara.<br />
3. Algunas disecciones clásicas están en relación con causas ajenas<br />
a la arteriosclerosis.<br />
Otros argumentan una inequívoca asociación de estas patologías:<br />
1. El grupo de población al que afectan con más frecuencia es<br />
el mismo: varones por encima de la sexta década con HTA.<br />
2. La localización de las lesiones es coincidente en gran número<br />
de ocasiones: más frecuente en aorta torácica descendente<br />
(disecciones tipo B, HI y UAP), que es un territorio<br />
de asiento habitual de las lesiones ateroscleróticas.<br />
3. Se ha documentado la evolución de UAP a DA y a HI 17 .<br />
4. Igualmente se ha documentado la evolución desde HI a UAP<br />
y a DA 15 .<br />
5. También ha sido publicado la evolución de una DA a HI 24 .<br />
Por todo lo anterior cabe deducir que en un importante grupo<br />
de pacientes, las tres entidades forman parte del espectro de una<br />
misma enfermedad, que presentan como causa subyacente la aterosclerosis<br />
con la ulceración, que pone en marcha el mecanismo<br />
de desarrollo de una de las tres manifestaciones. Igualmente la UAP<br />
es probablemente muy responsable de la formación de aneurismas<br />
saculares de aorta torácica y de la ruptura aórtica espontánea.<br />
Un grupo indeterminado de pacientes tiene otros mecanismos<br />
etiopatogénicos, sobre todo en aquella patología que afecta<br />
a la aorta proximal, en los cuales el daño intimal no necesariamente<br />
guarda relación con la aterosclerosis. Este grupo comprende<br />
un elevado número de anomalías, entre las que se encuentran<br />
las siguientes: regurgitación aórtica, válvula aórtica bicúspide,<br />
coartación aórtica, síndrome de Marfan, enfermedad de Takayasu,<br />
síndromes de Turner y Noonan, enfermedad poliquística del<br />
adulto, síndrome de Ehlers-Danlos y osteogénesis imperfecta.<br />
También parecen ser factores de riesgo la terapia con corticoides,<br />
el embarazo, la historia familiar de disección y las enfermedades<br />
del colágeno 22 . Por último, la iatrogenia (cirugía, cateterismos,<br />
etcétera) sería responsable de un número indeterminado de<br />
casos.<br />
CAUSAS DE ERRORES<br />
EN EL DI AGNÓSTICO<br />
Existen imágenes clásicas que son o pueden ser causas de errores<br />
(«pitfalls») y que conviene conocer, aunque sea de forma<br />
resumida25 .<br />
Artefactos lineales<br />
Debidos a interfases de alto contraste, movimientos cardíacos<br />
o material de alta atenuación fuera del paciente (cables, tubos,<br />
electrodos, etc.) o dentro de él (cables de marcapasos, prótesis<br />
cardíacas, etc.). Suelen verse como imágenes lineales que se<br />
proyectan sobre la aorta, sobre todo la torácica, simulando un «flap».<br />
Debemos tratar de minimizarlos evitando en lo posible objetos externos,<br />
pero son casi siempre identificables en la imagen cuando son<br />
revisadas cuidadosamente, cambiando la ventana, lo que permite<br />
identificar en muchas ocasiones que la imagen que simula el «flap»<br />
atraviesa la pared externa del vaso. Las reconstrucciones multiplanares<br />
demuestran la no continuidad de estas imágenes a través de<br />
la luz del vaso.<br />
Estructuras periaórticas<br />
El receso pericárdico superior puede simular disección o HI,<br />
lesiones adyacentes a la aorta también pueden ser confundidas con<br />
una doble luz (restos tímicos, fibrosis periaórtica, linfoma, etc.). La<br />
salida y división de estructuras vasculares del arco aórtico sometidas<br />
a efecto de volumen parcial pueden simular «flap» intimal. La<br />
solución siempre será la revisión sistemática de las imágenes y las<br />
reconstrucciones que permiten diferenciar estas estructuras.<br />
Movimientos de la pared aórtica y senos<br />
aórticos normales<br />
En la raíz de la aorta se producen imágenes lineales curvilíneas<br />
debido a los movimientos de la raíz aórtica con la sístole y la diástole,<br />
clásicamente se extienden entre las 12 y la 1 hasta las 6 o las<br />
7 en un hipotético reloj situado sobre la aorta. Estos artefactos tradicionalmente<br />
se reducen a uno o dos cortes sucesivos. Los senos<br />
de Valsalva pueden simular la íntima desplazada, pero su localización<br />
exclusiva en la raíz aórtica al nivel de la salida de la arteria<br />
coronaria izquierda permite descartarla.<br />
Variantes normales<br />
Clásicamente existe un discreto ensanchamiento de la luz de la<br />
aorta en la región del istmo, en el comienzo de la aorta descen-
dente; este ensanchamiento es típicamente anteromedial y de bordes<br />
obtusos, representa un hallazgo normal y no debe ser confundido<br />
con aneurismas traumáticos, que se asientan en la misma<br />
localización.<br />
CONCLUSIONES<br />
El radiólogo ocupa un papel fundamental en el manejo de pacientes<br />
con SAA, por ello es particularmente relevante el conocimiento<br />
de estas enfermedades y de sus claves diagnósticas. Debe<br />
tratar de responder a todas las cuestiones diagnósticas, que pueden<br />
aportar ayuda al clínico para la elección de la mejor opción<br />
terapéutica. Debe conocer los errores más comunes y tratar de<br />
evitarlos.<br />
En los casos de patología grave, donde los radiólogos nos sentimos<br />
presionados por los clínicos, debemos tratar de evitar sobre<br />
todo errores de precipitación que nos hagan caer en dos fallos frecuentes:<br />
— Realizar exploraciones técnicamente deficientes que dificultarán<br />
el diagnóstico.<br />
— Emitir un diagnóstico precipitado, antes de estudiar detenidamente<br />
las imágenes en la estación de trabajo.<br />
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320.
12<br />
Tromboembolismo pulmonar: angiografía<br />
pulmonar con <strong>TC</strong> helicoidal y A<strong>RM</strong> 3D con contraste<br />
INTRODUCCIÓN<br />
La primera descripción del tromboembolismo pulmonar (TEP)<br />
es atribuida a Laenec en 1819, aunque fue Virchow en 1846<br />
quien estableció la relación entre trombosis venosa y TEP. Wharton<br />
y Pierson en 1922 describieron las primeras alteraciones radiológicas<br />
del TEP en una Rx de tórax1 . En relativamente poco tiempo<br />
la angiografía pulmonar con <strong>TC</strong> helicoidal se ha reconocido<br />
como un importante test diagnóstico para detectar el TEP central<br />
y segmentario 2, 3, 4 . La aparición de las <strong>TC</strong> helicoidal multidetector<br />
ha mejorado la seguridad de la angiografía pulmonar con<br />
<strong>TC</strong> helicoidal para la detección de coágulos a nivel subsegmentario5,<br />
6 .<br />
FISIOPATOLOGÍ A<br />
Jaime Fernández Cuadrado y M. Isabel Torres Sánchez<br />
La enfermedad tromboembólica, que engloba la trombosis<br />
venosa profunda (TVP) y el TEP, es un importante problema<br />
diagnóstico todavía no resuelto en el que están implicados numerosos<br />
factores de riesgo, algunos de ellos primarios o genéticos<br />
(mutación del factor V, déficit de antitrombina, proteína C…) y<br />
otros secundarios o adquiridos (inmovilización prolongada, tabaquismo,<br />
procesos oncológicos, toma de anticonceptivos…). Virchow<br />
describió una serie de factores que predisponían a la formación<br />
de trombos que constituyen su famosa tríada: a) daño<br />
endotelial, b) éstasis sanguíneo y c) hipercoagulabilidad 7 .<br />
Las consecuencias fisiopatológicas del TEP dependen del tamaño<br />
del émbolo y de la reserva cardiopulmonar del paciente. Hay<br />
dos consecuencias importantes del TEP:<br />
1. La obstrucción arterial pulmonar produce la liberación de<br />
agentes vasoactivos (serotonina, tromboxanos A2), que<br />
causan un incremento de la resistencia vascular pulmonar<br />
con aumento de la presión arterial y del espacio muerto<br />
alveolar y redistribución del flujo sanguíneo, creándose<br />
áreas de alteración del intercambio gaseoso que estimulan<br />
los receptores causantes de la hiperventilación alveolar.<br />
2. La isquemia distal del parénquima pulmonar. La oclusión<br />
de vasos de gran tamaño o de más del 60% del lecho arte-<br />
rial da como resultado un incremento súbito de la presión<br />
arterial y disminución del gasto cardíaco, con un fallo del<br />
corazón derecho con edema pulmonar e, incluso, la muerte.<br />
Si los vasos son pequeños el TEP puede pasar desapercibido.<br />
FRECUENCI A<br />
La incidencia real de esta enfermedad es desconocida. En<br />
EEUU existen unos 500.000 casos documentados cada año.<br />
Silverstein y cols. estiman la incidencia en 69 casos por cada<br />
100.000 habitantes 8 . La prevalencia del TEP en autopsias de<br />
pacientes hospitalizados oscila entre el 14-26%, de los cuales un<br />
tercio no se diagnostica previamente 9 . La frecuencia en autopsias<br />
en general está entre el 52-64% con técnicas de disección meticulosas<br />
y correlación microscópica 10 . El TEP, fundamentalmente,<br />
es una enfermedad de personas mayores. El incremento de la<br />
enfermedad tromboembólica con la edad es mayor en hombres<br />
que en mujeres.<br />
CLÍNICA<br />
Y TEST DE LA BORATORIO<br />
Las manifestaciones clínicas del TEP dependen del grado de<br />
extensión de la oclusión vascular y de la patología de base del<br />
paciente. El 97% de los pacientes debutan con: disnea de comienzo<br />
súbito, taquipnea, dolor de tipo pleurítico y hemoptisis. Ninguno<br />
de estos síntomas es específico, por lo que pueden aparecer en<br />
otras enfermedades. Los tests de laboratorio más usados son: la<br />
presión arterial de oxígeno (PaO 2), el gradiente alveolo-arterial de<br />
oxígeno y los niveles de dímero-D. Niveles normales de dímero-<br />
D excluyen enfermedad tromboembólica, mientras que niveles elevados<br />
deben ser interpretados en el contexto clínico del paciente.<br />
Los factores de riesgo genéticos están siendo investigados y pueden<br />
jugar un papel en el futuro dentro de los tests de laboratorio,<br />
especialmente el factor V Leiden que tiene una prevalencia del 3-<br />
6% en la población caucásica y está asociado a un incremento del<br />
riesgo de padecer trombosis.
1 0 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
ANGIOGRAFÍ A PULMONA R<br />
CON <strong>TC</strong> HELICOIDAL<br />
La <strong>TC</strong> helicoidal ha crecido rápidamente en popularidad como<br />
herramienta diagnóstica del TEP agudo. Es una técnica no invasiva<br />
que requiere sólo la inyección de un contraste yodado y una<br />
mínima colaboración del paciente y pone de manifiesto no sólo la<br />
circulación pulmonar sino también el resto de las estructuras pulmonares<br />
y mediastínicas, proporcionando alternativas diagnósticas.<br />
El protocolo de realización es muy importante para evitar fallos inherentes<br />
a la técnica. Se programa una espiral, si es posible que abarque<br />
todo el tórax o, como mínimo, desde el arco aórtico hasta<br />
2 cm por debajo de las venas pulmonares inferiores, en dirección<br />
caudocraneal o craneocaudal. En equipos de <strong>TC</strong> helicoidal con una<br />
sola corona de detectores el grosor de corte oscila entre 2-3 mm,<br />
pitch 2-1,6, incremento de reconstrucción de 1,5-2 mm. En los <strong>TC</strong><br />
multidetector se realizará colimación más fina dependiendo de la<br />
tecnología disponible (0,75, 1, 1,5 mm, etc.). Los Kv y mA se ajustan<br />
en función del grosor del paciente y se mantiene a éste con mascarilla<br />
de O 2 durante la exploración para facilitar la apnea. Se inyectan<br />
entre 100-125 ml de contraste IV no iónico (300 mg I/ml) a una<br />
velocidad de 3-4 ml/s. con un retardo entre 15-17 segundos o monitorizando<br />
la circulación pulmonar para calcular el tiempo exacto de<br />
tránsito y evitar artefactos por mal relleno de las arterias pulmonares.<br />
La venografía con <strong>TC</strong> puede realizarse en la misma exploración<br />
sin añadir contraste adicional y con muy pocos minutos más. Tiene<br />
la ventaja sobre el US de MMII de que permite visualizar el territorio<br />
ilíaco y la VCI. Aproximadamente un 17% de los pacientes tiene<br />
trombos en las venas abdominales y pélvicas y un 4% tiene trombos<br />
aislados en la VCI y/o ilíacas sin trombosis en MMII11 . No existe<br />
un único protocolo de realización, pero la mayoría efectúan una<br />
<strong>TC</strong> secuencial desde el diafragma hasta las rodillas con un grosor de<br />
corte de 5-10 mm y un desplazamiento de 20-50 mm después de<br />
tres minutos de comenzar la inyección de contraste IV.<br />
INTERPRETACIÓN<br />
DE LA IM AGEN<br />
Una óptima opacificación de los vasos pulmonares y un buen<br />
conocimiento de la anatomía broncovascular son la clave para<br />
una correcta interpretación de la angiografía pulmonar con <strong>TC</strong> helicoidal.<br />
Las imágenes axiales obtenidas directamente son de mejor<br />
calidad que las reconstrucciones multiplanares, pero estas últimas<br />
pueden ayudar a confirmar verdaderos defectos de repleción intravasculares.<br />
La consola de trabajo es esencial y nos ayuda en la interpretación.<br />
El TEP puede ser agudo o crónico. Cuando el émbolo se sitúa<br />
centralmente en la luz del vaso o lo ocluye totalmente (Fig. 12.1) se<br />
considera agudo. Si el émbolo se localiza excéntricamente, en contigüidad<br />
con la pared del vaso con o sin calcificación, se considera<br />
crónico (Fig. 12.2). Las estenosis abruptas, el afilamiento vascular<br />
semejando membranas, los defectos saculares y el patrón en mosaico<br />
son otros hallazgos que se pueden ver en el TEP crónico. Dependiendo<br />
de su localización, el TEP agudo se clasifica en central (arterias<br />
centrales y lobares) (Fig. 12.3) y periférico (arterias segmentarias<br />
y subsegmentarias) (Fig. 12.4). La prevalencia aproximada del TEP<br />
es del 51% en el territorio central, del 27% en el segmentario y del<br />
22% en el territorio subsegmentario aisladamente 12 .<br />
Figura 12.2. Embolismo<br />
pulmonar crónico.<br />
La <strong>TC</strong> helicoidal<br />
axial con contraste (3<br />
mm de colimación)<br />
demuestra una asimetría<br />
de tamaño<br />
entre ambas arterias<br />
lobares inferiores y un<br />
defecto de repleción<br />
excéntrico en la arteria<br />
lobar inferior izquierda.<br />
Figura 12.4. Embolismo<br />
agudo periférico<br />
en una paciente de 30<br />
años con disnea de<br />
comienzo súbito con<br />
antecedentes de toma<br />
de anticonceptivos y<br />
obesidad. La <strong>TC</strong> helicoidal<br />
axial con contraste<br />
(3 mm de colimación)<br />
muestra un<br />
trombo circular aislado<br />
en una arteria subsegmentaria<br />
del LSI.<br />
Figura 12.1. Embolismo<br />
pulmonar<br />
agudo. La <strong>TC</strong> helicoidal<br />
axial con contraste<br />
(3 mm de colimación)<br />
muestra defectos<br />
de repleción<br />
en ambas arterias<br />
pulmonares principales,<br />
con oclusión total<br />
de las arterias lobares<br />
inferiores.<br />
Figura 12.3. Embolismo<br />
agudo central<br />
en paciente de 50<br />
años con antecedente<br />
de cirugía previa<br />
15 días antes. La <strong>TC</strong><br />
helicoidal axial con<br />
contraste muestra un<br />
trombo en «silla de<br />
montar» entre ambas<br />
arterias principales.
TRO MBO EMBO LISMO PULMO N AR: AN G IO G RAFÍA PULMO N AR C O N <strong>TC</strong> HELIC O IDAL Y A<strong>RM</strong> 3D C O N C O N TRASTE 1 0 3<br />
FUENTES DE ERROR<br />
n gran número de errores en la interpretación de la angio-<br />
Ugrafía pulmonar con <strong>TC</strong> helicoidal deriva del desconocimiento<br />
de la anatomía y de las posibles fuentes de error13,14 . Las venas<br />
pulmonares no rellenas de contraste constituyen una de las principales<br />
causas de confusión. El efecto de volumen parcial de los bronquios,<br />
que acompañan a las arterias que no tienen una dirección<br />
vertical, puede simular un trombo. Un bronquio con paredes calcificadas<br />
y contenido mucoso puede simular un defecto de repleción<br />
intravascular. Los ganglios linfáticos aparecen como focos de<br />
bajo valor de atenuación de morfología triangular interpuestos entre<br />
la arteria pulmonar y el bronquio. Entre un 2-4% de las exploraciones<br />
son no concluyentes por artefactos de movimiento. El movimiento<br />
cardíaco también puede contribuir a degradar la imagen<br />
(artefacto fantasma). Un inadecuado realce de contraste, el artefacto<br />
lineal en la VCS, una ventana o centro incorrectos, así como<br />
las consolidaciones parenquimatosas y el derrame pleural pueden<br />
originar falsos positivos.<br />
SEGURIDA D DI AGNÓSTICA<br />
DE LA <strong>TC</strong> HELICOIDAL<br />
La sensibilidad de la <strong>TC</strong> helicoidal para el TEP central es del<br />
100%, sin embargo es inferior cuando se incluyen los vasos<br />
subsegmentarios (53-91%), concretamente con una especificidad<br />
entre el 81-100% 15 . Qanadli en un estudio de 204 pacientes encontró<br />
una sensibilidad del 90% con una especificidad del 94% y con<br />
un valor predictivo positivo del 94% y predictivo negativo del 90% 16 .<br />
Hay un amplio rango en la incidencia del TEP subsegmentario aislado,<br />
que varía desde un 5% en el estudio PIOPED hasta un 36%<br />
en otros estudios17 ; sin embargo el verdadero significado clínico de<br />
los pequeños émbolos aislados no ha sido demostrado aún. La<br />
angiografía pulmonar demuestra los vasos subsegmentarios en<br />
mayor detalle que la <strong>TC</strong> helicoidal, aunque la superposición de los<br />
pequeños vasos es un factor que reduce la concordancia interobservador<br />
al 45% para el territorio subsegmentario; siendo ésta en<br />
la <strong>TC</strong> helicoidal, para el mismo territorio, del 75-96%. Muchas instituciones<br />
incluyen la <strong>TC</strong> helicoidal como la primera herramienta<br />
diagnóstica en el estudio del TEP. Con la aparición de los <strong>TC</strong> helicoidal<br />
multidetector y la posibilidad de realizar la venografía con <strong>TC</strong><br />
helicoidal en la misma exploración, el papel de la <strong>TC</strong> helicoidal es<br />
mucho más importante. Se han publicado cambios en las arterias<br />
pulmonares y en el parénquima pulmonar después del TEP, habiéndose<br />
descrito, aunque las series son pequeñas, que el 48% se resuelve<br />
completamente, el 52% muestra cambios residuales en las arterias<br />
y el 13% desarrolla tromboembolismo crónico 18, 19 . En las<br />
trombosis venosas periféricas (TVP) en más del 50% de los pacientes<br />
persisten cambios residuales a los seis meses.<br />
RESONANCI A M AGNÉTICA<br />
EN EL TROMBOEMBOLISMO<br />
PULMONA R<br />
La angiografía por resonancia magnética (angio-<strong>RM</strong>) ha sufrido<br />
un espectacular desarrollo en el estudio de la patología vascular<br />
en los últimos años. Obtener imágenes de la vascularización pul-<br />
monar ha sido un reto por múltiples razones, como por ejemplo<br />
por los artefactos de susceptibilidad que se producen por las interfases<br />
aire-tejidos en el pulmón si el tiempo de eco (TE) no es lo suficientemente<br />
corto, así como por los artefactos por movimientos<br />
respiratorios y cardíacos que junto con la pulsatilidad arterial pueden<br />
causar borrosidad de las estructuras vasculares a estudio 20, 21 .<br />
Hasta hace pocos años se han estado empleando técnicas de<br />
<strong>RM</strong> convencionales (SE, T O F) con resultados frecuentemente<br />
pobres debido a los múltiples artefactos, especialmente de flujo;<br />
además eran exploraciones excesivamente largas por lo que nunca<br />
han sido incorporadas de rutina a la práctica clínica diaria 22 .<br />
Actualmente la utilización de secuencias de eco de gradiente<br />
rápidas con adquisición en 3D, en el plano coronal o sagital, junto<br />
con el uso de gadolinio, nos permite realzar la señal de la sangre<br />
debido al acortamiento de los tiempos de relajación T1, obteniendo<br />
un buen mapa de la vascularización pulmonar con elevada resolución<br />
en una apnea (Fig. 12.5).<br />
TÉCNICA<br />
R<br />
ecientemente el desarrollo de las secuencias de pulso y el<br />
incremento de intensidad de los gradientes nos permiten el<br />
uso de TR muy cortos, lo que facilita la adquisición de una imagen<br />
tridimensional con un número razonable de cortes en una sola<br />
apnea. Esto nos minimiza los artefactos de movimiento respiratorio,<br />
haciendo este abordaje ideal para obtener imágenes de la vascularización<br />
pulmonar22 .<br />
Es recomendable utilizar antenas phased array de torso ya que<br />
ofrecen una excelente relación señal/ruido 23 .<br />
Tras realizar un localizador con secuencias eco de gradiente<br />
rápidas con respiración libre, algunos autores recomiendan la realización<br />
de secuencias HASTE en apnea con el fin de ver posibles<br />
alteraciones en el parénquima pulmonar como infartos pulmonares<br />
o derrame pleural, además de servirnos para una mejor localización<br />
de la secuencia 3D 24 .<br />
Es importante recordar que para lograr imágenes diagnósticas<br />
de calidad es necesario adquirir los datos en apnea, por lo que la<br />
administración de oxígeno durante la prueba a pacientes habitualmente<br />
con función respiratoria comprometida puede ser de gran<br />
ayuda.<br />
El TE debe de ser el menor posible, en general menor a<br />
2-3 ms, con el fin de minimizar los artefactos por susceptibilidad<br />
magnética. El TR debe de ser menor a 5-6 ms para que se puedan<br />
obtener los datos mientras se contiene la respiración.<br />
Figura 12.5. Anatomía<br />
vascular: subvolumen<br />
MIP de una<br />
adquisición coronal en<br />
eco de gradiente 3D<br />
con contraste.
