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1.Mestiza

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Me planteé decirle que no me apetecía, pero la idea de quedarme enfurruñada en<br />

la habitación no me parecía muy divertida. Supuse que me merecía una noche de diversión<br />

después del día que había pasado, y no es que Aiden o Marcus fueran a saberlo<br />

si decidía ir a la fiesta de Zarak.<br />

—Necesito darme una ducha rápida primero. Ponte cómodo.<br />

—Claro —se tiró en el sofá y agarró el mando a distancia—. Va a haber un montón<br />

de puros por allí. Gente que no te ha visto desde que volviste. Está claro que saben que<br />

has vuelto. Todo el mundo lo comenta.<br />

Puse los ojos en blanco, abrí la puerta del baño y me quité la ropa. No me preocupaba<br />

que Caleb pudiese entrar y verme. Sería como ver a su hermana desnuda; dudo<br />

que quisiese ver mis atributos. Según me giré ante el espejo, vi una enorme selección<br />

de manchurrones azulados por toda la espalda y los costados. Puaj. Me di la vuelta.<br />

Caleb continuó desde el salón.<br />

—Lea y Jackson se han peleado de lo lindo hoy, justo en la playa para que todos<br />

les viesen. Fue divertido de ver.<br />

Yo no estaba tan segura de ello. Después de una ducha rápida, me sequé el pelo<br />

para que cayese en ondas más o menos manejables. ¿Y ahora qué me ponía?<br />

—¿Estás acabando? Dioses, me aburro.<br />

—Casi —me puse unos vaqueros y una camiseta, aunque me querría haber puesto<br />

el vestidito negro demasiado ligero que Caleb me había escogido, pero el escote de<br />

la espalda habría mostrado todos los moratones.<br />

Caleb se levantó cuando entré al salón.<br />

—Estás atractiva.<br />

Arrugué la cara.<br />

—¿Crees que esto es atractivo?<br />

Se rió mientras iba hacia la puerta.<br />

—No.<br />

Para cuando nos encontramos con otros mestizos al final del campus, el monólogo<br />

sin fin de Caleb sobre quién iba a estar en la fiesta había sacado de mí lo peor de mi<br />

ánimo asqueado. Caleb no dejaba de lanzarle miraditas a una de las chicas que se nos<br />

habían unido mientras cruzábamos el puente que llevaba a la isla principal. Era fácil<br />

olvidar las prácticas y todo lo que me había perdido los últimos años.<br />

No nos fue difícil pasar a los Guardias. Ninguno de ellos me reconoció, o si lo hicieron,<br />

no les importó tanto como para mandarme de vuelta a mi habitación. Estaban<br />

acostumbrados a que los chavales fuesen de un lado a otro de las islas, especialmente<br />

en verano.<br />

—Wow —una de las chicas dejó escapar un suave resoplido mientras bordeábamos<br />

las dunas de arena—. La fiesta es a lo grande.<br />

Tenía razón. Tan pronto como rodeamos la curva, los puros y mestizos se esparcían<br />

desde la enorme casa en la playa. Hacía siglos desde la última vez que estuve en<br />

casa de Zarak. Como Thea, sus padres tenían asientos en el Consejo, un montón de<br />

dinero y poco tiempo para sus hijos pura-sangre.<br />

Con sus increíbles vistas al océano, fachada azul claro y porche encalado, la casa<br />

de los padres de Zarak era idéntica a la casa en la que vivió mamá. Supuse que su casa<br />

aún estaría al otro lado de la isla. Me atravesó una mezcla de pena y felicidad. Me vi a<br />

mí misma de pequeña, jugando en el porche, corriendo por las dunas de arena, riendo,

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