TU REVISTA10 FEBRERO-2019

obsoleto como pensabas.
CRISTINA GARCÍA
Hoy tengo el placer de hablaros
de una persona que antes
de conocerla ya la admiraba
como profesional, y ahora que
la conozco os puedo decir que
es una persona entrañable tanto
en el trabajo como fuera de
él. Me refiero a la gran actriz
valenciana Cristina García.
Desborda simpatía y amabilidad
allá donde va, pero siempre
acompañada de esa sencillez
y humildad que la caracteriza.
Ha ganado varios premios en su trayectoria profesional como
actriz.
En la entrevista cuenta muchas cosas
que os va a sorprender.
Así es...
CRISTINA GARCÍA
M.R. Hola Cristina,
es un placer para mí
poder entrevistarte,
¿cómo estás?
C.G. Pues muy bien,
ahora estoy en un
período más tranquilo
y muy contenta con la
vida, me está tratando
bien. Es un momento
muy agradable para
mí y estoy encantada
de poder estar aquí
contigo.
M.R. Gracias, igualmente…
Muchas
veces conocemos al
actor o a la actriz…
pero ¿cómo te
definirías tú como
persona? Aunque
siempre cuesta un
poquito hablar de
uno mismo ¿no?
C.G. Sí, además normalmente
los actores
siempre estamos
interpretando
otros personajes,
pero la persona es
complicado… Pues
mira, yo curiosamente
me definiría como
una persona tímida y
cuando se lo cuento
a alguien, siempre
me dicen… “¿Si eres
tímida cómo es que te
dedicas a actuar?” y
les respondo… “Pues
igual es por eso…”.
M.R. ¿Por que pierdes
la timidez actuando?
C.G. Claro, es que me
puedo poner el traje de
otra persona, puedo
relacionarme con el
mundo y mirar con
otros ojos que no son
los míos. Eso siempre
es muy atractivo pero
sí, me defino como
una persona tímida,
tranquila, soy amiga
de la tranquilidad y los
momentos de estrés
no van conmigo…
y sencilla diría yo...
Igual otra persona
me definiría de otra
manera.
M.R. Puede ser,
porque te vemos
con diferentes ojos
a como te ves tú…
(risas) Recuerdas ¿a
qué edad surgió en
ti esa vocación de
actriz?
C.G. Cuando era muy
pequeñita empecé
a hacer teatro pero
era en el barrio fue
una cosa como de
casualidad, creo que
en la catequesis…
Recuerdo que salí
al escenario con mi
hermana melliza,
nos vistieron de
ratoncitos con unos
leotardos blancos
y algo más… y me
acuerdo que cuando
salí al escenario pues
hice lo que hacen los
niños, en lugar de no
mirar al público lo
que hice fue mirarlo
descaradamente. Y
yo, no entendía esa
situación, pensaba…
“Yo estoy aquí en el
escenario haciendo
como que no veo a
esas personas y ellos
me miran haciendo
como que yo no les
veo…”
No entendía nada
(risas) y hasta hoy…
Siempre buscando
el misterio de esta
cosa que es actuar
y esa atracción tan
extraña. Me atrapó
desde ese día y me
he ido relacionando
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