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Octubre 2015 - <strong>CARMEN</strong><br />
vida, para todos aquellos que nos dejaron. No<br />
son pocos, tanto en nuestra Hermandad como<br />
en los allegados con los que conviví en este<br />
tiempo. Ruego que nadie se moleste, pues como<br />
digo, no han sido pocos, pero en la memoria<br />
de unos expreso mi recuerdo a todos. Rafael<br />
Bermudo y la Tita Isabel en la familia de Miguel<br />
y José Manuel, nuestros anteriores Hermanos<br />
Mayores, Eloísa, Antonio Díaz, o el “maestro<br />
Iriondo”, que sin ser Hermano nos ha legado un<br />
tramo de Carmelitas. Nuestros Hermanos de<br />
las Hermandades del Miércoles Santo que tan<br />
generosamente nos acogieron y que ha sido una<br />
verdadera escuela para este Hermano Mayor.<br />
Engelberto, María José, Estrella y el llorado y<br />
muy querido Antonio Sánchez Padilla. Dejo el<br />
último a ese Hermano al que todos quisimos,<br />
al que un Jueves Santo por la mañana llevamos<br />
las “rosas” del Señor de la Paz y al que todos<br />
los que allí nos congregamos le dijimos que<br />
ya ajustaríamos cuentas allá arriba. A tí, José<br />
Manuel, “El Lobo”. Sigo sin poder contener una<br />
lágrima cuando escribo de ti, algo tendrías o<br />
harías para quedar en el corazón de nosotros<br />
para siempre.<br />
Y a todos vosotros que leéis estas líneas,<br />
a todos, mi agradecimiento. A todos los<br />
que fueron oficiales de estas dos Juntas de<br />
Gobierno, a los que sin serlo se ofrecieron<br />
incondicionalmente para apoyarme en los<br />
momentos más difíciles, a nuestro Párroco,<br />
Director Espiritual y hermano, D. Pedro Juan<br />
Álvarez Barrera. A todos mil gracias, nunca os<br />
olvidaré y me deuda está pendiente.<br />
Sólo tres nombres más, Rosa María, Álvaro y<br />
Luis Miguel. Los cuatros hemos sido uno solo,<br />
una familia unida; sin vosotros estos ocho<br />
años hubieran sido imposibles, y todo sin pedir<br />
nada a cambio. Mis desvelos y preocupaciones<br />
han sido los vuestros, pero sobre todo, vuestra<br />
felicidad y alegría han sido vivir la mía.<br />
Y para acabar otros tres, los que son luz y<br />
guía de mi vida, mi vida y la de mi familia.<br />
MARAVILLAS, <strong>CARMEN</strong> y PAZ, por Quienes<br />
el sacrificio siempre fue poco. Que Ellos os<br />
colmen de gracias y bendiciones.<br />
Por último, un ruego. Que la unión y el<br />
apoyo incondicional al nuevo Hermano Mayor<br />
y su Junta de Gobierno sea modelo de fraterno<br />
comportamiento cristiano y cofrade para<br />
los que estamos y, sobre todo, para nuestros<br />
niños y jóvenes.<br />
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