1 0 4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
El grosor de corte debe de ser el menor posible, en general<br />
menor a 2-2,5 mm.<br />
La angio-<strong>RM</strong> 3D con contraste puede ser adquirida en cualquier<br />
plano. La adquisición coronal se usa para la mayoría de los<br />
casos, ya que las arterias de interés pueden estudiarse en una sola<br />
apnea. El plano sagital también puede utilizarse, realizando dos<br />
apneas con dos emboladas de contraste, una para cada pulmón 25 .<br />
En cuanto a la administración de contraste intravenoso, se obtienen<br />
buenos resultados utilizando de 20 a 40 ml/paciente (dosis<br />
recomendada por la mayoría de los autores) con un flujo de<br />
1,5-3 ml/s.<br />
La mayoría de los autores, inicialmente, usaban empíricamente<br />
dosis de contraste de 0,2 a 0,3 mmol/kg con buenos resultados<br />
en la práctica clínica. Hany y cols. probaron diferentes dosis de contraste<br />
en voluntarios sanos y demostraron que la relación señal/ruido<br />
en la arteria pulmonar principal aumenta con el incremento de la<br />
dosis de contraste. Con 0,05 mmol/kg sólo el 50% de los segmentos<br />
tenían contraste diagnóstico, pero el 89% eran visibles con<br />
0,1 mmol/kg, el 98% con 0,2 mmol/kg y el 99% con 0,3 mmol/kg 26 .<br />
Para optimizar la relación señal/ruido el relleno de las líneas centrales<br />
del espacio K, que define el contraste, debe realizarse durante<br />
el pico máximo de la concentración de gadolinio en las arterias<br />
pulmonares. Inicialmente la mayoría de los autores utilizaban un<br />
retraso de 10-15 s de forma empírica en todos los pacientes.<br />
Actualmente se utilizan métodos de detección del bolo para<br />
determinar el momento de la llegada del contraste y acoplarlo con<br />
el relleno de las líneas centrales del espacio K.<br />
INTERPRETACIÓN<br />
DE LAS IM ÁGENES<br />
Se debe hacer en una estación de trabajo capaz de realizar<br />
reconstrucciones multiplanares (MPR) e imágenes de MIP que<br />
nos permitan analizar cada arteria pulmonar más allá del nivel segmentario<br />
(Fig. 12.6).<br />
Aunque la mayoría de las anomalías vasculares se pueden diagnosticar<br />
en las imágenes fuente (particiones), a veces los émbolos<br />
se alojan en los puntos donde existe un cambio brusco de calibre,<br />
por ejemplo, en las bifurcaciones, siendo difícil en una fina sección<br />
aislada diferenciar una bifurcación normal de una que contenga un<br />
pequeño émbolo, porque sólo un pequeño componente del vaso<br />
se incluye en el corte. Es muy útil en esta situación obtener imágenes<br />
MIP. Pequeños subvolúmenes MIP de 1 a 2 cm son ideales,<br />
Figura 12.6. Adquisición<br />
coronal en secuencia<br />
HASTE: infarto<br />
pulmonar derecho<br />
que muestra alta señal.<br />
ya que muestran una imagen en perspectiva de los vasos bifurcándose.<br />
Subvolúmenes más grandes son menos útiles porque existe<br />
solapamiento de muchos vasos, aunque dan una buena visión de<br />
conjunto 27 .<br />
Sin embargo, debido a que frecuentemente existe un grado de<br />
relleno venoso no deseado, es útil obtener subvolúmenes MIP<br />
mayores para seguir los vasos hasta el hilio con el fin de diferenciar<br />
arterias de venas.<br />
Es importante solapar las imágenes para excluir los artefactos<br />
de amputación de los vasos que abandonan el volumen. El solapamiento<br />
nos asegura la continuidad de un vaso de un volumen a<br />
otro.<br />
Otras técnicas de manipulación, como la rotación o la reconstrucción<br />
multiplanar, generalmente nos ayudan a aumentar la seguridad<br />
para determinar la presencia o ausencia de émbolos 27, 28, 29 .<br />
SIGNOS DE EMBOLISMO<br />
PULMONA R<br />
Los signos más fiables de embolismo pulmonar son el defecto<br />
de llenado intravascular y el signo del émbolo en «raíl de tren»<br />
(Fig. 12.7).<br />
Otros signos, como la amputación de un vaso, no deben ser<br />
valorados de manera aislada, ya que en primer lugar es un signo<br />
inespecífico y puede ser por un artefacto porque el vaso se haya<br />
salido del volumen MIP sobre todo en los vasos subsegmentarios.<br />
Las irregularidades vasculares y la hipovascularización deben ser<br />
ignoradas si se presentan de forma aislada.<br />
El volumen entero MIP frecuentemente muestra signos de hipoperfusión,<br />
pero los émbolos pueden ser oscurecidos por el algoritmo<br />
MIP que reproduce múltiples cortes en una imagen.<br />
ESTUDIOS CLÍNICOS<br />
Se han publicado varios estudios prospectivos y ciegos que evalúan<br />
la precisión de la angio-<strong>RM</strong> 3D con contraste para detectar<br />
embolismo pulmonar, comparándola con la angiografía convencional.<br />
Un primer estudio publicado por Meaney y cols. 30 compara<br />
la A<strong>RM</strong> con la angiografía convencional en 30 pacientes. Otros<br />
como el publicado por Gupta y cols. 27 , por un lado, o el de Oudkerk<br />
y cols. 25 por otro, comparan esta técnica con la angiografía por<br />
sustracción digital en 36 y 141 pacientes, respectivamente. La sen-<br />
Figura 12.7. Embolismo<br />
pulmonar: defectos<br />
de llenado intraluminales<br />
bilaterales.
TRO MBO EMBO LISMO PULMO N AR: AN G IO G RAFÍA PULMO N AR C O N <strong>TC</strong> HELIC O IDAL Y A<strong>RM</strong> 3D C O N C O N TRASTE 1 0 5<br />
sibilidad de la angio-<strong>RM</strong> oscila en estas publicaciones entre el 77 y<br />
el 100% y la especificidad entre el 95 y el 98%. En todos los casos<br />
la sensibilidad decrece en lo que respecta a los émbolos subsegmentarios,<br />
cuya importancia, por otro lado, es origen de gran controversia<br />
22 . Si los pacientes con pequeños émbolos subsegmentarios<br />
aislados no son considerados clínicamente importantes, entonces<br />
la <strong>RM</strong> y la <strong>TC</strong> deben sustituir a la arteriografía convencional. Si fueran<br />
considerados como subsidiarios de tratamiento, utilizando estas<br />
dos técnicas, estaríamos infravalorando el diagnóstico de embolismo<br />
pulmonar.<br />
TÉCNICAS COMPLEMENTARIAS<br />
Y DIRECCIONES FUTURAS<br />
A<br />
lgunos autores sugieren que el estudio dinámico de perfusión<br />
con <strong>RM</strong> tras la administración de una pequeña dosis<br />
de contraste previa a la angio-<strong>RM</strong> 3D puede mejorar el diagnóstico<br />
del embolismo pulmonar 24, 28 . No se requiere una alta<br />
resolución espacial en este tipo de estudios, quedando asegurada<br />
la resolución temporal al utilizar equipos con altos gradientes.<br />
Las imágenes de perfusión se obtienen utilizando secuencias eco<br />
de gradiente 2D o 3D con TR y TE ultracortos, antes y después<br />
de la inyección intravenosa de contraste 31 . Las imágenes no realzadas<br />
se sustraen de las realzadas y la imagen final es un mapa<br />
selectivo de la perfusión pulmonar (Figs. 12.8 y 12.9). Además<br />
se pueden obtener curvas de captación intensidad-tiempo para<br />
describir el curso de la captación 28, 32 . La presencia de defectos<br />
de perfusión de manera aislada, sin otra evidencia de embolismo<br />
pulmonar, no nos ofrece más información que una gammagrafía<br />
de perfusión, sin embargo un defecto de perfusión relevante<br />
en un territorio vascular puede aumentar la precisión<br />
diagnóstica en hallazgos equívocos 20 .<br />
Resulta posible estudiar la ventilación pulmonar con <strong>RM</strong> utilizando<br />
gases nobles hiperpolarizados que nos permiten obtener<br />
imágenes de alta resolución espacial y temporal de los espacios<br />
aéreos del pulmón. También se pueden obtener imágenes de ventilación<br />
pulmonar utilizando oxígeno como agente de contraste<br />
paramagnético 33, 34 .<br />
El desarrollo de contrastes intravasculares de larga vida media<br />
puede ser de interés en el estudio de la vascularización pulmonar,<br />
y los avances son prometedores. Permiten obtener imágenes de<br />
alta resolución durante la respiración libre, con la ayuda de sincronización<br />
respiratoria o eco navegadores para eliminar los artefactos<br />
de movimiento respiratorio 22 .<br />
Figura 12.8. Estudio<br />
de perfusión normal<br />
utilizando técnicas<br />
de sustracción.<br />
LIMITACIONES Y ERRORES<br />
DE INTERPRETACIÓN<br />
La angio-<strong>RM</strong> está limitada en términos de resolución espacial y,<br />
por lo tanto, no es satisfactoria para detectar émbolos subsegmentarios.<br />
La resolución espacial y la cobertura completa del volumen pulmonar,<br />
que actualmente están restringidas, son las claves para mejorar<br />
la sensibilidad y la especificidad del diagnóstico del embolismo<br />
pulmonar28 . La mejora de las antenas nos ofrecerá una mayor relación<br />
señal/ruido. Además ya se están consiguiendo TR más cortos<br />
con las nuevas generaciones de gradientes que nos permitirán la<br />
cobertura total del tórax, incluyendo los vasos subsegmentarios en<br />
una sola apnea.<br />
La existencia de atelectasias o de derrame pleural puede dar<br />
lugar a una mala visualización de los vasos pulmonares. La superposición<br />
de arterias y venas puede presentar asimismo un problema,<br />
resultando útiles las MPR para evitarlo 35 .<br />
Los artefactos de susceptibilidad que ocurren por las interfases<br />
aire-tejidos pueden oscurecer el detalle de la imagen.<br />
Los artefactos de movimiento respiratorio y cardíaco pueden<br />
causar borrosidad, haciendo difícil el diagnóstico en el caso de embolismos<br />
segmentarios y subsegmentarios.<br />
Cuando un émbolo sólo es parcialmente obstructivo puede<br />
quedar oculto en un grosor MIP por problemas de volumen parcial,<br />
por lo que es muy importante valorar primero las imágenes<br />
fuente y ayudarnos de MPR.<br />
Si no existen otros signos definitivos, un defecto de perfusión<br />
de forma aislada no debe considerarse como prueba de embolismo<br />
pulmonar ya que puede ser visto en otras patologías como<br />
bullas, enfisema o invasión vascular por un tumor. Además estos<br />
defectos pueden ser posicionales, dada la tendencia a una mayor<br />
perfusión en las porciones dependientes del pulmón.<br />
CONCLUSIONES<br />
La angio-<strong>RM</strong> 3D con contraste es una técnica útil para obtener<br />
imágenes de las arterias pulmonares y es muy precisa para<br />
demostrar émbolos centrales, lobares y segmentarios, pero no es<br />
del todo fiable para demostrar émbolos subsegmentarios 27 .<br />
Una de las ventajas de la angio-<strong>RM</strong> 3D frente a otras técnicas<br />
diagnósticas como la <strong>TC</strong> es que utiliza contrastes no nefrotóxicos,<br />
los riesgos de reacción al contraste son muy bajos y no utiliza radiación<br />
ionizante 36-39 , por lo que es una técnica que ha demostrado<br />
Figura 12.9. Estudio<br />
de perfusión: Defectos<br />
de perfusión múltiples<br />
en ambos pulmones.
1 0 6 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
ser específicamente útil en pacientes con gammagrafía de V/Q de<br />
probabilidad indeterminada y contraindicación de uso de contrastes<br />
yodados 40 .<br />
Además, podemos realizar una venografía de miembros inferiores<br />
durante la misma exploración para valorar la presencia de<br />
TVP 28 .<br />
Un estudio de angio-<strong>RM</strong> con contraste puede ser completado<br />
con un estudio de perfusión, en el cual la presencia de un defecto<br />
de perfusión sin otra evidencia de embolismo pulmonar no ofrece<br />
más información que el estudio isotópico de perfusión, sin embargo<br />
puede aumentar la precisión diagnóstica en los casos de hallazgos<br />
equívocos 20 .<br />
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770.
13<br />
Angio-<strong>RM</strong> y angio-<strong>TC</strong><br />
de miembros inferiores<br />
Julio Palmero da Cruz, Joaquín Gil Romero, Jorge Guijarro Rosaleny<br />
y Elena Lonjedo Vicent<br />
INTRODUCCIÓN<br />
En el presente capítulo vamos a tratar exclusivamente la patología<br />
arterial vascular periférica obliterante, producida la mayoría<br />
de las veces por causa ateromatosa. No vamos a considerar la<br />
patología aneurismática, en la que sabemos que la angio-<strong>RM</strong> y sobre<br />
todo el angio-<strong>TC</strong> son técnicas de imagen superiores a las demás,<br />
incluida la angiografía por sustracción digital (DSA).<br />
El diagnóstico de la patología arterial periférica obliterante se<br />
realiza básicamente por la clínica del paciente (claudicación intermitente),<br />
la exploración física (características del pulso arterial a diferentes<br />
niveles) y por la medida segmentaria de presión arterial (índice<br />
tobillo-brazo). Muchas veces el tratamiento es médico combinado<br />
con el ejercicio físico. De las técnicas disponibles para el estudio<br />
morfológico de la patología vascular arterial periférica (ultrasonidos<br />
Doppler-color, <strong>TC</strong> helicoidal, angio-<strong>RM</strong> y DSA), la DSA se sigue<br />
considerando como el gold standard para la evaluación de esta patología;<br />
sin embargo, es una técnica invasiva con ciertas limitaciones,<br />
no exenta de complicaciones relacionadas con la punción arterial<br />
y la administración de contraste iodados.<br />
Los estudios arteriales por imagen de miembros inferiores<br />
requieren el análisis de la aorta abdominal, del sector ilíaco y el arterial<br />
de ambos miembros inferiores, incluyendo la salida distal hasta<br />
la vascularización del pie. En ellos hemos de evaluar adecuadamente<br />
el grado y la longitud de las estenosis en los diferentes segmentos<br />
y obtener una información clara de dónde empieza y dónde acaba<br />
el vaso sano, para poder planificar correctamente una intervención.<br />
En los últimos años existen numerosas publicaciones referentes<br />
a la utilización de técnicas no invasivas, angio-<strong>RM</strong> y angio-<strong>TC</strong>,<br />
como alternativa a la DSA para el estudio de la patología arterial<br />
periférica. A éstas se les debe de pedir la misma información que<br />
a la DSA, y deben resultar suficientes para planificar una intervención.<br />
ANGIO- <strong>RM</strong><br />
En un principio se utilizaron las técnicas basadas en el desplazamiento<br />
de fase (PC) y realce por flujo (T OF), pero presentaban<br />
limitaciones importantes. En la actualidad la mayoría de estos<br />
problemas han sido resueltos con los equipos de alto campo de<br />
1,5 Teslas. Para la obtención de imágenes arteriales de alta calidad<br />
es necesario optimizar la técnica y deben ser considerados diferentes<br />
parámetros:<br />
1. Secuencias de pulso de adquisición rápida potenciadas en<br />
T1 (3D) eco de gradiente: incrementan la intensidad de<br />
señal del flujo sanguíneo tras la administración de contraste.<br />
2. Volumen y tiempo de inyección del contraste: a medida que<br />
aumenta la dosis de contraste mejora la calidad del estudio,<br />
disminuyen los artefactos y mejora la confianza diagnóstica;<br />
en este aspecto se han mostrado mejores las dosis de contraste<br />
de 0,3 mmol/kg que las de 0,1 mmol/kg 1 . El pico de<br />
concentración en sangre del gadolinio depende del tiempo<br />
de inyección del bolo de contraste, una inyección rápida de<br />
2-5 ml/s es la más adecuada.<br />
3. Retraso en la adquisición: es el factor más importante para<br />
la obtención de imágenes arteriales bien contrastadas y para<br />
que no presenten artefactos debidos a falta de homogeneidad<br />
del bolo y a tinción venosa.<br />
4. Tiempo de imagen y tiempo de apnea: el tiempo de imagen<br />
debe ser lo suficientemente corto para que pacientes<br />
incluso debilitados puedan mantener la apnea durante las<br />
adquisiciones en abdomen.<br />
5. Grosor de los cortes: cortes entre 1-2 mm son apropiados<br />
para el estudio de la aorta abdominal y los miembros inferiores.<br />
6. Selección de las bobinas: con la utilización de bobinas de cuerpo<br />
se pueden obtener imágenes de buena calidad en aorta<br />
abdominal, arterias ilíacas y arterias femorales; sin embargo,<br />
en el sector poplíteo y distal la utilización combinada de bobinas<br />
de superficie acopladas en fase (phase-array) mejora la<br />
obtención de una alta señal en los vasos más periféricos.<br />
7. La sustracción, necesaria para evitar las señales de fondo, es<br />
especialmente importante en miembros inferiores para eliminar<br />
la señal del gadolinio circulante en las venas, si se han<br />
realizado inyecciones previas del mismo como test, o para<br />
la adquisición de otras secuencias 2, 3, 4, 5 .<br />
La utilización de una técnica inapropiada puede provocar artefactos<br />
que limitan el diagnóstico. Los artefactos más comunes que<br />
nos podemos encontrar son:
1 0 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
1. Cobertura inapropiada, evitable controlando adecuadamente<br />
el volumen de adquisición tanto en proyecciones coronales<br />
como sagitales.<br />
2. Pseudodisección (línea central oscura en el vaso y paralela<br />
al mismo).<br />
3. Artefactos de fase (sombras paralelas al vaso con una intensidad<br />
de señal alta), en relación con el volumen y tiempo de<br />
inyección del contraste, el retraso en la adquisición y el tiempo<br />
de imagen y de apnea.<br />
En la enfermedad oclusiva de miembros<br />
inferiores se deben estudiar con gran precisión<br />
largos segmentos del cuerpo, visualizando<br />
claramente desde la aorta abdominal<br />
hasta la vascularización distal en el pie.<br />
Si la técnica se optimiza, encontramos en<br />
la bibliografía resultados diagnósticos similares<br />
entre la DSA y la angio-<strong>RM</strong>, cuando<br />
se estudian lesiones estenóticas hemodinámicamente<br />
significativas (mayores del<br />
50%) u oclusiones. La sensibilidad y la especificidad<br />
están entre el 92 y el 97% según<br />
las diferentes series. El problema de la<br />
angio-<strong>RM</strong> está en las estenosis del 50% o<br />
menores, que pueden ser sobrestimadas e<br />
interpretadas como estenosis mayores del<br />
50%. En los casos de estenosis menores<br />
del 50% la sensibilidad y la especificidad<br />
están entre el 70 y el 90% según las diferentes<br />
series 5, 6, 7 .<br />
Una de las limitaciones que se ha atribuido<br />
a la angio-<strong>RM</strong> es la dificultad que se<br />
cuentra para la valoración adecuada de los<br />
vasos más distales. Sin embargo, un estudio<br />
comparativo 8 entre la DSA (con una técnica<br />
optimizada y con inyecciones selectivas)<br />
y la angio-<strong>RM</strong> (con estudio específico del<br />
área de interés) revela salida distal con angio-<br />
<strong>RM</strong> en un 38% de los pacientes en los que<br />
no se había visualizado con la DSA, mostrando<br />
vasos pedios permeables adecuados<br />
para by-pass distal que no se habían visualizado<br />
en la DSA.<br />
En la valoración de la angio-<strong>RM</strong> se<br />
deben tener en cuenta los vacíos de señal<br />
causados por la existencia de clips quirúrgicos<br />
y de stents metálicos, los cuales pueden<br />
simular la existencia de estenosis severa.<br />
Respecto a los stents arteriales, producen<br />
mucho más artefacto de vacío de señal los<br />
stents de acero que los de nitinol, aunque<br />
en éstos tampoco puede ser valorada adecuadamente<br />
la estenosis intrastent 9, 10 (Figs.<br />
13.1-13.6).<br />
ANGIO-<strong>TC</strong><br />
La posibilidad de realizar estudios de<br />
angio-<strong>TC</strong> de miembros inferiores surge<br />
como consecuencia de las nuevas generaciones<br />
de <strong>TC</strong> helicoidal, siendo recomen-<br />
dable reducir al máximo el grosor de los cortes (3 mm o menos)<br />
y utilizar intervalos de reconstrucción con solapamiento de aproximadamente<br />
el 50%. Al mismo tiempo se requieren estudios que<br />
cubran grandes longitudes, desde la aorta abdominal hasta el pie,<br />
con una única inyección de contraste y adquirir las imágenes en fase<br />
arterial. Es conveniente la realización de un bolo de prueba de<br />
15 ml en el lugar elegido para calcular el pico máximo del contraste<br />
y determinar así el retraso en la adquisición. El contraste suele<br />
Figuras 13.1 y 13.2. Angio-<strong>RM</strong> y DSA del sector aorto-ilíaco en el que se aprecia estenosis<br />
de ilíaca común izquierda de aproximadamente el 90%. El estudio de DSA se realizó por abordaje<br />
femoral izquierdo, para realizar tratamiento endovascular con stent.<br />
Figuras 13.3 y 13.4. Angio-<strong>RM</strong> y DSA del<br />
sector ilíaco. Oclusión completa de ilíaca común<br />
e ilíaca externa del lado izquierdo. En la angio-<br />
<strong>RM</strong> se aprecia la repermeabilización en femoral<br />
común a través de arteria circunfleja. En la<br />
DSA la repermeabilización se visualizó en fases<br />
más tardías de la inyección de contraste.
