EDICION YD JUL-AGO 23

3 4 P Á G I N A | R E P O R T A J E D E M A R C A
Crear una empresa requiere tiempo,
mucha energía y un enfoque a prueba
de crisis. Pero si además agregamos
que quien está construyendo empresa
es una mujer, entonces el nivel de
dificultad se incrementa,
específicamente en el área del
enfoque, que además, debe dividir con
el ámbito personal y familiar.
Antes de crear empresa, es necesario
construirnos como empresarias, esto
implica reconstruir la percepción que
tenemos del ser mujer, implica
enfrentar las ideologías y creencias
que hemos cargado, implica observar
el mundo desde diversos ángulos,
desde otras experiencias y desde otros
expertises. Es salir de nuestro mundo
interno y aprender y comprender otros
mundos. Es aprender constantemente
de una misma y del entorno.
Y si lo pensamos mejor, crear empresa
tiene ciertas similitudes con la
construcción de nuestra personalidad,
pues para arrancar una empresa, es
necesario tener clara la visión de lo
que se quiere lograr, y para construir o
reconstruir tu persona es necesario
tener claridad sobre quién deseas ser,
y qué valores, metas y aspiraciones
personales tienes, algo así como la
misión y los objetivos a largo plazo de
la empresa.
Formar una empresa requiere tiempo,
tal como ocurre con la personalidad ya
que es un proceso de desarrollo
continuo. Para arrancar una empresa,
implica diferentes etapas, como la
creación de un producto, la expansión
del mercado y la mejora de las
operaciones, similar es la manera
como se desarrolla nuestra persona,
que también es por etapas, como las
experiencias de vida, el aprendizaje, la
interacción con los demás y la
autorreflexión.
Si deseamos tener una empresa ética y
exitosa, a menudo centramos nuestra
atención en construir una cultura
organizacional sólida, fomentando
principios y valores en ella. De forma
similar lo hacemos al construir una