Quinta Edición Revista Nirvana (digital)
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Editorial
El engañoso populismo
L
Los problemas más comunes que enfrentan los Estados hoy día tienen que ver con
tres fenómenos puntuales: narcotráfico, terrorismo e inmigración. Ellos tienen una
interferencia determinante en el proveimiento de la seguridad ciudadana, en tanto
bien jurídico. Y, como la seguridad es un bien tan necesario para el desempeño de un país,
su imposibilidad deriva en perturbación del ejercicio y goce de muchos derechos, así
como del aseguramiento de la no lesión de otros. El enfrentamiento de estos problemas
con eficiencia y eficacia se convierte así en un anhelo insatisfecho de los ciudadanos que
se sienten cada vez más vulnerables ante su ocurrencia. Ello genera una situación de
incertidumbre y temor recurrentemente aprovechada por políticos que -en períodos
electorales- ,ya desde la oposición, ya desde el poder, se ofrecen como los redentores
que erradicarán definitivamente tales flagelos.
Y es que, en materia presupuestaria, por ejemplo, el desempeño económico de un
Estado cualquiera en vía de desarrollo -e incluso de algunos desarrollados- transita la
misma ruta escabrosa que lo obliga a la emisión de deuda para poner un parche a sus
ingresos deficitarios con relación a su pretensión de gastos. Por lo tanto, ese es un tema al
que hemos terminado acostumbrándonos, no sin disgusto; que admite estrategias de
previsión disminuyentes de la incertidumbre. En cambio, cuando se trata de una
amenaza a nuestra identidad de alcance impredecible que pudiera dar al traste con
nuestros valores y la profesión de nuestras creencias; cuando se habla de un aumento de
la delincuencia que amenaza la conservación de nuestros bienes, y nuestra propia
integridad, el horizonte es incierto y ello hace que nos ofrezcamos como víctimas
propiciatorias de un culto “pagano” que compromete nuestra libertad de pensar y de
obrar, nuestras potencialidades de crecer y desarrollarnos, terminando así calcinados en
la pira del populismo.
Nuestros temores frente a esas amenazas son legítimos, y hay que luchar contra ellas. Lo
que debemos es desarrollar un sentido de la diferencia que nos permita distinguir entre
políticos mentirosos y embaucadores y políticos honestos -que aún los hay- para no votar
a quienes no lo merecen. Está en nuestras manos detener a los farsantes.
José Luis Mendoza