Figura 13.5. Angio-<strong>RM</strong> del sector fémoropoplíteo.<br />
Oclusión de femoral superficial bilateral<br />
con repermeabilización en porción distal<br />
de las mismas. Ambas poplíteas son permeables,<br />
con lesiones ateromatosas difusas sin existencia<br />
de estenosis significativas.<br />
administrarse a un flujo de 3,5-4 ml/s por un volumen total de 130-<br />
180 ml 11-13 .<br />
El postprocesado de las imágenes adquiridas es fundamental<br />
para la obtención de imágenes diagnósticas. La presentación debe<br />
ser la misma que la de la DSA, pues estamos hablando de más de<br />
700 imágenes axiales fuente. La reconstrucción más habitual es la<br />
MIP (Proyección de máxima intensidad) y también, más actualmente,<br />
el volume rendering. La reconstrucción MIP puede mostrar<br />
el árbol vascular com-pleto en una única imagen, pero presenta<br />
algunas limitaciones. Los huesos y calcificaciones densas pueden<br />
ocultar la luz arterial. Cuando hay placas calcificadas extensas es difícil<br />
conseguir imágenes MIP con valor diagnóstico. La calcificación<br />
continua de la pared arterial puede producir un falso diagnóstico<br />
de permeabilidad, mientras que el proceso de borrado de las calcificaciones<br />
puede producir un falso diagnóstico de estenosis de alto<br />
grado u oclusión 14, 15 .<br />
Estudios recientes, comparando con la DSA 15 , hablan de una<br />
especificidad del 96,8 y 97,7% y una sensibilidad del 92,2 y 88,6%<br />
para detectar estenosis severas ( > 75%) y oclusiones, respectivamente.<br />
El menor porcentaje de sensibilidad se debe, en la mayoría<br />
de los casos, al diagnóstico incorrecto de permeabilidad arterial<br />
por parte de la <strong>TC</strong>, ocasionado por importantes calcificaciones<br />
vasculares difusas, aunque probablemente un número de estos seg-<br />
Figura 13.6. Angio-<strong>RM</strong> del sector distal. En<br />
el miembro derecho se aprecia poplítea<br />
permeable con permeabilidad de arteria tibial<br />
anterior sin existencia de lesiones significativas.<br />
Oclusión de tronco tibio-peroneo desde<br />
su origen con repermeabilización de arteria<br />
tibial posterior en su tercio proximal y repermeabilización<br />
de arteria peronea en su tercio<br />
distal. En el miembro izquierdo se aprecia<br />
poplítea permeable con permeabilidad de arteria<br />
tibial anterior con estenosis de aproximadamente<br />
el 50% en su tercio medio. Oclusión<br />
de tronco tibio-peroneo desde su origen<br />
con repermeabilización de arteria peronea.<br />
No existe repermeabilización de arteria tibial<br />
anterior.<br />
AN G IO -<strong>RM</strong> Y AN G IO -<strong>TC</strong> DE MIEMBRO S IN FERIO RES 1 0 9<br />
mentos estarían permeables, pero no<br />
habrían sido visualizados en la DSA debido<br />
a la insuficiente opacificación vascular<br />
distal por una oclusión o artefacto de movimiento<br />
(Figs. 13.7-13.10).<br />
DISCUSIÓN<br />
Desde que aparecieron hace 10 años<br />
las primeras publicaciones sobre<br />
angio-<strong>RM</strong>, los avances en los equipos, las<br />
técnicas empleadas y la utilización de contrastes<br />
han hecho de la angio-<strong>RM</strong> una técnica<br />
alternativa real a la DSA en la valoración<br />
de la enfermedad arterial vascular<br />
periférica. En la actualidad existen muchos<br />
artículos comparando la angio-<strong>RM</strong> con la<br />
DSA, obteniendo resultados muy parecidos<br />
en cuanto al diagnóstico de las lesiones<br />
arteriales obliterantes, sobre todo si<br />
las lesiones corresponden a estenosis<br />
hemodinámicamente significativas. La posibilidad<br />
de sobrestimar, con la angio-<strong>RM</strong>,<br />
lesiones estenóticas inferiores al 50% nos<br />
podría inducir en ciertos casos a planificar<br />
tratamientos de lesiones que no son<br />
hemodinámicamente significativas. Este<br />
problema queda obviado si se tiene en<br />
cuenta que estas lesiones son tratadas de<br />
forma endovascular, mediante angioplastia<br />
o stent, por lo que se realiza siempre un<br />
estudio arterial en el mismo acto, pero previamente<br />
al tratamiento endovascular.<br />
La angio-<strong>RM</strong> se está comparando con<br />
la DSA como referencia estándar en<br />
ausencia de una técnica más precisa16 ; sin<br />
embargo, hay que considerar también las<br />
limitaciones de la DSA. En las lesiones arteriales no concéntricas<br />
existen limitaciones provocadas por la proyección realizada en la<br />
DSA, muchas veces en un único plano. Asimismo, hay vasos de<br />
salida distal permeables que no son visualizados en la DSA, incluso<br />
selectiva, por problemas de artefactos de movimiento y de salida<br />
y dilución del contraste; sin embargo, como se demuestra en<br />
algunas publicaciones, estos vasos pueden ser vistos con la angio-<br />
<strong>RM</strong>, modificando así la actitud terapéutica y evitando amputaciones8<br />
.<br />
La cuestión es si la angio-<strong>RM</strong> está en condiciones de sustituir<br />
totalmente a la DSA en el diagnóstico de la patología arterial periférica<br />
y con ésta planificar una intervención quirúrgica.<br />
En el momento actual, con los equipos de última generación y<br />
con una optimización de la técnica disponible, la angio-<strong>RM</strong> es la<br />
técnica adecuada para el estudio arterial de los miembros inferiores,<br />
evitando en la mayoría de los casos la realización de DSA. Se<br />
consigue utilizar una técnica no invasiva, que no necesita la radiación<br />
ionizante y el uso de contrastes nefrotóxicos.<br />
Estudios preliminares con equipos de 3 Teslas 17 y otros estudios<br />
realizados mediante los nuevos contrastes con doble concentración<br />
de gadolinio19 presentan resultados en los que puede mejorar significativamente<br />
la calidad de los estudios de angio-<strong>RM</strong> a nivel periférico.
1 1 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Figuras 13.7 y 13.8. Angio-<strong>TC</strong> de aorta abdominal y miembros inferiores<br />
y reconstrucción MIP en coronal y sagital. Permeabilidad de los<br />
sectores estudiados sin existencia de lesiones significativas.<br />
La angio-<strong>TC</strong> es de utilidad en pacientes que no son candidatos<br />
a la realización de una angio-<strong>RM</strong> y no tienen accesos adecuados<br />
para la realización de la DSA. Tiene ventajas respecto a la angio-<br />
<strong>RM</strong> en los enfermos portadores de prótesis intraarteriales, pudiéndose<br />
valorar la permeabilidad de las mismas sin existencia de artefactos,<br />
asimismo, evitamos los artefactos producidos en los pacientes<br />
que son portadores de clips quirúrgicos. El gran inconveniente de<br />
la angio-<strong>TC</strong> es la presencia de calcificaciones importantes, especialmente<br />
en los troncos distales, que hacen muy difícil la valoración<br />
de la permeabilidad de los mismos tanto en las reconstrucciones<br />
MIP como en las imágenes fuente.<br />
La angio-<strong>RM</strong> y la angio-<strong>TC</strong> tienen la ventaja de ofrecer toda la<br />
información de tejidos y órganos (vascular y no vascular), esto es<br />
de especial interés en algunas patologías obliterantes de miembros<br />
inferiores, como el atrapamiento poplíteo, producido por una variante<br />
anatómica en la localización de la arteria poplítea que provoca<br />
compresión muscular de la misma. Nos permiten tanto el estudio<br />
de la luz arterial como de la causa del atrapamiento al recurrir a las<br />
imágenes fuente. Ambas técnicas permiten visualizar modelos tridimensionales,<br />
desde cualquier ángulo, para ver mejor una estenosis<br />
o un vaso específico.<br />
BIBLIOGRAFÍ A<br />
Figuras 13.9 y 13.10. Angio-<br />
<strong>TC</strong> en el que se aprecia oclusión<br />
de poplítea en segunda porción,<br />
con repermeabilización de la salida<br />
distal en tibial anterior permeable<br />
y tronco tibio-peroneo, con<br />
permeabilidad de tibial posterior<br />
y peronea. El resto del estudio no<br />
presenta alteraciones.<br />
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INTRODUCCIÓN<br />
14<br />
Angio-<strong>RM</strong> y angio-<strong>TC</strong><br />
de las arterias renales<br />
Ramiro Méndez Fernández y Joaquín Ferreirós Domínguez<br />
El estudio de las arterias renales es frecuente en la radiología clínica,<br />
debido a que la presencia de estenosis en las mismas es<br />
una causa tratable y relativamente frecuente de HTA y, en ocasiones,<br />
de disminución de la función renal1 . La exploración diagnóstica<br />
de referencia es la arteriografía con un catéter intraarterial (ASDIA),<br />
técnica que además en muchos pacientes puede servir también<br />
para el tratamiento, mediante la dilatación de las estenosis a través<br />
de globos o colocación de endoprótesis. Sin embargo, la elevada<br />
prevalencia de HTA en la población condiciona que el número de<br />
personas en las que clínicamente se sospecha una posible etiología<br />
vasculorrenal sea muy elevado. Por ello es deseable hacer un<br />
cribado en este grupo de pacientes con un procedimiento diagnóstico<br />
menos cruento, y así practicar una ASDIA sólo a los pacientes<br />
que se beneficien de las posibilidades terapéuticas de la técnica.<br />
Como criba se han utilizado distintas técnicas de imagen como<br />
urografía intravenosa, gammagrafía renal sin o con inhibidores de<br />
la enzima conversora de angiotensina, ecografía-Doppler, angio-<br />
a b c<br />
grafía con sustracción digital por vía venosa (ASDIV) y, finalmente,<br />
<strong>TC</strong> y <strong>RM</strong>.<br />
Aunque todas estas técnicas demostraron cierta utilidad en series<br />
de pacientes, su aplicación generalizada en la clínica no tuvo siempre<br />
el mismo éxito, ya sea por la baja validez de los resultados, la<br />
dificultad para conseguir imágenes óptimas en todos los pacientes<br />
o por la necesidad de cateterización venosa central en la ASDIV.<br />
Sólo desde la segunda mitad de los años noventa, con la introducción<br />
de la <strong>TC</strong> helicoidal y de la angio-<strong>RM</strong> con gadolinio, se ha conseguido<br />
una prueba que permite obtener imágenes diagnósticas de<br />
las arterias renales en prácticamente todos los pacientes, con una<br />
inyección de contraste en una vena periférica 2-5 .<br />
Otro grupo de personas que necesitan una valoración detallada<br />
de la vasculatura renal son los individuos sanos que se ofrecen<br />
como potenciales donantes de uno de sus riñones (Fig.14.1). Esta<br />
situación es infrecuente en España (donde la mayoría de los injertos<br />
renales proceden de cadáveres), pero no es así en otros países,<br />
como podemos deducir del gran número de artículos publicados<br />
sobre el tema 6 . También en los nefrópatas que recibieron un<br />
trasplante renal las complicaciones vasculares son frecuentes, y<br />
Figura 14.1. Estudio de angiografía y urografía por <strong>RM</strong> en una potencial donante de riñón. En el estudio angiográfico se visualizan dos arterias<br />
renales derechas (a) y una bifurcación precoz de la arteria renal izquierda (b, flecha), lo que hace que no sea una candidata ideal para<br />
donar uno de sus riñones. En la fase urográfica del estudio (c) se identifican unos sistemas excretores renales normales.
1 1 4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
cuando se sospecha es necesaria una detallada valoración de las<br />
arterias y venas del injerto renal.<br />
En general, para que una técnica de imagen sea útil en la valoración<br />
completa de estos tres grupos de pacientes es necesario que<br />
demuestre:<br />
— La morfología de las arterias renales desde la aorta al menos<br />
hasta el hilio renal (Fig. 14.2), zona en donde las posibles<br />
estenosis son tratables.<br />
— La presencia o ausencia de arterias renales accesorias o<br />
polares, así como su anatomía.<br />
— La presencia de asimetrías en el flujo sanguíneo renal.<br />
— El tamaño y grosor del parénquima de los riñones.<br />
— Asimismo, son de interés, según el caso, la detección de<br />
posibles anomalías en el drenaje venoso o en el sistema<br />
excretor del riñón nativo o trasplantado y la estimación de<br />
la función de filtrado renal.<br />
Todos estos datos son evaluables de forma sencilla e incruenta<br />
mediante angiografía por <strong>RM</strong> o <strong>TC</strong>, por lo que, hoy por hoy, son<br />
las técnicas de imagen preferidas en la evaluación diagnóstica de<br />
pacientes con HTA presuntamente vasculorrenal, en trasplantados<br />
con sospecha de problemas vasculares y en potenciales donantes<br />
de uno de sus riñones. Además, en la exploración con <strong>TC</strong> o <strong>RM</strong><br />
se pueden detectar tumores insospechados en el riñón o en las<br />
glándulas suprarrenales, que pueden condicionar también la HTA<br />
o modificar el manejo del paciente 7, 8 .<br />
ANGIO- <strong>RM</strong><br />
En los primeros años de los noventa surgen las secuencias de<br />
angio-<strong>RM</strong> sin contraste iv, basadas en el «fenómeno de entrada»<br />
(T OF: time of flight) o en el contraste de fase de los protones<br />
que se mueven por el flujo sanguíneo. Ambas técnicas (en 2D o<br />
a b<br />
c<br />
Figura 14.2. Aneurisma de la arteria renal.<br />
En la MIP de una angio-<strong>RM</strong> se identifica un<br />
aneurisma de 12 mm de diámetro en la arteria<br />
renal derecha. El paciente había sufrido una<br />
nefrectomía izquierda previa por un tumor renal.<br />
3D) se utilizaron<br />
para estudiar las<br />
arterias renales, y<br />
en algunas series<br />
se publicaron<br />
resultados aceptables.<br />
Sin embargo,<br />
la aplicación clínica<br />
no fue muy extensa.<br />
Las arterias<br />
renales están<br />
rodeadas de grasa<br />
y se mueven en<br />
cada respiración,<br />
por lo que estas<br />
secuencias, que<br />
tienen tiempos de<br />
adquisición de<br />
varios minutos,<br />
muchas veces dan<br />
imágenes con tan-<br />
tos artefactos que las hacen inservibles para el diagnóstico. Además,<br />
la pérdida de señal por desfase de los protones en zonas con<br />
flujo turbulento exagera las estenosis y puede producir falsas imágenes,<br />
por lo que la especificidad es baja. Son estudios largos y sólo<br />
son realmente válidos cuando se consigue demostrar unas arterias<br />
renales normales.<br />
A partir de la segunda mitad de los noventa se desarrolla la<br />
angio-<strong>RM</strong>, utilizando una secuencia eco de gradiente rápido 3D<br />
spoiled (con destrucción de la magnetización transversal residual) y<br />
un bolo de gadolinio iv. En esta técnica la imagen vascular depende<br />
del gran acortamiento del T1 de la sangre que produce el gadolinio<br />
en su primer paso por el árbol arterial, por lo que la pérdida<br />
de señal por flujo turbulento apenas se manifiesta. Además, el corto<br />
Figura 14.3. Arterias renales normales en pacientes con HTA. Un estudio normal de angio-<strong>RM</strong> (a) o angio-<strong>TC</strong> (b y c) en un paciente hipertenso<br />
descarta la presencia de estenosis en las arterias renales, evitando la angiografía con catéter intraarterial. La imagen d es una angio-<strong>RM</strong><br />
en una mujer hipertensa con enfermedad de Takayasu en la que se identifican unas arterias renales normales, aunque existe una oclusión completa<br />
de la aorta abdominal, justo por debajo del origen de las mismas.<br />
d
a b c<br />
Figura 14.4. Estenosis de arteria renal, en dos pacientes distintos. a y b) angio-<strong>TC</strong> (multidetector,<br />
4 canales) de una mujer con hipertensión arterial donde se identifica una arteria<br />
renal derecha normal (a) y una estenosis significativa próxima al ostium de la arteria renal<br />
izquierda (b, flecha) (Cortesía de la Dra. Jiménez Jurado.). c y d) angio-<strong>RM</strong> de un varón hipertenso.<br />
En la MIP (c) se observa una estenosis significativa en el tramo inicial de la arteria<br />
renal derecha (punta de flecha), con una dilatación postestenótica. En la reconstrucción oblicua<br />
(d) se valora mejor el grado de estenosis y se identifica una arteria polar inferior en el<br />
riñón izquierdo (flecha).<br />
tiempo de adquisición de la secuencia permite obtenerla durante<br />
una pausa respiratoria del paciente, lo que reduce muchísimo los<br />
artefactos por movimiento. Desde los inicios de su aplicación clínica<br />
se comprobó que con esta técnica se pueden conseguir imágenes<br />
arteriográficas de calidad en casi todos los pacientes y que su<br />
sensibilidad y especificidad para la detección de estenosis hemodinámicamente<br />
significativas (en general se consideran así cuando se<br />
pierde más del 50% del diámetro) de las arterias renales superan<br />
el 90% cuando se contrasta con el patrón oro angiográfico 9-12 . La<br />
reproducibilidad interobservador de la angio-<strong>RM</strong> 3D con contraste<br />
es también muy buena13 y, al menos en las primeras publicaciones,<br />
es algo menor la concordancia con la ASDIA en la medición<br />
del porcentaje de estenosis, debido fundamentalmente a la menor<br />
resolución espacial<br />
de las imágenes de<br />
a<br />
<strong>RM</strong>. Nos en-contramos<br />
pues con<br />
una técnica de<br />
imagen «poco invasora»<br />
que permite<br />
discriminar de<br />
forma fidedigna a<br />
los pacientes que<br />
se beneficiarán de<br />
una revascularización<br />
de sus riñones<br />
(Figs. 14.3 a, b, c y<br />
d y 14.4 a, b, c y<br />
d). Si a esto sumamos<br />
la au-sencia<br />
de radiaciones ioni-<br />
b<br />
zantes y que los<br />
quelatos de gadolinio<br />
son seguros<br />
en enfermos con<br />
AN G IO -<strong>RM</strong> Y AN G IO -<strong>TC</strong> DE LAS ARTERIAS REN ALES 1 1 5<br />
función renal disminuida<br />
(al menos<br />
en dosis hasta 0,3<br />
mmol/kg de<br />
peso), podemos<br />
considerarla como<br />
la prueba ideal de<br />
cribado previa al<br />
tratamiento con<br />
catéter intraarterial<br />
o, en ocasiones,<br />
al quirúrgico. En<br />
cuanto a sus limitaciones,<br />
además<br />
de las propias de la <strong>RM</strong> (marcapasos, claustrofobia, precio, disponibilidad...),<br />
están la necesidad de una perfecta sincronización entre<br />
la adquisición de las imágenes y el tránsito del bolo de contraste y<br />
la colaboración del paciente manteniendo la apnea, lo que puede<br />
plantear problemas en sordos, niños o pacientes que no pueden<br />
colaborar. Los artefactos por fenómenos de flujo no suelen ser<br />
importantes, pero sí pueden limitar el estudio los elementos o las<br />
prótesis metálicas que porte el paciente (Fig. 14.5 a).<br />
La evolución de la técnica de <strong>RM</strong> en los últimos años (gradientes<br />
de campo más potentes y rápidos, nuevas formas de muestreo<br />
del espacio k, interpolación en la reconstrucción de las imágenes,<br />
antenas de varios canales e imagen en paralelo...) ha<br />
permitido mejorar la resolución espacial de las imágenes en los<br />
tres ejes (vóxel de aproximadamente 1 mm3 ), disminuir el tiempo<br />
de adquisición (y, por tanto, de apnea, de 30-40 s a 10-20 s)<br />
y reducir la dosis de contraste (de 0,3 a 0,1 mmol/kg). Además,<br />
la introducción de bombas de inyección y técnicas de detección<br />
automática de la llegada del contraste facilitan la realización de los<br />
estudios 14 d<br />
. Estos avances se traducen en una mejor visualización<br />
de arterias de menor calibre (ramas arteriales o arterias polares<br />
menores de 2 mm) y en una más precisa estimación del grado<br />
Figura 14.5. Pacientes con estenosis de arteria renal tratada con endoprótesis. La valoración<br />
del segmento de arteria renal dilatado con una endoprótesis de acero es imposible en angio-<br />
<strong>RM</strong> (a, punta de flecha) y difícil en angio-<strong>TC</strong> multidetector (b, punta de flecha), debido<br />
a los artefactos que produce el elemento metálico. <strong>Imagen</strong> B cortesía del Dr. Caniego<br />
Monreal.
