Atemperada A Los Tiempos - Revista SOMOS Vol. 4 No. 1

ESTO NO VA A
FUNCIONAR AQUÍ
Disipando cuatro mitos comunes sobre la
plantación de iglesias.
Hace varios meses tuve una conversación con un
pastor de una iglesia de tamaño mediano. Me
referiré a él como “Tomás”. Mientras hablábamos
de su iglesia y la comunidad adyacente, Tomás articuló
varias razones por las cuales plantar otra iglesia en el
área era una mala idea y, en última instancia, perjudicial
para su congregación. Sin embargo, las razones que citó
tenían sus raíces en conceptos comunes equivocados.
Lamentablemente, Tomás no está solo en sus
pensamientos. La plantación de iglesias se ha convertido
en un tema cargado con varias opiniones contradictorias
respecto a su efectividad y viabilidad.
Pero si queremos cumplir nuestra visión de “Todo Jesús
para todo el mundo”, debemos hablar de los mitos que
rodean la plantación de iglesias. Después de todo, si el
fundador de la Alianza, A. B. Simpson, hubiera escuchado
a los que se oponían tal vez nunca hubiera plantado el
Gospel Tabernacle en el corazón de New York. Y nuestro
movimiento de 2,000 iglesias que proclaman el evangelio
e impactan sus comunidades aquí en Estados Unidos
y más de 21,000 iglesias en todo el mundo quizá nunca
hubiera nacido.
Es cierto que plantar iglesias puede ser un trabajo duro.
Cualquier cosa que lleve fruto significativo para el Reino
siempre lo es, pero las recompensas son duraderas y de
largo alcance. Entonces, antes de descartar lo que podría
ser una invitación divina para multiplicar la presencia del
evangelio, hablemos de cuatro mitos que a menudo los
líderes de iglesias dicen para no considerar iniciativas de
plantación de iglesias.
1
“Este pueblo no es lo
suficientemente grande para los dos”.
Cuando Dios llama a alguien para servir en su iglesia local
como líder de ministerio o pastor, puede ser difícil evitar
que lo absorba la “burbuja de la iglesia”. La burbuja puede
servir como un refugio de descanso, sanidad y un lugar de
reunión para la comunidad cristiana, pero también puede
crear puntos ciegos cuando evaluamos la comunidad en
general y sus necesidades.
Mientras continuaba conversando con Tomás sobre los
desafíos percibidos para plantar, me dijo que simplemente
no había suficiente espacio para plantar otra iglesia.
Después de investigar la comunidad, descubrí que la
población de la ciudad era de unas 50,000 personas,
con cerca de 80 iglesias (de todas las denominaciones)
con una capacidad promedio de asientos de unas 80
personas. Hablando en términos matemáticos, si todos en
la comunidad decidieran ir a la iglesia el próximo domingo,
28 SOMOS OCT/DIC 2020