01.04.2017 Views

1.Mestiza

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Sí, suenas como un padre —puse la voz más grave e intenté parecer seria—. No<br />

me mires así o si no…<br />

Aiden pestañeó despacio.<br />

—Yo no sueno así, y no he dicho «o si no…».<br />

—Pero si lo hubieses hecho, ¿qué habría sido ese «o si no…»? —escondí mi sonrisilla<br />

tras la botella.<br />

Miró hacia el lado, con el ceño fruncido.<br />

—¿Puedes no interrumpir?<br />

—Como tú digas —di un trago—. Entonces, ¿por qué no puedo salir de la isla?<br />

—Por tu seguridad y mi tranquilidad —Aiden volvió a su posición original, los<br />

brazos sobre el pecho, las piernas abiertas—. No saldrás de la isla sin ir acompañada<br />

por alguien.<br />

—¿Mis amigos cuentan? —pregunté, sólo medio seria.<br />

—No.<br />

—Entonces ¿quién puede acompañarme?<br />

Aiden cerró los ojos y suspiró.<br />

—O yo o alguno de los otros Instructores.<br />

Agité el líquido en la botella.<br />

—Conozco las reglas, Aiden. No tienes que volver a repetirlas.<br />

Pareció querer señalar el hecho de que me podría venir bien el refrescarlas, pero<br />

cedió. Después de acabarlo, cogió el batido y lo llevó hacia donde había unos cuantos<br />

sacos de boxeo apoyados contra la pared.<br />

Me levanté y estiré.<br />

—Entonces ¿qué voy a aprender hoy? Creo que deberíamos empezar con algo<br />

que no sea patearme el culo.<br />

Sus labios se torcieron como si estuviese luchando por no mostrar una sonrisa.<br />

—Lo básico.<br />

—Lo básico —protesté—. Debe ser una broma. Ya sé lo básico.<br />

—Sabes lo suficiente como para que no te maten en seguida —frunció el ceño<br />

cuando me puse a saltar de lado a lado—. ¿Qué haces?<br />

Paré, encogiéndome de hombros.<br />

—Me aburro.<br />

Aiden puso los ojos en blanco.<br />

—Entonces vamos a empezar. No estarás aburrida mucho más tiempo.<br />

—Sí, señor.<br />

Puso mala cara.<br />

—No me llames eso. No soy tu señor. Sólo los dioses pueden ser llamados nuestros<br />

señores.<br />

—Sí… —hice una pausa al brillar sus ojos y tensar la mandíbula—, mi capitán.<br />

Aiden se me quedó mirando un momento, y movió la cabeza.<br />

—Está bien. Quiero ver qué tal sabes caer.<br />

—Casi te doy una buena en la fábrica —sentí la necesidad de señalarlo.<br />

Se volvió hacia mí, dirigiéndose hacia una de las esterillas.<br />

—Casi no cuenta, Álex. Nunca cuenta —me moví y me paré en frente de él mientras<br />

me daba vueltas alrededor—. Los daimons no sólo usan su fuerza cuando atacan,<br />

sino también magia elemental.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!