VE-30 FEBRERO 2017
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Número <strong>30</strong> - Febrero <strong>2017</strong>
© Todos y cada uno de los derechos de las obras literarias, fotografías o<br />
ilustraciones publicadas en esta revista pertenecen en exclusiva a sus<br />
respectivos autores (aunque en algunos casos no se citen los nombres)<br />
Portada: Arthur Getz, 1913-1996 (EUA) http://www.getzart.com/<br />
Diseño y edición: Rafa Sastre<br />
Colaboraciones: revistave@hotmail.com<br />
«Escribe una historia corta cada semana. Es totalmente imposible<br />
escribir 52 malas historias seguidas»<br />
Ray Bradbury (1920-2012)<br />
Descarga de este número de la revista (formato PDF, 4.85 MB):<br />
http://www.mediafire.com/file/tbfw5diwb4in1ed/<strong>VE</strong>-<strong>30</strong>_<strong>FEBRERO</strong>.pdf
Podéis encontrar las bases de este concurso en la revista de<br />
Enero-<strong>2017</strong>, en nuestro blog o en Facebook
Índice<br />
Citas ineludibles Pág. 1<br />
Cuerpo/Palabra (María Luisa Pérez) Pág. 3<br />
El ritmo de la vida (Carmen Fabiá) Pág. 5<br />
Endrina espera (Luis Miguel Martín) Pág. 7<br />
Haikus (Enrique Mochón) Pág. 11<br />
Deber de madre (Rafael Blasco) Pág. 13<br />
Decadencia (Conxa Gausí) Pág. 15<br />
La fama (Nicolás Jarque) Pág. 17<br />
La llamada (Alfredo Cot) Pág. 19<br />
Canción infantil (Manuel Serrano) Pág. 21<br />
Love Story (Concha García) Pág. 23<br />
Frágil tiempo de deseo (Belén Mateos) Pág. 25<br />
Reloj... (Vivian Rodríguez) Pág. 27<br />
El último beso (Pernando Gaztelu) Pág. 29<br />
La granota (Verónica García) Pág. 31<br />
Rendirse a la tormenta (Aurora Losa) Pág. 33<br />
Ausencia (Mirta Calabrese) Pág. 35<br />
Enajenada (Eva Franco y Luis Molina) Pág. 37<br />
La vestal del lotus (Toni Mascarell) Pág. 43<br />
Mi eternidad (Aldana Giménez) Pág. 45<br />
Siempre blancos (Carlos M. López) Pág. 47<br />
Sísifo (Alejandro Ramos) Pág. 49<br />
Cenizas (Marta Navarro) Pág. 51<br />
Sensaciones (Liliana Ebner) Pág. 53<br />
Cantaviú (María José Martí) Pág. 55
Transición de identidades (Esther Moreno) Pág. 57<br />
Patchwork (Rafa Sastre) Pág. 59<br />
El escritor sin miedo (Pepe Sanchis) Pág. 61<br />
Libros de nuestras/os colaboradores Pág. 62<br />
Palabras en la basura Pág. 63<br />
Nuestros libros Pág. 64<br />
Números anteriores de Valencia Escribe Pág. 65<br />
Valencia Escribe en las redes Pág. 66<br />
La foto de Miguel Pág. 68
Matthew Laznicka (EUA)<br />
http://www.mlaznicka.com/
Citas ineludibles<br />
Merece la pena recordar que la mañana del próximo sábado día<br />
18 nos reuniremos en Massalfassar para celebrar el II Maratón de<br />
Microrrelatos Valencia Escribe. Ni que decir tiene que esperamos<br />
vuestra asistencia, nos lo pasaremos muy bien y quien quiera, y avise<br />
con anticipación, podrá quedarse a comer con nosotros.<br />
También, mientras finaliza el próximo día 14 el concurso<br />
(interno) para seleccionar los cuentos que formarán parte del cuarto<br />
libro de <strong>VE</strong>, «Relatos con banda sonora» -difundiremos la lista de los<br />
elegidos por el jurado a principios de marzo-, animamos a todos los<br />
que residís en la Comunidad Valenciana a que participéis en el IV<br />
Certamen de Cuentos Valencia Escribe. Hasta el 1 de marzo podéis<br />
enviar vuestros textos, de acuerdo con las bases que dimos a conocer<br />
en el anterior número de la revista. Entre otros obsequios, un premio<br />
de 500 euros (dotado por la Galería Paz y Comedias) está aguardando<br />
a alguien.<br />
Y nada más por el momento. Seguid leyendo, escribiendo y<br />
soñando que entre todos podemos conseguir un mundo mejor. Sed<br />
felices y no tengáis escrúpulos en contagiar de alegría a vuestros<br />
semejantes.<br />
Rafa Sastre<br />
1
Dibujo de la autora, María Luisa Pérez<br />
2
Cuerpo/Palabra<br />
Mi cuerpo es mi palabra.<br />
Acoge infinidad de promesas.<br />
Esconde cantidad de recuerdos.<br />
Entiende de vientos y soles.<br />
Percibe la hermosura del todo.<br />
Enjuga llantos cercanos.<br />
Presagia el final del camino.<br />
Escucha rumores y cantos.<br />
Permite el roce amoroso.<br />
Enhebra piedras y adornos.<br />
Sueña con lo no vivido.<br />
Abarca inmensos espacios.<br />
Enseña el tiempo pasado.<br />
Engendra la vida misma.<br />
Resume todo… en palabras.<br />
María Luisa Pérez Rodríguez (Valencia)<br />
http://marialuisaperezr.blogspot.com.es/<br />
3
Joy in the sunset – Catalin Grigoriu (Rumanía)<br />
https://500px.com/catalingrigoriu<br />
4
El ritmo de la vida<br />
La vida es una línea continua, una recta formada por infinitos<br />
puntos: punto y seguido, punto y aparte, punto final, puntos<br />
suspensivos... y por qué no, dos puntos.<br />
Lo importante en la línea vital es el trazado, fino o grueso da<br />
igual, pero debe ser firme y rectilíneo, sin vacilaciones, sobre todo en<br />
esta recta final que supone la edad madura.<br />
La vida también es un cúmulo de coincidencias, de algunos<br />
encuentros y desencuentros en el lugar y en el momento adecuado.<br />
Sin embargo, aunque muchos piensen que no es posible, creo en el<br />
poder de la atracción de que aquello en lo que pensamos y deseamos<br />
con fuerza, antes o después llegará a nosotros. Nada está escrito. Lo<br />
que tenga que pasar, pasará. Es cuestión de esperar pacientemente,<br />
pero sin perder el ritmo de la vida.<br />
¡Que el ritmo no pare, no!<br />
Carmen Fabiá Mir (Valencia)<br />
5
Waiting for the dawn – Giangix70 (Italia)<br />
https://www.flickr.com/photos/103216224@N02/<br />
6
Endrina espera<br />
Cuando no estás conmigo<br />
surge el ciclón marino,<br />
la vehemencia del deseo<br />
abre una brecha añil en mi escudo,<br />
dejo de ser hierro<br />
y me expongo al tiempo,<br />
simplemente dejo de ser …<br />
entra en mí la espera.<br />
El futuro bordea mi cuello<br />
y acechan sus garras,<br />
el figurado azur de tus ojos sube por las paredes<br />
formando espirales que giran sobre sí;<br />
surgen nuevos colores roncos y rugosos<br />
