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—¿Qué? —Caleb me miró fijamente.<br />
Me encogí de hombros.<br />
—Tengo hasta el final del verano para demostrarle a Marcus que puedo ponerme<br />
en forma a tiempo para unirme al resto de estudiantes. Tampoco es para tanto, ¿verdad<br />
Lea? —la miré, sonriendo— ¿Recuerdas la última vez que discutimos? Fue hace<br />
mucho tiempo, pero estoy segura de que te acordarás bastante bien.<br />
Un rubor rosado se extendió por sus bronceadas mejillas y se tocó la nariz en un<br />
movimiento inconsciente, lo que hizo mi sonrisa aún mayor. Siendo tan jóvenes, nuestras<br />
discusiones no deberían de ser un ejercicio de entrenamiento sin ningún tipo de<br />
contacto. Pero un insulto llevó a otro, y le rompí la nariz.<br />
Por dos sitios.<br />
Eso también me supuso tres semanas de expulsión.<br />
Lea apretó los labios.<br />
—¿Sabes qué más sé, Álex?<br />
Crucé los brazos sobre el pecho.<br />
—¿Qué?<br />
—Que mientras todos los de aquí puede que se crean cualquier ridícula excusa<br />
que hayas dado sobre por qué tu madre se fue, yo sé la razón real.<br />
—Sus ojos brillaron con malicia.<br />
Me volví fría como el hielo.<br />
—¿Y cómo lo sabes?<br />
Sus labios se curvaron en los extremos cuando nuestras miradas se encontraron.<br />
Pude ver cómo Jackson se apartaba de ella.<br />
—Tu madre se vio con la Abuela Piperi.<br />
¿La Abuela Piperi? Puse los ojos en blanco. Piperi era una vieja loca que se suponía<br />
que era un oráculo. Los puros creían que intimaba con los dioses. Yo creía que<br />
intimaba con mucho alcohol.<br />
—¿Y? —le dije.<br />
—Sé lo que la Abuela Piperi dijo para que tu madre se volviera loca. Estaba loca<br />
¿verdad?<br />
Estaba de pie sin darme cuenta.<br />
—Lea, cállate.<br />
Me miró, con los ojos bien abiertos y sin inmutarse.<br />
—Ahora Álex, quizá quieras calmarte. Una pequeña pelea y estarás limpiando<br />
retretes durante el resto de tu vida.<br />
Cerré los puños. ¿Había estado en la sala, debajo de la mesa de Marcus o algo<br />
así? ¿Cómo si no iba a saber tanto? Pero tenía razón, y eso era una mierda. Ser mejor<br />
persona implicaba irme lejos de ella. Era más difícil de lo que nunca pensé, como andar<br />
sobre arenas movedizas. Cuanto más me movía, más me pedía el cuerpo que me quedase<br />
y le rompiese la nariz de nuevo. Pero lo hice, y pasé al lado de su silla sin pegarle.<br />
Era una persona diferente —mejor persona.<br />
—¿No quieres saber lo que le dijo a tu madre para volverla loca? ¿Para hacerla<br />
salir de aquí? Te encantará saber que todo tenía que ver contigo.<br />
Me paré, tal y como Lea sabía que iba a hacer.<br />
Caleb apareció a mi lado y me agarró del brazo.<br />
—Vamos, Álex. Si lo que dice es verdad entonces no tienes que tragarte toda esta