07.04.2018 Views

Aguirre-Sergio-La-Venganza-De-La-Vaca

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Esos días fueron días muy lindos ... Yo llegaba y ella, tras el mostrador, se daba vuelta y sacaba la<br />

botellita de Coca. Con la otra mano, muy suavemente, la abría. Daba vuelta a uno de los vasos que<br />

estaban sobre el estante y lo ponía enfrente mío; todo eso como con una sonrisa contenida, que<br />

era una especie de preámbulo antes de decirme (todos los días igual): “Hola Carlos”. Escuchar mi<br />

nombre pronunciado por ella me emocionaba, nunca me había pasado algo así.<br />

<strong>De</strong> a poco, comenzamos a conocernos; o mejor dicho, comenzó a conocerme; porque casi todo el<br />

tiempo hablaba yo, mientras ella me escuchaba de una manera que nunca habían hecho conmigo,<br />

no sé cómo decirlo, como si estuviese profundamente interesada en todo lo que yo le contaba.<br />

Pero las veces que yo le hacía preguntas sobre ella, las eludía; no como si no quisiera hablar -yeso<br />

es otra cosa que no puedo explicar-era como si no hubiera nada para decir, como si ella fuera un<br />

sueño, o una imagen, nada más. Ya lo mejor como para mí ella era una especie de sueño, no<br />

sospeché nada.<br />

Lo inevitable se aproximaba: yo quería que saliéramos, que algún día pudiésemos ir a algún lado,<br />

solos. Cuando se lo propuse, lo hice con todas las precauciones del caso y dispuesto a lo que<br />

hiciese falta (me imaginaba yendo a la casa, acatando horarios y, en el peor de los casos,<br />

acompañados por algún hermanito). <strong>La</strong> respuesta fue terminante: “No, Carlos, no podemos vemos<br />

en otro lugar, y no insistas”.<br />

<strong>La</strong> verdad es que no esperé que las cosas fueran tan extremas. Sabía, por el turco, y porque me<br />

daba<br />

cuenta, que la cuidaban mucho, quiero decir, los padres eran gente chapada a la antigua y todo<br />

eso, pero cuando la escuché tan segura, como si le hubiese propuesto algo que nunca sería<br />

posible, no supe qué pensar. En ese momento no le dije nada. <strong>La</strong> respuesta realmente me<br />

acobardó, y tampoco quería ponerme pesado. Me acuerdo que se me ocurrió que a lo mejor tenía<br />

miedo. Era posible. En una de ésas vaya a saber qué cosas le habían metido en la cabeza esos<br />

campesinos desconfiados que tenía como padres ...Como me daba mucha bronca pensar en eso,<br />

decidí dejarlo así y después veríamos.<br />

Se me cruzaron varias cosas: primero, que eran los padres. A lo mejor le habían dicho que si salía<br />

con alguien se tenía que casar ...0 que debía tener mucho cuidado ... alguna imbecilidad por el<br />

estilo. Pensé... “pobres, después de todo tienen razón”; no era raro que una chica cada tanto<br />

apareciera embarazada de algún crápula que... <strong>La</strong> sola idea de que alguien pudiera lastimarla me<br />

hacía mal En ese momento entendía todo, a los padres, todo; me daban ganas de ir y felicitarlos, y<br />

decirles que pensaba como ellos, y que yo era distinto y conmigo no iban a tener problemas ...<br />

Pero si yo le gustaba, alguna esperanza, por lo menos, me tendría que haber dado. Y ahí aparecía<br />

la<br />

segunda posibilidad: yo no le atraía lo suficiente, o por lo menos lo suficiente como para tener que<br />

pedir permiso y vaya a saber qué historias para poder salir. En una de ésas, para ella lo nuestro era

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!