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La palabra micorriza proviene de la asociación de dos<br />
vocablos griegos Mykós (hongo) y Riza (raíz). La<br />
ciencia supone que esta simbiosis fue fundamental<br />
durante la evolución de las plantas terrestres cuando<br />
dejaron el medio acuático, hace más de 400 millones de<br />
años, lo cual varió la manera de absorber los nutrientes,<br />
antes presentes de manera líquida y ahora presentes<br />
en el medio sólido, entre las partículas del suelo.<br />
Intercambios<br />
Pero, ¿por qué hablamos de Redes Sociales? Ya establecimos<br />
la presencia de las micorrizas y veremos cómo sirven de comunicación<br />
como el Wi entre computadoras. El equipo de<br />
Simard cartograó una parcela de un bosque de abetos<br />
mapeando sus sistemas radiculares y descubrió que un<br />
ejemplar de casi 100 años tenía vinculación con otros 47<br />
ejemplares a través de dos especies de micorrizas de las más<br />
de 50 presentes en el suelo. Algunos micelios del hongo<br />
llegaban a medir hasta 20 metros de largo.<br />
Lo más interesante que se descubrió entre la relación de los<br />
hongos micorriticos y los árboles no es lo que sabemos hasta<br />
ahora (que se sabe desde el siglo XIX), sino que a través de la<br />
red van señales bioquímicas eléctricas que comunican árbol<br />
con árbol y generan una conversación entre los datos que se<br />
transmiten (tree talk). Se observó que un árbol que había sido<br />
atacado por una enfermedad defoliante transmitió lo ocurrido<br />
a otros, incluso de diferentes especies, y provocó que éstos<br />
activaran la producción de una enzima defensiva. Recordemos<br />
que las plantas no tienen sistemas inmunológicos y que esta<br />
asociación con otros organismos resulta vital para su defensa.<br />
Claro, para que esto ocurra debe estar el suelo inoculado<br />
(infectado) de una vasta red de estos hongos presentes en el<br />
suelo. Y que la velocidad de transmisión no es precisamente<br />
4G ni banda ancha, pero con el tiempo necesario llega la<br />
información. Para plagas de lento desarrollo resulta efectivo<br />
aunque no para epidemias furtivas. También se reveló que un<br />
árbol moribundo devuelve al suelo los nutrientes presentes en<br />
sus estructuras orgánicas cuando mueren, dejándolas disponibles<br />
para sus vecinos y nuevas generaciones de su propia<br />
semilla. De esta manera, el hongo se asegura la promoción de<br />
nuevos huéspedes de qué vivir.<br />
Pero no todo es bondad en la red. Así como Internet tiene su<br />
lado bueno también tiene su “dark side” (lado oscuro). Hay<br />
especies, como el nogal europeo, que aprovecha la red para<br />
emitir a través de ella un compuesto químico inhibidor de<br />
crecimiento. De esa manera, el árbol de las nueces elimina la<br />
competencia y se queda con las micorrizas y los nutrientes<br />
para sí mismo. Paradójicamente, al hongo también le sirve esa<br />
sustancia tóxica llamada juglona (por Juglans regia, el nombre<br />
botánico del nogal). Resulta que esa toxina, podríamos decir,<br />
es un antibiótico contra los micófagos: unos microscópicos<br />
organismos que atacan a las micorrizas. Como ven, la relación<br />
“hongo micorrítico – árbol” es sumamente mutualista y simbiótica,<br />
toda una asociación con nes de lucro.<br />
Por eso, cuando uno planta un árbol a raíz desnuda, no debe<br />
lavarle las raíces ni desprenderles esas vellosidades blancuzcas<br />
porque estaremos dejándoles sin “Internet”. De hecho, les<br />
recomiendo comprar micorrizas en los viveros para inocular la<br />
tierra y poder darle a la tierra mayor número de colonias<br />
micorríticas. Un gramo del líquido que se vende puede llevar<br />
más de 1000 propágulos infectivos del hongo.<br />
En la ciudad<br />
Hoy en el Vivero, el productor Lucas Antoniucci trabaja junto a<br />
los ingenieros agrónomos Dominik Neisser (de Estados Unidos)<br />
y Diego Rondinara (de la Universidad Nacional de Mar del<br />
Plata) en el estudio del tema. A hoy, han logrado avances<br />
importantes en los cultivos de plantas ornamentales y en el<br />
trasplante de árboles ejemplares. Si bien no suplanta al<br />
fertilizante químico, sí se obtiene una mayor eciencia y<br />
ecacia en la absorción del mismo en la raíz. Es un complemento<br />
ideal para el fertilizante.<br />
La agronomía moderna está orientada, no sólo a mejorar los<br />
fertilizantes, sino a la microbiología que propicia la absorción<br />
del nutriente. Las semilleras ofrecen semillas inoculadas con<br />
hongos micorríticos y el futuro parece ir por ese camino. La red<br />
está y se puede fortalecer para mejorar esos suelos pobres<br />
donde el fertilizante cae al piso y queda allí, sin posibilidades<br />
de ser absorbido si no hay presencia de colonias micorríticas.<br />
Todo ese universo está más allá de la vista, debajo de nuestros<br />
pies. Mañana, cuando camines por un bosque, mirá para abajo<br />
pero no con los ojos, sino con el sentido de la imaginación, y<br />
tratá de ver la Red. Imagínate cómo se conectan entre sí y<br />
habrás visto más allá del alcance de tus ojos.<br />
Nicolás Antoniucci<br />
Paisajista - Viverista<br />
Dpto. de Paisajismo & Obras<br />
Vivero Antoniucci SA<br />
paisajismo@antoniucci.com.ar<br />
Suzanne Simard<br />
<strong>CENTRAL</strong> : 1