ocultando, ensordeciendo la paz celeste.<br />
Imagino el olor de tu piel,<br />
veo cómo suena al chocar contra la luz,<br />
cómo su sombra se retuerce azul<br />
y construye flores que suben<br />
y recorren el techo soltando pétalos,<br />
uno por cada poro.<br />
7
Luego caen suaves multicolores sobre mi cama<br />
y pausado huelo el turquesa mientras espero …<br />
Pero se acerca el tacto del sabor de tu boca<br />
pintando de pizarra elipses templadas<br />
en la blanca escayola,<br />
círculos concéntricos hipnotizan el aire,<br />
la imagen de tus cabellos forma ríos salados<br />
y montañas agridulces nevadas<br />
de fresas con nata<br />
y de cerúleas tardes rosadas<br />
con nudos corredizos que todo atrapan<br />
mientras juncos océano de río ensayan<br />
la danza eterna que nunca acaba ...<br />
Anticipo el calor de tu tersa piel<br />
y se agrieta el suelo<br />
mientras hierven las venas,<br />
mientras emborrono rimas prohibidas<br />
encima del cabecero<br />
y se derriten formando pompas<br />
de cielos anhelos tercos.<br />
No quepo en la habitación,<br />
necesito más ventanas,<br />
tirar las paredes,<br />
juntar las nubes,<br />
8
detener al viento,<br />
empujar al sol,<br />
alinearme con tu presencia<br />
y cargar de tinta índigo mi lengua<br />
para escribir medio verso<br />
en cada uno de tus labios.<br />
Espero, zafiro, espero…<br />
de cobalto imagino abrazos<br />
y me atormenta el segundero.<br />
Luis Miguel Martín Antón (Burgos)<br />
9
Wet face - Gil R. Photographies (Francia)<br />
https://500px.com/gil_r_photographies<br />
10
Haikus<br />
Mira el niño<br />
la lluvia tras el cristal,<br />
empañándolo<br />
Amarillea<br />
la planta en el salón<br />
por falta de luz<br />
Zapatos nuevos;<br />
en el suelo encerado<br />
crujen mis pasos<br />
Asoma el sol<br />
después de la tormenta,<br />
resplandeciente<br />
Tiemblan las sombras<br />
en tu pecho desnudo<br />
junto al fuego<br />
Enrique Mochón Romera (Puerto de Sagunto, Valencia)<br />
11
Bunny canibalism - Randy Rocket (Alemania)<br />
https://500px.com/randyrocket<br />
12
Deber de madre<br />
—¡Cómete el trozo de muslo o no crecerás! —le gritó su madre.<br />
Temeroso de la chancla que ya se agitaba en el aire, el niño<br />
engulló el pedazo de carne cortado, no sin volver a protestar con la<br />
boca llena.<br />
—¡Uno más y ya!<br />
La enojada mamá negó con su dedo índice frente a la cara de su<br />
hijo. Usando un cuchillo, extrajo el hígado del interior de la<br />
gigantesca olla. Los gritos desgarradores, los llantos y las súplicas por<br />
la vida, cesaron con la última extirpación. Había muerto.<br />
hijo.<br />
Era una obligación de la madre caníbal, velar por la salud de su<br />
Rafael Blasco (Valencia)<br />
13
Foto aportada por la autora<br />
14
Decadencia<br />
Hasta al más indiferente<br />
le duelen las estancias<br />
con los inviernos enterrados,<br />
y las íntimas tertulias<br />
de las noches, en el centro,<br />
donde luce el jarrón<br />
con ramos de silencios.<br />
Las paredes, desnudas,<br />
rezuman impúdicas<br />
la efusión oculta,<br />
y la araña,<br />
con el polvo de la abulia<br />
presume en el techo<br />
bombillas apagadas.<br />
Estático en el clavo<br />
que lo pende en el llar,<br />
el antepasado<br />
contempla oblicuamente<br />
el letargo sin revés<br />
y la insidiosa luz<br />
del rayo que se filtra<br />
por un resquicio del postigo<br />
15
ompiendo<br />
el equilibrio y la desgana.<br />
Afuera,<br />
la piedra de rodeno<br />
ha sucumbido entre la hierba,<br />
la hiedra se ha hecho mar<br />
y con la sutileza del minuto<br />
está ahogando la casa.<br />
Conxa Gausí Caballero (Valencia), 1986<br />
16
La fama<br />
Imagen tomada de internet<br />
Martin, mi exvecino del quinto, guardaba un gran parecido con<br />
Seinfeld, el actor, y durante una temporada larga, allá donde nos lo<br />
encontrásemos, todo el barrio le saludaba con un alegre «Hola, ¿qué<br />
tal, Jerry?». Él se dejaba querer y atendía nuestras súplicas de<br />
admiradores desaforados. Las mujeres le sonreían pícaramente, le<br />
abrazaban y alguna hasta lo ató a la cama más de una noche.<br />
Mientras que los hombres organizábamos timbas de póquer solo para<br />
dejarlo ganar. Pero un día la serie de televisión dejó de emitirse y<br />
empezamos a olvidarnos de Martin. Hoy desconocemos si vive o ya<br />
falleció.<br />
Nicolás Jarque Alegre (Albuixech, Valencia)<br />
http://escribenicolasjarque.blogspot.com<br />
17
Please, call me now – Daniel Brzozowski (Polonia)<br />
https://500px.com/danielbrzozowski<br />
18
La llamada<br />
Entre el teléfono y yo apenas hay un suspiro. El justo para<br />
atenderlo con sólo alargar la mano. Mientras espero, toda mi<br />
subconsciencia pasa por recordar cómo había sido aquel primer y<br />
único encuentro. Entre sombras adivinaba el color de la noche, el<br />
calor del lugar y, especialmente sus ojos verdes. Ella estaba en la<br />
barra, mientras en el exterior la lluvia añadía agua al mar que tenía<br />
delante.<br />
Me aproximo disimuladamente un poco más al teléfono, como<br />
si esa acción fuera determinante para que se produjese la llamada. Sé<br />
que no. Sin embargo, me recreo entre ensoñaciones para recuperar del<br />
pasado aquellas pinceladas que ahora me queman por dentro.<br />
Por encima de diez brazos intentaba recuperar mi copa, sin<br />
conseguirlo. Ella me miró y adivinó mi dificultad y mi deseo. En los<br />
minutos siguientes resolví mi dificultad, pero no mi deseo. Perdido en<br />
aquella turbulenta noche de «me gustas» mudos, e indirectas sonoras,<br />
recordaba un intercambio de números y una mirada cómplice<br />
acompañando un… ¡Te llamaré!<br />
Qué eterno puede ser un suspiro.<br />
Alfredo Cot (Valencia)<br />
http://alfredo-laplazadeldiamante.blogspot.com.es/<br />
19
Recortable años 80<br />
20
Canción infantil<br />
Los ojos, en pareja.<br />
La nariz, solita.<br />
Boca para comer,<br />
orejas con pendientes.<br />
El cuello con collares.<br />
