BDI-International Magazine - Issue-3

Probióticos y prebióticos
para mejorar la inmunidad
Romina Daniela Cerutti | Medical Breakthroughs & Health Tips
Quizás no tengas claro el
significado de los
términos “probiótico”
y “prebiótico”, ni sepas para qué
sirven, pero lo que sí podemos
asegurarte es que ya los has
consumido y, probablemente,
forman parte de tu dieta
habitual. El probiótico más
popular es el yogur, mientras
que la avena, la cebolla y el
plátano son excelentes fuentes
de prebióticos.
Tanto los probióticos como los prebióticos
benefician directamente a la microbiota
intestinal, pero ¿por qué un intestino sano
es clave para mejorar la inmunidad? En
este artículo encontrarás la respuesta.
¿Qué son los probióticos
y los prebióticos?
Es importante explicar dos términos que
se repetirán mucho a continuación.
Cuando se menciona la palabra ‘intestino’,
nos referimos al intestino grueso, más
precisamente al colon.
El concepto de ‘microbiota intestinal’
corresponde, tal como expresa Eva
Gimeno Creus en su artículo “Alimentos
prebióticos y probióticos”, a los 100
billones de bacterias, tanto beneficiosas
como patógenas, que habitan
normalmente en el intestino. Ahora sí, ya
podemos avanzar con las definiciones de
‘probiótico’ y ‘prebiótico’.
Definición de probióticos
Dicho simplemente, los probióticos son
bacterias “buenas” que llegan al intestino
a través de ciertos alimentos o suplementos.
No se trata de cualquier bacteria, sino de
cepas que ya forman parte de la flora
intestinal normal.
De acuerdo con la Organización Mundial
de la Salud (OMS), los probióticos son
“microorganismos vivos que, cuando son
administrados en cantidad adecuada,
confieren un efecto beneficioso sobre la
salud del huésped”. En este caso, el
huésped es el ser humano.
Cuando estos microorganismos llegan al
colon, se implantan y se desarrollan,
promoviendo el equilibrio de la microbiota
e inhibiendo el desarrollo de
microorganismos patógenos (bacterias,
virus, hongos).
Para que los probióticos puedan ejercer
un efecto positivo sobre la salud, tienen
que ser consumidos a diario, en cantidades
adecuadas. Las bacterias más empleadas
en los alimentos y suplementos probióticos
son Lactobacilus casei, Lactobacilus
acidophilus, Bifidobacterium bifidum y
Streptococcus thermophilus. Algunas
levaduras (hongos) también pueden tener
propiedades probióticas, pero se utilizan
en menor medida.
Para que una bacteria o levadura sea
empleada como probiótico debe carecer
de virulencia, es decir, ser incapaz de
causar enfermedad en una persona con
un sistema inmune competente. Además,
tiene que sobrevivir a la acidez de los jugos
gástricos para poder cumplir su función
en el colon.
Definición de prebióticos
En cuanto a los prebióticos, se les podría
definir en pocas palabras como los
alimentos o sustratos que estimulan la
proliferación de los probióticos y del resto
de las bacterias beneficiosas en el colon.
Son compuestos que no pueden ser
digeridos por las enzimas gástricas ni
pancreáticas y que, al llegar al colon, son
fermentados por las bacterias “buenas”.
Sin los prebióticos, las bacterias
beneficiosas no pueden desarrollarse y es
imposible mantener una microbiota
intestinal equilibrada. La inulina, los
fructooligosacáridos, los
galactooligosacáridos y los betaglucanos
son los prebióticos más recomendables.
El Instituto de Nutrición y Tecnología de
Alimentos explica en su trabajo ¿Qué son
los probióticos? ¿Para qué sirven? que “la
principal diferencia entre pre y probióticos
es que los primeros forman parte de los
alimentos, mientras que los probióticos
son bacterias ‘buenas’ agregadas a
los alimentos”.
¿Qué beneficios aportan los
probióticos y los prebióticos?
Los probióticos y los prebióticos ofrecen
beneficios a nivel intestinal, pero sus
efectos positivos se extienden a otros
sistemas del cuerpo humano. En la
actualidad, se están realizando muchas
investigaciones para estudiar el impacto
de estos productos sobre la salud.
Los probióticos son bacterias y levaduras
vivas, inocuas para la salud, que favorecen
el equilibrio de la microbiota intestinal y
proporcionan los siguientes beneficios:
• Al llegar a la mucosa del colon, se
implantan y se multiplican,
conservando o restaurando el
equilibrio entre microorganismos
beneficiosos y microorganismos
patógenos.
• Los probióticos compiten con los
microorganismos patógenos por
nutrientes y zonas de adhesión, liberan
sustancias antimicrobianas y reducen
la proliferación de bacterias, virus y
hongos perjudiciales.
• Reducen el riesgo de infecciones
intestinales y gastroenteritis.
• Disminuyen la duración y la intensidad
de los síntomas de la diarrea,
especialmente si ha sido producida por
un virus, por ejemplo, el rotavirus.
• Son útiles para tratar la diarrea
producida por el consumo prolongado
de antibióticos.
• Estimulan y fortalecen la inmunidad,
tanto a nivel del intestino como a nivel
sistémico (generalizado).
• Mejoran la digestibilidad de la lactosa,
que es el azúcar de la leche.
• Ayudan a modular ciertas alergias
alimentarias, por ejemplo, la alergia a
la proteína de la leche de vaca.
• Alivian los síntomas del cólico
del lactante.
• Colaboran como coadyuvantes en el
tratamiento de la colitis ulcerosa y del
colon irritable.
Los prebióticos sirven de alimento para
los probióticos y, al ser fermentados por
las bacterias, producen los
siguientes beneficios:
• Constituyen el sustrato de las bacterias
“buenas” que forman parte de la
microbiota intestinal, estimulando su
multiplicación.
• La fermentación de los probióticos
produce ácidos grasos de cadena corta
que son aprovechados por los
colonocitos, un tipo de célula de la
mucosa del colon. Si los colonocitos
están sanos, se mantiene la integridad
de la mucosa intestinal.
• Incrementan la absorción intestinal de
calcio y de magnesio.
• Alivian el estreñimiento.
• Reducen los niveles de colesterol en
sangre, promoviendo la eliminación
fecal de gran parte del colesterol que
proviene de los alimentos.
Efecto simbiótico de
probióticos y prebióticos
La combinación de probióticos y
prebióticos es una asociación simbiótica
que tiene un impacto muy positivo sobre
el sistema inmune y la salud en general:
Mejoran la inmunidad, estimulando la
actividad de inmunoglobulinas A,
linfocitos y macrófagos.
• Regulan el tránsito intestinal,
previniendo tanto la diarrea como el
estreñimiento.
• Disminuyen la inflamación. Este hecho
no hace referencia a una inflamación
visible, como la que se puede producir
en un esguince de tobillo, sino a una
inflamación interna, invisible, pero que
tiene una estrecha relación con
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