Wheels Magazine México Mayo 2023

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Tengo que confesar que me sentía un
poco nerviosa por no hacer “el oso” y
evidenciar mi falta de pericia para aflojar
las tuercas. Aunque tenía conocimiento
de dónde se debe colocar el gato, mi
talón de Aquiles siempre ha sido ese,
¡quitar los tornillos! Me consideraba con
fuerza insuficiente para iniciar con todo
el proceso; sin embargo, los asesores de
la marca de neumáticos nos dividieron en
dos grupos para iniciar con el curso.
Fuimos al auto muestra, era evidente
la ponchadura de la llanta trasera de lado
derecho.
Abrimos la cajuela y sacamos la llanta
de refacción, para lo cual nos dijeron que
cuando se cambia la llanta, siempre se
debe circular, a máximo 80 kilómetros
por hora, ya que el neumático guardado
también puede bajar su calibración.
Al tener abajo la de refacción, vino
lo más interesante (para mí), quitar el
neumático ponchado.
A partir de este momento describiré la
experiencia por pasos:
Aflojar tornillos
Para las damas,como yo, con falta de
fuerza, la pericia entra en modo activado.
Sólo basta con poner la llave a 90 grados,
acomodar tu cuerpo de lado y con la
punta del pie subirte a la llave e impulsarte
agarrándote de la salpicadera de la llanta
y la cajuela para hacer fuerza hacia abajo
con el pie que más fuerza sientas, y...
taráaan, se aflojó la primera tuerca!. Este
proceso es el mismo, sin importar el orden
para todas las tuercas hasta quitarlas,
completamente.
Acomodar
el gato hidráulico
En cada auto o camioneta, podrás ver las
señas, canales o pequeñas abolladuras que
colocan las armadoras en los estribos de
los automóviles, éstas indican la dirección
donde se debe colocar el gato hidráulico.
Ya que sabes la dirección, debes agacharte
y colocarlo abajo de la barra que carga
toda la carrocería. De esta forma, se
garantiza que no se va a caer el auto en el
momento en el con el maneral, subirás al
gato, y este, a su vez, levante al automóvil.
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