Revista Sala de Espera Venezuela Nro. 155 Junio 2017

cuerpos y mentes
Relax en casa
En tiempos convulsos, el hogar se convierte en un santuario para restaurar
cuerpo y mente. He aquí algunas ideas para desconectarse del estrés
Por Magaly Rodríguez
Un mimo corporal.
La aplicación
de tratamientos
caseros siempre es
una buena alternativa
para consentirse.
Hacerse mascarillas con ingredientes
naturales para el rostro, el cuerpo
y el cabello produce un efecto relajante
y reparador. Aproveche también para
remojar los pies en agua tibia, eliminar las
durezas con una piedra pómez, arreglar las
uñas e hidratarlos con crema humectante.
Una sesión de descubrimiento
musical. YouTube está lleno de videos
de artistas de todo el mundo que, sin
ser muy conocidos, hacen buena música.
Solicite sugerencias a los amigos para
descubrir nuevas canciones o crear nuevas
listas musicales.
Un plato especial. Hay recetas que
toma tiempo preparar pero que valen
cada minuto invertido. Desempolve
esas recetas que alguna vez anotó pero
que nunca ha preparado y, si tiene todos
los ingredientes a mano, dedíquese al
experimento.
Una noche de cine o karaoke. Un
maratón de las películas favoritas nunca
es mala idea: póngase ropa cómoda, apague
el celular, apertréchese de chucherías
y cojines y apague la luz. Si lo suyo
es la música, una velada de karaoke es
ideal para reírse en familia y generar
endorfinas.
Una tarde de baile. No solo es
un buen ejercicio, sino un gran entretenimiento.
Pídale a sus conocidos que
vengan a la casa para enseñarle a bailar
un ritmo que no maneje bien, o busque
videos en la web para aprender los
rudimentos del género. Es una forma de
reconectar cuerpo y mente de manera
divertida.
Un juego de mesa. En todo hogar
hay un juego de dominó, cartas, ajedrez
o Monopolio esperando su turno
para entretener. Invite a sus amigos o
parientes a una partida para pasar un rato
ameno. Cada quien puede aportar un
pasapalo o bebida para compartir.
Un masaje. La tensión que se acumula
en zonas como la espalda o los
hombros puede aliviarse en buena medida
con un masaje oportuno. Pídale a un
familiar o a su pareja que trate estas áreas
de manera lenta, simétrica y metódica
para obtener mejores resultados.
Un libro inusual. El hábito de la
lectura es un placer que nunca expira. En
lugar de recurrir a los géneros que acostumbra,
pida prestados otros que quizás
nunca hubiese comprado por iniciativa
propia y déjese sorprender.
Una aventura con los niños. Para
quienes tienen hijos pequeños, bañarse
en el patio con la manguera, hacer un
castillo de almohadas o disfrazarse juntos
son ideas para retroceder a la infancia
y además crear recuerdos en común
con su prole. Déjelos proponer qué quieren
hacer y únase al juego sin oponer
resistencia.
Un cariñito al jardín. El contacto
con la naturaleza relaja. La jardinería - y
los oficios manuales en general - ayudan
a despejar la mente, pues exigen concentración
en el aquí y el ahora. Aproveche
la ocasión para sembrar nuevas plantas o
para limpiar, trasplantar o abonar las que
ya tiene.
Un cambio de imagen doméstica.
Redecorar la casa no requiere necesariamente
grandes inversiones. Cambiar
los muebles de posición e intercambiar
adornos como cojines o lámparas de
un cuarto a otro hará que los ambientes
se vean distintos.
Un rato de meditación. Aprender
a vaciar la mente de pensamientos
inquietantes es un excelente mecanismo
de relajación. Puede descargar de
Internet meditaciones guiadas o escuchar
música suave para ponerlo en práctica.
Preste atención a su respiración y
adopte una postura cómoda.
Junio 2017 | www.revistasaladeespera.com
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