Eve Lipchik - El Desarrollo Involucra Ganancias y Pérdidas
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nuestro modelo estuviera capacitada para establecer y<br />
mantener una alianza terapéutica. Lamentablemente,<br />
nuestra literatura no hizo hincapié en este aspecto y se<br />
concentró, en cambio, en exponer las nuevas ideas. No advertí<br />
este error hasta mucho después, cuando exhibí una<br />
videocinta en un seminario para mostrar el uso de las preguntas<br />
como intervenciones. Después de observar durante<br />
unos minutos, un conocido colega lanzó un suspiro de<br />
alivio y dijo: «Ah, ustedes contextualizan esas preguntas».<br />
Aunque es posible que el minimalismo haya sido mal<br />
interpretado en la práctica, tenía, además de las preguntas,<br />
una base teórica y supuestos que brindaban lincamientos.<br />
No obstante, bajo la influencia del posmodernismo,<br />
la teoría fue descartada por considerársela la antítesis<br />
de un tratamiento verdaderamente individualizado<br />
(Held, 1996, 2000). Esta nueva tendencia redujo la TCS a<br />
«mero lenguaje» (De Shazer, 1994; Miller y De Shazer,<br />
1998), descripción que también se presta a malentendidos.<br />
La teoría posmodema suele considerar que el lenguaje<br />
en sentido amplio está<br />
«situado en las interacciones conductales consensuales<br />
entre personas, y no en "la mente" de ellas. Más que un<br />
vehículo que transporta comunicación abstracta de un lado<br />
a otro entre mentes individuales, es una coordinación<br />
de estados corporales de los miembros de un grupo social,<br />
que preserva la integridad estructural tanto de este último<br />
como de cada uno de sus integrantes» (Griffith y Griffith,<br />
1994, pág. 312).<br />
No se pretende que el lenguaje consista tan sólo en las palabras<br />
pronunciadas por las personas. Pero ni siquiera la<br />
descripción amplia del lenguaje logra servir de guía a los<br />
terapeutas cuando se trata de usarlo para ayudar a los<br />
clientes a hallar soluciones. ¡No es de sorprender que las<br />
preguntas centradas en la solución resulten tan atractivas!<br />
En efecto, ofrecen algo concretó con que trabajar. <strong>El</strong><br />
problema es que el énfasis en la forma antes que en la sustancia<br />
no suele producir los resultados deseados (Cecchin,<br />
Lane y Ray, 1992).<br />
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<strong>El</strong> caso de John, precedentemente descripto, ilustra lo<br />
que acabo de decir. <strong>El</strong> terapeuta empleó las técnicas básicas<br />
en la primera sesión y obtuvo algunos resultados positivos.<br />
Como estos cambios no se mantuvieron después de<br />
la segunda sesión, persistió en seguir lo que a su juicio era<br />
la dirección correcta centrada en la solución. Formuló,<br />
aunque en vano, las preguntas de la escala y la capacidad<br />
de arreglárselas.<br />
A fin de ayudarlo a salir del estancamiento, en la consulta<br />
se le pidió que reflexionara sobre lo siguiente: «En lo<br />
que sucede entre John y yo, ¿cuál podría ser la causa de<br />
este callejón sin salida?». Su respuesta fue: «Le estoy haciendo<br />
preguntas y asignando tareas que no producen<br />
ningún cambio. Tengo que hacer algo distinto». Pero estaba<br />
perplejo respecto de qué podría hacer, dado que había<br />
usado todas las técnicas correctas.<br />
La sugerencia siguiente fue que considerara este supuesto:<br />
los terapeutas no pueden cambiar a los clientes,<br />
sólo los clientes pueden cambiarse a sí mismos. ¿Cómo<br />
podría ayudarlo esto? <strong>El</strong> terapeuta contestó que lo hacía<br />
pensar más en lo que le estaba pasando a John, sobre todo<br />
en relación con la muerte de su madre. Su mensaje al final<br />
de la primera sesión prueba que sabía que John atravesaba<br />
por un período de intenso duelo por su madre. Sin<br />
embargo, creía que no debía hablar sobre eso con el cliente<br />
porque, primero, desviaría la conversación del tema de los<br />
elementos positivos y el futuro; segundo, concernía a las<br />
emociones de John, y tercero, no había sido identificado<br />
como un problema o una meta. Cuando se alentó al terapeuta<br />
a ocuparse del duelo, se comprobó que esta era la<br />
clave para una solución. John comenzó a llorar y mencionó<br />
lo mucho que echaba dé menos a su madre. Dijo que<br />
nunca se había dado cuenta de hasta qué punto la madre<br />
servía de contrapeso a la personalidad del padre, y que no<br />
tenía idea de cómo se las arreglaría sin ella en el futuro.<br />
Este desborde emocional indujo al terapeuta a dejar de lado<br />
por el momento cualquier intervención y limitarse a<br />
brindar apoyo. Hacia el final de la sesión, John hizo una<br />
confesión. Dijo que se sentía más estresado por la culpa<br />
que por la ira con su padre, porque desde el principio ha-<br />
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