STEIGNYR - THE LEGACY OF WYRD (SPANISH)
Primer libro de la banda Catalana Steignyr el cual relata 3 historias, un principio, un pasado y un futuro. Libro que acompaña a su nuevo album The Legacy of Wyrd, una obra llena de Fantasia, Epica y sobretodo aventuras que nunca olvidarás.
Primer libro de la banda Catalana Steignyr el cual relata 3 historias, un principio, un pasado y un futuro. Libro que acompaña a su nuevo album The Legacy of Wyrd, una obra llena de Fantasia, Epica y sobretodo aventuras que nunca olvidarás.
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Cuando todas las almas estaban ya reunidas y el mundo quedó vacío, le llegó el turno
a Grakal quien utilizaría su llave por última vez para abrir la puerta que nos separa del
otro lado y así cruzar con toda la caterva de espíritus hacia el inframundo.
El mundo estaba seco, ni un alma en su superficie, solo Elara podía intervenir, y con
ella, las luciérnagas, la otra cara de los Skujult, ellas tenían ahora el poder de la
restauración. Miles de flores, pasto y árboles brotaron de la superficie de una tierra
exánime, llenándolo todo de vivos colores. Aquellos recipientes vacíos que eran los
cuerpos de animales, hombres y mujeres, volvieron a recuperar su brillo y alma.
Parecía que nada hubiera pasado, pero ellos se sintieron, sin saber cómo, liberados de
una gran carga.
Y cuando todo estuvo restaurado, los dioses regresaron a su punto de partida, con los
niños que los esperaban tirados en el suelo unos junto a otros, para poner punto y final
a toda la historia.
La primera fue Elara, la encargada de la vida, la mujer tomó a Rosemary Dankworth
entre sus brazos y la abrazó, y de su pecho brotaron unos hermosos crisantemos que
trenzó y colocó sobre la cabeza de la chica. Después siguió Grakal, quien tomó su
llave, aquella que abría el portal entre ambos mundos, y la dejó sobre el pecho de la
pequeña Lina.
- Esto es para ti, niña. Te la has ganado.
Por último Hel ordenó a su serpiente, su única compañía desde hacía tiempo, a que
tomara su forma felina para acurrucarse en el pecho de Aland.
- Siento lo de tu madre, chico, la cuidé lo mejor que supe. Te lo aseguro.
Entonces los dioses, que ya no eran dioses, sino solo hermanos o viejos amigos, se
tomaron de las manos, y con un gran suspiro se fundieron con el aire de su alrededor
para descansar por fin, para dejar paso a sus sucesores.
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