BDI-International Magazine - Issue-3

TRAS LA VERDAD DE LAS
CALAVERAS DE
CRISTAL
Camilo Rodriguez | Entertainment, Money & Culture
Dentro de los objetos
legendarios
precolombinos, las
calaveras de cristal ocupan
un lugar privilegiado por su
misticismo y esplendor que
resaltan a simple vista. ¿Qué
hay detrás de su mágica
reputación?
A mediados del siglo XX, Anna Mitchell,
hija adoptiva del aventurero y explorador
F.A Mitchell- Hedges, dio a conocer el
polémico hallazgo de una misteriosa
calavera de cristal que descubrió en 1924
junto a su padre durante una expedición
que tenía como propósito conocer las
maravillas de la civilización maya, en lo
que hoy se conoce como el territorio de
Belice.
Según la versión de Anna, publicada
varios años después de la expedición,
al subir a un montículo de rocas en
medio de la jungla para contemplar
el paisaje, se dio cuenta de algo
que brillaba dentro de un pozo
profundo. Ayudada por
cuerdas, bajó dentro del
pozo y encontró un
majestuoso cráneo tallado en una sola
pieza de cuarzo transparente, sin la más
mínima marca de arañazos o huellas de
alguna herramienta mecánica. Este
hallazgo cambiaría su vida para siempre.
LAS TRECE CALAVERAS DE CRISTAL
Podemos decir que el cráneo descubierto
por Anna Mitchell-Hedges y su incansable
esfuerzo por difundir las propiedades de
“La Calavera de la Muerte” como la
bautizó, fue el que dio paso a la popularidad
de este enigmático elemento que ha
cautivado a un sinnúmero de seguidores.
Lo que despertó mayor curiosidad, es que
existen más calaveras como esta; algunas
de ellas se mantienen en colecciones
privadas y otras son conservadas por el
Museo del Muelle Branly en París, el
Museo Británico y el Museo Smithsoniano
en Washington. Se habla de un total de
trece calaveras de cristal a las que algunos
creyentes les atribuyen propiedades
sobrenaturales.
Una de las leyendas de las trece calaveras
dice que éstas fueron fabricadas por
artesanos de la antigua Atlántida antes
de su inminente destrucción y dispersadas
al rededor el mundo. Al ser reunidas serán
fuente de todo el conocimiento ancestral
del universo. Esta misma leyenda fue la
que se utilizó como argumento para la
película Indiana Jones y el Reino de la
Calavera de Cristal, protagonizada por
Harrison Ford y cuyo estreno en el 2008
ha recaudo más de setecientos millones
de dólares.
SUS PODERES
Durante sus giras alrededor del mundo,
Anna Mitchell siempre trató de dar a
conocer los poderes paranormales de la
calavera de cristal. Aseguraba que era una
fuente de conocimiento, que le había
transmitido de manera anticipada hechos
como el asesinato de John F. Kennedy o
el terremoto de México en 1985.
El nombre de La Calavera de la Muerte o
La Calavera del Destino se debe a que,
según ella, los sacerdotes mayas se valían
de este elemento de cuarzo para realizar
ritos esotéricos y conocer con anticipación
quiénes iban a morir próximamente.
Lo que sí es cierto es que, de todas las
características que les son atribuidas a las
trece calaveras de cristal, sus propiedades
piezoeléctricas son las únicas
comprobadas científicamente. Esta
cualidad no es exclusiva de estas calaveras
sino de cualquier cristal de cuarzo, y se
trata de la emisión de electricidad al
recibir presión mecánica.
Dentro del uso industrial de esta propiedad
se encuentra el micrófono piezoeléctrico
de cuarzo el cual, al recibir la vibración
de las cuerdas de la guitarra, emite
información eléctrica interpretada por un
amplificador. Otro ejemplo de su uso es
el encendedor eléctrico cuya chispa se
origina por el contacto con un pequeño
cristal de cuarzo sintético.
ORIGINALIDAD DE LAS CALAVERAS
Seguramente la Calavera del Destino no
gozaría de ninguna popularidad si no
fuera por un segundo descubrimiento a
inicios de los años setenta por Frank
Dorland, un reconocido conservador de
arte que, con la autorización de los
herederos Mitchell, se dio a la tarea de
analizar a profundidad la fabricación de
esa particular pieza. Así pues, logró que
la compañía Hewlett-Packard realizara
pruebas en sus laboratorios de
cristalografía, concluyendo que se trataba
de una sola pieza de cuarzo y que no se
evidenciaban marcas de metal u otro
abrasivo en su tallado.
La explicación propuesta por Dorland
para la fabricación de esta calavera, fue la
de un tallado inicial con diamantes, para
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