INDUSTRIALES #1_2021
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POR José Julio Balmaceda / <strong>INDUSTRIALES</strong><br />
TRANSPORTACIÓN<br />
¿Aumentos en carga?<br />
El dedo en la llaga de la competitividad<br />
Múltiples analistas consideran que las tarifas impulsadas<br />
por algunas empresas navieras son arbitrarias y, en el mejor<br />
de los casos, resultan equivalentes a un impuesto de 21%<br />
a la transportación de carga. Se cree que el Negociado de<br />
Transporte emitió esta propuesta de tarifas sin hacer ningún<br />
tipo de análisis financiero de las entidades reglamentadas.<br />
“Los propuestos aumentos en los cargos de manejo de contenedores<br />
en los muelles, y en el costo del transporte terrestre<br />
en Puerto Rico, impactan indudablemente nuestra competitividad”,<br />
admite a <strong>INDUSTRIALES</strong> Edmundo Rodríguez,<br />
un ejecutivo de vasta trayectoria en materia de corretaje<br />
aduanero e industria de carga. “En este momento histórico,<br />
cuando se trata de traer mayor manufactura a EE. UU., Puerto<br />
Rico tiene una oportunidad privilegiada de combinar su Programa<br />
de Incentivos Industriales con el Programa de Zonas<br />
Libres, permitiendo la mejor ecuación tributaria en territorio<br />
estadounidense. No debemos permitir que estos aumentos en<br />
costos de transportación y manejo de carga impacten adversamente<br />
nuestra competitividad y afecten el costo de vida de<br />
nuestra ciudadanía. Debemos presentar un frente unido en<br />
contra de estos incrementos”, declara.<br />
Rodríguez, quien preside Néstor Reyes, Inc. (NR), enfatiza<br />
que “todos los sectores económicos de Puerto Rico rechazan<br />
los aumentos” (30% en promedio por cada contenedor)<br />
publicados desde enero en la Federal Maritime Commission<br />
(FMC). Tales escaladas, como se sabe, son impulsadas por empresas<br />
como Luis Ayala Colón (LAC), Puerto Rico Terminals<br />
y Tote Marine, “y habrían comenzado a regir el pasado 1 de<br />
marzo pero fueron momentáneamente detenidas - especifica el<br />
titular de NR- pues impactan nuestra competitividad, no solo<br />
en la Región Caribeña sino en el mundo. Lo mismo ocurre con<br />
el aumento en tarifas terrestres que publicó el Negociado de<br />
Transporte (el Negociado) y otros Servicios Públicos (NTSP),<br />
el pasado 23 de diciembre de 2020”.<br />
Al respecto, el ejecutivo entrevistado recuerda que “el<br />
Tribunal de Apelaciones determinó, el pasado 12 de abril de<br />
<strong>2021</strong>, que esa Carta Circular del Negociado, que imponía<br />
un alza en tarifas de acarreo terrestre de mercancía, es nula.<br />
Con esta decisión, entidades como la Cámara de Comercio<br />
de Puerto Rico prevalecieron en su esfuerzo de que se elimine<br />
el aumento tarifario en la transportación terrestre en nuestra<br />
Isla”.<br />
De acuerdo con Rodríguez y otros analistas como el economista<br />
Vicente Feliciano, las tarifas propuestas son arbitrarias y,<br />
en el mejor de los casos, resultan equivalentes a un impuesto<br />
de 21% a la transportación de carga. Se cree que el Negociado<br />
emitió esta propuesta de tarifas sin hacer ningún tipo de análisis<br />
financiero de las entidades reglamentadas.<br />
En tal sentido, Rodríguez recalca que “en el Comité de<br />
Transportación y Logística de los Industriales (AIPR) hemos<br />
propuesto -por muchos años- el hecho de desregular las tarifas<br />
de transportación terrestre a la libre competencia. Estas tarifas<br />
son reguladas localmente por el Negociado y otros servicios<br />
públicos, factor que encarece el costo, no permite descuentos<br />
por volumen y resulta en un impacto adverso a nuestra competitividad<br />
en cuanto a las oportunidades de hacer negocios”.<br />
A modo de contundente ejemplo, el experto contactado<br />
expone el documento de Clifford Winston (senior fellow at<br />
the Brookings Institution), que data de 2009 y está titulado<br />
como “Lessons from the U.S. Transport Deregulation Experience<br />
for Privatization”. En síntesis, Winston alude a varios<br />
casos adversos y refiere que “En Estados Unidos, durante las<br />
últimas décadas, se había manejado un sistema de regulación<br />
de precios para el transporte de autobuses y de carga, que se<br />
tradujo en altos gastos del sector... pues generaba ineficiencias.<br />
Se dio paso entonces para dejar a las empresas la libre fijación<br />
de precios, obtener capital y ofrecer servicios en un mercado<br />
competitivo en la mayoría de los Estados de EE. UU.”.<br />
¿El resultado? De acuerdo con Winston, “la experiencia<br />
de la desregulación en EE. UU. ha traído grandes beneficios,<br />
como el desarrollo de prácticas que responden mejor a las<br />
preferencias de los consumidores, la rápida incorporación de<br />
nuevas tecnologías y la reducción de precios. Estos logros se<br />
han agudizado gracias a la entrada de nuevas empresas que<br />
han intensificado la competencia.”<br />
Cabe recordar que en EE. UU., excepto Hawaii, se desre-<br />
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