1 1 6 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
de estenosis (Fig. 14.6). Esto no quiere decir que sea necesario<br />
disponer del último equipo para conseguir estudios de calidad<br />
diagnóstica. Lo más importante es el cálculo preciso del tiempo<br />
de tránsito desde la vena periférica a la aorta, dato que se puede<br />
adquirir de forma sencilla inyectando un bolo de prueba de 1-2<br />
ml de contraste, empujado por 30 ml de suero, y repitiendo una<br />
imagen potenciada en T1. Luego, para la adquisición de la angio-<br />
<strong>RM</strong> 3D, el tener un equipo más «lento» condicionará una localización<br />
más precisa del volumen explorado, una apnea más larga<br />
del paciente y un poco más volumen de contraste; pero los resultados<br />
suelen ser buenos.<br />
El que la adquisición sea 3D y con vóxeles casi isométricos<br />
hace que el postprocesamiento de la imagen permita medir el<br />
diámetro de la arteria renal en cualquier plano y punto de su recorrido,<br />
aspecto en el que claramente la angio-<strong>RM</strong> supera a la ASD.<br />
Se han publicado muchos trabajos sobre el tipo de postprocesado<br />
más útil 15 , hecho un tanto artificioso hoy en día cuando en<br />
una estación de trabajo podemos hacer reconstrucciones multiplano,<br />
MIP e imagen volumétrica o endoscópica a la vez. Lo que<br />
sí es importante es que, aunque las imágenes fuente sean bonitas,<br />
el manejo posterior de las mismas en la estación de trabajo<br />
suele ser necesario para buscar arterias polares o divisiones tempranas,<br />
medir con precisión el grado de estenosis y seguir el trayecto<br />
de arterias sinuosas o anatomías<br />
complejas, que son especialmente frecuentes<br />
en riñones trasplantados (Figs. 14.6<br />
y 14.7).<br />
Además de las imágenes angiográficas<br />
3D de gran resolución espacial, con <strong>RM</strong><br />
se pueden obtener imágenes más funcionales.<br />
Así, se pueden hacer arteriografías<br />
por <strong>RM</strong> «multifásicas» pero con menor<br />
resolución espacial, se puede medir el flujo<br />
sanguíneo de cada riñón con técnicas de<br />
contraste de fase o con gadolinio y se puede<br />
estimar la filtración glomerular en función<br />
de la excreción de contraste 16-18 .<br />
Todas estas técnicas son prometedoras<br />
para estimar la significación hemodinámica<br />
de una estenosis arterial, así como<br />
para intentar predecir mejor qué pacientes<br />
se beneficiarán de una revascularización<br />
y cuáles no; pero, a día de hoy, nos<br />
seguimos basando fundamentalmente<br />
en criterios anatómicos, como son el<br />
porcentaje de disminución de la luz arterial<br />
y la longitud y grosor del parénquima<br />
renal 19, 20 .<br />
Figura 14.6. Estenosis de arteria renal en un<br />
trasplante en bloque pediátrico. Paciente con<br />
un trasplante en bloque de los dos riñones de<br />
un donante menor de cinco años, que desarrolla<br />
HTAl. En las reconstrucciones oblicuas de<br />
la angio-<strong>RM</strong> (a y b) se identifica una arteria<br />
normal del riñón medial y dos arterias renales<br />
en el riñón lateral, mostrando una estenosis en<br />
el origen de la arteria polar superior. Estos<br />
hallazgos se confirmaron con la angiografía con<br />
catéter (c y d, proyecciones oblicuas derecha<br />
e izquierda).<br />
ANGIO-<strong>TC</strong><br />
Desde la irrupción de la <strong>TC</strong> helicoidal se inicia la técnica llamada<br />
angio-<strong>TC</strong>, que se resume en la adquisición de cortes finos<br />
sobre la región estudiada del árbol arterial durante el paso por la<br />
misma del bolo de contraste yodado que inyectamos en una vena<br />
periférica. El procedimiento es pues similar al reseñado en la angio-<br />
<strong>RM</strong> 3D con gadolinio, salvando las diferencias físicas entre <strong>TC</strong> y <strong>RM</strong><br />
y las diferencias químicas entre los medios de contraste. Además,<br />
la adquisición en la <strong>RM</strong> suele ser coronal, incluyendo en el volumen<br />
toda la aorta abdominal y sus ramas, mientras que en la <strong>TC</strong><br />
los cortes son axiales y se ciñen más al área renal. Otra divergencia<br />
es el volumen de contraste: en la angio-<strong>RM</strong> inyectamos 15-25<br />
ml a 2 ml/s y en la <strong>TC</strong> solemos utilizar 120-150 ml a 3-4 ml/s7 .<br />
Desde los primeros trabajos se comprobó que la angio-<strong>TC</strong> es<br />
una técnica eficaz para diagnosticar lesiones vasculares de la aorta<br />
y sus ramas, alcanzando cifras de sensibilidad y especificidad de alrededor<br />
del 95% para estenosis de más del 50% de la luz de las arterias<br />
renales, con una elevada concordancia entre observadores7, 21 .<br />
Para la valoración de las arterias renales se suelen emplear grosor<br />
de corte de 2-3 mm, factor de paso (pitch) de 1,5 a 2 y reconstrucción<br />
con superposición (dos cortes por cada giro del tubo) 7, 22 .<br />
a b<br />
c d
Figura 14.7. Angio-<strong>RM</strong> normal en dos<br />
pacientes trasplantados renales que desarrollaron<br />
HTA y disminución de la función renal.<br />
a) Trasplante sencillo. b) Trasplante doble, bilateral.<br />
La sincronización de la adquisición con el<br />
paso del contraste es también clave, aunque<br />
más fácil que en la <strong>RM</strong> debido al mayor<br />
volumen de contraste y tiempo de inyección.<br />
Las bombas de inyección y la detección<br />
automática de llegada del bolo de contraste<br />
facilitan la realización del estudio 23 ,<br />
pero la mejora es escasa cuando se emplean<br />
volúmenes grandes de contraste 24 .<br />
El postprocesamiento de las imágenes<br />
en una estación de trabajo es incluso más<br />
necesario que en la <strong>RM</strong>, ya que en las imágenes<br />
de <strong>TC</strong> el contraste entre las arterias<br />
y los restantes tejidos es menor. Muchas<br />
veces es necesario evitar la superposición<br />
de estructuras óseas o de placas de ateroma<br />
calcificadas sobre la luz de las arterias,<br />
por lo que las reconstrucciones multiplano<br />
o volumétricas son más útiles que una MIP<br />
de todo el volumen (Fig. 14.3 b).<br />
La resolución en el plano de corte de las<br />
imágenes de <strong>TC</strong> es superior a la <strong>RM</strong> y, si el<br />
paciente colabora, no suelen presentar artefactos<br />
de importancia. La introducción de los<br />
equipos de <strong>TC</strong> multicorte, con el progresivo<br />
aumento del número de canales, ha permitido<br />
reducir el grosor de corte (alrededor<br />
de 1 mm) y el tiempo de adquisición. Esto<br />
mejora la detección de arterias de fino calibre<br />
(polares y ramas) y aumenta la precisión<br />
en la medición del grado de estenosis (Fig.<br />
14.4 c y d) 25 . La disminución del tiempo de<br />
adquisición permite reducir el volumen de<br />
contraste yodado inyectado, midiendo de<br />
forma precisa el tiempo de tránsito e inyectando<br />
suero fisiológico tras el bolo de contraste.<br />
Sin embargo, la <strong>TC</strong> multicanal no ha<br />
disminuido la dosis de radiación al paciente,<br />
sino que incluso con frecuencia la aumenta<br />
respecto a la <strong>TC</strong> monocanal debido a la utilización<br />
de pitch (del haz de Rx) menores<br />
que uno y al efecto penumbra.<br />
CONCLUSIÓN<br />
La angio-<strong>TC</strong> y la angio-<strong>RM</strong> son dos técnicas<br />
de imagen que, con una inyección de<br />
contraste en una vena periférica, permiten<br />
valorar las arterias renales con una elevada<br />
validez y fiabilidad en relación con la angiografía<br />
con catéter intraarterial 29 . Ambas técnicas<br />
dan también información acerca del<br />
parénquima renal y con ellas se pueden<br />
estudiar igualmente las glándulas adrenales,<br />
a b<br />
a b<br />
c d<br />
AN G IO -<strong>RM</strong> Y AN G IO -<strong>TC</strong> DE LAS ARTERIAS REN ALES 1 1 7<br />
Figura 14.8. Estenosis en arteria renal de un<br />
riñón trasplantado. Paciente con trasplante renal<br />
y deterioro de la función renal. En las MIP (a) y<br />
oblicua (b) de la angio-<strong>RM</strong> se observa una estenosis<br />
significativa próxima al origen de la arteria<br />
del injerto renal, confirmada con la ASDIA (c)<br />
y dilatada a continuación (no mostrado). En la<br />
fase urográfica de la angio-<strong>RM</strong> (d) se identificó<br />
además una dilatación pielocalicial moderada<br />
por una estenosis en la anastomosis ureterovesical.
1 1 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
lo que puede tener interés en pacientes con HTA de causa no aclarada<br />
8 . En los pacientes trasplantados o potenciales donantes de<br />
riñón es importante el estudio de las venas y el sistema excretor<br />
renal, que puede hacerse con cualquiera de las dos técnicas, obteniendo<br />
imágenes en fases más tardías (Figs. 14.1 c, 14.8 d). Ambas<br />
técnicas pueden sustituir al estudio de ASDIA diagnóstico y sirven<br />
como guía para el tratamiento percutáneo, permitiendo reducir la<br />
duración del mismo y el volumen de contraste yodado 30 .<br />
La angio-<strong>RM</strong> tiene la clara ventaja de no emplear radiaciones<br />
ionizantes ni contrastes nefrotóxicos, por lo que debe ser la primera<br />
elección, especialmente en pacientes con función renal disminuida,<br />
jóvenes o en aquellos que pueden sufrir exploraciones radiológicas<br />
repetidas (Figs. 14.7 y 14.8) 22, 26, 27 . La <strong>TC</strong> es una alternativa perfectamente<br />
válida para el diagnóstico en función de la disponibilidad<br />
de la <strong>RM</strong> o cuando ésta esté contraindicada. Es deseable la comparación<br />
periódica de las imágenes de angio-<strong>TC</strong> o angio-<strong>RM</strong> de<br />
algunos pacientes con las de ASDIA para así elegir la técnica de postprocesamiento<br />
que permita medir con más precisión el grado de<br />
estenosis y aprender a reconocer posibles artefactos.<br />
Tras el tratamiento percutáneo es importante el seguimiento<br />
periódico, ya que la tasa de reestenosis es alta. La evaluación de la<br />
luz de arterias renales después del tratamiento con angioplastia<br />
puede hacerse con angio-<strong>RM</strong>, pero si se colocan endoprótesis<br />
metálicas (mallas de acero), lo que actualmente es más frecuente<br />
en el tratamiento de las estenosis próximas al ostium arterial, el artefacto<br />
por susceptibilidad magnética impide valorar la luz con esta<br />
técnica (Fig. 14.5). En estos pacientes se están consiguiendo resultados<br />
esperanzadores con angio-<strong>TC</strong>, empleando equipos multicanal<br />
y realizándose cortes muy finos 28 .<br />
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908.
INTRODUCCIÓN<br />
15<br />
Angio-<strong>TC</strong> y angio-<strong>RM</strong><br />
de las arterias viscerales<br />
La angio-<strong>TC</strong> y la angio-<strong>RM</strong> representan dos alternativas no invasivas,<br />
que compiten fuertemente entre ellas, frente a la arteriografía<br />
en el estudio de las arterias viscerales.<br />
Hoy en día la excelente resolución de los equipos multicorte y<br />
la gran velocidad de adquisición de los mismos hacen de la angio-<br />
<strong>TC</strong> la primera prueba diagnóstica ante la sospecha de isquemia<br />
mesentérica.<br />
La demostración de la anatomía de la circulación visceral es fundamental<br />
en la cirugía del trasplante hepático tanto en el donante<br />
como en el receptor. Tanto la angio-<strong>RM</strong> como la angio-<strong>TC</strong> pueden<br />
ser utilizadas para este propósito.<br />
ANATOMÍ A VASCULA R<br />
MESENTÉRICA<br />
El tronco celíaco (<strong>TC</strong>E) es la rama más cefálica de la aorta<br />
abdominal. Está formado por la arteria esplénica, la hepática<br />
y la gástrica izquierda, aunque son frecuentes las variantes<br />
como la salida independiente de la arteria esplénica y la hepática<br />
o el nacimiento de la arteria hepática derecha de la arteria<br />
mesentérica superior. El conocimiento de estas partes juega un<br />
papel determinante en la cirugía del trasplante. Las tres arterias<br />
del <strong>TC</strong>E participan en la circulación gástrica, y esta rica circulación<br />
hace muy infrecuente la isquemia gástrica. Las arterias pancreático<br />
duodenales, ramas de la arteria hepática, tienen importantes<br />
conexiones con la arteria mesentérica superior (AMS)<br />
(Fig. 15.1).<br />
La AMS nace inmediatamente por debajo del <strong>TC</strong>E y da origen<br />
a tres ramas distales a la arcada pancreático duodenal: la arteria cólica<br />
media, la íleo-cólica y la cólica derecha.<br />
La arteria mesentérica inferior (AMI), la de calibre más fino y la<br />
más distal, presenta conexiones con la AMS a través de la arcada<br />
de Riolano y la arteria marginal de Drummond. Estas anastomosis<br />
son muy variables y algunos individuos carecen de las mismas, lo<br />
que los hace más susceptibles a la isquemia del colon si se desarrollan<br />
lesiones arteriales proximales.<br />
Rosa Bouzas Sierra<br />
TÉCNICA DE LA ANGIO-<strong>TC</strong><br />
PA RA LAS A RTERI AS<br />
VISCERALES<br />
A<br />
Figura 15.1. Angio-<br />
<strong>TC</strong> de la circulación<br />
visceral normal. VR: se<br />
visualizan adecuadamente<br />
las tres ramas,<br />
el <strong>TC</strong>E AMS y AMI,<br />
permeables. Nótese la<br />
excelente definición<br />
de las ramas yeyunales<br />
de la AMS.<br />
unque las técnicas pueden variar según los diferentes equipos<br />
existe consenso en utilizar el menor espesor de corte<br />
posible. Se obtienen buenos resultados con espesores de corte<br />
por debajo de 3mm y reconstrucción de las imágenes cada milímetro<br />
o menos si el espesor de corte es de 0,50 a 1,5 mm, como<br />
en el caso de los equipos multicorte.<br />
Es necesario utilizar flujos de 4 ó 5 ml/s para la inyección de<br />
contraste intravenoso iodado no iónico (CIV) y asegurar el tiempo<br />
de retraso mediante un test previo con una pequeña cantidad de<br />
contraste o utilizar alguno de los métodos automáticos que detectan<br />
la llegada del bolo de contraste intravenoso que existen en el<br />
mercado, asegurando una fase arterial pura.<br />
El paciente no tomará ninguna preparación oral e ingerirá únicamente<br />
agua, evitando cualquier contraste oral positivo que dificultaría<br />
el tratamiento de las imágenes.<br />
Como en todo estudio que requiere un tratamiento de imagen<br />
posterior, la utilización de filtros de reconstrucción blandos disminuirá<br />
el ruido de la imagen, favoreciendo el postproceso. El<br />
campo de exploración (FOV) debe ser ajustado para minimizar el<br />
tamaño del píxel, sobre todo en aquellos equipos con hélices simples<br />
o detectores duales.
1 2 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
El tratamiento de imagen fundamental es el volume rendering<br />
(VR), y en ocasiones especiales la MIP.<br />
Después de la fase arterial se adquiere una fase venosa, ya<br />
que en muchas ocasiones es necesario evaluar tanto el sistema<br />
arterial como el venoso y los parénquimas sólidos. La fase venosa<br />
requiere un retraso de entre 50 y 80 segundos de la inyección<br />
del medio de contraste y se puede adquirir con un espesor de<br />
corte mayor.<br />
TÉCNICA DE LA ANGIO- <strong>RM</strong><br />
PA RA LAS A RTERI AS<br />
VISCERALES<br />
Igual que con la angio-<strong>TC</strong>, la angio-<strong>RM</strong> requiere la utilización<br />
de contraste intravenoso. La disminución de los tiempos de adquisición<br />
ha reducido los artefactos por movimientos respiratorios. La<br />
mayoría de los autores utilizan dosis entre 0,1-0,2 mmol de gadolinio/kg<br />
de peso corporal. Muchos radiólogos prefieren realizar planos<br />
coronales en la primera adquisición y obtener un mapa de la<br />
circulación abdominal para elegir las proyecciones necesarias; las<br />
proyecciones MIPs son las más utilizadas aunque, al igual que en la<br />
<strong>TC</strong>, el VR gana terreno.<br />
La <strong>RM</strong> no es por ahora una herramienta válida en el enfermo<br />
crítico, ya que todavía es una exploración «lenta», pero es una alternativa<br />
útil en situaciones no urgentes o crónicas 1 .<br />
INDICACIONES<br />
PA RA EL ESTUDIO<br />
DE LA CIRCULACIÓN<br />
VISCERAL<br />
Isquemia mesentérica aguda (IMA)<br />
La Sociedad Americana de Gastroenterología publicó en el año<br />
2000 una guía para el manejo de la isquemia intestinal y en ella considera<br />
que un paciente con riesgo de IMA es el que presenta dolor<br />
abdominal severo persistente durante dos o tres horas sin que sugiera<br />
otro proceso abdominal, como colecistitis, diverticulitis, etc. Estos<br />
pacientes deben ser evaluados y tratados en base a una IMA 2, 3 .<br />
La mortalidad de la IMA se mantiene alta sin haber cambiado<br />
significativamente en los últimos setenta años, con rangos que oscilan<br />
entre 59-93% 4 .<br />
Realizar el diagnóstico temprano antes del infarto intestinal se<br />
reconoce como el factor más importante para disminuir la mortalidad<br />
5 .<br />
Llevar a cabo el diagnóstico temprano de IMA es difícil y requiere<br />
una alta sospecha clínica, ya que los síntomas son inespecíficos y<br />
muchos pacientes cuando acuden al hospital tienen síntomas subagudos,<br />
una fase clínica intermedia entre la inicial, caracterizada por<br />
intenso dolor, y la fase de necrosis intestinal 6 . La sensibilidad de la<br />
angio-<strong>TC</strong> con equipos helicoidales simples reflejada en la literatura<br />
de la segunda mitad de la década de los noventa oscilaba entre el<br />
64% de la serie de Tourel 7 y el 82% de la serie de Klein 6 . La angio-<br />
<strong>TC</strong>, desde la aparición de los equipos multicorte, es capaz de demostrar<br />
la anatomía vascular mesentérica, incluso en vasos de pequeño<br />
calibre, y mejora la visión de la pared del asa intestinal, por lo que<br />
algunos autores la proponen como la primera exploración ante la<br />
sospecha de IMA, aunque todavía no hay series publicadas 8 . En una<br />
comunicación personal presentada en el congreso nacional de la<br />
SERAM 2002 donde se analizaba el valor de la angio-<strong>TC</strong> para detectar<br />
la oclusión vascular en 17 pacientes con IMA la sensibilidad resultó<br />
del 95% con un equipo de dos anillos de detectores.<br />
Una ventaja importante de la angio-<strong>TC</strong> frente a la arteriografía<br />
es que puede filiar otras causas de abdomen agudo 6 .<br />
La causa de la isquemia mesentérica puede ser arterial, venosa<br />
o no oclusiva. El origen más frecuente de IMA es el émbolo de<br />
la AMS (Fig.15.2), asociado a problemas <strong>cardiovascular</strong>es, lo que<br />
causa el 50% de los episodios isquémicos. Por otro lado, la trombosis<br />
de la arteria mesentérica (Fig.15.3) como causa de isquemia<br />
aguda es menos frecuente 9 . La trombosis venosa representa sólo<br />
el 10% de las isquemias, es frecuente que se asocie a factores predisponentes,<br />
estados de hipercoagulabilidad, que pueden ser identificados<br />
hasta en un 60% de los casos 10 . La isquemia por causas<br />
no oclusivas es debida a un bajo flujo en arterias no obstruidas, en<br />
general en relación con un bajo gasto cardíaco independientemente<br />
de cuál sea su etiología 9 .<br />
Dadas las posibles causas arteriales y venosas de la IMA, como<br />
ya se ha explicado en el apartado de técnicas, es necesario realizar<br />
el estudio en dos fases: una arterial y otra venosa. El análisis tanto<br />
de las imágenes axiales como de las 3D con VR ofrece información<br />
Figura 15.3. IMA.<br />
Angio-<strong>TC</strong>. VR sagital,<br />
varón de 63 años con<br />
dolor abdominal.<br />
Oclusión de la AMS<br />
por trombosis, nótese<br />
el afilamiento de la<br />
AMS en el origen de<br />
la oclusión, existe<br />
circulación vicariante<br />
paralela en curso a la<br />
AMS, hallazgo en<br />
relación con la cronicidad<br />
de la lesión<br />
estenosante. En la<br />
cirugía se evidenció<br />
una necrosis del colon<br />
derecho e izquierdo.<br />
Figura 15.2. IMA.<br />
Angio-<strong>TC</strong>. VR coronal,<br />
mujer de 67 años en<br />
fibrilación auricular,<br />
que acude a urgencias<br />
por dolor abdominal.<br />
Oclusión de la AMS<br />
por émbolo, nótese el<br />
amplio calibre de la<br />
AMS en el origen de la<br />
oclusión en relación<br />
con embolia aguda,<br />
comparar la morfología<br />
con la figura 15.3.<br />
Existe una arcada de<br />
Riolano.
