You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
130 Las semillas de la felicidad
Ahora bien, sólo Dios sabe que los demás se
benefician y se salvan por lo que vosotros queréis
hacer por ellos. No soy tan estúpido como para no
ver que no es fácil ser útil. A menudo me digo: pobre
viejo, ¿crees que, porque hayas pasado horas y
horas escuchando a las personas explicarte sus
problemas, sus sufrimientos, y hayas hablado con
ellas para consolarlas y darles consejos, van a tener
en cuenta lo que les hayas dicho y tomarán el
buen camino? No te hagas demasiadas ilusiones:
la mayoría irán, todavía durante mucho tiempo,
hacia donde se sientan impulsados. Pero tú sigue
ocupándote de ellos, porque así tú te fortaleces, tú
te iluminas. Y si ellos no quieren trabajar para el
Reino de Dios, tú trabaja: el Reino de Dios vendrá,
al menos sobre ti.
Si todo el mundo pudiera pensar así, «egoístamente»,
sería magnífico. Sí, ¡hay que ser egoísta,
hay que ser interesado! Me diréis: «Pero, ¿cómo?
Usted siempre nos predica el desinterés y ahora ... »
En realidad, el desinterés absoluto no existe. Existen
solamente intereses diferentes: un interés inferior,
material, burdo, y un interés superior, divino,
sublime. Por esto, la única cuestión importante para
vosotros consiste en conocer dónde se encuentra
vuestro verdadero interés. Quien crea que su
interés consiste en llegar a arreglar a toda costa
sus negocios en la tierra, a hacerse rico, poderoso
y famoso, debe saber que llegará al otro mundo