INDUSTRIALES #1_2021
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Por José Julio Balmaceda / <strong>INDUSTRIALES</strong><br />
ENERGÍA<br />
El ríspido contrato de LUMA<br />
¿Nuevo capítulo<br />
de Ángeles y Demonios?<br />
En la famosa obra literaria de Dan Brown que inspira el<br />
título de estas informaciones -secuela de la archifamosa El<br />
Código Da Vinci- los peores temores del profesor Robert<br />
Langdon se confirman cuando los “illuminati” anuncian un<br />
atentado mayúsculo en el corazón de la Ciudad del Vaticano.<br />
Como se recordará, la súbita intervención de un héroe militar<br />
frustra los planes iniciales de los atacantes, y una bomba<br />
anti-materia estalla muy alto y lejos de la zona señalada como<br />
foco de la catástrofe. Al menos en este caso, el temor solo<br />
queda en eso: temor.<br />
Mitad reales, mitad ficticios, la leyenda que persigue a<br />
estos “illuminati” (grupos conspiranoides de probable origen<br />
germano que aspiran a un nuevo orden mundial) podría asimilarse<br />
con la incertidumbre que contagia al país ante la casi<br />
omnipresente presencia del consorcio LUMA en el panorama<br />
energético del país.<br />
Hasta ahora, más allá de las esperanzas esenciales de un<br />
servicio eléctrico costo-eficiente, se presiente que misteriosos<br />
poderes políticos y económicos no faltarían en las dimensiones<br />
de LUMA. Resulta obvio que algunos sectores sociales no<br />
terminan de digerir un polémico acuerdo sobre el que cada día<br />
se ciernen inquietudes de cumplimientos o incumplimientos<br />
(incluyendo exigentes relevos de responsabilidad que acaban<br />
de ser rechazados por los reguladores).<br />
En principio, la capacidad técnica de LUMA no se halla en<br />
tela de juicio. Aunque hablando de temores -como en Ángeles<br />
y Demonios- se suceden reclamos contractuales de ambas<br />
partes, justo cuando LUMA entra en funciones y comienza<br />
la riesgosa temporada de huracanes. Temores más, temores<br />
menos, habría que acentuar aquí lo que opina Sergio M. Marxuach,<br />
director de política pública del Centro para la Nueva<br />
Economía (CNE), quien ante la Cámara de Representantes<br />
dijo que “se intenta sustituir un monopolio público por un<br />
monopolio privado”. Oremos.<br />
El consorcio de LUMA está conformado por tres empresas:<br />
ATCO, una compañía canadiense de servicios públicos y<br />
construcción; Quanta Services, una compañía estadounidense<br />
de construcción de infraestructura; e IEM, una compañía<br />
experta en el manejo de fondos federales. Pero en honor a<br />
la razón, con la mente un poco fría en medio de tanta fiebre<br />
sociopolítica y por respeto a prioridades cronológicas, se<br />
debe aceptar que LUMA solo es -hasta ahora- una especie<br />
de súbita visita (deseada por algunos, rechazada por otros)<br />
en el “berengenal” energético que ha perpetrado por décadas<br />
Puerto Rico. No olvidemos la sabiduría del refranero popular:<br />
“de aquellos polvos vinieron estos lodos”.<br />
Tal como está el ambiente, los sectores industriales del país<br />
daban por hecha la instalación de LUMA, aunque confían en<br />
el estricto cumplimiento de parámetros y consideran habrá<br />
que acomodar las cargas en el camino (incluyendo enmiendas<br />
contractuales si las hubiese). No obstante, mientras el hacha<br />
legal va y viene, y al menos hasta el cierre de esta edición de<br />
<strong>INDUSTRIALES</strong>, era preocupante el descalabro en torno al<br />
movimiento de recursos humanos de la Autoridad de Energía<br />
Eléctrica (AEE) hacia LUMA u otras agencias del gobierno<br />
(invocando los principios de “empleador único”); apenas un<br />
33% de los empleados de la AEE se reportaba a sus tareas.<br />
Competitividad en constante amenaza<br />
Más allá de las ásperas derivaciones del contrato con<br />
LUMA, el país reclama -por encima de todo- un sistema energético<br />
de vanguardia, confiable, con calidad y costo-eficiencia.<br />
Sobre estas bases, ¿qué tan lejos estamos de las metas<br />
de delineadas recurrentemente por el sector privado?, ¿ha<br />
habido realmente algún avance? Jorge Rodríguez, titular del<br />
Comité de Energía de la AIPR, compartió con INDUSTRIA-<br />
LES varias consideraciones.<br />
El sector industrial ha pasado, durante los últimos 20 años, una<br />
serie de retos mayormente enfocados en la competitividad, por culpa<br />
de costos operacionales. El costo de la energía ha sido y sigue<br />
siendo el mayor desafío. Actualmente, los costos de tarifa industrial<br />
rondan los $0.22 Kwh; pero nuestra meta ideal fluctúa entre $0.15<br />
y $0.17<br />
¿Cuáles son los principales obstáculos para mejorar estos<br />
costos?<br />
El de la materia prima, Bunker C y Diesel #2; son combustibles<br />
42 iNDUSTRIALES | Revista Líder de Negocios e Innovación Industrial