Quinta Edición Revista Nirvana (digital)

de Salud y el Servicio Nacional de Salud (S.N.S.)
para, de manera domiciliaria, mediante jornadas de
operativos médicos que estamos realizando en las
comunidades, llevando todos los servicios que tiene
el programa a la gente, conectarlos con ellos; y la
otra línea, que abarca temas relacionados con lo
socio familiar, pero ya con pretensión de evaluación
y seguimiento de la familia de cara a la sociedad, su
articulación y movilidad, incluso en el aspecto
económico: capacitaciones en el orden profesional
que hacemos junto a INFOTEP y en nuestros propios
centros de capacitación; de formación y de
superación comunitaria, a través de cerca de 50
centros en todo el país (ya para el año 2023 estamos
abriendo varios centros nuevos en los municipios de
Los Alcarrizos, Haina, Atillo Palma, Montecristi,
Comendador, Pedernales y Bahoruco); este año
terminamos el de Bahoruco. Estamos hablando de
centros que están justamente trabajando con los
jóvenes, las mujeres y los adultos para la formación
técnico profesional vinculada a la necesidad del
territorio, conforme a las demandas del su mercado
laboral. Por otro lado, esta toda nuestra línea de
artesanía. Estamos ampliando este programa de
“Manos Dominicanas” que, para mí, es la marca
que representa la dominicanidad en la artesanía y
que seguimos apoyando, habiendo logrado abrir en
2022 una nueva tienda en la avenida Independencia,
justo donde está el edificio de la Lotería Nacional,
entre otras iniciativas de incalculable valor para el
crecimiento económico y desarrollo de las
comunicades.
NMM. - ¿Cómo es el organigrama de Programa
“Supérate” y cuáles son las responsabilidades de
cada instancia departamental dentro del mismo?
GR. - En “Supérate” tenemos una estructura amplia
que está dividida en tres patas principales. Por un
lado, está toda la parte administrativa y financiera,
donde están las áreas que llevan el funcionamiento
institucional, que son las tradicionales. Luego está lo
vinculado a la cooperación y relaciones
internacionales. ¿Por qué? Porque nuestra
institución es una institución que tiene mucho
trabajo vinculado a sistemas de Naciones Unidas, a
las agencias de cooperación y también a los
organismos multilaterales de crédito como el Banco
Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo,
entre otros. Ese entramado de relaciones
internacionales nos permite acceder a recursos; por
ejemplo, nuestros centros de capacitación son
construidos con dinero donado por nuestros
cooperantes, en su mayoría, y luego, por partida de
inversión local que es la menor. Entonces,
evidentemente, por ahí hay una línea de trabajo muy
importante, amén de todo el acompañamiento
técnico de la transmisión de las experiencias que
vienen a enriquecer nuestro acervo en el cómo
hacer. Luego está toda la estrategia operativa y de
campo. Estamos hablando de la conformación de
los grupos familiares y supervisores que van y visitan
a las familias, las personas encargadas de organizar
operativos de servicio a las familias en las
localidades. Este año, por ejemplo, ha sido un año
de mucho movimiento, porque hemos tenido que
incluir nuevas familias en el programa, eso significa
mucho trabajo de campo y operativos masivos
donde hay miles de personas concernidas.
NMM. – Si decidiera sostener la idea de que los
subprogramas que están implementando
constituyen una verdadera inversión social,
¿cuáles argumentos validarían esa concepción?
GR. - Bueno, definitivamente el propósito de la
protección social no contributiva es justamente que
las personas que menos tienen reciban del estado
reciban apoyo y acompañamiento para la
superación de su condición de vulnerabilidad de
pobreza mediante la redistribución de los recursos.
Y ese es un derecho que no precisa de
argumentaciones que trasciendan la realidad misma
de su concretización, habida cuenta de que la
redistribución es, aparte de un compromiso del
Estado Constitucional, un acto de justicia dotado
del más alto sentido de humanidad. Entonces, el
reto del Estado, de cara a la sociedad, es cómo
mostrar eficiencia para esa adecuada distribución
de los recursos. Y la inversión social se reputa la más
noble de todas, porque es la que garantiza la
preservación y unidad de la nación y del país. Fíjese
que destaco el término “inversión social”, que es,
como le apunté al principio, la característica especial
de “Supérate”. No se trata de mero asistencialismo
que, de suyo, contribuye más al empobrecimiento
de las comunidades, dado que las acostumbra a un
pernicioso comensalismo; aquí estamos hablando
de “inversión social” que activa una dinámica
simbiótica entre los aportes del Estado y el
correlativo desarrollo de la sociedad. Se trata,
entonces, de una inversión focalizada y, como he
dicho al principio, condicionada. Condicionada a
una serie de requisitos y, sobre todo a que los
beneficiarios satisfagan una serie de expectativas
que tenemos de ellos en lo que respecta a su
disposición de hacer la parte que le corresponde en
este esfuerzo conjunto orientado a su desarrollo y
crecimiento.
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