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dad: la de los burdeles, la pre o extramarital, la<br />

degenerada o perversa. La consigna es: casarse<br />

y hacer lo que hay que hacer siempre y cuando<br />

la procreación esté de por medio.<br />

Consecuentemente, el hecho de que Freud<br />

enarbolara que mucho más allá de la sexualidad<br />

convencionalmente reconocida existe una<br />

sexualidad infantil que modela y condiciona<br />

la sexualidad adulta y que interviene, prácticamente,<br />

en toda la vida humana, hubo de<br />

despertar resistencias, repudio.<br />

De modo que la sexualidad psicoanalítica<br />

plantea además de la lidia con las manifestaciones<br />

del inconsciente, tal como se presenta<br />

en la clínica, el trato con una oposición social<br />

que no era fácil de contener ni de ser vencida,<br />

esta lucha costó y cuesta todavía mucho al psicoanálisis;<br />

pues las manifestaciones sociales<br />

de la resistencia contra la sexualidad infantil<br />

continúan emergiendo por distintos medios.<br />

Si lo inconsciente, lo reprimido sigue siendo<br />

interés del psicoanálisis tiene, a pesar de<br />

sus opositores y de los prejuicios y mitos que<br />

le salgan al paso su labor asegurada. El psicoanálisis,<br />

en tanto institución, que cuerpo social,<br />

asoma en un contexto en donde seguramente<br />

no es bienvenido: su aparición genera desconcierto,<br />

desconfianza, reticencia.<br />

El nacimiento del psicoanálisis está signado<br />

por su decidido acercamiento al acceso histérico,<br />

enfermedad objeto del aparato médico y, concretamente,<br />

de una de sus especialidades más os-<br />

Dossier: Pensar en el nombre de Freud<br />

curas: la psiquiatría. Ante esta disciplina, Freud<br />

viene a forjar una subversión del problema, una<br />

renovación de los modos de trabajo clínico.<br />

Es evidente, hay en esta puesta en escena un<br />

lugar central del deseo; es él quien ocupa ese<br />

sitio primordial, carente de competidores, goza<br />

de un espacio que trasciende el ordenamiento<br />

y la clasificación de los síntomas, que supera<br />

con mucho a la visión clínica psiquiátrica y que<br />

posibilita al psicoanalista para localizar aquello<br />

que la sintomatología trasmite y esconde<br />

en un solo movimiento, su fondo, las vinculaciones<br />

infantiles del paciente, así como su organización<br />

actual e incluso la escenificación de<br />

estos vínculos con respecto al analista; es decir,<br />

a partir de que se pregunta por el deseo es ya<br />

posible poner en acción una lectura de nueva<br />

factura, una versión, una reconstrucción de la<br />

historia, de las vicisitudes y la represión soportada<br />

por el paciente, de su memoria y su olvido;<br />

lo mismo es posible un análisis de sus enlaces<br />

transferenciales, y también una visión del material<br />

contra-transferencial comprometido en<br />

el curso del tratamiento. Todo esto viene a<br />

reforzar al psicoanálisis como una concepción<br />

distinta y ajena a la psiquiatría; a pesar de que<br />

Freud hubo de surcar los vericuetos de la formación<br />

médica. Así pues, las diferencias entre<br />

ambas no tardaron en brotar. Sin embargo las<br />

diferencias no estallaron escandalosamente. Se<br />

guardó la calma. ¿Qué fue lo que impidió que<br />

las discusiones afloraran de manera encarnizada?<br />

¿Un sencillo anhelo de armonía compartido<br />

por psiquiatras? ¿Qué escondía esta fachada<br />

de cordialidad?<br />

El periodo histórico europeo que contextualiza<br />

el nacimiento del psicoanálisis es de<br />

una relativa calma social. A pesar de la cual,<br />

la violencia y las tensiones amenazaban con<br />

atreverse a invadir las calles.<br />

Las barricadas de los socialistas habían sido<br />

prácticamente barridas en 1848, en 1871, ya no<br />

se estaba en época de revueltas y tiroteos. Que<br />

nadie alzara una barricada, sería un grandísimo<br />

error. Los ideales dominantes son el bienestar<br />

compartido, la paz, el fortalecimiento industrial.<br />

Los arranques del siglo XX muestran, por<br />

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