Los hombros morenos.<br />
Los brazos para abrazar,<br />
los codos para doblar.<br />
Las muñecas con pulseras,<br />
los dedos con anillos,<br />
las manos para acariciar.<br />
Las piernas que sujetan,<br />
las rodillas para rezar,<br />
los tobillos para unir.<br />
Los pies con zapatos y<br />
los dedos con calcetines.<br />
El pecho respira,<br />
la espalda soporta<br />
y… el culo<br />
Manuel Serrano (Valencia)<br />
21
Love story with shadows – Sappho et amicae (Serbia)<br />
https://www.flickr.com/photos/sappho_et_amicae/<br />
22
Love story<br />
Papá es un amante del cine. Le gustan todos los géneros, desde<br />
las pelis románticas hasta las de acción. Disfruta analizando los<br />
planos, diseccionando los diálogos, descubriendo los detalles que a un<br />
ojo menos experto le pasan inadvertidos.<br />
Siente debilidad por las películas de los 70, debe ser porque le<br />
recuerdan esa etapa dorada en la que éramos pequeños. Cuando<br />
mamá y él nos contaban historias sobre cómo se conocieron, sobre su<br />
resistencia a la oposición de nuestro abuelo paterno. Y sobre el modo<br />
en que mamá consiguió sobrevivir a aquella enfermedad tan grave,<br />
antes de que naciéramos.<br />
Me gusta pensar que la vida quiso darles una segunda<br />
oportunidad.<br />
Concha García Ros (Cartagena, Murcia)<br />
http://nosvemosenkairos.blogspot.com.es/<br />
23
Antique french clock face – Barefootliam Stock (Canadá)<br />
http://barefootliam-stock.deviantart.com/<br />
24
Frágil tiempo de deseo<br />
Quizá decirte te quiero<br />
es lengua que no entiendes.<br />
Quizá acariciar tu palabra<br />
es verbo que no precisas.<br />
La frágil tela que separa mi falda de tus manos<br />
es luz en la espera de una sombra,<br />
en la burbuja inexistente de una idea.<br />
Libertad de umbría en la penumbra<br />
de un presente que yace<br />
en la estación del deseo;<br />
el sueño de habitar en la parada<br />
del tiempo,<br />
donde el minuto se hace agua<br />
y el segundo ahoga el anhelo de un secreto.<br />
Mª Belén Mateos Galán (Zaragoza)<br />
25
Monochrome glass – Alexander Hurman (Ucrania)<br />
https://500px.com/alexander_hurman<br />
26
Reloj…<br />
Estoy brindando con tu silla vacía. Brindo por vos.<br />
Miro sin ver, en el vacío que me rodea cuando no estás.<br />
Aparecen desde la sombras iluminando esta penumbra, tus ojos<br />
azules.<br />
Sé que no has podido llegar. De qué de otro modo explicar esta<br />
demora, que todavía no es ausencia. Después de todos los paraísos<br />
vividos, es seguro que vendrás, a renovar nuestro abrazo, a desgajar<br />
trozo a trozo, los gestos de nuestra pasión, casi mística, casi absurda.<br />
El hueco del sillón de mi cuarto, me mira de reojo. Amontona<br />
los momentos compartidos, robados con encanto seductor, queriendo<br />
sí, diciendo no.<br />
No puedo impacientarme, tu retraso tiene que tener una<br />
explicación. El reloj murmura tratando de sembrar dudas y<br />
resquemores, los minutos que gotean sin piedad y sin pausa.<br />
Sé que vas a llegar, hoy, mañana, el día que sea. Nuevamente<br />
entre sábanas revueltas, el amanecer nos encontrará despiertos<br />
haciendo planes. El futuro será nuestro; él nos promete todo a costa<br />
de este presente que no nos pertenece.<br />
Las calles deben estar intransitables, con esta lluvia que inunda<br />
las esquinas. El caos que provocan los transeúntes tratando de<br />
esquivar charcos, seguro que es lo que te atrasa. Debes estar echando<br />
chispas y palabrotas por la boca, esa boca que quiero besar cuanto<br />
antes, que quiere brindar conmigo, y que yo cerraré con mi mano,<br />
cuando quieras explicar lo que no hace falta justificar. Yo solo quiero<br />
verte llegar y envolverme en tus alas para que me lleves a volar.<br />
27
Creo en la certeza de tu amor, en la locura de tu entrega, en el<br />
arrebato que nos une, apenas cruzamos nuestras miradas, cuando los<br />
ángeles vuelan desde las copas llenas de un torrontés frizante, rubio<br />
como mi pelo, que tanto te gusta acariciar, hacia nuestros pecados,<br />
para bendecirlos.<br />
Tic Tac. Tic Tac. Late mi corazón acelerado, al ritmo de ese<br />
reloj impertinente, que no se quiere callar. Me niego a pensar, a<br />
suponer siquiera, que te ha pasado algo trágico, que nos niegue la<br />
fantástica aventura de amarnos. ¿Qué hacer? ¿Dónde llamar? ¿A<br />
quién recurrir?<br />
Escucho la puerta del ascensor. Los vecinos deambulan y<br />
engañan mis expectativas. Pero esta vez, seguro que sos vos.<br />
Lleno dos copas. En un momento escucharé tu llave<br />
ronroneando en la puerta. Tiene que ser.<br />
Me adelanto, corro a abrir. Quiero abrazarte. Es que te amo<br />
tanto…<br />
Vivian Rodríguez Dorgia (Montevideo,Uruguay)<br />
http://bibilaurugualla.blogspot.com.uy/<br />
28
El último beso<br />
Foto aportada por el autor<br />
Ese último beso quedó hundido en sus labios, aún sensibles,<br />
delicados. Lo guardó muy adentro porque sólo él sabía que era el<br />
último. La gente en la calle borraba poco a poco su rostro, el ruido de<br />
la gran vía silenció ese «adiós cariño» y al llegar aquella noche, se<br />
apagó por fin la luz de sus ojos. Todo parecía tan real, tan lejano, tan<br />
sencillo, tan... Falso.<br />
La presión y el latir de su feminidad daban fuerza a esos labios<br />
para fundirse con los suyos mientras el cabello le cubría la cara a<br />
medias. El viento, si, era el viento el que destapaba su cara y mostraba<br />
esa dulzura contenida en sus mejillas sonrojadas por la fuerza de la<br />
pasión, de la despedida hasta no sé cuándo, hasta no sé dónde.<br />
Agitada dijo «adiós cariño» sin pensar, nunca se despedían así, era<br />
ella la que no lo quería, pero aquella vez fue diferente, y no sabía por<br />
29
qué. Era de moche, pero sus ojos brillaban, los de los dos, ¿sería eso<br />
amor?<br />
La decisión estaba tomada desde antes del encuentro, o eso<br />
parecía. Para ella no había sido más que un beso, para él, una<br />
