INDUSTRIALES #1_2021

ECONOMíA
“GILTI is: [a] devastating new business tax that treats Puerto Rico as if it is a foreign country.” – Chuck Shumer
- Permitir un 10% de rendimiento en inversión en el extranjero
libre del GILTI.
- Al ser una imposición agregada de todas las jurisdicciones, se
beneficia indebidamente a los paraísos fiscales.
• Que las disposiciones del “Tax Cuts and Jobs Act”, relacionadas
al ‘foreign direct investment income’ (“FDII”), fomentan
la emigración de inversión y no fomentaron inversión en R&D
dentro de EE. UU.
Segundo, hay unas premisas inarticuladas, pero que ciertamente
subyacen en la discusión:
• Los empleos y operaciones en Puerto Rico son parte de los
empleos y ganancias que se fugaron de EE. UU.
• Que jurisdicciones con tasas contributivas bajas son: (1)
paraísos fiscales; y (2) jurisdicciones extranjeras (“off shore”).
• Atraer empleos a suelo estadounidense es bueno para EE.
UU.
Con estas premisas, el “Made in America Tax Plan” propone
lo siguiente:
• Aumentar la tasa contributiva corporativa federal de 21% a
28%.
• Eliminar la concesión de un 10% de rendimiento en la inversión
extranjera, como parte del cómputo del GILTI.
• Computar GILTI en forma segregada por jurisdicciones
(“country-by-country”).
• Fomentar la discusión de una tasa mínima global y evitar
“corporate inversions”.
• Una nueva contribución alternativa, basada en ingreso financiero
(“book income”), versus ingreso neto tributable.
• Eliminar preferencias relacionadas con combustible fósil.
• Esfuerzos adicionales de fiscalización por parte del Servicio
federal de Rentas Internas.
• Como nota, el plan también reconoce la importancia de mantener
la marina mercante, cuando propone: “the plan will require
that goods and materials are made in America and shipped on
U.S.-flag, U.S.-crewed vessels”.
Muchas asociaciones y agrupaciones que abogan por el sector
de la manufactura, ya se han expresado sobre los aspectos puramente
domésticos del “Made in America Tax Plan”, en cuanto al
aumento de tasa, la tributación del ingreso financiero y otros. Ese
debate solo está comenzando... y todo indica que será extenso.
Creemos que Puerto Rico debe concentrarse en los posibles
impactos que las otras disposiciones puedan tener sobre el desarrollo
económico de la Isla. Comencemos entonces con atender las
premisas sobre las cuales fue construido el plan:
Primero, la idea de que las disposiciones de GILTI y del FDII
son favorables o incentivan tener operaciones fuera de los EEUU.
Hay que recordar que la intención inicial del TCJA fue mover a
los EE. UU. de un régimen de tributación global (“worldwide”), a
un régimen internacional territorial. Así, EE. UU. no hubiese impuesto
contribuciones adicionales a la actividad llevada a cabo por
una empresa de sede americana fuera de su jurisdicción. En este
sentido, las disposiciones como GILTI y FDII terminaron siendo
un punto medio entre el régimen previo y el territorial. El sistema
resultante, en efecto, produce tributación adicional por EE. UU. a
operaciones fuera de su jurisdicción tributaria, y se ha convertido
en un factor adicional (adverso a las jurisdicciones identificadas
como extranjeras) en la toma de decisiones, al momento de escoger
jurisdicciones donde operar.
Puerto Rico no es un paraíso fiscal extranjero. No lo es en el
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