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Asentí y volvimos a ponernos en posición. Aiden inició un golpe con la mano.<br />
Alejé su brazo de un golpe, y luego el otro. No era con sus directos o sus puñetazos con<br />
los que tenía un problemas. Eran las patadas —se giraba con gran rapidez. Pero esta<br />
vez vi sus ojos caer sobre mi cintura.<br />
Girándome hacia la patada, bajé el brazo en un limpio movimiento curvo que llegó<br />
un segundo tarde. Su pie alcanzó mi amoratada espalda. Me doblé sobre mí misma<br />
al instante, cogiéndome las rodillas mientras respiraba lentamente.<br />
Rápidamente, Aiden estaba a mi lado.<br />
—¿Álex?<br />
—Eso… ha picado un poco.<br />
—Si te hace sentir mejor, esta vez casi lo logras.<br />
Levanté la mirada y me sonreí al ver su sonrisa ladeada.<br />
—Me alegro.<br />
Empezó a decir algo, pero su sonrisa desapareció cuando me dio una advertencia<br />
en voz baja.<br />
—Álex. Levantaté.<br />
Mi espalda protestó por el repentino movimiento, pero en cuanto vi a Marcus en<br />
la puerta, entendí por qué. No podía dejar que pareciese que me habían dado la paliza<br />
de mi vida delante de él.<br />
Marcus estaba apoyado en la puerta, con los brazos cruzados.<br />
—Me preguntaba qué tal estaría yendo el entrenamiento. Veo que va como se<br />
esperaba.<br />
Au. Respiré profundamente.<br />
—¿Le gustaría intentarlo?<br />
Marcus alzó las cejas y sonrió, pero Aiden me puso una mano en el brazo advirtiéndome.<br />
—No.<br />
Me quité la mano de encima. Estaba bastante segura de que podía con mi tío. Con<br />
su pelo perfecto y sus pantalones ajustados color caqui parecía el ejemplo perfecto del<br />
«miembro del mes del club náutico».<br />
—Yo me apunto si está dispuesto —volví a ofrecerme con una sonrisa brillante.<br />
—Álex, te digo que no lo hagas. Él era—<br />
Marcus se apartó de la pared.<br />
—Está bien, Aiden. Normalmente no aceptaría una oferta tan ridícula, pero hoy<br />
me siento caritativo.<br />
Me reí por lo bajo.<br />
—¿Caritativo?<br />
—Marcus, no es necesario —Aiden se movió delante mío. —Está empezando a<br />
aprender los bloqueos correctamente.<br />
Le fruncí el ceño. Leches. Vaya forma de cubrirme, compañero. Mi ego volvió a la vida<br />
y aparté a Aiden de un empujón.<br />
—Creo que puedo con él.<br />
Marcus echó la cabeza hacia atrás y rió, pero Aiden parecía estar bastante lejos de<br />
divertirse con la situación.<br />
—Álex, te digo que no lo hagas. Calla y escúchame.<br />
Miré a Aiden con inocencia.