Trobairitz 5 - 2023 AGO

LA FUERZA DEL DESEO
Mercedes Chimirri
Acto 1 Escena 1
(En el zaguán de la cueva, donde vive la
novia. La criada doblando ropa sobre una
mesa)
NOVIA: ¡Ay, madre! ¡Estoy enamorada!
Estoy enamorada y quisiera gritarlo a los cuatro
vientos, tan feliz soy, madre, tanto como tú lo
habrás sido junto a mi padre.
(Criada hace un gesto)
NOVIA: ¿A qué viene ese gesto que haces?
Te he visto, no puedes negarlo
CRIADA: Ay, niña, es que estoy doblando
el pantalón de tu padre y pienso en lo viejo que
está, ya debería cambiarlo
NOVIA: Mi madre también fue feliz con mi
padre. ¿No es así? Tú la conociste, ¿verdad que
era feliz?
CRIADA: Pues, claro, mi niña. Ella era
muy feliz y tan hermosa como las flores del
campo. Tú, eres tan hermosa como ella y así de
feliz has de ser
(La Novia sonríe y sorprende a la Criada
abrazándola por detrás).
CRIADA: ¡Ay, sal! ¡Deja ya de apretarme!
(La Novia ríe ante la actitud de la
Criada).
NOVIA: El amor de mi vida se llama Leonardo.
Madre, bendice nuestra unión, si tú la
bendices, sin duda la felicidad será nuestro destino
(La Criada da vuelta la cabeza para mirarla).
¿Escuchas eso? Un caballo, alguien se
acerca… Sé quién es porque mi corazón comienza
a latir como si acompañara la cabalgata.
¿Tú también lo escuchas?
CRIADA: Sí, mi niña, seguro que es él
(Se escucha el ruido de los cascos de un
caballo que se acerca).
NOVIA: (dando pequeños saltos) ¡Sí,
mira, es Leonardo! ¡Ay, señor del desierto que
es él, el que yo amo! (Corre a recibirlo, él la
abraza y besa su cabeza).
LEONARDO: ¡Mi vida, mi hermosa! Envidia
de la luna que es más fría que el hielo, en
cambio tú me abrasas con tu calor.
NOVIA: Todo el día esperando, desde la
mañana te espero.
LEONARDO: Un hombre debe trabajar:
empecé a la madrugada labrando el campo, no
porque no deseara más estar contigo.
(Los dos cuchichean entre sí y la criada
levanta la vista de su tarea para mirarlos como
en alerta. En eso llega el padre).
NOVIA: Padre: Leonardo ha venido de visita
PADRE: ¿Tú, aquí, tan temprano?
(Mira al novio con cara de reproche).
LEONARDO: Deseaba pasar un rato para
ver a mi novia.
PADRE: Que no es el día ni la hora, ya te
lo he advertido otras veces y mucho menos
cuando no estoy. Vete y vuelve cuando corresponde.
(Leonardo se va con cara de fastidio,
lanza una última mirada a la Novia y se aleja).
NOVIA: ¡Padre, no sea usted tan estricto!
¿Qué mal podría hacer?
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