incógnita, una mentira a sí mismo, un engaño estúpido. Pasaron los<br />
días, las noches en vela, los desencuentros programados. El último<br />
beso se quedó en Mayo, y ya era Junio, sería un dulce recuerdo<br />
cuando lo curara el tiempo, la gente, la gran vía, la noche. «Basta ya,<br />
inútil sentimiento, déjame hacer lo que no quiero» gritó su alma<br />
revuelta entre sábanas y esos labios tiernos, entre almohadas y<br />
mejillas sonrojadas, ¿Sería eso amor?<br />
Dejó entonces las sábanas, la gente, la gran vía, la noche, lo dejó<br />
todo. Dejó todo y fue a perderse, fue a perderse y se perdió, porque ya<br />
no había Mayo, ni brillo, ni mejillas, ni labios; estaba ella llorando y<br />
la sorprendió su abrazo, sus caricias, su «te he extrañado». Ese último<br />
beso, fue el último beso de Mayo.<br />
Pernando Gaztelu (Iruña, Navarra)<br />
http://lokos-a-disfrutar.blogspot.com.es/<br />
<strong>30</strong>
La granota<br />
Frog – Natasha (Macedonia) http://natasas.deviantart.com/<br />
A l´estany viu una granota<br />
que bota com una pilota,<br />
tots els dies amunt i avall<br />
recorre tota la vall.<br />
Bota i bota a tota hora<br />
com si volguera eixir volant,<br />
l´agradaria ser pardal<br />
i amb ales pel cel anar<br />
i creuar tot el món<br />
per vore la mar.<br />
Verónica García Sastre (13 anys, Valéncia)<br />
31
The strangers - Stavríanna Tríantafíllou (Grecia)<br />
https://500px.com/stavriannatr<br />
32
Rendirse a la tormenta<br />
Hubiera sido la tormenta de nuestras vidas si hubiéramos<br />
llegado a tiempo a la estación de tren. Los semáforos en rojo que<br />
frenaban mi camino, los charcos llenos de peces de colores que<br />
acaparaban tu atención por las aceras; no fueron sino señales de un<br />
futuro aún por escribir.<br />
Se prometía un final de película, de esos en que la chica entra en<br />
el bar y se encuentra con él; empapada hasta los huesos, con su<br />
paraguas dibujando corazones invisibles en el suelo de madera. El<br />
diluvio universal contra los cristales distorsionando el mundo<br />
exterior, todo convertido en una maraña de luces difusas que se<br />
escurren hacia el abismo; el olor a café recién molido y periódico<br />
atrasado. Y ¿por qué no? La ilusión de bandeja de desayuno en la<br />
cama, con zumo de naranja y cruasanes con mermelada. Tu pañuelo<br />
de solapa y mi libro de Benedetti abandonados en un rincón, viviendo<br />
su propio romance a nuestras espaldas.<br />
Al fin una historia de domingo por la tarde para acurrucarnos en<br />
el sofá. Pero el tic-tac no cesa, ni siquiera cuando llueve.<br />
Yo corría, olvidando pasos de cebra, enterrando mis katiuskas<br />
en mares insondables. Tú esquivabas ancianas tocadas con bolsas de<br />
supermercado, apoyadas en bastones incapaces de abrir las aguas.<br />
Si yo no hubiera prestado atención a la luz de las farolas<br />
reflejada en las estelas que dejaban los coches al pasar, el libro de<br />
poemas jamás habría resbalado de mis manos para hundirse, cual<br />
Titanic, en el peor de los fracasos.<br />
33
Si hubieras tenido el valor de inmolar el paraguas de aire inglés,<br />
tu pañuelo no habría volado en la esquina con un cambio de viento,<br />
emulando a un paracaidista en su gran salto final.<br />
Pero ¿cómo reponerse ante un islote de papel mojado? ¿Cómo<br />
recuperar la dignidad sin mortaja donde guardarla?<br />
Si no nos hubiéramos rendido, habría sido la tormenta de<br />
nuestras vidas.<br />
Y el caso es que nos rendimos.<br />
Nos rendimos a dos manzanas de la estación de tren.<br />
Aurora Losa (La Palma del Condado, Huelva)<br />
https://ladesdichadesersalmon.com/<br />
34
Ausencia<br />
Fotografía aportada por la autora<br />
Las gotas frías de la lluvia<br />
resbalan en el cristal de mi ventana,<br />
azota el viento para robarme tu recuerdo,<br />
extraño los pasos de tu ausencia,<br />
murmura el agua el sonido de tu voz,<br />
te busco en las calles del invierno<br />
y te aguardo para encender el fuego..<br />
Mirta Calabrese De Luca (Sant Celoni, Barcelona)<br />
http://deshojandoversos.blogspot.com.es/<br />
35
Tormented soul – Salvo Giuffrida (Italia) https://500px.com/salvogiuffrida<br />
36
Enajenada<br />
—Que bella estás, mamá…<br />
Lo dijo con una sonrisa, pero su corazón sucumbía al dolor.<br />
¿Cuánto tiempo llevaba así? Su juventud se marchitó con los años,<br />
mientras que mamá muy coqueta reía.<br />
No pasó mucho tiempo desde que nació, cuando ella comenzó<br />
con sus visiones, producto de la bebida. Agustín, su padre, trató de<br />
ayudarla, Aurelia no aceptaba, para ella su belleza era imperecedera.<br />
Disfrutaba que los hombres la colmasen de halagos, se sentía una<br />
diosa; el pobre Agustín debió soportar ver a su esposa coquetear con<br />
extraños, algunos notaron que no estaba bien de la cabeza. Otros no<br />
se preocuparon y se aprovecharon de la situación, mientras Carlisa<br />
crecía viendo a su madre vilipendiada y mal vista por todos.<br />
Carlisa cumplió 15 años, ese es un recuerdo triste. Toda la<br />
familia estaba reunida, sólo faltó su madre. Agustín no lo pudo<br />
soportar y puso distancia entre ellos, por varios años no volvió a saber<br />
de su padre. Aurelia no se dio por enterada, continuó con sus<br />
desvaríos, aunque ya los hombres no se acercaban a ella. «La loca» se<br />
hizo muy conocida; atormentada por las arrugas, que cada vez se<br />
hacían más notorias en su rostro, cayó en una fuerte depresión<br />
mientras Carlisa hacía lo imposible por salvarla.<br />
El médico diagnosticó demencia. Tras una larga internación y<br />
muy medicada, volvió al hogar. Carlisa vio como los años se<br />
acumulaban en su soledad, alternaba entre su trabajo y el cuidado de<br />
su madre. Dos mujeres solas en la casona gris.<br />
Alguien llamó para decirle que Agustín ya no estaba más, su<br />
cuerpo no resistió la dura enfermedad, quien vivió con él sus últimos<br />
37
años creyó conveniente que su única hija lo supiera, Carlisa estaba<br />
