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Me planteé decirle que no me apetecía, pero la idea de quedarme enfurruñada en<br />
la habitación no me parecía muy divertida. Supuse que me merecía una noche de diversión<br />
después del día que había pasado, y no es que Aiden o Marcus fueran a saberlo<br />
si decidía ir a la fiesta de Zarak.<br />
—Necesito darme una ducha rápida primero. Ponte cómodo.<br />
—Claro —se tiró en el sofá y agarró el mando a distancia—. Va a haber un montón<br />
de puros por allí. Gente que no te ha visto desde que volviste. Está claro que saben que<br />
has vuelto. Todo el mundo lo comenta.<br />
Puse los ojos en blanco, abrí la puerta del baño y me quité la ropa. No me preocupaba<br />
que Caleb pudiese entrar y verme. Sería como ver a su hermana desnuda; dudo<br />
que quisiese ver mis atributos. Según me giré ante el espejo, vi una enorme selección<br />
de manchurrones azulados por toda la espalda y los costados. Puaj. Me di la vuelta.<br />
Caleb continuó desde el salón.<br />
—Lea y Jackson se han peleado de lo lindo hoy, justo en la playa para que todos<br />
les viesen. Fue divertido de ver.<br />
Yo no estaba tan segura de ello. Después de una ducha rápida, me sequé el pelo<br />
para que cayese en ondas más o menos manejables. ¿Y ahora qué me ponía?<br />
—¿Estás acabando? Dioses, me aburro.<br />
—Casi —me puse unos vaqueros y una camiseta, aunque me querría haber puesto<br />
el vestidito negro demasiado ligero que Caleb me había escogido, pero el escote de<br />
la espalda habría mostrado todos los moratones.<br />
Caleb se levantó cuando entré al salón.<br />
—Estás atractiva.<br />
Arrugué la cara.<br />
—¿Crees que esto es atractivo?<br />
Se rió mientras iba hacia la puerta.<br />
—No.<br />
Para cuando nos encontramos con otros mestizos al final del campus, el monólogo<br />
sin fin de Caleb sobre quién iba a estar en la fiesta había sacado de mí lo peor de mi<br />
ánimo asqueado. Caleb no dejaba de lanzarle miraditas a una de las chicas que se nos<br />
habían unido mientras cruzábamos el puente que llevaba a la isla principal. Era fácil<br />
olvidar las prácticas y todo lo que me había perdido los últimos años.<br />
No nos fue difícil pasar a los Guardias. Ninguno de ellos me reconoció, o si lo hicieron,<br />
no les importó tanto como para mandarme de vuelta a mi habitación. Estaban<br />
acostumbrados a que los chavales fuesen de un lado a otro de las islas, especialmente<br />
en verano.<br />
—Wow —una de las chicas dejó escapar un suave resoplido mientras bordeábamos<br />
las dunas de arena—. La fiesta es a lo grande.<br />
Tenía razón. Tan pronto como rodeamos la curva, los puros y mestizos se esparcían<br />
desde la enorme casa en la playa. Hacía siglos desde la última vez que estuve en<br />
casa de Zarak. Como Thea, sus padres tenían asientos en el Consejo, un montón de<br />
dinero y poco tiempo para sus hijos pura-sangre.<br />
Con sus increíbles vistas al océano, fachada azul claro y porche encalado, la casa<br />
de los padres de Zarak era idéntica a la casa en la que vivió mamá. Supuse que su casa<br />
aún estaría al otro lado de la isla. Me atravesó una mezcla de pena y felicidad. Me vi a<br />
mí misma de pequeña, jugando en el porche, corriendo por las dunas de arena, riendo,