CARMEN

CARMEN - Octubre 2015
TODO FINAL ES EL COMIENZO
DE UN PRINCIPIO
Antonio Saldaña Sánchez
Hermano Mayor
Cuando este boletín llegue a los hermanos,
prácticamente habrá acabado un nuevo
ciclo de la vida de la historia de esta
Hermandad.
Amén de mis doce años de servicio a la
Hermandad en otros cargos, estos últimos
ocho años como Hermano Mayor lo han sido
de intensidad en el trabajo y, como ocurre en
cualquier orden de la vida, unos y otros, con el
tiempo por testigo, tendrán su opinión sobre
los méritos y deméritos, aciertos y errores de
este Hermano Mayor y las Juntas de Gobierno
que se ha honrado en presidir.
No creo que estos ciclos acaben para ser
juzgados, pues aunque accedimos a nuestros
cargos libremente, por convencimiento, por
servicio a la Hermandad y a nuestros Hermanos,
en modo alguno este tipo de responsabilidad
se parece a la de otros cargos electos (políticos,
empresarios, etc.). En nuestro caso sólo nos ha
movido el interés por el servicio, con aciertos y
errores, pero siempre desde el convencimiento
de querer y buscar lo mejor para el conjunto,
para el grupo, alejándonos de personalismos o
individualidades.
Me gustaría hacer una valoración lo
más objetiva posible. ¿Hemos crecido?
evidentemente, sí. ¿El crecimiento ha sido
suficiente? claramente, no. He aquí una visión
objetiva y exigente. El crecimiento humano
y patrimonial ha sido muy elevado y ello lo
avala datos objetivos. La nómina de hermanos,
si descontamos las bajas producidas,
prácticamente se ha triplicado. Los mismos
porcentajes podemos aplicar a la cofradía.
Un paso de Palio para conmemorar el XXV
Aniversario de la Bendición de la Santísima
Virgen del Carmen; la hechura y Bendición de
las Maravillas de María; una nueva Casa de
Hermandad; el enriquecimiento patrimonial
en pasos, insignias y enseres; renovación de
Reglas, etc., han sido algunos de los logros de
estos años de gobierno.
Pero nos hemos estancado o el avance ha
sido insuficiente -al menos así lo considero- en
determinados aspectos que dan sentido a la
pertenencia a una Hermandad. Salvo la Junta
de Gobierno y un reducido grupo de hermanos,
casi siempre los mismos, el resto aún no se ha
percatado de la prioridad de la vida parroquial,
directamente vinculada con la asistencia
a cultos, tanto propios como parroquiales.
Asignatura esta que ha mejorado en este último
curso, pero que aún sigue siendo insuficiente
y preocupante.
¿Qué queda por el camino? LA FORMACIÓN.
Y en esta ocasión no se podrá aludir a la falta
de oferta y posibilidades. Durante trece meses
tuvimos las Jornadas de Formación del Año de
la Fe, que tuvieron continuación en la formación
para adultos (todo ello en nuestra Parroquia).
Durante el curso 2014/2015 también hemos
participado en las Jornadas Formativas de
las Hermandades de zona. Por último, se han
celebrado en el seno de la Hermandad las
Jornadas Formativas del XXV Aniversario de
la Bendición de Nuestro Padre Jesús de la Paz.
No voy a dejar de referirme a lo que siempre
he sentido como más importante, LAS
PERSONAS, MIS HERMANOS.
Ocho años han dado para establecer nuevos
lazos y amistades que ansío sean para siempre.
Hermanos que ya lo eran y con los que hemos
intensificados nuestra unión gracias a la fe,
a la devoción a nuestros Titulares y, como
no, al trabajo intenso y solidario. Otros han
llegado y se han montado en el carro como si
aquí llevaran toda la vida. Para todos ellos mi
agradecimiento, reconocimiento y admiración.
Cómo no, también ha habido desencuentros.
Desde aquí mi petición de perdón. Seguro que
me equivoqué, pues tengo la inmensa fortuna
de ser un cristiano imperfecto. Estoy seguro
que el tiempo y sobre todo ELLOS, harán, más
pronto que tarde, que esos desencuentros
reviertan.
También quiero tener un recuerdo, signo de
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