por cumplir 28 años. Aurelia había mejorado, pero su mente ya no<br />
razonaba; cual una criatura disfrutaba los pequeños halagos de su<br />
hija, que envejecida continuaba a su lado.<br />
— ¿Cómo estoy, hija? —la pregunta es obvia…<br />
—Estás muy bella, mamá… —sin embargo, la mujer se quedó<br />
con su mirada perdida, tal vez buscando el significado de esa palabra.<br />
Al no encontrarlo, se levantó y buscó sus recuerdos en el reflejo de un<br />
espejo, y al ver las huellas del tiempo aparecidas en su rostro Aurelia<br />
se enfureció, no aceptaba que aquella mujer que la veía con un rostro<br />
envejecido le cuestionara su olvido, su apariencia, y hasta sus<br />
lágrimas. Su enojo la llevó a romper el cristal de aquel espejo, que<br />
pedazo a pedazo se llevaba lo que quedaba de ella.<br />
El médico confirmó lo que tanto temía, ya no solamente era la<br />
demencia causada por su alcoholismo, ahora por su edad, el<br />
alzhéimer se hacía presente, complicando su cuadro mental, y en<br />
consecuencia la vida con la hija que ya no podía reconocer; Carlisa.<br />
Una mañana, en medio de su confusión, miró fijamente a su<br />
hija, expresándole su rencor por quitarle el amor de su esposo<br />
Agustín. Fue justo en ese momento que Carlisa comenzó a<br />
comprender lo que podría haber sido el detonante de su enfermedad;<br />
tomar para olvidar.<br />
Carlisa dejó a su madre en el jardín para buscar libremente en su<br />
habitación alguna pista de la posible traición del que fue su padre.<br />
Mas jamás pensó encontrar un retazo de su propia vida escondida<br />
entre papeles viejos y amarillentos, ocultos en lo alto del closet. Allí<br />
aparecía una foto de una mujer igual a ella, abrazada a su padre.<br />
Asimismo, se encontraba un pedazo de periódico, donde aparecía un<br />
reportaje de prensa que hablaba de los restos de una mujer desnuda<br />
que había sido mutilada y encontrada en el bosque del condado.<br />
38
También se encontraban recortes de noticias de farándula, donde<br />
aparecía su madre, presentándose en grandes escenarios. En una de<br />
ellas hablaban del declive de una gran diva del teatro: Aurelia Pernía,<br />
una estrella atrapada en el alcohol.<br />
La joven tomó los papeles, y desde la ventana veía a su madre,<br />
congelada en el tiempo o perdida de alguno de sus desvaríos. De<br />
pronto observó como caminaba hacia uno de sus rosales preferidos,<br />
era el único lugar que la tranquilizaba. Carlisa se aproximó a ella y le<br />
pasó la manguera para motivarla a regar las flores. Aurelia tomó la<br />
manguera con dificultad, pero luego de rociar las flores, comenzó a<br />
reírse sin control, provocando que se orinara; ya eso se había hecho<br />
frecuente en el estado de su demencia. Carlisa se la llevó con mucha<br />
dificultad adentro de la casa para asearla y vestirla nuevamente con<br />
sus mejores trajes; eso la hacía sentir bien. No sin antes que ella le<br />
dijera:<br />
— Mañana despertará la rosa…<br />
Carlisa, no comprendió las palabras de su madre, pero era obvio<br />
que necesitaba ayuda o nuevos sedantes, por lo que decidió llamar al<br />
médico. El doctor se había enamorado de ella, pero sus dudas, de las<br />
posibilidades de heredar la enfermedad de su madre, a pesar que tenía<br />
presente las palabras de su papá, la atormentaban, lo que hicieron de<br />
ella una mujer solitaria. Ella también se negaba internarla, vivía<br />
buscando una justificación de la autodestrucción de su madre, que<br />
también llevó a la muerte de su padre. Comprender que fue una gran<br />
y hermosa actriz que había sido engañada por su esposo, era lo único<br />
que tenía, por lo que necesitaba más para justificar su sacrificio. Fue<br />
cuando el médico, al ver cómo se marchitaba prematuramente,<br />
atrapada en la vida de su madre, la medicó nuevamente para buscar<br />
sedarla en esas noches de intranquilidad, propias de su estado.<br />
Esa noche Carlisa la vistió con sus mejores galas, le preparó una<br />
gran cena con música de su época, y le hizo sentir que la recibió como<br />
39
una gran estrella. Ya ella no la reconocía, solo la confundía por<br />
instantes con aquella mujer. Aurelia se paró frente a ella e interpretó<br />
algo que parecía un monólogo, pero invadida por su emoción,<br />
comenzó a destruir cosas y rasgarse su hermoso vestido, al sentir que<br />
había perdido el control de las necesidades de su cuerpo. Su<br />
desesperación la hizo sentirse sucia, y con sus manos ensució todo lo<br />
que podía tocar, incluyendo a Carlisa, que la sujetaba con fuerza.<br />
Como pudo, logró suministrarle el medicamento, y ya calmada, la<br />
logró llevar a la habitación, donde la cambió con lágrimas en sus ojos,<br />
que con su mirada fija imploraban piedad. Allí la dejó, durmiendo,<br />
luego de acariciar su cabello cubierto de las cenizas del tiempo.<br />
Colocó los medicamentos en la cómoda, y se marchó. Después de<br />
todo, a pesar del mal momento, esa noche dormiría.<br />
Al amanecer, Aurelia dormía en paz, con una hermosa sonrisa<br />
dibujada en su rostro, y junto a ella, algunas pastillas regadas sobre su<br />
pijama, pero con sus manos llenas de barro. Era obvio lo que había<br />
ocurrido, por lo que no quedaba más que cubrir su cuerpo cansado y<br />
suspendido por siempre en algún recuerdo.<br />
Fue un acto sencillo, pocas personas acompañaron a Carlisa, el<br />
médico estaba junto a ella, y a partir de ese día, se escribía una nueva<br />
historia, aún ensombrecida por un pasado lleno de dudas. Sólo le<br />
quedaban aquellas fotos, los recortes de prensa, y algunas palabras<br />
dichas por su padre y su madre. Fue cuando recordó el jardín de ella,<br />
por lo que sintió la necesidad de regarlo en su memoria. Sin embargo,<br />
todo se develó.<br />
La tierra estaba movida, se encontraban rasgos de que habían<br />
escarbado en el lugar. Ella siguió buscando entre la tierra, y logró<br />
encontrar algunas prendas de mujer, lo que provocó que su cuerpo se<br />
