CARMEN

CARMEN - Octubre 2015
SEÑOR, ¿DÓNDE VIVES? VEN Y LO VERÁS
Walter Alberto Palomino
Amadísimos Hermanos, ante todo, mi
alma da infinitas gracias al TODO
AMADO JESUCRISTO, que, desde mi
pobreza, me ha regalado lo mejor que puedo
compartir con vosotros, que entendéis mi
locura de ser CARMELITA.
He guardado mucho silencio y me he
alejado de todo cuanto creía me hacía feliz,
y traspasando mi propia medida, he buscado
la medida de Aquel que está en los brazos
de nuestra SANTÍSIMA MADRE, en sus
MARAVILLAS, que tras mirarla y sintiendo lo
que quería Ella de mí, lo que su HIJO me quería
decir, dándome aquella granada, y decidí,
ponerme en oración insistente para saberlo;
hasta que el año pasado, tras la procesión de
las MARAVILLAS lo supe. DIOS, no sólo quiere
mi tiempo libre, ni lo que yo sentía, eran
migajas de mi vida.
DIOS quiere y demanda de mi todo y así,
con toda la generosidad que de vosotros he
experimentado, me entrego a Su servicio.
Cuando menos lo esperaba, la voz de NUESTRA
SANTÍSIMA MADRE DEL CARMELO, a través
de su Provincial, me llamó a su casa el día 6
de septiembre, y desde entonces, como Pedro,
he dejado la barca y he echado el cayado, para
seguir a NUESTRO JESÚS, EL JESÚS DE TERESA.
Muy amados Hermanos, queridos Amigos,
todo este regalo del ardor constante no lo
hubiera sentido tan adentro, si no lo hubiera
vivido con vosotros. Días de trabajo, de
ilusiones, de amores y pasiones, todo por la
REINA Y HERMOSURA DEL CARMELO; y decía
en mis adentros, “cuanto te quieren MADRE,
cuanto se desviven por difundir tu nombre,
porque en la calle y en mi Adorada Sevilla te
llenen de alabanzas y esplendores...” ¿qué
mandas de mi?
Este año del Jubileo Teresiano, de término
de esta Junta, ha querido su Divina Majestad
trasplantar este brote Carmelita y llevarlo a la
CASA DE SU MADRE DEL CARMELO. Cuando
atravesé el umbral de este Carmelo Jerezano,
lo primero que mi corazón exclamó fue “soy
una ofrenda de los carmelitas de la calle Feria.
Por ello, os comparto mi felicidad, mi amor y
mi emoción; estoy en CASA DE LA VIRGEN DEL
CARMEN rezando por cada uno de vosotros,
amando nuestra Hermandad, con el mayor de
los amores de estar unido a vosotros, desde
mis pobres oraciones, y ser vuestro, ya no solo
en la presencia, sino en el espíritu que está, en
todo momento y lugar.
Ya no soy independiente, ahora soy
CARMELITA, para todo el mundo, que de su
Sevilla, la VIRGEN, ha querido hacerme SUYO
y por ello, desde aquí, os pido me perdonen
mis muchas faltas y recen por este servidor,
hermano vuestro y por la Orden del Carmen
para que perseveremos hasta el fin de nuestras
vidas viviendo el carisma de la Orden: “VIVIR
EN OBSEQUIO DE JESUCRISTO, por amor a la
VIRGEN SANTÍSIMA DEL CARMEN, HERMANA
Y MAESTRA NUESTRA”.
Cuando queráis aquí me tenéis, en el Carmelo
de Jerez de la Frontera, en la CASA de VUESTRA
MADRE, HERMOSURA DEL CARMELO, para que
vengáis y compartáis con nosotros este Amor a
la CARMELITANA.
Sin más, os abrazo a cada uno con mi oración,
os acompaño con mi Amor a la VIRGEN, cierro
los ojos y entono LA SALVE como acción
de gracias por esta hermosa vocación de
Carmelita, y no me cansare de decir que en
nuestra amada Hermandad he aprendido a
amar a la SANTÍSIMA VIRGEN.
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