Revista CENTRAL 66

MUNDO FREUD
El efecto que se percibió en el
estudio fue parecido para
hombres y mujeres, y el vínculo
entre la soledad y una
muerte más temprana fue, en
realidad, más rme en las
personas menores de 65 años
que en las mayores de esa
edad.
Las distintas soledades
Podemos ahora dividir la
soledad en tres tipos, la que
necesitamos y nos construye
en diálogos interiores enriquecedores, la de la
desconexión y otra más patológica: la del apego
patológico.
La contracara de la soledad es la búsqueda afanosa
y compulsiva de pareja. Hay una tendencia social
relacionada a problemas de apego temprano que
desarrollan dependencia emocional, lo que ha
generado patologías relacionadas a aislamiento. La
sociedad ha dado respuesta a eso con un sinnúmero
de actividades para “solos y solas”: actividades
terapéuticas, salones de baile, cruceros, revistas,
blogs, artículos miles, páginas web, aplicaciones
(apps), etc. Todo un abanico de oportunidades
económicamente rentables para quienes las explotan
pero que, realmente, no dan resultado para
quienes sufren de lo que podríamos llamar trastornos
del apego.
Si buscamos “me siento solo” en Google, obtendremos
10.900.000 resultados en tan sólo 0,68 segundos.
La Web está llena de artículos del tipo “5 fórmulas
efectivas contra la soledad”, “Reconcíliate con la
soledad” o “Cómo afrontar la soledad: consejos
simples propuestos por expertos” Pero, ¿es tan
sencillo? ¿La solución está en Internet?
Cuando hablamos de soledad circunstancial hay
ofertas en la vida cotidiana que hacen que su resolución
efectivamente sea más sencilla. Mudanzas,
envejecimiento, pérdidas de pareja y el nido vacío,
pueden ser situaciones que requieren de modicar
redes sociales y actividades ligadas, pero cuando el
problema es la no conexión con otros, la solución ya
no es tan simple.
Para complicar más las cosas, nuestra sociedad
restringe progresivamente el contacto. Las distancias
de las ciudades, los peligros de la violencia, el
enorme tiempo pasado en el trabajo, las actividades
sociales de compromiso o de bajo contacto, entre
otras, han ido generando la idea de que tener
muchos amigos en la red es tener amigos de verdad,
y nada es más erróneo que ello. Aquí estamos
hablando de conexión, de apegarse, de estar con
alguien y no de chatear con muchos.
Fabián Melamed
Lic. en Psicología (U. Belgrano)
Maestría en Psicología Social (UNMDP)
Director de Clínica de Familia
Consultor en organísmos y consultoras
nacionales e internacionles.
Profesor en diversas instituciones.
social o la deprivación social
ocurre por falta de lazos con
un grupo social cohesivo de
pertenencia, tal como una red
social de amigos o la inclusión
en una organización deportiva.
Las personas solitarias, en
casos de trastornos evitativos,
dieren de las no solitarias en
su tendencia a percibir como
amenazantes a los otros, con lo
cual cualquier tipo de interacción
o de situación social es
interpretada como una circunstancia estresante.
Pero, en lugar de afrontar lo que les produce miedo
(los otros), evitan exponerse a situaciones sociales
y, paradójicamente, es la evitación lo que refuerza y
mantiene el problema. En estos casos de desconexión,
es necesario realizar una consulta con un
profesional de la Psicología, sobre todo si genera
una emoción negativa sostenida a lo largo del
tiempo como: tristeza, malhumor, adicciones
(tabaquismo o alcoholismo leve por ejemplo), o
cuando genera conductas compulsivas como atracones
en el plano alimentario o acumulación de
objetos.
Cuando la soledad o la desconexión se encuentran
asociadas con la introversión y el retraimiento con
ciertas dicultades en las habilidades sociales, o
bien con patrones disfuncionales de apego, los
tradicionales tratamientos cara a cara ofrecen
soluciones cientícas efectivas para abordar estos
problemas. A su vez, se puede trabajar con otras
técnicas de probada ecacia para resolverlas, tales
como: intervenciones sistémicas tendientes a la
integración familiar y social, técnicas conductuales
como el entrenamiento en habilidades sociales, y
técnicas cognitivas como la reestructuración de
ideas y creencias asociadas con la evaluación negativa
de los otros. Con ello se puede construir y
ampliar la frágil red social de la persona que consulta,
logrando revertir esta peligrosa tendencia.
1 : CENTRAL