estremeciera. A las horas llegó la policía, y localizaron restos de un<br />
cuerpo, y el arma que causó la muerte de la mujer encontrada años<br />
atrás en el bosque. En definitiva, aquella mujer de la foto era su<br />
40
madre, desaparecida desde aquella noche que Aurelia los encontró<br />
juntos, y también había descubierto que tenían una hija.<br />
Al desaparecer ella, Augusto se la trajo a Aurelia, quien terminó<br />
criando a la hija que era fruto de aquella traición, y el ser que más la<br />
amó...<br />
Eva C. Franco (Isla Margarita, Venezuela) y<br />
Luis Alberto Molina (Rosario, Argentina)<br />
41
La vestal del lotus – Rafa Climent (Llocnou de Sant Jeroni, Valencia)<br />
http://rafavicent.blogspot.com.es/<br />
42
La vestal del lotus<br />
Sóc una dona vestal,<br />
guardiana del foc sagrat i de la llavor ancestral del lotus,<br />
font de saviesa immaterial i testimoni silent de longeva puresa;<br />
que, algun dia, en despertar-me de la letargia en la que romanc,<br />
em convertiré en flor d’inusitada bellesa.<br />
I mentre espere i el neguit em recorre ben endins,<br />
els meus llavis han sigut engolits, per movedissos plecs que m’han<br />
eixit a la pell;<br />
noves cicatrius que, com que no em deixen sortir l'angoixa,<br />
m'arremolinen els intestins i no em deixen saber-me viva.<br />
I mentre romanc en aquesta espera d’incerteses que em fan presonera,<br />
com que no puc emprar ni un sol fil de veu, tot i que m’alimente<br />
d’eloqüents paraules,<br />
dels meus ulls, reflex de tristor a coloraines, que parlen sense<br />
pronunciar mot algun,<br />
em surten escletxes per tot el rostre, que m’obrin fins el pit,<br />
deixant vessar-se el ferum que em manté closos el llavis, i que, en<br />
sortir, no m’allibera.<br />
Toni Mascarell (Oliva, Valencia)<br />
43
Fotografía de Anastasia Cazabon (EUA)<br />
http://anastasiacazabon.com/home.html<br />
(aportada por la autora)<br />
44
Mi eternidad<br />
Hablando conmigo misma<br />
me encontré muy convencida<br />
de que ésta tendencia nostálgica<br />
contigo se vuelve mágica.<br />
Incluso cuando no quieres darme una vista<br />
yo absorbo de tus aristas.<br />
Vuelvo a ser tuya, ¿Es la realidad?<br />
Tus segundos son mi eternidad.<br />
Quiero ser tu opción favorita<br />
cuando decidas apostar por la vida.<br />
Es que la luna está más cerca<br />
cuando tu mano toca mi pierna.<br />
Mi otra yo también insiste<br />
en aprender de tus matices<br />
y me enfrento a mil fantasmas<br />
buscando espacio entre tus sábanas.<br />
Aldana Michelle Giménez (Mendoza, Argentina)<br />
45
Doctor with stethoscope – Sean Gladwell (Reino Unido)<br />
https://500px.com/the_focal_hub<br />
46
Siempre blancos<br />
Seguí ordenando mi placar. Los vi y se humedecieron los ojos.<br />
Todos, como esperándome. Listos para salir, a su trabajo. Limpios,<br />
ordenados. Distintos modelos. Distintos usos. No eran los mismos.<br />
Cuarenta y cinco años habían hecho mella en muchos, y<br />
debieron ser reemplazados. Vinieron otros. Tal vez más modernos,<br />
más elegantes. Pero siempre el mismo color.<br />
Algunos solo iban a cumplir su misión, con camisa y corbata<br />
abajo. Los guardapolvos.<br />
Verano: Venía ella a presentarse. Sola, bastaba un elegante<br />
pantalón. Era la chaquetilla.<br />
Rutina y trabajo arduo. El ambo, en dos piezas. Se ensuciaba.<br />
Aguante, es lo único hasta mañana. Ese sí que trabajaba. Invierno y<br />
verano. Fresco en verano. En invierno camiseta y pullover tejido en<br />
casa. Todo del mismo color.<br />
Pero Carlitos, nos engañas. ¿Y acaso los años de Facultad, no<br />
los tienes en cuenta?, parece recordarme un viejo y único<br />
guardapolvo. Te decían El Pituquito, porque hasta un chaleco, camisa<br />
y corbata, debían cubrir.<br />
Los miré por última vez. Un día de setiembre, no sirvieron más.<br />
Hoy los encontré. Sentí que decían:¿ Adónde vamos?<br />
Perdón, compas. Solo a un baúl.<br />
Chau Guardapolvo, chau Chaqueta, chau Ambo.<br />
A ellos los despedía.<br />
Ellos. Siempre del mismo color: BLANCOS.<br />
Carlos María López (Buenos Aires, Argentina)<br />
47
Sisifo – Proactividade (Portugal)<br />
https://www.flickr.com/photos/danielafricano/<br />
48
Sísifo<br />
Suerte de encontrarte con la vista alta<br />
alta y firme contra mis ojos<br />
ojos que se derriten tras el fuego de tu piel<br />
piel hipnótica que me impulsa al beso<br />
beso que se zafa por una larga zancada<br />
zancada en dirección contrariada al cielo<br />
cielo del cual estoy privado tras mi pasado<br />
pasado que no se puede ocultar bajo el sombrero<br />
sombrero que tira la ventisca que mueve tu cabello<br />
cabello afilado que corta mi cuello en tu despedida<br />
despedida temprana que atormenta mi día<br />
día de lluvia, de viento y de fuego, día gris<br />
gris como la masa encefálica que haces fallar<br />
fallar como mis pasos sigilosos al retornar<br />
retornar del mar de donde ahogo las penas<br />
penas que valen, que duran y emergen<br />
emergen del agua, del fuego, del viento y la tierra<br />
tierra fértil, madre sabia, termina de una vez con mi vida<br />
vida que te servirá de abono para otro nuevo ser,<br />
ser lo que no fui, lo que no pude, lo que intenté<br />
intenté no quedar atrapado de nuevo por mi suerte<br />
Suerte de encontrarte con la vista alta…<br />
Manuel Alejandro Ramos Ayala (Naica, México)<br />
http://chatomusik.blogspot.mx<br />
49
The dream man – Crusaders drawings (Alemania)<br />
https://www.flickr.com/photos/crusaders-drawings/<br />
50
Cenizas<br />
Sonríes y por un momento el mundo se ilumina. Sueño contigo.<br />
Siempre estás ahí. Escondida en algún rincón de mi cabeza. Una<br />
sombra del pasado, un fantasma que ya no duele, un duendecito<br />
burlón que se ríe de mí y no se deja atrapar. Pero a veces, de repente,<br />
tu recuerdo me asalta y por un momento casi creo poder tocarte.<br />
Luego te desvaneces. Es mejor así. No me reconocerías en este viejo<br />
cansado y solitario que ahora soy, que sonríe a pesar de todo para<br />
