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E N P O R T A D A
“las nuevas condiciones rayan en la arbitrariedad,
incluyendo otros criterios no técnicos en
la gestión del sistema que harán muy difícil su
aplicación”.
Fernando Soto (AEGE):
“La electricidad es nuestra
principal materia prima y
cualquier incremento de la
tarifa repercute en nuestras
cuentas de resultados”
El sector siderúrgico es uno de los pilares de la
industria nacional. Exporta anualmente 8.000
millones de euros y mantiene más de 60.000
puestos de trabajo, entre directos e indirectos.
Según UNESID, “las fábricas españolas
del sector, consideradas de las más competitivas
en la Unión Europea, han realizado ya
un ajuste máximo de su estructura de costes
y de producción a la crítica situación de crisis
económica y financiera que sufre el país. Este
fuerte proceso de ajuste ha incluido reducciones
salariales, acordadas con los representantes
de los trabajadores, cuyos efectos han sido
sobrepasados por el aumento de la factura
eléctrica como consecuencia de los cambios
regulatorios”. Otra vez la piedra de Sísifo.
Fomentar la competencia
Todos los consumidores intensivos reclaman
más competencia frente al oligopolio eléctrico
español: “Seguimos en un mercado aislado
y sujeto a los rigores de la oferta local. La interconexión
con Francia es muy baja, y eso
nos impide acceder a un mercado más libre”,
lamenta Fernando Soto, quien pide “imitar los
modelos de los países más industrializados,
con contratos referenciados al precio de la tecnología
base”.
Magno Maestro pone de relieve la paradoja:
“Es cierto que en julio de 2008 la energía era
más cara. Pero los peajes de acceso y los
gastos de operación del sistema han subido
un disparate. Tenemos los precios finales más
caros de Europa, lo que afecta a nuestra competitividad”.
Solo Chipre, Malta, Irlanda, Eslovaquia
y Lituania tienen precios por encima de
los españoles. La industria alemana paga la
energía un 30% más barata que la española.
Vicente Lafuente también lamenta que se esté
anulando los efectos de la eficiencia energética.
“Hemos reducido consumos, y como las
eléctricas ven que no están recaudando lo suficiente,
suben el precio de la contratación, no
el del consumo. La energía tendría que ser un
bien general como la educación o la sanidad. El
latigazo que nos han pegado en la cuenta de resultados
ha sido tremendo, ahí se ve la debilidad
del Gobierno frente a las eléctricas”. El presidente
de FEMEVAL denuncia que para abrir una
empresa nueva “te piden avales que garanticen
el consumo porque quieren asegurarse de que
no les vas a dejar de pagar. Eso no pasaba
antes y ahora sí, y genera nuevos problemas
administrativos y de apalancamiento”.
Vicente Lafuente (FEMEVAL):
“La energía tendría que ser
un bien general, como la
educación o la sanidad”
Las empresas no piden subvenciones ni
ayudas. “La siderurgia española simplemente
necesita y demanda costes energéticos
homologables con los de otros países que le
permitan mantener la competitividad exterior.
Esta necesidad se agudiza en un momento en
el que las empresas siderúrgicas españolas
luchan por sobrevivir; no se trata de una
reducción en los beneficios, se trata de ser o
no ser, de mantener la actividad industrial y su
empleo asociado”, concluye el comunicado de
UNESID. ¿Alguien les va echar una mano para
que puedan levantar la piedra de Sísifo de una
vez por todas?
INFOINDUSTRIAL I TRIMESTRE 2014
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