LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA
comendó a los otros ancianos su excomunión, ni tampoco
los ancianos lo recomendaron a la congregación.
En vez de ello, explicaron que Ana había renunciado a
su fe y que se llamaba a sí misma incrédula, y que ellos
iban a eliminar su nombre de la lista de miembros, no
como un acto de excomunión, sino de acuerdo con su
petición.
El razonamiento de los ancianos fue: Jesús ha otorgado
a las iglesias locales autoridad con los cristianos,
no con los incrédulos (cap. 2). Por tanto, la iglesia no
tenía autoridad verdadera para actuar en este caso.
Además, Pablo dice que el juicio de la iglesia es para
todo aquel que se llame hermano (1 Co. 5:11), y Ana
ya no lo hacía.
Sin duda alguna, muchas situaciones de desviación
doctrinal importante y de apostasía exigirían la excomunión,
como Pablo explica a Timoteo (1 Ti. 1:18-20).
Y con toda seguridad, los efectos eternos de la decisión
de Ana no son menos terribles que los que Pablo prevé
para aquellos que “desecharon la fe y buena conciencia,
naufragando en cuanto a la fe” (v. 19). Además, la
situación que Pablo aborda con Timoteo incluye blasfemia
activa (v. 20), la cual, casi por definición, incluye
el intento consciente de corromper a los miembros de
la iglesia. El asunto de Ana no se parecía a esto.
Los ancianos, entonces, dijeron que no propondrían
a la congregación emprender acción alguna, de la
misma manera que se hace cuando muere un miembro.
En ambos casos, la membresía existente se desvanece.
138