evitar que sus ojos traicionen su dolor.<br />
Es difícil hacerse viejo, mi amor. Asumir incrédulo el reflejo de<br />
un espejo, luchar contra la inseguridad y el miedo, contra el<br />
desconsuelo, contra este desamparo...<br />
Hoy estoy triste. Tal vez, aunque me niegue a reconocerlo, me<br />
siento solo. Por eso, como siempre, recurro a ti. Al recuerdo de tu<br />
sonrisa, de tus palabras, de tus miradas, de tus silencios. A la magia<br />
del hada que un día traspasó mi vida y me hechizó para siempre.<br />
Gotitas de alegría que curan el dolor del alma.<br />
Marta Navarro (Valencia)<br />
https://cuentosvagabundos.blogspot.com.es/<br />
51
Passion – José Manchado (Madrid) http://josemanchado.deviantart.com/<br />
52
Sensaciones<br />
En mi piel han quedado adheridas tus caricias,<br />
y la maravillosa sensación de hundirme en el hueco de tu boca.<br />
Tus manos suaves despiertan en mí incontenibles suspiros<br />
y, plena de goce, me aprieto a tu cuerpo,<br />
mientras el volcán interno arroja su lava hirviendo<br />
y desaparece el Universo.<br />
Déjame un rincón en tu almohada<br />
donde pueda velar tu sueño,<br />
deja que mis manos te acaricien y hagan vibrar tu cuerpo.<br />
Deja que mis labios de fuego te envuelvan en ardientes besos.<br />
Caminemos juntos, aunque sea en sueños hacia esa hoguera del amor<br />
eterno.<br />
Liliana Ebner (Buenos Aires, Argentina)<br />
53
Waterfall in Tivoli (1818) – Johann Martin von Rohden (Alemania, 1778-1868)<br />
Imagen aportada por la autora<br />
54
Cantaviú<br />
Sobre una loma en la sierra de Cantavive se alzaba un pueblo de<br />
casas encaladas, calles zigzagueantes y grandes desniveles.<br />
En una clara mañana, cuando tocaban las campanas y los<br />
feligreses salían de la iglesia, un motorista loco frenó para evitar un<br />
atropello, derrapando junto a las carcasas de la mascletá.<br />
––¡Oigan! ¿Dónde está...?<br />
Un anciano desdentado que bajaba las escaleras le señaló el<br />
«Vivitos y coleando», turbia cantina al otro lado de la plaza.<br />
––Pregunte usted allí ––le interrumpió, sonriendo.<br />
El forastero se quitó el casco y entró en la cantina con sus<br />
pesadas y enormes botas.<br />
––Busco el pueblo fantástico...<br />
––¿Otra vez? ––El camarero no daba crédito a la pesadez de este<br />
tipo. ¡Era el decimoquinto intento en una semana!<br />
Incomprendido. Así se sentía después de recorrer medio mundo<br />
con su moto, el pobre escritor que buscaba un pueblo fantástico. Sin<br />
él, no tendría historia que contar, aunque a nadie parecía preocuparle<br />
la gravedad de su asunto.<br />
Salió del bar y... sorpresa: su moto no estaba donde la dejó<br />
aparcada.<br />
Se propuso denunciar el robo con hermosas metáforas: cantaría<br />
su pérdida paseando por las calles del pueblo. La maullarían los gatos<br />
callejeros, la portarían las ancianitas en sus jofainas, las fachadas<br />
55
lancas y los balcones en sus oscuras maderas, el rústico ambiente de<br />
la leña ungido con deliciosos aromas culinarios.<br />
Venteadas por una brisa de romeros, las estrechas callejuelas<br />
abrirían sus bocas al verde pinar de la montaña de Cantavive para<br />
denunciar su pérdida; las golondrinas, sobrevolando el pueblo, le<br />
evocarían las palabras precisas con una vena poética que…<br />
Pero, ¡qué demonios! ¿Quién tiraba de su chaqueta?<br />
––Aquí no nos comemos a nadie, forastero; venga a por su<br />
moto, que está en mi garaje... Joder, ¿es que no vio la prohibición de<br />
aparcar en la plaza por la mascletá de las dos?<br />
Y sucedió que así como los viejos y resistentes muros se alzan<br />
las nobles acciones humanas de los pueblos, el primer cohete salió<br />
silbando derechito a las nubes y el escritor, en un arrebato de<br />
inspiración incontrolable saltó de alegría, pues ya tenía el comienzo<br />
del relato:<br />
«Sobre una loma en la sierra de Cantavive se alzaba un pueblo<br />
de casas encaladas, calles zigzagueantes y grandes desniveles»…<br />
Hombre, por algo se empieza.<br />
María José Martí (Valencia)<br />
https://conelcuentoenlostalones.blogspot.com.es/<br />
56
Transición de identidades<br />
Autoportrait (1928) - Claude Cahun (Francia, 1894-1954)<br />
Foto aportada por la autora<br />
Cuando me hablas no solo te comunicas conmigo, conversas con<br />
todos los que viven dentro de mí. Cada día somos más. Está Jack, con<br />
su síndrome de Estocolmo —un día Laurence le raptó y este se<br />
enamoró de él— y Anna, que sufre de trastorno obsesivo compulsivo.<br />
Somos seres complejos que habitan un mismo cuerpo. Lo sabemos.<br />
Es difícil convivir todas juntas, pero lo intentamos. Ha habido<br />
muchos conflictos entre nosotras. Una vez Bob, bellaco misántropo,<br />
tatuó nuestro cuello con unas espantosas golondrinas y el enfermo de<br />
Richie solo hace que inundar nuestro hígado con whiskey. Por esa<br />
razón les he mandado callar a todas. Necesito poder tener un<br />
momento para ser yo, la primera voz que siempre existió en este<br />
abarrotado cuerpo. Pero es más complicado de lo que parece. Su<br />
57
fuerza se está incrementando y esto que intento explicarte me está<br />
costando la vida. Cada palabra que escribo en esta roída libreta, la<br />
siento como mi mensaje sanador, el mantra que narro para poder<br />
silenciar sus voces y escucharme. Parece que ya no soy importante, y<br />
sé que están planeando algo. No solo son estúpidas bromas las que<br />
este cuerpo debe de sufrir. Escuché el otro día a Johanna que no<br />
debemos comer más, que nuestro organismo está enfermo, que damos<br />
asco. Ha empezado a esconder la comida y a cortarse las muñecas.<br />
Tengo los brazos llenos de heridas y el rostro demacrado de no<br />
dormir. No puedo ver mi reflejo desnudo en el espejo, ya no<br />
reconozco quien soy ni quien fui. Todas ellas quieren hacer algo<br />
distinto, pero ciertos líderes están tomando la iniciativa y dejando<br />
menos espacios a otras identidades. Por eso necesito escribirme esto,<br />
