Revista del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Teruel
Colaboración CientÃfica - Colegio oficial de médicos de Teruel
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NOTA PREVIA<br />
La piedra <strong><strong>de</strong>l</strong> amor<br />
Dr Jesús Sanchez Padilla<br />
La<strong>Teruel</strong>ita es una variedad <strong>de</strong> dolomita <strong>de</strong>scubierta y<br />
<strong>de</strong>scrita en <strong>Teruel</strong>, por lo que recibió ese nombre.<br />
Es un cristal con agregados ferrosos que dan color<br />
negro al mineral, aunque le ro<strong>de</strong>an algunas otras teruelitas<br />
más escasas <strong>de</strong> color sanguina<br />
Des<strong>de</strong> el fondo <strong><strong>de</strong>l</strong> Barranco <strong><strong>de</strong>l</strong> Salobral se distinguía a contraluz la silueta fija <strong>de</strong> un jinete sobre<br />
su cabalgadura. Tan solo un ligero movimiento <strong>de</strong> la cabeza <strong><strong>de</strong>l</strong> animal <strong>de</strong>scartaba que no se tratara<br />
<strong>de</strong> una estatua.<br />
La jaca sudorosa y ja<strong>de</strong>ante; el caballero con su cuerpo rígido, vencido y la cabeza levantada encarando<br />
al horizonte. Pero sus ojos no estaban mirando nada. Estaban <strong>de</strong>senfocados viendo y reviviendo<br />
lo que pasaba por la pantalla <strong>de</strong> su mente.<br />
Se transportaba <strong>de</strong> episodio en episodio visualizando en reproducción rápida la película <strong>de</strong> su<br />
vida. En cada recuerdo, una casi imperceptible señal se translucía en su cara y hasta en su cuerpo,<br />
mostrando el color grato o doloroso <strong>de</strong> su evocación.<br />
El caballero se irguió con el pecho henchido, diciéndose:<br />
“-Diego, Juan Diego <strong>de</strong> Marcilla, vencedor en cien batallas <strong>de</strong> la reconquista <strong><strong>de</strong>l</strong> Rey mi Señor, cubierto<br />
<strong>de</strong> honores y glorias, colmado <strong>de</strong> riquezas y fortuna que saturan mis mayores perspectivas...<br />
¿Para qué?... ¡No merece la pena!.”<br />
Una amarga sonrisa fue sustituyendo poco a poco su sentir. “Así me <strong>de</strong>spedí en la casa <strong>de</strong> Isabel<br />
-Deme cinco años y volveré con una hacienda copiosa.... ¡Cinco años!. Miré a ella, Isabel: En cinco<br />
años nos permitirán ser felices... ¡Cinco añ.os!. Estate segura que en cinco años vengo... o me traen.<br />
¡Cinco añ.os!.<br />
Y así fue.<br />
Hoy se cumplen ... ¡Cinco años!”<br />
Unos rítmicos movimientos <strong>de</strong> cabeza marcaban en su rostro el cambio <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar al que sus reflexiones<br />
le habían trasladado.<br />
“Tierras valencianas: Un gran número <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensores árabes muestran su presencia asomando sus<br />
cuerpos sobre las almenas que ro<strong>de</strong>aban la plaza. En los cerros adyacentes asomaban los turbantes<br />
que cubrían las cabezas <strong>de</strong> quienes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí se prestaban a protegerlos<br />
-Nos superan en número. Nos triplican,incluso, diría yo.- Comentaba su Comandante a mi y al resto<br />
<strong>de</strong> jefes que mandaban cada una <strong>de</strong> las mesnadas-.<br />
-Aguantaremos el cerco y claudicarán.-Opinó el jefe <strong>de</strong> la hueste <strong>de</strong> Segorbe-.<br />
-Nos llevaría mucho tiempo.- Comenté-. Nos interesa ocupar la plaza por estrategia aunque solo<br />
fuera porque al tomar la ciudad dominaremos toda la comarca. Pero a<strong>de</strong>más es localidad rica.<br />
Nuestros soldados tienen <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> botín y <strong>de</strong>spojos para complementar la soldada.<br />
-Pero tiene riesgo para nuestras tropas. Vamos a continuar el sitio cuidando no ser sorprendidos<br />
por alguna partida que intente romper el cerco y dar alivio al asedio.<br />
Tenemos unos días hasta que llegue el <strong>de</strong> su próxima fiesta religiosa. Hemos <strong>de</strong> pensar con cierta<br />
calma, qué urdimos.<br />
Mientras tanto <strong>de</strong>scansemos durante esta noche.-Concluyó don Pero, el Comandante <strong>de</strong> las tropas.<br />
Nos retiramos. Yo, pese ese al cansancio, no conciliaba el suefio buscando una solución, que al<br />
final me llegó y pu<strong>de</strong> ver claro.<br />
La posibilidad <strong>de</strong> una productiva victoria, me invitó a un sueño reparador<br />
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