CARMEN

Octubre 2015 - CARMEN
LA EVOLUCIÓN DE NUESTRA
ESTACIÓN DE PENITENCIA
Manuel Luis Pazos Casado
Diputado Mayor de Gobierno
Miércoles Santo. Seguro que el día
meridiano de la nómina era para
nosotros, antes de 2007, una jornada
más donde disfrutar de nuestra Semana
Santa. Seguramente, momentos y lugares
tradicionales para nosotros que ya nunca
serán vividos desde que los avatares del
destino quisieron que fuese ese y no otro el
día asignado para realizar nuestra Estación de
Penitencia a la S.I.C.
Atrás quedaron los Viernes de Dolores, que hoy
son ya parte imborrable de nuestra historia y
recuerdo inolvidable en nuestra memoria y en
la de muchísimos cofrades que nos recuerdan
reiteradamente aquello de “…yo no me perdía
vuestra Cofradía por San Martín, Orfila,
Encarnación, o el Barrio de vuelta”.
Santo y el hoy Secretario D. Carlos López
Bravo, completaban el Palquillo. Con palabras
entrecortadas de la emoción, nuestro entonces
D.M.G., José A. Pazos tuvo el honor de abrir
nuestro paso por la Carrera Oficial. Patíbulo
del Ayuntamiento. Catedral. Todo era nuevo
para nosotros. Las prisas de la Cuesta del
Bacalao, la estrechez de Francos. Todo un
relámpago. Cuando nos quisimos dar cuenta,
estábamos comprando todos los periódicos del
Jueves Santo.
2007. El estreno. Nervios de primerizos ante el
compromiso de cumplir unos horarios, en una
etapa de interinidad, de “contrato de pruebas”,
donde nos jugábamos nada más y nada menos
que la consolidación definitiva en el día. 20
minutos para una Cofradía que pasó huérfana
de madre. Parada obligada en el dintel de
Omnium Sanctorum para rendir tributo al Faro
de nuestros corazones. Ilusiones, lágrimas.
Recuerdos para los que se fueron sin poder
regodearse de que sí, que “el Carmen llegaba
a Campana”. Acontecimiento extraordinario
para Sevilla. 16:55 h. Recuerdo la primera
venia, varios micrófonos, flashes. La expresión
de satisfacción en el rostro del Presidente, D.
Manuel Román, al otorgarla. Fermín Sánchez,
nuestro ex-delegado de vísperas, Engelberto
Salazar (q.e.p.d.), como Delegado del Miércoles
2008. La suspensión. Primer año de mi etapa
como Mayor de Gobierno en la Cofradía. 8:30
de la mañana. El servicio de meteorología del
aeropuerto me confirma lluvias persistentes
durante todo el día. 100%. Resguardado en
el toldo de la zapatería, bajo una tormenta
caribeña, deseé que el suelo se abriese y me
salvara del cáliz que tenía ante mí. Después
de horas de amarga compostura, el Hermano
Mayor me consulta por última vez a las
plantas de nuestro paso de misterio. Allí,
desconsolados, decidimos convocar al Cabildo
de Oficiales y proponer la suspensión. Ella no
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