07.01.2013 Views

Antología de Literatura Contemporánea Española. - Ministerio de ...

Antología de Literatura Contemporánea Española. - Ministerio de ...

Antología de Literatura Contemporánea Española. - Ministerio de ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

- Si <strong>de</strong> verdad me quisieras, Ricardo… -empezó ella, pero el Pijoaparte se soltó bruscamente y<br />

se tumbó <strong>de</strong> nuevo en la cama.<br />

- Vete al infierno, ¿me oyes? ¡Y yo no me llamo Ricardo, me llamo Manolo!<br />

ULTIMAS TARDES CON TERESA<br />

2º fragmento<br />

Una noche, al <strong>de</strong>jar a Manolo en el Carmelo, le preguntó súbitamente:<br />

- ¿Tú sería capaz <strong>de</strong> morir por un gran amor, Manolo?<br />

- Si.<br />

Ella se echó a reír.<br />

-¡Estaba segura! ¡Qué tontería!<br />

-No veo por qué – dijo él envolviéndola en una mirada cálida-. ¿Tú no crees en el amor?<br />

-No se trata <strong>de</strong> creer o no. A mi me inspira mas confianza el <strong>de</strong>seo, es un sentimiento mas<br />

digno y limpio. Naturalmente siempre y cuando sea mútuo y no comporte ningún tipo <strong>de</strong><br />

responsabilidad moral.<br />

- ¡Huy! Tú pi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>masiado.<br />

- Yo no, son los tiempos.<br />

- No te entiendo.<br />

- Pues chico, está muy claro – suspiró Teresa, pensativa. Es una época <strong>de</strong> transición, ¿no<br />

crees? Me refiero a los valores morales, que están en crisis…. – Con los brazos cruzados sobre el<br />

volante <strong>de</strong>l automуvil, la mirada perdida en la noche <strong>de</strong>l monte Carmelo, la universitaria empezó a<br />

<strong>de</strong>sarrollar su teoría acerca <strong>de</strong> porque el amor está actualmente en crisis…-. Escuchándola con una<br />

leve sonrisa <strong>de</strong> tolerancia, o mejor dicho, adorando sobre todo su voz, por el placer <strong>de</strong> oírla,<br />

Manolo guardó silencio, luego intentó vanamente hacerla volver a la realidad ayudándose <strong>de</strong> un<br />

juego pueril: encendiéndo y apagando los faros <strong>de</strong>l coche; se aproximó más a ella, que seguía<br />

divagando, le apartó con un <strong>de</strong>do un rubio mechón que le tapaba un ojo, se inclinó finalmente<br />

sobre su rostro y entonces, incomprensiblemente para ella (que ya se había callado, inquieta,<br />

sospechando por la proximidad cuál iba a ser la enar<strong>de</strong>cida respuesta que echaría por tierra toda su<br />

teoría), Manolo se inmovilizó, se echó hacia atrás, <strong>de</strong>jándola como estaba y se bajó <strong>de</strong>l coche.<br />

- Te las das <strong>de</strong> intelectual, <strong>de</strong> chica leída, ¿no? – dijo cerrando la puerta <strong>de</strong> golpe. Pues<br />

hasta mañana.<br />

Y se alejó por la carretera en dirección al bar Delicias, con las manos en los bolsillos y silbando.<br />

Estas reacciones imprevistas no tenían como única finalidad una elemental afirmación <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r: podían ciertamente enojar a su gentil compañera, y ello suponía un riesgo, pero es que él no<br />

veía otro medio <strong>de</strong> <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse, <strong>de</strong> salvar el abismo cultural que mediaba entre los dos. Lo mejor<br />

era cortar por lo sano. Afirmándose y perfeccionándose en esta sencilla estrategia, el murciano<br />

esperaba echar paulatinamente lejos <strong>de</strong> sí a la complicada universitaria amiga <strong>de</strong> discusiones<br />

bizantinas para quedarse solamente con la alegre muchacha <strong>de</strong> dieciocho años que gustaba <strong>de</strong><br />

pasar las tar<strong>de</strong>s con él y se divertía con cualquier pretexto.<br />

SI TE DICEN QUE CAÍ<br />

65<br />

196<br />

1966<br />

- Así que ya no era un pelagatos – Comentó Ñito.<br />

- Y qué, si tampoco lo va a disfrutar –dijo la monja- Dios mío, Señor mío.<br />

El automóvil parecía un animal abrevando tranquilamente al pie <strong>de</strong>l acantilado, veinte metros más<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la curva más cerrada <strong>de</strong> Garraf. Los golpes <strong>de</strong> mar lo iban la<strong>de</strong>ando levemente y en el

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!