del estado de la vasculatura y de las asas intestinales, la MIP en proyección<br />
sagital de la fase arterial ofrece buenos resultados para<br />
demostrar la oclusión vascular, aunque hoy en día ha sido sustituida<br />
por el VR por la mayoría de los autores dada la facilidad de obtención<br />
que ofrece este último 8 .<br />
Signos en la angio-<strong>TC</strong> de IMA<br />
Entre los signos podemos destacar trombosis arterial o venosa,<br />
gas intramural, gas en sistema venoso portal (Fig.15.4), ausencia<br />
focal de realce de la pared del asa e infartos hepáticos o esplénicos<br />
7 . Excluyendo la trombosis vascular los signos citados<br />
corresponden a una fase tardía de la IMA de necrosis intestinal. En<br />
los casos comunicados por nuestro grupo además de la oclusión<br />
vascular demostrada en el 95% de los casos (16 de 17), el signo<br />
más frecuente de las asas intestinales fue el íleo exudativo (11 de<br />
17) (Fig.15.5), siendo infrecuentes los otros signos nombrados.<br />
Factores pronóstico en la IMA<br />
Entre los factores pronóstico la trombosis venosa tiene mejor<br />
predicción que la arterial.<br />
La localización del émbolo es importante. Los émbolos mayores,<br />
aquellos proximales a la rama ileocólica de la AMS, tienen peor<br />
pronóstico que los menores o distales a la rama ileocólica. Los<br />
émbolos menores representan sólo el 15% de los episodios embólicos.<br />
Por último, la vasoconstricción distal al émbolo es un factor<br />
determinante en el establecimiento de la isquemia intestinal y la acidosis<br />
metabólica induce vasoespasmo y agrava el cuadro al hacer<br />
ineficiente la circulación colateral que se establece al inicio del episodio<br />
embólico 10 . Hasta ahora se consideraba que la <strong>TC</strong> no podía<br />
analizar el vasoespasmo distal al émbolo 10 , sin embargo nuestro<br />
grupo ha relacionado la presencia de vasos distales a la oclusión<br />
permeables en la angio-<strong>TC</strong> con un desenlace favorable del episodio<br />
isquémico. Estos vasos se analizaban mejor en el VR que en la<br />
MIP o las imágenes axiales, por tanto creemos que la angio-<strong>TC</strong> tiene<br />
un papel capital en la valoración del vasoespasmo (Fig.15.6).<br />
Isquemia mesentérica crónica (IMC)<br />
La IMC es una entidad rara, difícil de diagnosticar, que tiene<br />
como expresión clínica la angina intestinal. Se caracteriza por dolor<br />
postpandrial y pérdida de peso, que en ocasiones se acompaña de<br />
Figura 15.4. IMA.<br />
Gas ectópico en el sistema<br />
venoso me-sentérico.<br />
AN G IO -<strong>TC</strong> Y AN G IO -<strong>RM</strong> DE LAS ARTERIAS VISC ERALES 1 2 1<br />
diarrea, náuseas o vómitos. La causa más habitual es la ateromatosis<br />
de las arterias viscerales. La consecuencia de la IMC es la malabsorción<br />
severa y los episodios de isquemia aguda, si ésta no es tratada<br />
adecuadamente 11 .<br />
La ateromatosis de las arterias viscerales es en muchas ocasiones<br />
asintomática, no hay ningún test específico para la IMC, es necesario<br />
por ello excluir otras causas de dolor abdominal antes de establecer<br />
un diagnóstico de IMC. La angio-<strong>TC</strong> multicorte es capaz de<br />
evaluar la cavidad abdominal y excluir diagnósticos como el cáncer<br />
de páncreas y obtener a la vez imágenes angiográficas. Una angio-<br />
<strong>TC</strong> normal descarta una IMC.<br />
En la mayoría de los pacientes con IMC al menos dos de las<br />
tres arterias viscerales están afectadas con una estenosis mayor al<br />
50% o se encuentran ocluidas 2, 11, 12 .<br />
El signo angiográfico más característico que acompaña a las estenosis,<br />
habitualmente proximales, es la colateralidad, demostrándose<br />
gruesas arcadas gastroduodenales (Figs.15.7 y 15.8) o conexiones<br />
entre la AMS y la AMI por la arcada pericólica de Riolano<br />
(Fig.15.9) y la arteria marginal de Drummond. Cuando las tres arterias<br />
están afectadas la circulación colateral se establece por las arterias<br />
frénicas, lumbares o vasos pélvicos 11 .<br />
Aneurismas de las arterias viscerales<br />
Figura 15.5. IMA.<br />
Íleo exudativo. El marco<br />
cólico está dilatado<br />
con su luz llena de<br />
líquido, no hay engrosamiento<br />
de la pared<br />
del asa. La imagen corresponde<br />
al mismo<br />
paciente de la figura<br />
15.3.<br />
Figura 15.6. IMA. Angio-<strong>TC</strong>.<br />
VR corte coronal de un modelo<br />
sólido con dos tejidos: en blanco<br />
tejidos con densidad alta que<br />
corresponden a vasos opacificados;<br />
en gris tejidos con densidades<br />
de partes blandas, lo que<br />
nos permite distinguir el trombo<br />
blando y relacionarlo con la luz<br />
del vaso opacificado, obsérvese<br />
la localización del trombo en la<br />
bifurcación del vaso, el calibre<br />
aumentado del vaso en el lugar<br />
del émbolo agudo y la existencia<br />
de vasos distales al émbolo<br />
permeables, vasos blancos.<br />
Los aneurismas de las arterias viscerales son raros. Los pacientes<br />
con cirrosis e hipertensión portal pueden desarrollar aneurismas<br />
de la arteria esplénica, entre el 7 y el 10%. El aneurisma esplénico<br />
en el cirrótico tiene un elevado riesgo de ruptura tras el<br />
trasplante hepático al disminuir la presión venosa portal y elevarse
1 2 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Figura 15.8. IMC.<br />
Angio-<strong>TC</strong>. VR coronal<br />
con exclusión de la<br />
aorta abdominal. Mismo<br />
paciente de la<br />
figura 15.7. Excelente<br />
visión de la arcada<br />
pancreático-duodenal<br />
y su conexión con la<br />
AMS debajo del nivel<br />
de la oclusión.<br />
Figura 15.7. IMC.<br />
Angio-<strong>TC</strong>. VR sagital.<br />
Varón de 70 años con<br />
episodios de dolor<br />
abdominal postpandrial.<br />
Oclusión de la<br />
AMS y AMI, ambas<br />
en sus orígenes, existen<br />
gruesas colaterales<br />
en la arcada pancreática<br />
duodenal.<br />
Existe una oclusión del<br />
sector ilíaco derecho,<br />
es frecuente la coexistencia<br />
de lesiones obliterantes<br />
en múltiples<br />
territorios vasculares.<br />
la presión en la arteria hepática. Su detección es importante pues<br />
la arteria esplénica no se visualiza en la cirugía del trasplante de<br />
forma rutinaria 13 .<br />
Los aneurismas de la AMS representan el 5,5-8% de los aneurismas<br />
abdominales, el 60% son micóticos; aunque los de etiología<br />
arteriosclerótica son menos frecuentes su incidencia aumenta<br />
en las últimas décadas (Fig.15.10). Hasta el 20% de los mismos<br />
debutan con hemorragia catastrófica, por lo que la cirugía electiva<br />
está indicada en todos los aneurismas de la AMS 14 .<br />
En mi experiencia una de las maniobras de postproceso más<br />
útiles para el análisis de la circulación visceral es el uso de las herramientas<br />
de corte en el VR, consiguiendo un corte coronal donde<br />
la aorta abdominal está excluida de la imagen (Figs.15.8 y 15.10),<br />
lo que permite el análisis de la circulación visceral desde todos los<br />
ángulos de visión, definiendo adecuadamente los vasos de entrada<br />
y salida en los aneurismas mesentéricos y ofreciendo la información<br />
necesaria para las técnicas quirúrgicas de revascularización.<br />
Estudios de la circulación hepática pretrasplante<br />
Existen algunos hallazgos importantes que tienen consecuencias<br />
para la planificación quirúrgica del trasplante hepático<br />
Figura 15.9. IMC.<br />
Angio-<strong>TC</strong>. VR oblicuo.<br />
Oclusión de la AMS<br />
en su origen, estenosis<br />
del ostium del<br />
tronco celíaco y AMI.<br />
Se visualiza una arcada<br />
de Riolano entre la<br />
AMS y la AMI.<br />
Figura 15.10. Aneurisma<br />
de 5 cm de la AMS.<br />
Angio-<strong>TC</strong>. VR con exclusión<br />
de la aorta abdominal con<br />
una visión posterior y cefálica.<br />
Aneurisma de una<br />
rama de la AMS y múltiples<br />
lesiones ateromatosas<br />
de la circulación visceral.<br />
La visión posterior demuestra<br />
un vaso de salida en<br />
relación con la arcada<br />
pancreático-duodenal.<br />
que la angio-<strong>TC</strong> o angio-<strong>RM</strong> pueden evidenciar: estenosis del<br />
<strong>TC</strong>E, arteria hepática de pequeño calibre, nacimiento de la arteria<br />
hepática desde la mesentérica superior y aneurismas esplénicos<br />
13 .<br />
La importancia de diagnosticar la estenosis del <strong>TC</strong>E es evitar<br />
futuras complicaciones en el árbol biliar, ya que la arteria hepática<br />
es el único soporte arterial de la vía biliar. La causa más frecuente<br />
de la estenosis es la compresión del tronco por las fibras<br />
mediales del ligamento arcuato del diafragma.<br />
Las arterias hepáticas de escaso calibre podrían hacer fracasar<br />
el injerto hepático por escaso flujo. Esta situación ocurre<br />
cuando la arteria hepática no presenta un tronco común,<br />
existiendo múltiples arterias hepáticas con calibres menores de<br />
3 mm. En esta situación puede ser necesario un injerto aortohepático<br />
13 .<br />
El estudio de la circulación hepática debe incluir dos fases:<br />
la arterial y la portal. El objetivo en el estudio portal pretrasplante<br />
es la detección de anomalías congénitas de la vena porta que pueden<br />
complicar la disección del hilio hepático, como su ausencia o<br />
trifurcación o el nacimiento de la rama portal derecha anterior de<br />
la vena porta izquierda o una rama portal derecha posterior naciendo<br />
directamente de la vena porta 15 . También es importante la<br />
detección de la trombosis portal y su extensión o la existencia de<br />
aneurismas de la vena porta en relación con la hipertensión<br />
portal que puede requerir la escisión quirúrgica antes del<br />
trasplante 13 .
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3619.
INTRODUCCIÓN<br />
16<br />
Troncos supraaórticos<br />
(Eco, <strong>TC</strong>, <strong>RM</strong>)<br />
Julián Vicente del Cerro González y Jesús López Lafuente<br />
La arteria carótida y, concretamente su bifurcación, es probablemente<br />
el vaso sanguíneo más frecuentemente estudiado<br />
en la práctica clínica; no por la variedad de sus patologías, sino<br />
por la importancia de las consecuencias que se pueden derivar<br />
de una de ellas, la estenosis secundaria a aterosclerosis.<br />
El infarto cerebral es la manifestación clínica más importante de<br />
la aterosclerosis carotídea y causa frecuente de morbimortalidad en<br />
todo el mundo. Algunos autores estiman su prevalencia en el 2,5%<br />
para hombres y el 1,6% para mujeres, que aumenta hasta el 11,6<br />
y el 10,5%, respectivamente, por encima de los 85 años1 . En España<br />
la mortalidad por enfermedad cerebro-vascular es la segunda<br />
causa de muerte en varones y la primera en mujeres2 .<br />
En el 80% de los casos las manifestaciones clínicas de la estenosis<br />
carotídea se producen por embolismo de material necrótico<br />
originado en las placas de ateroma 3 o por trombo formado en<br />
el flujo turbulento inmediatamente distal a la estenosis 4 , y en el<br />
resto por repercusión hemodinámica. Las placas de ateroma se<br />
desarrollan en sitios anatómicos específicos debido probablemente<br />
a que en ellos el flujo se vuelve anormalmente lento, lo que facilita<br />
el depósito de trombina y plaquetas 5 .<br />
La endarterectomía carotídea ha demostrado ser un procedimiento<br />
eficaz en prevenir el infarto cerebral en pacientes con estenosis<br />
sintomática severa ( > 70%), con resultados más restrictivos<br />
en estenosis moderada (50-70%) 6-8 o en pacientes asintomáticos 9 .<br />
Estudios recientes demuestran también la utilidad de la angioplastia<br />
con colocación de stent para algunos de estos pacientes 10 .<br />
Aunque la angiografía con sustracción digital (ASD) está considerada<br />
como la técnica de referencia en el diagnóstico de la pato-<br />
logía de los troncos supraaórticos 11-12 , los recientes avances tecnológicos<br />
en ultrasonidos (US), <strong>TC</strong> y <strong>RM</strong>, unidos al mayor costo y riesgo<br />
de la angiografía, hacen que, cada vez con más frecuencia, se<br />
identifiquen candidatos quirúrgicos basándose en estudios no invasivos,<br />
que permiten determinar tanto la presencia y el grado de estenosis<br />
como valorar las características de la placa de ateroma.<br />
US DOPPLER<br />
El papel del US en la valoración de la enfermedad arterial carotídea<br />
ha evolucionado considerablemente en la última década,<br />
llegando incluso al punto de ser utilizado como la única prueba de<br />
imagen previa a la endarterectomía. Aunque por ahora la mayoría<br />
de estudios se apoyan en otras pruebas no invasivas y en algunos<br />
casos se sigue realizando ASD para confirmar el diagnóstico 12, 13 .<br />
El examen ecográfico Doppler de las arterias carótidas se realiza<br />
con sonda lineal multifrecuencia de 5-10 MHz. Se debe realizar<br />
un estudio sistematizado, comenzando en modo B en distintos planos<br />
con la finalidad principal de valorar la existencia y características<br />
de las placas14-17 ; seguido del uso de las diferentes modalidades de<br />
color (Doppler Color, Power Doppler18-20 o modo B-Flow 21 ) para<br />
determinar la presencia de estenosis de la luz y turbulencias, analizar<br />
la dirección exacta del flujo (que no siempre es paralelo al vaso)<br />
y, finalmente, realizar un análisis espectral mediante el Doppler pulsado,<br />
cuyos parámetros ayudan a cuantificar el porcentaje de estenosis,<br />
lo que determinará la posible actuación quirúrgica (Fig. 16.1).<br />
La utilización de contrastes ecográficos favorece la visualización y<br />
caracterización de la placa y ayuda a analizar directamente la luz residual<br />
del vaso22 . Es importante conocer las características que diferencian<br />
la carótida interna y la externa (Tabla 16.1), tener siempre<br />
TABLA 16.1<br />
Características que ayudan a diferenciar carótida externa e interna<br />
Localiz ación C alibre Patrón especial Ramas cervicales***<br />
A CI Posterolateral M ayor Baja resistencia* N o<br />
A CE Anteromedial Menor Alta resistencia** Sí<br />
*** Flujo diastólico persistentes.<br />
*** Flujo diastólico escaso o ausente.<br />
*** Probablemente el signo de mayor valor.
1 2 6 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Figura 16.1. Estudio eco-Doppler Color, en el que se observa una<br />
placa lisa de predominio hipoecogénico, que produce estenosis en origen<br />
de carótida interna, registrándose una velocidad pico de 297 cm/s<br />
que tradujo una ratio con carótida común cercana a 6. Datos que<br />
orientan a una estenosis > 70%.<br />
presente que el ángulo Doppler no debe sobrepasar los 60º y no<br />
confundir arteria y vena vertebral evitando un falso diagnóstico de<br />
robo de subclavia.<br />
La caracterización de la placa de ateroma puede jugar en un<br />
futuro un papel más importante al actual. La ecoestructura de la<br />
placa de ateroma se correlaciona fundamentalmente con la sintomatología,<br />
más que con el grado de estenosis 14 , de forma que la<br />
presencia de placas heterogéneas se relaciona con sintomatología<br />
cerebrovascular, placas hipoecogénicas con afectación retiniana<br />
(amaurosis fugax) y placas hiperecogénicas con status asintomático.<br />
Sólo se ha podido demostrar correlación entre hemorragia<br />
intraplaca con apariencia hipoecoica, mientras que la presencia de<br />
un alto contenido lipídico o de calcificación no parece tener rela-<br />
a b c<br />
ción directa con la apariencia ultrasonográfica 15 , aunque otros relacionan<br />
un alto contenido lipídico con las placas hipoecoicas y con<br />
un mayor riesgo de ACVA 16 . En relación con la clasificación clásica,<br />
las tipo 1 y 2 se relacionan con sintomatología cerebrovascular<br />
y las tipo 3 y 4 suelen ser asintomáticas 17 (Fig. 16.2). Las características<br />
de la superficie de la placa se relacionan con sintomatología<br />
neurológica aguda 23 , siendo la ulceración la anormalidad más importante<br />
en este sentido, para cuya detección tanto el US como la<br />
ASD presentan escasa sensibilidad y especificidad, mientras que se<br />
favorece su visualización con el Power Doppler y con el uso de<br />
contrastes ecográficos 20, 22 .<br />
Los principales trabajos 7, 8 sobre el beneficio de la endarterectomía<br />
en la estenosis carotídea gradúan ésta, basándose en los<br />
hallazgos en la angiografía, si bien ambos estudios utilizan distintos<br />
puntos de referencia (Fig. 16.3); Nicolaides 24 intenta clarificar estas<br />
discrepancias y correlacionar ambas con los criterios Doppler. La<br />
principal finalidad del Doppler consiste en cuantificar las velocidades<br />
alcanzadas en las zonas de mayor estenosis de la arteria carótida<br />
interna y relacionarlas con las velocidades en la carótida común.<br />
Sin embargo, el importante solapamiento entre la relación de la<br />
velocidad pico sistólica (VPS), la velocidad final diastólica (VFD) y de<br />
la ratio entre ACI y AC C con distintos porcentajes de estenosis 12<br />
ha hecho que se adopten múltiples criterios de valoración del análisis<br />
espectral para determinar el grado de estenosis carotídea 25, 26 ;<br />
sirva como muestra y guía el recogido en la tabla 16.2 12 . En ciertos<br />
casos, además, se pueden generar falsos diagnósticos infra o<br />
sobreestimando la estenosis; pueden existir fallos de índole general,<br />
como la presencia de dificultades técnicas, fallo en la revisión<br />
del espectro o variantes anatómicas; o bien errores específicos,<br />
como las lesiones en tándem, velocidades pseudonormales por<br />
estenosis críticas estenosis contralateral, etc. 27 . Por todo ello y hoy<br />
por hoy, se aconseja que primero se validen los datos mediante<br />
TABLA 16.2<br />
Criterios de referencia para valorar las estenosis<br />
carotídeas por análisis espectral Doppler<br />
Estenosis (%) VPS (cm / sg) Ratio VPS A CI / A C C<br />
< 50 < 150,0 < 2,5<br />
50-69 150,0-225,0 2,5-4,0<br />
> 69 > 225,0 > 4,0<br />
Figura 16.2. Múltiples placas de predominio hiperecogénico en bulbo y origen de carótida interna. a) <strong>Imagen</strong> longitudinal de ecografía en modo<br />
B. b) Corte axial de <strong>TC</strong> donde se observa engrosamiento y calcificación circunferencial de la pared arterial. c) <strong>TC</strong> helicoidal con reconstrucción<br />
MIP en el que se puede apreciar cómo la presencia de múltiples placas calcificadas rodeando el vaso dificulta la valoración de su luz.
ACE<br />
B<br />
ASD en cada centro y que en la práctica diaria se utilicen otras técnicas<br />
no invasivas para apoyar los hallazgos del US Doppler.<br />
<strong>TC</strong> Y <strong>RM</strong><br />
A<br />
C<br />
ACC<br />
ACI<br />
Figura 16.3. Métodos de medición<br />
de la estenosis carotídea<br />
según los trabajos de los grupos<br />
Nascet 7 y ECST 8 . a) Diámetro<br />
mínimo residual en la zona de<br />
estenosis. b) Diámetro estimado<br />
de la ACI a nivel de la lesión. c)<br />
Diámetro de la ACI más allá de<br />
una posible dilatación postestenótica.<br />
El porcentaje de estenosis se<br />
calcula según la fórmula: (B-A)/B<br />
x 100% 8 o (C-A)/C x 100% 7 .<br />
La <strong>TC</strong> y la <strong>RM</strong> son las técnicas de imagen con las que se puede<br />
lograr un estudio más completo de todos los vasos cervicales<br />
y eliminar la necesidad de otras técnicas más invasivas con fines<br />
diagnósticos. La <strong>TC</strong> ha mostrado buena correlación con otras técnicas<br />
(<strong>RM</strong> y angiografía) a la hora de valorar el grado y longitud de<br />
las estenosis carotídeas 28 . El problema de la cobertura de todo el<br />
territorio cervical con un único estudio se ha reducido gracias al<br />
desarrollo y extensión de la tecnología helicoidal; diversos grupos<br />
han propuesto protocolos que, en general, se basan en cortes de<br />
3 mm cada 3-5 mm y reconstrucciones de 1 mm. Los estudios<br />
incluyen, además, la elaboración posterior de las imágenes en una<br />
estación de trabajo con diferentes tipos de software (3D, reformateo<br />
multiplanar en MIP, volume rendering, sombreado de superficie)<br />
28, 29 . Los mejores resultados en la valoración de la estenosis<br />
Figura 16.4. Paciente de 81 años en estudio por episodios de AIT con sospecha<br />
de afectación derecha. a) <strong>Imagen</strong> de Doppler color en la que se aprecia un estrechamiento<br />
filiforme compatible con estenosis crítica en un segmento de 4 cm de<br />
la carótida interna derecha. Al encontrarse la arteria permeable, el paciente es<br />
un posible candidato para endarterectomía. b) <strong>Imagen</strong> de secuencia TOF en 3D<br />
que no resulta concluyente dando la impresión de una oclusión completa de la<br />
arteria. El estudio TOF en 2D no resultó valorable por estar muy artefactuado. c)<br />
La reconstrucción volumétrica parcial en MIP del estudio de angio-<strong>RM</strong> con contraste<br />
y centro elíptico demuestra el tenue paso de contraste y el relleno del territorio<br />
distal de la carótida interna derecha. d) La arteriografía convencional con<br />
inyección selectiva muestra una excelente correlación con la angio-<strong>RM</strong>.<br />
TRO N C O S SUPRAAÓ RTIC O S (EC O , <strong>TC</strong> , <strong>RM</strong>) 1 2 7<br />
carotídea se obtenían en aquellas lesiones en rangos de 0-29% y<br />
mayores a 50% estenosis, con una mayor limitación a la hora de<br />
diferenciar entre estenosis moderadas (50-69%) y severas ( ><br />
70%) 29 . Las imágenes axiales mostraban mayor grado de precisión<br />
que las imágenes reformateadas, aunque la presencia de extensas<br />
calcificaciones no supuso generalmente un obstáculo insalvable,<br />
sino más bien un motivo de tiempo adicional de manipulación de<br />
imágenes. Además, la angio-<strong>TC</strong> presenta una excelente capacidad<br />
para el análisis de las placas de ateroma y para la valoración de la<br />
presencia de ulceraciones, en algunos casos superior a la angiografía<br />
convencional 28 (Fig. 16.2).<br />
La angio-<strong>RM</strong> ha sufrido notables cambios durante los últimos<br />
años que la han convertido en una técnica con grandes posibilidades<br />
para el estudio de los troncos supraaórticos. Las secuencias de<br />
<strong>RM</strong> sensibles al flujo convencionales (T OF 2D y 3D, y contraste<br />
de fase) presentan algunas limitaciones que reducen la posibilidad<br />
de que se conviertan en un potencial sustituto de la angiografía convencional.<br />
La técnica T OF y sus variantes (por ejemplo, MO TSA)<br />
se basan en las diferencias entre los tejidos en movimiento (la sangre)<br />
y los estacionarios cuando ambos son sometidos en un mismo<br />
volumen a pulsos con tiempo de repetición corto que impiden la<br />
relajación del tejido estacionario y eliminan su señal. Las principales<br />
limitaciones de esta técnica son la pérdida de señal en zonas de<br />
flujo lento, en vasos paralelos al plano de estudio y en áreas de flujo<br />
turbulento, lo que puede magnificar las estenosis e impedir la diferenciación<br />
entre estenosis críticas y oclusiones (Figs. 16.4 y 16.5).<br />
Además de sus limitaciones inherentes, tanto el T OF como el contraste<br />
de fase son secuencias relativamente largas (varios minutos<br />
en función del volumen a cubrir), lo que hace que frecuentemente<br />
se vean degradadas por artefactos de movimiento 30-33 . El desarrollo<br />
de secuencias con contraste ha permitido superar parte de estos<br />
problemas, son secuencias cortas (variantes de eco de gradiente)<br />
cuyo contraste depende del acortamiento del T1 de la sangre por<br />
el contraste y, por tanto, no se ven influidas por turbulencias o flujo<br />
lento 30 . Se suelen adquirir en forma tridimensional como un volumen<br />
coronal que permite evaluar toda la circulación carotídea desde<br />
el cayado aórtico hasta incluso el polígono de Willis (Fig.16.5) 34 .<br />
Para obtener estudios con suficiente contraste y resolución se debe<br />
prestar especial atención a dos aspectos: volumen a cubrir y sin-<br />
a b c d<br />
AC E<br />
AC I
1 2 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
a b<br />
a b<br />
cronización de la llegada del contraste. El volumen a estudiar se<br />
suele determinar a partir de secuencias T OF o similares previas,<br />
ajustando los parámetros para un adecuado compromiso entre el<br />
volumen a estudiar y la resolución deseada. La sincronización de la<br />
llegada del contraste intenta no sólo lograr el mayor realce de las<br />
estructuras vasculares respecto al tejido estacionario sino también<br />
evitar en lo posible la interferencia de las estructuras venosas (dado<br />
que la «ventana» temporal entre arterias y venas cervicales es peque-<br />
Figura 16.5. Estudio de <strong>RM</strong> normal en una<br />
paciente de 36 años con una lesión bulbar sospechosa<br />
de posible origen vascular. a) <strong>Imagen</strong><br />
coronal obtenida a partir de técnica TOF. Hay<br />
buena delimitación de la anatomía de ambas<br />
carótidas, pero en los vasos paralelos al plano<br />
de imagen la señal se satura notablemente. b)<br />
Fase arterial de un estudio de <strong>RM</strong> con contraste<br />
y centro elíptico del relleno del espacio K que<br />
muestra una excelente cobertura de todo el<br />
territorio arterial cervical. Aunque se puede<br />
apreciar cierta superposición venosa, no impide<br />
una valoración diagnóstica, sobre todo si<br />
además se manipulan las imágenes en una<br />
estación de trabajo con diferentes programas<br />
de reconstrucción.<br />
Figura 16.6. En un estudio preoperatorio de una paciente de 46 años la exploración clínica sugería una posible coartación aórtica. Durante<br />
el estudio para confirmarlo se apreciaron alteraciones que motivaron la realización de un estudio de <strong>RM</strong> angiografía de TSA. a) La imagen TOF<br />
no permite valorar adecuadamente el origen de los TSA. Se apreciaba, sin embargo, ausencia de señal en la arteria vertebral izquierda. b) El<br />
estudio de contraste demuestra la ausencia de flujo en el segmento proximal de la subclavia izquierda con relleno del territorio distal por una<br />
vertebral con flujo invertido (fenómeno de robo de la subclavia). La ausencia de flujo en el TOF se debe a la banda de saturación superior que<br />
trata de eliminar el flujo venoso de sentido descendente. c) <strong>Imagen</strong> de Doppler color que confirma la inversión del flujo vertebral respecto al<br />
carotídeo.<br />
c<br />
ña, al impedir la barrera hematoencefálica la salida del contraste).<br />
Para establecer el tiempo de circulación se han empleado técnicas<br />
con buenos resultados, como el bolo de prueba, las técnicas de<br />
disparo automático y el lanzamiento de la secuencia guiado por<br />
fluoroscopia 30, 34-41 . Las técnicas de resolución temporal (repetición<br />
en varias ocasiones del volumen desde el mismo momento de la<br />
inyección de contraste) garantizan una fase arterial sin solapamiento<br />
venoso, pero tienen la limitación de una menor resolución al
tener que ajustar sus parámetros con el fin de reducir el tiempo de<br />
duración de cada fase (7-10 segundos). El desarrollo del denominado<br />
llenado del espacio k con centro elíptico ha supuesto una gran<br />
ventaja en el estudio de los troncos supraaórticos. Esta modificación<br />
técnica, basada en primer lugar en el llenado de las líneas centrales<br />
del espacio k responsables del contraste, reduce por sí misma<br />
la superposición venosa, al cumplirse el tiempo de circulación previamente<br />
calculado, y permite que las secuencias no se vean comprometidas<br />
temporalmente (25 s-1 min por volumen estudiado)<br />
con una mayor resolución 30, 35, 39-41 . Análogamente a la <strong>TC</strong> el postprocesado<br />
de las imágenes (MIP, reformateo, 3D, técnicas de supresión<br />
análogas a las de la ASD) resulta esencial para obtener la máxima<br />
información posible.<br />
Diversos trabajos comparativos han establecido que la angio-<strong>RM</strong><br />
por sí sola, o fundamentalmente asociada a la ecografía, es<br />
una alternativa válida en el estudio de los troncos supraaórticos.<br />
Permite resolver la mayoría de las cuestiones necesarias a la hora<br />
de plantear el tratamiento (detección de estenosis susceptible de<br />
endarterectomía, lesiones tándem, diferenciación entre estenosis<br />
crítica y oclusión, dirección del flujo...) (Fig. 16.6) y teniendo en<br />
cuenta su sensibilidad y especificidad permite obviar la mayor parte<br />
de las arteriografías diagnósticas convencionales, eliminando sus<br />
riesgos potenciales 42-45 .<br />
Diversos autores han señalado además las posibilidades de caracterización<br />
de los componentes de la placa de ateroma que ofrece la<br />
<strong>RM</strong>. Para que dicha caracterización sea adecuada es imprescindible<br />
una combinación de secuencias y ponderaciones (T1, T2, DP) con<br />
las que se puedan establecer los diferentes componentes de la lesión.<br />
Se han adaptado las clasificaciones histológicas a las características de<br />
la técnica, pero aún siguen existiendo algunas limitaciones, principalmente<br />
a la hora de evaluar las placas y engrosamientos más superficiales<br />
46-48 .<br />
En conclusión, pensamos que la investigación básica inicial para<br />
el estudio de los troncos supraaórticos es la ecografía. En aquellos<br />
casos con hallazgos positivos o poco claros se debería realizar posteriormente<br />
una <strong>RM</strong> con contraste siempre que se disponga de la<br />
técnica adecuada. La combinación de estas dos exploraciones permite<br />
reducir drásticamente el número de angiografías convencionales<br />
con fines puramente diagnósticos, que quedaría reservada<br />
para casos muy puntuales (por ejemplo, si no se puede realizar <strong>RM</strong>)<br />
e incluso disminuiría más si tuviéramos a nuestra disposición tecnología<br />
<strong>TC</strong> adecuada (<strong>TC</strong> helicoidal) 35 . El papel de la <strong>TC</strong> aún puede<br />
cobrar mayor protagonismo con el desarrollo de nuevas tecnologías,<br />
como la <strong>TC</strong> multicorte.<br />
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410.
