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Atemperada A Los Tiempos - Revista SOMOS Vol. 4 No. 1

Revista Oficial de LaAlianza Distrito de Puerto Rico

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Sera este un llamado de Dios<br />

'<br />

Al mirar atrás uno reflexiona y se da<br />

cuenta de cómo, a través de la vida y las<br />

diversas circunstancias que enfrentamos,<br />

el Señor nos moldea y a la vez le ofrece<br />

oportunidades a nuestra fe para que se<br />

ejercite y se fortalezca.<br />

del Señor, más queríamos. Era hambre<br />

de Él que crecía cada día. Y la visita del<br />

barco Doulos a Maracaibo fue el clímax.<br />

La última noche antes de que el barco<br />

partiera a otros puertos, Benjamín y yo<br />

caímos de rodillas en nuestra habitación<br />

con mil pensamientos en nuestra mente<br />

y preguntándonos si Dios nos estaría<br />

llamando a servirle en este ministerio.<br />

HISTORIA DE UN LLAMADO<br />

Una de esas oportunidades la tuvimos<br />

mi esposo Benjamín y yo hace muchos<br />

años en nuestra iglesia en Maracaibo,<br />

Venezuela, con Frank Dietz, director de<br />

ministerio del barco misionero Doulos, de<br />

Operación Movilización (OM).<br />

“El ser humano puede vivir con bien<br />

poco”, decía Frank. “En este momento<br />

—continuaba— todo lo que poseemos<br />

está en unas cuantas gavetas en nuestra<br />

cabina en el barco. Pero cada vez que<br />

necesitamos un lugar para retirarnos<br />

como familia, Dios nos provee. ¿Nuestro<br />

seguro de vida? Se encuentra en Isaías<br />

46:3-4: ‘Óiganme ustedes...Yo los he<br />

cuidado desde antes que nacieran; los he<br />

llevado en brazos; y seguiré haciendo lo<br />

mismo hasta que lleguen a viejos y peinen<br />

canas; los sostendré y los salvaré porque<br />

yo soy su creador’ (Isaías 46:3-4 TLA)”.<br />

Sus palabras penetraban muy hondo<br />

en nuestro corazón. Era un hombre de<br />

Dios y tenía la autoridad que le daba una<br />

vida vivida en dependencia de Él.<br />

Dios venía trabajando profundamente<br />

en nosotros. Benjamín y yo llevábamos<br />

siete años viviendo en Maracaibo. Allí<br />

estábamos involucrados en la obra,<br />

evangelizando en nuestra clínica de<br />

rehabilitación, ayudando a los misioneros<br />

en la selva amazónica, trabajando<br />

con grupos de mujeres, enseñando y<br />

aconsejando.<br />

Mientras más gustábamos de las cosas<br />

Todavía recordamos aquellas dos<br />

promesas que el Señor hizo brillar en<br />

nuestra mente y corazón, como una luz<br />

de mil vatios, en esos días iniciales de<br />

nuestro llamamiento al campo misionero.<br />

Una de ellas se encuentra en el Salmo<br />

32:8: “Te haré entender, te enseñaré el<br />

camino en que debes andar…” La otra está<br />

en Efesios 3:20: “Aquel que es poderoso<br />

para hacer todas las cosas mucho más<br />

abundantemente de lo que nosotros<br />

pedimos o entendemos”.<br />

24 <strong>SOMOS</strong> OCT/DIC 2020

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