MODULO-3-La-Música-en-el-Contexto-Mundial - Universidad ...

100 decibelios de intensidad.
El timbre es un fenómeno complejo. Tomemos una trompeta y una flauta para producir la misma nota: un la de 440
Hz. El sonido fundamental producido por cada instrumento es el mismo, pero en cada uno está acompañado por
otros sonidos menos intensos, los armónicos, que hacen que la misma nota suene con un timbre distinto en cada
instrumento. La frecuencia de los armónicos se sitúa por encima de la del sonido fundamental. Son el número y la
intensidad de los armónicos los que crean el timbre.
Dos notas de igual altura, intensidad y timbre pueden ser más o menos duraderas. La duración es una noción
aparentemente sencilla: lapso de tiempo durante el cual se produce un sonido. La duración de las notas de una
composición determina el ritmo de ésta. Pero en general se ignora el efecto de la duración sobre el timbre. Por
ejemplo, cuando se pulsa la cuerda de un piano, el oído percibe una variedad muy extensa de sonidos armónicos,
en sólo una fracción de segundo. Este fenómeno es importante para identificar un timbre, pues el cerebro humano
no detecta las relaciones entre los armónicos más que en ese instante. Así pues, lo que el cerebro percibe es
diferente de lo que los instrumentos de medida detectan. Por esto es por lo que músicos y físicos tienen a veces
tanta dificultad en hablar el mismo lenguaje.
NACE LA MÚSICA
Un tocador de flauta en los Andes, la suntuosa representación de una ópera de Wagner en Bayreuth, un grupo folk
escuchado por miles de jóvenes... Un acordeonista en las calles de Montmartre, exámenes de piano en el
conservatorio, el exótico sitar de un virtuoso indio... El último disco electro-acústico, espirituales negros cantados
por la coral de una iglesia americana, una sesión de free-jazz en el Soho londinense... Una representación de teatro
no japonés, las marchas revolucionarias del Vietnam, un "tablao" flamenco en Granada, la plegaria de un
almuédano desde un alminar en Bagdad, una misa de Pascua en Tierra Santa...
El arte más universal
Estos ejemplos nos demuestran que cada grupo humano, a su manera y de acuerdo con la tradición de su cultura
propia, crea música. Desde los primeros tiempos de la humanidad hasta nuestro sofisticado siglo xx, gentes de
todas las civilizaciones han acompañado con ritmos y melodías los principales actos de su vida. La música es la
más universal de las artes: pertenece a cualquier tiempo o lugar y, desde hace milenios, se afirma como una
presencia indispensable.
El primer canto humano
Nunca se sabrá cuándo se escuchó música por primera vez. Actualmente se admite que la primera manifestación
"musical", muy primitiva, debió de producirse tra la aparición de la palabra; y Ia palabra apareció hace varios cientos
de milenios. Gritos y danzas precederían la expedición de le dores, esperando que de este modo se propiciarían la
caza. El canto debió de surgir con de palmas, con pasos cadenciosos, con sortilegios...
Hasta hace unos 40.000 años no aparecen las primeras representaciones de instrumentos de música. Para
nuestros lejanos antepasados, la música debía de tener, sin duda, un papel importante. El mismo que tiene, todavía
hoy, entre los pueblos primitivos que aún viven en la Edad de la Piedra.
El lamento de las plañideras.
Desde su origen, la música reviste una doble función: religiosa y profana.
La Función Religiosa se manifiesta principalmente con motivo de nacimientos, ritos de iniciación, bodas o durante
las grandes procesiones y alcanza toda su significación en los funerales, ceremonia que señala el paso a otro
mundo. En los países mediterráneos, la tradición establece que las plañideras salmodien, profieran lamentos y
griten en la hora de la muerte. En el África occidental, el momento en que el desaparecido franquea el umbral de
una nueva existencia es anunciado con toques de trompetas.
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