Preguntas de la monografía<br />
PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 1*<br />
1.1. ¿Qué es la fracción de eyección del ventrículo izquierdo?<br />
a) Volumen de sangre del ventrículo izquierdo en sístole.<br />
b) Volumen de sangre del ventrículo izquierdo en diástole.<br />
c) Porcentaje de volumen diastólico del ventrículo izquierdo que es bombeado en sístole.<br />
d) Volumen de sangre residual en el ventrículo izquierdo tras la sístole.<br />
e) Volumen de sangre que es bombeada desde el ventrículo izquierdo en sístole.<br />
1.2. ¿Qué representa la perfusión miocárdica?<br />
a) Cantidad de sangre que llega e irriga el miocardio.<br />
b) Cantidad de sangre que llega a los ventrículos.<br />
c) Cantidad de sangre que es bombeada por la aorta.<br />
d) Cantidad de sangre que llega a la aurícula izquierda.<br />
e) Cantidad de sangre que es bombeada por la arteria pulmonar.<br />
1.3. ¿Qué indica el término viable en relación al miocardio?<br />
a) Tejido miocárdico no afectado tras un infarto.<br />
b) Tejido miocárdico con una alteración de su función irrecuperable tras un infarto.<br />
c) Tejido miocárdico con una alteración de su función pero susceptible de recuperarse.<br />
d) Tejido miocárdico necrosado tras un infarto.<br />
e) Tejido miocárdico no vascularizado.<br />
1.4. ¿Cuál es la técnica de elección para el diagnóstico de la displasia arritmogénica del ventrículo derecho?<br />
a) <strong>TC</strong>.<br />
b) Ecografía transtorácica.<br />
c) Ecografía transesofágica.<br />
d) <strong>RM</strong>.<br />
e) SPECT.<br />
1.5. ¿Qué anomalía valvular se asocia a los aneurismas de aorta?<br />
a) Insuficiencia válvula mitral.<br />
b) Estenosis válvula aórtica.<br />
c) Estenosis válvula tricúspide.<br />
d) Válvula aórtica bicúspide.<br />
e) Insuficiencia válvula aórtica.<br />
* Respuestas en www.seram.es
1 3 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 2*<br />
2.1. ¿Qué plano puede utilizarse para cuantificar los volúmenes del ventrículo derecho?<br />
a) Eje corto.<br />
b) Axial.<br />
c) Sagital.<br />
d) Coronal.<br />
e) Son correctas a y b.<br />
2.2. La función cardíaca regional puede cuantificarse mediante:<br />
a) El cálculo del engrosamiento miocárdico absoluto.<br />
b) El índice de engrosamiento sistólico del miocardio.<br />
c) Técnicas de marcaje del miocardio.<br />
d) El cálculo de los volúmenes.<br />
e) Son correctas a, b y c.<br />
2.3. La masa del ventrículo derecho:<br />
a) Se cuantifica mejor por eco que por <strong>RM</strong>.<br />
b) Se cuantifica mejor por cateterismo que por <strong>RM</strong>.<br />
c) La <strong>RM</strong> es la mejor técnica de imagen para su cuantificación.<br />
d) La asociación de los hallazgos de eco y cateterismo es mejor que la información obtenida con <strong>RM</strong>.<br />
e) La asociación de los hallazgos con isótopos y Eco es mejor que la información obtenida con <strong>RM</strong>.<br />
2.4. La masa miocárdica normal en adultos oscila entre los siguientes valores:<br />
a) Ventrículo izquierdo entre 92 y 190 gramos.<br />
b) Ventrículo izquierdo entre 190 y 290 gramos.<br />
c) Ventrículo derecho entre 23 y 26 gramos.<br />
d) Ventrículo derecho entre 50 y 100 gramos.<br />
e) Son correctas a y c.<br />
2.5. En el estudio de las valvulopatías:<br />
a) La <strong>RM</strong> es más precisa que el eco para el análisis morfológico de las válvulas.<br />
b) La <strong>RM</strong> no permite cuantificar la severidad de las valvulopatías.<br />
c) La <strong>RM</strong> puede ser útil como complementaria de la eco.<br />
d) La <strong>RM</strong> permite realizar análisis semicuantitativo y cuantitativo de la severidad de las valvulopatías.<br />
e) Son correctas c y d.<br />
* Respuestas en www.seram.es
PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 3*<br />
3.1. Las miocardiopatías primarias:<br />
a) Son aquellas en las que se puede definir la etiopatogenia.<br />
b) Son aquellas en las que no es posible definir la etiopatogenia.<br />
c) Son aquellas que se clasifican según su fisiopatología.<br />
d) Incluyen la MCH, MCA, MCR y MCD.<br />
e) Son correctas b, c y d.<br />
3.2. Respecto a la hipertrofia del miocardio, ¿cuál de las siguientes afirmaciones es falsa?<br />
a) Puede deberse a múltiples causas.<br />
b) Su identificación es suficiente para establecer el diagnóstico de MCH.<br />
c) Es el criterio morfológico principal de MCH.<br />
d) En la MCH la hipertrofia puede ser focal, multifocal o difusa.<br />
e) Existen casos de MCH sin hipertrofia.<br />
3.3. Respecto a la miocardiopatía arritmogénica, ¿cuál de las siguientes afirmaciones es falsa?<br />
a) Los hallazgos de <strong>RM</strong> son suficientes para establecer el diagnóstico.<br />
b) Se caracteriza por reemplazamiento graso o fibrograso del miocardio.<br />
c) Nunca provoca dilatación ventricular.<br />
d) No es de carácter hereditario.<br />
e) Son falsas c y d.<br />
3.4. La miocardiopatía dilatada se caracteriza por las siguientes características, excepto una; ¿cuál de las siguientes<br />
afirmaciones es falsa?<br />
a) Aumento del diámetro diastólico.<br />
b) Aumento del diámetro sistólico.<br />
c) Aumento de la fracción de eyección.<br />
d) Aumento de la masa miocárdica.<br />
e) Disminución de la contractilidad del miocardio.<br />
3.5. Respecto a la miocardiopatía restrictiva, ¿cuál de las siguientes afirmaciones es falsa?<br />
a) La <strong>RM</strong> es útil para el diagnóstico diferencial entre MCR y pericarditis constrictiva.<br />
b) La ecografía es la técnica de elección para establecer el diagnóstico.<br />
c) La MCR puede ser primaria o secundaria.<br />
d) La amiloidosis puede ser causa de una MCR.<br />
e) Son frecuentes la insuficiencia mitral y tricúspide.<br />
* Respuestas en www.seram.es<br />
PREG UN TAS DE LA MO N O G RAFÍA 1 3 3
1 3 4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 4*<br />
4.1. Respecto a los factores pronósticos de la miocardiopatía isquémica, indique cuál de los siguientes enunciados es<br />
cierto:<br />
a) La viabilidad miocárdica tiene una gran importancia en los pacientes con infarto agudo.<br />
b) La recuperación de la disfunción ventricular no se relaciona con la presencia de miocardio viable.<br />
c) La disfunción ventricular izquierda severa es un factor de evolución favorable.<br />
d) La supervivencia mejora conforme aumenta la edad.<br />
4.2. ¿Cuáles de los estándares actuales de viabilidad miocárdica es más exacto?<br />
a) Los estudios isotópicos con radiotrazadores como el 201 talio o los compuestos tecneciados ( 99m Tc sestamibi, 99m Tc tetrofosmin).<br />
b) La ecocardiografía con infusión de dobutamina o de milrinona.<br />
c) La tomografía computarizada de alta velocidad de adquisición y sincronismo cardíaco.<br />
d) La <strong>RM</strong> con medios de contraste paramagnéticos.<br />
4.3. Respecto al uso de las técnicas de adquisición en paralelo para mejorar la imagen de <strong>RM</strong> cardíaca, ¿cuál de las<br />
siguientes afirmaciones es cierta?<br />
a) Permiten reducir el número de fases del ciclo cardíaco estudiadas.<br />
b) Permiten reducir la cobertura espacial.<br />
c) Permiten reducir el tiempo de adquisición.<br />
d) Permiten aumentar el tamaño del voxel.<br />
4.4. Respecto a la perfusión miocárdica en <strong>RM</strong>, ¿cuál de las siguientes afirmaciones es cierta?<br />
a) Se evalúa con una secuencia dinámica potenciada en T2*.<br />
b) Se obtienen tras la inyección de un medio de contraste extracelular cuyo primer paso por la circulación es principalmente intravascular.<br />
c) Se adquieren las imágenes al principio de la sístole.<br />
d) Se obtienen las imágenes en los tres ejes principales del corazón.<br />
4.5. Respecto a los estudios tardíos de viabilidad en <strong>RM</strong>, ¿cuál de las siguientes afirmaciones es cierta?<br />
a) Se realizan con secuencias que presentan una baja resolución temporal y espacial.<br />
b) Las secuencias volumétricas EG potenciadas en T1 con preparación tisular mediante un prepulso de inversión son las más adecuadas.<br />
c) El tiempo de inversión se ajusta para maximizar la señal del contraste, mientras que el TE se acorta para minimizar la señal del<br />
miocardio.<br />
d) Debido al lavado miocárdico normal, hay que esperar siempre al menos 30 minutos tras la inyección para delimitar el área no<br />
viable.<br />
4.6. Todas las pruebas existentes de viabilidad presentan un número de «segmentos viables según el test» cuya función<br />
no mejora tras la revascularización. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones explica estos falsos resultados?<br />
a) La permeabilidad del vaso o del injerto, evaluada mediante angiografía coronaria tras el tratamiento, no es un factor relevante.<br />
b) La valoración postoperatoria muy temprana de la función puede estar mediatizada por la presencia de aturdimiento postquirúrgico.<br />
c) Suede ocurrir una brusca recuperación retrasada hasta 12 a 14 meses después de la revascularización.<br />
d) La presencia de un remodelado severo con dilatación ventricular antes de la revascularización no limita la recuperación de la función<br />
tras la misma.<br />
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PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 5*<br />
5.1. De las técnicas empleadas para la detección de isquemia miocárdica:<br />
a) La ecocardiografía de estrés es una de las técnicas más empleadas en la actualidad para la valoración de la perfusión miocárdica.<br />
b) La ergometría es la técnica más utilizada ya que los cambios electrocardiogáficos preceden al resto de las alteraciones en los procesos<br />
isquémicos.<br />
c) Los estudios de cardiología nuclear permiten la detección de defectos de perfusión subendocárdicos, no demostrados por otras<br />
técnicas.<br />
d) La resonancia magnética es capaz de evaluar tanto las alteraciones de la perfusión como de la contractilidad secundarias a la isquemia.<br />
e) La angiografía convencional es la prueba de referencia ya que demuestra tanto las lesiones de las arterias coronarias como su<br />
repercusión sobre la perfusión miocárdica.<br />
5.2. En los estudios de perfusión miocárdica mediante resonancia magnética:<br />
a) Se prefiere la adquisición de secuencias SE T1 debido a su mayor resolución anatómica.<br />
b) Se recomienda la utilización de tiempos de inversión largos para anular la señal del miocardio.<br />
c) El incremento de la intensidad de señal obtenido con agentes de contraste extracelulares resulta de una combinación de componentes<br />
de perfusión y difusión.<br />
d) Se utilizan dosis de altas de contraste para aumentar las diferencias de intensidad de señal entre el tejido sano e isquémico.<br />
e) La elevada resolución espacial y temporal de los estudios de resonancia magnética posibilita la cuantificación de la perfusión miocárdica.<br />
5.3. En los estudios de contractilidad miocárdica bajo estrés farmacológico mediante resonancia magnética:<br />
a) La delimitación de los bordes endocárdicos es mejor con las secuencias de eco de gradiente con incoherencia en la magnetización<br />
transversal que con las secuencias eco de gradiente de precesión en el estado estacionario.<br />
b) Es recomendable retirar los betabloqueantes que constituyan parte del tratamiento habitual del paciente, al menos 24 horas antes<br />
del estudio.<br />
c) La prueba se considera positiva cuando se alcanza el 85% de la frecuencia cardíaca máxima teórica.<br />
d) La obtención de imágenes en tiempo real con las secuencias eco de gradiente de precesión en el estado estacionario aumentan<br />
la resolución espacial.<br />
e) La prueba no se interrumpirá hasta que se detecten alteraciones contráctiles.<br />
5.4. Respecto a los fármacos empleados en los estudios de estrés cardíacos:<br />
a) No se ha validado ningún fármaco que pueda evaluar de forma óptima las alteraciones de la perfusión y de la contractilidad miocárdica<br />
en un único estudio.<br />
b) La adenosina alcanza su efecto máximo a los 15 minutos del inicio de su infusión.<br />
c) La infusión de dobutamina se interrumpe 2-3 minutos antes de cada incremento de dosis.<br />
d) La dobutamina actúa principalmente mediante la provocación de la redistribución del flujo coronario.<br />
e) El dipiridamol produce taquicardia refleja por aumento de la resistencia vascular coronaria.<br />
5.5. En el análisis de los resultados de los estudios de contractilidad:<br />
a) La aplicación del marcado miocárdico, aunque útil, aumenta considerablemente el tiempo de adquisición de las imágenes.<br />
b) El marcado miocárdico aporta líneas fijas de referencia que permiten cuantificar el movimiento mural.<br />
c) Con el análisis de las imágenes obtenidas con marcado miocárdico es posible valorar la función cardíaca regional.<br />
d) La delineación precisa del borde endocárdico en un solo plano permite la estimación del volumen de eyección y de la fracción<br />
de eyección.<br />
e) El trazo de los contornos endocárdicos y epicárdicos no es posible si existen regiones miocárdicas con movimiento discinético.<br />
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PREG UN TAS DE LA MO N O G RAFÍA 1 3 5
1 3 6 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 6*<br />
6.1. Principales indicaciones de la <strong>RM</strong> en cardiopatías congénitas:<br />
a) Visualización de arterias pulmonares centrales: calibre y confluencia.<br />
b) Anomalías de aorta torácica.<br />
c) Detección de CIA y CIV.<br />
d) Evaluación de anomalías venosas y cardiopatías complejas.<br />
e) a, b y d son ciertas.<br />
6.2. La angio-<strong>RM</strong> postgadolinio 3D es la mejor secuencia para la:<br />
a) Valoración de insuficiencias valvulares.<br />
b) Valoración de fracción de eyección.<br />
c) Evaluación de retornos venosos anómalos y anomalías de aorta torácica, así como la valoración de la permeabilidad de conductos<br />
postquirúrgicos.<br />
d) Cuantificación de flujo.<br />
e) Dos o más de las anteriores son ciertas.<br />
6.3. ¿Cómo se puede determinar el situs auricular?<br />
a) Por la morfología de los bronquios principales.<br />
b) Por la morfología de las orejuelas auriculares.<br />
c) Por la relación de las arterias pulmonares centrales con su bronquio correspondiente.<br />
d) Por la posición del hígado, estómago y bazo.<br />
e) Todas las anteriores son ciertas.<br />
6.4. ¿Cuál de estas afirmaciones es cierta?<br />
a) La única anomalía vascular que cursa con impronta esofágica anterior es la arteria subclavia derecha aberrante.<br />
b) Las anomalías del arco aórtico que suelen ser sintomáticas son el doble arco aórtico y el arco aórtico derecho con arteria subclavia<br />
izquierda aberrante.<br />
c) La ecografía es superior a la <strong>RM</strong> para visualizar la coartación de aorta torácica.<br />
d) La interrupción del arco aórtico más frecuente ocurre en la región postductal.<br />
e) Todas las anteriores son falsas.<br />
6.5. ¿Cuál de estas afirmaciones es cierta?<br />
a) Asplenia cursa con isomerismo izquierdo (ambos bronquios principales de morfología izquierda) y frecuente ausencia de la porción<br />
hepática de la cava inferior.<br />
b) La transposición de los grandes vasos (D-transposición) cursa con situs inverso,<br />
c) En la tetralogía de Fallot hay discontinuidad entre las válvulas aurículo-ventriculares (mitral y tricúspide) y ambas válvulas semilunares<br />
(aórtica y pulmonar).<br />
d) El ventrículo derecho morfológico y la aorta están situados en el mismo lado en el 95% de corazones normales y patológicos<br />
(regla de Van Praagh).<br />
e) Todas las anteriores son falsas.<br />
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PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 7*<br />
7.1. Indique la respuesta falsa en relación al estudio cardíaco por <strong>TC</strong> multicorte:<br />
a) Es imprescindible adquirir las imágenes de forma sincronizada con el ECG cardíaco.<br />
b) Con equipos de cuatro canales los estudios en pacientes con ritmo cardíaco superior a 70 latidos por minuto estarán artefactazos<br />
por movimiento.<br />
c) Los equipos de 16 canales permiten colimaciones de corte menores de 1 mm.<br />
d) El uso de navegadores para la adquisición de la imagen con sincronización respiratoria mejora la fiabilidad diagnóstica.<br />
e) El <strong>TC</strong> multicorte es más fiable que el <strong>TC</strong> de haz de electrones (EBCT) para medir el calcio coronario.<br />
7.2. Indique la respuesta falsa en relación al estudio cardíaco por <strong>TC</strong> multicorte:<br />
a) La sincronización cardíaca prospectiva produce menos radiación.<br />
b) La sincronización retrospectiva permite reconstruir cualquier fase del ciclo cardíaco.<br />
c) Cuanto mayor sea el ritmo cardíaco más corta será la adquisición y menos artefactos tendrá la imagen.<br />
d) Es recomendable reconstruir varias fases del ciclo cardíaco y evaluar cada arteria separadamente.<br />
e) La medición de la placa calcificada coronaria es un índice de riesgo coronario.<br />
7.3. ¿Cuál de las siguientes no es una indicación clínica de la <strong>TC</strong> multicorte?<br />
a) Valoración de permeabilidad de bypass coronario.<br />
b) Valoración de permeabilidad de stent coronario.<br />
c) Valoración de estenosis significativa en región proximal de arterias coronarias.<br />
d) Estudio de anomalías congénitas de arterias coronarias.<br />
e) Estudio de perfusión y viabilidad miocárdica.<br />
7.4. ¿Qué método diagnóstico considera de elección en el seguimiento de pacientes con enfermedad de Kawasaki<br />
para valorar la existencia de aneurismas en arterias coronarias?<br />
a) <strong>RM</strong>.<br />
b) <strong>TC</strong> multicorte.<br />
c) Ecografía.<br />
d) Angiografía (coronariografía).<br />
e) Exploración física (auscultación).<br />
7.5. Indique la respuesta falsa en relación al estudio de las arterias coronarias mediante resonancia magnética:<br />
a) La adquisición de la imagen se realiza sincronizada con el latido cardíaco en fase diastólica.<br />
b) La utilización de navegadores es la técnica más útil para suprimir los movimientos respiratorios.<br />
c) Una de las principales indicaciones clínicas es el estudio de permeabilidad de los stent coronarios.<br />
d) La <strong>RM</strong> detecta mejor que la coronariografía el trayecto anómalo de las arterias coronarias.<br />
e) La <strong>RM</strong> tiene un gran potencial en el estudio y caracterización de la placa arteriosclerótica.<br />
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PREG UN TAS DE LA MO N O G RAFÍA 1 3 7
1 3 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 8*<br />
8.1. ¿Qué parte de la placa de ateroma produce el cuadro trombótico agudo?<br />
a) La cápsula fibrosa.<br />
b) El centro lipídico.<br />
c) El engrosamiento intimal.<br />
d) La calcificación de la pared.<br />
e) La ruptura intimal.<br />
8.2. ¿Qué señal tiene el centro lipídico en las imágenes de la <strong>RM</strong>?<br />
a) Hipointenso en secuencias potenciadas en T2.<br />