quiero creer que no estoy sola y que quizás, alguna de vosotras aún<br />
sienta que podemos tratar de existir juntas. Por favor, no me<br />
abandonéis. Tengo miedo de perderos.<br />
Esther Moreno Morillas (Valencia)<br />
http://elcascabelalgato.blogspot.com.es/<br />
http://invisiblevoyeur.blogspot.com.es/<br />
58
Patchwork<br />
Broken – Mustafa Nazif Duran (Turquía) https://500px.com/mustafanazif<br />
Mi vida<br />
como la de todos<br />
está confeccionada<br />
con retales de sueños<br />
y esquirlas de utopías<br />
Rafa Sastre (Valencia)<br />
http://rafasastre.blogspot.com<br />
59
Terror Tales (Cubierta Febrero 1940) – Siren in the night (EUA)<br />
https://www.flickr.com/photos/8772787@N02/<br />
60
El escritor sin miedo<br />
El editor de una revista literaria digital me había pedido que<br />
escribiera un cuento de terror.<br />
En busca de inspiración, me acerqué esa noche de luna llena al<br />
cementerio. Al final de la avenida bordeada de cipreses llegué a un<br />
gran mausoleo que me resultó desconocido. Una escalera de mármol<br />
lo circundaba. Bajé hasta una cancela que se encontraba abierta.<br />
Penetré en una estancia amplia, iluminada por una lámpara de gas<br />
situada sobre un escritorio. En la pared lateral, una silla. Encontré<br />
dispuestas hojas de papel, un tintero y una pluma. Ocupé varias horas<br />
escribiendo la historia más terrorífica jamás contada. El protagonista<br />
sería un cruel asesino que descuartizaba a sus víctimas en las noches<br />
de luna llena. Mientras escribía, una sombra amenazadora se reflejaba<br />
a mi espalda.<br />
Los que me conocen saben que yo nunca he tenido miedo.<br />
A la mañana siguiente, con el cuento terminado, volví a mi<br />
casa. En esos mismos momentos, el vigilante del camposanto<br />
encontraba entre dos tumbas, flotando en un charco de sangre, los<br />
despojos de quien más tarde sería reconocido por la Policía como el<br />
tristemente célebre Descuartizador de la Luna Llena, con evidentes<br />
signos de haber sido, él también, descuartizado.<br />
Pepe Sanchis (Massalfassar, Valencia)<br />
61
Libros de nuestras/os colaboradores<br />
«De mis nubes» ofrece una galería de personajes amplia, a veces<br />
inquietante: el hombre que tapa su chimenea con troncos por miedo a<br />
una invasión que sólo él ve, o el vecino que antes asustaba a los niños<br />
y ahora está callado. Otras veces será una mujer que se funde con su<br />
piano, o aquella que encuentra su propio doble viviendo en el mismo<br />
edificio, tan solo unos pisos más arriba.<br />
«De mis nubes» quiere jugar, también, con el lector. Muchos de<br />
los textos de Concha García ofrecen una ambigüedad que busca un<br />
lector cómplice y activo, un lector que se atreve a hacer su propia<br />
interpretación de la historia. Lo encontraréis en AMAZON.<br />
62
Palabras en la basura<br />
Alberto Basterrechea, «Neorrabioso»<br />
http://neorrabioso.blogspot.com.es/<br />
63
Nuestros libros<br />
«Buffet Libre» (2015) y «El tiempo y la vida» (2016)<br />
disponibles en AMAZON, en versiones papel y digital<br />
Dos libros de relatos y microrrelatos<br />
con la participación de escritores habituales<br />
de la revista VALENCIA ESCRIBE<br />
¡Hemos tirado los precios!<br />
64
Números anteriores de Valencia Escribe<br />
Número 22 (Marzo 2016)<br />
http://www.yumpu.com/es/document/view/55255629/ve-22-marzo<br />
Número 23 (Abril 2016)<br />
https://www.yumpu.com/es/document/view/55357609/ve-23-abril<br />
Número 24 (Mayo 20165)<br />
https://www.yumpu.com/es/document/view/55463<strong>30</strong>0/ve-24-mayo<br />
Número 25 (Junio 2016)<br />
https://www.yumpu.com/es/document/view/55598725/ve-25-junio<br />
Número 26 (Octubre 2016)<br />
https://www.yumpu.com/es/document/view/55984583/ve-26-octubre<br />
Número 27 (Noviembre 2016)<br />
https://www.yumpu.com/es/document/view/56195419/ve-27-noviembre<br />
Número 28 (Diciembre 2016)<br />
https://www.yumpu.com/es/document/view/56449121/ve-28-diciembre<br />
Número 29 (Enero <strong>2017</strong>)<br />
http://www.yumpu.com/es/document/view/56611987/ve-29-enero<br />
NOTA: Enlaces de descarga en el interior de cada revista<br />
65
Valencia Escribe en las redes<br />
Os recordamos que en nuestro muro de Facebook Valencia<br />
Escribe, además de otras cosas, seguimos colgando convocatorias de<br />
concursos literarios que os podrían interesar<br />
https://www.facebook.com/pages/Valencia-Escribe/134450789952020<br />
Si tienes un blog y quieres hacernos partícipes de su existencia o<br />
mantenernos al tanto de las entradas que publiques, no olvides que<br />
también tenemos el grupo Valencia Escribe Blogs<br />
https://www.facebook.com/groups/1571068066474683/<br />
Para los aficionados al Haiku, también tenemos un espacio, que<br />
para ser originales nos dio por bautizar como Valencia Escribe Haiku.<br />
Podéis dejar allí vuestros poemas pero intentad cumplir las reglas…<br />
https://www.facebook.com/Valencia-Escribe-Haiku-746524675464504/<br />
Más poesía en un blog de poco alcance que queremos potenciar<br />
con vuestras aportaciones<br />
http://valenciaescribepoesia.blogspot.com.es/<br />
Y para seguir leyendo relatos de nuestros autores, nada mejor<br />
que pasar cada día por nuestro blog<br />
http://valenciaescribe.blogspot.com.es/<br />
66
¿Te gusta leer? ¿Te apetecería comentar con nosotros tus<br />
lecturas? ¿Dar/pedir opiniones o recomendaciones sobre libros,<br />
decirnos lo que estás leyendo, vas a leer o desearías leer? ¿Compartir<br />
noticias o artículos sobre Literatura? Únete al grupo de Facebook<br />
Club de Lectura Valencia Escribe<br />
https://www.facebook.com/groups/432549686885240/<br />
Si eres aficionado al cine, también tenemos nuestro propio club.<br />
Inserta reseñas, aconseja películas, comparte artículos, fotos,<br />
opiniones y debátelas en el grupo de Facebook Cine Club <strong>VE</strong><br />
https://www.facebook.com/cineclubve<br />
67
La foto de Miguel<br />
Miguel García Rodríguez (Valencia)<br />
68