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<strong>CARMEN</strong> - Octubre 2015<br />
SENSACIÓN DEL DEBER CUMPLIDO<br />
José Ángel Pazos Casado<br />
Recuerdo con agrado una estampa que<br />
se repetirá varias veces a lo largo de la<br />
primavera de 1994, y no es otra que la<br />
de este que les escribe esperando junto a su<br />
hermano Manuel Luis en la parada del autobús<br />
la llegada del “32”.<br />
Esos viajes a la Plaza de la Encarnación<br />
significaban nuestras primeras incursiones<br />
cofrades con el beneplácito de nuestros padres<br />
dada nuestra corta edad, quienes creo que<br />
depositaron en nosotros una profunda semilla<br />
del amor a Jesús a través de María.<br />
En aquel entonces no podíamos imaginar<br />
que esas visitas al taller de Paco Berlanga en<br />
“la casa de los artistas” de la calle Feria, fuesen<br />
a llegar a tan lejos, fuesen a ser el germen de<br />
una hermandad de penitencia, nada más y<br />
nada menos….<br />
Esa imagen que guardo todavía en mi retina<br />
de cómo el artista realizaba a nuestra Madre,<br />
era propia de la ilusión de un niño en la noche<br />
de Reyes. Solo la savia cofrade marchenera de<br />
nuestro padre y nuestra formación cristiana,<br />
nos empujaba a visitar a nuestra Madre cada<br />
semana para ver como “Ella” iba siendo una<br />
realidad, sin saber, siendo sincero, ni él para<br />
qué ni el para cuando.<br />
Aquella idea de darle culto y venerar en<br />
Sevilla a una dolorosa bajo la advocación<br />
del Carmen, venía engendrada desde San<br />
Fernando y nos contaban nuestros mayores<br />
que su gestación se estaba llevando a cabo en<br />
los pasillos de los Juzgados, entre compañeros<br />
entre los que se encontraba nuestro padre.<br />
Como si de un embarazo se tratara, teníamos<br />
la incertidumbre y la ilusión de que la llegada<br />
de su imagen a nuestras vidas nos llenaría<br />
de satisfacción y de devoción, pero teníamos<br />
que dar los pasos muy cortos y ser prudentes.<br />
Fue entonces cuando nació en nosotros dos la<br />
necesidad y el deber de ir a ver periódicamente<br />
como crecía de las manos de Paco esa bella<br />
imagen de María, siendo testigos y seguidores<br />
de su nacimiento. Y así fue, cada semana,<br />
cada mes, cada vez que nos montábamos de<br />
vuelta en el autobús en el lateral de la Iglesia<br />
de la Anunciación. Era como haber cumplido<br />
con nuestro deber, el deber de todos los que<br />
componíamos ese “grupo de devotos”, pero sin<br />
más, para nosotros era como una excursión<br />
hacia un sueño muy, muy lejano.<br />
Después de treinta y un años, de haber<br />
vivido ya tantos avatares, y verla crecer hasta<br />
el punto de ser una más el Miércoles Santo,<br />
mi hermano y yo somos conscientes de lo<br />
histórico de aquello que vivimos y que eso<br />
inconscientemente es lo que nos “obliga” a<br />
cumplir con nuestro deber carmelita, como<br />
lo es colaborar y seguir poniendo nuestro<br />
granito de arena en el crecimiento de nuestra<br />
hermandad sin nada a cambio.<br />
Quiero aprovechar este espacio que me<br />
permiten mis hermanos para dedicarle unas<br />
líneas a esa persona que se sentaba junto a mí<br />
en los autobuses “naranjas”.<br />
Solo la dedicación, la responsabilidad,<br />
la constancia, y el cariño abnegado a tus<br />
hermanos te han permitido mantenerte ocho<br />
años al frente de la cofradía, al frente de la<br />
seguridad de nuestros pequeños nazarenos, al<br />
frente de nuestra manifestación de fe por las<br />
calles de Sevilla, al frente de la angustia por<br />
cumplir con el horario marcado, en definitiva,<br />
al frente de tus nazarenos, entregado a ellos<br />
y por ellos, como nuestra Madre así lo quiere.<br />
Sirva este humilde homenaje a esa gran<br />
persona, a ese gran hermano y gran carmelita.<br />
Solo decirte que desde Noviembre de 2007<br />
hasta el día de hoy me has demostrado con<br />
orgullo que algo tan grande como tu Amor a<br />
María en su advocación del Carmen, te ha hecho<br />
nuevamente cumplir con tu deber…... tu deber<br />
cristiano. Solo espero que Ella te conserve<br />
ese compromiso, te proteja y te dé salud ante<br />
futuros proyectos y que así lo veamos tus<br />
hermanos.<br />
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