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29/Mondo VINILOS M Ward Migration Stories ANTI St Woods Bones ONErpm The 1975 pegan el estirón The 1975 Notes On A Conditional Form Dirty Heat/Universal 8 POP / Suele decirse que quien mucho abarca, poco aprieta. Y aunque en el caso de The 1975 cunde la tentación de aplicarles la máxima, por aquello de sus treinta y siete canciones publicadas en apenas año y medio (las veintidós de este disco y las quince de A Brief Inquiry Into Online Relationships, de finales de 2018, que es como su alma gemela), no tiene tampoco mucho sentido pensar en esos términos cuando hablamos de una banda que ya hace algún tiempo desechó el concepto de álbum que manejamos casi todos los que ya lucimos (en el mejor de los casos) alguna cana. Matt Healy sigue entendiendo sus álbumes como colecciones de instantáneas cazadas al vuelo, cúmulos de cortes que, por su naturaleza fragmentaria y casi esquizofrénica, se parecen mucho a una lista de reproducción cualquiera. Escuchando sus elepés, es fácil transitar de la fascinación al arqueo de cejas, de la rendición ante la temeraria pero desarmante bisoñez con la que encaran algunos estupendos ejercicios de estilo hasta el escepticismo que despiertan sus momentos con mayor dosis de almíbar mainstream, pero es aquí donde más se inclina la balanza hacia la primera aceptación de las cosas. Al fin y al cabo, qué puñetas, su pop millennial, que no discrimina crominancias, también merece aspirar a tener su Exile On Main Street o su London Calling. O al menos, su Being There. Notes On A Conditional Form es ese álbum. Doble, caleidoscópico, ecléctico, aparentemente veleta. El retraso ha valido la pena. Un trabajo que transita de un extremo de su discurso al opuesto, sin más preocupación que plasmar la foto fija de una banda que se pasó todo 2019 subida en una montaña rusa, en medio de una gira que la llevó por varios continentes, y que generó ese caldo de cultivo para gestar música que puede radiografiar lo que es ser joven en el Reino Unido hoy en día, pero también lo que es moverse entre Heathrow y el JFK de Nueva York, con posteriores escalas en México, Abu Dabi o Yakarta. ¿Quién podría afearles el resultado? La cosa bascula entre el monólogo conservacionista de Greta Thunberg en The 1975 o el hardcore desmelenado de People hasta las leves infecciones de 2-step y dubstep que enlucen Yeah I Know, I Think There’s Something You Shold Know, Shiny Collarbone o Having No Head (ojo, que The Streets y Burial son las dos influencias asumidas), pasando por el folk acústico de Jesus Christ 2005 God Bless America con Phoebe Bridgers, baladones como Then Because She Goes o Playing On My Mind, los coros gospel de Nothing Revealed/ Everything Denied, el pop policromado y contagioso de If You’re Too Shy (Let Me Know) o esa delicia r’n’b que es Tonight (I Wish I Was Your Boy). Es su disco más equilibrado hasta la fecha. El más convincente. El que mejor se digiere de principio a fin. El mejor, sin más rodeos. —CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA FOLK / Importa poco dilucidar si cada nueva entrega 9 de M Ward está más cerca del pop, del folk, del soul o del rythmn and blues, porque su música es un género en sí mismo. Lo que no está de más es resaltar que nos encontramos muy posiblemente ante la mejor colección de canciones de Matthew Ward desde los tiempos de Hold Time (09), y eso es mucho decir. Dice el californiano que se ha inspirado en este periodo de migraciones forzosas, ambientándolo en un futuro próximo menos traumático que el que viven hoy en día quienes se ven obligados a un penoso éxodo, exprimiendo al límite un wishful thinking que puede confundir deseo con realidad. Pero a uno le da por pensar que si se hubiera puesto a recitarnos su lista de la compra, el resultado hubiera sido igual de brillante y conmovedor. —CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA The Architect Une plage sur la lune X-Ray Production TRIP HOP / Suenan los primeros compases de Une 8 plage sur la lune, el primer álbum del productor francés The Architect, y vienen a la cabeza imágenes de sótanos oscuros llenos de discos a descubrir, de tardes aromatizadas con índica y términos ya en desuso como los de digger, beatmaker o turntablism. Este disco es una oda a Dj Shadow, Cut Chemist, The Herbalisher y mil nombres más que nos hicieron disfrutar de lo lindo décadas atrás, pero con la nostalgia justa y necesaria, ya que también es capaz de aplicar nuevos sonidos y estilos, como en el cachondo Boogie Dola con Troy Berkley y el gran Killa P de invitados. El gran Nightmares On Wax viene a la mente al escuchar Peanut, y tenemos que esperar a Baile del sol para descubrir su toque propio, combinando afrobeat con hip hop y toque latino. —RAÚL LINARES INDIE FOLK / El esperado 7 debut de St Woods es un disco interesante al que todavía le falta definición, demasiado deudor de su gran influencia, Bon Iver, como para tener un sonido propio. Las canciones en las que más se sale de su sombra, como Wasted Love, nos descubren a alguien en busca de esa identidad. Se notan otras influencias como Sufjan Stevens o James Blake, pero no se consigue distinguir a qué suena realmente St Woods. Algo que se nota con el final, una orgía de autotune y de admiración a Bon Iver llamada Bones (Psalm). Es una especie de homenaje/exorcismo, de intentar liberarse de su alargada sombra con una canción totalmente referencial. Cerrar el disco de esta manera le obliga a cambiar de dirección en su siguiente entrega, un disco que parece que ya está haciéndose. —SERGIO ARIZA The Weeknd After Hours Republic/ Universal POP 7 / En After Hours encontramos algunas de sus mejores virtudes: un sobrado dominio vocal y una producción musical impresionante en la que Abel Tesfaye se ha implicado de lleno. Sin embargo, a pesar de que ninguno de sus catorce temas baja el listón, tampoco encontramos ningún clásico instantáneo, a diferencia de lo que venía acostumbrando a hacer hasta la fecha. También falta, por momentos, esa capacidad de hacer canciones que transmitan sentimiento y pongan las emociones a flor de piel. Pierde fuerza el delivery del canadiense respecto a trabajos anteriores como Starboy. La dupla Hardest To Love y Scared To Live sí da la talla, igual que Save Your Tears, pero hay motivos para pedirle más a un The Weeknd que ha querido basarse en los sonidos y el espíritu de los años ochenta. —LUIS M. MAÍNEZ mondosonoro.com — @mondo_sonoro — facebook/mondosonoro junio <strong>2020</strong> #29