b) Hiperintenso en secuencias potenciadas en T2.<br />
c) Isointenso en secuencias potenciadas en T2.<br />
d) Hipointenso en secuencias potenciadas en DP.<br />
e) Hipointenso en secuencias potenciadas en T2 e hipointenso en secuencias DP.<br />
8.3. ¿Cuál es la etiología de la placa de ateroma?<br />
a) Infecciosa por la participación de determinados gérmenes como la Chlamydia pneumoniae.<br />
b) La hipertensión arterial.<br />
c) El tabaco.<br />
d) La hiperlipidemia.<br />
e) Todas las anteriores.<br />
8.4. ¿Qué efecto tiene la apoptosis celular?<br />
a) Produce la curación de la placa de ateroma.<br />
b) Produce el centro lipídico por la muerte celular de los monocitos.<br />
c) Produce la calcificación de la placa.<br />
d) Favorece el transporte transmebrana del colesterol.<br />
e) Elimina el exceso de colesterol de la pared vascular.<br />
8.5. ¿Qué métodos de imagen se pueden utilizar actualmente para detectar precozmente una placa vulnerable?<br />
a) La ecografía intravascular.<br />
b) La ecografía Doppler-color<br />
c) La <strong>RM</strong>.<br />
d) <strong>TC</strong> multidetectores<br />
e) Todos los anteriores.<br />
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PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 9*<br />
9.1 ¿Cuál es el tumor cardíaco que se sitúa habitualmente en situación paravalvular?<br />
a) Mixoma.<br />
b) Paranganglioma.<br />
c) Fibroelastoma papilar.<br />
d) Fibroma.<br />
e) Linfoma.<br />
9.2. Un trombo intracavitario subagudo normalmente...<br />
a) Está calcificado en la práctica totalidad de las ocasiones.<br />
b) Es hiperintenso en secuencias cine-<strong>RM</strong>.<br />
c) Se realza tras la administración de contraste intravenoso con frecuencia.<br />
d) Es hipointenso en spT2.<br />
e) Es hipointenso en spT1.<br />
9.3. La forma de afectación metastásica cardíaca más frecuente es:<br />
a) Extensión retrógrada linfática.<br />
b) Masa intramural.<br />
c) Masa intracavitaria.<br />
d) Extensión por contigüidad.<br />
e) Extensión transvenosa.<br />
9.4. El tumor cardíaco que más frecuentemente presenta un componente hemorrágico es:<br />
a) Angiosarcoma.<br />
b) Linfoma.<br />
c) Fibroma.<br />
d) Sarcoma indiferenciado.<br />
e) Paranganglioma.<br />
9.5. Una masa calcificada en el septo interventricular en un neonato probablemente es:<br />
a) Mixoma.<br />
b) Rabdomioma.<br />
c) Fibroma.<br />
d) Fibroelastroma papilar.<br />
e) Lipoma.<br />
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PREG UN TAS DE LA MO N O G RAFÍA 1 3 9
1 4 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 10*<br />
10.1. Es cierto sobre la agenesia del pericardio…<br />
a) Es más frecuente en el lado derecho del pericardio.<br />
b) La agenesia completa del pericardio es la más frecuente.<br />
c) La estructura más frecuentemente herniada a través de defectos del pericardio es la orejuela derecha.<br />
d) La agenesia del hemipericardio izquierdo es la más frecuente.<br />
e) Sitúa al corazón íntegramente en el hemitórax derecho.<br />
10.2. Las pericarditis constrictivas no cursan con:<br />
a) Engrosamiento pericárdico.<br />
b) Aumento de tamaño de aurículas y ventrículos.<br />
c) Pico de llenado ventricular rápido.<br />
d) Signos de hipertensión venosa sistémica.<br />
e) Mismas presiones sistólicas en las cuatro cámaras cardíacas.<br />
10.3. La localización más habitual de los quistes pericárdicos es:<br />
a) En el seno cardiofrénico izquierdo.<br />
b) En el ápex.<br />
c) Detrás del ventrículo izquierdo.<br />
d) Detrás de la orejuela izquierda.<br />
e) En el seno cardiofrénico derecho.<br />
10.4. Sobre los derrames pericárdicos es cierto que:<br />
a) La cantidad de líquido pericárdico normal es de 130-150 ml.<br />
b) La densidad en la <strong>TC</strong> permite diferenciar entre derrames pericárdicos benignos y malignos.<br />
c) Las acumulaciones lentas de líquido pericárdico suelen provocar taponamiento cardíaco.<br />
d) En general, son hipointensos en T1 y T2.<br />
e) Los derrames asociados a linfangiomas son hiperintensos en T1.<br />
10.5. Sobre los tumores pericárdicos es falso que:<br />
a) Los angiosarcomas cardíacos tienen tendencia a invadir el pericardio.<br />
b) El mesotelioma pericárdico representa el 20% de todos los tumores pericárdicos primarios.<br />
c) Las metástasis pericárdicas son más frecuentes que los tumores pericárdicos primarios.<br />
d) La afectación pericárdica y cardíaca por invasión directa es típica del carcinoma broncogénico.<br />
e) Los linfomas cardíacos primarios tienen tendencia a invadir el pericardio.<br />
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PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 11*<br />
11.1. Ante la existencia de dolor torácico de causa presumiblemente aórtica debemos explorar:<br />
a) La aorta ascendente y descendente.<br />
b) La aorta torácica y la abdominal hasta después de la salida de las renales.<br />
c) Desde los troncos supraaórticos hasta las ilíacas primitivas.<br />
d) La aorta torácica y los trocos supraaórticos.<br />
e) Desde el cayado hasta las arterias renales.<br />
11.2. El factor etiológico más frecuentemente asociado con el síndrome aórtico agudo es:<br />
a) La obesidad.<br />
b) El tabaco.<br />
c) El síndrome de Marfan.<br />
d) La cardiopatía isquémica.<br />
e) La hipertensión arterial.<br />
11.3. La disección aórtica debe tratarse:<br />
a) Siempre mediante cirugía.<br />
b) Con cirugía las de tipo A y las de tipo B pueden manejarse conservadoramente.<br />
c) Son quirúrgicas o no, dependiendo de la etiología.<br />
d) Deben operarse dependiendo de la estabilidad hemodinámica.<br />
e) Nunca son quirúrgicas.<br />
11.4. La relación de disección, hematoma intramural y úlcera penetrante:<br />
a) Está siempre presente.<br />
b) Son siempre espectro de la misma enfermedad.<br />
c) No existe relación entre ellas.<br />
d) Sólo la clínica es similar.<br />
e) Existe a menudo relación entre ellas pero pueden ser independientes.<br />
11.5. La existencia de tractos lineales con forma de tela de araña en una de las luces de una disección la identifica<br />
como:<br />
a) Luz falsa.<br />
b) Luz verdadera.<br />
c) No tiene valor para identificarlas.<br />
d) Puede verse indistintamente.<br />
e) Las respuestas c y d son correctas.<br />
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PREG UN TAS DE LA MO N O G RAFÍA 1 4 1
1 4 2 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 12*<br />
12.1. ¿Cuál de las siguientes forma parte de la tríada de Virchow?<br />
a) Hipercoagulabilidad.<br />
b) Déficit de antitrombina.<br />
c) Aumento de la presión arterial.<br />
d) Hiperventilación alveolar.<br />
e) Hipoventilación alveolar.<br />
12.2. ¿Cuál de los siguientes síntomas aparece en aproximadamente el 97% de los pacientes con TEP agudo?<br />
a) Tos.<br />
b) Síncope.<br />
c) ICC.<br />
d) Disnea de comienzo súbito.<br />
e) Taquicardia.<br />
12.3. ¿Cuál de los siguientes hallazgos en la radiografía de tórax es el más frecuente en el TEP agudo?<br />
a) Elevación diafragmática.<br />
b) Derrame pleural uni o bilateral.<br />
c) Atelectasia.<br />
d) Signo de Westermark.<br />
e) Signo de la joroba de Hampton.<br />
12.4. De los siguientes, ¿cuál es el signo menos fiable de embolismo pulmonar en <strong>RM</strong>?<br />
a) Defecto de llenado en arterias pulmonares principales.<br />
b) Defecto de llenado en arterias lobares y segmentarias.<br />
c) Signo del émbolo en «raíl de tren».<br />
d) Amputación de una rama segmentaria.<br />
e) Amputación de un vaso subsegmentario.<br />
12.5. ¿Cuál de las siguientes aseveraciones es falsa?<br />
a) Las secuencias HASTE ayudan a visualizar alteraciones del parénquima pulmonar.<br />
b) El relleno de las líneas centrales del espacio K debe realizarse durante el pico máximo de la concentración de contraste.<br />
c) Los pequeños subvolúmenes MIP son poco útiles para la interpretación de las imágenes de <strong>RM</strong>.<br />
d) Los planos coronal y sagital son los más utilizados para la adquisición de la secuencia eco de gradiente 3D.<br />
e) La <strong>RM</strong> no es muy satisfactoria para detectar émbolos subsegmentarios.<br />
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PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 13*<br />
13.1. Con respecto a la patología arterial periférica, sólo una de las siguientes aseveraciones es correcta:<br />
a) El diagnóstico de la patología arterial obliterante periférica se realiza exclusivamente por la medida segmentaria de la presión<br />
arterial.<br />
b) La clínica es poco útil para el diagnóstico de esta entidad.<br />
c) El angio-<strong>TC</strong> es la técnica de imagen considerada el «gold standard».<br />
d) La angio-<strong>RM</strong> y la angio-<strong>TC</strong> son superiores a la angiografía en el diagnóstico de patología aneurismática.<br />
e) La angiografía es la técnica más útil, por ser escasamente invasiva.<br />
13.2. Una de las siguientes no es correcta con relación a la angio-<strong>RM</strong>:<br />
a) Las secuencias T1 (3D) en eco de gradiente incrementan la intensidad de señal del flujo sanguíneo tras la administración de contraste.<br />
b) En general, aumentando la cantidad de contraste mejora la calidad del estudio.<br />
c) El retraso en la adquisición es el factor más importante para obtener imágenes bien contrastadas.<br />
d) La calidad de los estudios en angio-<strong>RM</strong> es independiente de la capacidad de mantener la apnea de los pacientes.<br />
e) Para el estudio de miembros inferiores son útiles cortes de 1-2 mm de grosor.<br />
13.3. Señale la aseveración que considere correcta:<br />
a) Los artefactos de fase son sombras paralelas al vaso con una intensidad de señal alta.<br />
b) La pseudodisección es otro de los artefactos que puede aparecer en los estudios de angio-<strong>RM</strong>.<br />
c) Las estenosis menores del 50% pueden ser sobrevaloradas en los estudios de angio-<strong>RM</strong>.<br />
d) La angio-<strong>RM</strong> puede visualizar salida distal en algunos pacientes en los que no se ha visualizado por angiografía por substracción<br />
digital.<br />
e) Todas son correctas.<br />
13.4. Una de las siguientes no es correcta en relación con los estudios de angio-<strong>TC</strong>:<br />
a) El grosor de los cortes es suficiente de unos 5 mm, sin necesidad de solapamiento.<br />
b) En general, el contraste se administra entre 3-4 ml/s.<br />
c) La reconstrucción MIP puede ofrecer el árbol vascular de los miembros inferiores en una única imagen.<br />
d) La presencia de calcio suele dificultar el valor diagnóstico de las imágenes en la reconstrucción MIP.<br />
e) En las estenosis severas ( > 75%) y oclusiones, su sensibilidad es de aproximadamente el 90%.<br />
13.5. Con relación a los estudios de imagen en la patología arterial de miembros inferiores, sólo una de las siguientes<br />
es incorrecta:<br />
a) La angiografía DSA puede no visualizar vasos distales cuando en realidad están permeables.<br />
b) La angio-<strong>RM</strong> puede evitar en la mayoría de los casos la realización de la DSA.<br />
c) La angio-<strong>RM</strong> está especialmente indicada en pacientes portadores de prótesis intraarteriales.<br />
d) La angio-<strong>TC</strong> y la angio-<strong>RM</strong> son técnicas menos invasivas que la DSA.<br />
e) Las calcificaciones vasculares pueden ocasionar un falso diagnóstico de permeabilidad en los estudios de angio-<strong>TC</strong>.<br />
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PREG UN TAS DE LA MO N O G RAFÍA 1 4 3
1 4 4 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 14*<br />
14.1. ¿Cuál de los siguientes factores técnicos es el más importante para una buena angiografía por <strong>RM</strong> renal?<br />
a) Un TR muy corto (gradientes de campo potentes y rápidos).<br />
b) Una lectura «centrada» del espacio k.<br />
c) Supresión de la señal de la grasa.<br />
d) Sincronización de la adquisición con el paso del gadolinio por la aorta.<br />
e) Hacer imágenes basales como «máscara» para sustracción.<br />
14.2. En la práctica de angiografías renales la <strong>TC</strong> multicanal puede mejorar a la de un solo corte en todos los siguientes<br />
puntos, excepto uno, ¿cuál es?<br />
a) Permite reducir el tiempo de apnea del paciente.<br />
b) Puede utilizarse un menor volumen de contraste.<br />
c) El paciente recibe una menor dosis de radiación.<br />
d) Pueden hacerse cortes más finos.<br />
e) Puede mejorar la valoración de arterias tratadas con endoprótesis metálicas.<br />
14.3. ¿A cuál de los siguientes pacientes no haría una angio-<strong>RM</strong>?<br />
a) Valoración de una estenosis tratada percutáneamente con endoprótesis metálica.<br />
b) Paciente con insuficiencia renal moderada.<br />
c) Paciente con insuficiencia renal importante en hemodiálisis.<br />
d) Trasplantado renal.<br />
e) Reacción previa a la inyección de contraste yodado.<br />
14.4. ¿En qué aventaja la angio-<strong>RM</strong> a la angio-<strong>TC</strong>?<br />
a) No utiliza radiaciones ionizantes.<br />
b) El medio de contraste es menos nefrotóxico.<br />
c) Tiene mayor resolución espacial.<br />
d) Es una técnica mucho más rápida y sencilla.<br />
e) Son correctas A y B.<br />
14.5. ¿De qué tipo es la principal secuencia de pulsos que se usa para la angio-<strong>RM</strong> con gadolinio<br />
a) Eco del espín 2D potenciada en T1.<br />
b) Eco de gradiente 3D potenciada en T1.<br />
c) Eco del espín rápida potenciada en T2.<br />
d) Eco de gradiente potenciada en T2*.<br />
e) Eco de gradiente con contraste de fase.<br />
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PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 15*<br />
15.1. ¿Cuál es la causa más frecuente de IMA?<br />
a) Trombosis arterial.<br />
b) Trombosis venosa.<br />
c) Fallo cardíaco.<br />
d) Embolismo arterial.<br />
e) Cáncer de páncreas.<br />
15.2. En relación a la TVM, ¿cuál de estas afirmaciones es cierta?<br />
a) Representa el 60% de los episodios de IMA.<br />
b) Tiene mejor pronóstico que la trombosis arterial.<br />
c) Se asocia a estados de hipercoagulalilidad en menos del 20% de las ocasiones.<br />
d) Tiene peor pronóstico que la embolia de la AMS.<br />
e) Ninguna de las anteriores.<br />
15.3. ¿Qué afirmación es cierta en la IMA?<br />
a) El émbolo menor en la AMS es proximal a la rama ileocólica.<br />
b) Los émbolos distales a la rama ileocólica de la AMS tienen peor pronóstico que los proximales.<br />
c) La presencia de vasoconstricción distal a la oclusión no influye en el pronóstico de la IMA.<br />
d) La acidosis metabólica es un factor desencadenante del vasoespasmo.<br />
e) La IMA no oclusiva representa el 60% de los episodios de isquemia.<br />
15.4. Respecto a la IMC, ¿qué afirmación es falsa?<br />
a) La IMC se caracteriza por dolor abdominal y pérdida de peso.<br />
b) La malabsorción severa es una consecuencia de la IMC.<br />
c) Una angio-<strong>TC</strong> normal no descarta la IMC.<br />
d) La causa más frecuente de IMC es la ateromatosis de las arterias viscerales.<br />
e) La estenosis de dos arterias viscerales puede ser causa de IMC.<br />
15.5. ¿Cuál de estas afirmaciones es cierta?<br />
a) Los aneurismas de la AMS no son una indicación de cirugía.<br />
b) La causa más frecuente de aneurismas de la AMS es la ateromatosa.<br />
c) La arcada de Riolano es una conexión entre las arterias pancreaticoduodenales y la AMS.<br />
d) La compresión del tronco celíaco por el ligamento arcuato del diafragma puede causar estenosis de la vía biliar en el injerto hepático.<br />
e) El tronco celíaco no influye en la vascularización de la vía biliar.<br />
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PREG UN TAS DE LA MO N O G RAFÍA 1 4 5
1 4 6 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
PREGUNTAS DEL CA PÍTULO 16*<br />
16.1. ¿Cuál es la causa más frecuente de los síntomas secundarios a estenosis carotídea?<br />
a) La disminución del flujo sanguíneo.<br />
b) La hemorragia intraplaca.<br />
c) El embolismo de material necrótico que se desprende de la propia placa o de trombo formado en el flujo turbulento postestenótico.<br />
d) Las placas calcificadas nunca producen síntomas.<br />
e) Todas son ciertas.<br />
16.2. ¿Cuál es la principal diferencia entre carótida interna y externa que ayuda a su diferenciación en ecografía Doppler?<br />
a) El patrón de flujo de alta resistencia en carótida interna.<br />
b) El patrón de flujo de baja resistencia en carótida externa.<br />
c) La presencia de ramas colaterales en carótida interna.<br />
d) La presencia de ramas colaterales en carótida externa.<br />
e) No se pueden distinguir por ecografía.<br />
16.3. ¿Cuál de los siguientes datos es el de menor valor a la hora de graduar una estenosis carotídea con ecografía<br />
Doppler?<br />
a) La velocidad pico sistólica a nivel de la estenosis o inmediatamente distal.<br />
b) La velocidad pico sistólica de la carótida interna en un área sin estenosis.<br />
c) La ratio de velocidades pico sistólicas entre la tomada a nivel de la estenosis y en carótida común en un área sin estenosis.<br />
d) La velocidad final diastólica a nivel de la estenosis o inmediatamente distal.<br />
e) Todas son igual de válidas.<br />
16.4 Entre las limitaciones de la técnica TOF se encuentran:<br />
a) La larga duración de la secuencia.<br />
b) La susceptibilidad a artefactos por movimiento.<br />
c) La saturación del flujo de vasos paralelos al plano de imagen<br />
d) La dificultad para diferenciar entre estenosis crítica y oclusión.<br />
e) Todas las anteriores son limitaciones del T OF.<br />
16.5. Señale la premisa falsa<br />
a) La asociación de US y <strong>RM</strong> angiografía permite obviar la realización de gran número de angiografías convencionales.<br />
b) La angio-<strong>RM</strong> con contraste emplea secuencias de mucha más duración temporal que el T OF.<br />
c) El centro elíptico es una mejora técnica con el que se mejora la resolución de contraste.<br />
d) Los estudios de <strong>RM</strong> con contraste permiten reformateos multiplanares.<br />
e) Es básico en la <strong>RM</strong> con contraste sincronizar la llegada del mismo con la adquisición de las secuencias.<br />
* Respuestas en www.seram.es
A<br />
Accidente cerebrovascular isquémico, 76<br />
Ácidos grasos, 40<br />
Acrónimos de algunas de las secuencias, 12<br />
Adelgazamiento mural, 42<br />
Adenosina, 48, 51<br />
Adhesión de las plaquetas, 76<br />
Adquisición de imagen<br />
sincronizada con el electrocardiograma, 70<br />
con sincronización cardíaca, 71<br />
Agenesia del pericardio, 88<br />
Agente<br />
de contraste, 48<br />
quimiotáctico, 76<br />
Alta resolución espacial, 71<br />
Alteraciones de la contractilidad miocárdica, 51<br />
Amiloidosis, 34, 35<br />
cardíaca, 30, 36<br />
Aminofilina, 48, 49<br />
Análisis<br />
cualitativo<br />
de la contracción del miocardio, 22<br />
del movimiento ventricula, 54<br />
de la perfusión, 50<br />
de resultados, 49, 52<br />
semicuantitativo, 53<br />
Anatomía y patología cardíaca por segmentos, 61<br />
Aneurismas, 121<br />
de arterias coronarias, 72<br />
de la AMS, 122<br />
de la arteria esplénica, 121<br />
y disecciones aórticos, 61<br />
Angina<br />
intestinal, 121<br />
severa, 44<br />
Angio-<strong>RM</strong>, 107, 108, 109, 110, 113, 114, 117,<br />
118, 119, 120, 127, 129<br />
Angio-<strong>RM</strong> 3D, 105, 115, 116<br />
Angio-<strong>TC</strong>, 107, 108, 110, 116, 117, 119, 120,<br />
121, 127<br />
multicorte, 121<br />
Angiografía<br />
con sustracción digital (ASD), 125<br />
coronaria, 69<br />
por <strong>RM</strong>, 14<br />
Angioplastia con balón, 69<br />
Angiosarcoma, 82, 90<br />
Índice analítico<br />
Anillos vasculares, 60<br />
Anomalía<br />
de Ebstein, 65<br />
de Uhl, 33<br />
de las coronarias, 63<br />
venosas sistémicas y pulmonares, 65<br />
Antagonistas del calcio, 51<br />
Antenas o bobinas, 11<br />
de superficie, 11<br />
phase array, 11<br />
Aorta, 8, 58<br />
coartación de la, 58<br />
diámetro de la, 8<br />
máximo de la aorta ascendente, 9<br />
disecciones de, 8<br />
patología aórtica aguda, 8<br />
pseudocoartación de, 59<br />
Aplicaciones clínicas, 70<br />
Apoptosis celular, 76<br />
Arcada pericólica de Riolano, 121<br />
Arco aórtico, 60<br />
derecho con arteria subclavia izquierda aberrante,<br />
60<br />
de Turner, 61<br />
doble, 60<br />
Ehlers-Danlos, 61<br />
izquierdo con arteria subclavia derecha aberrante,<br />
60<br />
Marfan, 61<br />
Noonan, 61<br />
Área valvular efectiva, 23<br />
Arritmia, 70<br />
Artefacto, 12<br />
envolvimiento o aliasing, 12<br />
por flujo lento, 12<br />
Arteria<br />
carótida, 125<br />
circunfleja, 69<br />
coronaria<br />
derecha, 69<br />
izquierda, 69<br />
única, 72<br />
descendente anterior, 69<br />
marginal, 69<br />
de Drummond, 121<br />
mesentérica<br />
inferior (AMI), 119<br />
superior (AMS), 119<br />
pulmonar, 9, 58<br />
izquierda aberrante (pulmonary artery sling),<br />
58<br />
patología de las, 9<br />
renal, 113<br />
Arteriografía con un catéter intraarterial (ASDIA),<br />
113<br />
Arteriosclerosis, 75<br />
Arteritis de Takayasu, 61<br />
Asa ventricular, 62<br />
derecha (D loop), 62<br />
izquierda (L loop), 62<br />
ASD, 116<br />
ASDIA, 118<br />
Asplenia, 62<br />
Atenolol, 70<br />
Ateromatosis de las arterias viscerales, 121<br />
Aterosclerosis carotídea, 125<br />
Aterotrombosis, 76<br />
Atrapamiento poplíteo, 110<br />
Atresia<br />
o estenosis pulmonar severa, 62<br />
pulmonar, 63<br />
Aurículas, 6<br />
derecha, 17<br />
izquierda, 18<br />
Ausencia de la porción hepática de la cava inferior,<br />
62<br />
B<br />
β-bloqueante, 70<br />
Banda moderadora, 18<br />
Betabloqueantes, 51<br />
Biopsia endomiocárdica, 34<br />
Bypass coronarios, 71<br />
C<br />
Calcificación, 70<br />
Calcificaciones, 8<br />
intratumorales, 79<br />
Canal aurículo-ventricular, 62<br />
Cápsula<br />
fibrosa, 76, 77<br />
rota, 76<br />
Captaciones tardías, 41
1 4 8 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
Carcinoma, 83<br />
hepatocelular o broncogénico, 83<br />
renal, 83<br />
Cardiología nuclear, 47<br />
Cardiopatía<br />
isquémica, 47<br />
congénita, 57, 65<br />
etiología, 57<br />
incidencia, 57<br />
mortalidad, 57<br />
compleja, 63<br />
izquierda-derecha, 58<br />
Cascada isquémica, 47<br />
Células espumosas, 76<br />
Centro lipídico, 76<br />
CIA, 57<br />
Cine-<strong>RM</strong>, 12<br />
Cinética de los medios de contraste, 50<br />
Circulación visceral, 119<br />
Clasificación de, 94<br />
De Bakey, 94<br />
Stanford, 94<br />
tipo, 94<br />
A, 94<br />
B, 94<br />
Coartación<br />
aórtica, 61, 98<br />
y transposición de grandes vasos, 57<br />
Codificación de la velocidad, 12<br />
Colesterol-LDL, 76<br />
Complejo de Carney, 79<br />
Comunicación<br />
interauricular, 62<br />
interventricular, 63<br />
Concordancia<br />
aurículo-ventricula, 63<br />
Conmoción<br />
miocárdica, 39<br />
o aturdimiento miocárdico, la hibernación, 39<br />
Constricción pericárdica, 89<br />
Continuidad por la ácigos, 62<br />
Contracción ventricular, 41<br />
Contractilidad, 3, 4, 42<br />
del miocardio, 3<br />
miocárdica, 53<br />
Control de permeabilidad de stents, 71<br />
Crista terminalis, 17, 83, 84<br />
Criterios<br />
diagnósticos de la MCA, 30<br />
morfológicos y funcionales<br />
de la MCD en <strong>RM</strong>, 33<br />
de la MCH en <strong>RM</strong>, 28<br />
de la MCR en <strong>RM</strong>, 35<br />
para el diagnóstico de MCA, 31<br />
Cuantificación<br />
de la masa miocárdica, 28<br />
de los volúmenes de las aurículas, 21<br />
tridimensional de la motilidad miocárdica, 22<br />
Curvas de, 12<br />
de intensidad de señal respecto al tiempo, 50<br />
flujo/tiempo, 12, 13<br />
velocidad/tiempo, 12, 13<br />
D<br />
D-malposición, 64<br />
Derrame<br />
metastásico, 83<br />
pericárdico, 89<br />
quiloso, 90<br />
Desplazamiento miocárdico, 54<br />
Diagnóstico<br />
de MCA, 33<br />
diferencial, 33, 35<br />
Dímero-D, 101<br />
Dipiridamol, 48, 49, 51<br />
Discordancia<br />
aurículo-ventricular, 63<br />
ventrículo-arterial, 63<br />
Disección aórtica (DA), 93, 94<br />
aguda, 94<br />
hematoma-úlcera, 98<br />
Disfunción<br />
diastólica, 29<br />
ventricular izquierda severa, 39<br />
Displasia arritmogénica del ventrículo derecho,<br />
30<br />
Distensibilidad del miocardio, 29<br />
Divertículos pericárdicos, 88<br />
Doble vena cava superio, 65<br />
Dobutamina, 22, 40, 50, 53<br />
Doppler, 125<br />
DSA, 107, 108, 109<br />
Divertículo (Kommerell), 60<br />
E<br />
Eco navegador corrector, 72<br />
Ecocardiografía, 47<br />
de estrés, 47<br />
Ecografía, 8, 129<br />
especificidad, 8<br />
sensibilidad, 8<br />
transesofágica, 79<br />
Efecto<br />
Pasteur, 40<br />
secundario, 51<br />
Émbolos subsegmentarios, 105<br />
Endarterectomía carotídea, 125<br />
Endocarditis<br />
bacteriana, 61<br />
de Löffler, 35, 36<br />
Endotelio vascular, 75<br />
Enfermedad<br />
<strong>cardiovascular</strong>, 1<br />
de Davis, 36<br />
de Kawasaki, 72<br />
de Takayasu, 98<br />
endomiocárdica, 36<br />
isquémica del corazón, 69<br />
poliquística del adulto, 98<br />
tromboembólica, 101<br />
Engrosamiento<br />
del pericardio, 36<br />
miocárdico absoluto, 22<br />
Ergometría, 47<br />
Esclerosis tuberosa, 80<br />
Esofagograma, 60<br />
Espacio k, 41<br />
Espectroscopia, 42<br />
Esquema<br />
de las arterias coronarias, 69<br />
de segmentos, 4<br />
cardíacos, 5<br />
irrigación, 5<br />
Estenosis, 71, 108<br />
arterial, 72<br />
carotídea, 126<br />
de alto grado, 71<br />
de arteria renal, 115<br />
de arterias coronarias, 72<br />
pulmonar, 62<br />
supravalvular aórtica, 59<br />
valvulares, 23<br />
vasculares, 76<br />
Estimación cualitativa, 52<br />
Estrías grasas, 76<br />
Estudio<br />
«multifase», 70<br />
de medición de calcio coronario, 70<br />
de perfusión, 48, 106<br />
con isótopos, 47<br />
de contractilidad, 50<br />
de contractilidad bajo estrés, 52<br />
Evaluación<br />
de la función cardíaca, 63<br />
postquirúrgica, 65<br />
Exploración de arterias coronarias, 70<br />
F<br />
F-desoxiglucosa, 40<br />
Factor de flujo, 75<br />
Factor V Leiden, 101<br />
Falsa luz, 93<br />
Fármacos, 50<br />
vasodilatadores, 48<br />
Fenómeno<br />
de robo, 48<br />
trombótico, 76<br />
Fibroelastoma papilar, 80<br />
Fibroma, 81<br />
cardíaco, 30<br />
Fibrosarcoma, 82<br />
Fibrosis<br />
endomiocárdica, 35, 36<br />
intersticial progresiva, 33<br />
Flap, 94<br />
intimal, 94<br />
íntimo-medial, 94<br />
Fleblolitos, 81<br />
Fracción de eyección, 3, 20, 21, 39, 53<br />
Fuerza, 3<br />
postllenado, 3<br />
prellenado, 3<br />
Función, 3, 18<br />
cardíaca, 3, 18<br />
global, 20<br />
regional, 22<br />
del ventrículo derecho, 21<br />
miocárdica regional, 54<br />
valvular, 22<br />
ventricular izquierda, 3<br />
G<br />
Gasto cardíaco, 20, 21<br />
Glucosa, 40<br />
Gradiente de presión transvalvular, 23<br />
Grosor del miocardio, 19<br />
H<br />
Hallazgos<br />
funcionales típicos de la MCD, 34<br />
morfológicos y funcionales de la MCA en <strong>RM</strong>,<br />
32<br />
Hamartoma, 80<br />
Hemangioma, 81<br />
Hematoma intramural (HI), 93, 94
Hemocromatosis, 34<br />
Hemorragia en el infarto, 43<br />
Hidrato de cloral, 57<br />
Hipercaptación miocárdica, 43<br />
Hipertensión arterial pulmonar, 58<br />
Hipertrofia, 28<br />
apical, 28<br />
basal septal, 28<br />
concéntrica, 28<br />
de la pared lateral, 28<br />
lipomatosa del septo interauricular, 80<br />
miocárdica, 19<br />
Homogénea o transmural, 43<br />
HTA, 113<br />
I<br />
Íleo exudativo, 121<br />
IMA, 121<br />
<strong>Imagen</strong><br />
con sincronización respiratoria clásica, 71<br />
dinámica de perfusión, 40<br />
en paralelo, 41<br />
en tiempo real, 52<br />
Impronta esofágica anterior, 60<br />
Incarceración miocárdica26., 88<br />
Índice<br />
de engrosamiento sistólico, 22<br />
de motilidad ventricular, 52<br />
de reserva de perfusión, 50<br />
Infarto, 42<br />
crónicos, 42<br />
transmural, 42<br />
de miocardio, 39, 78<br />
intestinal, 120<br />
recientes, 42<br />
subendocárdicos, 43<br />
Infiltración grasa del miocardio, 32<br />
Infundíbulo<br />
muscular, 62<br />
o tracto de salida, 18<br />
Insuficiencias valvulares, 23<br />
Integridad de membrana, 40<br />
Interrupción<br />
de la cava inferior con continuación por la ácigos,<br />
65<br />
del arco aórtico, 59<br />
Intervención<br />
de Fontan, 66<br />
de Jatene o arterial switch, 66<br />
de Mustard y Senning, 66<br />
Isomerismo, 62<br />
derecho, 62<br />
izquierdo, 62<br />
Isquemia, 30<br />
mesentérica<br />
aguda (IMA), 120<br />
crónica (IMC), 121<br />
L<br />
L-malposición, 64<br />
Lactato, 40<br />
Leiomiomatosis intravenosa, 81<br />
Leiomiosarcoma, 82<br />
Linfangioma, 90<br />
Linfoma, 83, 90<br />
B tipo Burkitt, 83<br />
no Hodgkin, 83<br />
primarios cardíacos, 90<br />
Lipoma, 80, 90<br />
cardíaco, 80<br />
Lipoproteínas, 76<br />
Liposarcoma, 82, 90<br />
Luz, 8, 94<br />
criterios, 95<br />
falsa, 8, 94, 95<br />
verdadera, 8, 94, 95<br />
M<br />
Macrófagos, 76<br />
Mapas paramétricos, 53<br />
Marcadores de miocardio variable, 40<br />
Marcaje del miocardio, 22, 34<br />
Masa<br />
cardíaca, 79<br />
del ventrículo derecho, 20<br />
del ventrículo izquierdo, 20<br />
miocárdica, 3, 19<br />
ventricular, 53<br />
MCR obliterativa, 36<br />
Medición del calcio coronario, 70<br />
Melanoma, 83<br />
Mesotelioma, 90<br />
Metabolismo miocárdico, 40<br />
Metaloproteinasa, 76<br />
Metástasis cardíacas, 83<br />
Métodos, 20<br />
área-longitud, 21, 53<br />
biplano, 20<br />
de Penn, 20<br />
de Simpson, 23<br />
directo, 20<br />
indirectos, 20<br />
MIBG, 81<br />
Milrinona, 40<br />
Miocardio, 5, 39, 40<br />
aturdido, 5, 39, 52<br />
hibernado, 5, 39, 40, 52, 53<br />
marcaje del, 14<br />
negro, 13<br />
viable, 39<br />
Miocardiopatías, 27<br />
clasificación, 27<br />
arritmogénica, 27, 30<br />
diagnóstico, 30<br />
incidencia, 30<br />
dilatada, 27, 33<br />
hipertrófica, 27<br />
primarias, 27<br />
restrictiva, 27, 35, 89<br />
secundarias o específicas, 27<br />
específicas, 36<br />
MIP, 120<br />
Mixoma, 79<br />
de la aurícula izquierda, 79<br />
Morbilidad y mortalidad, 1<br />
Morfología cardíaca, 16<br />
análisis de la, 16<br />
Motilidad miocárdica, 34<br />
Muerte súbita, 81<br />
Músculos papilares, 18<br />
N<br />
N-amonio, 40<br />
Navegadores, 71<br />
Necrosis miocárdica, 42<br />
Nifedipino, 51<br />
Nitroglicerina, 51<br />
Núcleo lipídico, 77<br />
O<br />
Obstrucción<br />
del tracto de salida del ventrículo izquierdo, 63<br />
dinámica del tracto de salida del ventrículo<br />
izquierdo, 29<br />
trombótica aguda, 76<br />
Ojos de buey, 53<br />
Orejuela, 17<br />
izquierda, 18<br />
Osteogénesis imperfecta, 98<br />
Osteosarcoma, 82<br />
P<br />
ÍN DIC E AN ALÍTIC O 1 4 9<br />
Paragangliomas, 81<br />
Patología arterial periférica obliterante, 107<br />
Perfusión, 4, 105<br />
del miocardio, 30<br />
análisis, 43<br />
reducción, 43<br />
miocárdica, 40, 41<br />
técnicas para evaluar, 4<br />
Pericardio, 18, 87<br />
Pericarditis, 27, 88<br />
constrictiva, 27, 89<br />
por toxicidad farmacológica, 83<br />
postradioterapia, 83, 89<br />
urémica, 88<br />
Persistencia del ductus, 63<br />
PET, 40<br />
Placa<br />
arteriosclerótica, 72<br />
blanda, 78<br />
calcificada, 72, 78<br />
coronaria, 70<br />
de alto riesgo, 78<br />
de ateroma, 75, 76, 77, 78, 126, 129<br />
clasificación clínica de la, 75<br />
fases evolutivas, 75<br />
fase I: hiperplasia intimal, 75<br />
fase II: placa vulnerable, 76<br />
fase III y IV: ruptura de la placa, 76<br />
fase V: placas fibrosas, 76<br />
fibrosa, 77<br />
formación de la, 76<br />
vulnerable, 71, 77<br />
Planos<br />
de estudio, 14<br />
de imagen, 2<br />
cuatro cámaras, 2, 16<br />
dos cámaras o eje largo, 2<br />
eje corto, 2, 16<br />
de marcado, 54<br />
intrínsecos, 15<br />
eje largo del ventrículo izquierdo, 15<br />
horizontal (tres cámaras), 15<br />
vertical, 15<br />
dos cámaras aurícula derecha (aurícula<br />
derecha-ventrículo derecho, 15<br />
dos cámaras aurícula izquierda-ventrículo<br />
izquierdo, 15<br />
eje largo vertical-tracto de salida del<br />
ventrículo izquierdo, 15<br />
ortogonales, 14<br />
axial, 14<br />
coronal, 14
1 5 0 IMAG EN C ARDIO VASC ULAR AVAN ZADA: <strong>RM</strong> Y <strong>TC</strong><br />
sagital, 14<br />
oblicuo, 14<br />
Polisplenia, 62<br />
Procedimientos no invasivos, 1<br />
Prótesis intraarteriales, 110<br />
Protocolo<br />
de estudio, 49, 52<br />
de viabilidad miocárdica, 41<br />
Proyección de máxima intensidad, 109<br />
Pseudodisección, 108<br />
Pseudomasas, 83<br />
Q<br />
Quiste<br />
broncogénico, 81<br />
pericárdicos, 88<br />
broncogénicos, 88<br />
hidatídicos intrapericárdicos, 88<br />
teratomas, 88<br />
tímicos, 88<br />
R<br />
Rabdomioma, 80<br />
Rabdomiosarcoma, 82<br />
Raíl de tren, 104<br />
Receso retroaórtico, 87<br />
Reconstrucción multiplanar, 70<br />
Red<br />
de Chiari, 18<br />
venosa de Chiari, 83<br />
Reentrada, 95<br />
Reformateo multiplanar en MIP, 127<br />
Regla<br />
de R. Van Praagh, 62<br />
de Simpson, 20, 21, 53<br />
Relación con las arterias, 49<br />
Remodelamiento positivo, 76<br />
Resolución temporal, 12<br />
Resonancia magnética, 2<br />
aplicaciones, 2<br />
Retorno venoso anómalo pulmonar, 62, 65<br />
parcial, 65<br />
total, 65<br />
y sistémico, 62<br />
Revascularización, 44<br />
coronaria, 39<br />
Ritmo cardíaco, 70<br />
<strong>RM</strong>, 8, 47, 103, 127<br />
especificidad, 8<br />
indicaciones de la, 57<br />
sensibilidad, 8<br />
Rx tórax, 1<br />
S<br />
Sangre, 12, 22<br />
brillante, 12<br />
negra, 12, 22<br />
Sarcoidosis, 34, 35, 36<br />
Sarcomas, 82, 83, 90<br />
indiferenciado, 82, 83<br />
Secuencias, 11<br />
con doble eco, 77<br />
con doble pulso de inversión, 77<br />
potenciadas en T2, 78<br />
de cine-<strong>RM</strong> con codificación de la velocidad,<br />
22<br />
de perfusión, 48, 49<br />
eco de gradiente, 12<br />
de precesión en el estado estacionario, 52<br />
en apnea, 11<br />
espín-eco, 12<br />
2D o 3D Eco Planar (EPI), 72<br />
3D, 103, 127<br />
en apnea, 72<br />
Sedación, 57<br />
Segmentarias del ventrículo izquierdo, 52<br />
Segmento<br />
acinético, 52<br />
discinético, 52<br />
hipocinético, 52<br />
hipoquinético, 44<br />
miocárdico, 49<br />
Seno de Valsalva<br />
izquierdo, 69<br />
derecho, 69<br />
Septo, 17<br />
interauricular, 17<br />
interventricular, 18<br />
Signo<br />
de Kussmaul, 89<br />
del Mercedes-Benz, 94<br />
Sincronización, 11<br />
cardíaca, 72<br />
con navegadores, 71<br />
entre el electrocardiograma (ECG), 11<br />
respiratoria, 12<br />
prospectiva, 70, 72<br />
Síndrome, 61<br />
aórtico agudo (SAA), 93<br />
de Brugada, 33<br />
de Dressler, 88<br />
de Ehlers-Danlos, 98<br />
de Gorlin, 81<br />
de Marfan, 96, 98<br />
de Noonan, 98<br />
de Turner, 98<br />
del ventrículo izquierdo hipoplásico, 64<br />
hipereosinofílico, 35<br />
Situs, 61, 63<br />
ambiguo o heterotaxia visceral, 62<br />
inverso, 62<br />
solitus, 61, 63<br />
Subendocárdica, 43<br />
Subvolumen MIP, 71<br />
Supresión de los movimientos respiratorios, 71<br />
T<br />
Tamaño de las cavidades, 18<br />
<strong>TC</strong>, 8, 102, 127<br />
especificidad, 8<br />
helicoidal, 102, 113<br />
multicorte, 117, 129<br />
multidetector, 78<br />
de arterias coronarias, 69<br />
por haz de electrones, 70<br />
sensibilidad, 8<br />
Técnica<br />
de perfusión, 13<br />
retrospectiva, 70<br />
T OF, 127<br />
TEP, 101<br />
Teratocarcinoma, 90<br />
Teratoma, 90<br />
Tetralogía de Fallot, 63<br />
T OF: time of flight, 114<br />
Tomografía computarizada, 1<br />
aplicaciones, 2<br />
Transmural, 43<br />
Transposición<br />
de grandes vasos, 62, 63, 64<br />
D, 62<br />
L, 62, 63<br />
Trasplante hepático, 119, 122<br />
Tríada clásica, 79<br />
Triángulo de la displasia, 30<br />
Tromboembolismo pulmonar, 103<br />
Trombos intracardíacos, 83<br />
Trombosis<br />
de la arteria mesentérica, 120<br />
vascular aguda, 76<br />
venosa, 120<br />
profunda (TVP), 101<br />
Tronco<br />
celíaco, 119<br />
supraaórtico, 58<br />
Truncus arterioso, 58, 63<br />
tipos, 64<br />
I, 64<br />
II, 64<br />
III, 64<br />
IV, 64<br />
Tumor<br />
benigno, 79<br />
cardíaco primario, 79<br />
pericárdico, 90<br />
U<br />
Úlcera aterosclerótica penetrante (UAP), 93, 95<br />
primer dinámico, 96<br />
segundo dinámico, 96<br />
US Doppler, 125<br />
USPIO, 77<br />
V<br />
Valoración<br />
de la reserva contráctil, 40<br />
postoperatoria, 44<br />
Valores<br />
de la masa del miocardio, 21<br />
normales<br />
de la masa, 20<br />
de medidas cardíacas, 3<br />
pediátricos normales, 63<br />
Válvulas cardíacas, 6<br />
aórtica, 7, 98<br />
bicúspide, 61, 98<br />
estenosis de la, 7<br />
insuficiencias de la, 7<br />
síndrome de Marfan, 7<br />
senos de Valsalva, 7<br />
de Eustaquio, 18, 83<br />
de Tebesio, 18<br />
enfermedad valvular cardíaca, 7<br />
mitral, 7<br />
estenosis de la, 7<br />
enfermedad reumática, 7<br />
insuficiencia, 7<br />
pulmonar, 7<br />
estenosis de la, 7<br />
tricúspide, 7<br />
estenosis de la, 7<br />
Valvulopatía, 22<br />
Vasoespasmo, 121<br />
Velocidad de infusión, 70
Vena<br />
cava superior bilateral, 62<br />
pulmonar, 9<br />
Ventana aórtico-pulmonar, 64<br />
Ventrículo, 2, 18<br />
derecho, 5, 18<br />
anatomía del, 5<br />
cálculo del volumen, 6<br />
de doble salida, 62, 63<br />
disfunción, 6<br />
displasia arritmogénica del, 6<br />
fallo cardíaco, 6<br />
infarto del, 6<br />
izquierdo, 3<br />
único, 62, 63, 64<br />
Vessel tracking, 71<br />
Viabilidad, 4<br />
aquinesia o disquinesia, 4<br />
miocárdica, 39, 40<br />
Volume rendering, 71, 109, 120, 127<br />
Volumen<br />
de eyección, 53<br />
Z<br />
diastólico, 20<br />
latido, 20, 21<br />
del ventrículo derecho, 21<br />
sistólico, 20<br />
telediastólico, 21<br />
telesistólico, 21<br />
ventricular, 3, 20, 53<br />
Zonas disfuncionantes, 52<br />
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